¿Quién Atentó contra Yoh Asakura?

Por Selesme Cari

Capítulo 5

"Y Se Hizo La Luz"

En medio de la oscuridad caminaban Len y Pilika, ya llevaban rato buscando y aún no encontraban a nadie.

Tras un largo suspiro, la ainu comentó:

-Yo creo que las Lillys ya huyeron.

Len suspiró con fastidio.

-¿Ocurre algo? –le preguntó preocupada la jovencita.

-Pilika, cuando todo esto termine… quiero que tú y yo…

-¿Sí? –esperaba ansiosa la chica.

Len estaba demasiado ruborizado.

-¡Que seamos novios! –gritó el chino muy rojo.

Pilika se sonrojó profundamente.

-¿Te parece bien? ¿O acaso no quieres….?

-¡Por supuesto que quiero, Len! ¡Quiero estar contigo por siempre!

Pilika lo abrazó, tal acto hizo al Tao sonrojarse más.

-En ese caso… hay que terminar con este asunto pronto. –dijo el chico tratando de ocultar su sonrojo.

-Lo haces sonar tan fácil…

-Tengo una idea. –sonrió con astucia.

-¿Cuál?

-¡Bason!

Bason apareció.

-¿Sí, señorito?

-Quiero que busques a cualquiera de los desaparecidos… -le ordenó Len

-¡Sobre todo a mi hermano! –pidió Pilika

-Sí, lo haré –dicho esto, Bason desapareció.


Lyserg y Ryuu también caminaban por los pasillos oscuros.

-Oh… ¿Cómo pudo Horo Horo desaparecer en un momento así? –se quejaba el de peinado extravagante.

-No lo sé… -suspiró el inglés.- ¡Claro! ¿Cómo no lo pensé antes? –un brillo pareció en sus ojos verdes.

-¿Qué cosa?

-¡Con mi péndulo los buscaré!

-¡Eso es una buena idea, Lyserg lindo!

Lyserg sacó su péndulo, Ryuu lo miraba ansiosamente. Después de unos segundos…

-Encontré a alguien… -Lyserg sonrió triunfante.

-¡Que bien! ¿En dónde?

-En aquella habitación… detrás de esa puerta…

Lentamente -pero a paso seguro-, entraron a la habitación.

-¿Este no es el cuarto en donde estaban las Lillys? –preguntó Ryuu confundido.

-Sí, este es. –parpadeó Lyserg mirando a los alrededores.

-Yo no veo nada. ¿Es seguro que hay alguien aquí?

-Por supuesto… no puede haber equivocación. Según mi péndulo, hay alguien más aquí.

Morphin comenzó a revolotear en un rincón de la habitación.

-¿Qué pasa, Morphin? –se preocupó el inglés.

Lyserg y Ryuu se acercaron a la pequeña hada y al hacerlo…

-¡Es Kororo! –exclamó Ryuu sorprendido.

-¿Y Horo Horo? –le preguntó Lyserg.

-Kukuruku… -fue lo único que dijo el crockopul

-¿Eh? –Lyserg miró confundido a Ryuu

-No me mires a mí, querido Lyserg. ¡Yo no hablo crockopuls!


Len y Pilika esperaban a que Bason regresara.

-Ya se tardó mucho… -suspiró cansada la chica.

-Deben estar muy bien escondidos, por eso no encuentra a nadie aún.

-No veo la necesidad de esconderse… ¿En serio alguna de las Lillys atacó a Yoh? ¡No tienen motivos para haberlo hecho!

-No podemos afirmar nada… -soltó Len con simpleza, mientras cruzaba los brazos.

La lluvia estaba cesando, pero había dejado un aire frío. Pilika tembló.

-¿Tienes frío? –le preguntó Len

-Un poco… -le respondió tímidamente

Len rodeó los hombros de la ainu con sus brazos. La jovencita se sonrojó de pies a cabeza.

De pronto…

-¡SUFICIENTE! –se escuchó una voz.

