¡Hola! Yo sé que me retrasé y que eso se esta volviendo casi una costumbre mía XD… pero ya saben que publique nuevos fics y me estoy dedicando a otras actualizaciones; además de que se me fue la inspiración y bueno… para que les digo toda la historia XD… aquí les dejo el capitulo número nuevo:
Es puro amor
Aquél peculiar aroma que llego hasta su nariz, no podía ser de ninguna otra persona que el custodio del onceavo templo; aquél con quien aquella noche había compartido su alma… su ser… a sí mismo…
Milo abrió los ojos con pereza, a causa de la luz que anunciaba un nuevo día; acurrucándose un poco en el lugar donde estaba, antes de despertar completamente. Lo primero que sus ojos notaron, era que estaba apoyando la cabeza en el pecho de su ¿amigo?... no, ya no era su amigo… Camus había pasado del lugar de su mejor amigo, al mejor de sus amantes… quizá su amor…
Escorpio se sentía confundido, ya que no sabía si aquella forma en que ahora miraba al onceavo custodio –mientras seguía durmiendo placidamente y soñaba quien sabe con que cosa, para sonreír como lo hacia-, se debía a que comenzaba a sentir algo más por él que una simple amistad. Y como si no fuera lógico, Milo le había querido años atrás ¿O no?... Eso quería decir que posiblemente su antiguo amor por el caballero de los hielos, siguiera aún ahí en su pecho…
Y mientras contemplaba al caballero de acuario, dormir tan placidamente; no pudo evitar sentir el tremendo deseo de besarlo… de poder degustar una vez más los labios de quien en esos momentos lo traía completamente confundido…
Bajo los parpados a tal grado que podía cerrar los ojos, recargó una mano sobre la almohada para poder sostenerse a una corta distancia de la faz de Camus… y acercó sus labios a los del aguador, dejando en ellos un dulce beso….
El cosquilleo inesperado que atacó a su estomago, le asustó a tal grado, que se separó del aguador tratando de recuperar el color normal de sus mejillas recién matizadas a carmín.
Se apartó un poco de acuario para poder levantarse de la cama y comenzar a vestirse, un poco desesperado porque el calor en su rostro no disminuía en lo más mínimo; al contrario… entre más recordaba la razón por la cual se encontraba desnudo, le hacía querer cerrar los ojos; pero lamentablemente o para su desgracia… al hacerlo, veía lo que había sucedido con Camus… haciéndole sentir un poco de vergüenza, incluso que una pequeña sonrisa acompañara a sus labios, dándose cuenta de que no había estado mal… en lo absoluto…
Y no lo estaba porque Camus lo amaba, se lo había dicho la noche anterior de más de mil maneras… con caricias… con besos… con el sudor que despidió su cuerpo cuando estuvo con él… con palabras… con los ojos… Lo expresó como el mejor de los amantes, dejando a un lado su fría personalidad para abrirse al amor, para deshacerse de las dudas y estar con la persona que amaba… con Milo
El caballero de Escorpio terminó de vestirse, soltando un débil suspiro al mirar de nuevo el semblante tan lleno de paz de su amado hielo
-"Pero si de hielo no tienes nada…"- Susurró mirando su cara, para luego morderse un labio y controlar una pequeña sonrisa picara. Volvió a acercarse al santo de acuario, besó sus labios una vez más y salió de la habitación cerrando la puerta con cuidado para no despertarle
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Camus comenzó a moverse entre sueños, estirando su brazo hacia un lado donde antes había estado la cabeza apoyada de Milo… tratando de alcanzar con sus dedos alguna parte del escorpión; pero sin lograrlo… porque cuando acuario alzó el rostro con los parpados ahora abiertos, para descubrir lo que estaba ocurriendo, se dio cuenta de que él ya no estaba en cama
-"¿Tuvista malos sueños?"- Camus sonrió con cierta vergüenza, al imaginar por unos horribles momentos que le había abandonado. Giró el rostro hacia el lugar donde había provenido la voz, sonriendo con más amplitud cuando le miró con los brazos y piernas cruzadas, recargado en el marco de la puerta con ropa limpia y nueva, mostrando claramente que se había ido a su templo para cambiarse
