Disclaimer: Shaman King y sus hermosos personajes le pertenecen a Hiroyuki Takei, yo sólo soy una admiradora escribiendo una historia.
¡¿QUIÉN ATENTÓ CONTRA YOH ASAKURA?!
Por Selesme Cari
CAPITULO 1
"Después de tanto tiempo"
La noche estaba fresca, la casa Asakura permanecía en completa calma, Fausto y Elisa habían salido a dar un paseo, avisando que no regresarían hasta muy tarde.
Anna cenaba tranquilamente, a su lado Yoh comía muy apresuradamente.
-¡Ah! ¡Que hambre tenia! -dijo Yoh levantándose
Anna lo observó en silencio, el joven shaman caminó hasta la cocina tarareando muy alegre.
-Ya son casi las diez de la noche, me pregunto que tan tarde pueden regresar -Yoh salía de la cocina muy animadamente.
Observó a su joven prometida, parecía no prestarle mucha atención.
Suspiró. Aunque las cosas entre ellos habían mejorado un poco, en ocasiones Anna lo ignoraba por completo.
-"Mañana ya se cumple un año, un año y aún las cosas siguen igual o peor" -pensó Yoh mientras miraba a la joven
-Yoh.
-¿Ah? -la voz de Anna lo sacó de sus pensamientos.
-Terminé -le dijo extendiéndole el plato para que lo lavara.
-¿No quieres mas? -le preguntó el chico.
-Aunque tu sazón ha mejorado bastante, y la cena de hoy ha sido bastante reconfortante, no apetezco más -le dijo la joven.
Yoh ya estaba en la cocina.
-No sé que tanto puedan tardar, pero Fausto dijo que no los esperáramos -le dijo Anna al verlo salir de la cocina nuevamente.
-Entonces, me retiro -sonrió el joven shaman.
-¿Te vas a dormir tan temprano?
-Sí, Anna. Quiero estar descansado para mañana.
-¿Mañana?
-¿Ya lo olvidaste? ¡Mañana será un gran día! Por todo lo que representa.
Anna se sonrojó levemente ante lo dicho por Yoh.
-Hasta mañana -le dijo a su prometida, sonriendo.
Yoh se dirigió hasta su habitación, dejando a una Anna muy pensativa.
-"Así que aún lo recuerda" -suspiró Anna
Ella también se dirigió hasta su alcoba, ya acostada cerró los ojos y se dejó llevar por los recuerdos.
Aquel día Manta e Yoh habían acabado muy temprano "sus quehaceres" y después de mucho rogarle había accedido a dejarlos ir al festival que habría en la ciudad, con la condición de que ella también iría, los tres se encontrarían con Ryuu en el templo.
Manta, Yoh y Ryuu se habían divertido bastante, ella, pues se la había pasado bien.
-"Pudo ser peor" -pensó mientras regresaban a casa y veía a los tres shamanes platicar entre ellos.
Ryuu y Manta se despidieron, Ryuu llevaría a Manta hasta su casa, dejando a los jóvenes prometidos solos.
Ambos caminaban en silencio, Yoh contemplaba las estrellas, Anna veía fijamente hacia el frente, sin prestarle mucha atención. El joven se detuvo repentinamente, haciendo que la joven itako también lo hiciera.
-¿Qué sucede? -le preguntó al muchacho
La miró y sonrió. Sonrió como tratando de darse valor. Anna lo miró como exigiéndole una respuesta rápida.
-¿Y bien? -le dijo la chica con fastidio.
-Esta noche... -el shaman dudó.
-¿Esta noche, qué? -le dijo la joven cruzando los brazos.
-Esta noche...luces extremadamente bonita -sonrió Yoh con nerviosismo y rogando el no tener que arrepentirse por lo que dijo.
Anna no supo que decir, definitivamente Yoh la había tomado por sorpresa, ni siquiera pudo evitar sonrojarse profundamente.
Tardó en reaccionar, pero finalmente le iba a decir algo, cuándo el joven shaman suavemente la tomó de la barbilla con una mano y con la otra la sujetó de la cintura, atrayéndola hacia él.
-Te ves preciosa -dijo con más seguridad.
-Exageras -alcanzó a decir.
Yoh sonrió, Anna iba entonces a apartase de él, pero el joven no lo permitió, rápidamente la abrazó. Por primera vez Anna no supo que decir, ni que hacer. Yoh la apartó entonces y se inclinó hacia ella y con suavidad depositó sus labios en los de la joven.
La besó. Y nadie lo vio, nadie estuvo ahí, sólo ellos, teniendo como únicos testigos a la luna y las estrellas.
Caminaron en silencio, tomados de la mano, pero sin decir nada. Estuvieron así hasta llegar a su hogar.
Amidamaru los esperaba con ansiedad.
-¡Bienvenidos! -sonrió el espíritu.
-Nos hubieras acompañado –exclamó Yoh.
-No se preocupe, me la pase muy bien con Tokaguero y Mosuke.
-Me alegro, también nosotros nos la pasamos muy bien, ¿verdad Annita?
Anna no respondió, Yoh la miró con una gran sonrisa.
De eso, era ya casi un año. Precisamente mañana sería ya un año de aquello, la primera y única vez que Yoh la había besado.
-"¿Cómo puede darle tanta importancia, si ni siquiera hemos hablado sobre lo que sucedió esa noche?" -pensó antes de quedarse dormida.
A la mañana siguiente, Anna abrió lentamente los ojos. Era muy tarde ya.
-¡Rayos! me quedé dormida.
Rápidamente se paró. Se colocó su fino vestido negro. Cepilló cuidadosamente su cabello y colocó la pañoleta roja sobre él.
Mientras bajaba las escaleras escuchó un fuerte escándalo que provenía de la estancia.
-"¿Y ahora que sucede?" -pensó Anna con fastidio.
Al llegar a lugar de donde provenía dicho escándalo, se topó con Ryuu, Manta, Horo Horo y sus respectivos espíritus acompañantes.
-¿Qué está pasando aquí? -les preguntó Anna algo irritada.
-¡Hola Anna! -la saludó Horo Horo.
-Muy buenos días Doña Anna, hoy luce tan magnífica como de costumbre -sonrió Ryuu.
-¿Qué le están haciendo a mi casa? -preguntó Anna mientras observaba la decoración que la hacían a su hogar.
-Doña Anna, ¿no me diga que Don Yoh no le dijo nada?
-¿Qué se supone que debía decirme? -Anna lo miró intrigada.
-Que extraño, ayer que lo vimos nos dijo que él se encargaría de pedirte permiso -dijo pensativo Horo Horo.
-¿Permiso para qué? -Anna cruzó los brazos.
-¿Cómo para qué? ¡Hoy es el cumpleaños de Lyserg! Vendrá de Inglaterra a festejarlo con nosotros y le estamos preparando una fiesta sorpresa. ¡Llevamos planeándola toda la semana! -le explicó Horo Horo.
-¿Una fiesta sorpresa? ¿Toda la semana? ¿Hoy? ¿El cumpleaños de Lyserg? ¿Aquí en mi casa? ¿Yoh me pediría permiso? -Anna estaba tan sorprendida como enojada.
-Yoh no te dijo nada ¿verdad? -a Manta le salió una gota en la nuca.
Anna frunció el ceño.
-¡Mañana será un gran día! Por todo lo que representa -recordó a un animado Yoh decírselo.
-"A esto se refería" -pensó Anna enfadada.
-Por cierto Anna, ya que estás aquí, tráete un refresco ¿no? -le dijo Horo Horo contento.
Anna desquito su rabia con el pobre HoroHoro, quien decidió que lo mejor sería que él mismo fuera a buscar que beber.
-¿Entonces qué hacemos? -Ryuu estaba nervioso.
-Ya no hay remedio, organicen su ridícula fiesta sorpresa, supervisaré todo personalmente -dijo Anna aun molesta.
-¿Tú? -Manta tragó saliva.
-¿Tienes alguna objeción? -Anna lo miró severamente.
-¡No! ¡Claro que no! -rió con nerviosismo el pequeño.
-¿Y en donde está Yoh? -Anna los miró amenazante.
-El amo Yoh salió muy temprano y extrañamente no quiso que lo acompañe -le respondió el espíritu acompañante de su joven futuro esposo.
-Dijo que necesitaba hacer algo muy importante, que era sumamente especial -Ryuu completó lo dicho por Amidamaru.
-¿Algo sumamente especial? -Anna los miró pensativa.
-No nos quiso decir nada más –Horo Horo justificó el no poderle dar mas información.
-"Quizás...quizás no lo olvidó y..." -pensó Anna ante lo dicho por los amigos de Yoh.
-¡Es cierto! ¡Debo ir a recoger el regalo que le compre a mi Lyserg! -dijo Ryuu dirigiéndose a la puerta.
-¿Y ya tienes tu disfraz Ryuu? -Manta fue tras él.
-No aún no. ¡Es que no tengo idea de que me puedo disfrazar! -dijo Ryuu deteniéndose frente a la puerta.
-¡Tú no necesitas disfraz! ¡Así como estás ya parece que traes un disfraz! -rió Horo Horo.
-¡Mocoso apestoso! -Ryuu se mostró ofendido.
-¿Disfraz? ¿De que disfraz hablan? -Anna interrumpió la discusión de los dos shamanes.
-¡Es que será una fiesta de disfraces! -le dijo Manta contento.
Cuándo creyó que ya no podría estar mas enojada… ¡Manta le dice que será una fiesta de disfraces!
-¿Una fiesta de disfraces? -alcanzo a decir la joven sacerdotisa.
