Drake miraba cada zona que componía la cuidad, la cual al estar bajo tierra, le daba un aspecto de cuidad de noche, aunque por fuera siguiera siendo de día.
Otome también estaba sentada en la barandilla en la que el humano se apoyaba, contemplando también el hogar de todos los Octarianos, pero desviando su vista de vez en cuando a dicho ser al lado de ella. Aunque hubieran podido disfrutar de la vista un poco más, sino fuera por un repentino apagón que sumió a la cuidad entera en penumbras, cosa que tomó por sorpresa al pelicastaño, que rápidamente se apartó de la barandilla, e instintivamente se puso en guardia.
"Ahhh, vaya momento para que pasara..." Drake pudo escuchar comentar a Otome, a la vez que la escuchaba bajarse de las barras metálicas en las que antes el estuvo apoyado.
"¿Que acaba de pasar?" preguntó Drake, mirando hacia la silueta que le pareció ser la de su amiga Octoling.
"Lo normal se podría decir..." respondió la teniente con un tono molesto mientras se cruzaba de brazos y caminaba hasta estar frente al humano.
"Supongo que este es el problema del que tanto hablabas" dijo Drake, bajando lentamente la guardia, y mirando hacia todos lados.
"Solo una parte..." contestó Otome, solo para que casi después de decir eso, las luces volvieran a encenderse, salvo porque esta vez no emitían la misma luminiscencia que hacían hace unos segundos.
"Ahora... Creo que es mejor que veas la cuidad de nuevo..." continuó la Octoling de tentáculos rojos, bajando la mirada un poco y frotándose uno de sus brazos.
Haciendo caso a lo que la chica pulpo decía, Drake nuevamente se acerco hasta las barandillas en las que se había apoyado antes, solo para ver con sorpresa como la cuidad de Octomburg, ahora tenía varias zonas sin iluminación, mientras que otras que sí la tenían, la baja tensión se hacía presente en ellas, sin mencionar que en algunas de las pocas zonas que todavía tenían electricidad, habían unos pocos edificio que a pesar de que su zona tuviera electricidad, estos permanecieron a oscuras, incluyendo también unas pocas casas que se podían distinguir.
Lo que ahora le daba a la cuidad, un ligero aire de decadencia, y provocando una pequeña sensación de pena al pelicastaño.
"Teniente, será mejor que vallamos ahora..." dijo una de las integrantes del escuadrón de Otome, a lo dicha oficial le asintió con la cabeza, seguido de voltear a ver a Drake.
"Vamos, hay alguien con el que tenemos que llevarte primero" dijo la Octoling de tentáculos rojos mientras le hacía una seña al pelicastaño con su mano, por lo que dicho comando no discutió nada, y se dedicó a seguir al grupo de Octarianas.
Caminando unos cuantos metros por una bajada, todos llegaron a un gran ascensor que afortunadamente contaba con la suficiente energía para funcionar, seguido de que otra integrante del grupo bajara una palanca que al instante hizo que el ascensor descendiera, a la vez que el humano solamente se dedicaba a mirar todo su entorno. Hasta que de un momento a otro, Drake hizo una pregunta en voz alta para que cualquiera de las Octolings en el grupo pudiera responder.
"Entonces... A quien se supone que debo ver?" preguntó el pelicastaño, cosa que curiosamente provocó que todas las chicas pulpo se miraran entre sí, incluyendo a Otome, como si esperaran que alguna de ellas se dignara a responder por todas.
Pero al ver como todas después de unos segundos, terminaban poniendo su mirada en Otome, esta solo suspiró con molestia, antes de acercarse al humano.
"Se llama DJ Octavio, o Emperador Octavio como le gusta que aveces lo llamen, y es el regente de toda nuestra ciudad, sin mencionar que también es el General de todas nuestras fuerzas, incluyéndonos a nosotras también" explicó la Octoling de tentáculos rojos, ganándose un asentimiento de parte del humano.
"Ya veo, entonces se podría decir que él es quien se encarga de todo este lugar, y su ejército también?" preguntó nuevamente Drake.
"Básicamente" respondió Otome, alzando sus hombros para enfatizar su respuesta.
"¿Y por que se tomaron ese tiempo para responder?" preguntó otra vez el pelicastaño, al mismo tiempo que se cruzaba de brazos y ladeaba un poco su cabeza.
Otome abrió la boca para responder con lo primero que se le ocurría, pero su hermana la interrumpió en ese preciso momento.
"Solo queríamos saber bien quien sería la más adecuada para describir mejor a nuestro líder, y quien mejor que una teniente, verdad?" respondió la sargento, seguido de darle un amistoso codazo en la espalda a su hermana mayor.
"Sssiiii..." respondió Otome con una pizca de incomodidad, agregando también una sonrisa forzada, ya que a pesar de que Otome fuera una Teniente, ella en sí no era la más indicada para describir al dichoso líder... O por lo menos no de una forma agradable.
Pero al momento en que Drake estuvo por comentar algo más, el ascensor finalmente había llegado hasta la superficie en la que se encontraba la ciudad, mientras era recibidos por otro grupo de Octarianos.
Y tal como se esperaba, los Octolings que conformaban parte del grupo frente a ellos, no pudieron evitar dar un jadeo de asombro al ver un verdadero Antiguo en carne y hueso, comenzando algunos a murmurar entre ellos, pero siendo silenciados por lo que parecía el líder.
"Sigannos..." dijo el octariano, el cual era un Octoling varón del mismo tamaño que Otome, con un par de tentáculos separados, y los dos del mismo largo al frente de su cabeza, actuando como un par de flequillos.
No poseía una placa pectoral u otro tipo de protección como Otome y que el resto de su equipo tenían, pero su uniforme demostraba ser alguien de un buen estatus militar.
Sin discutir, el grupo recién llegado condujo al de Drake y Otome dentro de la ciudad, cosa que no tomó mucho para que el humano se empezara a incomodar por las constantes mirada que todo individuo le dedicaba, siendo con mas frecuencia la de las de las Octolings femeninas, viendo cada parte de su cuerpo, y los rasgos de su rostro.
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Cuando por fin se hicieron presentes ante los ojos de los habitantes de la ciudad, las caras de asombro estuvieron presentes en cada rostro Octoling que los veía, o mas bien, que veía al Antiguo caminando entre ellos.
Mientras que el resto de Octarianos, solo permanecieron con su misma expresión, con esos grandes labios y ojos saltones.
Poco a poco, las calles donde ellos circulaban hacia lo que sería el centro de Octomburg, fueron llenándose cada vez más de habitantes, tanto civiles como policiales, que haciendo su trabajo, rápidamente se pusieron en frente de los civiles, evitando que cualquiera se acercara demasiado.
El pelicastaño por su parte, mirando a cada uno de los Octolings que habían llegado, y que seguían llegando, se dio cuenta de que el color de sus tentáculos eran en su mayoría de un color rojo, igual que los de Otome, solo unos pocos eran de un color purpura como los de Irian, salvo por una Octoling de tes morena entre una de las multitudes, la cual saltaba para tratar de ver en su dirección. Contando esta con unos cortos tentáculos de un color marrón oscuro con turquesa en las puntas de estos, al igual que las puntas de sus dedos mientras sostenía en sus manos una computadora portátil.
Pero lo más curioso era que al parecer dicha Octoling era una oficial, lo supo por los visores que cubrían sus ojos, y las mismas algas que adornaban sus tentáculos, las mismas que Irian tenía en ellos también. Otra cosa era el hecho de que en vez de estar al frente evitando que los civiles pasaran, esta actuaba mas como otra civil que como la oficial que era.