-¡¿Hermano!

-¡Aléjate de mi hermana! –gritó Horo muy molesto.

Horo Horo se arrojó sobre Len.

-¡Hermano, no!

-¡¿Quieres pelear! –Len se quitó de encima a Horo.

-¡Haré que te alejes de Pilika!

-¡No puedes obligarme a eso!

-¡Que sí puedo!

-¡Inténtalo!

-¡Hermano, Len, deténganse! –gritó la ainu espantada.

Los chicos la ignoraron y cada uno gritó, respectivamente: ¡Bason! ¡Kororo!

Pero, ninguno de los dos espíritus apareció.

-Tendrá que ser… -murmuró Len.

-Sin nuestros espíritus… -Horo respiraba agitadamente.

-Esta no es una pelea de shamanes… -continuó Len.

-Es un combate entre dos hombres –a completó Horo.


-Joven Chocolove, ¿en dónde está? –preguntó Tamao a la nada.

-¡Aquí estoy! –apareció repentinamente el moreno.

-¡Por favor, no se oculte así! –le suplicó Tamao.

-No me oculté. Sólo entré en aquella habitación para revisarla. –le explicó Choco.

-Lo que pasa, es que Tamao es muy cobarde. –apareció repentinamente Conchi.

-Y no le gusta que la dejan solita en medio de la oscuridad. –también apareció Ponchi.

-¡No digan eso, por favor! –pidió Tamao apenada.

-Mmmm, ya que estamos tú y yo solitos, Tamal… -se le acercó Chocolove.

-¡¿Le harás una propuesta indecorosa! –dijeron al mismo tiempo el zorro y el mapache.

-¡Ayyyy! –gritó Tamao espantada.

-¡No! ¡Yo sólo le voy a hacer una pregunta! –aclaró el moreno.

-¿Una pregunta? –parpadeó la pelirosa.

-¿Que hay entre el Hoto Hoto y tú? –preguntó astutamente Chocolatín.

-¿Entre el joven Horo Horo y yo?

-Sí… ¡he visto como te mira, picarona! –le dio un codazo divertido.

-¡No sé a que se refiere! –se sonrojó la jovencita.

-Nosotros también nos dimos cuenta, pero Tamao es "tan Tamao" como para darse cuenta. –exclamó Conchi.

-Además de que está muy enamorada de… -siguió Ponchi.

-¡No sigan, por favor! -La chica se puso muy roja.- Ahora lo importante es buscar a todos los que están desaparecidos.

-Eso que ni que… -concilió Chocolove.

De pronto se escuchó un grujido.

-¿Qué fue eso? –Tamao se mostró temerosa.

-Parecía un rugido… ¿Fuiste tú, Mic? –preguntó Chocolove a su jaguar.

Mic solo negó con la cabeza.

-¡Ayyyy! ¡Tal vez es el atacante del joven Yoh! –Tamao temblaba de miedo.

-El ruido viene de aquella habitación… -señaló Choco.

-¿No se supone que usted la revisó y vio que no había nadie? –le reprochó la pelirosa.

-Bueno… la revisé y no vi nada… Pero, ¡no vi nada porque estaba oscuro! –se excusó Chocolatin.

-¡Qué descaro el decirlo! –se quejaron el zorro y el mapache.

-Entremos a ver… -indicó Choco, haciéndose el valiente.

-Pero… -Tamao dudó.

A pesar del miedo de Tamao, terminaron entrando a la habitación…

-No hay nada… -dijo Tamao mientras iluminaba con una vela.

-Shhh… escucha con atención –le dijo Chocolove

-¿Eh?

-Mic, ¿tú que opinas? –el moreno le lanzó una mirada a su espíritu, buscando una respuesta.

Mic le hizo un movimiento con la cabeza, señalando el armario.

-Tienes razón, Mic. Está dentro del armario.


Jun y Manta también seguían con la búsqueda en medio de la oscuridad.

