[OctoValley]

[20:00 de la noche]

[P.O.V Tercera persona]

Otome y Drake se encaminaban por los bosques de los que habían venido el día anterior, vigilando su entorno por si algo hostil llegase a aparecer.

"Entonces... Supongo que ahora vendrás a mi cuidad, no es así?" preguntó la Octoling en un intento por iniciar una conversación.

"Exacto, aunque primero tengo que ir a mi bóveda a revisar algo, pero mañana a la mañana estaré listo para ir" respondió Drake con suma seguridad.

"Entiendo..." dijo Otome, sonriendo levemente mientras pensaba en que su gente por fin tendría la solución de todos sus problemas. Hasta que sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del mismo humano al lado suyo.

"Sabes?, me he dado cuenta de algo en ti" Drake volteó su mirada hacia la chica pulpo.

"¿De mí... Y que cosa fue?" preguntó Otome, alzando la vista para verlo también.

"Que en ningún momento te pusiste tu visor, ni siquiera cuando estuvimos en Inkopolis. Y eso que por un tiempo los tuviste cuando llegamos a la cuidad" comentó Drake, sonriendo un poco.

Ante eso, la Octoling puso su mirada a la derecha de su cintura, viendo dicho visor enganchado al cinturón de su uniforme.

"¿Hay algún problema con eso?" preguntó Otome levantando una ceja.

"Ninguno, es solo que... Te ves mejor sin él" respondió Drake, antes de dejar salir una pequeña carcajada, cosa que no duro mucho ya que una sonrojada Otome le dio un golpe en el brazo.

"Esta bien, no me peges!" dijo el pelicastaño sobándose el brazo y todavía riendo por lo bajo.

"Entonces no te burles!" comentó la Octariana de forma rápida, seguido de cruzarse de brazos, todavía sonrojada.

"No me burlo, es la verdad!" continuó el humano, dejando su brazos y volviendo a poner su vista el frente, pero todavía con la misma sonrisa.

El silenció otra vez se hizo presente entre los dos, siendo solamente acompañado por el sonido de sus pasos sobre la hierba. Aunque a la chica pulpo no le molestaba este tipo de situaciones, no sabía por que el hecho de quedarse en silencio con Drake la hacía sentir bastante incómoda consigo misma.

"Vamos, di algo!" se regañó a si misma en su mente, buscando algún tipo de tema para una conversación. Hasta que al no encontrar ninguno, miró de reojo al humano, viendo cada parte de este, terminando sobre el bulto apenas sobresaliente en la parte posterior de su cintura, recordando algo que vio a Drake tener oculto la noche anterior.

"Ejem... Y... Que clase de arma es la que traes?" preguntó Otome, tomando un poco por sorpresa al pelicastaño.

"Eh, arma?, no se de que estás hablando" respondió Drake con una risa, en un intento por disimular cualquier atisbo de mentira.

"Ya sabes de lo que hablo, esa arma que trajiste contigo" insistió la chica pulpo, no creyéndose la actuación del humano.

"Ohhh, hablas de la que usé para dispararles en un principio?. Bueno, esa no la traje conmigo, la dejé en el arsenal de mi bóveda" prosiguió Drake, estando seguro de que con eso la despistaria.

"No, no hablo de esa... Hablo de esta!" respondió la teniente, diciendo la ultima frase mientras se acercaba a Drake, y de forma rápida levantaba la playera negra de este por la parte inferior trasera de su cintura, dejando a la vista el mango del arma.

"¡Hey, que estás haciendo?!" exclamó Drake apartándose instantáneamente y llevaba sus manos detrás de él, a la vez que la octoling tenía sus brazos cruzados, pero una sonrisa de suficiencia adornaba su rostro.

Drake trató de pensar en algo que lo ayudara a escapar de esta situación, pero al no ocurrircele nada, solamente se dedicó a suspirar derrotado, y apartar la vista momentáneamente.

"¿Desde cuando lo supiste?" preguntó el pelicastaño llevando sus manos a sus bolsillos, negándose a ver fijamente a la Octoling.

"La noche pasada. Cuando me dispuse a... P-ponerte tu parche, me di cuenta de que con uno de tus brazos intentabas ocultar esa arma, la cual casi no pude notar, ya que es de color negra" respondió Otome mientras también apartaba un poco la mirada, recordando que en ese momento, se había subido arriba del humano, provocando un leve rubor en sus mejillas.

Drake soltó otro suspiro, y llevó una de sus manos detrás de él, sacando la potente pistola a la vista de la chica pulpo. Otome puso su mirada en susodicha arma, viendo el curioso diseño 'cuadrado' que esta llevaba, pero dándole también un toque de elegancia por eso.

"Pensé que habías aceptado venir desarmado" comentó Otome de forma seria, acercándose así un poco a Drake.

"Si, lose... Es solo que tenía que estar seguro de que no habría nada que me hiciera precisarla... Ahora veo que realmente ni siquiera era necesario traerla. Probablemente hasta estúpido de mi parte haberlo hecho" contestó Drake con una pequeña sonrisa, sintiendo algo de culpa por el hecho de no haber cumplido con el acuerdo de las Squid Sisters.

"Pues parece que estamos iguales" contestó Otome también con una leve sonrisa.

"¿Como dices?" preguntó el humano, ladeando su cabeza un poco en confusión.

La chica pulpo como respuesta, simplemente se agachó llevando una de sus manos a su bota derecha, sacando del borde de esta el equivalente Octoling a un cuchillo de combate.

"Je... Supongo que los dos fuimos unos tontos" al final comentó Drake, rascándose detrás de la cabeza.

"Si, tienes razón... Oye... Me dejas verla?" preguntó la chica pulpo, levantando su mano en señal de recibir algo.

"El arma?... Ehhh, no estoy seguro" dijo Drake bajando la Mágnum, y poniéndola un poco detrás suyo.

"Tranquilo, no voy a hacer ninguna estupidez esta vez" Otome intentó calmar al humano, cosa que dejó pensativo a este mientras permanecía en la misma posición, viendo al pelicastaño pensar en que hacer.

"Mmmm... Esta bien, pero nada de rehenes, esta bien?" bromeó Drake estando a punto de entregarle el arma a la chica pulpo, solo para apartarla nuevamente para la sorpresa de Otome.

"Lo siento, olvidé ponerle el seguro" continuó Drake, emitiendo un leve *CLICK* en el arma, antes de volver a ofrecérsela a la chica pulpo.

"¿Seguro?" preguntó Otome, levantando una de sus manos para recibir el arma de fuego.

"Si, es algo que evitará que tú o yo tenga un... 'Accidente'" respondió el pelicastaño, depositando la Desert sobre la mano de Otome, la cual dejo escapar un leve quejido por el peso de esta.

"Vaya, es... Más pesada de lo que imaginé" comentó la Octoling, ladeando la pistola de izquierda a derecha, revisando cada detalle que tenía, inclusive el cañón, que era una de las cosas que mas le llamaba la atención.

'Se llama: 'Mágnum Desert', o simplemente 'Desert', el cual es nombre con el que mayormente se la identifica" agregó Drake, recibiendo una mirada curiosa por parte de Otome.

"Me imagino que ya has disparando esta arma antes" dijo la Octariana, tomándola como según ella debía para dispararla.

"Bueno, no te voy a mentir... Si la disparé en varias ocasiones, cuando estaba de servicio... Mira, es así como debes sujetarla" dijo el pelicastalo, a la vez que inesperadamente se colocaba detrás de Otome, tomando sus manos con las suyas, y apoyando levemente su pecho con la espalda de la chica pulpo.

Otome ante eso no pudo evitar dar un pequeño salto por la sorpresa, y un ardiente rubor se presentaba en su rostro mientras sentía las manos del humano sobre las de ella, acomodándolas de forma correcta para disparar una Desert, sin mencionar que también podía sentir el pecho de este presionando levemente con su espalda.

La Octoling tragó saliva, dejando que el pelicastaño le diera una pequeña instrucción para el uso de armas de fuego, provocando que sus corazones se aceleraran en su propio pecho.

"Listo. La posición de las manos también pueden ser un factor clave cuando uses un arma de fuego, ya que te ayudará mejor a equilibrar el peso de esta, resistir mejor el retroceso, y puede que también a apuntar mejor" explicó Drake, apartándose un poco de Otome, para la desilusión de la teniente, pero dejándolo pasar rápidamente.