Pero continuando con el recorrido, el humano se dio cuenta de que tal como Otome se lo había explicado antes de llegar. El numero de chicas Octolings superaba considerablemente al de los varones, y bastantes de ellas tenían una sonrisa traviesa por así decirse mientras veían al pelicastaño, lo que provocaba que este tragara saliva. Otome notando eso, se movió hasta estar al lado de Drake, dedicándoles una fría mirada a las demás Octarianas, pero también Irian se puso al otro lado del humano, solo que ella le dedicó una radiante sonrisa a este mismo.
Ante eso Drake se dedicó a suspirar y seguir con su recorrido.
Pero mientras más miraba a su entorno, más se daba cuenta de lo tétrico y oscuro que representaba la falta de iluminación en Octomburg.
Luego de unos cuantos minutos, ya estaban llegando a lo que para Drake fue una especie de enorme mansión, que poco más y sería un castillo. Mientras que los habitantes de la ciudad habían dejado de seguirlos en cuanto llegaron a cierta distancia de dicha enorme estructura.
"¿Aquí es donde vive ese tal Octavio, verdad?" preguntó el pelicastaño con su mirada hacia arriba para ver la punta mas alta del lugar.
"Así es, y también la cede eléctrica de todo Octomburg..." respondió Otome, tomando por sorpresa al humano momentáneamente.
"Je... Con razón este lugar parece no fallarle la energía" comentó el pelicastaño alzando una de sus cejas. Pero en ese momento, las grandes puertas de la mansión se abrieron con un pequeño estruendo.
Y desde el interior de esta, surgieron otro grupo de Octolings armados, quienes al ver a los recién llegados se hicieron a un lado para que pudieran pasar.
El oficial que los guiaba no dijo nada, y solo avanzó al interior de la mansión mientras que era seguido por todos los demás.
Drake por otro lado, se mantuvo alerta en todo momento. Sabiendo que ahora se adentraba a los dominios del gobernante de la raza rival de los Inklings, no pudo evitar sentir una ligera sensación de desconfianza hacia quien fuera ese gobernante, pero no podía sacar conjeturas antes de conocerlo.
El interior parecía estar sumamente ordenado, con muebles de buena calidad, y diversos cuadros que adornaban las paredes. También con varios guardias que custodiaban cada rincón, siendo en su mayoría Octolings femeninas claro está.
El sonido de los pasos de todos era lo único que se escuchaba en todo el pasillo por el que caminaban, mientras que se dirigían hacia las puertas de un ascensor.
Otome también en el fondo se sentía nerviosa y ansiosa a la vez, preguntándose en como terminaría este encuentro, y deseando por dentro que este día terminara con un acuerdo y no con una pelea de algún tipo.
Al momento en que llegaron al ascensor, solo el líder que los guiaba entró, junto a otros dos Octolings por seguridad. Drake también entró junto al trío antes que él, seguido por Otome, pero al momento en que el equipo de susodicha Octoling diera un paso con intensiones de acompañarlos, fueron detenidos abruptamente por una mano en señal de 'Alto', proveniente del oficial que los guiaba.
"¡Solamente el Antiguo y su líder de escuadrón pueden venir, el resto tendrá que esperar aquí abajo!" ordenó fríamente el oficial, bajando su mano cuando Irian y sus compañeras se detuvieron.
"Que?, p-pero-...!" trató de discutir la sargento, pero fue interrumpida por el mismo oficial.
"Dije que no pueden venir..." insistió el chico pulpo, esta vez con un tono mas frío, pero también con un atisbo de amenaza, cosa que hizo dar un paso atrás al equipo de Otome.
Tanto al humano como a dicha Octariana no les agradó nada que este tipo les hablara de esa forma a Irian y sus compañeras, incluso si se trataba de un oficial, no les hizo nada de gracia su tono hacia estas.
"Oye... De verdad no pueden venir?" preguntó Drake, haciendo que tanto el oficial como Otome y su escuadrón voltearan a verlo.
"Lo siento, señor. Pero son ordenes del Emperador Octavio" respondió el oficial, cuyo tono se había relajado por un segundo.
"¿Y si digo que; quiero que vengan?" insistió el ex-comando mientras que el equipo de Otome veían al humano con algo de esperanza, sin mencionar que Otome también lo veía de igual forma, sólo que con una leve reacción de sorpresa.
"Mis ordenes siguen siendo las mismas... Y con todo respeto, señor... No recibo ordenes de usted" contestó el oficial, volviendo a usar el mismo tono frío, y apartando la vista del pelicastaño.
"Si... Ya me di cuenta" continuó Drake mientras veía al Octoling de forma despectiva, y sin inmutarse por el tono de este, para luego voltear al escuadrón de Otome y cambiar a una expresión que decía: "Bueno, lo intenté".
Por otro lado, la teniente ahora mismo estaba apretando uno de sus puños, sintiendo una necesidad de golpear al chico pulpo por hablarle de esa forma a su amigo humano, incluso sabiendo que se trataba de un Antiguo, y que probablemente gracias a él, se resolverían sus problemas energéticos. Pero solo se dedicó a dar un suspiro con sus ojos cerrados, y ver a su equipo fijamente.
"Esta bien... Regresen a la base, yo las alcanzaré cuando terminemos aquí" ordenó Otome, a lo que de mala gana su escuadrón se puso firme, seguido de hacer un saludo militar.
Ante eso, el oficial presionó uno de los botones del ascensor, haciendo que las puertas finalmente se cerraran, y se iniciara el ascenso hacia la planta superior.
En todo el momento, Otome permaneció con su mirada levemente baja, al mismo tiempo que Drake ladeaba su cabeza un poco, preocupado por el silencio de esta.
No obstante el humano levantó una de sus manos, y la depositó en el hombro de la chica pulpo, quien alzó la vista instantáneamente, seguido de voltear a verlo.
Sin quitar la mano de su hombro, Drake le dedicó una sonrisa tranquilizadora a Otome, a la que ella devolvió con una mas pequeña, pero todavía sin decir nada.
De forma disimulada, el oficial volteó su vista muy levemente hacia la teniente, notando la cercanía que ella tenía con el Antiguo, algo que les podría favorecer en un futuro, por lo que no pudo evitar sonreír de forma casi imperceptiblemente, pero todavía pudiéndose notar una pizca de malicia en ella.
Cuando el ascensor por fin pareció detenerse, las puertas se abrieron dejando ver al frente otro pasillo bien iluminado, que iba directo hacia otra puerta, pero una de gran tamaño, con unas letras en dicho umbral que obviamente Drake no pudo entender, pero haciéndose una idea.
El oficial fue el primero en salir, siendo seguido por el par de escoltas que habían venido, y terminando con Drake y Otome de últimos.
En ese momento se podía sentir la tensión que se generaba mediante se acercaban a la puerta, sumado a los nervios de la teniente, que hacía todo lo posible por no perder la calma, algo por lo que el pelicastaño pudo darse cuenta, ya sintiendo un mal presentimiento de todo esto, pero continuó avanzando con la idea de que solamente le pedirían que los ayudara con sus problemas de electricidad.
Ya llegando a las grandes puertas, el oficial solamente tocó un par de veces, suficiente como para que estas se abrieran de forma instantánea, emitiendo un leve chillido.
El cuarto en sí no parecía muy bien iluminado, pero el trío de Octolings que guiaban al par de amigos, avanzaron al interior mientras que Drake volteaba a Otome, quien le hizo una seña con su cabeza para que entrara.
Con una respiración profunda, el pelicastaño también se adentro en la sombría habitación con Otome siguiéndolo de cerca. El humano no bajó la guardia, y miró hacia cada rincón que pudiera ver bien. Y a pesar de la poco iluminación, todavía podía distinguirse diversos cables que iban de un lado a otro, además de maquinaría bastante avanzada para estándares de una raza que se las arreglaba como podía. También una gran mesa de DJ en una de las esquinas, algo que llamó la atención del pelicastaño por obvias razones. Y en frente, hacia donde avanzaban, estaba un diverso numero de monitores, que eran lo único que alumbraba la habitación hasta ahora, sin mencionar que lo que parecía un gran trono de espaldas a ellos, se encontraba en frente de todas estas pantallas.
