Hola, como estan? les traigo este nuevo fanfic corto, se puede decir que esto es una reimaginacion de una idea que tenia para un Ronniec0ln, pero decidi tomarla para un Maggiecoln xd

Espero que les guste y la apoyen :)

Vamos alla :D


Un nuevo día hace presencia en la Royal Woods del año 2008, en una casa de los suburbios una chica de cabellos negros despierta poco a poco con una expresión bastante lúgubre. Sus ojos, enrojecidos por el llanto y el cansancio denotaban que no había sido su mejor noche, la pálida piel de su rostro estaba enrojecida por la fuerte cachetada que su madre le había dado el día anterior por decirle sus verdades.

Ella se levanta con bastante lentitud y mira hacia su ventana, la mañana estaba fresca, los rayos del sol mañanero entraban por su ventana y las aves cantaban alegremente y revoloteaban en los arboles del vecindario.

Si, era una mañana hermosa, pero para Maggie, solo era un día más en lo que ella consideraba "su patética vida."

Ella entra al baño de su habitación, se ducha, se lava los dientes y se seca su sedoso cabello oscuro para luego proceder a peinarlo. Ella se ve al espejo y su imagen le incomodo bastante, ella solo veía un triste e inútil caparazón deprimente de color gris.

Se queda viendo su reflejo y mira hacia el suelo… Una palabra vino a su mente para describir su imagen en aquel artefacto plateado.

"Patética..."

Su vida solo ah sido un mar de dolor desde que tiene razón de memoria. Ella no tenía familia… Bueno, si tenía, pero es como si no la tuviera, su padre lo único que hace es degradarla emocionalmente e inclusive físicamente, Si ese hombre siente amor por algo, definitivamente no es hacia su propia hija, si no a las botellas de cerveza que siempre está tomando a todas horas como si el alcohol fuera a acabarse mañana.

Su madre no era mejor, Maggie no sentía apego hacia ella. Siempre pagando las amarguras de su vida con ella. Eso enojaba mucho a la chica de cabellos negros. ¿Acaso ella tuvo la culpa de que ella dejara la razón en su cartera en aquella noche que la concibieron? ¿Acaso ella tuvo la culpa de que por consecuencia del embarazo no haya podido completar sus estudios y quedara en un puesto de trabajo mediocre?

Claro que no, pero su madre le dejaba en claro que si. Siempre le recordaba que solo era un estorbo en esa casa y que de no ser porque los meterían presos, ya la hubieran abandonado debajo de un puente desde hace rato.

Su vida siempre estuvo de desprecio y maltrato, nunca sintió lo que se sentía el amor materno ni el amor paterno, nunca supo lo que era que tus padres te dieran un regalo de navidad o de cumpleaños, un elogio por una buena calificación o un paseo tranquilo por el parque. Nada de eso.

El único regalo que recibió de niña fue un peluche de un murciélago de color blanco, y no fue de ninguno de sus padres, si no de… Alguien que significo mucho para su dura infancia. Peluche que aún conserva hasta el día de hoy. Dicho animalito de tela ella le coloco el nombre de "Neva"

Ella se pasa la mano por su rostro y suelta unos suspiros, era hora de salir de su habitación e ir a la escuela. Nada de desayunar, quería salir de allí lo más rápido posible, y lo más probable es que su madre no le haya preparado algo de comer o simplemente se lo haya comido.

Aunque… Al pensarlo mejor no todo en su vida era malo, al menos tenía a Kasserine, que es una de sus mejores amigas, un tanto hiperactiva a veces, pero su amistad vale oro… Y también estaba Lincoln. Ella revisa su teléfono. Un Nokia 6275. Son las siete con quince minutos, era hora de irse. Así que se acerca a su cama y toma su mochila y suspira. Era hora de enfrentarse a sus cancerberos otra vez…

Al bajar las escaleras, encuentra a su madre viendo la televisión en la sala de estar, al parecer su padre ya se había ido a trabajar. Ella se acerca a la puerta y es cuando la señora mayor la llama.

-¿Ya te vas a ir de aquí?- Pregunto la mujer con un tono de amargura en su voz.