-Siento como si estuviésemos caminando en círculos. –exclamó el cabezón.

-Yo siento lo mismo -declaró la taoista- Y además… -murmuró poniéndose muy seria, repentinamente.

-¿Tao Jun? –Bruce Long la miró preocupado.

-¿Pasa algo, Jun? –preguntó Manta

-No, no es nada… -le sonrió la atractiva joven, para tranquilizarlo.

Manta metió las manos en los bolsillos y siguió caminando. Jun lanzó una última mirada al desierto pasillo.

-¿Segura qué no pasa nada? –le preguntó el apuesto zombi.

-Es solo qué… ¿No sientes como si alguien nos observara?

-¿Observarnos? –parpadeó confundido.

-Olvídalo, debe ser mi imaginación.

La hermosa joven y el zombi siguieron su camino, delante de ellos iba Manta.

Una vez que los tres jóvenes se marcharon… cuatro cabezas asomaron detrás de una de las puertas corredizas.

-¡Estuvo cerca! –exclamó Shalona.

-¡Por poco nos descubre! –suspiró aliviada la bella Elly.

-No sé porque nos escondemos… no hemos hecho nada malo. Ocultarnos de esta forma, nos hace parecer criminales. –se quejó Lilly.

-¿Y crees que a ellos les importe si somos culpables o no? ¡Solo buscaron a quien culpar! ¡Y para nuestra mala suerte, nosotras fuimos las elegidas! –chilló la rubia líder.

-Yo les voy a dar una lección… esperen… ¿Dónde están mis armas?

A las demás chicas les salió una gota y se pusieron muy nerviosas.

-¿Acaso ustedes las tienen? –Sally las miró amenazante.

-Eh… pues…

-¡¿Dónde las metieron! –gritó muy enojada.

Lo siguiente que se escuchó… fue una gran explosión y se vio volar en pedazos la puerta corrediza.

Jun, Manta y Lee Bruce Long, pronto llegaron al lugar de la explosión.

-¿Qué ha pasado? –la Tao miró con asombro la escena.

-¡Las Lillys! –exclamó Manta sorprendido.

En efecto… la cuatro Lillys estaban en el piso, inconscientes.

-Hay que llamar a Fausto… -murmuró Jun.

Manta asintió y fue corriendo -pese a su voluntad- en busca del médico.


-¡SUFICIENTE! –gritó Pilika.

Len y Horo dejaron de pelear y la miraron confundidos.

-¿Qué pasa?

-¡Pasa que ya me hartaron! –gritó enojada la chica.

-¿Eh?

-¡No quiero que ninguno de los dos me dirija la palabra!-sentenció la ainu dándose la media vuelta.

-¡¿Qué!

Sin decir nada más: Pilika se alejó del lugar, dejando a los dos chicos solos.

-¡Todo es tu culpa! –gritó Horo Horo.

-¡¿Mi culpa! ¡Tú comenzaste!

-¡No! ¡Tú comenzaste cuando decidiste meterte con mi hermana!

-¡No puedes evitar que ella y yo estemos juntos! ¡Ella me quiere!

-¡Eso ya lo sé! ¡Lo que no entiendo es como puede querer a alguien como tú!

-¿Qué quieres decir con eso? –mirada asesina marca Len.

-¡Mi hermana se merece a alguien mejor!

-¿Mejor? ¡Ese no es el problema! ¡El problema es que tú no quieres que Pilika esté con ningún chico!

-¡Está bien, lo admito! ¿Y?

-¡Eres un egoísta!

-¡No es egoísmo!

-¡Claro que sí!

-¡Claro que no!

-Entonces, ¿cómo le llamas tú?

-Preocupación… ¡Yo no quiero que nadie la lastime! –gritó a todo pulmón.

-Horo Horo… -Len parpadeó con asombro.

-No quiero… que jueguen con ella. –murmuró con tristeza.

El semblante de Len se suavizó. El chino se acercó al ainu.