Los tres Octolings cuando llegaron a cierta distancia del trono, se pusieron sobre una rodilla ante él, incluyendo a Otome para la sorpresa de Drake.
"Su alteza, hemos traído al Antiguo como usted lo ordenó!" testificó el oficial, permaneciendo sobre una rodilla y con su cabeza baja, pero no recibiendo respuesta de quien fuera el que ocupara el trono.
El oficial en eso, volteó su mirada hacia Drake, notando que este no se había inclinado como ellos, en cambio, permaneció de pie y con una de sus manos en sus bolsillos.
"Deberías postrarte también, estas ante la máxima autoridad de nuestra raza...!" dijo el oficial con una voz más amenazante que fría, cosa que a Drake todavía seguía sin sentirse intimidado por el Octoling, en vez de eso, se le ocurrió molestarlo un poco.
"Lo siento, pero yo no me inclino, además... Tu vas a obligarme...?" preguntó el pelicastalo de forma burlona, retando al oficial frente a su líder.
Otome tragó saliva por los nervios. Ésta era una de las cosas que ella deseaba que no pasaran, ya sea por la primera impresión que su gente le daba, y también la primera impresión que él le estaba dando al regente de Octomburg.
El oficial estuvo a nada de ponerse de pie y encarar al Antiguo para posiblemente decirle otra amenaza con más recelo, pero antes de que lo hiciera, una profunda y distorsionada voz lo hizo mantenerse sobre una rodilla, previniendo del mismo trono que tenían en frente.
"Capitán Reinek, creo que él tiene razón... Es de muy mala educación pedirle a un invitado tan especial que se arrodille, incluso si se trata de mí... Y que no se te olvide que es a un Humano al que le estás pidiendo eso, un miembro de la primer raza antes que nosotros... Deberías ser tú el que tenga que mostrar respeto..." dijo Octavio de forma serena, pero a la vez amenazante, cosa que provocó un duro trago en el susodicho oficial.
"T-tiene razón, su majestad... No se en que estaba pensando... No volverá a pasar!" respondió Reinek, todavía manteniéndose sobre una rodilla, mientras que a Drake le sorprendió un poco la forma en que el Emperador puso en su lugar al capitán. Aunque supo bien que eso se debía mayormente a miedo, que a respeto.
"Eso espero capitán..." fue lo último que dijo Octavio, para luego empezar a dar vuelta su trono lentamente, dejando ver poco a poco la apariencia de este supuesto emperador.
Drako no pudo evitar levantar sus cejas, y abrir un poco sus ojos por la sorpresa de lo que estaba viendo ahora. Un enorme pulpo morado se cernía sobre el trono, con una gran corona dorada en su cabeza con forma de pulpo también, que se asemejaba mayormente a un especie de casco Shogún, mientras que un par de sus tentáculos estaban entrelazados entre ellos, dándole el aspecto como de estar cruzado de brazos, pero lo mas notorio, era una gran cicatriz brillante en forma de 'X' en uno de sus tentáculos cruzados, la cual parecía brillar de un tono verde lima.
Unos grandes ojos con escleróticas verdosas e iris de color purpura. También este poseía los mismos contornos purpuras alrededor de sus ojos, al igual que todos los octolings que había visto hasta ahora, pero de una forma... Menos adorable, por así decirlo, sin mencionar que el ceño fruncido del gran pulpo no lo ayudaba a verse mejor.
De pies a cabeza fue inspeccionando Octavio a Drake, siendo que el humano era más alto de lo que esperaba, todavía seguía siendo unos centímetros más pequeño que el emperador.
"Así que los rumores eran ciertos... Realmente un Antiguo acaba de regresar, después de tanto tiempo que se los creía extintos" comentó Octavio, seguido de poner su mirada sobre la Octoling de tentáculos rojos.
"Buen trabajo, Teniente Otome. Realmente demostraste que tus palabras eran ciertas" continuó el enorme pulpo, a lo que la chica de tentáculos rojos se puso de pie, y tomó una postura firme.
"Solo hice lo que debía hacer... Señor" contestó Otome con sus manos detrás de ella. Drake en un momento volteó su mirada hacia su amiga Octoling, a lo que esta rápidamente apartó la vista, sintiéndose un poco culpable por algún motivo.
Luego de eso, el pelicastaño volvió a poner su atención sobre el gran octariano, sacando su mano de sus bolsillos, y colocando ambas detrás de el, como lo había hecho Otome.
"Emperador Octavio, he de suponer" comentó Drake, levantando una de sus cejas.
"Por favor, solo dime; DJ Octavio, u Octavio si te parece mejor" contestó con respeto el susodicho pulpo, dejando a Otome un poco sorprendida, ya que ella sabía de ante mano que en pocos momentos el Emperador se mostraba 'respetuoso' con alguien, pero se tranquilizó en un instante, al recordar que su amigo humano seguía siendo un Antiguo, algo a lo que su gente había investigado con mas recelo. Era de esperarse que cualquiera de su raza se mostrara educado cuando hablaran con él.
"Bueno... Casi cualquiera" pensó Otome para si misma, viendo a Reinek todavía en la misma posición como un obediente perro esperando una orden de su amo.
"Muy bien... Octavio... Supongo que también sabrás del porqué estoy aquí" dijo el humano, haciendo que el coronado pulpo cerrara los ojos.
"Claro que lo sé... Esa es una de las cosas por las que accedí a confiar en la Teniente Otome" respondió Octavio con suma naturalidad.
"¿Acceder?" preguntó el pelicastaño, ladeando un tanto su cabeza en duda.
Ante la pregunta que el Antiguo había hecho, el emperador le dio una seca orden a sus soldados para que desalojaran la habitación, pero como era de esperarse, el capitan Reinek quiso discutir dicha orden.
"Pero señor, no cree que sería más seguro que-..." trató de decir el Octoling, pero fue interrumpido abruptamente por su emperador.
"Dije; 'fuera'..." volvió a demandar el enorme pulpo, usando esta vez un tono más amenazante, cosa que no fue desapercibido por Drake.
"S-si su majestad, como usted ordene" con un último asentimiento de cabeza, el oficial se puso d pie, para luego junto a sus dos acompañantes, dejar la sala. Hasta Otome se dio la vuelta para retirarse, creyendo que la orden también iba dirigida a ella, aunque en ese momento, fue llamada por Octavio.
"Excepto tú, Teniente Otome. Recuerda que este asunto también te concierne a ti" dijo Octavio, haciendo que el humano también pusiera sus ojos sobre la susodicha Octoling.
Otome no dijo nada, y solamente se dio la vuelta para regresar al lado de Drake, quien por algún motivo empezaba a sentir que algo le estaba ocultando la chica pulpo sobre este supuesto gobernante.
"Verá, señor... Drake, no es así?" preguntó el gran pulpo, haciendo un gesto con uno de sus ojos, como si estuviera levantando una ceja.
"Así es..." respondió el nombrado sin mas.
"Cuando su escuadrón regresó, diciendo que su líder había sido... 'Secuestrada' por una especie de criatura, pensábamos que solamente estaban tratando de encubrirla. Cuando solo creíamos que ella había desertado, desaparecido, o... Muerto, en el peor de los casos" comenzó a relatar Octavio, a lo que Otome apartó la vista, mientras que se frotaba uno de sus brazo, provocando en Drake una sensación de preocupación por la Octoling de tentáculos rojos.
"Pero cuando regresó después de más de dos semanas, pidiendo con urgencia una audiencia conmigo, al principio pensé en relevarla de su cargo, despojarla de su rango militar, y... Expulsarla del ejercito Octariano" continuó el emperador, ahora haciendo que dicha chica pulpo ocultara una parte de su rostro bajo el tentáculo que tenía como flequillo.