-Sí -sonrió Manta.
- ¿Y de quien fue la brillante idea de hacer una fiesta de disfraces? -dijo Anna en tono sarcástico.
-De Yoh -le respondió Manta.
-¿De Yoh? ¿Pero por que de disfraces? -Anna parpadeó.
-Es que le conté de una película donde hubo un baile de disfraces y... dijo que parecía divertido -sonrió nuevamente Manta.
-¿Divertido? -murmuró Anna enojada.
-¡La idea de disfrazarse! -Manta no había notado que Anna estaba enojada.
Antes de que pudiera desquitar su coraje con el pequeño amigo de su "novio" tocaron a la puerta.
-¿Quién será? -dijo manta mientras abría.
Eran Tamao y Pilika.
-¿Qué tal les fue? ¿Consiguieron un buen disfraz? -les preguntó Ryuu.
-¡Parece que no existe el disfraz perfecto para mí! -se quejó Pilika.
-¿Y tu Tamao? -le preguntó Manta.
-Pues yo... la verdad es que... -Tamao estaba nerviosa.
-Tamao no está muy a gusto con la idea de disfrazarse -le dijo en secreto Pilika a su hermano.
-¿Y por qué no? -parpadeó Horo Horo.
-Le da mucha pena -le confesó en voz baja su hermanita
-"Así que le da mucha pena" -pensó Horo Horo.
-Díganme, ¿En que les ayudo? -sonrió la joven de cabello rosado.
-Pues Ryuu, quiere ir a buscar el regalo que le compró a Lyserg, ¿puedes terminar lo que estaba haciendo él? -le preguntó Manta.
-¡Claro! ¡Con mucho gusto! -sonrió enormemente Tamao.
-¡De ninguna manera! -dijo rápidamente Ryuu.
-¿Qué pasa Ryuu? -le preguntó Manta.
-¡No puedo permitir que la dulce Tamao se encargue de mis deberes! ¡De ninguna manera! -dijo Ryuu algo alterado.
-Pero si yo lo hago con mucho gusto -sonrió la joven.
-¡No y no! -repitió Ryuu.
-Entonces, ¿qué pasara con el regalo? -Manta lo miró intrigado.
-Iré por él, desde luego -sonrió Ryuu.
-Pero dijiste que... -Manta se mostró confundido.
-Iré por el regalo para mi querido amigo Lyserg. Y Horo Horo se encargara de mis deberes -sonrió Ryuu.
-¿Estás seguro de eso? -dudó Manta.
-No habrá ningún problema, ¿verdad Horo Horo? -Ryuu miró al joven.
Pero HoroHoro no contestó, tenia la mirada clavada en la dulce chica de cabello rosa.
-¿Horo Horo? -Ryuu se le acercó.
-¿Te ocurre algo, hermano?
-¿Ah? –Horo Horo miró a sus amigos y a su hermana.
-Parece que andas algo distraído -le dijo Manta.
-¿Pues qué tanto piensas? -le preguntó Ryuu.
-¿Yo? ¡En nada en especial! -dijo Horo Horo nervioso- ¡Es cierto! Pilika, ¿entonces no te vas a disfrazar?
-¡Claro que lo haré! Es sólo que... ¡no importa! -sonrió- ¡Tendré el mejor disfraz de todos! sólo que aún debo escoger uno.
-Mientras no te disfraces de calabaza, cualquier disfraz estará bien -rió Horo Horo
-¡¿Como se te ocurre, hermano?!
-Bueno, yo nada más decía -le sonrió su hermana.
-A propósito, ¿qué le sucede a la señorita Anna? -le preguntó Tamao a Manta.
-No lo sé, ya lleva un rato así, callada, parece ausente -le dijo Manta.
-¿En donde quedará la casa de Yoh Asakura? -exclamó una Shalona muy confundida.
-¿Por qué tuvimos que venir hasta aquí? -se quejó Elly.
-Yo pienso que fue buena idea venir a visitarlos, pero... ¡no sabemos en donde vive! -dijo una Milly muy cansada.
-¡Hay que seguir buscando! ¡Debemos dar con su casa! -escandalizó Shalona.
-¿Por qué tienes tantas ganas de verlo? ¿No será que ya te enamoraste de él? -le dijo Sally.
-¡No digas tonterías! -gritó Shalona.
-Lamento interrumpir su discusión, pero... ¿no es ése Yoh Asakura? -habló Lilly.
En efecto, era Yoh, quien iba muy distraído.
-¿Qué disfraz será bueno? tal vez debí dejar que Amidamaru me acompañará, así podría ayudarme a escoger uno -murmuró Yoh algo cansado.
-¡Hola! -le saludó Shalona acercándosele.
-¿Hum? ¡Vaya! cuánto tiempo sin verlas, 5 lillys! ¿Qué las trae por aquí? -sonrió Yoh.
-Vinimos a visitarlos -sonrió Milly.
-¿Sí? Pues que gran sorpresa, precisamente hoy habrá una gran fiesta -les comentó Yoh.
-¿Fiesta? ¿Qué clase de fiesta? -parpadeó Shalona.
-Una fiesta sorpresa para Lyserg -dijo Yoh sonriente.
-¡¿El príncipe Lyserg está aquí?! -gritó emocionada Milly.
-No, pero más tarde lo estará. Ya que hoy es su cumpleaños y viene a pasársela con nosotros -les explicó Yoh.
-¡Tengo muchos deseos de verlo! -exclamó Milly.
-Entonces, ¿por qué no vienen? -las invitó Yoh.
-¿En verdad? -se sorprendió Elly.
-¡Claro! a todos les dará mucho gusto verlas de nuevo -sonrió el joven shaman.
-Entonces, ¡Está decidido! ¡Iremos a esa celebración! -exclamó contenta Shalona.
-¡Ah! otra cosa... deben usar disfraces -les dijo Yoh.
-¿Disfraces? -Sally lo miró intrigada.
-Sí, porque se trata de una fiesta de disfraces -Yoh sonrió enormemente.
-¿Y ya tienes el tuyo? -le preguntó Shalona.
-No, pero pronto lo tendré. Además, tengo otra cosa que hacer...-les dijo Yoh.
Las cinco miraron a Yoh, parecía muy contento.
-¡Ah! ya es tarde y aún tengo muchas cosas que hacer. ¡Nos vemos en mi casa a las siete de la tarde! ¡Y no olviden disfrazarse! -Yoh se fue corriendo.
Las lillys lo observaron, hasta que la gente hizo que se les perdiera.
-¡Así que una fiesta! -rió Shalona.
-¡Que bien! ¡Una fiesta! -Milly y Elly estaban muy emocionadas.
-A propósito, ¿alguna de ustedes sabe en dónde queda el lugar donde se llevará a cabo dicha fiesta? -les preguntó Lilly.
-Él dijo que seria en su casa, ¿no? - parpadeó Milly.
-¿Y saben en dónde se encuentra? -Lilly cerró los ojos esperando la reacción de sus amigas.
-¡Es cierto! ¡No le preguntamos! -gritó Elly.
-¿Y ahora que haremos? ¡Yo tengo muchas ganas de ver al príncipe Lyserg! -lloriqueó Milly.
-Calma, sólo debemos seguirlo -dijo Shalona muy tranquila.
-Entonces, ¿qué estamos esperando? ¡Andando, antes de que se vaya mas lejos! -dijo Sally.
Fausto y su amada esposa habían regresado de hacer unas compras.
-Aquí están las cosas que hacían falta -Fausto le extendió una bolsa a Manta.
-Gracias -sonrió el pequeño.
-¡Esta fiesta se va a poner bien buena! -exclamó contento Horo Horo.
-¡Claro! ¡Por que es el cumpleaños de mi Lyserg!
-¡No, tonto! porque yo la estoy organizando -dijo Horo Horo
-¿De que hablas? Yo sólo he visto que te la has pasado jugando, además si mal no recuerdo, ustedes dijeron que Yoh fue quien dio la idea de hacer una fiesta de disfraces. -cruzó los brazos Anna.
-¡No! Yo tuve la idea de organizar la fiesta, a Yoh sólo se le ocurrió decir que debían ser de disfraces -le aclaró Horo Horo.
-¿Y eso qué? Será una fiesta de disfraces ¿no? -Anna lo miró.
-Sí -contestó Horo Horo.
-Entonces, fue idea de Yoh -finalizó la joven.
-¡Pero a mí se me ocurrió! -dramatizó Horo Horo.
-Por cierto, ¿a que hora se supone que llegará de Londres? -Anna miró a Manta.
-A las tres de la tarde -le respondió el joven Oyamada.
-Y ya es la una de la tarde. Lo mejor será que dejen de perder el tiempo y se den prisa -les ordenó Anna.
-No te preocupes, Ren irá por él al aeropuerto, ¡Él se encargara de entretenerlo hasta que sea la hora! -sonrió Manta.
-¿Y eso qué? -le dijo Anna.
-¿Ah? -Manta se mostró confundido.
-No es excusa para que estén perdiendo el tiempo -les llamó la atención Anna.
-¡Se me estaba olvidando! -se alarmó Ryuu.
-¿Qué sucede? -Manta miró a su amigo.
-¡Mi regalo! -Ryuu corrió hasta la puerta.
-¡Pero no me dejes! -gritó Tokaguero detrás de él.
-¡Espera Ryuu! ¡Aún hay mucho por hacer! -le gritó Horo Horo.
Demasiado tarde, Ryuu ya se había ido.
-Yo tengo que ir por mi disfraz -dijo Manta.
-Entonces, tú ya tienes el tuyo.
