¡¿QUIÉN ATENTÓ CONTRA YOH ASAKURA?!

Por Selesme Cari

Capítulo 2

"Sospechas"



Todos esperaban ansiosos, se miraban unos a otros intrigados y preocupados. El silencio que invadía el lugar era sumamente incomodo y lo sería aún más, si no fuera porque de vez en cuándo unos sollozos femeninos, lo interrumpían.

Horo Horo no dejaba de moverse de un lugar a otro, aún ataviado en su disfraz de Tamao; Tamao, por su parte, estaba llorosa, de ella eran los sollozos, que interrumpían el silencio incomodo que invadía a todos los presentes.

Las Lillys parecían inquietas, temerosas, veían fijamente a la puerta, como esperando el momento oportuno para salir de ese lugar.

Manta se encontraba sentado en el piso, sus enormes ojos reflejaban la angustia que lo invadía. A su lado, se encontraba Ryuu, quien temblaba, a pesar de que se repetía mentalmente así mismo: "cálmate, cálmate".

Jun permanecía en silencio, serena. Del lado contrario a ella, se encontraba Pilika mirando al suelo, tratando de asimilar lo ocurrido; parado junto a ella y recargado en la pared, se encontraba Ren, sin mirar a nadie.

Lyserg no dejaba de lanzar miradas acusadoras a todos, cargadas con fuertes dosis de desconfianza.

Anna por su parte, inexpresiva como siempre, se encontraba en un estado mental de incredibilidad... ¿qué le había pasado a Yoh?

La puerta se abrió y Fausto entró a la habitación.

-Se encuentra fuera de peligro, solo está inconsciente. -declaró el rubio.

Todos suspiraron con alivio.

-Y bien, ¿quién fue? -Anna los miró con frialdad.

Todos la miraron confundidos.

-¿Quién de ustedes quiso matar a mi prometido?-soltó la itako.

-¡¿Queeé?!

-Uno de ustedes trató de matarlo y exijo saber quien. -les dijo Anna con voz muy firme.

Todos se miraron sorprendidos.

-¡Yo, no! ¡Sabes que no mataría ni a una mosca! -se apresuró a decir Horo Horo.

-¡Jamás le haría daño a Don Yoh! -exclamó con tristeza Ryuu.

-Le tengo mucho aprecio a Yoh como para desearle algún mal... -aclaró con suavidad Fausto.

-Yoh es mi mejor amigo... ¡¿cómo iba a querer matarlo?! -lloriqueó Manta.

-¡Yo jamás pensaría en lastimar al joven Yoh! -expresó con angustia Tamao.

-¡Yo no soy ninguna asesina! -Shalona se indignó.

-¡Y nosotras tampoco! -las demás Lillys también estaban indignadas.

-¡Yo tampoco sería capaz! -Pilika también manifestó su inocencia.

-¿Y ustedes? -Anna miró a Lyserg y a Ren.

-Ni siquiera estábamos aquí. -murmuró Ren.

-Pues alguien tuvo que ser. -Anna miró a todos con desconfianza.

-A mi parecer, todos son sospechosos. -declaró Lyserg.

Anna asintió en silencio, ¡por primera vez estaba de acuerdo en algo con el chico inglés!

-Eso te incluye a ti, Anna. -le aclaró Lyserg.

-¿Qué? ¿A mi? -Anna parecía sorprendida.

-Es verdad Anna, ¡bien pudiste haber sido tú! -soltó Horo Horo.

-¿Yo? ¡No seas ridículo!

-¿Y por que no? -Sally la miró desconfiada.

-¿Qué motivo tendría para matarlo? -preguntó Anna.

-Mejor pregunta que motivo tendrías para no matarlo. -le aconsejó Elly.

-Cualquiera de ustedes pudo haber tenido un buen motivo… -murmuró Ren.

-¡Tú también pudiste haber tenido un buen motivo! -le señaló Horo Horo.

-Pero yo no lo hice. -le contestó Ren.

-¿Y por qué habría de creerte? -Horo lo miró desconfiado.

-Por una sencilla razón: yo no estaba adentro de la casa. -explicó el chico chino.

-¿Y eso que? ¡Bien pudiste haber entrado en secreto! -Horo seguía dudando.

-¿Con ustedes en la entrada? ¡No seas ridículo Tamao! -musitó el chico Tao.

-¡¿Cómo me llamaste?! -Horo Horo se puso muy rojo.

-Tamao. -dijo Ren.

-"¿Acaso él sabe lo que siento por ella?" -pensó Horo con nerviosismo.

Tamao los miraba confundida.

-¿Por qué me dices así? –Horo Horo trató de ocultar su nerviosismo.

-Por tu disfraz... ¿por qué otro motivo lo haría? -Ren lo miró con curiosidad.

-¡Ah! -Horo Horo se sonrojó.

-Déjense de tonterías y díganme de una buena vez quien lo hizo. -se escuchó la siempre fría voz de Anna.

-¡Yo digo que fue Ren! -insistió Horo Horo.

-Y yo te repito que estaba afuera de la casa y no pude haber entrado en secreto con ustedes en la entrada. -Ren estaba muy tranquilo.

-¡Pudiste haber entrado por alguna otra parte! -exclamó Horo.

-¡Lo mismo pudo haber hecho Lyserg! -se escuchó la voz de Pilika.

-¿Yo? -Lyserg se sorprendió.

-Sí, tal vez fuiste tú quien entró en secreto y trató de matar a Yoh. -la hermana menor de Horo Horo lo miró con desconfianza.

-¡Lyserg jamás haría tal cosa! -Ryuu se mostró indignado.

-Pues que yo recuerde, ya trató una vez de matar a Yoh Asakura ¿no? -Elly los miró.

-Sí, cuándo estaba con los X-laws -le respondió Horo.

-¿Lo ven? -insistió Pilika.

-¡Eso fue hace mucho tiempo! ¡Yo creo ciegamente en la inocencia del príncipe Lyserg! -Milly parecía disgustada.

-A este paso nunca resolveremos nada, todas insisten en defender a sus hombres. -Anna miró a Pilika y a Milly.

Ambas chicas se sonrojaron ante lo dicho por Anna.

-Será mejor que nos vayamos -Jun se dirigió a su joven hermano.

-¿Eh? -Ren se mostró sorprendido.

-¿Y porque la prisa? -Anna la miró desconfiada.

-No hay ninguna prisa, es sólo que esta situación es muy extraña y todos estamos muy estresados, me gustaría descansar. -le explicó Jun.

-Y a mi me gustaría que nadie saliera de la casa. -dijo Lyserg con voz firme.

Todos miraron confundidos al inglés.

-¿No me digas que aún quieres celebrar tu cumpleaños? -se rascó la cabeza Horo Horo.

-Lo que quiero es averiguar quien trató de matar a Yoh. -le explicó tranquilamente el chico de cabello verde.

-Pero, aquí todos somos sospechosos -dudó Manta.

-A excepción de Lyserg y yo. -aclaró Ren.

-¡Aja! ¡Ya lo descrubí todo! -exclamó Shalona.

-¿Tú? ¿Has descubierto al culpable? -Sally la miró asombrada.

-¡Fueron Lyserg y Ren! ¡Entre los dos trataron de matar al líder de los YohYohs! -Shalona acusadora.

-¡Eso es un disparate! -se quejaron Pilika y Milly al mismo tiempo.

-¡Mi Lyserg es inocente! -exclamó Ryuu.

-Creo que lo mejor por ahora, es descansar -Lyserg habló en voz alta.