-Despreocúpate… Antes de lastimarla a ella, me quitaría la vida.

Horo quedó asombrado ante la declaración del chico Tao.

-¿Lo dices en serio? ¿La quieres?

-Por supuesto… además de ser la hermana de mi mejor amigo, es la mujer de la que me enamoré.

-Len…

Unas palmaditas se escucharon.

-Que bonito… -soltó con sarcasmo.

-¡ANNA!

-¡¿No se supone que deberían estar buscando a la bola de gorrones mala agradecidos que atacaron a mi Yoh!

-¿Te refieres a las Lillys? –preguntó con una gota Horo.

-¡DEJEN DE MONTAR ESCENAS YAOI A LA MITAD DEL PASILLO Y VAYAN A BUSCARLAS! –gritó Anna mientras los mandaba muy lejos de una patada.


Tamao tembló al ver la mano de Chocolove abrir el armario. Al momento en que el moreno tiraba de la puerta… ¡"Algo" que estaba recargado de la puerta del armario, fue a dar al piso!

-Pero si es… ¡la señorita Milly! –exclamó sorprendida Tamao.

-¡Aja! Con que aquí era donde te ocultabas. –acusaron los espíritus de Tamao.

-¡Y lo he descubierto yo solito! ¡Soy mejor que Lyserg! –vitoreó Choco.

Milly no dijo nada, tenía los ojos en remolino.

-¿Estará bien? Parece que se ha golpeado… -se preocupó la pelirosa.

-Es su plan… para parecer una victima. –explicó el chocolatín.

-Pero… realmente se ve mal. ¿Y si le decimos al doctor Fausto?

-Tengo una mejor idea. Llamemos a todos y digamos que he encontrado a la atacante de Yoh. ¡Así se arrepentirán de no haberme tomado en cuenta para su fiesta!

-Eh… pero…

-Mic, carga a la chamaquita. Iremos en busca de los otros.


Manta corría agitado por los pasillos… necesitaba encontrar a Fausto. Aunque, la idea de encontrarse con Fausto en medio de un pasillo oscuro no le causaba la menor gracia.

En su carrera, chocó contra cierto chico inglés, tumbándolo.

-¡Mi Lyserg, ¿te has hecho daño! –Ryuu ayudó al inglés a levantarse.

-No… ¿Manta?

-¡Lyserg, Ryuu! ¡Encontramos a las Lillys! Pero están desmayadas… -se apresuró a informarles el cabezón.

-Al menos alguien tuvo más suerte… -Lyserg se mostró avergonzado y miró al pequeño Kororo.

-Hay que buscar a Fausto… ¡Algo grave debió pasarle a las Lillys! –Manta se mostró preocupado.

-Ryuu, busca a Fausto. ¿Manta, en dónde están las Lillys?

-En una de las habitaciones… en la que ocupan Tamao y Pilika.

-Bien, tú y yo iremos allá. Ryuu busca a Fausto y mándalo con nosotros, después encárgate de avisarle a Anna.

-Sí, querido Lyserg.


Horo Horo y Len fueron a caer a la puerta de la habitación donde descansaba Yoh.

-Chicos, ¿qué hacen acá? –preguntó el rubio médico saliendo de la habitación.

-¡La salvaje de Anna nos pateó! –se quejó Horo, mientras se sobaba.

-Por tu culpa… -murmuró Len.

-¡¿Vas a empezar! –se defendió Horo.

-Basta chicos… no creo que sea el momento oportuno para pelear, seguramente por eso Anna se enojó.

-¡Anna se enoja por todo! –farfulló Horo.

Alguien llegó corriendo.

-¡Fausto, Fausto! –gritó apresuradamente Ryuu.

-¿Qué ocurre? –preguntó tranquilamente el doctor.

-¡Las Lillys han aparecido! –soltó, muy agitado por la carrera.

-¡Que bueno! -exclamó Len- Toda esta búsqueda me tiene harto…

-¿Las Lillys estaban desaparecidas? –preguntó confundido, Horo.

