El moreno y la gótica se hallaba en el tejado del edificio de biología en horas de la tarde, había salido temprano ya que había finalizado su examen antes de tiempo, por lo cual su maestro le permitió retirarse para evitar desorden en el aula y evitar que el les pasara las respuestas del examen.
-Sabes, siempre me gusto estar aquí.-Dijo la gótica al sentarse en un viejo aire acondicionado-. El aire fresco, la vista de la escuela y sus adyacencias, la privacidad que hay aquí…
-Sí, estando aquí uno puede hablar con tranquilidad sin temor a que te espíen o algo así.-Respondió Clyde al sentarse junto a ella-. Además, como eh dicho anteriormente, me gusta pasar el tiempo contigo, es agradable.
Ella esboza una sonrisa para acomodarse en su asiento improvisado.
-Claro… A mí también me agrada pasar tiempo contigo.- Respondió la chica-. Nunca pensé que podría encontrar a alguien con quien compartir mis gustos… Con quien hablar de mis alegrías y penurias… Es una sensación inenarrable.
-Tienes razón, Haiku… Es una sensación bella e inenarrable.-Dijo el chico-. … A propósito, ¿Qué quiere decir "Inenarrable"?
-Es algo difícil de describir.-Respondió Haiku.
-Pero, aunque sea inténtalo.-Dijo el chico, a lo cual la gótica voltea a mirarlo.
-Es algo difícil de describir…
-Pero, aunque sea inténtalo.
-¡Que es algo difícil de…!
-¡Ah! Ya entendí.-interrumpió el moreno al percatarse de la explicación de la chica-. Es algo difícil de describir.
-… Pero, aunque sea inténtalo.- Dijo la chica, a lo cual Clyde le voltea la mirada.
-Muy graciosa.-Dijo el chico-. ¿Y al final si te reuniste ayer con la hermana de Lincoln?
-Ah, sí.-Respondió la chica-. Estábamos, junto con los demás del club intentando cerrar un portal inter dimensional.
-¿Estaban haciendo una especie de ritual?- Pregunto Clyde.
-¿Qué? ¡No! Estábamos jugando Doom.- Respondió Haiku.
-Ah… Ya. Yo creí que solo se reunían para hablar de espíritus, oscuridad y esas cosas siniestras.-Dijo el moreno.
-Sí, pero ayer decidimos hacer algo diferente para variar.-Dijo la gótica-. Luego de eso, cocinamos una pizza, compramos un refresco y comimos mientras escuchábamos a Avril Lavigne.
-Oh, suena a que te divertiste mucho.-Dijo el chico.
-Si, aunque me hiciste mucha falta.-La chica, al decir esto, lo reda con sus brazos.
-Discúlpame nuevamente, es que tenía que resolver algo con Kazu.-Dijo el moreno.
-¿Algún tipo de problema?- Pregunto Haiku.
-No, es que se acerca el aniversario de su noviazgo con Reyna y quería que le ayudara a cocinar algunos dulces.-Respondió el moreno-. De hecho, sobro algo de azúcar y miel, así que me los regalo… Y se me olvido sacarlos ayer de la mochila, aquí siguen los frascos.
-Bueno… Si tienes tiempo y aun te quedan ingredientes en tu casa, podríamos hacer unas galletas de miel.-Dijo la gótica.
-¿Sabes cocinarlas? Es que yo no.- Respondió con una mirada curiosa.
-Si, no es tan difícil.-Dijo Haiku-. Si quieres, te puedo enseñar.
-… Eso me gustaría.-Dijo el moreno al sonreír.
Ella sonríe con la cálida sonrisa del moreno. Una sonrisa que, por más dolor que sintiera, no se le borraba jamás.
-Oye, Clyde.-Dijo la chica amante del ocultismo.
-¿Si?