-Si, ya voy a la escuela.- Respondió la chica pecosa con cierto fastidio-. Vuelvo en la tarde.

-Bah, mejor ni vuelvas.- Dijo la mujer al voltear su rostro al televisor-. Ni siquiera se para que vas a la escuela si vas a terminar siendo una esquinera barata.

La chica voltea su mirar hacia la mujer con el enojo y el odio a tope.

-Terminare como una esquinera barata, pero al menos no terminare como una mujer mayor, frustrada y mediocre como tu.- Respondió Maggie con un tono de voz alto.

-¡¿Qué dijiste, desgraciada?!- Exclamo la mujer-. ¡Soy tu madre y debes respetarme como tal!

-¿Ah sí?- Dijo Maggie al abrir la puerta con fuerza-. ¿Por qué no mejor te vas directito al carajo y me dejas en paz de una vez por todas?

-¡Lárgate de aquí!- Grito la mujer.

-¡Es lo que iba a hacer!- Respondió al azotar la puerta con bastante fuerza.

La chica de cabellos negros se va de allí refunfuñando y con su moral bastante magullada. Al menos solo esperaba poder hablar con Kasserine o con Lincoln para así descargar sus penurias.

Al subir al bus, ve a aquel chico peliblanco, Lincoln parecía estar distraído viendo hacia la ventana, tenía puesto sus audífonos así que ella asumió que el estaba escuchando música de su teléfono. Al acercarse, Lincoln nota su presencia y sonríe.

-Hola Lincoln.- Dijo Maggie con una sonrisa.

-Hola Maggie.- Respondió al saludo el joven Loud-. ¿Cómo va todo?

Ella baja la mirada y el joven de diecisiete años lo nota.

-¿Problemas otra vez?- Pregunto Lincoln.

-Como si fuera una novedad…- Respondió la joven de diecisiete años para suspirar-. A veces me pregunto si estarán conscientes del daño que me hacen y que me han hecho o simplemente les divierte verme sufrir…

-Vamos, no te pongas así.- Dijo Lincoln-. Sabes que no me gusta verte decaída…

-Si… Lo se, es solo que… A veces no puedo ni sonreír…- Dijo Maggie-. Este estrés que siento, junto a mis pensamientos depresivos y negativos es un coctel bastante toxico para mi alma.

-Bueno… Eso no lo niego.- Dijo el albino al mirar un momento al suelo. El sabía perfectamente lo que se sentía estar en esa situación. Luego le dirige nuevamente la mirada a su amiga-. Pero sabes, llegara el día en que va a haber un cambio drástico en tu vida, y ese día vas a volver a sonreír y todo este dolor que sientes ni lo recordaras.

Ella solo lo ve hacia sus ojos, si tan solo tuviera el mismo optimismo de ese tierno peliblanco.

Al albino le quebró el alma ver la mirada afligida de su amiga. A pesar de lo que paso en su vida, no le gustaba ver rastros de dolor en el rostro de una mujer, y menos si se trata del que le tiene tanto cariño.

-Todo va a estar bien. Créeme.- Dijo Lincoln al colocarle la mano en el hombro.

Ella sonríe y se sonroja cuando siente que el chico le besa una de sus mejillas.

-Y… ¿Cómo has estado tú?- Pregunto la chica al apoyarse en el hombro del peliblanco.

-Bien, no me quejo la verdad.- Respondió el albino-. La paga en mi trabajo es buena y me agrada tener mi propia casa.

Ella sonríe, desde hace unos meses atrás el le dijo que se había logrado independizar, pero le parecía extraño que lo haya logrado hacer a los diecisiete años… Caray, hasta a veces le provocaba preguntarle cómo le había hecho, pero le daba pena. Aunque no es que este solo en esa casa, pues también vive allí con dos de sus hermanas, no sabía muy como se llamaban, pero una de ellas era muy fanática de la música y la otra era de gustos siniestros, como los de ella.

-Genial, ¿Y cómo llevas las cosas con tus hermanas?- Pregunto la pelinegra.

