Perdido en mí

Capítulo 6: Mirada en terror

- Lord Raymond…

Lucius estaba muy preocupado aquella ves. Lord Raymond, que ahora se hacía llamar Raven, enfocaba su vida en una cosa: la venganza, la venganza por la caída de la casa de Cormwell. Para él, el marques de Ostia era el culpable de todo. Su mirada seria mostraba una decisión que llenaba de terror el corazón de Lucius.

Aún caían lágrimas por la muerte de Lady Ninian a manos de un inocente Lord Eliwood que no sabía lo que hacía, pero lo hizo. Lucius sentía muy pesado el ambiente, se acercaba la definición de esta contienda. En este momento se enfrentaban a un Morph llamado Limstella

- ¿Aun estas aquí, Lucius? – dijo Raven seriamente – no me gustan los ociosos. Sino te vas a casa, vete a la retaguardia

- No tengo casa a donde ir… – respondió Lucius – Si así fuera, sería la de Cormwell

- Pero ya no existe la casa de Cormwell – dijo Raven algo molesto – Ya te he dicho varias veces que puedes irte si es lo que deseas

- Y no me canso de repetirte – dijo Lucius – que deberías olvidarte de tu venganza, lord Raymond

- ¡Silencio! – gritó Raven – Deja de recordármelo

Lucius trago saliva y respiró profundo, estaba decidido, no iba a dejar que lo ignorara otra ves.

- No – dijo Lucius decidido - ¡Déjame hablar por última vez! Lord Raymond, no debes vivir por una venganza.

- Tú que sabrás – dijo Raven

- Te conozco mejor de lo que tu crees conocerte, – continuó Lucius haciendo caso omiso a lo que había dicho Raven – Lord Raymond. Te acompaño desde que eras un crío. No haces más que tratar de reírte de mí… pero en el fondo, hay aprecio en tu corazón. No has cambiado tanto como crees.

- Lucius – dijo Raven algo aburrido de esto - cállate

- ¡No! – grito Lucius desde su alma - ¡No quiero¿Por qué actúas como si fueras otra persona? No me iré y no te dejaré en paz hasta que me lo expliques. Si tanto te molesto, abandóneme donde te plazca. No me hagas caso nunca más.

- Bien – dijo Raven – Te escucharé – hubo un pequeño silencio – eres como un niño…

Lucius cerró los ojos. Un largo silencio quedó entre los dos. Raven no pudo aguantar la espera a que Lucius dijera algo

- ¡Eres mayor que yo! – gritó Raven finalmente - ¿Se te ha olvidado?

- Lo siento – dijo Lucius abriendo lentamente sus ojos – Perdón

- Me has asustado – dijo Raven

- ¿Eh? – dijo Lucius extrañado por el comentario de Raven

- Eres como… - dijo Raven como un poco confundido – mi última familia. Priscilla es… No debería pensar en eso si…

Raven respiró un momento, Lucius lo miraba sin pestañar ni un segundo

- Tenía miedo de perder a toda mi familia – dijo finalmente Raven

- … Yo no… - dijo Lucius, conmovido por lo que había dicho Raven

- Por eso quería mantenerte alejado del combate – dijo Raven – Pero parece que fui demasiado rudo. Perdón.

- Lord Raymond… - dijo finalmente Lucius

Una caballero pegaso llegó a atacarlos, Raven empujó a Lucius para un lado y recibió el golpe directo. Pero eso no lo detuvo, se levanto y se lanzó en su ataque. Lucius estaba en el suelo confundido. Una luz llego del cielo y le pegó a la caballero pegaso, dejándola en el suelo. El que había lanzado aquello era el Obispo Renaud

¿Por qué aquella conversación había venido a la mente de Lucius en estos momentos? A menudo recordaba a Lord Raymond. Esa conversación había sido su última, desde ahí, no se habían vuelto ha hablar. ¿Por qué? Lucius siempre se pregunto aquello, nunca pudo encontrar una respuesta a esa pregunta. Después de que aquel ataque, Raven corrió hacía el frente de la batalla. Quedando él con el Obispo Renaud.

Desde ahí, se acercó mucho al obispo. Saber su pasado, lo que había hecho, había convencido a Lucius de que ser santo en el presente no significaba haberlo sido en el pasado. Perdonar era lo más grande que había hecho él mismo.

¿Acaso Lord Raymond lo había evitado todo ese tiempo? Lucius sabía que él no era así, que jamás le haría eso. Estaba seguro que había una parte de la historia que no sabía.

La mirada de decisión, aquella mirada con un objetivo que tenía Lord Raymond, ahora la tenía Sain, al entrar al coliseo. Sí, ahora Sain tenía un objetivo claro, conseguir ese dinero para Ginna.

- Mejor peleemos – dijo Sain

El hombre del hacha movió con una facilidad admirable su hacha. Sain agarró firme su lanza. Se gritó la partida, el hombre del hacha corrió hacía Sain. Sain cerró sus ojos, sabía que el movimiento del hacha iba ha ser vertical y que no sería difícil esquivarlo.

- ¡Ya verás! – gritó el hombre del hacha - AAAAAAAAHHHH

Al estar cerca, Sain abrió sus ojos y tiró las riendas de su caballo. Corriéndose lo justo para que aquel hachazo solo le despeinara un poco el pelo. El impacto de el hacha con el suelo hizo que se levantara algo de tierra.