"Pero cuando mostró las pruebas de su supuesta existencia, y nos dijo del acuerdo que ella había logrado acordar con usted, no tuve de otra que darle la oportunidad de probar lo que ella decía... Claro está que también le ordené contarme todas las cosas que había sabido de usted, y también las cosas que pasaron mientras ella estaba fuera. Digame, es verdad que también estuvo un par de días en la ciudad de los... Calamares?" preguntó Octavio, usando un leve tono despectivo cuando mencionó a los Inklings, como si tratara de evitar decir otra cosa menos educada.
"Eso es cierto. Pasaron muchas cosas mientras estuve en Inkopolis, pero lo bueno es que todo terminó bien" contestó Drake, volviendo a recordar lo que casi había sucedido con Nary.
"Ya veo... Pero si mal no recuerdo, la teniente Otome me contó que cuando se vieron por primera vez, estaba siendo perseguido por un grupo de... Inklings, encabezado por un par que no necesita que mencione..." cuestionó el enorme pulpo, frunciendo un poco más el ceño.
"Si, bueno. la verdad es que fueron dos veces las que estuve en Inkopolis... La primera de ellas no salió tan bien" respondió el pelicastaño, rascándose detrás de la cabeza, y susurrando las últimas palabras, pero aún así fueron oídas por el emperador.
"Hmm. Los Inklings siempre fueron una raza... Problemática, pero puedes estar seguro de que los problemas que tuviste allá, no los tendrás aquí" el emperador presionó uno de los botones en su trono, haciendo que las luces de la sala se encendieran.
"No dudo de eso..." respondió Drake, viendo la habitación con más detenimiento.
"Por que seguramente serán problemas de otro tipo" pensó el susodicho humano para sí mismo, volviendo a poner su mirada sobre el pulpo de la cicatriz.
"Bueno, basta de distracciones, y centrémonos en el motivo que te ha traído aquí... He de saber que ustedes los humanos habían dispuesto de diversas fuentes de energía, algunas de ellas capases de sustentar ciudades enteras. Cual de ellas crees que podría equiparse a Octomburg?" preguntó Octavio, ahora captando un poco más la atención de Otome.
"Mmm... Eso depende de la zona en la que se encuentre la ciudad. Como ya sabrá, mi gente tenía diversas formas de producir electricidad, pero cada una dependía del lugar, y la forma en que se la extraía. Tendría que ver cual es la principal fuente de energía que tienen ahora, luego explorar la zona circundante a la superficie sobre la ciudad, y decidir cual sería la más adecuada para ustedes" explicó Drake, ganándose solo un asentimiento por parte de Octavio.
"En ese caso, eres libre de revisar nuestras sedes eléctricas, y las afueras de Octomburg. También enviare de mis ingenieros para que puedan construir cualquier cosa que no puedas, pero tendrás que explicarles bien todo acerca de lo que tengas en mente" respondió el emperador.
"Entonces es momento de que empiece de una vez. Donde están esos... Zapfish de los que todo el mundo habla?" preguntó el pelicastaño, ajustando bien la mochila que traía en su espalda.
"La teniente Otome te llevará ahí, solo dejanos un momento. Hay algo importante de lo que debo hablar con ella" respondió el gran pulpo morado, solo que a Drake no le hacia mucha ilusión de dejar a su amiga Octoling sola con este Octariano, y mas sabiendo la forma en que la habían tratado cuando llegó después de tanto tiempo.
Pero sabiendo también que estaba en los dominios de dicho pulpo, mas el hecho de que Otome seguía formando parte de su ejército, no pudo hacer otra cosa que responder con un pequeño asentimiento de cabeza, seguido de darse la vuelta para salir.
Ya cuando el humano cerró las puertas detrás suyo, Otome dio un fuerte trago por quedarse sola con el cefalópodo DJ, pero se mantuvo firme para seguir pareciendo profesional.
"Escuchame bien, soldado... Quiero que a partir de ahora te vuelvas la sombra de ese Antiguo, aprende todo lo que puedas acerca de él, también trata de convencerlo para que se quede todo el tiempo posible en Octomburg. Se que él te tiene confianza, y podemos usar eso a nuestro favor contra esos apestosos e insoportables Inklings. También has que te cuente todo acerca de las armas que posee, y sus funciones" ordenó Octavio mientras que Otome solamente se quedaba parada firmemente con sus manos detrás de ella, pero con la mirada baja lo suficiente como para que una sombra ocultara sus ojos.
"Usa cualquier método para conseguirlo, no me importa cual, solo hazlo, pero que no sospeche nada. Cuentame de todo lo que consigas... Esta claro?" continuó Octavio, a la vez que acercaba su rostro de manera amenazante al de la teniente.
"S-... Sí, señor..." respondió la chica pulpo de manera casi forzada, todavía con sus ojos ocultos por dicha sombra, sin mencionar que detrás suyo, una de sus manos estaba formando un puño, mismo que apretaba con fuerza, sintiendo una gran necesidad de golpear con él al emperador, pero se contuvo al saber que eso seria el peor error que podría cometer en su vida.
"Muy bien... Ya puedes irte, y ni se te ocurra fallar en esta misión, si sabes lo que te conviene" finalizó el coronado DJ, para luego ver como Otome se despedía con un saludo militar, seguido de darse la vuelta y caminar hacia la puerta.
Pero cuando llegó a media distancia, Octavio la detuvo desde su trono.
"Antes de que se me olvide, Teniente... Dile al humano que pase a hablar con mis científicos, esas sanguijuelas de conocimiento estarán más que felices de estudiar a un Antiguo vivo, además que eso le hará sospechar menos acerca de nuestra... Charla" ordenó nuevamente Octavio, cosa que Otome ni siquiera respondió, y solamente se dedicó a caminar hasta la puerta con un ritmo más deprisa, abandonado así los aposentos del emperador de una vez por todas.
Octavio por su parte se quedó en la misma posición, observando la puerta por la que todos se habían ido. Y si el pulpo habría tenido una boca, ahora mismo tendría una sombría sonrisa en su rostro, hasta que una pequeña pero oscura risa se escuchara en la habitación.
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Fuera de la habitación, Otome se apoyó con una de sus manos en la puerta, apretando los dientes con rabia, al igual que el puño de su otra mano. La verdad es que la tinta le hervía de furia por la locura de Octavio, y si ahora mismo estuviera sola, gritaría la mayor grosería que se le pudiera ocurrir.
Pero una conocida voz la hizo centrarse de nuevo, resultando ser Drake el que la llamaba, motivo por el que Otome volvió a levantar la cabeza y voltear su mirada hacia el susodicho humano.
El pelicastaño se acercaba a la chica pulpo con su mochila bien sujeta a su espalda, pero por algún motivo, Reinek y sus guardias no se veía por ningún lado, tal vez por recibir otra orden que se los necesitaba en otra parte.
"Otome, por fin sales... Ya te ha dicho ese Octavio donde puedo encontrar esa sede eléctrica?" preguntó Drake colocándose justo en frente de la Octoling.
"Eh?... No, yo... Yo seré la que te lleve ahí" dijo la teniente con una falsa sonrisa, posiblemente por el hecho de todavía estar con algo de enojo por dentro.
"Oh, que bien... Por un momento pensé en que me guiaría alguien más" comentó el humano con una sonrisa.
"S-si... Que suerte, jeje... Bueno, nos vamos?" sugirió la chica pulpo comenzando a caminar, sin esperar a que el joven humano le respondiera.
"Ahh... Claro" contestó Drake, un tanto confundido por el tan repentino apuro en llegar mientras que este también se movía hasta estar al lado de su cefalópoda amiga.