-Entonces, ¿nos podemos ir, ya? -Jun rogaba con la mirada que así fuera.

Anna, ¿te molesta si nos quedamos a dormir aquí? -preguntó Lyserg.

-Sí, me molesta. Pero, no hay de otra... a cambio tienes que entregarme la cabeza del homicida. -dijo Anna muy seria.

-¿L...la...c...cabeza? -Manta tragó saliva.

Anna les asignó una habitación, a cada uno.

Las Lillys dormirían en el mismo cuarto, Tamao y Pilika compartirían alcoba.

Jun le pidió una habitación para ella sola, cosa que se le hizo muy extraño a la joven sacerdotisa, ya que por lo general, la joven Tao no exige mucho. Fausto también tenía una habitación para él solo...bueno, no tan solo, para él y para Elisa.

Lyserg pidió que todos los chicos estuvieran en la misma habitación, para así vigilarlos; Ryuu estaba muy emocionado con la idea de dormir junto a Lyserg: "Será como en los viejos tiempos" había dicho.

Cada quien se dirigió a su respectiva habitación, Anna permaneció en el corredor, esperando a Fausto. Él estaba examinando nuevamente a Yoh.

-Sigue inconsciente. -declaró Fausto saliendo de la alcoba de Yoh.

-Pero, despertara... ¿cierto? -la chica parecía preocupada.

-Sí, lo hará. Pero, por ahora hay que esperar. -le sonrió Fausto con dulzura, como tratando de darle ánimos.

Fausto se dirigió a su habitación; Anna entró a la alcoba de su prometido, ahí estaba él, inconsciente.

-Yoh... ¿pero que fue lo que pasó? -Anna tomó una de sus manos.

Súbitamente el recuerdo de su primer beso llegó a su mente, haciéndola sonrojar.

Mientras tanto, en otra alcoba de la casa: Las Lillys no podían dormir, estaban muy nerviosas.

-¿Pero quién pudo haberlo hecho? -preguntó Elly, más para si misma que para sus amigas.

-No tengo idea. -murmuró Shalona.

-Yo no recuerdo nada...bueno, sólo que él estaba muy emocionado. -añadió Lilly.

-Todo esto me ha dado miedo… -susurró Milly.

-Pero... ¿qué motivo pudo tener alguien para querer matarlo? es verdad que a veces es exasperante, pero… no es para querer matarlo ¿o si? -Elly parecía confundida.

-Existen más motivos para querer matarlo, el hecho de que Yoh sea exasperante, no fue lo que motivó a la persona que quiso asesinarlo. -se escuchó una voz masculina en la puerta del cuarto.

-¡Príncipe Lyserg! -exclamó sonrojada Milly.

Por primera vez desde que entró a la casa Asakura, Lyserg miró a Milly, quien con los años se había convertido en una hermosa jovencita. Ahora ella era más alta, pero no tan alta como sus amigas; Su cabello seguía del mismo largo que antes, su rostro aún reflejaba una inocencia de niña, en sus ojos se podía ver todavía aquel brillo de picardía y ternura a la vez; Y al parecer, a pesar de los años, seguía enamorada de él.

Lyserg se sonrojó repentinamente, por lo que mejor dejó de mirar a Milly, tratando de concentrarse en el asunto de Yoh.

-¿Cuáles motivos? -se escuchó la voz de Sally.

Lyserg miró confundido a Sally, la voz de la chica lo había sacado muy bruscamente de sus pensamientos.

-Tal vez, Yoh sabe algo de alguien...y ese alguien no quiere que los demás se enteren de ese algo. -afirmó Lyserg.

-¿Cómo? ¿Alguien... algo... alguien? ¡Entre tanto algo y alguien ya me confundí! -bramó Shalona.

-Tal vez, alguien quiso vengarse de él... -dijo Lyserg ignorando la queja de Shalona.

-¿Vengarse? -Milly parpadeó.

Lyserg asintió en silencio, sonrojándose nuevamente.

-Tal vez... al alguien le estorba Yoh. -declaró Lyserg evitando mirar a Milly, para no sonrojarse nuevamente.

-Pero se supone que todos ellos son sus amigos. -argumentó Elly.

-Si, pero a veces...es no importa. -murmuró Lyserg con amargura.

-¡Hay no! ¡Eso significa que estamos bajo el mismo techo que un asesino despiadado que nos puede matar a todos! -gritó Milly espantada.

-Cálmate, nunca dejaría que algo malo te pasara... -Lyserg la miró con ternura.

Milly se sonrojó profundamente. Las demás Lillys miraron al chico inglés con asombro.

-¡No le creas Milly! ¡Recuerda lo que te hizo aquel día en que se unió a los soldados X! -se escuchó con fuerza la voz de Rally.

-¡Es verdad! ¡No le creas ni una palabra! -Elly cruzó los brazos.

-¡No porque ahora te hable bonito le vas a perdonar el daño que te hizo! -se escuchó la voz de Lilly.

-¿Qué? pero creí que eso ya había quedado en el pasado… -Lyserg las miró confundido.

-¡Pues creíste mal! -Sally lo miró desafiante.

-Yo cometí muchos errores y estoy arrepentido de ellos... ¡créanme! -Lyserg les lanzó una mirada suplicante.

-Pues... ¡pídele una disculpa a Milly! -le ordenó Shalona.

-¡BASTA!

El grito de Milly detuvo la discusión.

-¡Dejen de decir tonterías! -Milly estaba tan enojada como apenada.

-¡No son tonterías! ¡Él te despreció! -gimió Elly.

-¡Lo mínimo que puede hacer ahora es pedirte perdón! -exclamó Rally.

-¡Ya no sigan! -Milly estaba muy avergonzada.

-Pero... -sus amigas la miraron confundidas.

-El príncipe Lyserg lo ha dicho… ¡todo eso ha quedado en el pasado!

-No, Milly. -Lyserg la miró muy serio.

-¿Eh? -la joven parpadeó.

-Ellas tiene razón...discúlpame. -Lyserg se inclinó a la altura de la chica.

-Príncipe Lyserg... -Milly lo miró con una mezcla de confusión y sonrojo.

-¡Oh! eso es algo. -exclamó Elly.

-¡Pero no es suficiente! ¡Ahora debes convertirte en su esclavo! ¡Sólo así pagaras por el sufrimiento que le causaste! -rió Shalona.

Milly la miró con una gota.

-¡Ya es muy tarde! es mejor que nos acostemos a dormir. -se estiró Lilly.

-¡Tienes toda la razón! -Elly miró el reloj.

-Me retiro… buenas noches y que tengan dulces sueños. -sonrió Lyserg.

-¡Igualmente! -Milly parecía muy contenta.

-Antes de que te vayas... -Shalona lo detuvo en la puerta.

-¿Sí? -Lyserg la miró confundido.

-Quiero que me digas... cuales son tus intenciones con Milly. -los ojos de Shalona brillaban con interés.

-¡Mejor nos acostamos a dormir! -Milly jaló a su rubia líder.

-Que descanses Lyserg. -Lilly le cerró la puerta en la cara.

Con todo y la puerta en su rostro, Lyserg estaba muy rojo.

En otra habitación de la casa, Tamao y Pilika no podían dormir.

-¿Quién pudo haber sido? -preguntó angustiada Tamao.

-No lo sé... todos son sospechosos ¡hasta tú!

-¿Yo?

-¡Una mujer despechada es capaz de todo! ¡Y bien lo pudiste haber querido matarlo al sentirte rechazada!

