Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de Rowling.

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Ignora la historia del sexto libro pero toma datos de él.

Es un SS/OMC (personaje original masculino)

Capítulo 14. Mordedura

Charnag Oloth, aquella naga era Charnag Oloth...

Severus sintió mareos y tuvo que apoyar una mano sobre las rodillas para sostenerse, clavandose las uñas con fuerza, tratando de controlarse, agradeciendo el tener que estar arrodillado.

Charnag... Charnag que hablaba parsel, que tenía una serpiente gigante por familiar. Charnag que tenía poder para superar a Severus, Charnag que podía resistir el fuego mágico sin escudos y afrontar sin dificultad un ataque mental con una barrera que parecía un nido de aspides, que había ido de colegio en colegio de forma misteriosa, que escribía cartas en idiomas cifrados, que vagaba por Hogwarts a altas horas de la noche...

Idiota, idiota... Severus se mordió el labio inferior hasta hacerse sangre, castigándose por su autoimpuesta ceguera. ¡Ya sabía que Charnag había ocultado algo importante y sabía que no era humano! Se había cegado, se había hecho creer que quizá la barrera era propia de quienes hablaban parsel o que era fruto de un mestizaje mágico como el de Hagrid, se había convencido a si mismo de que no tenía que preocuparse más.

Necio, que error de principiante, Charnag era una naga, mucho mas que eso, era un enviado del imperio naga para apoyar la causa genocida de Voldemort.

Era una retorcida serpiente que se ponía al servicio de los colegios como espía de las nagas y finalmente acudía al silbido en parsel del heredero de Salazar Slytherin.

La cita... Severus sintió arcadas de nuevo... Charnag le había asegurado que iban a tener una cita y le daría una sorpresa... ¡Charnag ya sabía que él era un mortífago¡Charnag sabía que se verían aquí ahora¡Lo sabía!

No podía más, iba a vomitar, sentía un frio húmedo en todo el cuerpo y un peso horrible en la boca del estómago... no podía... Severus apoyó la otra mano en el suelo... no podía ponerse a vomitar ahora. Empezó a respirar a bocanadas y trató de concentrarse.

- Me honra, Lord Voldemort, mi pueblo ha estado observando largo tiempo los sucesos acaecidos en el mundo de los magos y los muggles. Y no vamos a permanecer mas tiempo apartados.

Aquella voz era la misma, la misma que había conversado con él, la misma que le había hecho sentir interes, risa, satisfacción y placer... era la voz de Charnag, ahora cargada de poder, sin ningún interes en transmitir familiaridad.

- Y no podría ssatisfacerme más.- Voldemort indicó a los mortífagos que se levantasen.- Esstoy sseguro de que nuestra alianza será satisfactoria para amboss.

Severus se puso en pie a duras penas pero consiguió mantenerse firme con pura fuerza de voluntad.

- Asi será, Lord Voldemort, el heredero de Slytherin es como un pariente lejano para nosotros los Nagas, y nos producirá una gran tranquilidad saber que hay alguien vuestra valía al mando de un gobierno mágico en decadencia, contaminado por sangre debil.

Voldemor estaba obviamente satisfecho, pletórico por la alianza, henchido de satisfacción por las palabras del miembro de la unica raza por la que el mago tenebroso podía sentir el mas mínimo respeto.

- Nuesto aliado naga essta oculto en Hogwarts bajo el nombre de Charnag Oloth, nuevo profesor de Defensa contra las Artess Oscurass, ironico ¿no es cierto? El senil Dumbledore sigue eligiendo admirablemente sus compañíass.

Los mortífagos rieron con humor burlón, desde luego que tenía gracia, Severus apretó los puños clavándose las uñas en la tierna palma de la mano. Una naga, una naga aliada de Voldemort y que ya estaba infiltrada en Hogwarts como lo habían estado Quirrel y después Barty Crouch junior, el falso Moody.

- El viejo chochea.- Convino Charnag, paseando la mirada entre los mortífagos.- Hogwarts no podrá nada contra vosotros con el apoyo de mi gente.

- Y ahora cuento con doss espias en la espalda del viejo Dumbledore, Oloth, supongo que ya conocerass a mi espía mortífago, Severus Snape.

