Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de Rowling.
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
Ignora la historia del sexto libro pero toma datos de él.
Es un SS/OMC (personaje original masculino)
Capítulo 19. Antidoto
Lo primero que notó fueron las ataduras. Severus despertó con las muñecas enlazadas a la espalda. No notaba la reconfortante presencia de su varita en el bolsillo, era de esperar. Miró a su alrededor... no estaba en una celda sino en la habitación de Charnag, tendido en la cama.
Charnag le había incapacitado con un Desmaius y ahora le hacía prisionero. No tenía sentido, no lo entendía. De momento lo único que tenía claro era que tenía que salir de allí y avisar a MacGonagall del ataque al colegio. Cada segundo era precioso o Hogwarts estaría completamente indefenso, y tenían que evacuar a todos los alumnos que no hubiesen regresado con sus familias.
Se levantó de la cama y fue hacia la puerta, se dio la vuelta y manipuló la manilla, sin éxito, naturalmente estaba cerrada. Empujó con el hombro logrando solo lastimarse, aquello requería inteligencia no fuerza bruta.
Y sabía como hacerlo. Severus cerró los ojos y buscó dentro de él.
Las cuerdas cayerón al suelo, las manos que sujetaban habían desaparecido. El cuervo revolotéo por la habitación, se subió a un armario y desde allí investigó cualquier cosa que pudiera servirle de ayuda, a vista de pájaro todo era mas nítido. Sobre una silla habían dejado una bandeja con frutas, pan y agua, ningún cubierto. Nada, allí no había nada que pudiese ayudarle. Descendió al suelo y recuperó la forma humana. Necesitaba manos para seguir buscando.
Forzó las ventanas y la puerta, sin éxito, la habitación estaba totalmente sellada. Dio vueltas por la habitación como un animal preso, aquello era de locos. Tenía que salir de allí, abrió la cómoda a la derecha de la cama pero tampoco encontró nada que pudisese ayudarle.
No tenía su varita, también le habían quitado las pociones que siempre llevaba encima. Severus blasfemó en tres idiomas distintos y aporreó la puesta con desesperación.
- ¡Charnag¡Maldito seas, abre esta puerta inmediatamente!
Ni siquera sabía si Charnag estaba al otro lado de la puerta pero siempre cabía la posibilidad de que alguien pasara por allí y le oyera, y era mejor insultar a Charnag a voz en grito que pedir auxilio.
- ¡Charnag¡Esto no tiene ninguna gracia¡Déjame salir ahora mismo¿A que demonios estas jugando?
- Charnag no está aquí, profesor.
¿Draco? Severus pegó la oreja a la puerta¡esa era la voz de Draco Malfoy!
- ¿Draco?
- Así es, no malgaste aliento, he puesto protecciones de silencio fuera de esta habitación.
- ¿Dónde está Oloth¿Qué haces tú aquí?
Maldito Malfoy, y pensar que se había quedado tranquilo pensando que no tenía la marca tenebrosa.
- No se preocupe, profesor, cuando todo haya terminado agradecerá estar aquí.
- ¿De que demonios estas hablando¡Abreme la puerta, Draco!
- Me temo que eso no es posible, Charnag me ha encargado que me quede aquí a hacer guardia.
- ¿Y desde cuando obedeces a Charnag¡No seas necio Draco, tienes que dejarme salir! No se que te ha dicho Charnag pero...
- ¡Ese es el quid, profesor!.- Draco sonaba exultante.- No estoy de parte de nadie excepto de mi mismo, Charnag contactó conmigo antes del inicio del curso para ser su aliado, un importante aliado de las nagas.
Así que era eso, lo que Draco había estado haciendo desde el principio del curso era trabajar secretamente para Charnag y las nagas. Pero¿por qué y que había buscado la naga trabajando con un Malfoy?
- Draco, las nagas son ahora aliadas del Señor Tenebroso, no sé que pretende Charnag encerrandome aquí.
Una risilla, Severus golpeó la puerta, maldito crio¿qué se creía que estaba haciendo?
- Cálmese, profesor, está ahí dentro por su propio bien.
- ¡No uses ese tono conmigo, Draco! En dos días el señor Tenebroso atacará Hogwarts con ayuda de las nagas y...
- Día y medio, profesor, ha dormido mucho.
- ¡Dia y medio! Severus maldijo, el Desmaius debía haber sido de primera catagoría para noquearle tantas horas. No había tiempo, tenía que convencer a Draco de que le sacara de allí.
- Draco, no puedes confiar en Charnag, ignoro que puede haberte contado para convencerte de hacer esto.
- No me ha convencido de nada, profesor, Charnag necesitaba un contacto neutral en Hogwarts, ese soy yo, le he dado información a cambio de objetos mágicos y una salida perfecta cuando esto acabe.
- ¿Una salida? Draco, si no estas de parte del señor Tenebroso es que Charnag te la está jugando.