-¿Tu sabes algo de lo que ah sucedido en la vida de Lincoln?-Pregunto con una mano en el mentón-. Es que… Me llama la curiosidad de que este viviendo solo con dos de sus hermanas…
-Bueno… Es un poco complejo explicarlo, empezando que el no me ah contado todos los detalles.-Dijo el chico-. Pero, a resumidas cuentas, fue por un problema muy feo que hubo con su padre.
-¿Ah si?
-Si… Mira, normalmente yo no hablaría de esto, pero yo confió en que no vas a divulgar nada de esto.-Dijo el moreno-. Mira, seguramente recuerdas como era el padre de Lincoln, ¿No?
-Si, lo recuerdo. Un hombre muy alegre y jovial. Recuerdo que junto con Luan nos hicieron quedarnos sin aire de la risa en la fiesta de cumpleaños de los 14 años de Lincoln…-Dijo la chica gótica.
-Bueno… La cosa es que algo ocurrió, no sé qué es ese algo porque Lincoln no me quiere decir que es, pero ese algo lo impulso al alcoholismo… Se volvió iracundo, un ser incontrolable e impulsivo. Empezó a maltratar física y emocionalmente a sus hijos y bueno… Él no lo soporto más y se fue junto con Luna y Lucy.-Conto Clyde.
-… ¿Y así sin más? ¿Se fue y ya?... Debe de haber mas.-Dijo la gótica.
-Y es que hay más… Pero lamentablemente lo que te eh contado es lo mismo que el me ha contado.-Respondió Lincoln-. Lo siento, si supiera más, te lo diría.
-Lincoln confía mucho en ti, ¿No?- Pregunto Haiku.
-Claro, pero supongo que hay cosas tan privadas que uno no se la dice a nadie.-Respondió Clyde.
-Bueno, en eso tienes razón.-Dijo Haiku-. Y… Con respecto a lo de Ronnie Anne. ¿Cómo se ha sentido?
-Sigue echándose la culpa de todo… Eso es algo que le dejo una marca.-Respondió el moreno.
-Cielos… Pero, al menos ah aprendido a vivir con ello ¿No?
-Si, se puede decir que hasta le cambio la perspectiva a todo su mundo.-Dijo el moreno-. Incluso si esta rebosado de trabajo, siempre va a decir que si tiene tiempo para hablar.
-Ya veo…
-Es alguien de admirar mi amigo.-Dijo Clyde-. Ha soportado tantas dolencias y perjurios, y aun así siempre está allí para sus amigos, para sus hermanas, y para su amada.
-¿Crees que Maggie sepa lo que paso con Ronnie?
-No… Pero, al igual que el problema familiar de Lincoln, esto también tendrá que contárselo.-Dijo el moreno.
Hubo un corto silencio entre ambos, solo escuchaban se escuchaba el viento y los árboles que se movían con la brisa.
-¿Y qué vas a hacer más tarde?- Pregunto Clyde.
-No mucho en realidad, ¿Por qué?- Respondió Haiku.
-Bueno… Quería ver si podíamos pasar un rato en el centro comercial… Ya sabes, ir por una pizza, jugar algunos videojuegos en los árcades… Tú dices.- Dijo el chico.
-Si, creo que puedo.- Respondió Haiku con una tierna sonrisa-. Además, de paso quiero ver cuánto valen esos Pendrive que funcionan como MP3
-¿Te piensas comprar uno?
-De sobras, la capacidad de ellos es de quinientos doce megabytes, caben setenta canciones. ¡Setenta canciones! Eso si que es la meca de la tecnología.-Dijo Haiku.
-He, de acuerdo… Te ves linda cuando te emocionas.-Dijo el moreno.
-Basta, haces que me sonroje.- Dijo la chica gótica al voltearse.
El chico rie y la abraza. Enserio que adoraba a esa gotica que le había hechizado el corazón, no con rituales ni pociones, si no con su forma de ser, con su belleza y personalidad dulce y al mismo tiempo fría.