-Sí, Horo Horo. Debo ir por él antes de las tres de la tarde -Manta miró su reloj.
-¿Y por qué antes de esa hora? -le preguntó Pilika.
-Porque a esa hora cierran la tienda en donde lo dejé encargado -le explicó Manta.
-Entonces, dejen de platicar y terminen su trabajo -les ordenó Anna.
-¡Nos vendría bien más ayuda! -se quejó Horo Horo.
Anna le lanzó una mirada fulminante.
-Me refiero a... ¡¿En donde rayos esta Ren?! -gritó Horo Horo.
-¿Quieres dejar de hacer tanto escándalo? -le llamó la atención Anna.
-¡Pero es que...! –Horo Horo decidió que lo mejor sería guardar silencio.
-Ren pasaría por Lyserg al aeropuerto, pero se supone que vendría a ayudarnos primero- dijo Manta pensativo.
-Es verdad, ya se tardó mucho, todos quedamos en que nos veríamos aquí a las diez de la mañana -comentó Fausto.
-Se me hace que le dio flojera, ya saben como es él -cruzó los brazos Horo Horo.
-¿Tú crees eso? -dudó Manta.
-¡Claro que sí! Recuerda que estamos hablando de Ren -señaló Horo Horo.
-¡Hermano! ¡No digas eso!
-Pero, si es la verdad Pilika, de seguro llegará hasta que todo esté listo -dijo Horo Horo.
-¿Por qué siempre estas hablando mal de él? -lo regañó Pilika.
-¿Y por qué siempre tienes que defenderlo? -se quejó Horo Horo.
-¿Ah? -Pilika se sonrojó.
Horo Horo frunció el ceño.
-¿Y de que te vas a disfrazar, hermano? -preguntó nerviosa Pilika.
-"Claro, cámbiame la conversación" -pensó Horo Horo molesto.
-¿Hermano? -sonrió nerviosa Pilika.
-Pues no sé, tal vez de... ¡No no no! mejor de... ¡Ya sé! no tampoco... quizás de...o quizás no... ¡No sé de que disfrazarme! -dramatizó Horo Horo.
Los hermanos Tao se encontraban en una de las tantas tiendas departamentales...
-Gracias por acompañarme en mis compras, Ren -sonrió Jun.
-De nada -Ren se sonrojó levemente.
-Pero, ¿no se supone que debías ir a la casa de Yoh Asakura? -dijo Jun pensativa.
-¡Lo olvidé! -Ren se sorprendió de su despiste.
-¿Por qué no vas ahora? quizás aún necesiten ayuda -señaló Jun.
-Tienes razón, pero ¿y tú? -Ren la miró.
-No te preocupes por mí, Bruce Long siempre me ayuda con mis compras -sonrió su hermana.
-Lo sé –Ren frunció el ceño.
-Entonces ¿qué esperas? se te va a hacer más tarde -le señaló la joven.
-"Precisamente porque Bruce Long siempre te ayuda en todo, es que decidí acompañarte"-pensó Ren con enfado.
-¿Ren? ¿Qué sucede? -Jun lo miró preocupada.
-Nada -le respondió tratando de ocultar su enfado.
-Mejor date prisa -le sonrió su bella hermana.
-Está bien -se ruborizó Ren.
-Entonces, ¡nos veremos luego! -se despidió Jun.
-Hasta al rato -murmuró Ren.
-¡Vayámonos Bruce Long! -dijo la Taoista.
Ren salió de la tienda muy enojado.
-No soporto que pasen tantos tiempos juntos, ¡Es intolerable! -Ren caminaba muy enfadado.
Ren venía tan molesto y distraído que no se dio cuenta de que del lado contrario y directo a él, venía Yoh. ¡El choque fue inevitable!
-¡Auch! -se quejaron del dolor por el golpe.
-¡Ren! -lo reconoció Yoh.
-¿Yoh? ¿Qué estas haciendo por aquí? -Ren se mostró sorprendido.
-Lo mismo te pregunto, ¡yo te hacía en mi casa! -le respondió Yoh.
-Pues... yo también pensaba que estabas en tu casa -murmuró Ren.
-¡Pues ya ves! -le respondió Yoh riendo.
-¿Andas en busca de un disfraz? -le preguntó Ren.
-No… bueno... sí. ¿Y tú? -le contestó Yoh nervioso.
-Yoh yo no puedo disfrazarme -le respondió Ren tranquilamente.
-¿Por qué? no me digas que eres tan vanidoso que no te atreves a ponerte un disfraz... ¿o te da pena? -dudó Yoh.
-Dime, ¿qué explicación le daría a Lyserg, si voy a buscarlo al aeropuerto, disfrazado? -le preguntó Ren
-Es cierto, no había pensado en eso. ¡Ya sé! puedes decirle que estás saliendo de una fiesta de disfraces, o que te gusta disfrazarte de vez en cuándo.
-¡No digas tonterías! ¡Ni que estuviera loco para andar disfrazado por ahí! -se enojó Ren y su tongari creció en el acto.
-¡Bueno, pero no te enojes!
-¡Tonto! -Ren cruzó lo brazos.
Yoh sólo rió.
-Tal vez... no es tan buena idea. -murmuró Ren.
-¿Eh? -Yoh lo miró confundido.
-Lo de utilizar disfraces para la fiesta de Lyserg -le dijo Ren.
-¡Pero será muy divertido! -sonrió Yoh.
-Si tú lo dices.
Asakura volvió a reír.
-Bueno, debo irme.
-¡Oye! ¿Esa no es tu hermana? -Yoh miró a una pareja caminar hacia ellos.
-¿Hum? -Ren miró hacia donde el otro shaman miraba.
-¡Y viene con Lee Bruce Long! -sonrió Yoh.
-¡¿QUÉ?!
Ren se puso verde de coraje, ¡ya que su hermana venia tomada de la mano con Lee Bruce Long!
-Parece que no nos han visto -dijo Yoh.
Ren no dijo nada, ¡estaba muy molesto! Yoh por el contrario, comenzó a agitar los brazos mientras gritaba:
-¡HOLA, HOLA, HOL…!
Yoh no terminó de saludar ya que Ren se arrojó sobre él, tapándole la boca y lo jaló hacia detrás una arboleda.
-Me dio la impresión de que nos hablaron -exclamó Jun.
-Yo no escuché nada -le contestó su fiel Bruce Long.
-Tal vez fue mi imaginación.
-Démonos prisa, Tao Jun.
-Tienes razón... ¿No te gustaría comer un helado?-sonrió la chica Tao.
-¿Un helado? -dudó Bruce Long.
-¡Yo invito! -dijo entusiasmada la joven.
La joven pareja comenzó a alejarse de aquel lugar.
Y detrás de la arboleda, Ren soltó finalmente a Yoh.
-¿Qué pasa? -le preguntó Yoh confundido.
-No puede ser, ¿pero que se han creído? -murmuró con rabia el joven chino.
-¿Ren? -Yoh lo miró confundido.
-¿Qué quieres? -dejó de ignorarlo su joven amigo.
-¿Por qué nos escondemos? ¿Ocurre algo malo? ¿Por qué no quieres que tu hermana y Lee Bruce Long nos vean? -Yoh no entendía nada.
-¡Ni crean que se saldrán con la suya! ¡Andando Yoh!-gritó repentinamente.
-¿A dónde? -Yoh lo miró sin entender.
Ren no contestó, comenzó a correr tras su hermana, Yoh no tuvo más remedio que seguirlo.
Ambos comenzaron su persecución, tratando a toda costa de evitar que la parejita se diera cuenta.
No muy lejos de ellos, las 5 Lillys se quejaban de su mala suerte, ya que aún no encontraban a Yoh.
-¡Como pudo perdérsenos! -gritaba Shalona.
-¡Ahora jamás sabremos en donde vive! -lloraba Milly.
-¡Y no iremos a la fiesta! -suspiró Elly.
-Y yo que pensaba comer hasta reventar -se quejó Sally.
-¡Miren, ahí está! -les indicó Lilly.
En efecto, Yoh y Ren estaban ocultos entre unos arbustos, espiando a Jun y Lee Bruce Long quienes estaban sentados en una banca, muy quitados de la pena.
-Sabe delicioso, ¿no opinas lo mismo? -le sonrió con dulzura Jun.
-Sí, es delicioso -le contestó Bruce Long.
Ren trataba desesperadamente de escuchar lo que conversaban, mientras que Yoh sólo observaba todo, aún sin comprender.
-¡Rayos! están tan lejos que no escucho lo que dicen... -musitó enojado Ren.
-¿Y para que quieres escuchar lo que dicen? -Yoh trataba de comprender el extraño comportamiento de su amigo.
-Debemos acércanos, toma esas ramas, nos vamos a acercar poco a poco y silenciosamente... ¿te quedó claro? -Ren ignoró la pregunta de Yoh.
-Pues... -Yoh titubeó.
-¡Bien! vamos -Ren volvió a ignorarlo.
-¡Espérame! -alcanzó a decir Yoh.
Ambos comenzaron a acercarse a la pareja, iban cubriéndose con unas ramas, las personas que estaban en el parque los observaban con curiosidad; de hecho fue gracias a las personas que habían comenzado a reunirse para ver lo que hacían "los dos chicos de las ramas", que las Lillys los encontraron.
-¿Pero qué están haciendo? -exclamó Shalona a lo lejos.
-No lo sé, pero la gente los mira como bichos raros... -dijo Milly.
-Tal vez enloquecieron -afirmó Sally.
-De por si eran personas muy extrañas -señaló Elly.
