Ok, este es mi primer fic en la sección de Get Backers; estará conformado por dos caps. ¿Un Two-Shot?

Sumario: Recuerdos del inicio. Una visión a las vidas de Juubei y Kazuki antes de llegar a la Fortaleza Ilimitada y la acción que llevó a Kazuki a ser uno de los Reyes de los VOLTS.

Advertencia: Shounen-ai.

Disclaimer: Get Backers no me pertenece, así que no me demanden. En serio, no se llevarán nada útil.


Cap. 1: Como todo Comenzó

La lluvia caía a raudales, fría e inmisericorde, por todos los rincones de la Ciudad Baja de la Fortaleza Ilimitada. Las ratas corrían a sus agujeros para resguardarse del agua; el agua que mojaba el pavimento lavaba las antiguas manchas de sangre que marcaban las calles y paredes.

Un grupo de figuras expectantes se encontraban de pie frente a un viejo y destartalado edificio, el frío hacia visible sus alientos al momento de exhalar, pero parecía no importarles.

"¡Juubei, Juubei¡Vamos, date prisa!" Gritaba con alegría un muchacho vestido en un kimono rosa mientras corría muy cerca de la orilla del río.

"Kazuki, por favor, ten mucho cuidado. Podrías resbalarte y…"

"¡Aaah!"

¡Splash!

"… caerte al río." Finalizó Juubei con un tono de derrota.

El joven heredero de la familia Fuchouin había caído sentado en la orilla del río, la parte inferior de su kimono se encontraba completamente empapada pero no dejaba de sonreír. "No es la gran cosa, Juubei, sólo me mojé."

"Pero podrías enfermarte. Anda, dame la mano." Le dijo Juubei mientras extendía la mano para ayudar a su amigo. Kazuki se puso de pie, tomó la mano del chico y sintió como el otro lo haló hacia la orilla. "Tenemos que volver a casa para que te cambies."

"En serio no es la gran cosa, podemos quedarnos aquí y tomar el Sol. Al rato quedaré seco."

"Pero…"

"Juubei, te preocupas demasiado. Ya tengo una madre, para tu mayor información." Kazuki emitió una carcajada, pero el joven aprendiz de doctor se cruzó de brazos y permaneció en silencio.

Ambos jóvenes se sentaron debajo de un árbol, los calidos rayos del Sol les llegaban a través de las ramas, pero no era molesto. El clima era tibio e ideal para una siesta con el viento cantando una delicada canción de cuna. Juubei estaba sentado, con la espalda apoyada sobre el tronco del árbol; Kazuki, por su parte, se había acostado con los brazos extendidos y había cerrados sus ojos, parecía estar dormido, pero el continuo movimiento de sus pies indicaba lo contrario. Luego de mucho silencio, el joven Fuchouin decidió hablar. "¿Estás molesto conmigo?"

"No." Dijo el otro chico, de mala gana.

"Eres un mal mentiroso, Juubei." Kazuki se reincorporó y su cabello, que ahora mismo le llegaba un poco más debajo de los hombros, estaba llena da ramitas y hojas.

"No estoy molesto, de verdad. Es que nunca me haces caso cuando te advierto las cosas."

"Lo siento, prometo ser más cuidadoso y escucharte." Por más que le gustara jugar y hacer travesuras mientras sus padres no lo vieran, a Kazuki no le agradaba hacer enojar a su mejor amigo. "Incluso iré ahora mismo a casa a cambiarme¿qué te parece?"

Juubei le regaló una sonrisa y se puso de pie para ofrecerle su mano, después de todo, el muchacho siempre había tenido problemas para ponerse de pie correctamente cuando lo usaba su traje tradicional. Por más que las reglas lo exigieran, un kimono de mujer siempre será un kimono de mujer 1, y Kazuki era un niño. "Kazuki, tienes cortaduras en tus manos."

El muchacho de cabellos marrones se había puesto de pie y se sacudía sus ropas. "Eso es por las cuerdas de mi koto 2, las prácticas se están volviendo más difíciles."

"Entonces primero iremos a mi casa, así podré ponerte los ungüentos que preparó mi hermana."

"Juubei, no es para tanto."

"Mi deber es protegerte, Kazuki."

"Nos conocemos desde hace 4 años, pero jamás me cansaré de decirlo: Juubei, eres un anticuado."

La puerta del edificio destartalado chillaba mientras que el viento la movía de adelante hacia atrás, los presentes únicamente esperaban. El les había dicho que lo esperaran, pero él no siguió las órdenes y entró. La chica cubierta por velos color rosa suspiró hondo y en mente rezaba porque ambos estuvieran bien.

Un relámpago iluminó la escena y todos se hicieron a un lado. El Emperador había llegado.

La suave melodía de las cuerdas bailaba en el aire, dándole un sentimiento de paz y tranquilidad a todo aquel que lo escuchara. El interprete se encontraba arrodillado frente a su instrumento, tocándolo con los ojos cerrados; su único espectador estaba no muy lejos, no a la vista del heredero Fuchouin pero sí lo suficientemente cerca para cumplir con su misión. Siempre era de este modo para ellos dos.