"¿Y ahora que sigue, 'maestro'?" bromeó la chica pulpo, quedándose en la misma posición de disparo, a lo que Drake se rió por lo bajo.

"Ahora... Respira profundo, pon una piernas más adelante de la otra, centra tu mente, apunta, y suavemente aprieta, no jales" dijo el humano, por lo que Otome eficientemente hizo lo que el pelicastaño afirmó, apretando el gatillo sin saber lo que podría pasar con un arma así en sus manos, pero recibiendo su respuesta al escuchar un chasquido agudo en vez de una fuerte explosión como Otome se esperaba.

"¿Eh, no disparó?" pregunto la Octoling, viendo si no había hecho nada mal.

"Jejeje, esa es la función del seguro que mencioné. Evita que el arma se dispare, a menos que se lo retire" respondió Drake, levantando su mano para que la chica pulpo le devolviera el arma.

"¿Y por que se lo dejaste, si ibas a querer que disparara?" preguntó otra vez Otome, sintiéndose un poco molesta por no haber disparado el arma del Antiguo, al mismo tiempo que se la entregaba.

"Por que creo que el retroceso de esta cosa sería demasiado para ti. Y también por que quería ver como te comportarías con ella en tus manos" contestó el humano con una sonrisa, volviendo a guardar la Mágnum detrás de su cintura.

"¿Insinúas que no tengo la fuerza necesaria?" nuevamente cuestionó la chica pulpo, cruzándose de brazos por el hecho de pensar que Drake la llamara débil.

"Yo no estoy insinuando nada. Solamente pienso que si quisiera enseñarte a disparar un arma humana, que por lo menos empezaras con algo más sencillo" respondió Drake, dándose la vuelta, listo para seguir con el transcurso del recorrido.

"Te recuerdo que soy una Teniente en las fuerzas Octarianas, se exactamente como disparar un arma!" anegó Otome, siguiendo al pelicastaño, pero aún estando algo molesta.

"Pero no un arma de fuego" recalcó Drake, girando su cabeza un poco para verla de lado, todavía conservando su sonrisa.

La chica pulpo estuvo por seguir la discusión, pero al ver que lo que había dicho Drake era cierto, optó por no decir nada mas, y quedarse con los brazos cruzados, pero ahora con un leve puchero.

"Jeje, solo volvamos a la bóveda, tu arma y tu tanque de tinta siguen ahí" dijo Drake, al mismo tiempo que ponía una mano sobre la cabeza de la Octoling, acariciando suavemente sus tentáculos.

"¡¿Q-quieres dejar de hacer eso?!" exclamo Otome, alzando su mirada con un pequeño rubor en sus mejillas, pero sin quitar la cálida mano del humano de su cabeza.

Como respuesta, el joven pelicastaño solo dejó salir una suave carcajada, provocando aún más pena en Otome.

"¡Y deja de reírte!" continuó la chica pulpo, a lo que el humano siguió con su risa.


[Inkopolis]

[Mismo lapso de tiempo]

[Apartamento de Nary]

Por la puerta del la 'casa' de dicha Inkling, se podía ver a una Nary cabizbajo, ocultando sus ojos por su flequillo, mientras que cerraba perezosamente la puerta detrás de ella, antes de subir las escaleras hasta su habitación con la misma motivación, ni siquiera siendo capas de encender las luces de su apartamento.

Al momento, en que entró en su cuarto, esta se dejó caer boca abajo en su cama, permaneciendo así por unos cuantos segundo. Solo para que de forma inesperada, Nary comenzó a patalear en su cama, además de dejar salir un grito ahogado por su almohada.

"¡Levin, tonto, idiota, torpe, entrometido, mandón, cara de Zapfish!" empezó a exclamar la Inkling mientras seguía pataleando, agregando varios otros sobrenombres a su rabieta, hasta que finalmente esta se dio la vuelta quedando mirando al techo, a la vez que jadeaba por haber gritado tanto sin tomar un poco de aire en el proceso.

"No pudiste esperar solo un segundo mas...?" continuó la chica calamar quejándose, recordando lo poco que estuvo de robarle un beso a Drake, y la vergüenza que sintió al tener su rostro tan cerca del suyo.

Nary llevo una de sus manos cerca de sus labios, recordando también la cálida respiración del pelicastaño rozando dicha zona, lo cual provocaba que los latidos en su pecho volviera a retumbar. Aunque también la Inkling no paraba de pensar en que habría sucedido si Levin y los demás hubieran aparecido unos minutos más tarde, como habría reaccionado Drake ante el beso de ella?. Se habría enojado, se habría incomodado, lo habría aceptado, o en el mejor de los casos, según Nary; se lo habría devuelto.

Nary sabía muy bien que los dos eran de especies diferentes, ¿pero acaso eso importaba, realmente eso era un obstáculo?. La ahora agente sabiendo eso, de todas formas no podía seguir engañándose a si misma de que lo que sentía era solo una mera confusión, ella ya sabía muy bien que tenía sentimientos por el Antiguo, lo que solo provocaba más dudas sobre ella misma, sin mencionar las noches en las que ella... Entraba a escondidas al cuarto del humano cuando habían estado atrapados en esa bóveda por dos semanas.

No obstante, que más podía hacer ante esto?, pues solamente aceptarlo, y hacerse a la idea de que realmente estaba enamorada de Drake. Pero la verdadera pregunta era; el también sentía lo mismo?.

Con eso, Nary no hizo nada más que fruncir el ceño con determinación, y apretar uno de sus puños.

"Aunque no sea así, haré todo lo posible para que él también sienta algo por mí, incluso si me cuesta la vida!" exclamó la Inkling con ímpetu.

"Jeje, aunque no veo de que sirva si me muero en el proceso" río para si misma mientras sacaba juguetonamente su lengua, y cerraba uno de sus ojos frotándose detrás de la cabeza.

Pero al hacerlo, la chica calamar también pudo recordar lo que hizo Drake antes de irse, lo que le dio una chispa de esperanza, además de sonrojarse hasta la nariz.

"No le causes muchos problemas a tus amigos, okey?" fueron los últimos pensamientos que Nary tuvo sobre el ex-comando, a lo que la chica calamar llevó su mano derecha a la parte de su cabeza donde el pelicastaño había puesto su mano para decirle esas palabras, además de llevar su mano izquierda a su pecho, sujetando su playera en donde sus latidos retumbaban.

"Tonto..." dijo Nary esta vez refiriéndose a Drake, al mismo tiempo que un lindo brillo cariñoso tomaba lugar en sus ojos color naranja.


Por otro lado. Tanto Drake como Otome finalmente habían llegado hasta la bóveda, la cual estaba tal y como la habían dejado. Aunque se podían notar un par de tiendas de campaña vacías, lo que podría decir que los científicos habían regresado al lugar mientras el humano no estaba.

"Solo espero que no hallan tocado nada que no deban" comentó Drake para si mismo, mientras que Otome volteaba a verlo levemente.

Adentrándose en el interior de la vieja instalación, Bruce al instante hizo que las luces cobraran vida, llenando de luz el lugar, aunque por algunas zonas se pudo escuchar el estallido de los focos por el repentino recibimiento de electricidad.

"Y había olvidado de que tengo mucho trabajo que hacer aquí" dijo el pelicastaño con una sonrisa forzada y un suspiro desganado, provocando algo de preocupación en la chica pulpo.

"Sabes, mi gente es bastante buena en el uso de tecnología. Si quieres podríamos darte una mano para arreglar este lugar también... Ya sabes, una mano lava a la otra" propuso de chica pulpo, cosa que hizo suspirar al humano.

"Gracias por la oferta, pero... Creo que puedo arreglármelas. Aún así lo tendré en cuenta" respondió con una sonrisa comprensiva.

Otome no hizo más que asentir con la cabeza, sabiendo que primero su gente debía ganarse el respeto del Antiguo para que luego les permitiera hurgar en su búnker.

"Esperame aquí, voy a buscar tus cosas" dijo Drake, seguido de trotar hasta el laboratorio donde antes las había aprisionado a ella y a Nary.