Otome ni siquiera levanto la vista para ver al humano, y permaneció con su mirada al frente, sin decir una sola palabra, cosa que incómodo un poco al ex-comando por el silencio que se había formado, así que se le ocurrió iniciar él con una conversación.
"Entonces... No me dirás lo que hablaste a solas con tu emperador?" preguntó Drake con una sonrisa, logrando hacer que Otome le pusiera atención, pero en su rostro se mostraba una momentánea expresión de sorpresa, a la que suavizó un segundo después.
"Lo siento, pero no puedo contarte nada de eso... Solamente puedo decirte que no es nada de lo que debas preocuparte" mintió la Octoling, volviendo a formar una falsa sonrisa en su rostro, pero al pelicastaño no lo convenció del todo mientras este dejaba de sonreír poco a poco.
"Perdona que diga esto, pero... Ese Octavio no me inspira mucha confianza..." comentó Drake, también poniendo su vista al frente.
"Haces bien en pensar eso..." susurró Otome sin pensarlo, pero lo suficientemente fuerte como para que el humano casi la escuchara.
"¿Como dices?" preguntó Drake, devolviendo su mirada a la chica pulpo al lado suyo.
"Eh?!... N-no nada!. Oye, viste adonde se fueron ese tipo y sus dos escoltas?" pregunto Otome, en un intento por cambiar de tema, regañándose a sí misma también por hablar sin pensar.
"Eh, los vi parados al lado de la puerta cuando salí. Ese tal Reinek no me apartó la vista ni por un segundo. Mientras te esperaba, se me ocurrió por un momento en molestarlo un poco, pero antes de que dijera algo, ellos se fueron asi como así" explicó el humano, viendo como la Octariana doblaba una esquina, por lo que también la siguió.
"Ya veo... Oh, por cierto. El Emperador Octavio dijo que podrías pasarte por uno de los laboratorios de Octomburg, que está seguro de que a nuestros científicos les encantará poder estudiarte" dijo la teniente de tentáculos rojos, haciendo que el pelicastaño dejara salir un suspiro de molestia.
"Perfecto, más científicos..." comentó de manera sarcástica el humano, algo porblo que a la Octoling se le escapó una pequeña risa, ante la respuesta de su Antiguo amigo.
"Jeje, dales algo de crédito, no todos los días aparece un miembro vivo de una especie que se creía extinta, y que con tanta dedicación se los estudió" contestó Otome, ya casi olvidándose de su anterior enojo.
"Solo espero que no sean como los que me encontraron en un principio" continuó Drake, entrecerrando sus ojos.
"No te puedo prometer nada" contestó Otome con otra risa, contagiándole algo al pelicastaño, y riéndose este un poco también.
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Después de unos minutos yendo de un lado a otro, el par había llegado a otro ascensor, cuya puerta estaba siendo custodiada por otra pareja de Octolings, que al igual que casi todos los demás, se sorprendieron al ver a Drake, quedándose con la boca levemente abierta, pero regresando mas o menos a la postura que tenían antes.
"¡Alto, se solicita un informe para permitirles el paso!" dijo una de las chicas mientras tanto ella como su compañera se ponían en frente de camino.
"Llevo a este Antiguo al almacenamiento de Zapfish, son por motivos beneficiarios" explicó Otome, haciendo así que las dos guardias levantaban la cabeza para ver a dicho humano.
"¿A-antiguo dices?" preguntó la otra chica pulpo casi con incredulidad, al mismo tiempo que Drake les hacía un saludo con sus dedos a un lado de su frente.
Pero las dos guardias salieron de su estupor, tan pronto la teniente les volviera a hablar.
"Y son órdenes del Emperador Octavio" continuó Otome con seguridad, ganándose un asentimiento se las dos Octolings frente a ella.
"C-claro, adelante" al final contesto la que los detuvo, para luego tanto ella como su compañera, se hicieran a un lado para que el par de amigos pudieran pasar.
Otome no dijo nada más, y se adentró en el ascensor, siendo seguida por el pelicastaño. Una vez adentro, la teniente apretó el único botón que había en el panel, y de forma instantánea las puertas se cerraron, comenzando a descender.
Después de eso, la Octoling de tentáculos rojos dejó salir un audible suspiro, seguido de apoyarse de espaldas en la pared detrás suyo, cosa que a Drake le pareció algo divertido, por lo que siguiendo su ejemplo, el humano también se apoyó en la pared del ascensor mientras se cruzaba de brazos.
"Día agotador, no?" preguntó Drake con una sonrisa de lado, ganándose una risa por parte de la chica pulpo, además de que esta volteara a verlo.
"Y eso que todavía es temprano... Calculo que este será un día bastante largo" respondió Otome bajando su mirada con una sonrisa, y cerrando sus ojos.
"Y los que seguirán después de este, por que no creo que todo este problema que tiene tu gente lo pueda solucionar en solo unas horas" dijo el ex-comando apoyando también su cabeza en el muro detrás de ellos.
"Quien sabe... A lo mejor tu especie tenga un secreto para hacer las cosas en un santiamén, y tu solo no quieres contármelo" bromeó la chica pulpo, dándole un juguetón empujón al pelicastaño.
"Mmm... Tal vez sí, tal vez no, pero de todas formas, si te lo dijera ya no sería un secreto" respondió Drake, siguiéndole la broma a la teniente y comenzando los dos a reír un poco, sin darse cuenta que por enzima de ellos, las luces que les indicaban los pisos, ya estaban por llegar al otro lado.
"Sabes Drake?, hay algo que me he estado preguntando hace tiempo, pero no encontraba el momento para hacerlo, y antes de que lleguemos a la sede... Me gustaría que me quitaras una duda" pidió Otome, a la vez que se rascaba detrás de la cabeza.
"Claro, que sucede?" preguntó Drake, volteándola a ver.
"Bueno... Verás... Hipotéticamente hablando, que pensarías si una Octoling sintiera algo por... Un humano?" preguntó Otome mientras que jugaba con sus dedos, y un bonito rubor se extendía por sus mejillas, algo que rápidamente ocultó tras ponerse su visor, y recordando que ya hace tiempo que no lo hacía.
"Mmm... Que pensaría?. Pues yo no le veo el problema, si es algo que de verdad siente de corazón, entonces es muy probable que sí sea un enamoramiento lo que ella sienta" contestó Drake, al mismo tiempo que se llevaba una mano a su mentón de forma reflexiva.
"¿Y... Si fueran pareja, tu crees que serían felices?" volvió a preguntar la Octoling, esta vez tragando saliva, nerviosa por la respuesta que le diría el pelicastaño.
"Pues solo diré que de tener problemas, los tendrán. Como toda pareja, y más aún si son de especies diferentes... También es probable que a muchos de ambos lados no les parezca bien que estén juntos..." respondió el humano con su mirada en alto de forma pensante.
Por otro lado, Otome apretó un poco los labios y bajó un tanto la cabeza, sintiendo una pequeña molestia en el pecho, solo hasta que Drake volviera a hablar, logrando hacer que la chica pulpo levantara la vista para verlo.
"Pero... Si son fuertes, hacen a un lado sus diferencia, aceptan sus formas de ser, sus costumbres, y hacen oídos sordos de lo que los demás digan... Es muy probable que sí lleguen a ser felices. Y quien sabe, tal vez con el tiempo, toda esa gente escéptica que no veía su relación con buenos ojos tarde o temprano lleguen a aceptarlos. Tal vez hasta darse una oportunidad también, y si todavía queda alguien que prefiera seguir pensando de manera tan cerrada, eso ya es problema de ellos, no de la pareja" terminó de decir Drake mientras que la teniente se le quedaba viendo fijamente.
La verdad es que Otome realmente no sabía como responder. Lo que el humano había dicho, fue algo que la dejó sin palabras por lo profundo que fue, sin mencionar que ahora sus corazones retumbaban en su pecho.
