[Octomburg]

[Cede eléctrica]

[Unas horas después]

Los ingenieros y mecánicos trabajaban arduamente en el diseño de las piezas que se usarían en los paneles. Mientras que todos los Octolings eran supervisados por el Jefe Ingeniero Hiaku, quien caminaba entre todos ellos con los planos en sus manos, explicándoles a otro grupo de ingenieros que lo acompañaban de lo que se harían cargo ellos.

Aunque por otro lado, todo el alboroto que se formaba era presenciado por Drake, quien veía todo desde la segunda planta, y con una expresión de suma sorpresa por la eficacia con la que trabajaban los Octolings, algo que le recordaba casi a la forma en que la humanidad trabaja cuando se lo proponía.

No obstante, su vista se vio interrumpida por la interrupción de cierto Ingeniero Jefe que subía por la escaleras hasta donde estaba él.

"¡Oh, señor Drake, por fin logro encontrarme con usted!" exclamó Hiaku mientras se acercaba hasta ponerse a un lado del ya mencionado humano.

"Se ve que les acabo de asignar un gran trabajo" comentó el pelicastaño cruzándose de brazos y volviendo a poner su vista sobre el panorama frente a él.

"Y que lo diga, estamos hablando de algo que posiblemente cambiara la vida de todos los Octarianos de la ciudad!" agregó el ingeniero Octoling, volviendo a poner sus ojos sobre el plano de los paneles.

"Jamas imaginé que ustedes los Antiguos pudieran recolectar energía eléctrica de algo tan obvio!" continuó Tane, colocando una de sus manos sobre su cabeza, enfatizando su ingenuidad por no haberse dado cuenta antes.

"Tampoco es para tanto. Tarde o temprano lo habrían descubierto ustedes mismos" contestó Drake, apoyándose con ambos brazos en la barandilla del segundo piso, y formando una leve sonrisa.

"Pero cuanto nos habríamos tardado?, mas aún cuando nuestra única fuente de energía habían sido siempre los ZapFish" respondió el Jefe Ingeniero, al parecer recordándole algo al humano.

"Hablando de ZapFish..." dijo Drake, seguido de darse la vuelta y poner su atención en los ya mencionados peces dentro las esferas detrás suyo.

El pelicastaño se acercó hasta uno de estos, el cual reaccionó de la misma forma que el anterior que había visto por primera vez, notando los largos bigotes de este, y la forma en que se podía ver algo de electricidad generarse alrededor de ellos.

"¿Le puedo preguntar algo... Cuales son los cuidados que le dan a estos ZapFish?" pregunto Drake, al mismo tiempo que se ponía sobre una rodilla y volteaba su mirada hacia el Octariano que ahora lo acompañaba.

"Pues nada fuera de lo común. Los colocamos en sus esferas extractoras para que brinden a la ciudad toda la energía que puedan, luego cuando se muestren cansados, los retiramos y cambiamos por otros, mientras que los que ya dieron su dotación de electricidad, son alimentados y puestos en sus propias pecera para que descansen. Luego cuando ya están totalmente recuperados, relevan a los otros que ya cumplieron con su dotación, y así sucesivamente" explicó Hiaku, poniendo una de sus manos en su mentón de forma pensativa, al recordar el proceso de crianza y utilización de dichos peces eléctricos.

"¿Su propia pecera, no los ponen juntos?" preguntó Drake alzando una de sus cejas.

"Ehhh... Pues no, sería un desperdicio de espacio, sin mencionar que se sentirían demasiado confinados al compartir el espacio de sus peceras con otro de ellos" continuó explicando el Octoling, cosa que no terminó de convencer al pelicastaño.

"Pues tampoco creo que sea mala idea, ya sabes... Dejar que la naturaleza haga su... 'Trabajo'" volvió a sugerir Drake, pero desafortunadamente Hiaku no había entendido lo suficiente como para saber de lo que el humano estaba hablando.