-¡Ahora recuerdo! -Len sacó su cuchilla.- ¡Tú las ayudaste a escapar!

-¡Yo no ayudé a nadie! Y además… ¡ni me amenaces con tu "cuchillito" sé muy bien, que Bason no está contigo!

-¿Y eso qué? ¡No necesito de Bason para cortarte en dos!

-¡¿Qué dijiste!

¡BASTA! –gritaron Fausto y Ryuu al mismo tiempo.

Los dos chicos se detuvieron en seco, con una gran gota en cada una de sus cabezas.

-No es momento para pelearse… ¡Las Lillys están desmayadas! –gritó Ryuu a todo pulmón.

-¡¿Qué!

-¡No me digas que las golpeaste para no dejarlas escapar! ¡Ryuu eres un salvaje! –le recriminó el ainu.

-¡No las golpeé! Manta nos lo informó a Lyserg y a mi… ¡no hubo tiempo de entrar en detalles, me mandaron en tu búsqueda! –le explicó Ryuu al médico.

-En ese caso… vayamos a donde están ellas. –dijo seriamente el rubio.

Los cuatro shamanes se encaminaron hacía la habitación donde yacían desmayadas las Lillys.

Iban en camino, cuando repentinamente: "algo" les saltó enfrente, truncándoles el paso.

-¡Es Mic! –exclamó Horo.

-¡Chicos, chicos! –se escuchó la alegre voz de Chocolove.

-¿Qué pasa?

Chocolove se acercó a ellos, con una gran sonrisa de satisfacción, mientras que Tamao trataba de regresar el ritmo normal de su respiración.

-Oigan ustedes dos… -Ryuu los miró con desconfianza.- ¡¿Qué estaban haciendo!

-¿Eh? –Choco parpadeó confundido.

-¡Maldito moreno! –Horo se echó encima de Chocolatín.

Y al cabo de unos segundos, el pobre moreno quedó echó puré e inconsciente.

-¡Aghhh! -gritó la pelirrosa con horror.- ¡Joven Horo Horo, ¿por qué hizo eso!

-Yo te respondo, Tamao… -sonrió irónicamente el chinito.- ¡Porque es un salvaje!

-Casi siento pena por Chocolove…. –murmuró Milly.

-¡¿MILLY!

-Sí… -murmuró Tamao- Eso veníamos a decirles, que encontramos a la señorita Milly.

-Entonces, ¿no estaban haciendo nada más que buscar a los desaparecidos? –preguntó apenado el peliazul.

-¿Pues qué más estaríamos haciendo? –Tamamura lo miró confundida.

-¡No, nada! –rió nervioso, Horo.

-Eso te pasa por mal pensado, impulsivo, salvaje, tonto…

-¡Guarda silencio, chinito!

-¡No empiecen a pelear, de nuevo! –gritó Ryuu.


Un par de horas después, se encontraban todos los "sospechosos" en la salita.

Todas las velas encendidas para ser utilizadas en el "recorrido", se encontraban en la mesita: iluminando el lugar.

-¡Fausto has que despierten! –ordenó Anna, con respecto a las lillys.

-No puedo hacer nada, Anna… -al rubio le salió una enorme gota.

-En ese caso… -la itako se aproximó a Horo, quien tragó saliva.- ¡¿Por qué las ayudaste a escapar!

-¡Yo no las ayudé! ¡Ellas me golpearon!

-¿Y por qué harían una cosa así? –preguntó Manta, incrédulo.

-Porque… ¡Descubrí un secreto de ellas! –exclamó con seguridad el peliceleste.

-¡Mis amigas no tienen ningún secreto! -gritó indignada Milly.- ¡No tienen nada que ocultar!

-Ya que estás tan ansiosa de hablar… -Anna la miró fijamente.- ¡Dinos el motivo de tu huida!

Milly tembló, muy intimidada.

-Anna, yo soy en encargado del caso… ¿recuerdas? –se atrevió a recordarle, el inglés.