"W-wow, eso fue..." trató de decir la chica pulpo, pero quedándose a media frase.
"Si, lo sé... Cursi, no es así?" preguntó el humano, dejando salir una pequeña risa, pero esta fue silenciada por la teniente.
"Que?, n-no... Muy profundo" negó Otome, captando la atención del pelicastaño por un momento. Estos dos después de lo que dijo Otome, no hicieron otra cosa que quedarse viendo fijamente a los ojos del otro, incluso si ahora la Octariana de tentáculos rojos tenía su visor puesto, el solo gesto de saber que ambos individuos se miraban el uno al otro, fue suficiente como para hacer que Drake también tomara un leve tono rojizo, y tragara saliva. Además de que su propio corazón se aceleraba en su pecho.
Desafortunadamente la escena no duro mucho, puesto que la momentánea sacudida que dio el ascensor al llegar por fin al último piso, los sacó de su trance, para luego se pudieran ver como las puertas del ascensor se abrieran frente a ellos.
"S-será mejor que salgamos..." sugirió Drake, a la vez que se rascaba detrás de su cabeza, y aún con el sonrojo en su rostro.
"C-claro, vamos!" afirmó la chica pulpo mientras que ella jugaba con sus dedos, y su rostro estaba casi completamente rojo.
El par al ver que ya habían llegado, lentamente salieron del bloque que los había traído, antes de presenciar la sede eléctrica de todo Octomburg, con la cual Drake no pudo evitar abrir un poco su boca por la impresión.
En lo alto, largas filas de lo que se podría decir; esferas de cristal se podían ver yendo de un lado a otro, cuyo interior estaba ocupado por una extraña criatura amarilla, las cuales generaban un especie de electricidad que recorría las otras esferas y seguían de largo, hasta subir por largos cables que se alzaban hasta perderse de vista.
"Esto es...?" trató de decir el humano, pero quedándose a media frase, cosa que le dio algo de risa a la chica pulpo.
"Jejeje, bienvenido a la mayor fuente de poder en Octomburg" dijo Otome, acercándose hasta las rejas del complejo, seguido de abrir el portón que había en ellas, y dejarlo abierto para que el pelicastaño la siguiera.
Drake claramente después de contemplar la curiosa sede eléctrica, siguió a la chica pulpo al interior de esta, viéndola por dentro, y ver a los numerosos ingenieros que se aseguraban de que no hubiera algún problema.
Y en el centro del edificio, estaba la teniente hablando con otro ingeniero, que probablemente era el líder a cargo, para luego voltear a ver al Antiguo y trotar hasta él.
"Oye Drake, ven. Quiero mostrarte algo!" exclamó la Octoling mientras tomaba al susodicho humano del brazo y lo jalaba por unas escaleras de metal al piso superior, donde se encontraban algunas de las esferas ya mencionadas antes.
"¡Hey, cuidado!" exclamó Drake, tratando de mantener el ritmo con la chica pulpo, y no tropezarse cuando subían por las escaleras.
Al momento en que llegaron al piso de arriba, Otome se puso en frente de él mientras se quitaba su visor, y se lo colocaba por sobre sus tentáculos.
"¿Recuerdas sobre los Zapfish de los que tanto se hablan?" preguntó la teniente con un leve aire de emoción, al mismo tiempo que le hacía una seña al humano para que la siguiera.
"Sí, parece ser que es lo único de lo que siempre hablan todos. Dijeron que es un especie de pez, verdad, o era una anguila?" respondió el pelicastaño, ahora haciendo él una pregunta, percatándose de que se estaban acercando a un numero de esas esperas, pero todas estaban vacías.
"Jeje, por que no lo ves por ti mismo?" dijo la Octoling, para luego apartarse y dejar ver otra esfera detrás de ella, pero esta a diferencia de las demás, estaba ocupada por una extraña criatura de color amarillo y naranja, una gran cabeza, demasiado grande en proporción con su cuerpo, unos largos y arremolinados bigotes, unos redondos ojos que parecían que le tenía miedo hasta a su propia sombra, y una boca con grandes labios, sin menciona las aletas que conformaban su pequeña forma de pez.
Drake al verlo, se le acercó un poco mas mientras se agachaba un poco, demostrando el interés y las ganas de reírse en su rostro, a lo que el Zapfish reaccionaba retorciéndose un poco por el miedo, para que luego el humano volteara a ver a Otome con una sonrisa divertida en sus labios.
"¿Que es esta cosa?" preguntó el pelicastaño entre risas, volviendo a poner su vista sobre el extraño pez de apariencia casi caricaturesca.
"Eso es un Zapfish, la más valiosa fuente de energía que nosotros o los Inklings hemos encontrado a lo largo de nuestra historia... Y conflictos" contestó Otome, susurrando para sí misma la ultima frase.
"¿Entonces, estos peces son los que le brindan electricidad a toda la ciudad?" volvió a preguntar el pelicastaño, ahora cambiando a un semblante de curiosidad.
"Eso es correcto" contestó una voz detrás de los dos individuos, cosa que tanto Drake como Otome se dieron la vuelta, y vieron al ingeniero en jefe acercándose a ellos hasta llegar al otro lado del pelicastaño.
"Ohh, lo olvidaba. Drake, quiero que conozcas al Jefe Tane Hiaku, Jefe Ingeniero de toda esta instalación, y encargado de la creación de nuevos dispositivos" presentó Otome, a lo que Hiaku dio un saludo de Kata, antes de ofrecerle su mano al ex-comando.
"Así que este es el famoso Antiguo del que tanto se ha hablando, es un honor" dijo educadamente el ingeniero, a la vez que su mano era estrechada por la de Drake.
"El honor es... Mío" respondió el pelicastaño, aún sujetando la mano del Octoling, algo dudoso por si esa sería la frase correcta que debía decir.
"También me han notificado de que usted nos va a ayudar con nuestro... Problema, y que presentará algunas ideas para que podamos conseguir energía eléctrica de otros métodos mas convencionales, es eso cierto?" preguntó el ingeniero, asegurándose de que era verdad lo que había escuchado acerca de los avances de la raza Antigua.
"Pues se podría decir, aún hay algunas cosas que tengo que revisar para que pueda empezar de una vez. Esta es una de ellas" contestó el humano, señalando al Zapfish dentro de la esfera.
"Ohhh, ya veo... En ese caso, si necesita que le ayudemos con algo, no dude en pedirlo" dijo Hiaku, seguido de disponerse a retirarse, pero al instante fue detenido por el pelicastaño colocando una de sus manos sobre uno de los hombros del ingeniero.
"De hecho, si me puede ayudar ahora. Respondiendo unas preguntas" dijo Drake, cosa que le dio algo de gracia al Octoling mayor, pero se dio la vuelta para encararlo con una sonrisa.
"En ese caso, pregunte lo que quiera. Trataré de responder cualquier pregunta que pueda" dijo Hiaku, entrelanzado sus dedos por detrás de su espalda.
"De acuerdo... He escuchado que los Inklings también hablaban sobre estos... Zapfish, eso quiere decir que ellos también los utilizan como fuente de poder para su ciudad, no es así?" comenzó Drake con las preguntas, y causando un suspiro por parte del ingeniero como primera respuesta.
"Sí, así es... Aunque el numero de Zapfish por parte del los Inklings es considerablemente mayor al nuestro, sin mencionar al Gran Zapfish, que les proporciona una cantidad de electricidad suficiente como para abastecer a más de un cuarto de toda su ciudad" respondió el ingeniero en jefe, pero solo hizo que Drake tuviera otras preguntas en su cabeza.
"Gran Zapfish?... He de suponer que no es un pez igual a este, verdad?" volvió a interrogar el pelicastaño señalando una vez más al que estaba frente a ellos, y recibiendo un asentimiento de Hiaku.