"Claro, yo... Estaré aquí..." contestó la Octariana, recordando que ella también debía irse a casa, cosa que como se había dicho antes, mucha ilusión por eso no tenía. Pero de todas formas, tarde o temprano tendría que regresar.

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Al cabo de unos diez minutos, Otome, la cual estaba apoyada de espaldas en un muro sumida en sus pensamientos, escuchó la voz de Drake llamándola a lo lejos, por lo que esta al instante se puso firme, y volteó hacia la dirección en la que el humano la llamaba.

"¡Ven un momento, tienes que ver esto!" exclamó Drake mientras le hacía una seña con el brazo para que fuera donde estaba él.

"Mmm?" murmuró curiosa la chica pulpo, para luego trotar hasta donde estaba el pelicastaño.

"¿Que sucede?" preguntó Otome ya estando frente a Drake, cosa que respondió dándose la vuelta y comenzar a caminar hacia un pasillo.

"Ven, sigueme" respondió este, motivo por el que Otome se dedicó a seguirlo detrás de él, preguntándose el motivo por el que la llamaba.

Y mientras doblaban unas esquinas, la Octariana pudo recordar el pasillo por el que ahora se movían, siendo el mismo que los llevaba al laboratorio que antes se había nombrado.

"Drake, me vas a decir que es lo quieres que vea?" preguntó Otome, ya estando un poco más nerviosa por lo que el pelicastaño necesitaba que ella viera.

"Veras... Viniendo hasta aquí, encontré algo que probablemente te interesará ver" respondió Drake mientras habría la puerta para que la Octoling entrara, seguido de él mismo.

Una vez dentro, Otome vio cada parte de este, notando que no había cambiado en absoluto, pero también percatándose de un monitor encendido, mostrando así una imagen desde arriba de un grupo de individuos.

"Cuando llegué aquí, Bruce me avisó de que las pocas cámaras de seguridad que había encendido, grabaron a un grupo de... 'Invitadas' inesperadas. Tal vez las conozcas" explicó el humano, señalando el monitor encendido. Por lo que Otome se acercó a hasta donde estaba el pelicastaño, y sorprenderse de ver quienes eran.

Un equipo de Octolings se podía apreciar en la pantalla, y no uno cualquiera, SU equipo, el mismo con el que había llegado a la bóveda en primer lugar, pudiendo reconocer a cada una de ellas, sobre todo a una en específico, la cual ahora se apreciaban un par de algas sobresaliendo de sus morados tentáculos.

"Que crees?... Al parecer si te estaban buscando" comentó Drake con una sonrisa, a la vez que la chica pulpo estaba conteniendo una risa por alguna razón.

"Supongo que... Tengo más razones para... Regresar ya" dijo la Octariana todavía intentando no reírse.

El humano no dijo nada más, y moviéndose hacia un casillero cercano, lo abrió, revelando el Octoshot de la chica pulpo, además del tubo, y el arnés para que Otome lo colocara en su espalda.

Pero mientras lo recogía, el pelicastaño se percató de otra arma y tubo de tinta, solo que este era perteneciente a Nary, dando a entender que a dicha Inkling se le había olvidado.

"Bueno... Mañana puedo regresárselo" se dijo Drake a sí mismo, para luego sacar el equipo de Otome, y terminando cerrando la puerta del casillero.

"Aquí tienes. Si no regresas con todo tu equipo, a lo mejor te apliquen una falta" bromeó Drake, dejando salir una leve risa mientras la Octoling tomaba dicho equipamiento de combate, colocándose el arnés y terminar recogiendo su confiable arma.

"Esta bien, ya estoy lista" dijo la chica pulpo, alzando la mirada para ver a Drake fijamente a los ojo.

"Vamos, te acompaño hasta la puerta" ofreció el ex-comando, al mismo tiempo que tanto él como la teniente se retiraban del laboratorio.

En todo el transcurso del laboratorio, hasta la puerta, Otome había permanecido todo el tiempo con la mirada baja, ocultando sus ojos del humano, quien de vez en cuando volteaba a verla, confundido de que ni siquiera entablaban una última charla antes de despedirse, algo que también hizo sentir tonto a Drake por no iniciarla él.

"Bueno... Supongo que este es el adiós..." dijo Otome manteniendo su cabeza baja, y con un claro atisbo de tristeza en su vos. Como respuesta, el pelicastaño dio un par de pasos hacia la Octariana, colocando su mano en la cabeza de esta y la otra en uno de sus bolsillos, lo cual provoco un pequeño salto en esta.

"T-te dije que dejaras de hacer eso..." comentó la cefalópoda humanoide, levantando la mirada con el ceño fruncido y un solo ojo abierto, sin mencionar de verse un sonrojo en sus mejillas y nariz. Motivo que le daba una imagen muy linda con su actitud media Tsundere.

Drake no hizo más que sonreír con sus ojos cerrados, y emitir una pequeña, pero divertida risa.


[Bosque de OctoValley]

[Una hora después]

[P.O.V Otome]

Sumida en mis pensamientos, me abrí paso por el bosque de esta zona, guiándome por el camino que creía que se iba de regreso a Octomburg, teniendo esta vez mi visor puesto para poder ver mejor en la oscuridad de este. Manteniendo mi arma en alto, y lista para recibir a cualquier cosa que intentara tomarme desprevenida, sobre todo si se trataba de un tiburón de tierra, y esta vez, si me tomé la molestia de recargar mi tanque de tinta. Usando algo de la tinta de mi cuerpo para llenar el tanque lo suficiente como para hacer unos cuantos disparos y recargar desde ahí.

Aunque tampoco podía dejar de pensar en que pasaría cuando llegara a mi hogar después de tanto tiempo, sin mencionar que me sentía algo desanimada por el hecho de haberme despedido de Drake. Se que nos volveremos a encontrar, pero aún así prefería haberme quedado con el.

Ante esos pensamientos, no pude evitar detenerme en seco mientras que mi boca estaba levemente abierta, quedándome en esta forma por unos segundos, antes de que sacudiera mi cabeza, y me reprendiera a mi misma.

"¡P-pero en que estás pensando?, tu también tienes muchas cosas que hacer!" exclamé para mí, sin importarme que pareciera una loca hablando conmigo misma, pero que importaba?, después de todo, no había nadie cerca para que pudiera pensar eso, o eso quería creer.

"¡Casi pareciera que estuvieras ena-... De él..." continué, pero al darme cuenta de lo que estaba por decir, me quedo a media frase, y ni siquiera la término, para luego sacudir mi cabeza de nuevo, seguido de volver a reanudar mi camino, aunque esta vez dando pisotones, sin saber el porqué ahora estaba enojada.

Después de una hora caminando, por fin podía ver a lo lejos la colina que me llevaría a las puertas de Octomburg, pero en cuanto estuve por empezar a correr a dicha dirección, una repentina luz me alumbró, segándome por un momento, y más porque no pude desactivar la visión nocturna a tiempo.

Me cubrí de la luz con el brazo que tenía mi Octoshot, mientras que con el otro apagaba la visión nocturna, pero al momento de hacerlo, escuché, lo que fue para mí, la segunda voz mas odiosa de todo el planeta, y peor aún, ya que dicha voz hablaba por un maldito megáfono.

"¡Vaya, vaya, vaya... La desaparecida Teniente Otome Granate finalmente encuentra el camino a casa... Dime, por que te tardaste tanto?. Se te perdió tu visor, caíste por una grieta, pediste la orientación, o simplemente quisiste un tiempo sola para 'encontrarte' a ti misma?" se burló la voz, al mismo tiempo que escuchaba que no estaba sola.

"De todos los Octarianos del mundo, tenia que ser... Ella..." me quejé amargamente en un susurro, ahora poniendo mi vista sobre la luz que me apuntaba.

Yo ya sabía que por este lugar había un puesto de avanzada Octariano, pero con todas las cosas que tenía en mi mente, ya hasta se me había olvidado de eso, eso sí, lo que no me esperaba fue que esta Octoling fuera la encargada de dicho puesto.

No era una instalación demasiado grande, pero si lo suficiente como para darle pelea a cualquier pequeño ejercito que tuviera la intención de atacar. Con un par de torres en las cuales se encontraban un par de Octocomandos en cada una, poseyendo sus propios Francotintadores listos para reventar a cualquiera que apareciera en sus miras, además de contar con un reflector cada una, siendo uno de ellos el que me estaba alumbrando a mí.