-Pues, Luna suele tocar música muy buena a toda hora, y los sábados suele perderse todo el día ya que va de practica con la banda a lo de Sam, o están tocando en vivo en el Club Painkiller, y Lucy sigue siendo bastante misteriosa y distante ante los demás, pero conmigo y con Luna es un amor, suele ayudarnos a ambos cuando estamos muy ocupados, y a veces hasta ella es la que prepara la cena.

-Qué bonito.- Dijo la chica con una sonrisa, aunque en el fondo sintiera algo de envidia-. Aunque, cualquiera que te escuchara diría que tienes una relación moralmente ambigua con tus hermanas.

-¡Oh, vamos!- Dijo el albino-. Yo quiero a Lucy y a Luna, pero no de esa forma.

-He, he. Eso lo sé, tontito.- Respondió la gótica-. Aun así me parece muy lindo sus lazos de hermandad.

-Si… Al menos ellas si lo supieron apreciar.- Dijo Lincoln al voltear su mirada a la ventana.

-¿A qué te refieres con eso?- Pregunto Maggie.

El chico se percató de que quizás hablo de más, por suerte él se fijó que ya habían llegado a la escuela así que vio su oportunidad para cambiar el tema.

-Ehm… No hay tiempo de hablar.- Dijo Lincoln como forma de esquivar la pregunta de su amiga-. Ya llegamos a la escuela, y si llego tarde otra vez, la maestra me va a enviar a dirección otra vez.

-Oh… ya veo.- Dijo la chica con algo de desazón en su voz.

Esto no paso por alto para Lincoln. Al bajar del autobús junto con Maggie, la abraza y ella corresponde con una tierna sonrisa y un leve rubor en sus pecosas mejillas.

-Debo irme a clases.- Dijo Lincoln al sostenerla de sus hombros-. ¿Te parece si seguimos hablando a la hora del almuerzo?

-Claro, nos vemos por la cafetería.- Respondió Maggie.

Ella siente que sus mejillas vuelven a enrojecerse y a calentarse cuando siente los cálidos labios del chico tocar la suave piel de su linda carita. En silencio ve como aquel peliblanco se va por el pasillo rumbo hacia su salón de clases, y su sonrisa se borra cuando se da cuenta que tiene que ir a su salón. Otro día de fastidio con esas chicas de plástico que se sienten superiores por pisotear a los demás.

Al menos tenía a Kasserine de su lado en aquel salón de clases.


Antes de llegar al salón de clases, Lincoln revisa su teléfono. Un Nokia 5300. Se percata que tiene un mensaje de Maggie.

"-Espero que te vaya bien en clases, Linky. Nos vemos en la cafetería al mediodía… Y no te olvides de mí :s"

Lincoln sonríe ante el mensaje de su amiga, era tan tierna aunque no lo admitiera.

"-No te preocupes, jamás me podría olvidar de ti. Espero también que te vaya bien en clases y claro, nos vemos al mediodía ;)"

El guarda su teléfono y entra al salón, en donde ve a su grupo de amigos en la esquina del salón charlando y riendo.

-Hey, hasta que al fin llegaste, Loud.- Dijo Rusty al ver que el albino se acerca hacia ellos.

-¿Qué cuentan, chicos?- Dijo Lincoln al acercarse y saludar a su grupo-. ¿Preparados para los exámenes de hoy?

-Yo si lo estoy, compadre.- Dijo Clyde-. Esto es pan comido, y al parecer la práctica de Física es en grupos de tres.

-¿No se podrán dé a cuatro?- Pregunto Liam.

-Lo dudo-. Respondió Zach-. Ese profesor es bastante amargado como para permitirlo.

-¿Y ustedes con quienes van a hacer grupo en la práctica?- Pregunto Rusty.

-Obviamente yo voy con Clyde.- Dijo Lincoln.

-Claro que sí, espero que hayas estudiado.- Dijo el moreno.

-Obvio que estudie, ni que fuera Kazu para estudiar a minutos del examen.- Dijo el joven Loud.

-Menos mal, así que no la rompas, o yo haré lo mismo con tu hermana.- Dijo Clyde a modo de broma.

-… Una más de esas y te dejo como campeón.- Dijo Lincoln, a lo cual Clyde y el resto de grupo ríen. Era más que obvio que todo eso era de broma.