Severus sabía cual era su papel, dio un paso al frente separándose de los demás mortífagos, hubiera sido mas correcto que se quitara la máscara para confirmar su identidad pero... no podía, no podía mirar a Charnag a cara descubierta, y si se quitaba la máscara acabaría por perder el control y vomitar. Sus ojos se cruzaron con los de Charnag y la sonrisa de este le estremeció, pero esta vez no era un presentimiento de placer.

- Ya nos conocemos, pero mi verdadera naturaleza es una sorpresa para vuestro leal mortífago. Bueno, Severus, ya te avisé esta tarde de que te reservaba una sorpresa.

Una risilla entre los mortífagos, Severus no se sentía capaz de compartir la broma.

- Creo que es demassiado chocante.- Voldemort rió levemente, una risa horrible.

- Indudablemente, aunque a favor de Severus debo decir que estuvo muy cerca de descubrirme.- Charnag se deslizó sobre su larga cola de serpiente, enrollandola a su alrededor como lo haría una anaconda.- Teneis hombres muy capaces en vuestras filas.

Si Severus hubiese estado menos preocupado tratando de controlar sus temblores al menos se habría alegrado de ver asegurada su posición ante Voldemort, nadie dudaría de su lealtad al lord tenebroso tras el apoyo de la naga. Pero no podía alegrarse, tenía la mirada prendida de la de Charnag, y mantenía la mente en blanco para que Voldemort no pudiese sentir su horror, su dolor...

- Volveremoss a reunirnoss, mis mortifagoss, y cuando lo hagamos esstareis preparados para un gran asalto inicial. Dentro deseis diass daremos a Dumbledore una pequeña muesstra de nuestro poder.

Los Mortífagos hicieron una profunda reverencia y abandonaron la iglesia en ruinas desapareciéndose en la oscuridad. Voldemor hizo un gesto de saludo seco y rápido a Charnag y se desapareció con una teatral espiral de humo negro.

Severus vió que Charnag reptaba hacia él alargando la mano con la sonrisa divertida que tan bien conocía. Pero ahora no se sentía capaz de actuar, no podía... Voldemort se había ido al fin y él... intentó desaparecerse pero no podía concentrarse...

Severus se quitó la máscara y ,antes de que Charnag pudiese decir nada, se apartó y vomitó apoyándose desesperadamente en una columna de piedra.

- ¡Severus!

Tenía frio, tenía arcadas, le dolía algo por dentro... le dolía el alma.

- ¿Severus? Cielos¿qué te pasa? Sabía que te impresionaría pero te ves fatal...

Actua. Actua, idiota. Severus cerró los ojos tratando de reponerse. Tenía que controlarse, Charnag no podía descubrir que no era realmente un mortífago, tenía que hacerle creer que estaba satisfecho de saber que su... amante, estaba de su mismo lado... dios... su amante tenía cola de serpiente... su amante era una naga...

- Demasiado impresionante.- Logró jadear.

- Respira hondo.- Charnag se acercó pero Severus se irguió rapidamente, no podría soportar que le tocara.

- Estoy bien. Debo irme.

- Espera un poco, siéntate.- Charnag le miró de arriba abajo y soltó una risilla.- La proxima vez te tomaré en serio cuando me digas que no te gustan las sorpresas, nunca imaginé que la impresión te haría vomitar.

"Por favor, no te hagas ahora el amable y simpatico... no puedo soportarlo" Severus se frotó el cuello, necesitaba un baño... necesitaba un baño y frotarse aquella sensación de suciedad que le invadía...

- Tengo que irme... Dumbledore... el cree que soy su espia, tengo que... darle su falso informe.

- Algo de eso me dijo Voldemort, menuda doble vida la tuya.

- Me voy. Ya hablaremos.

No podía escuchar más. Se puso la máscara y se desapareció hasta el borde de Hogwarts en el bosque prohibido. Una vez allí se transformo en su forma animaga y como cuervo voló hasta la torre de astronomía, en general no le gustaba usar su forma animaga cuando volvía de sus encuentros con Lord Voldemort, la usaba con mucho cuidado, no como lo había hecho el inconsciente Black, para mantenerla lo mas oculta posible.

Pero ahora tenía prisa por llegar a Hogwarts, quería meterse en su habitación, quería un maldito baño, una ducha con agua caliente, un vaso de whisky... pero antes tendría que ver a Dumbledore y advertirle.

¿Qué hora era? Las doce como tarde, la reunión había sido corta. Llegó hasta el despacho de Dumbledore como un autómata, el director aun no estaría dormido. Murmuró la contraseña y entró.