Un buen numero de Octotroopers, y un grupo de Octolings tanto varones como femeninas para reforzar la potencia de fuego, y lo más curioso de esto, es que el puesto estaba hecho casi en su totalidad de cascos de los barcos Antiguos. Una idea de la Octariana a cargo de esto.

"Sí, a mi también me alegra verte... Orianna... Ahora si me disculpas, tengo algo muy importante que contarle a Octavio..." le respondí, para luego disponerme a seguir mi trayecto. Pero un chorro de tinta de los Octocomandos en las torres me detuvo, provocando que gruñera por lo que se vendría ahora.

"No muevas ni un solo músculo..." escuche a la Octoling hablar por el megáfono, seguido oírse la puerta elevadiza del recinto bajarse, a lo cual yo me quedé totalmente inmóvil, pero no por miedo, de hecho, me causaba algo de gracia que la coronel tuviera la decencia de abrir la puerta por mí.

Ni siquiera voltee mi vista para verlos, solo me dediqué a escuchar con una sonrisa como un grupo se acercaba a mi. Y al momento de voltear mi cabeza sin dejar de sonreír con confianza, ver a la Coronel Orianna, acompañada de tres Octotroopers, y otras dos Octolings detrás de ella.

Dicha Octoling es de mi misma estatura y complexión, solo con la diferencia de que ella casi no tiene pecho, hasta puedo asegurar que Nary le ganaría sin problemas, tal vez otra cosa por la que no le caiga bien, tampoco es que eso me importe. De tentáculos morados, y una cicatriz de corte en su ojo izquierdo.

"En primer lugar, soy Coronel para ti, en segundo, es Emperador Octavio, y en tercero... Crees que te dejaré ir a verlo asi como así, después de todo el tiempo que estuviste desaparecida, luego reaparecer de la nada, y decir que tienes algo importante que contarle?... No se si sentir risa, o pena por ti!" dijo la oficial mientras caminaba en círculos a mi alrededor, riéndose en mi cara, pero yo sin darle la mas mínima atención a su burla.

"Es algo relacionado a los Antiguos... Algo que podría beneficiar a nuestra gente más de lo que pudieras imaginarte" respondí, ahora poniéndome de frente a ellos.

"Claaaaro... Como si no hubiera escuchado esa historia antes. Recuerdo que tu equipo nos contó algo parecido, de que fuiste... 'Capturada', por un extraño ser, y que después de eso, tu equipo intentó ir a salvarte cuando las puertas de ese lugar por fin se habían abierto, pero que no pudieron encontrar a nadie, claro... Como si fuera a creerme todas esas boberías. Yo creo que mas bien DESERTASTE!!" dijo Orianna, gritando la última palabra, pero manteniendo su altanera sonrisa.

"Y si deserté como tu dices, por que volvería a Octomburg?" la interrogué ahora yo, dejando de sonreír, ya cansándome de esta tontería con ella.

"Ah, no lo se. Tal vez por temor a que esos apestosos Inklings te atrapen, no pudieras sobrevivir por ti misma, o por no querer que fuéramos nosotros los que fueran por tu cabeza" respondió ella, cosa que no logró hacerme sentir intimidada.

"Puede pensar lo que quiera, 'Coronel', pero como dije; tengo algo muy importante que notificar al Emperador Octavio, además... Tengo pruebas de eso" dije yo, ya teniendo la intención de irme.

"Bueno, si ese es el caso. Buen trabajo teniente, ya puedes entregarme dicha 'evidencia'" dijo la coronel, poniéndose en frente mío y estirando su mano para recibir algo.

"Lo siento, coronel, pero esta información solo se la entregaré a Octavio" contesté volviendo a sonreír, sabiendo como reaccionaría ella.

"No fue una pregunta, teniente... Será mejor para ti que me la entregues..." ordenó Orianna, a lo cual quise provocarla todavía más.

"De nuevo me disculpo, coronel... Pero sigo con la misma intención de solo dársela al emperador... Y reusándome a dársela a usted" contesté, esfumándole de una vez la sonrisa a la chica contraria, sin mencionar que lentamente esta se acercó hasta poner su cabeza al lado de la mía.

"Sabes que soy tu superior, y si quisiera podría hacer que te detengan por negligencia, o peor" amenazó ella, susurrando en una de mis orejas, pero todavía sin intimidarme por ella.

"Y tu sabes que yo se, lo que hiciste para obtener ese rango, la cantidad de tinta que hay en tus manos... Y que a mi no me importa caerme en un poso, con tal de ver que tu te caes conmigo..." le devolví la amenaza, cosa que ella apartó su cabeza, quedándome viendo con una mirada todavía mas seria, y podría jurar que habían un par de dagas en sus ojos.

"Entonces... Sería tan amable de dejarme ir, coronel?" continué, usando un tono de falso respeto, ahora recibiendo un mirada fulminante de parte suya.

"Si no llegas a Octavio en los próximos sesenta minutos, me aseguraré de que no comas por una semana" amenazó Orianna, pero yo no pude sentir un sentimiento de victoria más grande.

"¡Señor, si señor!" exclamé con el mismo falso respeto, y haciendo un saludo militar, seguido de ver como la 'coronel' se daba la vuelta, dándome la espalda, y dirigiéndose nuevamente al interior de su puesto.

Yo conteniendo mis ganas de reírme en frente de su cara, reanude el transcurso de mi destino, solo que esta vez lo hacia corriendo. Aunque claro, la sonrisa en mi rostro poco a poco fue desvaneciéndose, pensando en que pasaría cuando les contara sobre Drake, cuales serían los siguientes planes de Octavio con él?.

De todas formas, tenía que asegurarme de que no lo vieran como un enemigo, ya que el prometió ayudarnos con los problemas de electricidad que teníamos, y estoy secura de que el hecho de que sea un Antiguo vivo, puede ser una ventaja que me facilite las cosas para convencer a ese tirano de quererlo como un aliado.

"Solo espero que no quiera usarlo como un arma contra los Inklings..." murmuré para mi misma, todavía no creyendo lo que estaba pensando. Pero de una forma u otra, dichos calamares no eran tan malos como mi gente u Octavio los describía.

No queriendo distraerme más, sacudí mi cabeza para despejar los pensamientos de esta, y continué corriendo para llegar a las puertas de Octomburg.


[OctoValley]

[Zona de la excavación]

[Interior de la bóveda]

[Misma hora]

[P.O.V Tercera persona]

En los dormitorios de dicho búnker, se podía ver a Drake en su propio cuarto, recostado en su cama mientras miraba el techo con sus dos manos detrás de su cabeza, sumido en sus pensamientos.

Por un lado seguía pensando en el paradero de los demás de su, gente que se habían ido a quien sabe donde, mientras que por otro pensaba en como se las ingeniaría para ayudar Otome y a los demás Octarianos con su problema.

Drake no era un científico como su padre, ni un ingeniero como los que usualmente habían en las plantas hidroeléctricas o demás variantes. El era un comando, un soldado de elite que se había entrenado para efectuar misiones relacionadas con la guerra.

Claro que el también había recibido clases de mecánica e ingeniería en su entrenamiento para efectuar sabotajes, y/o robo de información enemiga. También algo de ciencias por parte de su padre, pero solo era lo básico y poco más, no era algo tan grande como para considerarlo un genio en el tema.

"Aún así tengo que hacer algo" dijo Drake para si mismo, sin darse cuenta de que Bruce había entrado a su habitación.

"¿Tiene problemas para dormir, señor?" preguntó el robot esférico, flotando hasta estar al lado del humano.

"No, Bruce, solo... Pienso" respondió Drake sin voltear a verlo, cosa que hizo que el robot ahora flotara para estar justo en frente de él.

"¿Y me permitiría saber el motivo de si dilema?" preguntó nuevamente Bruce, provocando una risa silenciosa en el pelicastaño.

"No es nada de lo que preocuparte, solo... Pienso en que voy a hacer para ayudar a Otome y a su gente..." respondí bajando un poco la mirada.

"Pues ella dijo que necesitan ayuda para arreglar sus problemas eléctricos en su cuidad" contestó obviamente Bruce, ganándose un suspiro de parte del soldado.