"Mmm... Perdone mi inconsciencia, pero... Y ese trabajo sería?" ahora fue turno de Tane para preguntar, a lo que Drake solo dejó salir una silenciosa risa mientras volvía a erguirse por completo.

"Olvidelo... Luego le digo a lo que me refiero" contestó el ex-comando tronando un poco su cuello y su espalda con algo de cansancio, cosa que no fue desapercibido por el Jefe Ingeniero.

"Oh cierto, casi lo olvido!. Señor Drake, la teniente Otome me dijo que le avisara sobre algo importante de lo que ella necesita su ayuda" dijo Hiaku cambiando a un semblante serio, y captando la atención del ya mencionado Antiguo.

"Pues... Ya hace rato que no veo a Otome por aquí, así que no creo tener ningún problema con ayudarla" contestó el pelicastaño, para luego dirigirse hacia las escaleras que darían al primer piso.

"Excelente, ella lo estará esperando en la mansión del Emperador Octavio" lo siguió con la mirada Tane, aunque casi de forma instantánea, Drake se volteo a verlo.

"Ehhh... No van a necesitar nada mas, verdad?" preguntó el joven humano, recordando que también debía supervisar el proceso de los paneles solares y su ensamblado.

"Ya ha hecho más que suficiente, señor Drake, a partir de aquí podremos arreglarnoslas" contestó el Octoling con confianza, algo que puso un poco más dudoso a Drake, pero a pesar de eso, este decidió retirarse de todas formas.

"Esta bien, entonces todo queda en tus manos, Hiaku... Solo espero que cuando regrese, este lugar no esté en llamas..." se despidió Drake, susurrando la última frase para el mismo, y terminar bajando las escaleras de metal.

"Bruce, quisiera que te quedaras aquí para que analices un poco más a esos ZapFish. Ya se me está ocurriendo algo para solucionar lo de 'conseguir' más de ellos" solicitó el pelicastaño mientras se llevaba sus manos a sus bolsillos, seguido de que el esférico robot se materializaba a un lado suyo.

"Está seguro de eso, señor?, se hayará solo en la ciudad" contestó Bruce, a lo que Drake se rió un poco por el comentario de su ayudante.

"No soy un niño, Bruce. Además, Otome va a estar conmigo, y a todo esto... Mayormente te dejo aquí para que vigiles que ningún Octoling meta la pata, y haya un mal funcionamiento" aclaró el pelicastaño con un susurro en la última frase, al mismo tiempo que ponía una mano a un lado de su boca para que nadie leyera sus labios.

"Entiendo, señor. En ese caso, me quedaré como usted pide, y me aseguraré de que todo esté en orden, también le reportaré todo lo que pueda sobre esos ZapFish" respondió el ser cibernético, haciendo un movimiento que imitaría el asentimiento de una cabeza.

Ante eso, el humano solo devolvió el 'asentimiento' y siguió su camino mientras Bruce volvía a desvanecerse en el aire.

Y llegando ya al piso de abajo, Drake emprendió su retirada del establecimiento, poniendo su mirada de vez en cuando sobre los ingenieros que trabajaban arduamente en el proyecto, incluso algunos levantaban la vista de su trabajo para verlo y saludarlo con la mano, acción que Drake devolvió solamente levantando la suya con una sonrisa de lado.

Pero mientras salía del edificio, no se percató de algo que no había hecho hasta ahora, y es que después de ya bastante tiempo, por fin se sentía... Tranquilo, algo de lo que muy pocas veces podía permitirse, y ya había tenido ese sentimiento cuando estuvo en Inkopolis por segunda vez cuando salieron para que el conociera la ciudad. Probablemente era el hecho de saber que estaba ayudando a alguien, o tal vez era eso lo que mantenía su mente distraída del hecho de que su gente estaba perdida por ahí, o que oficialmente era el último de su especie sobre la faz de la tierra, aunque no queriendo enredarse con eso ahora, Drake cruzó las rejas de la central eléctrica, para luego dirigirse al ascensor.