Todos retrocedieron, esperando a que Anna le diera su merecido a Lyserg por su atrevimiento.

-¡Están despertando! –exclamó emocionado Ryuu.

Las cuatro lillys inconscientes, al fin habían vuelto al estado conciente.

-¿Qué les pasó? –preguntó Lyserg.

-¿Ah? –Shalona miró a los presentes, confundida.

Las demás lillys también parecían aturdidas.

-¡Ay no! ¡Tienen amnesia! –gritó Horo dramáticamente.

-¡No tenemos amnesia! –gritaron las cuatro al unísono.

-Entonces, explíquenos que pasó. –la voz de Lyserg se escuchaba firme.

-¡Sally nos golpeó! -lloriqueó Elly.- ¡Y no nos quedó más remedio que defendernos!

-¡Las ataqué por que ellas escondieron todas mis cosas! –se defendió la pelirroja.

-¡No escondimos todas tus cosas, sólo tus armas!-aclaró Elly.

-¡Pues eso es a lo que llamo TODAS mis cosas, no tengo nada más!

-¡Suficiente! –Anna tenía una enorme vena en la frente.

Las lillys suspiraron avergonzadas. Anna le lanzó a Lyserg una mirada asesina, indicándole que continuara con la "investigación".

-¿Y por qué escaparon? –preguntó el inglés.

-No escapamos… bueno, sí escapamos… -admitió Lilly.

-¡Pero de él! –Elly señaló a Horo Horo.

-¡¿QUÉ! –todos quedaron boquiabiertos.

-Entonces… ¿usted atacó al joven Yoh? –Tamao lo miró llorosa.

-¡Claro que no! ¡Lillys expliquen bien como estuvieron las cosas! –se alteró Horo.

-Resulta que… este chico, es un pervertido. –dijo Sally tranquilamente.

-Eso ya lo sabíamos… -murmuró Anna.-Pero, digan exactamente que pasó en aquella habitación…

-¡Él confesó habernos espiado la otra noche!

-¡Es mentira!

-¿Vas a negar que nos dijiste: "Las vi la otra noche…"? –lo retó Shalona

-¡Es cierto que lo dije!

-Cerdo… -murmuró Len, cruzándose de brazos.

-¡Déjenme hablar! -gritó Horo.- Lo que vi fue… ¡Las vi ocultando algo! ¡Y creí que sería el arma con que atacaron a Yoh! O alguna otra cosa, sospechosa…

-¿Eso fue lo que viste? –sonrió audazmente la rubia de las lillys. – Lo que escondimos la otra noche fue…

-¡Mis armas! ¡¿Verdad! –mirada asesina marca Sally.

-Exacto… verás, tal vez no te has dado cuenta pero… -comenzó Shalona tímidamente.

-¡Eres sonámbula! –gritó Milly, uniéndose a sus amigas.- ¡Siempre nos atacas dormida!

-No queríamos más problemas… por eso lo hicimos. –soltó Elly.

Después de aquellas confesiones, la sala quedó en completo silencio.

Fausto se aventuró a romper el silencio:

-Llevaré a Chocolove a la habitación donde está Yoh…

El rubio tomó al moreno en los brazos y se lo llevó.

Manta suspiró con pesadez. Parecía querer decir algo, pero no se atrevía.

-Lyserg… -habló Pilika, captando la atención de todos.- Antes del incidente de las lillys… eh… ¿recuerdas por qué las habíamos encerrado?

-Es cierto… -parpadeó el inglés.- Fue porque….

Todos miraron a Milly y ésta se encogió en su asiento.

-¿Puedes explicarnos, por qué huiste? –Lyserg la miró de modo analizador.

-Eh… bueno… es que yo…

-Recapitulando: La noche del ataque a Yoh, estabas disfrazada de Jun… la única pista material que tenemos sobre el malhechor que lo atacó, es un trozo de tela que en apariencia, es igual a la seda del vestido de Jun Tao…

-¡Querido Lyserg, no seas tan severo con ella! –le suplicó Ryuu.