"Si, lo sé... Y es de eso por lo que trato de encontrar una solución!" dijo Drake, frotándose un poco los ojos con el pulgar y el índice por el sueño que se estaba negando a tomar aún.

"Pues manteniéndose despierto no le va a ayudar a encontrar una solución más rápido" sermoneó Bruce.

"Pareces mi madre..." se quejó Drake sin quitar sus dedos de sus ojos.

"En eso se equivoca, señor. Su madre no lo sermonearía, ella directamente lo regañaría" explicó el ser cibernético, provocando una ligera carcajada del humano.

"En todo caso, no creo poder dormir hasta pensar en una idea" continúo el pelicastaño, mientras suspiraba.

"Pues si le parece, yo podría acompañarlo para prestarle algo de ayuda informativa. Mi disco duro también cuenta con un enorme numero de opciones que podría usar para el tema de producción de electricidad" sugirió el robot, flotando otra vez al lado del soldado.

"Mmm... No lo sé, Bruce. Una cosa es llevarte a Inkopolis, pero otra es llevarte a una ciudad donde es más probable que surja un problema" dijo Drake, pensando en la solicitud del robot.

"En Inkopolis tampoco tuvimos un paseo que pueda decirse 'tranquilo'. Y lo digo también por sus nuevos amigos cefalópodos" contestó Bruce, insistiendo en acompañar al humano.

"Si, en Inkopolis también tuvimos problemas, pero no creo que se comparen a la de una raza que usualmente los causa, como dijo el capitán Cuttlefish" dijo Drake, pensando en dicho asunto.

"¿Esta dudando si debe ayudarlos, o no?" pregunto ahora el robot, tomando un poco desprevenido a Drake por la duda.

"Que?, no, yo nunca dije eso!. Solo digo que tendríamos que tener más cuidado con ellos a partir de mañana" explicó el pelicastaño, levantando un poco su cuerpo de la cama.

"Entiendo... Un momento, 'mos'?" preguntó el robot esférico, ladeando un poco su cuerpo, para hacer que parezca una señal de confusión, cosa que hizo a Drake suspirar y volver a recostarse mejor.

"Sí... Supongo que sí necesitaré ayuda, y no creo que sea tan malo llevarte otra vez" dijo Drake dando una sonrisa confiada.

"Espléndido, señor, iré ahora mismo a preparar algunas herramientas que podrían ayudar!" dijo Bruce, al mismo tiempo que su tono soso y sin emoción, tomaba un ligero toque de alegría en él, siendo también percatado por el pelicastaño, seguido de moverse hasta la puerta del dormitorio.

"Jejeje, tranquilo, Bruce, no es necesario que te pongas a saltar" comentó Drake, a lo que el robot se volteó a verlo al instante.

"Yo no estoy saltando, de hecho ni siquiera puede saltar" respondió Bruce, recuperando el tono anterior de su voz.

"Me refiero a que te pusiste contento, casi como si fueras un niño" insistió el humano todavía sonriendo por lo sucedido.

"No se de lo que está hablando, señor..." se excusó Bruce, a lo que Drake no pudo evitar soltar una carcajada.

"Esta bien, Bruce. Puedes volver a lo tuyo" negó con su cabeza el pelicastaño, no queriendo molestar más a su ayudante.

El robot en forma de bola estuvo apunto de salir de la vista de su dueño, pero al instante la voz de este lo hizo detener de forma instantánea.

"Bruce... Crees que los Octarianos nos reciban de buena manera?" preguntó Drake con su vista otra vez en el techo.

"Si la mayoría es como la señorita Otome... Entonces no hay nada de que preocuparse" contestó Bruce, pero sin voltearlo a ver.

"Sí, supongo sí..." agregó Drake, también con su vista aún en el techo, y su sonrisa siendo un poco mas pequeña.

"Buenas noches, señor" se despidió el robot de forma cortés.

"Hasta mañana, Bruce" finalizó el pelicastaño cerrando sus ojos, esperando que el sueño lo reclamara a él también, mientras que Bruce se retiraba por el pasillo, yendo a hacer la labor que había mencionado hace un par de minutos.


A la mañana siguiente, Drake ya se estaba preparando para salir en su encuentro con Otome, quien lo llevaría hacia hasta Octomburg, a la vez que Bruce se encargaba de preparar las demás herramientas que llevaría con él en caso de necesitar alguna.

"Bruce, no creo que debamos llevar tantas" comentó Drake mientras veía las cajas que el robot había reunido para que el pelicastaño las llevara con ellos.

"Serán necesarias para que pueda efectuar su labor" respondió el ser cibernético, depositando un soldador automático en una de las cajas.

"En serio, Bruce, es mejor que no llevemos todas estas herramientas" insistió Drake colocando sus manos en los bolsillos de sus pantalones, mirando el interior de una de las cajas.

"¿Teme que pueda perderlas, o que alguien las 'tome' prestadas?" nuevamente preguntó Bruce acercándose al humano.

"No, no es por eso, sino que... Como voy a hacer para llevarlas a todas?" sonrió de lado Drake, ahora cruzándose de brazos.

"Eso es sencillo. Fácilmente podría transportarlas en uno de los vehículos" continuó Bruce, revisando en su banco de memoria algo que no se estuviera olvidando.

"Ha pasado demasiado tiempo desde que se usaron, y no he tenido tiempo de arreglar uno de ellos. Creí que ya lo sabías" mencionó Drake sin salir de su semblante.

Bruce al escuchar eso, una vez mas revisó los datos de su memoria, encontrando que si era verdad lo que el humano le recordaba, provocando que el robot se sintiera de cierta manera 'tonto', o como fuera que los robots se sintieran cuando hacían algo sin 'pensar'.

"Entiendo, señor. Entonces eligiré las mas indispensables para el trabajo" dijo la esfera flotante, escaneando las cajas para encontrar las que serían mas útiles.

Ante eso, el pelicastaño no pudo hacer mas que dejar salir una carcajada silenciosa, cosa que fue interrumpida por un idioma desconocido, pero con una voz que Drake pudo reconocer muy bien.

Dicho comando se dio la vuelta rápidamente, solo para encontrarse a una familiar Octoling parada detrás de él, y al mismo tiempo justo en frente de la puerta del lugar.

"Otome!" saludó Drake caminando hasta estar frente a la Octariana, quien alzó la mirada para verlo a los ojos.

Dicha Octoling habló una vez más, pero su idioma fue inentendible para el humano, recordándole que todavía estaba sin su parche puesto, por lo que este levantó una mano en frente de la chica pulpo.

"Espera, lo olvidaba!" dijo Drake en su idioma, que obviamente Otome no entendió, pero por la forma en que levantaba su mano, y metía su otra dentro de su bolsillo, se le hacía una idea de que el quería que ella esperara, respondiendo con un asentimiento de cabeza.

Para cuando el pelicstaño la volvió a sacar, teniendo en esta el pequeño estuche transparente, y dentro de este el parche que le permitiría entender y hablar el idioma de estos seres.

Pero había una diferencia en él esta vez. Ahora contaba con un color negro con algunas lineas u detalles rojos en los borde del dispositivo. Motivo que Bruce también había mejorado un poco mientras el humano había estado durmiendo.

Dicha mejora consistía en que la capacidad de aprendizaje era más rápida, y ya no se sentiría una punzada de dolor cuando se lo colocara, que aunque solo fuera por un segundo, seguía siendo bastante molesto, cambiándolo así por un momentáneo mareo. Al menos hasta que el robot esférico hiciera otra mejora que quitara cualquier efecto secundario al ponérselo.

Drake retiró el parche de su estuche, guardando dicho protector de plástico de nuevo en su bolsillo, para luego poner el dispositivo en su frente. Al instante su mente fue invadida por las mismas palabras del curioso idioma, además de las que había ido aprendiendo al congeniar con los Inklings y Otome.

"Ahora sí... Que me habías dicho?" preguntó Drake ahora hablando el mismo idioma que la Octariana, a la vez que se frotaba ambos ojos con sus dedos, tratando de quitarse el repentino mareo que el parche le había provocado.

"Dije que puedo ver que ya te estas preparando para irnos" repitió Otome, sonriendo un poco y cruzando sus brazos bajo la placa de su pecho.

"Jeje, bueno... Tengo que estar preparado, o no?" preguntó en broma el pelicastaño, riendo un poco por lo bajo.