Dumbledore había estado dormitando en su sillón, pues llevaba el gorro de dormir y bostezó sonoramente al entrar Severus, pero su amodorramiento desapareció al ver a Severus... solo recordaba haber visto a Severus así en una ocasión, cuando había aparecido en Hogwarts hacía tanto tiempo para confesar su pertenencia a los mortífagos y darle toda la información que poseía a cambio de nada.

Mortalmente pálido, los ojos negros y muertos, opacos, pero con determinación. Alto, recto, rígido e imponente, Severus era la imagen de una estatua, un automata frio, sin sentimientos, sin reacción... pero era una treta, cuando el dolor era demasiado grande, cuando la rabia era demasiado intensa, Severus ahogaba todo en lo mas profundo de su alma para seguir adelante. Pero Dumbledore sabía, que en cuanto se quedase solo, Severus estallaría en la agonía que ahora ocultaba.

- Severus, sientate... ¿qué te ha pasado?

No se sentó naturalmente, Severus había venido a decirle lo que había ocurrido, y no dejaría que nada escapase de su interior. Dumbledore no pudo sino sentir una profunda lástima.

- Charnag estaba allí, es un enviado del pueblo Naga. Ha establecido una alianza entre las nagas y Voldemort para la guerra. Dentro de seis días Voldemort nos llamará para un ataque de amedrantamiento, uno grande, probablemente contra Hogsmade. No sé nada más.

Dumbledore quería hacer que se sentara, pero sabía que no podría. Y lo que acababa de decirle Severus le acababa de helar el alma. ¡Las nagas¡Y Charnag era una de ellas! La guerra acababa de dar un horrible giro.

Y Severus... cielos... Severus y Charnag...

- Severus... lo siento mucho.

- No sé de que me habla, director.

Era inutil, Dumbledore sacudió la cabeza y le despidió con tristeza.

- Mañana pensaremos que hacer con esto... ahora procura descansar, Severus.

El profesor de pociones marchó sin una palabra y Dumbledore se frotó los ojos con una carga extra en el corazón. Todo aquello era culpa suya... y ahora tenía que ser fuerte y descubrir como cambiar aquella horrible situación. Había confiado en Charnag... y también lo había hecho Severus.

¿Cómo podía haber salido todo tan mal?


Severus salió de la ducha con la piel enrojecida por el agua demasiado caliente.

No le importaba.

Se puso una camisa de dormir y se metió en la cama sin mas reacción. Se pasó la noche mirando la oscuridad sin poder dormir.

Al amanecer Severus Snape se duchó, se vistió y apretó la madíbula. Casi había salido de su habitación, tenía el pomo de la puerta en la mano... no podía mas. Conjuró un hechizo de silencio sobre la habitación para evitar que nadie oyese nada fuera de ella.

Y lloró...


Severus no había bajado a desayunar. Dumbledore suspiró mirando la silla vacía.

Charnag estaba allí claro, el vital joven estaba ahora dedicando su atención a Hagrid, que agradecía la atención del popular profesor contandole todo tipo de anéctodas.

Una naga... jamas lo hubiera imaginado. Sabía que Charnag era poderoso y capaz, pero no había visto venir algo parecido. Había imaginado que Charnag podía ser de una rama de la familia Slytherin para explicar los descubrimientos de Severus, pero no que perteneciese a una raza mágica. No es que hubiese podido hacer nada de saberlo. Tenía que trabajar con lo que tenía. De acuerdo, Charnag era una naga y estaba de parte de Voldemort. Pero ahora tenía una ventaja, Charnag no lo sabía todo, ahora Dumbledore sabía a que atenerse. Tendría bien vigilado a la naga, no podía despedirle, eso pondría en peligro la posición de Severus y a esas alturas solo le haría perder de vista al enemigo.

Hay que tener cerca a los amigos... y a los enemigos aun más.

Dumbledore saboreó la tarta de queso y cuando Charnag le saludó con una sonrisa le respondió con el mismo entusiasmo.

Ya estaba pensando en un plan. Terminó su desayuno y descendió a las mazmorras. Tenía que asegurarse de que su profesor de pociones no se había desmoronado.

- ¿Severus?

Había esperado que el profesor se encerrara al estilo ermitaño, pero en cambio Severus abrió la puerta, tenía el aspecto habitual, o al menos el que le había caracterizado otros años, negro inmaculado, gesto agrio y serio y la imagen de alguien que despreciaba a cualquiera que se pusiese frente a él.