-¡Jamás haría tal cosa! -Tamao tembló.

-Pues lo dudo mucho... ¡oh no! ¿Qué tal si mientras duermo tratas de matarme? ¡Como he descubierto tu secreto!

-¡Que yo no fui!

-Mejor dormiré en el pasillo, ¡aunque puedes atacarme ahí también! ¡Ningún lugar es seguro! ¡Mejor iré con mi hermano!

Pilika salió corriendo de la habitación, dejando a una asustada Tamao sola.

-¿Y si no fue Tamao? ¡Ay no! entonces corro más peligro en cualquier otra parte de la casa...pero si voy con mi hermano estaré a salvo… ¡él me protegerá! pero... ¿y si fue alguno de los chicos? quizás fue Ryuu... o Manta... ¡tal vez Lyserg! porque mi hermano no pudo haber sido... ¡eso ni pensarlo! y tampoco pudo haber sido Ren...

Al mencionar el nombre del joven chino, se sonrojó rápidamente.

-"Soy una tonta...". -pensó con tristeza.

-¿Todavía despierta? -escuchó una voz masculina a su lado.

-¡Ahhhggggghhhhh!

-¡No grites! -le pidió el chico.

-¡Me asustaste! -le reclamó la joven.

Ren le sonrió levemente, por lo cuál Pilika se sonrojó. ¡Vaya! ¿Acaso lo había invocado con el pensamiento? Justo acababa de pensar en él... ¡y se viene apareciendo!

-Todo este asunto te tiene muy inquieta ¿verdad?

La voz de Ren la sacó de sus pensamientos.

-¿Y a quien no? -exclamó con sencillez.

-Tienes razón… todo esto es muy extraño. -Ren cruzó los brazos.

-¿De quien sospechas? -Pilika lo miró curiosa.

-¿Sospechar?

-Sí... porque tuvo que ser alguien ¿no? -Pilika estaba tan nerviosa como emocionada... ¡al fin estaba charlando con Ren!

-Nunca se me cruzó por la mente que alguno de nosotros intentara matar a Yoh... -Ren la miró pensativo.

Pilika no pudo evitar sonreír. Hasta ahora (con o sin beso) ella y Ren no habían sostenido una conversación en donde no se limitaran a preguntar y responder. La diferencia entre la conversación que habían tenido aquel día del dichoso paseo y esta nueva conversación era que ahora estaban más tranquilos, no tan agitados como aquel día y sin un hombre latoso que los estuviera persiguiendo. Con la única preocupación que el atentado contra Yoh... ¡chispas Yoh! Pilika sacudió la cabeza en señal de negación ¡no era tiempo para estar pensando en ese tipo de cosas! ¡Ahora lo importante era averiguar quien de ellos quiso quitarle la vida al chico Asakura! No importaba si frente a ella se encontraba su amado chico de ojos dorados, mirándola fijamente, sonriendo levemente, divertido... ¿divertido? ¿Por qué Ren parecía estar divirtiéndose?

-¿Qué te pasa? -logró preguntar Pilika.

-Eso mismo te pregunto a ti... ¡estás haciendo cada gesto! ¿Pues en que tanto estás pensando?

Pilika se puso muy roja… ¿Qué en que tanto estaba pensando? ¡Pues en él! ¿En quién más podía pensar? Aunque debería estar pensando en el asesino que anda suelto por la casa...pero en vez de eso solo pensaba en él…

-Yo no pienso en nada en especial… ¡sólo en el pobre de Yoh! ¿Cómo pudieron tratar de matarlo? ¡Él no se mete con nadie! -exclamó Pilika alejando de su mente, cualquier otra clase de pensamiento.

-Yoh sabe muchas cosas, cosas que nadie más sabe. -dijo Ren con firmeza.

-Es verdad, aunque actúe como tonto sabe más de lo que creemos.

-Dame un ejemplo.

-¿Un ejemplo? pues... no sé.

-Entonces, te daré yo uno: sabe algo de nosotros que nadie más sabe. -Ren le habló al oído.

-¿De nosotros? -Pilika se estremeció al sentir el aliento de Ren en su oreja.

-Si, sobre ti y sobre mi -Ren aspiró el aroma de la joven.

Pilika tembló. ¿A que estaba jugando Ren? De pronto recordó aquel día, la carrera que emprendieron huyendo de aquel hombre, la señora de las rosas, el enfado de Ren, su tristeza, la cercanía del chico chino, el beso… sus labios, sus suaves labios sobre los suyos... pero sobre todo recordó, que después de eso, nada cambió. Recordó la indiferencia con la que Ren la ha estado tratando, la poca importancia que el joven le había dado a lo que para ella fue su primer beso. Ella lo amaba y a Ren parecía no importarle…

-"Si Ren sabe sobre mis sentimientos hacía él... ¿por qué me hace esto? ¿Acaso sólo se está burlando de mi?" -Pilika no podía dejar de pensar en el extraño comportamiento del shaman.

Abrió con asombro los ojos al ver que Ren se acercaba lentamente a ella, se estremeció al sentir los labios de Ren muy cerca de los suyos… dio un paso hacía atrás ¡no podía caer nuevamente ante él! Pero Ren parecía no querer rendirse fácilmente, se acercó nuevamente a ella, acorralándola contra el barandal de la escalera.

Pilika estaba por ceder, cuándo el recuerdo del beso anterior y de todo lo que ocurrió después (o más bien de lo que no ocurrió) saltó a su mente. ¡Ren no volvería lastimarla! ¡No iba caer en sus jueguitos nuevamente!

-¿Y que es lo que Yoh sabe de nosotros? -preguntó en voz alta.

Ren la miró confundido.

-Lo que ocurrió aquel día... -le dijo sonrojado.

-¿Aquel día? ¿Qué día?

-El día del paseo. Anna no estaba en la ciudad y Horo Horo organizó una salida...

-¡Ah! ese día... ¿y qué con eso?

-¿No lo recuerdas?

-¿Recordar? ¿Qué se supone que debía recordar?

Ren la miró profundamente, Pilika no estaba dispuesta a mencionar el asunto del beso, él debía hacerlo primero... sólo así comprobaría que no se estaba burlando de ella.

-No tiene caso. -soltó él en seco.

Ren apartó la mirada, ¿acaso Pilika se estaba burlando de él? ¿Tan poca importancia le dio? ¿Tan poca importancia que... lo había olvidado?

Ren bajó la mirada, apretando los puños con rabia... ¡mientras él pensaba en ese dichoso beso todos los días, ella lo había olvidado por completo!

Pilika lo observó en silencio... ¿estaba enojado? porque parecía estarlo… ¿estaba enfadado porque su jueguito no salió como él quería?

Pilika contuvo un sollozo, mientras que para ella ese beso había significado mucho, para Ren sólo había sido un juego.

Ren alzó la mirada y la sorprendió mirándolo.

-Mejor ya vete a dormir... mañana será un día muy agitado. -le dijo dándole la espalda.

-Ren... -Pilika se acercó a él.

-¿Si? -ni siquiera la miró.

-Yo…

Pilika se contuvo. ¿Qué iba a decirle? ¿Que sí recordaba el beso? ¿Iba a permitir que se burlara de ella?

Ren la miró ansioso… ¡quizás todo había sido un malentendido!

-Yo creo que ningún motivo es bueno como para tratar de matar a alguien. -le dijo la joven cambiando de tema.

Ren no respondió.

-¡No importa los motivos! ¡Nada justifica un acto tan vil!