-"Buenos días…"- Saludó el francés recargándose en un brazo, y lograr con ello mirar mejor a su amigo
-"Tardes serán"- Corrigió divertido, caminando hacia el santo de acuario con la sonrisa aún en sus labios, revisándolo un poco con la mirada… cerciorándose de que estuviera en buen estado –"Tienes mal aspecto"- Declaró torciendo un poco los labios. El aguador sonrió un poco para responder casi en susurro
-"En cambio tú, luces encantador…"- Milo tosió para ocultar sus nervios, provocando una sonrisa aún más amplia en los labios de Camus
-"Yo me refería a que no luces muy saludable"- Dijo un poco incómodo, entreteniéndose en uno de los rizos azulados de su cabello. Acuario se puso un poco serio, lamentando la terrible borrachera de la noche y tarde anterior
-"Ah… pues… me duele un poco la cabeza…"- Dijo agarrando con ambas manos su frente. Milo regresó su mirada a la faz del francés
-"Si, la cruda es horrible… yo la experimenté cuando…"- Sus labios dejaron de moverse, recordando así las palabras de Shaka sobre lo que él le había dicho a Camus y que no recordaba.
«-"Le dijiste que no tenía sentimientos y que era un Iceberg"-»
Escorpio torció un poco la boca, bajando sus ojos para mirar sus pies. Nunca fue su intención decirlo, tampoco lastimarlo… es solo que esa noche no tuvo control sobre su lengua, ni con las palabras que de su boca salieron… hiriendo lamentablemente al caballero de acuario. Y ahora comenzaba a recordar esa noche… a Aioria tratando de callarlo, a Camus esperándolo en la entrada de su habitación y a él mismo hiriendo el corazón de la persona que tanto quería
«-"Este cree que soy su amigo, si él supiera que su amistad no me interesa…"-»
Pero es que luego de tantos años, sentimientos encontrados y cosas confusas que pasaron entre ambos… ¿Quién iba a imaginarse que después de todo, Camus si lo amaba y que él estaba más que confundido?
–"¿Sabes qué?"- Dijo de pronto el caballero de Escorpio, tronando los dedos para llamar un poco la atención del francés –"Creo que te eh de preparar el desayuno"- Cerró el ojo en un gesto de guiño, afirmando seguridad
-"¿En-enserio?"- La mirada de Camus brilló de pronto, tomando con sus manos una sabana para cubrir su cuerpo desnudo, levantarse y caminar hacia su "amigo"
-"Si, yo sé que platillo podría venirte muy bien en casos de cruda extrema como esa"- Dijo, sonriendo ampliamente. El aguador embozó una media sonrisa, tratando de olvidar las razones por las cuales había bebido
-"No estoy tan grave"- Respondió rascándose la cabeza
-"Bueno… pero un poco de mi comida no te caerá mal"
-"De acuerdo"- Sonrió –"Gracias por todo"- Se inclinó un poco hacia el escorpión, cerrando los ojos para depositar en la comisura de sus labios, un suave beso; posteriormente se dio media vuelta para dirigirse al baño, no sin antes hablarle por última vez –"Tomaré una corta ducha"- Y entró al baño, recargándose en la puerta ahora cerrada para poder suspirar y percibir una vez más la esencia de Milo, antes de que bañarse y perderla… aunque sabiendo de más que esta no desaparecería de su piel nunca
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Ya no sabia ni que estaba haciendo, ni tampoco el tiempo que había transcurrido desde entonces; simplemente que desde hacia un par de minutos, había permanecido recargado en la estufa con la mirada perdida en… ningún lado en realidad…
Su corazón latía rápidamente dentro de su pecho… sin control alguno, sus mejillas y parte de la nariz… estaba sonrosada a causa del último recuerdo que acometía a su mente:
El rostro tan cerca del aguador, dejando nuevamente un beso en la comisura de sus labios antes de marcharse… marcando su mente y su corazón tal como la última vez, haciendo tan notable y explícitamente obvio que a Milo no solo le gustaba Camus como hombre… si no que estaba enamorado de él, y que ese sentimiento suyo hacia algunos años, no murió del todo… ¡Ni siquiera desapareció!... sencillamente lo ocultó bajo varias capas de lo que fuera, para que no volviera a molestarlo y para que el santo de acuario no lo lastimara…
¡Rayos, si lo amaba… y en que forma!