- ¿Ocurre algo, director?

- Me preguntaba si estabas bien.

- Perfectamente.

- ¿Puedo pasar?

Severus se hizo a un lado permitiendo a Dumbledore entrar en el despacho. Todo estaba ordenado... metodica y maniaticamente ordenado, los tarros de cristal brillaban y Dumbledore hubiese apostado su barba a que Severus lo había hecho todo a mano. Podía imaginarselo frotando hasta que le doliesen los dedos. No era tranquilizador un comportamiento tan compulsivo.

- Sobre el profesor Oloth, he estado pensando en como actuar ante esta situación.

- Como si nada hubiese cambiado.- Atajó Severus.

- De momento.- Aclaró Dumbledore.- Tendré que ausentarme un par de días para tratar esta situación, en ese periodo MacGonagall quedará al mando, la informaré de lo que ocurre.

- De acuerdo.

No conseguiría sacarle un sentimiento sincero ni con sacacorchos. Dumbledore le dio una amistosa palmada en la espalda y se marchó. Mucho se temía que Severus había perdido la poca alegría que le había quedado tras tantos años de amargura.

Charnag se las pagaría por hacerle eso a Severus, de eso no dudaba.


Severus dió sus clases, quitó puntos a Gryffindor, castigó a Potter, premió a Draco...

Todo normal. Todo controlado. Era como hacer pociones, control, equilibrio, eficacia, no era tan dificil una vez conocías todos los pasos que debías dar.

Y aprendías a evitar los factores desequilibantes. En este caso cierta naga polimorfada en humano. La biblioteca era un lugar tranquilo, el ideal para estar cuando evitaba su propio despacho. Severus aprovechó para coger un par de libros de cierto interes. Un poco de lectura le relajaría.

Pero sabía que no podría evitar a Oloth eternamente.


- ¿Me estas evitando, Severus?

El aludido alzó la varita para iluminar la cara de Charnag en la oscuridad del pasillo de Hogwarts. Este apoyó un brazo en la pared apoyándose indolentemente y cruzando las piernas como un galan que acorrala a una dama. Pero Severus no era una dama precisamente.

- No desperdiciaría mi tiempo evitándote, Oloth.

La expresión del hermoso rostro se volvió confusión.

- ¿Ya vuelvo a ser Oloth? Severus, el hecho de que yo sea una naga no cambia...

Severus apretó los labios en una fina linea de odio. No podía controlar la ira, la indignación... pero podía dar una excusa a su reacción que no fuera la real, darle verdad, pero solo parte de ella.

- Cuando te avisé de que no sabíamos nada el uno del otro no imaginé que lo que no sabía de ti era que en vez de piernas tenías una cola de serpiente.- Severus practicamente escupió las palabras.

- Bueno, ese detalle queda compensado por el hecho de que tu ocultases tu afiliación de los mortífagos. Tu tenías un secreto y yo tenía otro. Y ahora ya no hay secretos, pensé que te alegrarías.

Alegrarse... había llegado a pensar que podía tener una relación, que podía encontrar una cierta paz en su vida personal, pero no, no podía ser, el mortífago traidor tenía que seguir mintiendo y actuando porque ahora su amante era también su enemigo... pero eran tan horriblemente dificil con Charnag.

- ¿Y si yo no hubiese sido un mortífago? Después de todo tu no lo sabías hasta que te reuniste con el señor tenebroso, creo que eso es suficiente para...

- Oh vamos Severus, te descubrí mucho antes de obtener la confirmación del heredero de Slytherin.

A Severus se le paró el corazón... pero aun estaba vivo de modo que solo debía haber sido una impresión.

¿Lo había sabido desde el principio? Severus pensó que se colapasaría allí mismo, era mucho mas horrible de lo que había imaginado. Aquella... serpiente le había utilizado, le había utilizado desde el principio.

Despues de todo Charnag era un espía, había llegado a Hogwarts a investigar el terreno y había encontrado¡sorpresa! A un mortífago infiltrado en Hogwarts. Y que mejor forma de examinar el terreno que controlar al curioso especimen, estar con él para investigar su ir y venir...

Lo había sabido desde el principio... había jugado con él...

Fue instintivo. Severus alzó la mano y cruzó la cara de Charnag de una bofetada.