-Tienes razón. -afirmó Ren.

-¡Tengo mucho sueño! ¡Hasta mañana!

Pilika regresó a la habitación con Tamao. Dejando a Ren pensativo.

-"Te lo mereces, Ren Tao. Tratan de matar a uno de tus amigos y tú solo puedes pensar en esa chica y en el delicioso sabor de sus labios… y resulta que ella ni siquiera recuerda el haberte besado. Quizás así aprendas que tanta importancia debes darle a cada cosa"

Pilika dejó cerrar la puerta con lentitud. Tamao se alegró (y sorprendió) al verla regresar.

-¡Señorita Pilika! ¿ya cree en mi inocencia? -se le acercó.

Pilika no respondió. Tenía los ojos sumamente húmedos, tratando a duras penas de contener el llanto. Tamao la miró asombrada.

-¿Qué le sucede? -Tamao estaba preocupada.

Pilika no soporto más. Aventándose sobre el futón, comenzó a llorar. Tamao se sentó en el piso, la miró confundida.

-Señorita Pilika, por favor dígame que le pasa...

-No lo entiendo...simplemente no lo entiendo... -Pilika hundió más y más su rostro en el futón.

-¿Qué no entiende? -se atrevió a preguntar Tamamura confusa.

-No entiendo su actitud... no lo entiendo a él... -Pilika se sentó.

-¿Él? -Tamao cada vez se confundía más.

Pilika la miró entre lágrimas, Tamao se acercó lentamente.

-Cuénteme... ¿a quien se refiere? -Tamao se sentó a su lado.

Ante la cercanía de la chica, Pilika no pudo evitar dejar brotar más lágrimas. Tamao la miró con ternura y preocupación (sin olvidar la confusión).

-Perdóneme si le hice sentir peor con mi pregunta...es solo que me preocupa verla así.

Pilika negó con la cabeza.

-¿Acaso tuvo algún problema con su hermano? -insistió Tamao.

-No. No es eso. -contestó afligida.

-¿Entonces?

Pilika no contestó. Se abrazó de Tamao con fuerza, la chica de cabello rosado no pudo evitar sorprenderse. Sin embargo, le correspondió en el abrazo. Fue entonces cuándo Pilika dio rienda suelta a su llanto, ya sin tratar de evitarlo.

Mientras tanto, Ren aún se encontraba de pie frente a la habitación de las dos jóvenes. Se encontraba sumergido en sus pensamientos, dio un profundo suspiro y caminó rumbo a las escaleras, pero se detuvo al escuchar una voz femenina que decía:

-Entonces, ¿cuánto tiempo llevara inconsciente?

-No lo sé, es muy probable que para mañana ya haya despertado. -le respondió una voz masculina.

Ren arqueó la ceja, reconociendo a los dueños de dichas voces. Era su hermana, quien hablaba con Fausto. Muy discretamente, prestó atención a la conversación; Jun parecía nerviosa, preocupada, Fausto sólo le sonreía.

-Descuida. Elisa y yo nos hemos convertidos en tus cómplices. -le dijo muy gentil Fausto.

Jun lo miró con asombro y posteriormente le sonrió.

-Gracias. -murmuró la joven china.

-Ahora lo mejor será que nos acostemos. -consideró Fausto.

-Sí, ha sido un largo día. -exclamó Jun.

Ren trató de huir al ver a su hermana subir las escaleras seguida de Fausto. Pero no tuvo mucho éxito. Jun lo miró con una mezcla de asombro y preocupación. Fausto en cambio, no se inmutó.

-¿Aún despierto? -le preguntó el rubio tranquilamente.

-Sólo me aseguraba de que nada sospechoso estuviera sucediendo...-murmuró el shaman chino desconfiado.

-¿Y notaste alguna anomalía? -Fausto seguía muy tranquilo.

-No... Todo parece estar bien. ¿Y ustedes no piensan irse a dormir? -Ren seguía mirándolos desconfiado.

-Bueno... lo que pasa es que... -Jun estaba muy nerviosa.

-Con todo lo sucedido, es normal que no se pueda conciliar el sueño. -le explicó Fausto sin perder su naturaleza gentil.

-Pues... hay que tratar. -Frunció el ceño Ren.

-Tienes toda la razón. Buenas noches. -sonrió Fausto.

-Dulces sueños Ren... -le dijo más tranquila Jun.

-Que descansen. -murmuró el chico chino.

Jun y Fausto se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Ren, caminó hacía el cuarto que le correspondía compartir con los demás chicos.

-¿En dónde andabas? -le preguntó Horo Horo desconfiado.

-Eso no es asunto tuyo. -le respondió con fastidio.

-Tenemos que permanecer juntos... -señaló Lyserg.

-¿Y para qué? -Ren se tiró sobre el futon.

-Así descubriremos más pronto al culpable. -explicó Lyserg.

-En pocas palabras nos quieres tener bien vigilados ¿verdad? -le increpó Horo.

-Hablando de vigilar... ¿no sería bueno que alguien vigilara a Yoh? ¿Qué tal si tratan de matarlo? como no lo lograron hace unos momentos... bien pueden volver a intentarlo. -señaló Manta.

-Manta tiene razón. -afirmó Ren.

-Ren, tú te encargaras de vigilar a Yoh. -mandó Lyserg.

-¿Ren? ¡Pero si él es el principal sospechoso! -se quejó Horo Horo.

-No insistas en eso, es una tontería. -le pidió el chino.

-¡No es tontería! -rezongó Horo.

-Cuidaré de Yoh. -Ren salió del cuarto.

-¡No me parece buena idea! -le señaló Horo a Lyserg.

-Ren no estaba en el momento en que ocurrieron los hechos. -habló Lyserg sin alterarse.

-Mejor dicho, sí estaba. Pero del otro lado de la puerta. -exclamó Ryuu.

-A lo que me refiero, es que él no fue. Me consta. -afirmó el chico inglés.

Todos lo miraron en silencio. De esa forma dio a entender que estaba seguro, que el culpable estaba entre ellos. Sin descartar la posibilidad, de que pudo haber sido una de las chicas... cosa aún más difícil de creer.

-¿Alguien tiene algo más que decir? -preguntó Lyserg mientras se acomodaba en su futon.

-¡Quiero ir al baño! -exclamó Horo Horo.

A Lyserg le salió una gota. Horo Horo salió hecho un rayo hacia el baño.

-¿Y qué harás mañana, Lyserg? -Manta se acomodó para dormir.

-Comenzaré por... hum... ¡chispas, no lo sé!

-¿Por qué no empiezas por interrogarnos a todos? -le sugirió el cabezón.

-¡Buena idea! mañana, después de desayunar interrogaré a cada uno de ustedes. -Lyserg parecía entusiasmado.

-¿Interrogarnos? -Ryuu tragó saliva.

-¡Pero ahora estoy muy cansado! -Lyserg se estiró.

Manta miró fijamente al chico inglés, dudó por unos momentos pero finalmente le habló:

-Lyserg hay algo que debo decirte...

-Dime, te escucho. -Lyserg se sentó sobre el futón.

Manta también se sentó, miró a Ryuu, quien ya se encontraba profundamente dormido o al menos eso parecía. Tragó saliva y comenzó:

-Pues... hace un rato... antes de que las luces se apagaran...

Manta estaba tembloroso, Lyserg lo miró intrigado.

-¿Tiene que ver con lo sucedido a Yoh? -preguntó con cautela el chico de cabellera verde.