Se sentía bien el escuchar que su corazón se agitara, que incluso tuviera que aguantar la respiración para que no se diera cuenta que comenzaba a faltarle el aire, que él sonreía… que riera… incluso que llorara… Cualquier cosa que Camus hiciera y que Escorpio pudiera percibir, le gustaba; porque era parte de acuario, ya que de alguna u otra forma, sus gestos siempre estaban dirigidos hacia él… hacia Milo
Y aunque estuvieron separados, ya fuera por sus obligaciones o por algunas que otra cosa ante el miedo de acuario; siempre supo que estaban unidos y que entre ambos existía un lazo muy especial que jamás permitió que ese amor tan puro entre ellos, que nació desde el primer día en que se vieron… se marchitara en lo más mínimo
Una mano sobre su hombro, hizo que se sobresaltara inmensamente asustado. Se dio la vuelta para mirar al dueño de dicho miembro, desprendiendo de sí un suspiro lleno de tranquilidad, al reconocer a su "amigo"
-"Lo siento, no quise asustarte"- Se disculpó Acuario sonriendo con encogimiento por haber atemorizado así al escorpión. Milo se aclaró la garganta un poco, disimulando con un gesto de la mano, que aquella acción no había tenido consecuencias lamentables en él
-"Descuida, yo estaba distraído"- Sus mejillas se ruborizaron un poco, mientras entornaba sus ojos hacia otro lado… al recordar que justamente Camus había sido el causante de su distracción. El francés inclinó la cabeza hacia el lado izquierdo, teniendo ahora un mejor enfoque de su camarada –"Enserio…"- Rió un poco tratando de que sus gestos pasaran desapercibidos, ante los inquisidores ojos con los que el octavo custodio le miraba. El francés le dedicó una completa sonrisa
-"Si quieres yo puedo cocinar"- Milo sintió que todo él se rompía como un cristal. Estuvo tantos minutos inmensamente distraído, tratando de descifrar sus sentimientos, sin darse cuenta de que no preparó nada de lo que le había prometido a Acuario.
-"No"- Negó con las manos y con la cabeza –"Yo puedo hacerlo… es solo que…"- Sus ojos se clavaron en el semblante ahora un tanto divertido de acuario, provocando que las mejillas de Camus se ruborizaran al comprender su mirada…
«No cociné nada porque estaba pensando en ti…»
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En verdad que tenía que buscar otro pasatiempo. Ya no podía ir a las fiestas ni de parranda cada vez que quisiera, a causa de que no dejaba de pensar en el onceavo custodio. Desde aquella noche en la que ambos se entregaron, las cosas no cambiaron para empeorar… si no todo lo contrario… ahora eran más unidos, incluso inseparables…
-"¡Milo!"- Escorpio parpadeó varias veces, tratando de volver a la realidad y de no sentirse molesto con el dueño de un lacio y largo cabello rubio, por haberle sacudido de la manera en la que lo había hecho
Aquella tarde los caballeros que permanecían en el santuario, tenían una junta muy importante en el que había sido templo del caballero de Sagitario, lugar que desde siempre fue su centro de reuniones porque Aioros así los tenía acostumbrados; pero desde que murió y a la fecha, su nuevo casi "líder" era el autoproclamado santo de Virgo, mejor conocido como Shaka.
