Este capitulo me costó un poco de trabajo, porque ya no sabía como seguirle; pero si recuerdan, al principio del fic les dije que iba a estar muy apegado al anime… así que verán un personaje que no aparece en el manga…

-quiero enviar un saludo a Persefone, no sé que nick tengas aquí pero te saludo con el que te conozco y te agradezco el que me leas-

Cosas que no se olvidan

Tal como lo dijo aquella noche, Milo se olvidó de lo que sentía por Camus –incluso de ese pequeño beso de despedida-, reemplazándolo por una noche de pasión con Shaka.

Al principio, el santo de Virgo y Escorpio mantuvieron una relación; pero después de algunas semanas, Shaka fue enviado a entrenar a algunos caballeros de plata, dejando solo a Milo y rompiendo su relación.

Y aunque el escorpión se quedó sin Camus y sin el rubio, su vida sexual siguió con la promesa de que jamás se enamoraría de nadie… aunque eso le llevara a sentirse vacío por siempre…

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

El santo de acuario hacia mucho que terminó de entrenar al caballero Cristal, incluso su propio pupilo ya había entrenado a otro caballero de bronce.

Para entonces, el francés aún no volvía al santuario por estar de viaje (NA: Unas pequeñas vacaciones diría yo). Y sin embargo, recibió un aviso del patriarca que le ordenaba volver lo más pronto posible al santuario…

Así que ahí estaba de nuevo, en la casa de Acuario… sumergido en sus pensamientos mientras terminaba de ducharse; sintiendo el agua caliente recorrer todo su cuerpo, mojar sus cabellos y su cara para arrebatar de su mente el no tan agradable recuerdo de su llegaba, el saludo casi tan frío de Milo…

Camus se preguntaba a menudo el motivo para que él le saludara de esa manera no tan agradable… sintiendo que su amigo se había hecho inmune a los sentimientos… algo que él hubiera deseado para sí mismo…

Imaginaba que esa noche su amigo estaría en alguna fiesta o algo así, divirtiéndose en uno de esos lugares que tanto le gustaban… no lo sabía con seguridad, solo que necesitaba verlo, saber que estaba bien y mirarse en sus zafiros para declarar lo que sentía hacia él… porque Camus ya lo había decidido, tenía que decirle a Milo que lo amaba… era ahora… o morir en el intento…

Terminó de bañarse, se cambió y se arregló lo mejor posible para salir en su búsqueda… aunque ya sospechaba que Milo no se encontraría en su templo.

Y mientras salía de Acuario, bajando los escalones con el corazón en el estomago latiéndole a todo lo que daba, pensaba y repasaba en su mente las palabras correctas para poder confesar su pequeño secreto… y hacer entender al escorpión que lo amaba…

-:-

Tenía más de dos horas esperándole, sentado a las afueras de su cuarto, con el corazón aún latiendo con fuerza… esperando la aparición del guardia del octavo templo…

Pero Milo no parecía tener la intención de aparecerse por ahí, y para Camus, aquello no significaba otra cosa que una señal para no declarársele.

Así que se levantó del suelo con torpeza, dando apenas unos pasos para dirigirse hacia la salida de Escorpio... escuchando débiles voces y pasos en su espalda… y preguntándose si en verdad los oía o solo era parte de su imaginación; pero sus preguntas fueron respondidas cuando reconoció la voz de Milo… quien se oía bastante ebrio

-"Si te vienen a contar cositas malas de mi, manda a todos a volar… diles que yo no fui…"

-"Milo ya cállate"- Dijo Aioria con fastidio –quien lo traía recargado en sí mismo para que no cayera al suelo

-"Estoy cantando gatito… así que déjame ser… Yo te aseguro que yo no fui, son puros cuentos de por ahí…"

-"Si eso es cantar entonces yo soy Brat Pitt…"

-"JA, JA, JA… eres MUY gracioso"- Dijo con sarcasmo el escorpión agachando la cabeza. Aioria soltó un suspiro resignado y siguió llevando a Milo hacia su habitación, topándose segundos después con el santo de acuario parado en la puerta

-"Hola Camus"- Saludó deteniéndose, el escorpión levantó la cabeza

-"Aioria… ¿Qué le pasa a Milo?"- Preguntó un tanto preocupado

-"Esta ebrio"- Contestó

-"Que gusto verte… ¿Me extrañaste?"- El escorpión se soltó del castaño y se recargó en la pared, caminando a tientas para llegar con su amigo -"Yo también te extrañe Iceberg"- Rió Milo, aunque eso desconcertó a Camus, ya que nunca lo había llamado así –"No pongas esa cara, acéptalo… eso es lo que eres"- Acuario abrió los ojos sorprendido

-"¿Eso te parezco?"- Le preguntó herido, mientras Aioria notaba como sus pupilas comenzaban a temblar amenazando con… ¿Llorar?