Ya sabiendo cual botón debía presionar, el pelicastaño solo oprimió el de subir y se apoyó sobre una de las paredes del ascensor, viendo como las puertas se cerraban y comenzaba a sentir la sensación de estar siendo empujado desde abajo.

"Cuanto tiempo habrá pasado desde que llegué?... Je, tal vez debí haberle preguntado la hora a Bruce antes de irme" comentó Drake para sí mismo, cruzando sus brazos y levantado la mirada para ver el techo del ascensor.

Por un momento, el humano cerró sus ojos, disfrutando del momentáneo silenció que se formó con su única presencia en el ascensor, claro que aparte del sonido que la cabina automática hacia mientras subía.

Y luego de unos cinco minutos que para el pelicastaño fueron solo cinco segundos, el ascensor se detuvo, seguido de escucharse las puertas de este abrirse. No obstante, antes de que Drake abriera sus ojos por el mismo, una conocida voz lo hizo bajar la cabeza y mirar a la dirección de dicha presencia, revelando ser Otome, quién tenía sus brazos cruzados y una sonrisa de lado adornando su rostro.

"Sabes?, todavía es un poco temprano para que te pongas a dormir, y no creo que un ascensor sea el mejor lugar para eso" comentó la Octoling de forma burlona, a lo que Drake solo se rió por lo bajo, para después salir de la cabina, poniéndose aún lado de Otome.

"No estaba durmiendo, solo cerré mis ojos por un momento" respondió el pelicastaño, ganándose una pequeña risa por parte de la chica pulpo.

"Claaaaro" dijo Otome con sarcasmo y levantando sus dos manos para enfatizar su tono.

"Esta bien, que era ese asunto por el que me necesitabas con tanta urgencia" cambió de tema Drake con una pequeña sonrisa, a la vez que rodaba sus ojos y se volvía a cruzar de brazos.

"Oh cierto, ven, te lo diré de camino!" contestó la Octariana, seguido de hacerle una seña al ex-comando para que la siguiera. Acto seguido, ambos individuos comenzaron a moverse por entre los pasillos de la mansión de Octavio mientras Otome le contaba sobre el motivo por el que ella lo había llamado.

"Oh no, más científicos no..." se quejó Drake, a la vez que se llevaba una de sus manos al rostro con desdén. Dicha acción provocó algo de gracia a Otome, aunque tampoco se sentía muy entusiasmada por que un grupo de científicas Octolings estudiaran a su amigo humano, y más aún sabiendo lo que podrían hacer dichas científicas por la 'ciencia', o eso era lo que ellas decían.

"Jeje, sí... Aunque yo tampoco estoy muy impaciente por que vallamos" continuó la chica pulpo frotándose detrás de la espalda y girando sus ojos hacia otro lado.

"¿Esto es por lo que me estuviste esperando?" preguntó Drake quitando su mano de su rostro, y bajando su vista para ver a la Octariana al lado suyo.

"Ehhh... No exactamente, de hecho es por otra cosa por la que te mandé a llamar" aclaró Otome, también alzando su vista para cruzarla con la del pelicastaño.

"¿A sí. Entonces cual es el verdadero motivo por el que me necesitas?" volvió a preguntar Drake, ladeando un poco su cabeza por la confusión, a lo que a la Octoling dudó por un segundo, pero logrando componerse.

"Era para que... Bueno, ya sabes... Pasaramos el rato" finalmente dijo la Octoling, jugando con sus manos, y formándose un pequeño rubor en su rostro. Por otro lado Drake abrió un poco más sus ojos, revelando una expresión de sorpresa en el suyo.

"¿Te refieres a algo así como... Una cita?" preguntó el pelicastaño, deteniendo su avance por un segundo. Por parte de la chica pulpo, dicha aclaración hizo que el rostro de esta se volviera todavía mas rojizo, por lo que rápidamente se puso en frente de él mientras ponía sus manos frente a ella.

"¡C-claro que no, solo s-saldremo para que pueda mostrarte la ciudad, y-ya sabes, pasar el rato como amigos... A-además es algo que me pidió el Emperador Octavio!" aclaró Otome moviendo sus manos en frente de ella, en señal de que esperara.