-Ahora no, Ryuu -lo acortó el de cabello verde- ¿Qué explicación tienes a esto? ¿Qué hacía un trozo de tu disfraz en la extraña planta junto al apagador de luz? ¿Fuiste tú quien atacó a Yoh? ¿Por qué lo hiciste?

-¡No, yo no fui, juro que yo no fui! –lloró la más joven de las lillys.

-¿Y entonces, por qué…? –Lyserg la miró inquisidoramente.

-¡Príncipe Lyserg, créame por favor! –le suplicó Milly, tomándolo del brazo.

Ante el contacto con la jovencita, el inglés se puso MUY rojo.

Elly tomó suavemente de su amiga, apartándola del "detective".

-Tranquila, mejor dinos la verdad… ¿qué pasó realmente, Milly? –la trató de calmar su amiga castaña.

-Es que… yo no quería que se descubriera lo de mi disfraz, porque… ¡La tela que utilicé para confeccionarlo no era cualquier tela! ¡Era la cortina de Shalona!

-¡¿QUÉ!

-Sí… yo la desguinde de la ventana de nuestra florería… -admitió avergonzada Milly.- Ustedes no se dieron cuenta, porque estaban muy apuradas haciendo sus disfraces.

-Pero… ¿Y qué hacía un trozo de tu disfraz en el cactus?

-¡Fue culpa de Yoh! –soltó Milly, dejando de llorar.

Anna arqueó una ceja ante la mención de su prometido.

-Les contaré…

Flash Back

Milly bajó apresuradamente las escaleras.

-¿Soy la primera en estar lista? –parpadeó asombrada, al no ver a nadie más disfrazado.

Todos habían acordado traer los disfraces hechos, para vestirse en la pensión.

Milly decidió echar un vistazo al lugar… ¡todo estaba listo para la fiesta del joven inglés!

-"Pronto, muy pronto volveré a ver a mi príncipe Lyserg…" –pensó sonrojada.

Miró el enorme letrero que decía: "FELIZ CUMPLEAÑOS, LYSERG"

Sonrió emocionada…

Estaba tan concentrada (abobada, es la palabra…) en el letrero -especialmente en el nombre el inglés.- que no se dio cuenta de que Yoh venía directamente hacía donde estaba ella, sin haberla visto: ya que llevaba muchas cosas cargadas (botellas de refrescos, botanas, etc.) y le impedían ver su camino…

¡TRASSHHH!

El impacto fue inevitable…

Yoh terminó en el piso, las cosas que llevaba cargadas terminaron regadas por el piso….

Y Milly…

¿Dónde quedó Milly?

-¿Qué fue eso? –el Asakura se sobó el golpe, muy confundido…

Miró hacía todas direcciones en busca de lo con que haya chocado.

Unos minutos tardó en encontrarlo…

¡Milly yacía prendida del nopal que Chocolove le había obsequiado!

-¡Milly! –se alarmó Yoh.

FIN DEL FLASH BACK

-Yoh me ayudó a desprenderme de la horrible planta esa… ¡Pero mi disfraz quedó arruinado! ¡Yoh dijo que nadie lo notaría y luego lanzó una de sus típicas risitas tontas! ¡Pero yo no había notado que le faltaba un GRAN pedazo a mi ropa! ¡Que vergüenza! ¡Y seguramente Yoh sí lo notó, pero no me dijo nada!

Al terminar su relato, Milly notó que todos la escuchaban con una gran gota en sus respectivas cabezas.

Un largo silencio siguió a la "declaración" de la pelicastaña.

-¡Digan algo, por favor! -pidió Milly, desesperándose por tan largo silencio.-Algo como: ¡Discúlpanos, Milly pro dudar de ti!

-Señorita, Milly… -murmuró tímidamente Tamao- ¿Y por qué el joven Chocolove y yo, la encontramos desmayada?