Él se había encargado de sus entrenamientos, de resolver algunos problemas en el santuario, de organizarlos y de llevar a cabo varias juntas tan importantes como esa; pero lo que siempre lo molestaba, a pesar de ser un ser sumamente pasivo, era lo fácil que para sus compañeros era distraerse tal como en aquellos momentos para el joven Escorpio
-"¿Qué Shaka?"- Preguntó de malas el griego, quitándose de sus hombros las blancas manos del ángel. El rubio se sintió ofendido; soltó un bufido y regresó a su lugar dando grandes zancadas. Acuario –que se encontraba sentado a su lado- se inclinó unos cuantos centímetros hacia su lado, diciéndole por lo bajo algunas palabras
-"Estabas muy distraído, te llamó varias veces…"- Le explicó. Milo se ruborizó de nuevo, maldiciendo a sus propias mejillas por lo difícil que le era auto controlar esos pequeños impulsos de su propio cuerpo; sin responder una sola palabra a lo que recientemente le había dicho el culpable del enojo de Virgo
-"Como decía"- Continuó Shaka haciendo breves respiraciones para calmarse -"El patriarca quiere que nos preparemos, dice que es hora de que nos reunamos los once"- Death Mask, Afrodita y Shura intercambiaron miradas de desconcierto… Camus y Milo se miraron con una ceja arqueada, como si el maestro se hubiese vuelto loco… Aioria y Aldebarán se cruzaron de brazos… en tanto que un exasperado rubio echaba de ver todas sus expresiones y acciones
-"¿Y qué es lo que pretende?"- Preguntó Escorpio, provocando que sus compañeros giraran sus rostros hacia donde se encontraba.
-"Ustedes están al tanto de los rumores que corren por el santuario ¿No es verdad?"- Inquirió Shaka pasando sus ojos cerrados por cada uno de los presentes. Afrodita le miró molesto, como si hubiera insinuado que era un chismoso. Death Mask sonrió con malicia, relamiéndose los labios después. Aioria soltó un bufido, sintiéndose meramente desesperado porque alguien sacara a la luz a su traidor hermano. Milo asintió con la cabeza, mitrando de reojo a su amigo. Camus bajó la mirada, ya que había olvidado a Cristal y lo que había tratado de decirle cuando vino al santuario, refiriéndose quizá a lo mismo que el rubio. Aldebarán descruzó los brazos para apoyar las manos en la mesa y asentir con la cabeza, listo para recibir la bomba que Virgo estuviera apunto de lanzar. –"Bien… las ordenes del maestro son…"- Pasó de nuevo sus ojos por cada uno, tratando de identificar un posible titubeo –"Que terminemos de una buena vez con los santos de bronce que se levantan contra los deseos del maestro"- Para algunos esa idea era un tanto descabellada, puesto no estaban a favor del maestro; pero para otros, era la mejor opción
El francés se encerró en sí mismo por unos minutos, antes de comenzar a escuchar los reclamos y una que otra critica por parte de sus compañeros, ante las palabras de Shaka. No entendía como es que había olvidado, así nada más… a su querido pupilo Cristal, es decir… no eran muy unidos ni nada eso; pero de ahí a olvidarlo por completo y sobre todas las cosas la forma en que murió
¿Por qué habría muerto a manos de su discípulo? ¿Acaso el tal Hyoga era mucho más fuerte en todos los aspectos, como para poder derrotar a uno de los caballeros de los hielos más fuertes que él conocía? Verdaderamente que no comprendía…
Un leve empujón con el brazo del octavo custodio, le indicó que debía regresar a la sala de juntas. Shaka ya abierto los ojos y le miraba furioso
-"Te hice una pregunta"- Dijo amenazante. Camus pasó sus ojos hacia el semblante de Milo, el cual no supo que decirle; así que volvió su mirar hacia Shaka
-"No te escuché"- Declaró como si nada. El rubio apretó los puños y los dientes, rogando a Buda que le concediera toda la paciencia del universo, antes de lanzarse sobre acuario y matarle
-"Te pregunte que del lado de quien estas"- El francés sintió que la sangre bajaba de su rostro. Él no había pensando en eso, es decir, deseaba respuestas sobre la muerte de su pupilo; pero de ahí a matar a un puñado de niños…
-"Yo creo que es una locura"- Dijo el escorpión. Los ojos de los ocupantes de la habitación, se clavaron como imanes sobre él, provocando que a su cara subiera la sangre y no al revés como con acuario
-"¿Te niegas a pelear?"- Inquirió el rubio. Milo negó con la cabeza, chasqueando la lengua en desaprobación. Shaka apoyo las manos en la mesa, logrando impulsarse un poco hacia delante para mirarle –"Explícate entonces"- Y aquello no fue una simple petición, si no que más bien sonó a una orden
-"Nosotros no tenemos la obligación de acabar con ellos, puesto que son unos mocosos ¿Por qué no mandan a los caballeros de plata a matarles?"- Camus bajó la mirada. Si su pupilo, un caballero de plata había muerto a manos del cisne ¿Por qué no había de pasar lo mismo con los demás? ¿Y si ellos no perdían quería decir que Cristal era débil?... ¿Acuario quería que los mataran entonces?