-Debemos acércanos a ellos -les dijo Shalona.
Aunque varias personas estaban atentas a lo que Ren e Yoh hacían, Jun y Lee Bruce Long no se habían dado cuenta de nada.
-Tao Jun...
-¿Sí?
-Hay algo de lo que quiero hablarte...
-¿En serio? ¿Y de que es?
-Verás... tú significas mucho para mí...
-Tú también significas mucho para mi -sonrió la joven.
-Por favor, déjame continuar... de lo contrario… dudo que vuelva a juntar el valor necesario para decírtelo... -miró fijamente a Jun.
Yoh y Ren ya estaban detrás de la banca, escuchando toda la conversación, tapándose con unas ramas.
-Es el colmo... -dijo Ren en voz baja.
-Ren estás comportándote muy raro -murmuró Yoh.
-¿Qué piensa decirle? -nuevamente Ren ignoró al prometido de Anna.
-¿Ren me estás escuchando? -insistió Yoh.
-Ya no puedo soportar más... -Ren estaba muy enojado.
-¿Qué piensas hacer? -Yoh lo miró confundido.
Shalona y las demás Lillys ya estaban detrás de ellos.
-¿Qué están haciendo? -los habló Shalona.
-¡BAJA LA VOZ! -le pidió Ren desesperado.
-¿Por qué? -Milly lo miró confundida.
-Las pueden escuch...
-¿Ren? ¿Yoh?
Demasiado tarde, Jun y su acompañante ya los habían descubierto.
-¡Hola! -Yoh por fin logró saludarlos.
-¿Qué están haciendo con esas ramas? -Jun los miró confundida.
-¡Pero miren la hora que es! ¡Será mejor irnos Yoh! -dijo Ren nervioso.
-Pero...
-¡Aún tenemos muchas cosas que hacer! ¡Vayámonos! -Ren jaló a Yoh del brazo.
-¡Nos vemos! -apenas alcanzó a decir Yoh, mientras Ren lo arrastraba del brazo.
-¡Se va! -gritó Shalona.
-Mejor dicho, lo llevan -le aclaró Elly.
-¡El chiste es que se nos volverá a perder! -gritó Shalona.
-¡Pues vamos tras ellos! -gritó Milly.
Las 5 corrieron tras los dos shamanes; mientras que Jun y Lee Bruce Long permanecieron muy confundidos.
-¡Hasta que aparecen! -exclamó Horo Horo al ver a los recién llegados.
-¿En donde estaban, Yoh? -preguntó Manta.
-Es un larga historia... -Yoh estaba agitado.
-Y la verdad no es muy agradable para estar contándola... -Ren también estaba cansado
-A mí se me hace que tuviste que traerlo a la fuerza, ¿verdad Yoh? -bromeó Horo Horo
-¡Claro que no! ¡Si no había venido antes es porque... tenía otras cosas más importantes que hacer! -Ren aún estaba enfadado.
-Ay si como no -HoroHoro cruzó los brazos.
-¡Hermano! -lo regañó Pilika.
-A propósito, Yoh... -Manta se le acercó.
-¿Qué pasa? -Yoh miró a su pequeño amigo.
-¿Por qué no le dijiste nada a Anna? -Manta lo miró acusador.
-¿A Anna? -Yoh parpadeó.
-Sí, sobre la fiesta... -continuó Manta.
-Es verdad, Anna está muy enfadada -le dijo Horo Horo.
-¿Qué no le dije nada a Anna? ¿Qué no le conté sobre la fiesta? -Yoh trataba de hacer memoria.
-¿Y bien? –Horo Horo lo miró intrigado.
-¿Le dijiste o no? -le preguntó Manta.
-Pues… ¡No lo recuerdo! ¡Yo creía que sí! pero si Anna dijo que no... Fue porque seguramente... ¡Se me olvidó! -chorros de agua brotaban de los ojos de Yoh.
-¿Cómo se te pudo olvidar algo tan importante? -le reprochó Horo Horo.
-¡Ni siquiera recuerdo que haya olvidado decirle! -Yoh seguía llorando, imaginando su castigo.
-Pues, Anna está en su cuarto... y está muy enojada... -le advirtió Oyamada.
-Aunque hace un rato andaba por aquí -comentó Pilika.
-Es verdad, hace poco se retiró a su habitación, pero nos pidió que le avisáramos en cuanto llegara, joven Yoh -le explicó Tamao.
-¿Eso dijo? -Yoh tembló.
-Ni modos, Yoh... ¡tú solito te lo buscaste! -sonrió Horo Horo.
-¿Y en donde está Amidamaru? -preguntó Yoh.
-Pues... ¡con Anna! -rió Horo Horo.
-¿Qué? -Yoh sorprendido.
-Dijo que así tendrías que ir a verla de inmediato –Horo Horo seguía riendo.
-¡Hermano!
-¿Qué piensas hacer Yoh? -le preguntó Manta.
-Pues… tendré que... ir a su cuarto y ¡esperar mi castigo! -Yoh volvió a llorar.
En ese momento llamaron a la puerta.
-¿Y ahora quien será? -se preguntó Manta mientras abría.
-¡Hola! -saludaron contentas las Lillys.
-¡Las 5 Lillys! -sonrió Manta.
-¡Agggh! -gritó Ren.
-¡Nos costo mucho trabajo llegar hasta aquí, ¿y nos reciben así?! -Shalona le reprochó a Ren.
-¿Qué pasó con mi hermana? -les preguntó nervioso Ren.
-Pues, supongo que sigue en el parque... -le contestó la rubia mujer.
-¿De que hablan? -preguntó curioso Horo Horo.
-¡De nada! -gritó Ren.
Todos miraron a Ren, quien estaba muy nervioso y molesto, ¡molesto de sólo imaginar a la feliz pareja del parque! Pero, de todos los que lo miraban, había alguien que lo miraba con dulzura, sin perder detalle de cada gesto que hacía, y que con cada gesto del rostro del chico chino, un sonrojo invadía sus mejillas, ese alguien era Pilika.
-"Si tan sólo...recordara mi existencia" -pensó la hermana de Horo Horo con tristeza.
-Veo que ya tienen todo casi listo...-exclamó la líder de las Lillys.
-Sí, así es-le respondió Ren.
-¡Pero no gracias a ti! -le gritó Horo Horo al chico chino.
-Y yo supongo que tampoco gracias a ti -le respondió Ren.
-¡Pero si yo hice casi todo! -seguía gritando Horo Horo.
Horo Horo y Ren comenzaron a pelear como era costumbre. En ese momento...
-Buenas tardes -era la voz de Jun.
-¡Ay no! -Ren tembló.
-Hola Ren -su hermana lo saludó sonriente.
-Ho… hola -sonrió nervioso el shaman chino.
La situación era bastante incomoda, por un lado Yoh seguía tratando de buscar una buena explicación que darle a su querida prometida y por el otro Ren parecía tratar de ocultar algo...y ahora con la llegada de Jun, Ren parecía mas preocupado.
-A propósito... ¿En donde está Bason? -Pilika miró a Ren.
-¿Bason? -el chico miró confundido a la hermana menor de Horo Horo.
-Sí, Bason -dijo ella sonrojada por el simple hecho de que el chico chino le haya dirigido la palabra.
-¡BASON! ¡Es cierto! -gritó alarmado Ren- la última vez que lo vi fue en la tienda departamental... ¡Con todo lo que pasó me había olvidado de él! ¡Iré a buscarlo!
-¿Y desde cuándo te preocupas tanto por Bason? –Horo Horo lo miró interrogante.
-¡Tonto, yo siempre me... es natural que me interesé saber el paradero de mi espíritu! -le explicó Ren.
-¿No será que estás tratando de huir de alguien? –Horo Horo le habló en voz baja a Ren.
-No seas ridículo, ¿y de quien podría estar tratando de huir? -dijo nervioso Ren.
-Tal vez de...tu hermana -sonrió inquisitivo Horo Horo.
-¡Claro que no! -gritó Ren.
-¿Seguro? -dudó Horo Horo.
-¡Debo ir por Bason! -Ren salió corriendo.
-¡Te acompaño! -dijo Jun saliendo tras él.
-¡Un momento! ¡Ren nos tienes que ayudar! -gritó Horo Horo.
Demasiado tarde, los hermanos Tao ya se habían marchado.
-Yoh.
Yoh tembló al reconocer la voz...
-¡Annita! -sonrió nervioso el chico de cabello castaño.
-¿Se puede saber en donde has estado? ¡Son las tres y media de la tarde y tú apenas estás llegando! -le reprochó Anna.
-"¿Sólo está molesta porque me desaparecí toda la mañana?" -pensó Yoh.
-¡¿LAS TRES Y MEDIA DE LA TARDE?! -gritó Manta-¡Tenia que ir por mi disfraz antes de las tres de la tarde!
Manta salió corriendo.
-¡Aquí lo tengo! ¡El regalo perfecto para Lyserg!-gritó emocionado Ryuu.
-¡Al fin regresas! -lo saludó Horo Horo.
-Acabo de toparme con Ren y la señorita Jun, al parecer llevaban prisa... ¿no me digan que apenas van a buscar a Lyserg al aeropuerto? -les preguntó Ryuu.
-¡Chispas, Lyserg! -gritó Horo Horo- ¡Me olvidé por completo de él! ¡Y al parecer Ren también!
-¡Yo iré a recordárselo a Ren! -dijo Pilika de inmediato.
-¿Tú? –Horo Horo la miró extrañado.
-Sí, me imagino que no han de ir muy lejos. -sonrió la joven.