Un muchacho de cabellos negros y ojos castaños, con un lunar bajo el ojo derecho y vestido en elegantes ropajes tradicionales caminaba guiado por la tenue música, hipnotizado. Llegó a un claro donde se erigía una pequeña construcción de madera y en aquel lugar se encontraba quien producía el sonido celestial.

A primera instancias hubiera confundido al intérprete por una niña, pero ya estaba al tanto de la apariencia algo afeminada del heredero de la familia Fuchouin. Quiso dar un paso al frente, pero rápidamente un hilo de seda, disparado desde el instrumento, cortó el aire a gran velocidad y lo hirió en la mejilla. Casi al instante tres agujas se clavaron en el suelo, justo frente a él, en señal de advertencia. El muchacho dio tres pasos temblorosos hacia atrás y cayó sentado.

Un muchacho de cabellos castaños salió desde detrás de unos árboles, en sus manos sostenía 6 agujas más. El intruso adivinó al instante que aquel chico debía de ser el guardaespaldas del heredero; el susodicho se puso de pie, salió de la pequeña construcción y se acercó al joven de agujas para poder ver mejor al intruso.

El chico de cabellos negros se puso de pie, asegurándose de guardar la distancia. "Lo siento mucho, Fuchouin-san. Mi nombre es Kirishima Tetsu. No era mi intención interrumpir." El muchacho se disculpó e hizo una reverencia. Juubei guardó sus agujas, Tetsu no era peligroso.

"Kirishima-san, nosotros también debemos de pedirte disculpas por haberte atacado." Respondió amablemente Kazuki, también haciendo una reverencia. El joven Kakei no dijo nada, pero copió los movimientos de Kazuki.

La familia Kirishima era amiga de la familia Fuchouin, y habían venido de visita desde Kyoto, su ciudad natal. Ese era el motivo de la presencia de Tetsu-kun.

Aquella tarde pasó sin más precedentes; los 3 jóvenes pasearon el basto territorio de la familia de Kazuki para matar el tiempo. El joven Tetsu era parlanchín, les había narrado de sus tierras y la fortuna que poseía su familia, algunas veces lo hacia de tal manera que le daba un aire ostentoso. El almuerzo también transcurrió sin novedad. Los tres se sentaron en una mesa aparte, aún eran muy jóvenes para participar en las conversaciones de adultos. Ese era un privilegio que sólo Sakura tenía por ser la mayor.

En el suelo yacía el cuerpo de un hombre sobre un charco de su propia sangre; únicamente dos adolescentes eran los testigos de aquella escena.

Los Kirishima se habían quedado en la mansión Fuchouin por al menos unos 4 meses. Tetsu le había tomado especial aprecio al heredero de la familia, era como ninguna otra persona que había conocido. El día de su regreso a Kyoto se aproximaba y realmente no tenía ganas de irse.

"Kirishima-san."

Tetsu miró en la dirección de donde provenía la voz, era Kazuki y estaba por su cuenta, sentado cerca de la orilla del río. Normalmente este era el lugar al cual venían para pasar el rato mientras los adultos conversaban.

"Fuchouin-san, no te había visto. ¿Dónde está Kakei-san?"

"Está estudiando, Kirishima-san, quizás venga más tarde." Fue la respuesta de Kazuki.

Tetsu cerró su puño con fuerza, esto siempre lo frustraba. Siempre era Kirishima-san, nunca Tetsu. Sin embargo, para Kazuki siempre era Juubei, y para el joven doctor siempre era Kazuki. ¿Quién se cree que es? Es servidumbre, como osa llamarlo por su primer nombre.

El muchacho de cabellos negros decidió arriesgarse y hacer la pregunta que tenía desde hace ya mucho tiempo en la cabeza.

"Es que… me estaba preguntando si…"

Kazuki le dirigió una mirada algo incrédula, nunca había visto a Kirishima-san tartamudear. "¿Sucede algo malo?"

Tetsu tomó aire y luego de unos minutos de silencio, prosiguió. "Quería saber si te gustaría venirte conmigo y mi familia a Kyoto… ¡Te gustará, ya lo verás!" Un disimulado sonrojo se esparcía por sus mejillas; jamás en su vida había imaginado que le pediría a un chico que viniera a vivir por un tiempo (pero si las cosas salían como quería, quizás más) a su hogar 3.

Kazuki, por su parte, estaba bastante sorprendido, pero ya sabía la respuesta que debía… -no, quería-… dar.

"Lo siento mucho, Kirishima-san, pero no puedo."


CONTINUARA…

NOTAS DE LA AUTORA:

1 En el cap. donde Juubei y Kazuki recuerdan su infancia, vemos a Kazuki vestido en un kimono tradicional color rosa y dice que en su familia es obligatorio usarlo. Aunque existen kimonos masculinos, el de Kazuki viene ya pareciendo un estilo femenino.

2 Koto: Instrumento que toca Kazuki. Se podría decir que es el arpa japonesa.

3 Años atrás existían clanes de familias, ninjas y samurais que sólo tenían relaciones amorosas con personas de su mismo sexo, y esto no era mal visto. Tomando en cuenta que estas familias han criado a sus vástagos de la manera tradicional, es obvio que para ellos tampoco es una aberración.

Bueno, el próximo cap será el último¡hasta entonces!