No lo sabía, la respuesta era tan difícil de saber… y querer hacerlo, era como buscar las respuestas de la vida… cosa un tanto imposible.
En un lapso de tiempo, creyó que las cosas en su vida ya estaban bien después de haber compartido esa noche con Milo; pero con este nuevo problema en su cabeza, dudaba mucho el poder disfrutar de los días de antigua paz que vivía con el escorpión.
Soltó un suspiro lleno de melancolía. Por alguna razón, aquella exhalación que salió de sus labios, le dio la ligera sospecha de que no tendría otro momento de calma como el que suspirar le había causado… hasta dentro de mucho tiempo…
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Tenia que admitir que no había quedado en muy términos con Shaka desde el día de la reunión; pero es que ese rubio a veces lo irritaba… ¿Por qué estaba tan obsesionado con su idea de que el maestro era un "santo"? ¿Acaso el tener los ojos cerrador tanto tiempo le había hecho perder el sentido y conocimiento de toda verdad? Ya que bien dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver la realidad… y ese papel, Virgo lo estaba desempeñando muy bien.
Lo que ahora lo tenía bastante confundido, era el hecho de que se encontrara parado en la entrada de su puerta, completamente empapado y respirando con dificultad, tratando de articular unas palabras que no podía por su respiración tan agitada
-"¿Quieres pasar?"- Ofreció el escorpión haciéndose a un lado, invitando al rubio con una mano para que penetrara en sus aposentos. El rubio negó con la cabeza, tragando saliva con dificultad por el grueso nudo que se había formado en su garganta
-"Tienes que decírselo…"- Dijo con apuro, sin lograr el objetivo antes adquirido, por tratar de recuperar el ritmo en que sus pulmones trabajaban
-"¿De que me hablas?"- Preguntó el peliazul arqueando una ceja, declarándose confundido ante las palabras del rubio. Virgo levantó los brazos al cielo, mostrándose inmensamente desesperado. Escorpio resopló fastidiado de que siempre deseara que adivinaran sus acciones y palabras sin dar más motivos ni explicaciones para hacerlo –"¿Me dirás a lo que viniste o prefieres quedarte ahí a hacer berrinche?"- Definitivamente Shaka tenía que decírselo aunque eso le costara de mucha paciencia; pero al fin y al cabo, él era su amigo… y ¿Por qué no?... Fue su novio, por ello debía hacerlo
-"Tienes que hablar con Camus"- Dijo mirándole directo a los ojos, con sus parpados aún cubriendo sus celestes. Milo le miró confundido, tratando de averiguar el motivo por el cual Virgo le decía semejantes cosas, siendo que antes no se interesaba en lo que girara alrededor de Acuario y él
-"¿Por qué?"- Preguntó desconcertado, sin apartar sus pupilas de la delicada piel que cubría los ojos del su amigo. Shaka aspiró profundo
-"Mi maestro me dijo que Camus no estará aquí mucho tiempo, dice que él se irá del santuario, no por gusto… si no porque así debe de ser"- El escorpión sintió que algo en su pecho se rompía, incluso que sus ojos comenzaron a cosquillear amenazantes por dejar brotar de ellos el dolor que estaba sintiendo
-"¿Se va a ir?... ¿A dónde…? ¿Cuándo…?"- Las palabras casi no salían de su boca, ya que la impresión de tal revelación le había causado un nudo en la garganta. Shaka no respondió, se limitó a bajar la cabeza un poco. Milo se sintió desesperado. Tomó al delicado rubio por los brazos y le sacudió con fuerza –"¡Dime! ¿A dónde se va a marchar?"- El rubio se sintió asustado por su reacción, lamentando el hecho de haber estado ahí… quizá lo mejor hubiera sido enviarle una nota o algo menos peligroso.