-Será lo mejor. -exclamó Shalona.
Pilika salió rápidamente de la casa. Horo Horo frunció el ceño. Definitivamente no le gustaba la forma en que su querida hermana menor miraba a Ren Tao. ¿Qué si Horo Horo sabía sobre los sentimientos de Pilika? Pues quizás, ya había notado que en más de una ocasión su joven hermana se sonrojaba con el chico chino y eso era algo que le disgustaba. Por que desde que todos se volvieron a ver, hace aproximadamente seis meses, Pilika se comportaba de un modo bastante extraño.
Detestaba las miradas que le lanzaba al shaman de china, sus sonrojos y suspiros... y lo peor -según Horo Horo- ¡Que se pusiera de parte de Ren en vez de la suya! ¡Eso sí que no lo soportaba!
Aunque al parecer Ren no le correspondía, a veces incluso la ignoraba por completo... Y eso en vez de alegrar a Horo Horo, lo ponía peor. No podía creer que el tonto de Ren hiciera sufrir a su hermana con su indiferencia. ¡Simplemente no lo comprendía! En los últimos años, Pilika se había convertido en una hermosa jovencita, llena de pretendientes, que él se encargaba de alejar, y que para su fortuna, ninguno parecía gustarle a ella; la jovencita parecía no estar interesada en tener un noviazgo, hasta hace seis meses, cuándo se reencontraron con sus amigos y al parecer Pilika quedó prendada del joven chino. Horo Horo sí que temió entonces, dio por pérdida a su hermana, dio por hecho que no podría evitar que Ren se la llevara. Pero, al contrario de lo que él esperaba, Ren no mostró ningún interés sentimental en la joven y eso al principio lo alivió, pero últimamente lo enfurecía, estaba harto de ver la tristeza reflejada en los ojos de su hermana menor
Debía hacer algo, ¿pero qué? Se supone que él no sabe nada, ya que Pilika ha tratado a toda costa de evitar que alguien descubriera sus sentimientos, pero ¿ocultarlos de su propio hermano? Eso fue imposible, sólo que ella no debía saberlo.
-¡Al fin! ¡Después de tres años sin verlo me reencontraré con el príncipe Lyserg! -gritó emocionada Milly.
La voz de Milly sacó a Horo Horo de sus pensamientos.
-Ya debe de estar impaciente, le dijimos que Ren estaría en el aeropuerto desde las tres de la tarde-exclamó Horo.
-¡Al fin llegué! -exclamó Bason.
-¡¿Bason?! -todos los presentes lo miraron con asombro.
-Díganme, ¿en donde se encuentra el señorito Ren? -les preguntó el espíritu.
-Pues... él fue a buscarte -sonrió Yoh.
Ren caminaba en silencio, se sentía culpable por haber estado espiando a su hermana y lo peor temía que la joven le reprochara.
-Es muy extraño que Bason haya desaparecido de repente, ¿no te parece? -comentó Jun.
-Hermana...
-¿Sí?
-Quiero...pedirte una disculpa...
-¿Una disculpa? -Jun lo miró confundida.
-Por lo que sucedió en el parque...yo estoy muy avergonzado...
-¿En el parque? Ren... yo... ¡no tengo idea de lo que estas hablando!
-¡¿Queé?!
-¿Qué se supone que pasó en el parque?
-Pues, Yoh y Yo... las ramas...
-¿No estaban jugando al escondite con Shalona y las demás?
-¡¿Eh?!
-Yo pensé eso.
-¿Jugando al escondite?
-No tiene porque darte pena... ese juego es muy divertido -sonrió su hermana.
-"Me pregunto si estará hablando en serio" -pensó Ren mientras escuchaba a su hermana comentar sobre lo divertido que es jugar de vez en cuándo.
-¿Sabes cuál otro es muy divertido? ¡El de los encantados! ¡Ese es uno de mis favoritos!-exclamó Jun.
-Entiendo...
-Ren... -Jun lo miró.
-¿Sí?
-No importa lo que pase... siempre serás mi hermano -Jun le sonrió con dulzura.
-¿Por qué dices eso?
-¡Tú sabes que te quiero mucho! Aunque seas bastante celoso, mi cariño por ti nunca desaparecerá -Jun sonrió enormemente.
-¡Un momento! entonces sí te diste cuenta de que...
Jun seguía sonriendo, mientras que Ren comenzaba a ponerse rojo de la vergüenza.
-¡REN! -gritó Pilika a lo lejos.
-¿Hum? -Ren miró a la chica de cabello azul.
-¡Hasta que los alcanzo! -dijo muy agitada.
-¿Qué sucede? -preguntó Jun.
-Tienes que ir por Lyserg al aeropuerto...-le dijo Pilika al shaman chino.
-¡Es verdad! ¿Qué hora es? -se alarmó Ren
-Las tres y media o más tarde... -le contestó la hermana de Horo Horo.
-Ya es muy tarde y todavía debo buscar a Bason... -suspiró Ren.
-Si quieres...-Pilika dudó
Jun miró fijamente a la jovencita.
-¡Yo puedo ayudarte a buscarlo! -dijo muy roja la joven de cabellos azules.
-No es necesario... puedo hacerme cargo de las dos cosas, es más le pediré a Lyserg que me ayude, con su poder -el chico chino cruzó los brazos.
Los ojos de Pilika se entristecieron.
-No es mala idea, Pilika puede ayudarte -sonrió Jun.
-¿Qué? -Pilika miró a la chica muy sorprendida.
-Entre los tres pueden buscar a Bason, de esa forma ustedes dos entretendrán a Lyserg -exclamó la joven de cabellos verdes.
-Pero... -Ren miró a ambas chicas.
-¿Ocurre algo? -Jun le devolvió la mirada a su hermanito.
-No... Es sólo que... -Ren no sabía que decir.
-¿Sólo qué? -Jun lo miró intrigada.
-En la casa de Yoh deben de necesitar ayuda, Horo Horo lo dijo... de lo contrarió no terminarán con los preparativos y aun deben disfrazarse... -argumentó Ren
-¿Ese es el GRAN problema? -sonrió Jun.
-Pues sí... -Ren la miró nervioso.
-¡No te preocupes! ¡Yo iré a suplir a Pilika! -Jun sonrió enormemente.
-¡¿Queé?! -Ren la miró sorprendido.
-Bueno, nos vemos -Jun se despidió.
-Pero...-Ren la miraba suplicante.
-Hasta luego Pilika -Jun le guiñó el ojo a la joven.
-¿Ahhh? -Pilika la miró confundida.
Jun y su fiel Lee Bruce Long corrieron en dirección a la casa Asakura.
-Y... ¿Por dónde comenzamos a buscar? -dijo Pilika muy nerviosa.
-Lo mejor será que vayamos por Lyserg al aeropuerto.
-Tienes razón.
Ambos caminaron en dirección al aeropuerto. Mientras tanto, Yoh y los demás...
-Al parecer nadie tiene disfraces, ¿cierto? -Anna observaba a los jóvenes trabajando.
-Pues no -le contestó Horo Horo.
-¿Y aún así piensan llevar a cabo la idea de una fiesta de disfraces? –la rubia parecía aún enfadada.
-Sí, podemos improvisar algo -sonrió Yoh.
La puerta se abrió bruscamente...
-¡LA TIENDA ESTABA CERRADA! -gritó Manta.
Un zapato de Anna le cayó al pobre chico.
-¡No estés haciendo tanto escándalo! ¡Y ten mas cuidado la próxima vez, puedes romper la puerta! -le gritó Anna.
-Discúlpame...-Manta le devolvió su zapato.
-¿Y ahora qué harás? -le preguntó Ryuu.
-No lo sé... -Manta se veía frustrado.
-¡Se me acaba de ocurrir una idea! -exclamó Yoh emocionado.
-"¡Oh no! ¡Otra de sus brillantes ideas!" -pensó Anna.
Llamaron a la puerta.
-¿Y ahora quién será? -se preguntó Horo Horo.
-Bien, ya volví -sonrió Jun.
-¿Y Ren? -preguntó Yoh.
-Fue al aeropuerto.
-Aquí hay alguien que lo espera -señaló Ryuu.
-¿Quién? -preguntó Jun.
-Bason -le indicó Yoh.
-¿Bason? ¡Mi hermano te está buscando!
-Entonces debería ir por él... -dijo Bason.
-¿Irás por él? -Jun lo miró.
-¡Antes de que te vayas! -sonrió Yoh.
-¿Qué sucede? -Bason lo miró extrañado.
-Sería bueno que escucharas mi propuesta, para que luego le avisaras a Ren -sugirió Yoh sonriente.
-¿Y cuál es su propuesta Don Yoh? -le preguntó Ryuu.
-Pues... como todos saben la fiesta será de disfraces...se me acaba de ocurrir que... ¡Sería bueno que nos disfrazáramos de cada uno de nosotros! -dijo Yoh emocionado.
-¡¿QUEÉ?! – soltaron todos al mismo tiempo.
-Eso lo hará más divertido, será un sorteo... meteremos nuestros nombres en un recipiente y los revolveremos, después cada uno tomará un papel y el nombre que aparezca escrito en el papel que sacamos, será el nombre de la persona de la que tenemos que disfrazarnos -les explicó Yoh.
-Suena divertido -exclamó Ryuu.
-¿No creen que ya es muy tarde para eso? -señaló Horo Horo.
-¿Por qué? Hasta ahora nadie tiene disfraz...-le dijo Yoh.
-¿De dónde vamos a sacar unos disfraces de nosotros mismos? -le dijo Horo Horo.