-Sí… veras... en ese momento...

Manta apretó los puños y dio un hondo suspiro.

-Mejor olvídalo. Tal vez no tenga importancia.

Dicho esto, se volvió acostar. Dejando muy intrigado a Lyserg.

-"Bien, ya sé por quien comenzare el día de mañana" -pensó Lyserg mientras comenzaba a tratar de dormir.

Mientras tanto, Horo Horo caminaba rumbo al baño.

-"Que no esté ocupado, que no este ocupado" -pedía mentalmente el joven ainu.

Las sombras de personas corriendo pudieron verse en la oscuridad del pasillo.

-¿Pero que rayos fue eso? -se preguntó así mismo el chico.

Olvidándose de sus ganas de ir al baño, deicidió que averiguaría que estaba pasando. Observó en silencio a las sombras.

-Esto se me hace muy sospechoso... -murmuró acercándose para ver mejor.

Entre la oscuridad pudo visualizar que aquellas sombras eran en total cuatro, tres más altas que una.

-"¡Las cinco Lillys!" -pensó asombrado.

¿Cinco? No. Sólo eran cuatro de las Lillys.

-¡De prisa! -se pudo escuchar la voz de Shalona.

-¿En donde lo ocultamos? -Elly parecía temerosa.

-Hum... ¡ahí! -señaló la líder del simpático quinteto.

-¡Está muy alto! -se quejó Milly.

-Busquemos en el piso. -sugirió Lilly.

-¿En el piso? -sus amigas la miraron confundidas.

-Debe de haber alguna tabla suelta. -es explicó la joven.

-¡Excelente idea! -sonrieron Milly y Elly.

-¿Y qué estamos esperando? -preguntó apresurada Shalona.

Las cuatro chicas se inclinaron sobre el piso.

-"Pero que tanto hacen?" -se preguntaba Horo sin perder detalle de lo que hacían.

Las Lillys buscaban una madera suelta ¡y al fin la hallaron! Levantaron la madera del piso y metieron algo abajo, para después volver a colocar la madera.

-¡Listo! -sonrió Shalona.

-Ahora Vamonos antes de que alguien venga. -pidió Elly.

Las lillys corrieron silenciosamente hasta su cuarto. HoroHoro se acercó al sitio en donde las lillys habían estado paradas. Miró fijamente la tabla suelta.

-¿Qué haces aquí? -lo hablaron.

-¡Aaagh! -gritó Horo.

Después de haber pegado ese grito, logró reconocer a la persona que le había hablado. Era Sally.

-¡No me asustes así! -se quejó el chico.

-Así tendrás la conciencia.

-¿Y tú en donde estabas? -Horo la miró con desconfianza.

-En el baño, ¡no logro dormir sin darme una ducha antes!

-Así que en el baño... ¡de veras! ¡Tengo que ir al baño!

Dicho esto, corrió directamente al baño.

Mientras tanto, Ren se encontraba parado frente a la puerta de la habitación de Yoh. No dejaba de pensar en la extraña conversación de Jun y Fausto. Lo que más lo confundía era el hecho de no saber que tanto de extraña tuvo. ¿A qué se refería Fausto con que ahora eran cómplices? Recordó a Shalona decir que Lyserg y él eran cómplices en el intento de asesinato que se había dado a lugar hace unas horas, teniendo a Yoh como victima. ¿Estaba eso relacionado con la plática de su hermana y Fausto? ¿Era a caso que su hermana…?

Sacudió la cabeza en señal de negación, su hermana no era capaz ¿o sí?

-Debo dejar de pensar en eso... -se dijo así mismo.

De pronto escuchó un sonido que provenía de la habitación de Yoh.

-¿Y ahora qué? -frunció el ceño.

Abrió la puerta y se encontró frente a frente con la joven itako.

-¿Has venido a terminar tu trabajito? -Anna lo miró rencorosa.

-Estoy vigilando que nadie se acerque a Yoh.

-¿Vigilando? -la joven se mostró desconfiada.

-Sí. Lo cuido de todos y eso te incluye a ti, Anna.

-¡Tonterías! -la sacerdotisa cruzó los brazos.

-Te voy a pedir que salgas de la habitación...

-¡¿Queeé?!

-Nadie que no sea Fausto, Lyserg o yo, puede acercársele.

-¡Es mi prometido! y si quieres que salga de aquí tendrás que sacarme a la fuerza.

-¿Anna? -Ren estaba asombrado.

Aunque el tono de voz en que Anna le había hablado era desafiante, su mirada reflejaba suplica, suplica que era ocasionada por la inmensa preocupación que sentía muy dentro de ella. Ren se sintió conmovido.

-Entiendo. Pero, si algo anormal ocurre... es decir si Yoh amanece muerto, tú serás la principal sospechosa ¿entendido?

Anna le lanzó una mirada congelante, pero asintió en silencio.

-Iré a la cocina. Necesito beber algo. (Léase: leche)

Ren se dirigió a la cocina. Una vez ahí, se percató de que no estaba solo. Sentado, con la vista fija en el vaso de vidrio sobre la mesa, se encontraba Horo Horo.

-¿Qué haces aquí? -el chico chino se le acercó.

Horo Horo alzó la vista, la voz de Ren lo había sacado de sus reflexiones.

-Nada... sólo no podía dormir.

-Si Lyserg se despierta y no te encuentra estarás en grandes problemas.

-¿Y eso por qué?

-Es bastante sospechoso que estés aquí solo, después de que alguien trató de matar a Yoh.

-¡Yo no fui!

-¡Ese es el punto! Todos dicen no haber sido.

-¿Tienes alguna sospecha sobre alguien?

-No puedo asegurar nada. Yo estuve en la calle durante los preparativos de la fiesta, así que no pude notar algún comportamiento extraño.

-Pues yo estuve aquí toda la mañana y gran parte de la tarde... pero tampoco note nada.

-No me es raro. Lo único en lo que siempre estás pendiente de notar, es en los gestos que hace Tamao.

-¡¿Qué dices?! -Horo se puso muy rojo.

Ren sonrió.

-¿Sabes? Hace algún tiempo que tenía la sospecha.

-¿Sospecha? -Horo seguía sonrojado.

-Y tú me lo comprobaste hace unas horas.

-¿Comprobar que? -Horo estaba nervioso.

-Te gusta Tamao. -le dijo Ren en voz baja.

Horo Horo sintió que su rostro estaba a punto de estallar por el bochorno.

-Jajajajajajajajajajajaja ¡pero que cosas se te ocurren! jajajajajajajaja ¡para nada! jajajajajajajajaja ¡de veras que inventas cada cosa!

-Tu risa tonta no me va engañar.

-¡Cree lo que quieras! Pero…. ¿qué te hace pensar eso?

-¿Lo que me quieres preguntar es si eres tan obvio?

-¡Yo no dije eso!

-No, no lo dijiste. Pero eso entendí yo.

-¡Pues entendiste mal! yo no tengo porque preguntar si soy obvio… ¿y sabes por qué no tengo que preguntarlo? ¡Por que no me gusta esa chica!

-Calma. Además no tiene nada de malo, la chica es muy linda, dulce, amable, tiene muy buen sazón... ¡en fin! será una excelente esposa.

-Sí, es cierto que tiene muchas cualidades y es admirable... pero yo sólo la veo como una amiga ¿entendiste?

-¡Claro! yo te creo...

-¿En serio? -respiró aliviado Horo.

-No, pero no voy a lograr que lo admitas... Así que mejor te sigo la corriente.