-"No lo sé"- Respondió con timidez, aún siendo acosado de sobre manera por las pupilas de su interlocutor –"Buda solo me dijo que estará unos días más aquí… pero que después se va a ir del santuario"- Escorpio le soltó para recargarse en la puerta. Si Camus se iba, jamás podría decirle que lo amaba
–"Pero no puedo hacerlo…"- Musitó con la voz quebrada. Shaka sintió que se iba a arrepentir por preguntar; sin embargo, no le quedaba otra opción
-"¿Por qué no puedes?"- Milo le miró a la cara, provocando que el rubio retrocediera un paso al pensar que de nuevo se desquitaría con él; más el escorpión no lo hizo, se limitó a suspirar melancólico
-"Cada vez que lo intento se me va la voz… mis propios labios me traicionan, como si se negaran a lo que yo, su dueño, deseo"- Para sorpresa del griego, Shaka sonrió a modo de comprensión y se acercó de nuevo a él
-"Te comprendo, a mi me pasa lo mismo con Aioria"- Escorpio abrió un poco más los ojos, mostrándose sorprendido por la confesión de su rubio amigo. Las mejillas de Virgo se ruborizaron mientras uno de sus blancos dedos rascaba su pómulo –"Él se me declaró hace algunos días… y yo lo quiero… aunque no puedo decírselo, y creo que se debe a que lo amo tanto que me pone muy nervioso"- Shaka se echó a reír un poco, al notar que su conversación con Milo había tomado un camino un tanto cursi. El griego sonrió con agradecimiento por haber sido el confidente de tal secreto
-"Quizá tengas razón, cuando estamos a su lado no somos dueños de nosotros mismos"- Virgo asintió con la cabeza, dándole a entender que estaba de acuerdo. El griego suspiro una última vez, antes de salir en busca de Camus…
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Llovía, podía verlo desde el interior de la caverna donde se encontraba. Había salido del santuario desde muy temprano, dispuesto a entrenar en el lugar donde Milo y él se conocieron; pero esperaba pasar algunos días ahí, al menos dos o tres noches. Lo que más le preocupaba era que no le había avisado a nadie y si el gran maestro se enteraba de que no estaba custodiando su templo, lo más seguro era que terminaría castigándole.
Las llamas de la pequeña fogata que se había encendido, eran todo lo que alumbraba ese oscuro lugar; y sus cosas arrumbadas a un lado de él, lo único que tenía para sobrevivir sin hambre o frío por un lapso de breve de tiempo.
Su cuerpo estaba ahí; sin embargo, su mente se encontraba en otro lugar… en Sibería, algunos atrás. Su discípulo era muy fuerte, siempre demostró el mismo valor y determinación desde siempre, aunque su mayor defecto era ser de un corazón tan cálido.
-"Pobre Cristal"- Susurró. Sus ojos demostraban el verdadero tomento del que era presa, y la enorme triste que lo embriaga en aquella terrible soledad.
Como el corazón de su pupilo era tan frágil, el albino cometió el error de haberse fijado en Camus; por ello murió sin jamás haber visto en el semblante serio… una sonrisa de su maestro, ya que el caballero dorado de acuario, no quería ilusionarle de ninguna manera, por eso su trato tan frío y a veces hostil para con él. Ahora se arrepentía de jamás haberle dejado ver la alegría en su faz, con una sonrisa llena de simpatía. Y tenia que saberlo. El francés tendría que descubrir el motivo que había ocasionado la muerte del albino, el porque el santo del cisne había logrado vencerle… además de la razón de que Cristal tuviera ese rostro tan sombrío y casi lleno de odio, la última vez que se vieron… ¿Qué había ocurrido?...