-¡Nosotros los elaboraremos! Sólo necesitamos que Ren entretenga a Lyserg por más tiempo -exclamó Yoh.
-Es la idea más tonta que he escuchado -opinó Shalona.
-Entonces no vengan a la fiesta -le contestó Horo Horo.
-¿Y bien? -Yoh los miró interrogante.
-¡Está bien!
Yoh comenzó a reír.
Mientras tanto, Ren y Pilika ya habían llegado al aeropuerto...
-El vuelo ya se retrasó mucho ¿no? -exclamó Pilika.
-Es verdad -respondió el joven.
-Se supone que debió de haber llegado a las tres de la tarde... me pregunto que hora será.
-Imagino que alrededor de las cuatro de la tarde -el chico parecía desanimado.
Pilika lo observó en silencio, Ren no parecía tener ni el mínimo interés en entablar una conversación con ella. La chica suspiró desilusionada.
-Lo siento, no soy bueno para conversar y menos con una chica -exclamó repentinamente el shaman.
-¿Ah? ¡No te preocupes! -dijo la chica tratando de ocultar su nerviosismo.
-Me imagino que te has de estar aburriendo.
-¡No, claro que no! Al contrario, no tienes idea de cómo disfruto de tu compañía...digo... -Pilika se puso muy roja.
-Iré a preguntar el motivo de esta larga espera -dijo Ren poniéndose de pie.
-Sí.
Pilika lo observó en silencio, pronto el chico había desaparecido entre la gente. Pilika volvió a suspirar.
-"¿Por qué es así conmigo?" -pensó con tristeza.
Suspiró nuevamente, cerro los ojos y dejó volar su mente, recordó un paseo entre Yoh, Ren, su hermano y ella, hace tres meses atrás. En ese dichoso paseo, también pensaba Ren, mientras se dirigía a pedir informes sobre el vuelo de Lyserg.
Yoh había aprovechado que Anna estaría fuera de la ciudad, ya que tuvo que ir a atender un asunto del que no lo quiso decir nada, Tamao la había acompañado.
Yoh permanecería en casa, acompañado de Ren, que en aquel entonces vivía en la casa de Anna e Yoh.
Al saber de la ausencia de Anna, Horo Horo les propuso un paseo por la ciudad, Yoh aceptó gustosamente y a Ren no le quedó más remedio que acompañarlos. Por su parte, Pilika -al enterarse de que el shaman chino iría- insistió en acompañarlos y Horo Horo terminó accediendo.
Aquel día los cuatro paseaban por la calle, todo parecía indicar que sería un paseo normal, entre amigos; incluso Pilika comenzaba a desanimarse, ya que el chico chino parecía no prestarle mucha atención, estaba más interesado en discutir con Horo Horo o hacer corajes con los comentarios de Yoh.
De pronto, Horo Horo señaló emocionado un puesto de pastelillos, Yoh y él corrieron a probarlos, pronto se vieron rodeados de puesteros ansiosos de que los dos chicos probaran las muestras gratis de la comida que se vendía en sus puestos.
Pilika observó con asombro como su hermano e Yoh eran envueltos por la gente de los puestos.
-Par de tontos -murmuró Ren.
-¿Crees que puedan comer tanto? -le preguntó Pilika.
-¡Como si no conocieras al tragón de tu hermano! -sonrió Ren, cosa que sonrojó a Pilika.
-Aquí tiene, joven -le dijo un señor extendiéndole un folleto.
-No, gracias -Ren rechazó la propaganda.
-Oye Ren...- tragó saliva Pilika.
-¿Sí?
-Hay algo de lo que quiero hablarte, pero este no es un buen sitio para hacerlo...
-¿Qué sugieres?
Pilika lo llevó hasta el parque.
-¿Y ahora? -Ren se sentó en una banca.
-¿Ah? -la chica lo miró.
-Te escucho
-Bueno...yo...tú...-Pilika sintió que las manos le sudaban.
-Aquí tiene, joven -nuevamente el chico de la propaganda le extendió a Ren un folleto.
-No, gracias -volvió a rechazarlo el joven shaman.
-Esto que voy a decirte es sumamente importante, al menos lo es para mí...- Pilika se sentó a su lado.
-¿Y qué es? -Ren la miró fijamente.
-Pues... quiero decirte que tú…
-Aquí tiene, joven -era el chico de la propaganda que le extendía un folleto a Ren.
-No la quiero -repitió Ren algo enfadado.
-¿Seguro, joven? -insistió el sujeto.
-Estoy seguro -le respondió el chico chino.
-¡Ren! -Pilika llamó su atención.
-¿Qué?
-Te estaba a punto de decir algo -le reprochó la joven.
-Lo siento, pero tú lo viste, ese tipo ha estado dando lata -se disculpó el chico Tao.
-Bueno, ya no importa -suspiró la hermana de Horo Horo.
-¡No! me trajiste hasta aquí y ahora me lo dices.
-Pero... es que no puedo...
-¿Por qué?
-Porque ya me acobardé.
-¿Cómo que te acobardaste? no te entiendo... ¿Qué me ibas a decir?
-¡Te estoy diciendo que no te lo voy a decir!
-¡Vaya, tienes un pésimo genio!
-¿Tú crees eso? -Pilika lo miró con tristeza.
-Para ser hermana de Horo Horo, estás bien -Ren cruzó los brazos.
-¿Lo estoy? ¿Y que quieres decir con que estoy bien? -Pilika lo miró confundida.
-Me refiero a que...
-Aquí tiene, joven -el sujeto de la propaganda interrumpió a Ren.
-¡¿Usted de nuevo?! -gritaron enojados Ren y Pilika.
-Pos, sí -el de la propaganda tembló.
-¡Ya me tiene harto! ¡Hay muchas otras personas más aquí, ¿por qué insiste conmigo?! -le gritó Ren.
-Es que... -el sujeto comenzó a sudar.
-Probablemente...-Pilika miró al hombre de la propaganda.
-¡Contésteme! ¿Por qué sólo me molesta a mí? -Ren estaba muy molesto.
-¡Corre Ren! -Pilika tomó del brazo al chico chino.
-¡¿Queé?! -exclamó Ren mientras Pilika se lo llevaba corriendo.
-¡Debemos huir de ese sujeto! -le gritó ella sin dejar de correr.
-¿Pero, por qué? -Ren corría sin entender.
-¡Quizás es un espía!
-¿Un espía? ¿De que rayos hablas? ¿Cómo que un espía? -Ren parecía enojado.
-¡De otra manera, no nos estaría siguiendo!- le señaló Pilika.
-¡Joven, su folleto! -gritaba el chico de la propaganda.
-¡Ay, no! ¡Ahí viene! -exclamó Ren.
-¡Te lo dije! -sonrió Pilika.
-¡Joven! ¡Joven!
-¡Debemos perderlo! -sugirió la joven.
-¿Y cómo? -Ren la miró confundido.
-¡Detrás de esos botes, pronto! -le indicó Pilika.
-¡Entendido!
Ambos chicos se escondieron atrás de unos botes de basura, el hombre de la propaganda pasó y no los vio.
-¡Lo logramos! -sonrió satisfecha Pilika.
-Estás loca -Ren sacudió el polvo de su ropa.
-¿Loca? ¡Te salvé! ¿Qué tal si era un secuestrador?
-Tal vez sólo era un tipo al que le interesaba repartir todo sus folletos, ¿sabes? Para eso los andan.
-¡Eres un mal agradecido! -Pilika parecía enojada.
De pronto...
-¡Joven!
-¡Aggghhh! -gritaron Ren y Pilika.
-Aquí tiene, joven.
-¡Vamonos! -Pilika volvió a jalar a Ren.
-¡Esperen! ¡No me hagan correr, por favor! -les gritó el sujeto de los folletos.
-¡Ese viejo, está loco! -exclamó Ren.
-¡Te lo dije! -le reprochó Pilika.
De pronto, ambos chocaron contra una vendedora de rosas.
-¡AUCH! -se quejó Pilika del dolor.
Todos habían terminado en el piso, menos...
-Aquí tiene, joven...
-Gracias...-desde el suelo, Ren tomó finalmente el dichoso folleto.
El tipo de la propaganda se marchó. Pero, ahora tenían otro problema.
-¡Mis rosas! ¡Mis rosas! -exclamaba espantada la vendedora.
-Lo siento mucho... -se disculpó Pilika.
-¡Con eso no me regresas mis rosas! ¡Todas quedaron arruinadas! -la vendedora la miró amenazante.
-Prometo que le pagaré...-dijo avergonzada Pilika.
-Aquí tiene -Ren sacó su billetera.
-¡¿Qué haces, Ren?! -dijo asombrada Pilika.
-¿Qué crees que hago? ¡Pagándole las rosas! -masculló el joven.
-Pero... fue mi culpa... -Pilika estaba avergonzada.
-No, fue mía. Aquel tipo me seguía a mí -murmuró Ren.
-Pero... no debimos haber salido corriendo como locos.
-Sólo tratabas de ayudar, supongo.
-Pues... supones mal -a Pilika le rodó una gota por la nuca.
-¿Qué? -Ren la miró confundido.
-Es que pensé que sería divertido y... -Pilika le sonrió nerviosa.
-¡¿Divertido?! -a Ren la salió una enorme vena.
-Sí.
-¡¿A eso le llamas diversión?! ¡Mira todo lo que pasó por querer divertirte! -a Ren le crecía una y otra vez la aleta de tiburón que tiene en la cabeza.
-Yo...lo siento.
-¡¿Lo sientes?! -Ren estaba muy enojado.