-A propósito, ayer me descargue por Ares unas rolitas de Mago de Oz y Nikki Klan.- Dijo el peliblanco.

-¿¡Enserio!?- Exclamo Rusty-. ¿Me pasas esas canciones por Infrarrojo?

-Claro.- Respondió Lincoln al percatarse que su teléfono comenzó a sonar-. Disculpen chicos, voy a contestar.

El peliblanco se aleja un poco de su grupo y revisa quien llama. Era Kazu.

-¿Aloha?

-Hey Linc.- Saludo una voz masculina del otro lado de la línea-. ¿La profesora ya llego?

-No, aun tienes tiempo de llegar.- Respondió Lincoln.

-Uy… Menos mal, ya voy llegando. Es que se me hizo tarde por que el autobús tardo en pasar.- Dijo el chico-. Llegare en unos minutos.

-Apresúrate compañero, hablamos aquí.- Dijo el albino antes de colgar su teléfono.

El chico vuelve a acercarse a su grupito.

-¿Quién era?- Pregunto Liam.

-Kazu.- Respondió el chico de cabellos blancos.

-Déjame adivinar… ¿Se le hizo tarde otra vez?- Pregunto el moreno.

-¿Que comes que adivinas?- Respondió Lincoln-. No debe de tardar en llegar.

-No entiendo a Kazu.- Dijo Zach-. Siempre llega tarde y a veces falta a varias clases, pero de todo el salón es el que tiene las mejores notas junto a Lincoln y Clyde.

-O tiene mucha suerte o una manera muy buena y sigilosa de copiarse en los exámenes.- Dijo Liam

-Pero bueno, Lincoln. Acompáñame un momento a la máquina expendedora del pasillo.- Dijo el moreno.

-… Bueno, supongo que el profesor llegara tarde. Vamos.- Dijo el peliblanco para comenzar a caminar junto al moreno.


Ambos caminan hacia la máquina expendedora, a decir verdad estaba en el mismo pasillo del salón en donde tenían clases, así que podrían estar tranquilos ya que verían cuando la profesora llegara.

-¿Quieres algo? Yo invito.- Dijo el moreno al sacar su billetera.

-Bueno… Creo que me conformo con unas galletas con relleno de jalea de fresa.- Dijo Lincoln.

-De acuerdo, entonces lo tuyo seria 7-G- Esto lo dijo al empezar a manipular los botones de la maquina e introducir un billete-. Y lo mío seria 3-A.

De la maquina salen dos golosinas y el moreno las toma para darle la otra a su amigo.

-Gracias Clyde, te debo una.- Dijo el peliblanco al recibir la golosina de su amigo.

-No es nada… A propósito, ¿Cómo van las cosas con Maggie?- Pregunto el chico de piel morena.

-Bueno, voy a paso lento.- Dijo el chico al apoyarse en la máquina-. Sabes… Ella es especial para mi, y no quiero apresurar las cosas.

-La quieres mucho, y eso no hay nadie que lo niegue.- Dijo Clyde.

-¿Se nota mucho?-. Pregunto con una mirada de intriga.

-Amigo… Los rusos podrían iniciar una invasión a gran escala como en el Red Alert 2 y tú no te darías cuenta por estar pensando en Maggie.- Dijo el moreno.

-Bueno… Tu ya sabes lo que siento por ella.- Dijo el peliblanco al mirar a su amigo-. Y es que ella es tan… Preciosa, tan talentosa. Es decir, ¿Alguna vez has visto sus dibujos? Son maravillosos, bien detallados, bien pulcros… No hay duda, amigo. Yo la quiero de verdad.

-Vaya… De verdad que la quieres.- Dijo el moreno-. Casi que expulsas arcoíris con esas palabras. Pero… Sabes que ella tiene sus problemas, ¿No?

El chico suelta un suspiro y mira al suelo.

-… Sé que la vida no la ah tratado muy bien, Clyde.- Dijo Lincoln-. Sé que desde que ella tiene memoria sus padres la usan como una forma de canalizar sus frustraciones por los errores que cometieron en su vida. Sé que también tenía una hermanastra, aunque no me ah dicho que paso con ella.