"De todas formas, no creo que vayas a necesitar tantas herramientas. Lo que necesites, mi gente podría proporcionartelo" dijo la Octoling, caminando hasta las cajas, y levantando una de las herramientas, siendo esta un taladro.

"Si, también le dije a Bruce que serían demasiadas, incluso para llevarlas a todas, y recién ahora se dio cuenta de eso" se burló el humano, riéndose otra vez, a lo que el susodicho robot salió de una de las cajas.

"Señor, yo aún estoy aquí..." se quejó Bruce, provocando otra risa, pero esta vez con Otome uniéndose.

Pero en ese momento, otra voz se escuchó provenir de la puerta, lo cual alertó al humano, volteando rápidamente la mirada a la supuesta zona, notando a otra Octoling entrando tímidamente al búnker, y tragando saliva al ver al Antiguo justo a unos metros frente a ella.

"¿Viniste acompañada?" preguntó Drake, viendo a la nueva individua entrar a su bóveda.

"Oh, lo había olvidado. Vine con mi equipo de antes hasta aquí, pero no te preocupes, solo vienen como escolta y nada mas" explicó Otome, acercándose unos pasos a la chica pulpo en la puerta.

"¿Sucede algo, soldado?" preguntó la teniente, a lo que la otra Octariana de menor tango se puso firme, y habló en un tono claro, pero se le podía notar el nerviosismo en el.

"N-no es nada, señor. Solo quería recordarle que no disponemos de mucho tiempo!" dijo esta mientras también se acercaba un poco, quedando solamente a dos metros de los dos amigos, pero desviando una curiosa mirada hacia Drake, el cual levantó su mano y la movió de un lado a otro en señal de saludo.

"Cierto... Esperenme afuera, saldremos en un segundo!" ordenó Otome, pero la Octoling contraria solamente se quedo viendo fijamente a Drake, incluso se había levantado su visor para verlo con sus propios ojos.

"¡Soldado!" exclamó Otome, provocando un salto en la otra chica pulpo, quien volvió a poner su vista en la teniente.

"¡S-sí!" respondió esta, volviéndose a poner firme.

"¡Te di una orden!" dijo Otome con un tono mas serio.

"¡S-sí señora, a la orden!" y con eso, la Octoling se dio la vuelta y salió corriendo fuera de la bóveda.

Al momento en que la Octariana de menor rango salió de la vista, Otome dejó salir un suspiro y una pequeña risa, para luego darse la vuelta, encarando al pelicastaño.

"Bueno, ya oíste. Será mejor que no vallamos ya" dijo la chica pulpo, a lo que Drake respondió con un asentimiento de cabeza.

"Claro, en cuanto Bruce termine de una vez" respondió Drake, cruzándose de brazos y mirando al robot preparar lo que faltaba.

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Drake no podía dejar de sentirse incomodo, razón por la cual trataba de mantener su mente distraída, ya que en todo el rato que llevaban caminando por el bosque de OctoValley, todas las integrantes del escuadrón de Otome, no paraban de verlo de pies a cabeza detenidamente, susurrando de vez en cuando cosas entre ellas, y dejando salir una que otra silenciosa risa.

"Otome, puedo preguntarte algo?" pidió el humano mientras que con su mochila, se adelantaba hasta dicha Octariana, misma que lideraba el recorrido.

"Claro, que sucede?" preguntó Otome, volteando apenas su cabeza para verlo.

"Bueno, pues... Es que en todo el tiempo que llevamos caminando, tus compañeras no dejan de verme de pies a cabeza, o susurrar sobre mí" respondió Drake en voz baja para que las demás no lo escucharan.

"No les hagas caso. Y ten en cuenta que eres el primer Antiguo vivo que ellas han visto en sus vidas, es obvio que sientan curiosidad sobre ti" contestó la Octoling de mayor rango, cosa que tentó al humano a mirar detrás de sí, viendo a las demás Octolings aún susurrando entre ellas mientras lo observaban.

"Bueno, supongo que eso es entendible" agregó Drake, regresando su mirada hacia la teniente.

"Y otra cosa, ten en cuenta que a pesar de que los Inklings descubrieran más de su tecnología, nosotros los hemos investigado con más recelo, hasta el punto en que descubrimos que 'humanos' es el verdadero nombre de tu raza" continuó Otome con una sonrisa orgullosa y levantando un poco la cabeza ante el sentimiento.

"Pero me siguen llamando; 'Antiguo'" comentó el pelicastaño, recordando que a pesar de eso, el 'sobrenombre' continuaba estando precente.

"Es solo la costumbre. Consideralo como... Un apodo hacia los tuyos" respondió la teniente, dejando salir una risita que el humano no pudo evitar acompañar mientras negaba con su cabeza.

Pero entre el grupo, una familiar Octoling de tentáculos morados se percató de la escena de Otome y Drake, siendo esta la Sgt.Irian, algo por lo que la hizo dar una sonrisa picara y acercarse al par que lideraba al grupo.

"Permiso para hablar con libertad, señor!" pidió Irian, interrumpiendo la charla de los dos amigos.

"Ahhh... Concedido" respondió Otome, no muy segura de que fuera buena idea dejarla, y más si sabía como era su hermana menor cuando se le daba rienda suelta.

"Puedo ver que usted y el Antiguo se llevan bastante bien. Por cierto, me llamo Irian Granate, mucho gusto" se presentó la chica pulpo de tentáculos morados mientras hacía un asentimiento de cabeza.

"Drake Forrest... El gusto es mío" le devolvió el saludo el humano, también asintiendo con su cabeza como la Octariana.

"Entonces... Me dirían como es que los dos se llevan tan bien?" preguntó Irian, a lo cual Otome se sonrojó un poco, y puso una mano sobre su rostro por la vergüenza.

"Bueno, solo diré que pasamos muchas cosas, y... Que ella siempre me hizo compañía" respondió Drake, a la vez que se rascaba una de sus mejillas, y también un sutil rubor se asomaba por su rostro.

"Ohhh, ya veo, ya veo~" comentó la sargento de tentáculos morados, seguido de soltar una traviesa risilla, pero siendo esta tomada como una provocación a la teniente.

"¿Insinuas algo, cabo?" preguntó de manera cortante Otome, sacando a su hermana de su semblante picarón, mas por el hecho de llamarla cabo, en vez de sargento.

"No nada, señor, y... Soy Sargento" corrigió Irian, poniéndose un poco más seria también.

"Pues como sigas rebuscando en asuntos que no son de tu incumbencia, alguien terminará volviendo a soldado primero" advirtió Otome, causando que la Octariana de menor rango diera un trago.

"Vamos, Otome... No tienes que ponerte así... Somos familia" comentó Irian en voz baja para que las demás integrantes del grupo no pudieran escuchar, pero el humano al estar tan cerca, se percato de lo que la chica pulpo morada decía.

"Fuera de servicio puede que lo seamos, pero cuando estamos en él, te dirigirás a mi como tu superior, entendido... Sargento?" dijo la teniente, permaneciendo en la misma postura seria.

"Si señor..." contestó Irian, regresando atrás con el grupo.

Con eso, un incómodo silencio se formó entre el pelicastaño, y la chica pulpo de tentáculos rojos, a lo cual esta suspiró y volteó a verlo.

"Lamento eso, y se que ahora tienes preguntas acerca de ella" dijo Otome mientras apuntaba disimuladamente a la Sgt.Irian.

"Bueno, no te puedo negar que me entro algo de curiosidad. Y más cuando dijo lo de 'familia'" contestó Drake, volteando a ver a la Octoling morada.

La teniente suspiro, y se frotó detrás de la cabeza, pero manteniendo su arma firmemente sujetada con su otra mano.

"Es mi hermana menor, y también mi segundo al mando, pero aveces tiende a comportarse poco acorde a su rango y uniforme" respondió Otome, comenzando a sentirse un poco mal por la forma en que le había hablado, y después del poco tiempo que habían tenido cuando ella supo que la teniente había regresado.

"¿Y por eso la regañas?" preguntó el pelicastaño, ladeando su cabeza un poco para verla mejor al rostro.

"No lo hago por que esté enojada con ella, mucho menos porque no la quiera... Solo lo hago para que recuerde su posición y su misión" respondió la teniente, levantando la vista para ver mejor al humano.