Mientras, en el gimnasio de la escuela, Maggie estaba frente a Kazu, lista para recibir sus primeras lecciones de defensa personal. Ese mismo día en la mañana ella le había pedido al asiático que le enseñara lo básico para poder defenderse, y el naturalmente accedió con la condición de que le brindara un refresco después de cada práctica. Una petición extraña, pero que al conocerlo se hace de lo más común. Lincoln también estaba allí sentado en una silla jugando en su teléfono celular.
-¿No debíamos ir a por Clyde?- Pregunto Lincoln.
-Vamos, seguramente esta con Haiku en el techo escribiéndole una carta a la cigüeña.-Respondió el chico al terminar de ajustarse los guantes-. Dejémoslo tranquilo.
-He, he… Escribirle una carta a la cigüeña. Que buen eufemismo.- Dijo Lincoln entre risas opacadas.
-Muy bien, Maggie. ¿Estas lista?- Dijo el chico al pararse frente a la chica.
-Si, aunque… ¿Para qué es el peluche encima del saco de boxeo?- Pregunto Maggie.
-¡Ah! Ese es el Señor Dolor.- Dijo el asiático al voltear a ver al peluche, el cual tenía ojos de botón, era calvo y tenía un traje de karateka-. Alguien lo pego allí con pega industrial y nunca logramos quitarlo, así que se volvió la mascota del lugar.
-Ah… Qué lindo.-Dijo ella-. Bueno. Comencemos.
-Bien… Pero antes que nada, déjame preguntarte algo.-Dijo Kazu al estirarse un poco-. ¿Sueles hacer ejercicio? ¿Tienes experiencia previa con esto de las artes marciales? Y de último, y es la más importante de todas… ¿Te gusta el pan?
-Ehm… Solía hacer ejercicio, pero lo deje, llevo casi tres años sin hacer ejercicio. No, es la primera vez que practico esto… Y… ¿Qué clase de pregunta es esa?... Obvio que me gusta.-Respondió Maggie.
-Muy bien.- Dijo el asiático-. ¡Oye Lincoln! Ya que le gusta el pan, puedes llevarla a una panadería que vende pan.
-Pues… Yo pretendía llevarla a una panadería que vendiera pizza.-Respondió Lincoln de forma sarcástica.
-Sabes, mi primo tiene una panadería que funciona como Pizzeria.-Dijo el asiático, a lo cual el albino quedo en silencio.
Cuando Kazu comenzó a explicarle a Maggie lo básico, el teléfono de Lincoln comienza a sonar, por lo cual sale del gimnasio para contestar, era Luan.
-¿Hola?
-Lincoln, hermano. ¿Cómo has estado?- Sonó la voz de la chica amante de las bromas del otro lado de la línea-. ¿Trabajando duro o durando en el trabajo?
-Pues, que te digo… Ahorita ando en la escuela y en la noche tengo trabajo por hacer.-Respondió Lincoln-. ¿Y cómo te va a ti?
-Pues, estoy bien, ya sabes. Hago lo posible para ganar dinero y así ayudar a llevar comida a la mesa y pagar las cuentas.-Respondió la chica-. Llamaba para avisarte que Lynn y Luna van a ir mañana conmigo a nuestra vieja casa para recoger unas cosillas… No se si quieras venir.
El chico queda en silencio, realmente hace rato que no pisaba el suelo de esa casa… No desde el día del problema.
-... ¿Lincoln? ¿Sigues allí o ya te comió la lengua el gato?- Pregunto la castaña.
-¿Eh? Ah sí… Disculpa, es que me quede pensativo.- Respondió rápidamente el albino.
-Ya veo… ¿Seguro que quieres? No habría problema si no quieres ir.-Dijo la chica-. Te comprendemos si realmente no quieres saber nada de ese lugar.
-No, no… Voy a ir con ustedes, después de todo también tengo que buscar unas cosas.-Respondió el albino-. ¿A qué horas hay que ir?
-Nos reuniremos en el parque a las once de la mañana.-Dijo Luan-. Reúnete con nosotras allí. Y no te preocupes, nosotras ya hablamos con una amiga y nos va a hacer el favor de ayudarnos con el transporte.