-¿Maggie tenía una hermanastra?- Pregunto Clyde con intriga.

-Sí, era la hija de la relación anterior de su… "Padre" si es que se le puede llamar así.- Dijo Lincoln-. Hace unos días me conto como era. Alta, dos años mayor que ella, cabello oscuro, piel blanca y ojos verdes… Aunque, cuando le pregunte que paso con ella, cambio el tema.

-… Eso suena bastante sospechoso, ¿No lo crees?- Dijo Clyde.

-… ¿Insinúas que ella está mintiendo?- Pregunto Lincoln.

-No, no. Como crees compañero.- Dijo el moreno al tomarle de un hombro-. Me refiero a que es bastante sospechoso que ella no quiera decirte que paso con su hermanastra, siendo que ella confía bastante en ti, hasta puedo decir que te quiere mucho.

-¿De verdad crees eso?- Pregunto el albino con un leve sonrojo.

-Por supuesto, es decir, ella se ve muy cómoda a tu lado… Además que tu le salvaste la vida cuando ella… -Clyde enseguida callo sus palabras para cambiar la dirección de lo que iba a decir-. Mira, lo importante aquí es que ella tiene una nueva oportunidad para encontrar la felicidad. ¿Qué mejor que contigo?

-Claro… El dilema es si ella me aceptaría a su lado.- Dijo Lincoln.

-Lo hará, créeme.- Respondió el moreno

-¿Y qué paso contigo y Haiku?- Pregunto Lincoln al cruzarse de brazos-. Sabes que Lori jamás te iba a corresponder... Empezando que yo no me le acercaría ni con un palo.- Esto último lo dijo en su mente.

-Bueno… Voy bien con ella.-Dijo Clyde al sonreír-. Ayer fuimos a los Arcades, luego vimos una película de terror y en la noche nos quedamos viendo videos de ElAnticristo2007 y nos quedamos dormidos en el sofá.

- Que bonito.- Dijo Lincoln con una sonrisa-. Y… ¿Cuándo piensas hacerle la pregunta?

-Bueno… Necesito el momento propicio.- Dijo el moreno-. No puedo preguntarle si quiere ser mi novia así sin más, hay que sentir el momento adecuado…

-… O puedes crear ese momento dándole un regalo o llevándola a un lugar especial para ambos.- Dijo el albino al tirar el paquete vacío de su golosina al cesto de basura.

-Bueno… Eso también funcionaria.- Dijo Clyde al sonreír-. … De hecho es una idea muy buena, ¿Por qué no se me ocurrió antes? Y lo más importante, si tienes ideas tan buenas ¿Por qué sigues sin declarártele a Maggie?

-Bueno, como dije; voy a paso lento, pero seguro-. Dijo el albino.

-Ah, cierto.- Respondió Clyde-. ¿Y tienes planeado algo con ella?

-De momento, creo que la voy a invitar a jugar unas rondas de Halo en mi casa, quizás comamos una Pizza, veamos unos Videos Loquendo de JetAirliner1987 y escuchemos unas canciones de Basshunter. Mi prioridad es que se divierta y hacerla feliz aunque sea por unas horas.- Dijo el Albino.

-Déjame adivinar… ¿Vas a Colocar Dota o Boten Anna?- Pregunto el Moreno.

-A ella le fascina Russia Privject.- Respondió Lincoln-. Pero igual creo que colocare esas dos.

-He, ya veo… Al parecer lo tienes todo cubierto.- Dijo Clyde.

-Ya lo tenía planeado desde ayer.- Dijo Lincoln-. Espero que todo salga bien y… Oh, mira, ya llego el profesor, vamos rápido antes que nos ponga que llegamos tarde.

Ambos chicos corren hacia su aula de clase, por suerte llegan antes de que el maestro entre al salón.


Después de clases, Maggie va hacia el lugar donde se tiene que reunir con Lincoln, de seguro estaba junto a su grupo de amigos, curiosamente el grupo de amigos de Lincoln le caía muy bien. Quizás son bastante extrovertidos para sus gustos oscuros, pero la alegría de ellos era lo que necesitaba para cubrir temporalmente sus males en su hogar y en su salón de clases.