Ambos se quedaron en silencio. De pronto Horo Horo dio un hondo suspiro.

-¿Soy tan obvio? -preguntó resignado.

-Pues, eres bastante discreto, sólo que a veces te quedas completamente abobado con ella... -le respondió Ren con satisfacción.

-¿Alguien más lo sabe?

-No lo sé, al menos yo no lo he comentado con nadie.

-Te voy a pedir que no le digas a nadie... ¿puedes guardarme ese secreto?

Ren lo miró fijamente.

-Es bastante vergonzoso que alguien te guste y lo es más cuándo esa persona con trabajo sabe que existes. -murmuró con tristeza Horo.

-Y no olvides el hecho de que esa persona está enamorada de alguien más. -añadió Ren.

-Sí, De uno de mis mejores amigos. -Horo Horo se mostró triste.

-Descuida, no le diré a nadie ¿y sabes por que?

Horo Horo parpadeó.

-Ya tendrían a quien culpar del atentado. -soltó Ren.

-No te entiendo.

-Serías uno de los principales sospechosos, como Tamao está loquita por él, lo quisiste quitar de en medio.

-¡Yo jamás haría tal cosa! -Horo se ofendió.

-Lo sé. Por eso no voy a dejar que tengan motivos para inculparte de algo que no hiciste.

-Gracias, Ren. Pero, ¿por qué estás tan seguro de mi inocencia?

-Por que te conozco. Serías incapaz de hacerle daño a alguien. -sonrió el joven chino.

Horo Horo no pudo evitar sentirse abochornado. Pero trató de disimularlo.

-¡Pues así es! ¡Soy un angelito del cielo!

-Tampoco exageres. -Ren cruzó los brazos.

-¡Pero si tú mismo lo dijiste!

Ren caminó hacía el refrigerador, sacó un envase de leche y vació un poco en un vaso.

-Yo nunca dije que fueras un angelito. -le dijo a Horo mientras guardaba la leche.

-¡Dijiste que era incapaz de matar a alguien!

-Sí, pero... ¡olvídalo!

-¿Lo ves? ¡No puedes negarlo!

De un sólo tragó, Ren se bebió todo el contenido del vaso.

-Me voy. Tengo que cuidar que nadie trate de matar a Yoh, de nuevo.

Antes de salir de la cocina, se detuvo y miró a Horo Horo.

-Mejor ya vete a dormir. -le sugirió.

-¡Tienes razón! ¡ya es muy tarde! -Horo miró el reloj.

Ren salió de la cocina.

-"Así que cree conocerme. Pues mi estimado Ren, te recomiendo que me vayas conociendo mejor." -pensó mientras terminaba de beber el agua que se había servido desde hace un rato.

En otra parte de la casa, Tamao tampoco podía dormir.

-Señorita Pilika, ¿aún sigue despierta?

-¿Tú qué crees? -apenas si contestó Pilika.

Tamao sonrió.

-¿Qué te sucede? ¿Por qué no te has dormido? -Pilika se sentó.

-Pues, toda esta situación me tiene muy nerviosa... ¡estoy muy preocupada por el joven Yoh!

-Tranquila. Según Fausto, él está muy bien. -le sonrió con ternura.

-Sí, pero... -Tamao se mostró angustiada.

-En cuánto Yoh despierte, nos dirá que le sucedió.

-¿Cree que él haya visto a su atacante?

-Pues... depende.

-¿Depende, de que?

-De cómo lo atacaron, si por delante o por detrás... ¡un momento! yo no recuerdo que Yoh tuviera alguna herida...como una puñalada o un balazo...

-Tal vez lo golpearon... -murmuró Tamao.

-Sólo Fausto lo sabe... pero no nos dio muchos informes sobre el estado de Yoh, solo nos dijo que estaba inconsciente. -Pilika pensativa.

-Y nadie pregunto.

-¡Exacto! era como para que Anna preguntara...era como para que Fausto nos contara...

-¿Cree que ellos se aliaron? -Tamao tragó saliva.

-¿Aliarse? -Pilika parpadeó.

-¡Para atacar al joven Yoh!

-Pues, yo no dije eso... pero es probable.

Tamao volvió a tragar saliva. Pilika alzó la ceja con sorpresa y un brillo extraño apareció en sus ojos.

-¡Aja! estás tratando de inculpar a Anna... pero la verdadera asesina eres tú. -Pilika dio un brinco hacía ella.

-¿Otra vez con eso? -Tamao se mostró fastidiada.

-¡Por eso sigues despierta! ¡Tu conciencia no te deja dormir!

Tamao nuevamente tragó saliva.

-¡Oh no! sólo estás esperando a que yo me duerma para asesinarme... o para ir a asesinar a Yoh -Pilika se mostró asustada.

-¡No diga eso por favor! ¡Jamás le haría daño al joven Yoh! ¿Cómo querer matarlo cuándo lo único que deseo es su bienestar? ¿Cómo querer matarlo cuándo yo...

Tamao bajó la mirada.

-Cuándo yo le quiero más que a nada. -soltó con tristeza.

Pilika tragó saliva, avergonzada.

-Perdóname. Tienes razón, no serías capaz...es solo que todo este asunto me tiene muy confusa y nerviosa. -Pilika se le acercó apenada.

-A todos nos tiene así. -sonrió Tamao.

-Pero si a esto le sumas otras preocupaciones, te puedes dar una idea de cómo me siento.

-Señorita Pilika, sé que no debería preguntar... pero ¿por qué lloraba?

-¿Ah? bueno, lloraba porque, me siento como una tonta... -sus ojos se nublaron.

-Señorita Pilika... -Tamao la miró preocupada.

-Lo siento, es que no quiero hablar de eso...

-Lo entiendo. Perdóneme si la hice sentir mal al preguntarle.

-No te preocupes -sonrió.

Ambas chicas decidieron que lo mejor sería que siguieran tratando de dormir, aunque ninguna tenía mucho éxito.

En el pasillo, Ren también estaba muy pensativo. Estaba muy concentrado en sus pensamientos hasta que vio una figura femenina atravesar el pasillo. Alzó la ceja con desconcierto. Bason apareció a su lado.

-¿Pero quien puede ser? -preguntó el espíritu.

-Mi hermana.-contestó Ren en seco.

-¿Y cómo lo sabe? -Bason lo miró sorprendido.

-Por que esa es su habitación. -Ren señaló el cuarto de donde había salido dicha figura.

Bason lo miró como exclamando mentalmente un: "¡que listo es señorito!"

-¿Qué hará despierta tan tarde? -logró preguntar el fiel Bason.

Ren dio un hondo suspiro.

-Tengo que regresar a donde está Yoh.

Ren caminó hasta la puerta del cuarto de Yoh. Para su sorpresa, Jun estaba parada ahí mismo.

-¡Ren! -la chica se mostró sorprendida.

-¿Qué estás haciendo aquí? -Ren la miró con desconfianza.

-No podía dormir, así que salí a caminar un rato. Y aproveché para venir a ver como seguía Yoh. -Jun trató de mostrarse tranquila.

Ren alzó una ceja, incrédulo.

-¿Y tú?

-Yo estoy cuidando de él.

-¿Tú?

-Sí. Los demás son sospechosos del atentado.

-Comprendo.

Jun lo miró fijamente.

-Te ves cansado. Si quieres yo te suplo.

-¿Suplirme?

-Sí. Así puedes dormir aunque sea por un rato.