- Todo lo contrario.- Draco realmente sonaba orgulloso de si mismo.- Pero ahora me pondré unos tapones musicales, si me disculpa profesor.
- ¡No te atrevas a ignorarme, Malfoy!
Sin respuesta. Crio estúpido y petulante. Cuando saliese de allí le iba a castigar a la antigua usanza, una tanda de azotes en el trasero hasta que lloriqueara como la niñita mimada que era.
Tenía hambre... se sentó y empezó a dar cuenta de la comida mientras meditaba.
Le quedaba la opción de un ataque mental... pero era peligroso sobre todo sino podía ver a su objetivo.
Draco estaba tras esa puerta, en el despacho... tenía que imaginarle con toda la precisión posible, si estaba escuchando música con esos malditos tapones musicales y llevaba tiempo haciendo guardia... estaría repantingado en el sofá, las piernas sobre un posamanos y la espalda apoyada en el otro... estaría en camisa y pantalones con la corbata desabrochada... moviendo la cabeza al ritmo de la música. El sofá estaba a cinco pasos de la puerta...
Severus se concentró en crear la imagen exacta en su cabeza. No podía equivocarse, si fallaba en el mejor de los casos se provocaría a si mismo una migraña salvaje y en el peor se autolesionaría el cerebro. Por eso ya nadie enseñaba psionica o magia mental, muchos riesgos y poco control.
A jugarsela otra vez... se sentó lo mas comodamente que pudo y se concentró.
MacGonagall estaba inquieta. No sabía donde se había metido Severus, no había aparecido en las comidas ni estaba en sus aposentos. Llebaba todo el día sin dar señales de vida. Lo que le faltaba, esperaba que el profesor de pociones tuviese una buena excusa para desaparecer de esa manera sin avisar a nadie. Y por otro se temía que el motivo fuese lo que mas temía, que no hubiese regresado con vida de un encuentro con los mortífagos.
Dumbledore secuestrado... esperaba que Severus apareciera con buenas noticias al respecto.
Entró en su despacho con un suspiro, necesitaba una tila. Apenas se había puesto cómoda cuando sintió la presencia. Se incorporó de un salto con la varita en mano.
- ¡Sal para que pueda verte!
- Buenos reflejos para su edad.
Charnag Oloth apareció de entre las sombras con una expresión mortalmente seria. MacGonagall conjuró inmediatamente un hechizo de atadura, con reflejos envidiables Charnag sacó su varita y desvió el conjuro de la jefa de Gryffindor para despues arrebatarle la varita con un Expeliarmus avanzado.
- Sientese, Minerva, tenemos mucho de que hablar.
- No hablaré con nadie que invada mi despacho y me quite mi varita.- Replicó Minerva con determinación.
- ¿Ni siquiera si ese alguien le informa de que es un emisario del imperio Naga?
Con estas palabras Charnag se transformó instaneamente en su forma original, exhibiendo una sonrisa pretenciosa... que se quedó congelada ante la total falta de sorpresa de MacGonagall, que permanecía firme con gesto agrio.
- No parece sorprendida¿deduzco que Dumbledore la informó?
- Deduce bien.
- ¿Y por qué no enfrentarme con ello?.- Charnag estaba bastante confuso a ese respecto.- ¿Por qué marchó Dumbledore directamente al Imperio Naga?
Minerva se cruzó de brazos, estaba claro que no pensaba soltar prenda. Charnag suspiró y se acomodó sobre uno de los sillones desplegando su cola serpentina sobre este y el suelo, moviendo la varita entre las manos pero sin gesto amenazador alguno.
- Minerva, lamento la irrupción en su despacho, es una mala costumbre. No he venido a luchar contra usted, solo a hablar.
- Permitame que lo dude.- Minerva mantuvo la varita apretada y dispuesta a dar la alarma.
- He venido a decirle que las nagas hemos decidido salir de nuestro aislamiento para detener el caos en que está sumido el mundo mágico, deseamos aliarnos con ustedes para destruir a Lord Voldemort.
La reacción de Minerva le desconcertó nuevamente, la mujer soltó una carcajada.
- Pruebe otra mentira Charnag, sabemos bien de que parte está usted y sus serpientes traicioneras.
- ¿Disculpe?
- Estas aliado con Voldemort y sus mortífagos, sus mentiras no nos interesan Charnag, has subestimado a Hogwarts.
Realmente estaba sorprendido... que Dumbledore hubiese descubierto su raza era algo que le había sorprendido, que supiera de sus reuniones con Voldemort era ya inconcebible. ¿Cómo podía saberlo?
- No estoy aliado con Voldemort ni sus secuaces, Minerva, creame.
- No se moleste, Charnag, sabemos bien donde está su lealtad.
Realmente hablaba sobre seguro, no era una prueba ni un farol.
- Sabe usted muchas cosas, Minerva, me sorprende. Pero dejeme aclararle la situación...