Y dicho y hecho, allí estaba su querido albino junto a sus amigos, ellos estaban riendo mientras Kazu parecía estar contando otra de sus anécdotas junto con su novia. La risa armoniosa de Lincoln le alegro el corazón a la gótica. Ella no lo negaba, él estaba siempre presente en sus fantasías y sueños.

El peliblanco ve de reojo que su linda pelinegra viene hacia el y el chico se levanta para recibirla con un cálido abrazo.

-¿Ves? Te dije que no te olvidaría.- Dijo el chico al sonreírle.

-Si, yo sabía que no me olvidarías, es solo que aún tengo esa paranoia de que algún día me dejaras de un lado… Disculpa.- Dijo la gótica al mirar hacia un lado con una expresión triste.

-Oye, no digas eso. Sabes que puedes contar conmigo siempre.- Respondió el albino.

Ella solo sonrió y volvió a abrazarlo. Después del abrazo, ambos se acercan nuevamente al grupo.

-Hey Maggie ¿Cómo va todo?- Saludo el asiático.

-Meh… Eh tenido peores días, pero estoy bien… Supongo.- Dijo la chica.

-Oye Kazu, esa canción está muy buena.- Dijo Clyde-. ¿Quién la canta?

-Es de System of a Down.- Respondió el chico Asiático-. Esa es Toxicity.

-Suena muy bien, ¿Me la pasas a mi teléfono?

-Claro, enciende el infrarrojo.- Dijo el chico.

-Mi teléfono en un Motorola V3, no tiene Infrarrojo…- Respondió el moreno.

-Ay, que aburrido… Entonces enciende el Bluetooth.- Dijo el asiático al activar el Bluetooth en su teléfono.

-¿No tienes Byob o Roulette allí?- Pregunto Haiku.

-Sí, ya la pongo, es que no puedo hace nada mientras se está haciendo la transferencia.- Respondió Kazu.

-Oye Lincoln, ¿Qué vamos a hacer hoy?- Pregunto Maggie.

-Bueno… Hoy no tengo mucho dinero, así que pensé que podríamos ir a mi casa a…

-¿A qué?- Interrumpió Kazu con un tono picaron.

-… A jugar videojuegos.- Respondió Lincoln con un tono de fastidio.

-A, que buena manera de decir que van a tener se…

-¡Kazu!- Exclamaron ambos con un gran sonrojo en sus rostros. El chico solo se empieza a reír.

-A pos bueno, entonces que se diviertan con sus "Rondas".- Esto último el asiático lo dijo haciendo entrecomillas con sus dedos.

Ambos chicos caminan hacia la salida de la escuela, ella caminaba junto a el mientras el chico le comentaba lo que había hecho en el día, ella escuchaba atentamente, pero era imposible no fijarse en las miradas que le lanzaban las personas del pasillo. ¿Acaso Lincoln no las notaba? Incluso podía escuchar que murmuraban cosas entre ellos. Y aunque no podía entender gran parte de estos susurros, pudo lograr entender uno de unas chicas cerca de la salida.

"-¿Acaso esa rarita está saliendo con Lincoln?"

"-Así parece… Que gustos tan pésimos tiene el albino."

Eso le sembró una semilla de duda a Maggie. Es decir, ella estaba enamorada de Lincoln, no lo negaba… Pero, ¿Acaso se lo merecía? ¿Merecía a alguien tan lindo y atento? ¿El podría soportar estar con alguien tan negativa como ella?

Ella baja su mirada… Quizás si se volvían pareja, el en un punto conocería a alguien mejor y seguramente la dejaría sola y con el corazón roto… Y quizás así era mejor. Es decir ¿Quién querría estar con alguien como ella?

Pero su espiral negativo es quebrado cuando Lincoln le toca el hombro.

-¿Estas bien? Parecías distraída.- Pregunto Lincoln.

-¿Eh? No… No era nada.- Dijo la chica al forzar una sonrisa.

Lincoln la miro con algo de duda, pero al final solo sonrió y la tomo de la mano para irse de allí rumbo a su casa.


(Continuara…)