-Mn… De acuerdo, me asegurare de ir junto a Luna al parque.- Dijo el albino-. Ehmn… Oye, tengo que colgar, hablamos más tarde.
-De acuerdo, hermano.-Dijo la chica-. Hablamos más tarde.
El albino cuelga el teléfono y suspira. Para ese punto se preguntaba si podría tan siquiera pisar el césped de aquella casa sin sentirse abrumado por los sentimientos de nostalgia y rencor. Solo esperaba que sus cosas siguieran allí.
El viejo hotel Puerta del Sol, un lugar que fue la joya de la alta sociedad de Michigan durante los años ochentas y parte de los noventas hasta el día de su cierre. Nadie ah entrado allí desde los noventas… No hasta hoy, ya que Lincoln, Maggie y Kasserine estaban dispuestas a entrar al viejo y decrepito establecimiento para resolver un gran misterio. ¿Qué encontrarían allí? Se preguntaba la gótica. ¿Hallaría respuestas o recuerdos dolorosos?
El grupo se infiltra al interior por una ventana que se hallaba abierta, la verdad es que Kasserine se disponía a romperla con una roca, hasta que Maggie la detuvo y ella empujo la ventana para cerciorarse que de verdad estuviera cerrada. El lugar estaba cubierto de polvo y suciedad, las paredes que una vez fueron blancas como las perlas, ahora están decrepitas, de un color blanco muy opaco combinado con marrón y gris, además de eso la pintura se estaba despegando de la pared, los muebles finos estaban medianamente conservados ya que estaba recubierto de plástico, y el suelo de madera fina, ahora estaba bastante maltrecho y rechinante. Aquel lugar era solo un fantasma de la vieja gloria que vivió.
Maggie suspira… Por alguna razón sintió un deja vu en esa habitación. Es cuando se vltea hacia sus amigos.
-Bien, estamos aquí ya.-Dijo Maggie-. Yo creo recordar como es este lugar, pero aun así creo que deberíamos buscar algo para guiarnos, como un mapa o un croquis.
-Debe de haber uno en la oficina del gerente o del personal de mantenimiento.-Dijo Kasserine-. Al ser un hotel grande, debería tener varias habitaciones de mantenimiento, supongo.
-De momento vayamos al Lobby.-Dijo el albino al acercarse a la puerta-. Debemos ver que podemos averiguar… Debería de haber algo de interés por acá.
El trio sale al Lobby, este no estaba en mejores condiciones, incluso la hermosa alfombra de terciopelo tenia manchas oscuras y verdosas, señas de que la humedad estaba haciendo de las suyas.
Maggie se acerca a la barra de la recepción, salta hacia el otro lado y ve un gran libro finamente decorado cubierto de mucho polvo. Ella lo abre, parece ser la lista de los huéspedes.
Kasserine se acerca a una puerta que estaba al lado de la barra de la recepción, la intenta abrir, pero al parecer estaba cerrada desde el otro lado, así que desvía su atención hacia otra puerta, más cerca de lo que sería el ascensor, esta si abrió, y allí habían varias herramientas, finalmente se topa con un juego de llaves. Eran bastantes y estaban dentro de un anillo metálico mediano, el cual tenía una calcomanía que tenía escrito "F1" Ella pensó que podría haber un mapa allí, pero no había nada mas que recibos de material de reparación y repuestos de mecanismos de puertas.
Lincoln por su parte subió las grandes escaleras centrales y entro en la primera puerta doble que estaba allí, accediendo al bar del lugar, Camina un poco por el lugar, voltea a ver a la barra y ve que el espejo del lugar estaba roto, al acercarse, descubre que los vidrios rotos en el suelo y en una botella de vino, tenía lo que parecía ser rastros de sangre seca… Es como si alguien hubiera tenido una discusión y hubiera azotado a alguien contra el espejo, o alguien en un ataque de ira, golpeo el espejo con su puño…
Al agacharse, descubre una tarjeta de cartón que estaba cubierta de polvo y con algunos puntos color rojo oscuro. Tenía el nombre de un sujeto, pero en la parte de atrás había una serie de números "234255"
Maggie por su parte no encontró nada de utilidad en la recepción, así que decidió entrar a la parte de atrás de esta, que sería la sala de descanso. Revisando allí encuentra en un casillero un diario, la última anotación es de dos días antes del cierre oficial del hotel.