-¡No era mi intención causar daños! ¡Sólo trataba de…! -se detuvo.
Bajó la mirada, Ren la miraba con enojo.
-No quería que siguieras aburriéndote conmigo... -soltó de pronto.
-¿Qué? -Ren la miró sin entender.
-¡Lo que oyes! ¡Sé que te aburres horrores cuándo estás conmigo! ¡No tienes por que fingir! ¡Lo sé! ¡Soy demasiado tonta para ti!
-¿De que hablas?
-¡No me hagas repetirlo, porque la que se aburrió ahora, fui yo! -Pilika lo miró con rabia y tristeza en sus ojos.
Ren no supo que decir, la chica se fue corriendo de ahí.
-Joven, su cambio -era la vendedora de rosas.
-¿Ah? -Ren la miró confundido.
-Que aquí tiene su cambio.
-¿Ella cree que...? -Ren no le prestó atención a la señora.
-¡JOVEN! -la mujer se enfadó.
-"Si tan sólo supiera" -pensó Ren con tristeza.
-¿Sabe qué? ¡Me voy! -la mujer de las rosas estaba enojada.
-¡Oiga espere! ¡Mi cambio! ¿Piensa robárselo?
La vendedora de rosas estaba que sacaba chispas del coraje. Pero Ren no lo notó, lo que sí notó fue una rosa, la única que había sobrevivido.
-Oiga, vieja... -le dijo Ren
-¡¿Vieja?!
-Quédese con el cambio, ya me cansé de esperarlo.
-¡¿Esperarlo?! ¡Pero si yo...!
Ren ya se había ido.
Pilika lloraba en una banca del parque...
-Creo que exageré las cosas... ¿se habrá dado cuenta de lo que siento por él?
Comenzó a secar sus lágrimas, lo más conveniente era que regresara; iba a levantarse cuando sintió a alguien parado junto a ella.
-¿Ren?
-Oye...mira, sobrevivió una -Ren le dio la rosa que había encontrado.
-Gracias -sonrió ella.
Ren se sentó a su lado.
-Escucha... yo no me aburro contig... lo que quiero decir es que...
-¿Ren? -Pilika lo miró ansiosa.
-¡Fue muy divertido! Correr de ese viejo loco.
-Sí, lo fue.
-Ojala de nuevo volvamos a salir.
-¿Perdón? -Pilika se sonrojó: ¿acaso le estaba pidiendo una cita?
-Sí, Yoh, tu hermano, tú, yo... ¿me entiendes?
-Sí... entiendo.
Estuvieron unos 5 minutos sin decir nada más.
-¡Es cierto! ¿Y qué era lo que había en el dichoso folleto? ¿A que le hace propaganda ese tipo raro? -Pilika trató de hacerle plática.
-Pues... no lo he visto aún -Ren desdobló el folleto.
-¿Y bien?
-¡¿Pero qué se ha creído?!
-¿Qué ocurre, Ren?
-¡Es una peluquería! ¿Qué tiene en contra de mi cabello? ¡¿Por eso me seguía tanto?! ¡Ya estuvo que se va a vivir con Ryuu!
-No te lo tomes tan en serio -sonrió Pilika.
-Es hora de irnos, Yoh y Horo Horo deben estar buscándonos.
-Tienes razón.
Ambos se levantaron. De repente...
-¡Buuuuuu! -un niño salió de los arbustos.
-¡Aggggggghhhhhhh! -gritó Pilika abrazando a Ren.
- ¡Te asusté! -el niño se echó a reír.
-¡¿Por qué hiciste eso?! -le reclamó Pilika
-¡Es muy divertido espantar parejitas en el parque! -el niño seguía riendo.
-En primera: ¿No tienes nada mejor que hacer? y en segunda, Ren y yo sólo somos amigos.
-¡Eso dicen todos! -el niño se fue riendo.
-¡Mocoso malcriado, regresa! -gritó Pilika enojada.
-Pilika...-le habló Ren
Pilika seguía abrazada de Ren.
-¿Hum? ¡Ahhhh! -Pilika se sonrojó- ¡Ahora entiendo porque ese niño no me creyó! lo siento, Ren...-dijo soltándolo
La chica lo había soltado, pero pronto sintió como el shaman la tomaba del brazo y la atraía hacia él.
-¡¿Qué haces, Ren?! -la muchacha se espantó.
Ren la rodeó de la cintura y apoyándose de un árbol la fue atrayendo poco a poco hacia él.
-Pero... Ren...-susurró la joven a unos centímetros de él
Él la miró y acarició su cabello, su rostro, sus labios. Ella se fue estremeciendo poco a poco, de pronto él dejo de acariciarla.
-Si me dices que no, lo entenderé -le dijo él.
-¿Ah? -ella lo miró confundida.
-Que si no quieres no lo hago -le sonrió con dulzura.
-¿Qué si no quiero? yo... lo deseo como no tienes idea -dijo ella sin importarle que sus mejillas se habían teñido de rojo.
-Yo también -le volvió a sonreír.
Entonces tomó su barbilla y con suavidad le depositó un beso, ella lo abrazó del cuello, quizás para mayor comodidad. Fue al principio un beso suave, tímido, después se olvidaron de sus nervios, para convertir ese tímido beso en un beso apasionado.
De repente...
-¡Al fin los encuentro!
Era la voz de Yoh, rápidamente los dos se separaron, ante un espantado y asombrado Yoh...
-¿Qué estaban haciendo? -a Yoh le salió una gota gigantesca en la cabeza.
-Yoh... Escucha... –Ren trató de calmarlo.
-¿No me digas que...? -Yoh miró a Ren.
-Yo...-Ren no sabía que decir.
-¿Qué Pilika se pasó a ahogar y tuviste que darle respiración de boca a boca? -dijo Yoh tranquilamente.
Pilika y Ren cayeron de espaldas.
-¿No era eso? -Yoh los miró confundido.
-¿Ah? bueno...- Ren comenzó a sudar.
-¿De que me perdí? -llegó Horo Horo.
-Pues, Pilika...
Yoh no terminó de hablar, Ren le tapó la boca.
-Ya es muy tarde, regresemos a casa -sonrió nervioso Ren.
Desde aquel día, ninguno de los dos -digo, de los tres-, había mencionado lo sucedido. Cosa, que tenia a Pilika muy triste.
-"No lo entiendo, ¿por qué se porta así conmigo? yo creí que a partir de ese beso... todo iba a cambiar" -pensó Pilika con tristeza
Como ya mencioné antes, ella no era la única que recordaba aquel día.
-"¿Por qué no me ha dicho nada al respecto? ¿Acaso no le importó? ¿Realmente no le importó que la hay besa...? -el sólo pensar en ello hacía que se sonrojara.
Mientras tanto, Yoh estaba muy animado con la idea surgida por su mente y el sorteo ya se estaba realizando.
-¡Pero que suerte tengo, aquí dice su nombre Don Yoh! -exclamó contento Ryuu.
-¿Quién sigue? -Yoh miró a las Lillys, mientras reía divertido.
-¡Yo! -Milly sacó un papel del recipiente- ¡¿Jun?! -gritó sorprendida.
-¡Es mi turno!-se acercó Horo Horo- Veamos, aquí dice... ¡TAMAO! -el chico se puso muy rojo.
-¿De mí? ¿Se va a disfrazar de mí? -Tamao se sonrojó de la pena.
-Y yo debo disfrazarme de Fausto -exclamó Manta.
-¿Ya todos tomaron su papelito? -les preguntó Yoh.
-Pues yo no he visto a Anna tomar el suyo -indicó Horo Horo.
Anna le lanzó una mirada fulminante.
-Annita, es tu turno -sonrió Yoh.
Anna tomó el papel, lo leyó y...
-¡NO DE NINGUNA MANERA LO HARÉ! ¡No pienso vestirme de Manta! ¡Es ridículo! ¡No lo haré!
-Pero Anna, debes hacerlo...-Yoh trató de convencerla.
-¡He dicho que no!
-Entonces vuelve a meterlo en el recipiente y saca otro -le dijo Yoh.
-¡Eso es trampa! -se quejó Shalona.
-Sólo quedan dos papeles -observó Fausto.
-Los de Ren y Pilika -le indicó Ryuu.
-¡De veras! ¿En donde está Pilika? -preguntó Horo Horo a Jun.
-Se quedó a hacerle compañía a Ren -sonrió la joven Tao.
Horo Horo frunció el ceño.
-¿Qué te dijeron? -preguntó Pilika.
-El vuelo se retrasó y llegará hasta las seis. -le respondió Ren.
-Tendremos que esperar mucho.
-Puedes irte si quieres, no tienes porque esperarlo.
-Pero...
-Aún debes buscar un disfraz ¿no?
-Sí, pero... creí que te ayudaría a buscar a Bason.
-No te preocupes, ya aparecerá -le sonrió Ren
Pilika se sonrojó profundamente.
-¡Señorito! -gritó Bason
-¿Qué te dije? -exclamó Ren a Pilika.
-¡Le tengo noticias sobre la fiesta!
-¿Qué clase de noticias? -Ren lo miró intrigado.
-Antes que nada, deben tomar uno de estos papeles.
-¿Y para qué? -preguntó Pilika.
-¡Tómenlos, por favor! -insistió Bason.
-¿Anna? ¿Por qué en este papel dice Anna? -Pilika miró a Bason extrañada.
-Bason... ¿tiene esto algo que ver con la fiesta? -le preguntó Bason.
-Sí. -le respondió el espíritu.