"Mmm..." murmuró Drake en un suspiro, a la vez que levantaba su vista para ver al cielo, notando que todavía era bastante temprano, a pesar del tiempo que llevaban caminando.

"¿Tu tuviste hermanos?" preguntó repentinamente Otome, captando la atención del pelicastaño, quien bajó la vista otra vez para verla.

"No... Desafortunadamente soy hijo único... Aunque si tuve un amigo que podría haberlo considerado un hermano. Vivía metiéndose en problemas, y yo claramente tenía que salvarle el trasero" contestó el humano, soltando una leve risa de nostalgia.

"¿Y como se llamaba?" preguntó la Octariana, un poco curiosa por el pasado del pelicastaño.

"Se llamaba Carlos, Carlos Estrada..." contestó Drake, todavía recordando los líos en que se había metido en la guerra por salvarle tantas veces el pellejo al susodicho ruso, pero eso no quitó la sonrisa en el rostro de este.

"¿Y que pasó con él?" volvió a preguntar Otome, a lo que esta vez si borró la sonrisa del pelicastaño, pero no por enojo o algo por el estilo, sino por confusión.

"Yo... no lo sé..." contestó Drake, intentando recordar que había sido del ruso mitad mexicano, o cuando había sido la última vez que se vieron, pero todo lo que encontraba eran fragmentos borrosos que ni siquiera podrían considerarse un recuerdo.

Al notar el comportamiento 'ausente' que ahora Drake había adoptado, decidió llamar la atención de este, pero al parecer no parecía escucharla mientras el humano seguía en sus 'recuerdos'. Pero lo único que ahora pudo ver, o mas bien, escuchar, fueron unas histéricas voces, además de la suya y la de su padre, sin mencionar un silbido que se hacia mas fuerte mediante mas escuchaba.

"¡No nos queda tiempo!"

"¡Todos a las cápsulas!"

"¡Mantengan la calma!"

"¡Solo quedamos nosotros!"

"¡Que Dios nos perdone!"

"¡Ya no hay mas cápsulas!"

"¡Carlos, Carlooooos!"

Y Drake habría seguido escuchando las voces gritar en su cabeza, sin mencionar el ensordecedor silbido, sino fuera por una mano que lo tomó del brazo, causando que dichos ruidos se silenciaran de golpe, y el humano diera un pequeño salto de sorpresa, para luego poner su vista sobre quién lo había sacado de su trance, mostrando a una preocupada Otome.

"¿Oye, estás bien?" preguntó dicha Octoling, cosa que Drake sacudió la cabeza, volviendo completamente a la realidad.

"S-sí... Solo... Divagué por un momento..." respondió Drake, poniendo una mano en su cabeza, pensando que había sido eso.

"¿Seguro?" insistió la oficial Octoling, ladeando un poco su cabeza.

"Si, tranquila, no pasó nada, jeje" el humano dio una sonrisa de ojos cerrados, solo haciendo que Otome se preocupara un tanto más.

Pero mientras hablaban entre ellos, no se habían dado cuenta de que otro grupo mayor de Octarianos justo a unos cuantos metros en frente de ellos. Siendo liderados por la Coronel Orianna, quien veía con la misma sonrisa altanera a quienes venían, pero dicha sonrisa se borró al instante, y su boca se abrió un poco al notar al humano que venía con ellos, pero se recompuso rápidamente y comenzó a avanzar mientras los demás la seguían.

Otome en ese momento, volvió a poner su vista al frente, viendo al nuevo grupo que venía a recibirlos, provocando que esta se detuviera seguido de las demás integrantes de su equipo, y por último, Drake.

"¿Mmm, que pasa?" preguntó el pelicastaño, viendo como todas las demás se detenían con la vista al frente, por lo que también puso su atención por delante suyo, viendo también quienes se acercaban.

"Olvidé contarte que hay un puesto de avanzada camino a Octomburg... Supongo que es nuestra bienvenida..." contestó Otome de forma seria, confundiendo un poco al humano por el hecho de decirlo con un tono tan frío.

"Vaya... Así que después de todo si decías la verdad, Teniente Otome" comentó Orianna, ya estando a unos seis metros de ellos.

"Yo nunca miento, señor... Por cierto, si me permite preguntar... Que hace aquí fuera del puesto avanzado?" preguntó Otome, tratando de no sonar disgustada por la presencia de la coronel.

"Simplemente quería verlo con mis propios ojos" respondió Orianna acercándose todavía más con su vista puesta sobre Drake, y no solo ella, todos los pocos Octolings que la coronel había traido, tenían su boca semi-abierta por ver a un verdadero Antiguo vivo.

"¿Que cosa, señor?" preguntó ahora Irian, haciéndosele una idea de lo que ella hablaba.

"Pues del Antiguo, por supuesto!. No todos los días tienes la oportunidad de ver a un macho de la primera raza" contestó Orianna, ahora estando lo suficientemente cerca para ver detalladamente al ex-comando, seguido de empezar a caminar a su alrededor para ver cada parte de este, a la vez que al caminar meneaba sus caderas más de lo habitual, calgo que molestaba todavía más a Otome.

"Digame, señor Antiguo... Entiende lo que digo?" preguntó la coronel con una pizca de seducción en su voz. Ahora estando justo en frente de Drake.

Dicho humano volteó hacia Otome, como si le preguntara con la mirada si debía responderle o no, a lo que la teniente solo se dedicó a asentir con la cabeza a regañadientes. Drake por su parte, pudo percatarse que por la forma en que la Octoling de tentáculos rojos ahora se comportaba al lado de la coronel, dedució que Orianna no era alguien muy agradable para ella.

"Si... Puedo entenderte..." respondió el ex-comando, tratando de no sonar demasiado cortante, dejando así a una coronel algo sorprendida por el hecho de que Drake realmente hablara su idioma, pero más por el curioso tono carente de gorgoreos que tenía.

"Fantástico, supongo que eso nos resultará mas fácil el comunicarnos" dijo la coronel, para luego darse la vuelta y hacer una seña para que la siguieran.

"Por favor, permitanos escoltarlo nosotros hasta Octomburg. Teniente Otome, usted y su equipo puede hacer otras tareas" continuó la coronel, algo que ya se veía venir Otome, así que procedió a dar un par de pasos, poniéndose en frente del humano.

"Con todo respeto, Coronel Orianna. Nosotras fuimos las que recibieron la orden de llevarlo hasta la cuidad, no tiene por que hacerse cargo de algo que no se le ordenó" se interpuso la octoling de tentáculos rojos, provocando un suspiro en Orianna.

"Teniente Otome, como su superior-..." trató de ordenar la coronel, pero fue interrumpida por la susodicha octariana de menor rango.

"Y por ordenes del Emperador Octavio, tengo el deber de escoltar a salvo al Antiguo hasta Octomburg, sin mencionar que usted ya recibió la orden de hacerse cargo del puesto avanzado" dijo Otome de forma rápida y firme, haciendo que el pelicastaño abriera sus ojos con impresión.

Mientras que Orianna solo se dedicó a sonreír forzadamente con una mirada de enojo mal oculta, eso y de tener un tick en el ojo izquierdo.

"Cierto... Lo había olvidado..." dijo Orianna con los dientes apretados, delatando todavía más su enojo por la intromisión de la teniente.

"En ese caso, continuamos con nuestro deber. De todos modos, muchas gracias por lo de hacerse cargo ustedes" dijo Otome formando su propia sonrisa altanera, seguido de hacer una seña a su equipo y al pelicastaño para que la siguieran.

Pero al momento en que la teniente pasó por al lado de Orianna, esta la detuvo poniendo una firme mano en su hombro.

"Un momento, teniente. Ya que me tomé la molestia de venir hasta aquí, no estaría de más que los escoltara a ustedes hasta el puesto avanzado" dijo la oficial de mayor rango, negándose a soltarla.

Otome estaba dispuesta a declinar la propuesta, pero esta vez fue ella la interrumpida.

"Y no es algo a lo que pueda negarse, ya que prácticamente estaría regresando a mi base" aclaró la Octoling de la cicatriz. Mediante a eso, Otome reprimió las ganas de gruñir, para luego voltear a verla con la sonrisa más falsa del mundo.