"La policía vino y nos entrevistó a todos, estábamos desconcertados, sabía que había algo extraño en este lugar… Pero nunca pensé que se convertiría en una escena de crimen. Vi a mi supervisor, estaba bastante nervioso, se notaba aunque lo intentaba disimular… ¿Qué tenía que ocultar? ¿Tuvo que ver algo con ese homicidio? ¿O fue el autor? Curiosamente no eh visto al empleado de mantenimiento hoy, de hace cinco días que no ha venido… Espero que venga pronto porque si no lo amonestaran o peor aún, lo despedirán…"
Maggie se lleva una mano al mentón al terminar de leer. ¿Qué más podrían estar haciendo allí? Simplemente vuelve a dejar el diario en su lugar y destraba la puerta que Kasserine había intentado abrir, saliendo al Lobby. De allí se dirige a las escaleras en donde Kasserine estaba hablando con Lincoln.
-¿Qué hallaron, chicos? ¿Se están divirtiendo?- Pregunto la gótica.
-Claro que si.-Respondió la chica.
-Seguro, nada más faltan los Zombies y ya estamos completos.-Dijo el albino-. Por otra parte, encontré esta tarjeta con unos números… Pero, no sé qué signifiquen.
-Y yo halle estas llaves.-Dijo Kasserine-. Tienen una pegatina que dice F1.
-¿F1?- Pregunto Maggie al ver las llaves-. Chica, creo que encontraste las llaves para todo el piso 1.
-Bueno… Sera mejor seguir viendo a ver que más hay.-Dijo Lincoln-. Este lugar me da miedo, si me lo preguntan.
El trio de amigos sube las escaleras hacia el ala este del edificio, la puerta estaba derribada así que no había necesidad de usar llaves allí. Los pasillos estaban en un estado paupérrimo, y había que tener cuidado ya que las baldosas del techo se estaban cayendo. El grupo investigo las habitaciones, pero no hallaban nada que fuera de utilidad, incluso había cerraduras que no lograron abrir ya que el mecanismo se oxido y quedo trabado. Finalmente llegan al ala oeste, en donde están las puertas hacia las escaleras, las cuales estaban trabadas con el seguro.
Lincoln se fija que atrás de ellos hay una floristería, no hacía falta abrir la puerta ya que la ventana del mostrador estaba quebrada. Al entrar, no ven nada afuera de lo común, Maggie entra a la parte trasera de la tienda, en donde solían arreglar los ramilletes, es allí que ve en una de las mesas una rosa de color negro, era de plástico, así que no se iría a dañar. Lo curioso es que en la base del tallo tenía un adorno de cobre con una muesca en un costado. ¿Quizás eso iba en algún lugar…?
Ella guarda la rosa, quizás serviría para algo. Y vuelve con su grupo. No había nada más de interés allí, así que deciden abrir la última puerta del piso, que daba al sótano. El lugar estaba en tinieblas, con un penetrante olor a humedad. Los chicos deciden usar sus teléfonos como linternas improvisadas, por suerte los teléfonos Nokia de Lincoln y Maggie se les podía activar el flash de la cámara. Gracias a estas fuentes de luces improvisadas ven algunas puertas de almacenes y salas de controles eléctricos. Finalmente llegan a la sala de mantenimiento en donde el padre de Maggie trabajaba. Ella suspira cuando ve la puerta, por una extraña razón también sintió un escalofrió que le recorrió la espalda. Era como si su cuerpo o algo más allá de lo comprensible le intentara decir que algo le esperaba del otro lado.