-Déjame adivinar, nos debemos disfrazar de la persona que nos salga en el papel-Ren dobló el papel que acababa de tomar.
-Sí, así es. ¡Que listo es señorito!
-¡Dile a Yoh que de ninguna manera me pienso disfrazar de Ryuu! -gritó Ren furioso.
-¡No se enoje señorito! ¡Enseguida voy y le digo! -Bason desapareció.
Ren arrugó el papel y comenzó a murmurar muchas cosas difíciles de entender.
-Tranquilo... sólo es un juego -sonrió Pilika.
-Tal vez, pero... ¡no lo voy a hacer!
-¡Ren!
-¡Además no me puedo disfrazar! ¡Debo esperar a Lyserg! ¿Qué explicación puedo darle si me ve vestido de Ryuu?
-Bueno…no lo sé.
-¡Ven! -tomó a Pilika de la mano- ¡Debo hablar con Yoh!
-S...sí...-Pilika estaba muy roja
Ambos chicos salieron del aeropuerto, estuvieron caminando largo rato. Ren seguía sin soltar a Pilika, estaba tan enfadado por el asunto de los disfraces que no se había dado cuenta de que venia casi arrastrando a la joven.
-¡En cuanto llegue a su casa me va a oír! -repetía una y otra vez Ren
De pronto, Ren choco contra alguien, haciendo que frenara de inmediato.
-¡Fíjese por donde va! -gritó Ren
-¡Hermano! ¿Qué haces por aquí? -exclamó Pilika
Era Horo Horo.
-Iba directo al aeropuerto, quería ver si ya había llegado Lyserg... ¿Y ustedes a donde iban?-Horo Horo miró con enfado a Ren.
-¿Eh? -Ren no comprendió el enojo de su amigo.
-Ren...-murmuró Pilika.
-¿Qué? -el chico chino la miró.
-Nuestras manos- Pilika le indicó con la mirada.
-¡Ah! -Ren soltó a Pilika sonrojado.
-Hermano... ¿Y quien te tocó para disfrazarte? -Pilika nerviosa.
-¡Señorito! -Bason apareció.
-¿Qué quieres? -le preguntó un nervioso Ren.
-Le informo que ya cumplí con lo que me pidió.
-¿Y que te dijo Yoh? -Ren trató de ignorar la penosa situación de hace unos minutos.
-Dijo que no había problema, ya que usted no será la única persona que no piensa disfrazarse -le respondió Bason.
-¡Bien! Ahora debo regresar al aeropuerto... ¡Adiós! -Ren se fue rápidamente.
-¡Señorito espéreme! ¿Sabe quien se va a disfrazar de usted? -Bason siguió a Ren.
Horo Horo miró a su hermana con enfado, ella sonrió tratando de calmarlo.
Las horas pasaron rápidamente, ya eran las seis de la tarde. Ren esperaba impaciente el vuelo en donde vendría Lyserg.
-Al menos me dio tiempo de darme una ducha -exclamó el chico de ojos dorados.
Por fin fue anunciada la llegada del vuelo en donde llegaría Lyserg.
-¡Ya era hora! -se quejó Ren.
Y por fin lo vio, reconoció rápidamente la cabellera verde de su amigo.
-¡Ren Tao, que gusto verte! -sonrió Lyserg.
-A mí también me da gusto verte -le respondió el Tao.
-¿Y en dónde están los demás?
-Pues... ¡El avión tardó mucho! -exclamó Ren.
-Es verdad, hubieron algunos contratiempos, pensé que no llegaría -volvió a sonreír Lyserg- ¡Tengo muchas ganas de ver a Yoh y a los demás!
-¿Sí? Ellos estaban aquí, pero como ya era muy tarde tuvieron que irse.
-Comprendo.
-Pero no te preocupes, podemos ir a la casa de Yoh.
-¿En serio? -se emocionó el chico inglés.
-¡Pero primero demos un paseo para que conozcas la ciudad!
-¿Un paseo?
-Sí, y te advierto que yo no sé mucho de esta ciudad, ya que tampoco soy de aquí...pero aún así, ¡Haré un intento por ser un buen guía!
-Está bien. Mientras me puedes contar como han estado todos por aquí.
-Sí, sí, sí, sí, yo te cuento. Yoh está igual de despistado que siempre.
-¿Cómo ha estado Ryuu?
-Bien, extrañándote como siempre.
Seguían caminando.
-¿Y Manta?
-Tan enano... digo pequeño como siempre.
Seguían caminando
-¿Y Anna?
-Igual de gruñona que siempre.
Seguían caminando
-¿Y Fausto?
-Sigue tan enamorado de su esposa como siempre.
Seguían caminando
-¿Y Tamao?
-Tan tímida como siempre.
Seguían caminando
-¿Y Horo Horo?
-Igual de tonto como siempre.
Seguían caminando
-¿Y tu hermana?
-Con Lee Bruce Long como siempre
Seguían caminando
-¿Y Pilika?
-Igual de hermosa como siempre.
Ren se detuvo bruscamente... ¿Qué acababa de decir?
-¿Eh? -Lyserg lo miró confundido.
-Yo...
-¿Ocurre algo malo? -Lyserg lo miraba extrañado.
-No, nada.
-¡Díganme, ¿no estoy idéntico a Ren?! -dijo contento Yoh.
-Si tú lo dices -le respondió Anna.
-¡Parecen que ya estamos todos! -dijo entusiasmado Manta.
-Amidamaru, ¿puedes avisarle a Ren que ya está todo listo?-le preguntó Yoh.
-¡Claro! -Amidamaru se fue.
Ren estaba en el parque con Lyserg.
-Se ve que a Morphie le dio mucho gusto ver a Bason -sonrió Lyserg.
-Sí, así parece -contestó Ren.
-Y dime, ¿qué ha acontecido por aquí?
-¿Acontecido? nada en especial... las cosas siguen igual que siempre.
-¿No me digas que las cosas entre Anna e Yoh siguen estando igual?
-Sí
-¿Ryuu y Horo Horo siguen sin novia?
-Sí
-¿Y tú?
-También
-¿Y no hay nadie que te guste?
-No. Ni a Horo Horo, ni a Manta... ¡Así que cambiemos el tema!
-Como gustes.
-¿Sabes quienes están aquí?
-No
-¡Las 5 Lillys!
-¿En serio? ¡Que coincidencia!
-A propósito... ¿Tú tienes novia o alguien que te guste?
-¡No! -Lyserg se sonrojó
-¿Seguro?
-¡Claro! -Lyserg estaba nervioso.
-Pues, te pregunto porque Milly sigue soltera.
Lyserg lo miró sonrojado.
-Bien -murmuró el chico de cabellos verdes.
-Y en estos dos años se ha puesto muy bonita, aunque de por sí ya era bonita ¿No te parece?
-No lo sé, no la he visto...así que no se si se haya convertido en una linda jovencita.
-Cuando te pregunté si te parecía, me refería a ¿qué si no te parecía que Milly era bonita?
-Bueno...si era muy bonita, por eso a Ryuu le gustaba tanto.
-¿Sólo a Ryuu? -Ren lo miró interrogante.
-¿Perdón? -Lyserg tembló.
-Olvídalo.
Lyserg bajó la mirada, Ren sonrió satisfecho.
Lyserg miraba al suelo, mientras que Ren miraba a las estrellas, de pronto...
-"Esa no es una estrella" "Lo que viene ahí es... ¡Amidamaru!" -pensó Ren.
-¡Todo está listo! ¡Todo está listo! -gritaba el samurai.
-¡Guarda silencio! -gritó Ren.
-¿Qué sucede? -Lyserg alzó la vista.
-¡Nada! ¿Qué te parece si ya nos vamos a la casa de Yoh? -dijo nervioso el shaman chino.
-Sí, está bien.
Ambos se dirigieron a la casa de Yoh.
-¡Ahí vienen! - le informó Amidamaru a todos.
-¡Bien! -sonrió Horo Horo.
-¡Apaguen las luces! -pidió Ryuu.
Y a fuera de la casa.
-¿Estás seguro de que hay alguien en casa? -preguntó Lyserg.
-Claro.
-Todo se ve muy oscuro.
-A ellos les gusta estar a obscuras -excusó Ren jalando la puerta
-¿Seguro que podemos entrar sin llamar a la puerta?
-Claro.
Y adentro de la casa.
-¡Hay que encender las luces! -gritó Yoh.
Y la puerta se abrió...
Y las luces se encendieron...
-¡SORPRESA! -gritaron todos.
-¡AGGGHHHHHHH! -gritó aterrado Lyserg.
Todos miraron extrañados al joven inglés, quien apuntó hacía el piso.
Para sorpresa de todos, ahí tirado... en casi la entrada estaba el cuerpo de...
-¡REN! -gritaron todos.
-¡Ejem! Yo estoy aquí junto a Lyserg -habló el chico chino.
-Si no es Ren entonces es...-Manta miró al cuerpo ahí tirado.
-¡YOH! -gritó con terror Anna.
Continuará...
N/A: ¿Cómo vieron este primer capitulo? ¡Con toda confianza, díganmelo! Acepto cualquier crítica, sobre todo tratándose de ortografía y más en los acentos... ¡Los acentos son mi perdición! En fin, espero no haber tenido muchos horrores ortográficos.
Sobre la historia Supuestamente es una parodia de esas novelas de detectives, ¡ojalá me salga bien!
Y aunque la trama es buscar al culpable del atentado contra Yoh, no pude evitar añadirle otras cosillas, que ojala no hayan desentonado la trama.
¡HASTA EL PROXIMO CAPITULO!