"El Gran Zapfish no tiene ese sobrenombre solo por que sí. Su tamaño y poder eléctrico es por mucho mayor a un Zapfish comun, también tiene la capacidad de atraer a otros Zapfish de tamaño pequeño, lo que les facilita aún mas las cosas, ya que esos peces van por si mismos a las costas de Inkopolis, mientras que nosotros tenemos que encontrarlos como podamos. Y aún así, son pocos, o ninguno los que conseguimos" explicó Hiaku, bajando un poco la cabeza y cerrando sus ojos.
Drake no dijo nada, y se quedó pensando en la situación que se le presentaba, a la vez que Otome también bajaba un poco la mirada con algo de tristeza, recordando que su gente tenía este problema, y los percances que ocasionaba.
"Solo por curiosidad, cuantos de esos peces disponen en comparación con los que tienen los Inklings?" preguntó otra vez Drake, ya sabiendo que no serían muchos, pero aún así quería estar seguro.
"Bueno... Únicamente puedo decirle que contamos con solamente mas de cien de ellos. Claro, sin contar a los que el Emperador Octavio usa para sus grandes maquinas de guerra, y en cuanto a Inkopolis... Para abastecer a una ciudad de ese tamaño, tiene que ser un numero enorme... Puede ser que unos... Quinientos tal vez?" respondió el ingeniero con una de sus manos en su mentón de forma pensativa.
El pelicastaño se quedó unos segundos en la misma posición, divagando en su mente, solo hasta que este volvió a ponerse de pie, y se dispuso a bajar por las escaleras, acción que confundió un poco al jefe ingeniero al igual que a Otome, quien no tardó en seguirlo y ponerse a la par de él, preguntándose el porqué la reacción tan repentina de irse.
"¿Drake, que sucede?" preguntó Otome, levantando la vista para ver al susodicho al rostro, pero este no le devolvió la mirada, en cambio, llamó a alguien que ya le parecía raro a la chica pulpo que no apareciera.
"Bruce!" llamó el ex-comando, a lo que el robot esférico de forma instantánea se materializó al lado de la cabeza del humano.
"Aquí estoy, señor. Que necesita?" preguntó Bruce con su monótona voz de siempre.
"Apenas salgamos, quiero que calcules la velocidad del viento, la potencia de los Rayos UV del sol, la profundidad del magma bajo el subsuelo, la fuerza del río mas cercano, y también quiero que calcules el nivel de electricidad que generen esos Zapfish" ordenó el pelicastaño, cosa que dejó algo sorprendida a la teniente de tentáculos rojos, pero aún así quiso preguntar.
"¿Salir, Drake, que estás pensando hacer?" hizo al fin su pregunta la teniente, dándose cuenta de que ya habían salido del complejo, y que ahora se acercaban al ascensor que los trajo ahí.
"¿Recuerdas lo que le dije a ese tal Octavio, sobre las diferentes formas de conseguir electricidad que mi raza tenia?" preguntó el susodicho, a la vez que tanto él como la chica pulpo entraban al ascensor.
"Si, espera... En serio ya vas a..." trató de decir la teniente, pero quedándose a media frase, ya sabiendo un poco lo que el pelicastaño pensaba hacer.
"Así es... Voy a salir a buscarles otra fuente de energía!" finalizó el pelicastaño, presionando el mismo botón que pulsó Otome, seguido de que las puertas se cerraran frente a ellos.
Mientras todo eso pasaba en la ciudad de los Octarianos, en otra parte de OctoValley, la base secreta del comando SquidBeak Splatoon, estaba llenándose por los sonidos de una batalla en una parte de esta, al mismo tiempo que la tinta de dos tipos de colores se disparaban y salpicaban por todas las direcciones, siendo estos el color verde lima, y el color rosa magenta.
Dentro de esa batalla, se podía ver a un levemente cansado cuarteto de SquidFire, los cuales portaban el color verde lima, y también tenían varias manchas de tinta en diversas partes de su cuerpo, al mismo tiempo que en frente de ellos estaban las Squid Sisters, quienes no parecían tener el mismo estado que sus contrincantes. Es más, parecía que solo estaban entretenidas.
"Vamos, chicos. No nos digan que ya están cansados después de la primera hora!" dijo Callie de forma despreocupada, pero con una sonrisa retadora plantada en su rostro, y con su gran Rodillo de Elite recargado en su hombro, teniendo su mismo color rosa magenta en la punta de sus tentáculos.
"Todavía nos queda otra hora mas de entrenamiento, por lo que les sugerimos que se pongan en posición otra vez. Claro, si es que pueden" dijo ahora Marie, quien tenía en sus manos su Carga Tintas de Elite, pero a diferencia de Callie, esta solo tenía una expresión de leve aburrimiento, sin mencionar que ella al igual que su prima, las puntas de sus tentáculos también eran de color rosa.
"C-cuando me dijeron que el entrenamiento con ellas sería duro... No mentían" comentó una jadeante Nary, la cual ahora llevaba puesto el uniforme del comando al igual que todos sus amigos, sin mencionar que en sus manos tenía el Splatershot de Elite, siendo algo que se le había entregado cuando se la llamó a la base.
"Y eso que no estuviste las primeras dos semanas..." le contestó Levin, tan cansado como ella, pero logrando ser el primero en enderezarse, siendo seguido por todos los demás.
"¿Y no podrían por lo menos... Darnos algo de ventaja?" preguntó ahora Nayls, haciendo un intento por poner un rostro de suplica, pero solamente recibiendo una divertida risa por parte de la hiperactiva squid sister de tentáculos negros.
"Lo sentimos mucho, chicos. Pero en un combate real contra los Octarianos, ellos no se van a quedar esperando a que vuelvan a levantarse, o a que recarguen tinta" respondió Callie, negando con uno de sus dedos.
"Además, ustedes ya tienen una ventaja sobre nosotras. Nos superan en numero dos a uno" añadió Marie, colocando una de sus manos en su cadera.
"P-peroooo~" trató de quejarse Nayls, pero fue cortado por su hermana mayor, quien ya estaba en posición para otro combate.
"Ya deja de quejarte, Nayls, y terminemos con esto de una buena vez...!" dijo Shara con un tono que se le notaba lo molesta que estaba.
Con un suspiro, Levin también se preparó para el combate, luego Nary, y terminando con Nayls, el cual dejo salir un quejido más.
"¡Así nos gusta, chicos. Tomen esto como otra lección... Nunca se rindan!" dijo Callie con entusiasmo, preparándose ella también para el combate, al igual que su prima, siendo que esta también tenía una sonrisa, pero claramente mucho mas pequeña.
Los dos grupos se quedaron por un momento viéndose fijamente, esperando a que el otro hiciera el primer movimiento. Hasta que de forma casi sincronizada, tanto las Squid Sisters como los agentes saltaron mientras comenzaban a dispararse tinta. Obviamente Marie al especializarse en el combate a distancia, trató de poner la mayor distancia entre ella y los agentes, sin dejar de disparar largos chorros de su arma, mientras que Callie... Bueno, Callie era la más intrépida de las dos, ya que ella simplemente cargaba de frente al cuarteto, esquivando los disparos con una sorprendente agilidad, incluso portando un rodillo tan grande.
El objetivo primario de la famosa Inkling de tentáculos negros parecía ser Levin, ya que este demostraba ser el líder del equipo. Claramente el resto del grupo abrió fuego contra Callie, pero la agilidad de esta, sumada a los disparos de su prima para cubrirla, se les dificultaba mucho.
Al estar lo suficientemente cerca, la famosa Inkling dio un buen salto, preparando rodillo para aplastar al pobre de Levin, a lo que este al darse cuenta de que no podría esquivarla a tiempo, no hizo más que cubrirse con sus brazos por instinto.