Al entrar, Maggie mira alrededor, nada parecía haber cambiado más allá de que estaba oscuro y… ¿Abandonado? Abandonado no parecía esa habitación, estaba limpia e incluso habían algunas cosas más modernas, entre eso una computadora y una planta eléctrica. ¿Qué estaba pasando allí?
Lincoln se acerca a la planta eléctrica y la enciende, y como si se tratase de un acto de magia, la habitación se ilumina gracias al bombillo del techo.
-… Esto es extraño…- Dijo Kasserine al acercarse a la computadora.
-Es como si alguien usara este lugar como… Un escondite secreto o algo así.- Dijo Lincoln.
-Mn…- La chica de gustos siniestros se acerca a unas estanterías, al abrirla se topa con varias cosas extrañas, entre esas una caja de munición para una pistola 9mm y una carpeta con un libro pequeño encima de esta...
-De acuerdo, en la computadora no parece haber mucho-. Dijo Kasserine mientras revisaba las carpetas-. Pero, por alguna razón, el dueño tiene almacenadas muchas fotos de los bosques que rodean a Royal Woods.
-Y aquí tiene una foto de una casa.-Dijo Lincoln mientras revisaba un escritorio-. Sí que es curioso, es esa vieja casona abandonada en Paleville St.
Maggie abre el libro. Parece ser un diario íntimo de su padre, no parecía decir nada interesante más allá de su paranoia sobre una posible guerra atómica total. Eso hasta que llego a la última anotación.
"Agosto 12
El gerente vino hoy, me hablo sobre la investigación que le estaban haciendo al hotel por el homicidio. Parecía nervioso. Y como no estarlo si este lugar es una fachada otras actividades poco honestas, cuando le pregunte sobre lo que iba a hacer para que no descubrieran lo del lavado de dinero, el me respondió que no me preocupara ya que tenía unos contactos que podían detener la investigación. Para ese momento me preocupaba más lo que había hecho hace unos meses atrás. Si esto se llevaba a mayores me podrían descubrir…
Agosto 13
Hoy vino de nuevo el Gerente, quería que le arreglara una pieza del auto que se le había dañado en la mañana mientras venia al hotel. Al llegar al auto me pasa un sobre con mucho dinero, no necesite preguntarle para que, estaba comprando mi silencio para que no dijera nada a los polis. Pero con o sin dinero igual no hablaría con ellos. Me siento paranoico, no puedo olvidar lo que hice ni puedo encontrar que hacer con ellas… Cielos…"
Maggie queda intrigada por esas notas. ¿En qué mañas estaba metido su padre? Luego abre la carpeta. Adentro habían viejas cartas de amor dirigidas a alguien que no conocía, y también halla la foto de una mujer, quizás lo que le sorprendió a Maggie es el tremendo parecido que tiene con ella y con su hermanastra. Era como ver a una versión suya más adulta y noventera. Queda pensativa un momento, por alguna razón sentía que conocía a esa señora… Un recuerdo muy borroso y distante pero que no logra aclararse… Que extraño era todo eso para la chica.
-… ¿Dónde dijiste que quedaba esa casona?- Pregunto Maggie.
-¿Eh? En Paleville St. ¿Por qué lo preguntas?- Respondió el albino.
-Ese es el siguiente objetivo.-Dijo la gótica-. Hay algo extraño en todo esto, y siento que poco a poco estamos recolectando las piezas del rompecabezas… Kasserine, guarda esas fotos en tu pendrive, puede que signifiquen algo. Lincoln, dentro de dos días preparémonos para ir allí.
-Esta bien.- Respondio el albino.
Maggie se inclina hacia atrás y vuelve a ver esa foto de esa mujer misteriosa… ¿Por qué se parecía a ella, y por qué allí no había un lugar para usar el número de la tarjeta que hallo Lincoln? ¿Sera que no era nada o se les escapa algo?
(Continuara)