"Sera un... Placer..." mintió la Octoling de tentáculos rojos, siendo ella la que ahora apretara los dientes.

Drake por otro lado, solo se dedicó a suspirar por la forma en que las dos Octarianas discutían disimuladamente.

/-/-/-/-/-/

En el siguiente transcurso del recorrido, Orianna había hecho toda clase de preguntas a Drake. Con mayor frecuencia, sobre si habían más Antiguos aparte de él, que clase de tecnología poseían, el tipo de armas con las que contaban para luchar, sobre su aparente 'invulnerabilidad' a la tinta y el agua, etc.

Incluso en vez de preguntas por curiosidad, parecía más un interrogatorio, algo que por alguna razón, molestaba un poco a Otome. Pero el comando se dedicó a responder de forma baga, o poco informativa, puesto que no solo quería mantenerse en perfil bajo, sino porque tenía su atención hacia los Octotroopers que habían venido con ellos. Y eso se debía a que la forma de estos seres le parecían bastante curiosos al humano, sin mencionar su aparecía rara y chistosa. El hecho de que solamente fueran un tentáculo con cara, provocaba que el humano varias veces contuviera un risa cada vez que los veía, y más aún por el hecho de que como únicas extremidades, solo comentaran con un pequeño par de piernas con zapatos.

Pero afortunadamente, la llegada al puesto avanzado de la coronel, fue un buen motivo para que el equipo de Otome, y Drake dieran un suspiro de alivio, ya que sabían que la Octoling de la cicatriz por fin los dejaría en paz.

Y con tan solo un ademán de su mano, el grupo de Octarianos que Orianna había traído con ella se movilizó hacia el interior de su pequeña base mientras su líder se acercaba hasta Otome, quedando solamente a menos de medio metro una de la otra.

"Más te vale darme un informe sobre los problemas que el Antiguo hace en nuestra cuidad, Teniente..." dijo de forma fría la coronel, solo para luego bajar su mirada hacia los pechos de la contraria, contorsionando su rostro en una expresión sombría de evidente envidia, algo que Otome no pasó de desapercibido, así que se le ocurrió algo para molestarla todavía más con dicho asunto.

"¡Si señora!" exclamó la teniente mientras hacía un fuerte saludo militar, moviendo su cuerpo lo suficiente como para que sus 'atributos' rebotaran frente a Orianna, quien remarcó aún mas su expresión, y el mismo tick en su ojo volvió a presentarse, antes de darse la vuelta, y sin decir mas, ella también regresó al interior de su puesto, dejando de una vez por todas al primer grupo.

"Muy bien, ya que no tenemos más distracciones, sigamos con lo nuestro. Ya casi hemos llegado a Octomburg" dijo la teniente de tentáculos rojos, reanudando el trayecto mientras era seguida por los demás, aunque al instante Drake se puso a su lado.

"Otome, hay algo que pude ver, y que me gustaría preguntarte" el pelicastaño inició con la conversación mientras pensaba en lo que ahora lo ponía en duda.

"Ya casi hemos llegado, pero esta bien. De que se trata?" preguntó Otome levantando la vista para verlo a los ojos.

"Me he dado cuenta que hay muchas Octolings femeninas componiendo sus fuerzas, pero muy pocos Octolings varones... Me explicarías eso?" preguntó el humano, volteando a ver a cada una de las Octarianas que los seguían.

"Bueno... Eso se debe a que la mayor parte de la población y sociedad Octoling, esta compuesta y dirigida por hembras" explicó Otome.

"Ohhh, ahora lo entiendo..." contestó Drake, llevando una mano a su mentón de manera pensativa.

"Si, y para ser más especifica. De entre diez Octolings, solo tres o cuatro de ellos serían varones mientras que el resto serían femeninas" continuó la teniente, solo para que su hermana menor se les uniera.

"De hecho, se dice que hay tan pocos Octolings varones, que algunas chicas se aventuran en Inkopolis para secuestrar algunos machos Inklings!" dijo esta mientras ella y las demás del grupo se reían un poco.

"¿Que, en serio?" preguntó de forma incrédula el humano, volteando su vista hacia Otome, la cual también le había hecho algo de gracia el comentario de la sargento.

"¡Claro que no, además, cabe recalcar que los Inklings y Octarianos no se llevan tan bien como para hacer eso!" dijo la Octoling de tentáculos rojos, quien dejó de sonreír casi de manera instantánea.

"Aunque... Tu no eres un Inkling, y el hecho de ser un Antiguo puede generar algo de interés..." continuó la teniente, causando que el pelicastaño se confundiera un poco.

"Pero lo de secuestrar no es cierto... Verdad?" preguntó Drake, ya no estando tan tranquilo como antes.

"No, no lo es... Pero aún así, por seguridad mantente cerca, y vigila bien a cada chica Octoling que te cruces... Eso incluye a mi equipo" respondió Otome rascándose una de sus mejillas, y una sonrisa nerviosa se formaba en su rostro.

"¿Y por que tu equipo...?" nuevamente preguntó el humano, temiendo un poco por el hecho de que posiblemente fuera a correr 'peligro' en Octomburg, pero por otro lado, dicho asunto también lo hacia sonreír por dentro.

"Digamos que... Lo de ser un Antiguo vivo no sea lo único que las haga verte constantemente" agregó Otome, cosa que motivó al pelicastaño a mirar detrás de él, hacia el grupo de chicas que los estaban siguiendo. Y por un momento, a Drake le pareció que todas lo estaban viendo con una sonrisa depredadora, incluso si sus ojos estaban cubiertos por sus visores.

Ante eso, el humano no pudo evitar tragar saliva, al mismo tiempo que un momentáneo escalofrío le recorrió la espalda, por lo que rápidamente volvió a poner su vista al frente, justo a tiempo para cruzar la colina que llevaba a la cuidad Octariana.

El pelicastaño se detuvo en seco mientras abría sus ojos por lo que ahora estaba viendo. Una enorme puerta de metal situada en el borde de un acantilado, y varias luces que adornaban el marco de está. Al notar que el ex-comando se había quedado estático en su lugar, todas las demás Octolings se detuvieron con él, solo para que Otome llamara su atención.

"Solo es la puerta, no te quedes boquiabierto todavía. Aún nos falta entrar" comentó la chica pulpo con una sonrisa, haciendo que Drake asintiera con su cabeza, y comenzandara a avanzar junto al grupo hacia el portal de Octomburg.

Mediante se acercaban a la puerta, el pelicastaño pudo notar lo que parecía un especie de consola situada en una parte de la puerta, con un lector de retina ocular, o eso es lo que Drake creyó, siendo un dispositivo en el que obviamente se debía colocar los ojos.

Y dichas sospechas fueron respondidas, al ver como Otome se acercaba a la consola, seguido de quitarse su visor, y mirar a través del dispositivo, el cual emitió un pitido de afirmación.

Luego de eso, la teniente presionó una serie de botones, que después de un par de segundos, la gigantesca puerta vibró con un estruendo mientras lentamente empezaba a abrirse, permitiendo ver un poco el interior de esta.

Todas las Octolings no esperaron a que la puerta se abriera del todo, y solamente se adentraron, siendo seguidas por un cauteloso Drake, quien se volteó para ver como la puerta se cerraba detrás de ellos.

"¡Oye!" llamó Otome desde una barandilla mientras le hacía señas al humano para que se acercara. Drake todavía siendo cauteloso, fue hasta donde estaba la chica pulpo, y quedarse pasmado por lo que sus ojos ahora veían. Una gran cuidad se alzaba por debajo de ellos, una que posiblemente sería del mismo o casi del mismo tamaño que Inkopolis, con grandes edificios de un color morado claro, mientras que el resto de estructuras parecían brillar en la oscuridad, y el hecho de que estuvieran bajo tierra, le daba un semblante de cuidad nocturna que le quedaba bastante bien.

"Antes de que lo olvide, recuerda que nosotros hemos estudiado con más recelo a los tuyos, por lo que es posible que causes un mayor impacto" dijo Otome, viendo que ahora Drake tenía un mejor motivo para quedarse impresionado. Pero logró volver a hacer que le prestara atención con un leve empujón.

"Por cierto... Bienvenido a Octomburg" finalizó la teniente con una sonrisa, quedándose viendo junto al humano, la cuidad que ahora tenían frente a ellos.