-"Si"- Respondió el escorpión, Camus solo agachó la cabeza soltando un suspiro… de todas las personas que él conocía, Milo era la única de quien menos esperaba ese apodo

-"Ya tengo que irme…"- Murmuró y se dio la vuelta caminando hacia la salida del templo

-"Siempre tuve un concepto equivocado de ti, pensé que te importaban las personas, incluso que podías llegar a tener sentimientos; pero apenas me doy cuenta de que no los tienes"- Camus se detuvo en seco

-"Ignoro el motivo por el cual estés molesto Milo… pero me estas lastimando"

-"No estoy molesto… simplemente me doy cuenta de que no eres lo que yo esperaba Iceberg"- Repitió Milo recalcando la última palabra

-"¡Ya estuvo bien!"- Gritó Camus y el castaño notó que algunas cuantas lágrimas salían de sus ojos –"¿De donde sacas el que yo no tenga sentimientos?"- Su voz se había quebrado… y sin embargo no evitaba que hablara con frialdad…

-"Dime si alguna vez has amado a alguien"- El castaño que había estado mirando al escorpión con el entrecejo fruncido, miró sorprendido a Camus, observando como se secaba furioso el rostro con el dorso de las manos

-"No, y dudo que tú lo hicieras o lo hagas"- Dijo frialdad

-"La diferencia entre nosotros, es que yo sé disfrutar, en cambio tú, eres un arisco"- Acuario no respondió, solo lanzó un suspiro y se colocó enfrente de Milo, quedando solo unos centímetros separados

-"Me da mucha pena que pienses así después de tantos años de amistad"

-"¿Amistad?"- Rió el escorpión

-"Milo…"- Aioria trató de callarlo

-"No, este cree que soy su amigo, si él supiera que su amistad no me interesa…"- Dijo con desprecio, como si se tratara de un rico y un mendigo

-"Camus, no le hagas caso, esta ebrio… no sabe lo que dice"- Comentó el castaño tapándole la boca con una mano; pero Milo se la quito con rabia

-"¡Claro que lo sé! ¿Quién podría interesarse en una persona tan fría como él?"

-"Ya cierra la bocota"- Reprendió el león

-"Dejálo Aioria, es obvio que el alcohol solo fue el factor para que Milo tuviera los pantalones de decir lo que en verdad piensa"- Dijo Camus dándose la vuelta en dirección hacia su templo, sintiendo correr por sus mejillas las lágrimas del dolor más amargo del mundo

-:-

Quizá esas palabras no había tenido el menor efecto en Milo, ni siquiera le había importado… y por todos sus antepasados que tenía, deseaba al menos una disculpa… porque se la merecía ¿O no?

Es decir, siempre había sido su amigo… su apoyo… incluso le había aguantado sus chistes malos y que anduviera con tantos… pero eso no era soportable… el que Milo le dijera que era un hielo sin sentimientos dolía… y vaya que si…

Porque lo amaba como jamás pensó amar a nadie, porque el silencio de tres días lo estaba matando… porque el no verlo y saber que estaría con alguien más que no fuera él le hacia daño…

¿Desde cuando Milo era así? ¿Qué pasó en todos esos años para que de la noche a la mañana el caballero de Escorpio se volviera de esa manera?

Sinceramente Camus no lo sabía; pero quería descubrirlo… necesitaba entender tantas cosas o al menos encontrar algo que lo ayudara a olvidarse para siempre de él, comprendiendo que sus palabras eran dichas desde el corazón…

Estaba tan sumido en sus pensamientos, cuando escuchó algunos pasos provenir desde la entrada. Rápidamente fue a ver de quien se trataba, topándose con el rostro de una de las personas más dulces, nobles y cálidas que él conocía... su pupilo… el caballero Cristal

-"Saludos al caballero de Acuario, maestro de los hielos"- Dijo aquél joven postrando una rodilla en el piso

-"¿Cristal, qué haces en el santuario?"- Le preguntó Camus extrañado. Su pupilo se levantó sonriente

-"Maestro, es grato saber que aún me recuerdas después de tantos años"

-"¿Cómo olvidar al caballero de hielo más cálido de todos?"- Dijo acuario bastante serio; pero por dentro se sentía muy feliz de verle

-"Creáme maestro, Hyoga… mi pupilo es aún más humano que yo"