-Aunque intente dormir, no podré. Además no es conveniente que lo deje sin mi supervisión.

-Pues hace unos momentos no estabas aquí. Él ha estado sin supervisión por un buen rato.

-Anna está con él.

-¿Anna? -Jun se asombró.

-Así es. Y es más que obvio que ella no fue quien quiso matarlo.

-Entonces, ya descartaste a un sospechoso, en este caso sospechosa. Ahora solo quedan los demás.

-El descartar sospechosos y buscar al culpable, le corresponde a Lyserg. Él se ofreció ¿no?

-¿Debo suponer entonces, que no te interesa saber quien es el culpable?

-Cuándo Yoh despierte nos lo dirá, al menos que decida guardarse el secreto.

Jun permaneció en silencio por un largo rato. Miró a Ren y sonrió levemente.

-Me retiro. Estoy muy cansada.

Jun se alejó unos pasos de él.

-Ren, ¿Anna pasara toda la noche en la habitación de Yoh?

-Eso parece.

Jun caminó rumbo a su cuarto.

-Señorito... -Bason miró con inquietud a Ren.

-Lo sé. Estaba muy extraña.

-¿Quiere que la siga?

-No. Sea lo que sea es cosa de ella.

-Como usted diga.

-¿Qué esperas para ir?

-¿Eh?

-Que vayas tras ella.

-¡Sí!

El espíritu se fue en su forma Chibi.

En la alcoba de Jun, una leve luz proveniente de una lámpara, era lo único que iluminaba en la profunda oscuridad. La joven china se encontraba sentada en su futón, a su lado se encontraba su fiel Lee Bruce Long.

-Temo como pueda reaccionar Ren cuándo todo se descubra. -dijo Jun afligida.

-Creí que Fausto te había prometido guardar el secreto.

-Así es, él no dirá nada. Pero, de todos modos esto se sabrá y me temo que será muy pronto.

-¿Lo dices por Lyserg?

Jun asintió.

-Mañana comenzarán las averiguaciones, luego comenzarán las sospechas, al final quedaremos al descubierto.

-Tao Jun...

-Sin embargo, no me arrepiento de...

-Yo tampoco.

-Lo importante es que estamos juntos.

-¿Qué le dirás mañana a Lyserg? por que si Manta ya le contó, te va a preguntar.

-Le diré la verdad. ¿O a caso puedo decirle otra cosa?

Jun sonrió. Del otro lado de a puerta, Bason abrió enormemente los ojos..."que conversación tan extraña" pensó el fiel espíritu de Ren.

Mientras tanto, Manta aún no lograba dormir.

-"Quizás... quizás debí decirle a Lyserg...pero... ¿y si hago mal en sospechar de ella? El hecho de que ella haya desaparecido misteriosamente no quiere decir nada... ¿o si?" -el cabezón estaba muy pensativo.

Manta sacudió con fuerza la cabeza. ¡Debía dejar de pensar en ese asunto! De pronto, una idea se le cruzó por la mente...

-"Si le digo a él...-la imagen de Ren apareció en su mente- ¡No! se puede crear un conflicto mayor... ¿qué debo hacer?"

Después de mucho pensarlo, tragó saliva y salió de la habitación.

-¡Ni hablar! se lo diré a él. Espero que esto no genere más problemas...

En la habitación de Yoh, Anna se había quedado dormida con la mano de Yoh entre las suyas. Al entrar Ren se sintió incomodo, pero no pudo evitar sentir ternura por la chica...

-"¿Qué pasa conmigo?" ahora siento ternura por la gente… no por

cualquier gente... ¡sino por Anna Kyouyama!" -pensó Ren confundido.

Ren sacudió la cabeza. Se acercó a la joven.

-Anna, Anna despierta. -dijo en voz baja.

-¿Qué pasa? -la chica apenas abrió los ojos.

-Es muy noche. Mejor ve a tu habitación y descansa.

-¿Para que puedas cumplir con tu cometido? No, no lo haré.

-¡Vamos, Anna! ¿Realmente crees que fui yo?

Anna lo miró en silencio.

-Es sÓlo que... quiero asegurarme de que no le pase nada. -soltó Anna de pronto.

Ren sonrió levemente. Ese quiero más bien sonaba a un: "tengo". Comprendió que para la joven itako era una necesidad velar por el bienestar de su prometido. ¿Tan profundo era el amor de Anna por Yoh que la obligaba siempre ha estar a su lado? ¿Tanto que la hacía sentir la necesidad de protegerlo? ¿Y por que no lo demostraba? Anna nunca era tan obvia en sus sentimientos hacía Yoh, realmente todo el asunto del atentado le había pegado con fuerza.

-¡SEÑORITO! -se escuchó de pronto.

El grito de Bason lo sacó bruscamente de sus pensamientos. ¿Cuántas veces ya lo habían hecho regresar a la realidad de esa forma?

-¿Qué te pasa? -Anna miró a Bason.

-Es que... -el espíritu estaba nervioso.

-¡Habla ya! -le ordenó Ren.

-Es sobre... lo que usted ya sabe. -Bason le habló en secreto al chico.

-No entiendo a que te refieres. -Len cruzó los brazos.

-¡Acompáñeme! -le pidió Bason.

Ambos salieron del cuarto, dejando a Anna con un semblante de desconfianza.

-¿Qué fue eso de: lo que usted ya sabe? -Ren lo miró receloso.

-Me refería a su hermana...

-¿A mi hermana? Dime, ¿qué averiguaste?

-Resulta que...la escuché hablar con Lee Bruce Long y... al parecer...

Bason comenzó a relatar todos los detalles sobre la conversación entre la joven Taoista y su fiel Zombi.

-¿Y eso qué? -preguntó Ren al terminar de escuchar el relato de Bason.

-¿No se da cuenta de la gravedad del asunto? Es probable que...

-No podemos asegurar nada. ¿A que se refería Bruce long con:

cuándo Lyserg te pregunte... Y ¿qué es lo que sabe Manta?

-No lo sé. Terminaron de hablar y la luz de la lámpara se apagó. Por lo tanto, ya no pude averiguar más.

Ren se apoyó contra la pared, estaba muy confundido y asombrado.

-¡Ren! -se escuchó a lo lejos.

La voz de Manta lo sobresaltó.

-¿Qué haces despierto tan tarde? -le preguntó al recién llegado.

-Necesito hablar contigo. -el cabezón estaba muy serio.

-¿Ahora? es muy tarde...

-¡Por favor Ren!

Ren lo miró intrigado, el pequeño parecía angustiado.

-Te escucho. -dijo resignado.

-Estábamos todos esperando por ti y por Lyserg, Yoh estaba entusiasmado, dijo que le divertía que todos estuviéramos disfrazados unos de otros… Ryuu repetía una y otra vez que al fin vería a Lyserg, refiriéndose a él como SUYO, por lo cuál Milly comenzó a discutir con él. Las demás Lillys comenzaron a darle pequeñas probadas a los bocadillos. Tamao trataba de impedir que Conchi y Ponchi se devoraran el pastel de cumpleaños. Horo Horo y Pilika discutían por quien sabe que... mientras que Fausto y Elisa estaban como siempre, viéndose enamorados.

Manta se detuvo agitado.

-¿Y qué con todo esto? -Ren lo miró confundido.

Manta tomó aire. Miró al joven chino y con un suspiró le soltó:

-¿No te das cuenta?

-¿De qué?

-¿Quién falta? ¿Quién de nosotros falta además de Lyserg y tú?

Ren se quedó paralizado.