Acuario se sobresaltó al sentir una presencia bastante conocida cerca de él, era el cosmo de… ¡De Milo! El escorpión estaba cerca de la caverna y podía sentirlo. Camus se levantó de inmediato, dando torpes pasos hacia la entrada para salir de la caverna y saber si era él o no.
El griego corría hacia él. Traía las ropas llenas de lodo y sumamente mojadas a causa de la lluvia de esa tarde. El francés sonrió y partió a su encuentro. Escorpio apretó el paso extendiendo los brazos y lograr lanzarse sobre él, cuando estuvieron lo bastante cerca, para abrazarlo y tirarle al suelo, con Milo sobre Camus
-"No quiero que te vayas…"- Le dijo. Acuario abrió los ojos sorprendido, sintiéndose bastante mal porque se daba cuanta de las lágrimas que corrían por las mejillas del escorpión, mezcladas con las gotas de lluvia. El griego no se apartaba del onceavo custodio, seguía apretando aquél cuerpo con mayor fuerza para retenerlo a su lado, pese a que las frías gotas de lo que parecía ser un diluvio, golpeaban su espalda sin piedad
-"… pero… Milo…"- El francés no entendía el porque su amigo reaccionaba de esa manera, ni tampoco el hecho de que ahora le suplicara para que se quedara con él; ya que según Camus, no planeaba ir a ningún lado.
-"Por favor, no me dejes… yo… yo…."- De nuevo trató de decirlo; pero su lengua se enredaba y pegaba en su paladar cada vez que lo intentaba, haciéndole una vez más imposible el hecho de articular esa simple palabra que los ojos del aguador suplicaban de sobre manera que pronunciara. El griego se dio por vencido una vez más y hundió el rostro en el pecho de su amado acuario, maldiciéndose a sí mismo por haber fallado otra vez en decirle lo que sentía, temiendo que se marchara y que jamás lo hiciera
-"Calma… Milo, yo no pienso dejarte… ¿Por qué piensas eso?"- No sabía que hacer para calmarlo, solo deseaba que dejara de llorar para que le explicara lo que tanto estaba atormentándolo y que amenazaba hacer lo mismo con él. Escorpio levantó el rostro para mirarlo a los ojos, aunque la lluvia en su faz le impedía ver con claridad al francés.
-"El maestro de Shaka le dijo que te marcharías, y por la manera en la que me lo dijo… tal parecía que jamás iba a volver a verte"- Explicó rompiendo su propio corazón, al recordar tales palabras consideradas como una amenaza. Camus rió un poco, tomando el rostro de su acompañante con ambas manos para que no se desviaran sus ojos de los turquesas de Milo ni un solo instante
-"Yo no me voy a ir"- El tono en que pronunció aquellas palabras, era tan tranquilizador, que los ojos del griego se lo agradecieron regalándole un destello –"Y aunque lo hiciera, yo regresaría por ti"- Le dedicó una cálida sonrisa, quitando sus manos de las mejillas un poco sucias del escorpión… aproximando un breve momento su rostro para rozar sus labios. El griego cerró los ojos, dejo que su boca ansiosa recibiera la del aguador para besarla y confesar así lo que su lengua no podía con palabras.
La lluvia seguía cayendo sobre ambos, ahora abrazándose en un simple ritmo, acompañado solo por el beso antes iniciado… reclamándose ambos el amor que previamente no pudieron confesarse… perdiendo el aliento… la respiración… el sentido de todo tiempo y espacio existente…
Porque ahora sencillamente existían solo ellos dos, no había lluvia… mucho menos importaba el que alguno comenzara a sentir frío si se tenían mutuamente para besarse y amarse en un silencio que ya no existía, ya que Camus siempre había leído en sus acciones un tanto torpes la mayoría de las ocasiones, lo mucho que el escorpión le quería. Y Milo se sentía completo, puesto que el beso estaba tan lleno de pasión, haciéndole sentir esas extrañas mariposas y hormigueo en su estomago y en la mayor parte de cuerpo, inclusive que sus labios comenzaran a sentirse cada vez más calientes… y que su lengua se aflojara
-"… Te amo…"- Fueron las palabras que logró pronunciar al separarse un poco del francés. El onceavo guardián abrió los ojos, encontrándose con los parpados custodios de los turquesas de su amado.