-"¡Lo que faltaba! Una replica de Cristal… El patriarca debió dejar que yo le entrenase"

-"Aún así fue que me mandaran, el pequeño Hyoga y yo simpatizamos mucho…"

-"La relación pupilo y maestro no deben ir más haya que la de dos caballeros…"

-"Lo sé maestro"- Suspiró Cristal bajando la mirada

-"Aún no me has dicho que haces aquí"- Repitió Camus sin dejar su seriedad, su pupilo le miró a los ojos

-"Eh venido a hablar con el Patriarca, no es el mismo de antes… y esta infundiendo un reino de terror maestro, quisiera que volviera al buen camino"

-"¿Qué dices?"- Se extraño Acuario

-"¿No me diga que no se ha dado cuenta? Pensé que sus caballero dorados estaban al tanto de todo"

-"Hay cosas que no comparte con nosotros Cristal; ¿Pero es verdad lo que dices?"- Frunció el entrecejo

-"Se lo juro por Athena"- Contestó Cristal bastante serio

-"Quizá estas en un error"- El pupilo meneó la cabeza varias veces

-"No maestro, se lo probaré, ya lo verá"- Dijo decidido y cruzó el templo de Acuario, dejando muy desconcertado Camus

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

Había pasado solo un par de días desde que Cristal dejó el santuario. Camus aún recordaba su rostro tan lúgubre después de hablar con el patriarca… y las dudas se apoderaban de él sobre lo que había dicho…

¿Sería que el maestro era malvado? Camus no lo creería, había estado varios días ya en el santuario y no había visto nada malo ni anormal… pero seguía dudando…

Caminó de regreso a su templo, después de entrenar, con la esperanza de ver a Milo… ¿Cómo es que una semana sin verse y a él no le importaba? De verdad que el escorpión lo había sorprendido… y ojalá Camus nunca hubiera abierto su corazón…

Pero ahora consideraba más importante resolver aquél misterio, el saber como es que su pupilo estaba tan frío… tan sombrío… no parecía el mismo…

-:-

Camus estaba de regreso de comprar algunos víveres en el pueblo, cargaba algunas bolsas mientras subía las escaleras y jadeaba por el largo camino que había recorrido. En su mente aún seguían las palabras de Cristal al volver a Sibería

-"Debo cumplir las ordenes y deseos del gran maestro"

Eso le hacia pensar que Cristal se había convencido de que estaba todo bien… pero él no era una persona fácil de convencer y menos cuando en su mirada mostraba tanta determinación…

-"Señor Camus"- Una voz lo sacó de sus pensamientos a tan solo algunos escalones antes de llegar a su templo, él levantó la vista para encontrarse con uno de los guardias del patriarca, esperándole en la entrada

-"¿Qué pasa?"- Le cuestionó terminando de subir los escalones

-"Le llegó una carta de Sibería"- El guardia hizo una reverencia entregando el sobre, Camus dejo las cosas en el suelo y le miró extrañado, tomó el la carta entre sus manos mientras el otro hombre hacia una reverencia y se retiraba

-"Me pregunto si será de Cristal… aunque lo dudo… él no solía escribirme…"- Abrió el sobre sacando una hoja de papel, leyendo el contenido de dicha carta… provocando que sus manos temblaran… sus ojos se entristecieran y que todo su mundo de pronto se terminara… -"No puede ser…"- Musitó abriendo los ojos bastante sorprendido mientras su mano se posaba sobre el pilar para encontrar algo en que recargarse y evitar que cayera al suelo… -"Él no… él no…"- Repetía sintiendo un nudo en su garganta, estrujando el papel en sus manos –"Cristal no puede estar muerto…"- Negó aventando el papel hacia el suelo, dándose la vuelta hacia las escaleras aún recargándose en la pared para no caer… y corriendo segundos después hacia el templo de Escorpio…

Se sentía herido con Milo, pero en esos momentos necesitaba un amigo para saber que no todo estaba perdido, porque a Camus se le hacia sumamente increíble que su pupilo estuviera muerto…

Y mientras bajaba las escaleras con el corazón apunto de romperse… No imaginó que lo que sucedería en la casa de Escorpio, cambiaría las cosas entre él y Milo para siempre…

Ahora si… este es uno de los últimos capítulos… no sé si el penúltimo o todavía le agregaré dos más… pero si les aseguro una cosa…

¡Ya viene lo bueno!

¿Alguno aceptara sus sentimientos?

¿Qué pasará que cambie las cosas entre ellos dos para siempre?

Descúbranlo muy pronto o.o