-Mi hermana... -murmuró.

-Así es, ella no estaba. Amidamaru avisó que tú y Lyserg venían en camino. Yoh corrió emocionado a apagar la luz. Según él, estábamos todos, pero no era así... faltaba Jun.

-Pero, cuándo el señorito abrió la puerta... -Bason se unió a la conversación.

-Yoh ya estaba inconsciente. Lyserg gritó y fue cuándo notamos el cuerpo en el piso. Al estar disfrazado de ti nos destanteo de que se trataba de Yoh... Pero al darnos cuenta de que era él, todos nos sorprendimos bastante... Anna no pudo evitar gritar y Tamao se desmayó de la impresión. Fue en ese momento cuándo... cuándo Jun apareció y se acercó a mí preguntándome por lo que estaba pasando.

Al terminar de hablar, Manta miró al joven chino, dio un suspiró y bajó la mirada. Ren no había dicho nada, escuchó todo en silencio. Tenía la mirada en el piso y los puños apretados.

-Señorito... -Bason se le acercó.

-¿Estás insinuando que fue mi hermana quien trató de matar a Yoh?

La voz de Ren se escuchó fría y dolida. Manta no supo que decir.

-¿Quieres decir que mi hermana es una asesina? ¿Eso es lo que me estás tratando de dar a entender? -Ren lo miró con rabia.

-Ren, cálmate. Yo no quise decir eso... -Manta dio un paso alejándose de él. es solo que ... ¿no se te hace extraño?

-¡No digas tonterías! ¡De ninguna manera mi hermana haría tal cosa! -Ren se le acercó amenazante.

-¡Yo lo sé Ren! perdóname si te ofendí... -Manta parecía asustado.

-¡A quien estás ofendiendo es a mi hermana! ¡Retráctate de lo que dijiste! -Ren sacudió a Manta.

-Pero Ren...discúlpame, yo no quise ofender a nadie... tanto a ti como a tu hermana los aprecio mucho... es sólo que...

Ren dio un hondo suspiro, soltándolo.

-¿A quien más le has dicho esto? -Ren se mostró más tranquilo.

-A nadie. Sólo pensaba decírselo a Lyserg mañana. -dijo el pequeño en voz baja.

-No. No lo harás. Quiero que olvides este asunto ¿te quedó claro?

-¿Olvidarlo? Pero, Ren... ¡Lyserg debe saber todo lo que paso antes y después del atentado!

-Escúchame bien. No voy a permitir que acusen a mi hermana de algo que no hizo.

-Ren, alguien trató de matar a Yoh y quizás...

-Y quizás fue mi hermana ¿no? ¿Eso ibas a decir?

-¡No! Yo... quizás si Lyserg sabe todos los detalles sea más fácil averiguar quien fue.

-Te equivocas. -Ren caminó rumbo a la puerta.

-¿A dónde vas? -Manta lo miró preocupado.

-¡Espéreme señorito! -gritó Bason mientras tomaba su forma Chibi.

-"¿Y ahora que debo hacer?" -pensó Manta triste.

Ren salió de la casa. Iba golpeando todas las paredes de las casas que le quedaban a su paso, pateaba las latas que se encontraban tiradas en su camino.

-¡Señorito! -lo alcanzó Bason.

-No pudo haber sido ella... ¿verdad? -Ren se detuvo.

-Pues...no, claro que no.

-¿Sabes? la escuche hablando con Fausto. Él dijo que ahora eran cómplices.

-¿Cómplices?

-Luego, me la topo en la puerta de la habitación de Yoh, se puso muy nerviosa al verme, además de sorprenderse al saber que yo lo estoy vigilando y me pregunta si Anna se quedará toda la noche con él...

-Es normal tener curiosidad y es natural que se haya asustado al verlo de repente en medio de la oscuridad de la noche... -Bason trató de calmarlo.

-Después tú me cuentas de la extraña plática que tuvo con Bruce Long y ahora, Manta me salta con todo esto... ¿qué se supone que debo creer?

-Debe cree en su hermana...

-Creer en ella... -Ren sonrió con tristeza.

A la mañana siguiente. Todos en la casa Asakura desayunaban tranquilamente. A la mitad del desayuno, Lyserg dio el anuncio de que comenzaría con los interrogatorios. "Cuándo terminen con sus quehaceres" había dicho Anna, en voz alta, por lo que Lyserg sonrió con una gota en la cabeza. Inmediatamente, Ren se puso de pie y salió al patio. Ya terminada la limpieza, todos se reunieron en la planta baja. Se miraban unos a otros nerviosos. Lyserg se puso al frente, se paseó de un lado a otro, luego se detuvo y los miró muy serio.

-¿Ya estamos todos aquí? -preguntó el shaman inglés.

-Falta Ren. -señaló Ryuu.

-¿Ren? ¿Alguien lo ha visto? -preguntó Lyserg.

-No. Después del desayuno, desapareció. -dijo Tamao pensativa.

-¡El muy flojo se escapó para no limpiar la casa! -se quejó Horo.

-¡Hermano! -Pilika lo miró enfadada.

-Yo me topé con él cuándo salía del baño. Y eso fue hace unos momentos. -asentó Fausto.

-No podemos esperarlo. Debemos empezar con las averiguaciones. -declaró Lyserg.

-¿A quien vas a interrogar primero? -preguntó Jun.

-Voy a empezar por Manta.

Manta tembló, definitivamente no le gustaba la forma en que lo estaba mirando Lyserg. Tragó saliva y caminó hacia el chico inglés.

-Acompáñame. -ordenó Lyserg.

-¿A dónde? -Manta estaba muy nervioso.

-A otra habitación de la casa. Vamos a comenzar con tu interrogatorio.

-¿Y nadie estará presente? -la voz de Manta se escuchaba temblorosa.

-Sólo tú y yo.

Manta volvió a tragar saliva.

-No hace falta que interrogues a nadie. Yo fui… Yo traté de matar a Yoh.

Todos miraron al recién llegado con sorpresa.

-¿Es una broma? ¡Tú no pudiste haber sido! -Pilika se acercó a él.

El chico miró a Pilika confundido... ¿por qué la chica parecía tan angustiada?

-¡Diles que es mentira! ¡Por favor, Ren!-Pilika lo miró suplicante.

La chica lo tenía sujetado de la chaqueta. Él la miró con una mezcla de ternura y confusión.

-No Pilika. No es mentira, fui yo. -le dijo el joven chino apartándola suavemente de él.

Ren miró a todos desafiante, mientras que todos lo miraban asombrados.

Continuará...



N/A: ¡Aquí está ya el segundo capitulo! Muchas gracias por los reviews.

¡Gracias La llama /Yuzu Yukin!

Chibi-Mela-Black Sheep, pues si también lo tengo publicado en shamanic life. Ahí tengo los dos primeros capítulos, no me ha sido posible subir el tercero, pero si quieres leerlo antes de que lo suba aquí, puedes encontrarlo en la misma pagina (shamanic life) sólo que en los foros. Específicamente en el foro de fanfics. ¡Y no te preocupes! Claro que habrá más RenxPilika, de hecho creo que me he picado con ellos...jejeje. ¡Gracias por tus comentarios! ¡Me alegra que te guste tanto!

Sobre este segundo capitulo: Mucho embrollo y no soy buena para poner pistas...espero no haber revuelto más las cosas., Me he picado con este capitulo, pero si creen que este ha sido largo... ¡esperen a leer el tercero!

¡Nos vemos en el próximo Capitulo!