La puerta se abrió como una exhalación y Severus Snape entró como un vórtice varita en mano.
- Petrificus Totalus
Charnag se quedó paralizado en el sofá. Minerva respiró hondo, asustada por la inesperada entrada de Snape, después se levantó y recuperó su varita para poder lanzar otros dos conjuros que asegurarían que la naga permanecía prisionera
- Gracias a Merlin¿dónde estabas, Severus¿Qué te ha pasado?
- Charnag me encerró, no hay tiempo Minerva, las fuerzas de Voldemort atacarán Hogwarts mañana al anochecer.
- ¿Qué?.- MacGonagall se quedó de color blanco tiza.
- Todo su ejército se reunirá para atacar el colegio y convertirlo en su bastión de poder. Las nagas harán caer los escudos para franquearles el paso.
- ¡No estamos preparados¡No hay tiempo¿Y Dumbledore?
Severus se frotó las sienes, le dolía la cabeza terriblemente, le había costado horas poder usar en Draco el impulso mental para forzarle a abrir la puerta, tenía la peor de las jaquecas y solo le consolaba que a Draco le dolería muchísimo más cuando despertara.
- No lo sé.- Miró al paralizado Charnag, que no podía tener una mayor expresión de pasmo.- No me ha dicho nada al respecto.
- Iré ahora mismo a organizar la evacuación de los alumnos y convocar a la Orden del Fenix.
- Yo me ocuparé de Charnag.
Minerva asintió y se marchó a paso ligero, no tenían mucho tiempo, los alumnos serían evacuados esa misma noche, Hagrid se ocuparía de eso, después la Orden del Fenix tendría que organizar las defensas y avisar al Ministerio. Apenas tenían tiempo.
Severus devolvió su atención a Charnag, el Petrificus pasaría pero los conjuros de MacGonagall controlarían a la naga con mucha mas eficacia. Ahora era el momento de las respuestas, de la verdad, toda la verdad. Recogió la varita de Charnag y se la guardó, después sacó un frasco transparente que había recogido antes de ir a ver a MacGonagall.
Verasiterum.
No sabía que sentir. Charnag le había encerrado... ¿por qué? No lo entendía... necesitaba saber la verdad. ¿Y porque había ido a ver a Minerva? Al llegar había oido a Charnag negar la alianza... no entendía a que venía aquello. Le dolía tanto la cabeza y todo aquello era demasiado raro.
El Petrificus cesó y Charnag recuperó la movilidad, al menos en la cabeza, el resto de su cuerpo no estaba rigido pero se movería lentamente, como si estuviese sedado.
- Has avisado a Minerva...- Charnag no cabía en si de sorpresa.- Tú... eres un traidor a Voldemort.
- Ya es inutil negarlo¿verdad?.- Severus suspiró.- Esta es la verdad, Charnag, soy un mortífago traidor, mi lealtad está con Albus, soy su espía.
Ahí estaba... Charnag no podía creerselo, entonces empezó a atar cabos. La actitud desconfiada, la ocasión en que había salvado la vida de Potter, la reacción cuando había le había visto a la diestra de Voldemort, el violento rechazo... y posterior reconciliación, las preguntas... Desde el principio, Severus el falso mortífago, el espía de Dumbledore.
- Increible.- Logró susurrar.
Severus sabía que aquello era el fín, y dolía. La fantasía de estar con Charnag se esfumaba para siempre, era tan doloroso como una herida abierta, y ahora le esta echando sal. Su corazón estaba agonizando, todas sus esperanzas, debiles como eran, se derrumbaban, aquel era el mundo real.
- Severus.
- ¿Qué?
Charnag parecía resignado, alicaido... al menos ambos se sentían igual de mal. Severus miró hacia otro lado, herido, dolido en lo mas hondo...
- Somos un par de idiotas.
- Lo sé.-Coincidió Severus.
- No, no sabes hasta que punto. Dame el verasiterum y ponte cómodo.
Severus administro la gota de Verasiterum, que Charnag se tomó sin rechistar, y se sentó en un sillón que situó frente al de Charnag.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Charnag Oloth, es mi nombre real.
Severus se frotó las sienes... estaba demasiado sobrepasado por aquella horrible situación. Estaba... interrogando a Charnag bajo Verasiterum, era absurdo.
- Ni siquiera sé por donde empezar.- Confesó.
- Entonces dejame empezar a mi.
¿Por qué no? Severus estaba demasiado cansado y confuso para hacer las preguntas adecuadas, demasiado implicado.
- Adelante.
- Ni las nagas ni yo estamos aliados con Voldemort. Es una farsa.
Nota de la autora: Se que lo del "impulso mental" suena un poco sacado de la manga, pero siempre me he imaginado a Severus como un psionico mas que un mago, sobre todo por eso de que sea experto de Legimenes y Oclumancia, magia que es basicamente mental y no necesita usar varita, solo mirar a los ojos. Bueno, es un detalle personal.