-¡¿Qué por qué! ¡Porque él abrió tan bruscamente la puerta, que me fui con todo y ella!

Todos se fueron de espaldas.

-¡Ya decía yo, que la pequeña Milly era inocente! –celebró Ryuu.

Las lillys comenzaron a reprochar a los demás, el haber dudado de Milly –y por consiguiente de ellas-, Lyserg sólo bajó la cabeza, sintiéndose muy avergonzado.

-¡Guarden silencio! –dijo en voz alta Anna.

De inmediato, todos se quedaron estáticos y calladitos.

-Si no fue Milly, ni tampoco ninguna de las lillys en complicidad con Horo Horo… ¿Quién fue? –la itako miraba con fiereza a todos.

Se miraron unos a otros, como tratando de leerse las mentes. Seguidamente –y como si se hubiesen puesto de acuerdo- todos clavaron la mirada en cierto chico inglés.

Lyserg respiró hondo. Eso de ir descartando sospechosos, no le estaba ayudando mucho. Era cierto que servía para ir haciendo a un lado a los inocentes… pero, no le hacía llegar a ningún lado. Lejos de que sus averiguaciones le hagan dar con el culpable, éstas sólo le estaban complicando más el asunto.

¡Nadie parecía ser culpable!

Miró por la ventana, la lluvia ya había parado.

Inesperadamente, la luz regresó y con ella una nueva idea cruzó por la mente del peliverde.

-Quiero que… -dudó un poco antes de continuar.

Meditó un poco, tenía que comprobar si esta nueva idea le serviría o no.

-Quiero que todos ocupen los lugares que tenían aquella noche. –dijo con más seguridad, aun mirando por la ventana.

-¿Y para qué, querido Lyserg? –le preguntó desconcertado, Ryuu.

-Volveremos a armar la escena del crimen…

Continuará...



N/A: ¡Esto cada vez se me pone más raro! jeje. Por fin todos los desaparecidos, volvieron a aparecer. Yoh sigue desmayado y ahora Choco, también. Se le ha prendido el foco a Lyserg. Yo le recomendaría que mejor le tome declaración a cada uno de los presentes, jeje.

Quiero DISCULPARME! Ya tenía muy abandonado este fanfic… soy un desastre! Confieso que se debe a que tenía un bloqueo en cuanto a él. Siento que se me está saliendo de control… ugh! ¿Ustedes que opinan?

Y como la vergüenza es tanta, no tengo nada más que decir…

Así que mejor, paso a responder reviews:

Fernanda: Muchas gracias! Esto es lo más rápido que mi inspiración me permitió actualizar… Pues ya ves que Yoh sigue sin despertar, pobechito.

saQhra: En un principio pensé en la posibilidad de hacer a Choco el culpable, pero luego le hice un gran giro a la trama (dentro de mi cabeza) y pues descarte la idea de que sea el chocolatín. Hubiese sido divertido, ¿no? Mmmm, me pusiste a pensar… ¿A quién creerás culpable? ¿Qué tan acertada estarás? jijiji, creo que eso ya lo sabremos después ¿o no? ¡Gracias por leer!

Sin imaginación para un Nick: ¿Sospechas de Anna? (jujuju), ya ves que Milly no fue o al menos eso ha dicho ella en su declaración, jeje. Lyserg está igual que tú… no sabe ni a quien irle, xD.

Maki Tasui: ¡Maki! ¿Qué crees? No me llegó tu review… (Snif, snif, snif). De todos modos, te agradezco en el alma que me leas y también por todos los reviews que me has dejado en cada uno de mis fanfics!

Raxnas: Que teoría tan interesante y divertida, jeje. Pues sí, como bien has dicho: habrá que esperar a ver que pasó realmente. Eso del suspenso, como que no se me da mucho. Y la comedia, pues es uno de mis géneros favoritos… ¡Pero últimamente estoy optando por otros géneros! ¡Gracias!