Ambos santos permanecieron sin mover una mínima parte de ellos, ni siquiera los labios que seguían juntos. Uno que no salía de su asombro con los ojos abiertos, otro que no quería abrirlos para terminar de percibir al mejor de sus amantes. Y el griego al no sentir que los labios de su compañero de movían, comenzó a mover los suyos suavemente, con movimientos pausados para hacerle volver a la realidad… mordiendo ligeramente su labio… hasta que Camus despertó de su asombro y lo pegó más a su cuerpo en un abrazo más profundo, para terminar la tarea que no había podido cumplir ante su especulación
Y la lluvia de esa tarde, fue el único testigo del mutuo amor entre Acuario y Escorpio… quienes rogaban por nunca ser separados…
«-"Yo no me voy a ir… y aunque lo hiciera, yo regresaría por ti…"»
O al menos que acuario cumpliera su palabra…
… o … o …
Forfirith-Greenleaf Jajajaja... pues ya ves, como MM esta un poco mal porque Camus no puede corresponderle, decidi ponerlo así... de esta forma el sufrimiento de mi cubito seria un poco más fuerte :S... ¿Enserio te gustó el lemon? Nwn... que bueno, eso es lo importante, y si, que sean ellos dos y no otros personajes 9.9, aunque me es más facil hacerlo con ellos que con otros XD, espero superar eso XD. Espero que este capítulo te gustara, aunque no contenga nada interesante jeje... Kisses y gracias por tus palabras ;)
Elena: Hola!... gracias por leerme y por dejar tu comentario n.n... sobre todo me alegra que te gustara, nos leemos por akí y de nuevo gracias nwn
Ave Suiris: Bueno... a veces me retraso porque la inspiración se me va y porque me gusta escribir... ya ves que tengo nuevos fics de otras parejas, y cosas así XD... de todos modos te prometo que trataré de subir el final lo más pronto posible... Nos leemos pronto y gracias por el comentario ;)
Shivatatenshi: mil gracias por el halago, me eh sonrojado sin querer nwn... Espero que este capítulo te gustara también, y gracias por el rr. Sobre la sugerencia, la tomaré muy en cuenta ;)... Kisses! nOn
Little Pandora:Amiga bonita nXn... gracias: D... a mi en especial me gustan esos tres últimos capítulos porque siento que ahí fue donde me superé como escritora, no sé si opines lo mismo o.o... Como sea, trataré de rescribir los otros para que el fic no se vea tan dispareja XD. Nos leemos pronto por MSN y de te agradezco la lectura y el mensaje
Darky: uy! Que linda sorpresa leerte aki nOn... mil gracias también por tu comentario y por leerlo todo jeje... a mi me da cosa puesto que lo siento un poco aburrido 9.9, aunque los últimos capítulos se pone mejor jeje... en fin... Nos leemos pronto y de nuevo te agradezco la lectura
Turel: hola!... Bueno este capitulo es uno de los últimos, ya que pienso subir el penúltimo en unos días más para que el final quede listo 9.9... Sorry por haberme atrasado tanto, pero se me fue la inspiración y pues ya sabes como eso jeje... Espero que este capítulo sea de tu agrado y disculpa las molestias
Muchos me lo han dicho… que los deje juntos; pero aún no sé como lo voy a terminar… así que todo puede pasar XD
Y mientras yo sigo jugando a la ruleta 9.9… espero que este capitulo fuera de su agrado. Kisses
NOTA: Para este capitulo me basé en una canción de RBD, llamada "Enséñame"