Pero justo cuando parecía que Callie se marcaría el primer splat, Levin escuchó como algo bloqueaba el golpe de la idol, y volviendo a abrir los ojos, pudo ver ahora a Shara forcejeando con la susodicha Squid Sister, usando su propio rosillo contra el de la chica calamar de tentáculos negros.
Sin perder riempo, Shara empujó con mas fuerza a Callie, logrando hacer que esta diera un par de pasos hacia atrás, cosa que la Inkling de tez morena aprovechó para poner el rodillo en el suelo, e impulsarse con él, en un intento por arrollar a la hiperactiva idol. Pero de forma rápida, Callie también colocó su rodillo en el suelo e impactando con el de la SquidFire.
Aún así, Shara empujó con fuerza a Callie hacia atrás, lo que provocaba que esta arrastrara los pies, pero por alguna razón, dicha idol tenía una divertida y retadora sonrisa en su rostro, en cambio Shara, la Inkling morena parecía estarse molestando todavía más, misma expresión que fue actuada, ya que sin saberlo, Nayls ya había logrando conseguir ponerse detrás de Callie, esperando a que su hermana la acercara a la distancia necesaria.
Y al momento en que Marie se percató de la maniobra que los hermanos trataban de hacer, rápidamente puso su atención en Nayls, apuntando su mira en este y jalando del gatillo, o eso es lo que abría conseguido, si no fuera por una Nary que aprovechó el momento en que la Inkling de tentáculos blancos había dejado de dispararles, para empezar a rociarla de tinta verde lima, lo que la obligó ahora a ella a tomar cobertura.
Ya con los cañones de su arma girando, Nayls apuntó hacia la espalda de la Inkling de tentáculos negros, a la vez que dejaba salir un pesado suspiro.
"Los siento mucho, mi linda Callie... Esto me dolerá más a mí que a ti" susurró el chico calamar de tez morena, estando apunto de jalar del gatillo, mas de forma imprevista, Callie se movió hacia un lado, dejando pasar de largo a una sorprendida Shara, quien al instante fue sujetada de la muñeca por la famosa idol, y con una sorprendente fuerza, a la vez que usaba el impulso de la chica calamar menor, dar un giro con esta, terminando así siendo arrojada hacía su hermano menor, el cual no pudo evadirla a tiempo, lo que terminó cayendo los dos al suelo.
El menor de los hermanos fue el primero en reaccionar, notando a Shara de espaldas sobre él, y de forma cruzada, seguido de ver a Callie aproximarse a ellos con una expresión que demostraba que no iba a ayudarlos a levantarse.
Hasta que de un momento a otro, la hipercativa Squid Sister se lanzó a la carrera hacia el par en el suelo, solo para luego dar un salto ya con su rodillo en alto, listo para splatearlos a los dos de un solo golpe.
Sin pensarlo, Nayls puso sus dos manos en la espalda de su hermana mayor, y con todas sus fuerzas, empujó a Shara fuera del camino, pero quedando él a merced de Callie. Solo con dejar caer su rodillo fue suficiente para que Nayls fuera aplastado, y no quedara nada más que su ropa y su arma.
"Eso fue muy noble, Nayls. Dar tu vida por tu hermana es algo que yo también habría hecho en tu lugar" comentó Callie mientras veía el fantasma del susodicho elevarse un par de metros antes de dirigirse a una zona en específica. Pero mientras la famosa Inkling estaba distraida, Shara aprovechó para intentar acestarle un golpe con su rodillo.
Solo que Callie no se había olvidado de esta, así que tomando su forma de calamar, consiguió esquivar el ataque de su adversaria, para luego volver a su forma humanoide y retroceder caminando hacia atrás.
Obviamente Shara ahora enojada de verdad corrió hasta donde estaba Callie, dispuesta a darle el mismo fin que ella le dio a su hermano. Golpe tras golpe, la chica calamar fue arremetiendo contra la idol de tentáculos negros, a la vez que esta solo se dedicó a esquivarlos, o a bloquearlos cuando ni podía evadirlos, sin mencionar de hacerlo con una que otra salpicadura de tinta que Shara lanzaba con su rodillo.
Hasta que de un salto, la chica calamar de tez morena levantó su rosillo para aplastarla, usando lo poco de tinta que le quedaba en su tanque. Y solo bastó una maliciosa sonrisa de lado por parte de Callie, para que Shara se diera cuenta de que había caido en una trampa.
La susodicha famosa Inkling se agachó, solo para que la chica calamar rival pudiera ver a Marie apuntándole con su Francotintador desde la posición alejada en la que había estado, y consiguiendo una abertura entre la supresión que Nary y Levin aplicaban sobre ella.
Para cuando Marie puso a Shara en el centro de su mira, esta jaló el gatillo sin dudarlo un segundo, disparando un largo chorro de tinta hacia la Inkling rival, quien no pudiendo salvarse, recibió un tiro directo en el pecho, que acto seguido mostró a Shara reventar de la misma forma que lo había hecho Nayls, solo que ella aún estando en el aire.
Los dos SquidFire al ver que otra más de los suyos había caído, comenzaron a sudar mientras trataban de pensar en algo que les diera la ventaja, al mismo tiempo que retrocedían hasta estar detrás de una columna.
"¿Estás bien, Callie?" preguntó Marie, viendo como el par de amigos que quedaban, aprovechaban para alejarse.
"¡Claro, por cierto. Buen tiro!" elogió la ya nombrada idol, dándole una gran sonrisa de ojos cerrados a su prima, además de un pulgar arriba.
"Bien. Ahora esto solo nos reduce a dos contra dos" continuó la famosa chica calamar de tentáculos negros, volviendo a poner su rodillo sobre si hombro.
Detrás de la columna, Levin y Nary jadeaban mientras intentaban idear un plan en el que pudieran combatir al par de primas, siendo incluso ellos dos.
"¡Con Nayls y Shara fuera, ahora si tenemos un problema de verdad!" dijo Nary, asomándose un poco por uno de los bordes de su cobertura, viendo que las Squid Sisters solo estaban ahí paradas y sin moverse, como si ellas esperaran a que hicieran su movimiento.
"Escucha, Nary. He visto la forma en la que luchan, al parecer Callie es la que ataca de frente, mientras que Marie es la que mantiene a raya a sus enemigos a distancia!" dijo Levin, a lo que Nary se volteo a verlo con una falsa sonrisa de sorpresa.
"No, en serio?. Y yo que pensaba que Callie les lanzaba su rodillo a sus rivales, y Marie los golpeaba con su Carga Tintas como si fuera un garrote!" respondió la sarcásticamente la chica calamar a la obvia conclusión.
"Lo que trato de decir, 'Señora Sarcástica', es que Marie se encarga de cubrir siempre las espaldas de Callie, por eso ella se lanza sin miedo al enemigo, sin mencionar esa agilidad que le permite esquivar los disparos, incluso sin estar en su forma de calamar" continuó el Levin con una mano en su mentón.
"¿Y que sugieres entonces?" preguntó Nary, ya un poco mas calmada.
"Escucha, tu irás por Marie. Los Francotintadores nunca fueron muy buenas armas para el combate cercano, mientras que tu tienes una de corto y medio alcance, así que trata de acortar la mayor distancia que puedas" propuso el líder del equipo, ya preparándose para salir al combate.
"¿Y que harás tu, podrás tu sólo contra Callie?" preguntó Nary con algo de preocupación, sabiendo que aún así la iban a tener muy difícil.
"Trataré de mantenerme lo mas alejado posible, esta vez no me tomará por sorpresa... Muy bien, lista?" preguntó por última vez Levin, colocándose al otro lado de la columna.
"¿Tememos otra opción?" finalizó Nary con una sonrisa, a lo que Levin solo dejó salir una pequeña risa, antes de que de ambos lados, el par de amigo salieran a encarar a las posibles combatientes del Turf War más experimentadas de Inkopolis.