Lucius sintió un escalofrío

Sain movió su lanza, poniéndola debajo del encorvado cuello del hombre del hacha, después, la levantó rápidamente pegándole en el mentón con la parte de madera.

Lucius miró para los lados y hacía atrás, el escalofrío lo tenía preocupado

El hombre del hacha casi pierde el equilibrio, pero logró componerse y levantar su hacha con su habitual maestría. De nuevo corrió hacía Sain, ahora el movimiento del hacha iba ha ser horizontal, así que Sain hizo cabalgar a su caballo inmediatamente.

- ¡No te escaparás! – gritó el hombre del hacha

- Guy – dijo Lucius a Guy

- ¿Ah? – dijo Guy algo sorprendido, estaba muy atento viendo la batalla - ¿Pasa algo?

- ¿Puedes cuidar a Gin? – preguntó Lucius – quiero ir a ver algo

- Yo puedo acompañarte – dijo Ginna

- No – dijo Lucius – vuelvo en un instante

- Tranquila pequeña Ginna – dijo Guy – yo te cuidaré

Un gran grito, de parte de Sain, interrumpió la conversación. El hombre del hacha lo había golpeado. En el brazo, aunque este uso su armadura como un escudo. A pesar de todo, el filohacha logro tocarle la piel

- Maldita sea… - dijo Sain en voz baja

El hombre del hacha sonreía a ver a Sain con esa cara. Sain corrió su brazo, sacándolo del filo del hacha.

- Sa-sain… - dijo Ginna algo preocupada

- Tranquila – dijo Guy – si es que realmente es un buen guerrero no perderá por eso… hablando ¿Dónde esta Lucius?

Lucius había desaparecido. Salió del coliseo, miro para todos lados ¿Por qué este presentimiento lo tenía así? Vio una figura conocida a lo lejos. Su pelo rojo, su mirada seria, su forma de caminar decidida, no podía ser otra persona. Se estaba comiendo una manzana que recién había comprado.

Justo en ese momento, se paro a mirar el cielo, parecía muy concentrado, pensando en algo venidero. Lucius se acercó con cuidado

- Lord Raymond… - pensaba Lucius - ¿qué hace aquí?

Sain cabalgaba en círculos, pensaba que podía hacer. Lo más seguro era hacer un golpe que lo descolocara por completo, pero ¿Cómo?. No, no podía dudar ahora, él había enfrentado a oponentes más fuertes que este ¿qué acaso haber dejado de ser caballero le había afectado en su rendimiento?

- ¿Qué acaso me tienes miedo? – grito el hombre del hacha - ¡Tú chica será mía!

- ¡Qué te dije que es hombre! – gritó Sain enojado

Detuvo su cabalgar, miró al hombre del hacha a los ojos.

Lucius se paro al frente de Raven, este seguía mirando el cielo, no se había percatado de su presencia.

- Lord Raymond… - dijo Lucius

Raven bajo su cabeza y detuvo el masticar de la manzana. Pestaño, terminó de masticas la manzana y trago aquel pedazo. Mientras, un viento empezó a soplar, despeinando un poco al rubio y al pelirrojo.

La mirada de Raven era extraña, era como si no supiera que era realidad que estaba viendo a Lucius. Lucius estaba extrañado que él no dijera nada aún. El viento seguía soplando mientras pasaban segundos eternos para Lucius.

- Lu-lucius… - dijo Raven sorprendido

Un ataque directo fue lo que decidió hacer finalmente Sain. El hombre del hacha tomó su hacha, listo para pegarle a la lanza que venía directamente hacía su pecho.

- Idiota… - dijo el hombre del hacha

- ¿Así? – dijo Sain

Sain hizo lo último que hubiera esperado el hombre del hacha de un jinete, saltó de su caballo. Tan descolocado quedó el hombre que ni siquiera se movió antes de recibir un choque directo del caballo de Sain.

Sain corrió hacía el hombre, el cual había quedado en el suelo sin posibilidades de agarrar el hacha. Apuntó la punta de su lanza a su cara y le piso el pecho

- Creo que gane – dijo Sain sonriendo

El hombre del hacha quedo visco mirando la punta de la lanza, después, se desmayó. El público saltó de emoción.

- No sabe cuanto quería poder hablar con usted de nuevo – dijo Lucius emocionado – no sabe lo preocupado que he estado por usted

Al decir esas palabras, Lucius miraba a los ojos de Raven. Este, en ves de poner cierta cara de alegría, cambio de a poco su expresión dudosa a una de miedo.

¿Miedo? Era la primera ves que Lucius veía aquella expresión en Raven. Lucius se preocupó

- ¿Pasa algo Lord Raymond? – preguntó Lucius

La mano de Raven temblaba, tanto así, que soltó su manzana a medio comer. Aquella mirada era de un terror puro, no de uno fingido ni uno a medias. Miraba a Lucius como si fuera la bestia más peligrosa que podía existir y ha existido.

- Lord Raymond… - dijo Lucius

Raven cerró los ojos y salió corriendo, sin decir nada. Lucius intentó seguirlo, pero Raven era mucho más rápido.

No, no podía ser… Algo le había pasado a Lord Raymond, él no era así, él nunca lo había mirado así… ¿Qué podía haber causado esto?

Fin del capítulo