"Ohhh... Así que él te lo pidió, verdad?" volvió a preguntar el humano, sintiéndose un poco decepcionado por un momento, pero manteniendo una sonrisa sincera en su rostro para que ella no se diera cuenta.

"S-sí, es una compensación por todo el esfuerzo que haces por nosotros!" contestó la teniente mientras sentía una sensación de culpabilidad apretándole el pecho, sin mencionar que ella 'SÍ' pudo notar la momentánea decepción de su amigo humano, lo que le hacia doler un poco más.

"Y-y bien, te gustaría dar un recorrido por la ciudad de Octomburg?" propuso Otome, queriendo cambiar de tema lo más pronto posible.

"Je... Pues tarde o temprano tenía que pasar, así que, por que no?" aceptó Drake, reanudando sus pasos con la Octoling siguiéndolo al lado suyo.

Y mientras los dos continuaban caminando por los pasillos, no se dieron cuenta de que por una de las esquinas que doblaban por la mansión, Reinek los vigilaba con un rostro neutral, antes de solo cerrar sus ojos y perderse de vista por el pasillo en el que se ocultaba.

No les tomó mucho tiempo hasta que por fin salieron de la mansión de Octavio, volviendo a ver la ciudad aún con una gran parte todavía en oscuras, lo que redujo un poco las expectativas de la teniente por darle un gran recorrido a través su ciudad natal al Antiguo, pero en eso una cálida mano se posó sobre su hombro, resultando ser Drake, quien solo le dio un pulgar arriba con una sonrisa de ojos cerrados.

Con un buen suspiro, Otome volvió a tranquilizarse, para luego darse la vuelta y encarar al pelicastaño con una sonrisa.

"Muy bien, que lugar quisieras que te mostrara primero?" preguntó la Octoling, poniendo sus manos en sus caderas, ganándose una risa por parte de Drake.

"Pues tú eres la que vive aquí, tu sabrás donde empezar" contestó el pelicastaño, comenzando a bajar por la escaleras del umbral.

"Oh cierto... Mmm... Dejame ver" dijo Otome, seguido de llevarse una mano al mentón de forma pensativa, también siguiendo a su amigo de cerca. Hasta que de forma repentina, esta volvió a levantar la mirada, signo de que probablemente se le había ocurrido algo.

"¡Lo tengo, ven, sigueme!" exclamó al final la chica pulpo, acto seguido de tomar una de las muñecas de Drake sin pensarlo, y comenzar a jalarlo mientras este trataba de no tropezarse en las escaleras. No fue hasta que casi llegaron al portón, cuando Drake recordó la forma en que Nary lo condujo de la misma forma por un callejón hacia su lugar secreto, lo que casi se sintió como un DejaVú para él.

Aún así, Drake no luchó ni nada parecido, solo dejó que la teniente lo guiara hacia donde sería la primer parada de este nuevo 'tour'. Los guardias que resguardaban la entrada al instante se pusieron firmes al ver a Otome y al humano salir tan deprisa. Y no solo los guardias, también algunos Octolings transeúntes se extrañaron un poco al ver al Antiguo siendo llevado a quien sabe donde de la mano. Al paso de unos cinco minutos, los dos ya habían regulado su marcha, a la vez que Otome le contaba a Drake sobre el como se las arreglaban en Octomburg a pesar de no tener tantos recursos como los Inklings, a cambio de contarle sobre como era su vida antes de la gran inundación.

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"¡¿En serio fuiste un DJ antes?!" preguntó Otome con evidente sorpresa, algo por lo que el pelicastaño no pudo evitar reírse un poco, además de llevarse una mano detrás de su cabeza.

"Lo dices como si fuera alguien famoso. Era un DJ Novato, uno conocido, pero no a tal punto de ser famoso" contestó Drake, recordando las veces en que compuso sus propios remixes.

"Entonces... Lo que reproduciste en Inkopolis, lo compusiste tú?" preguntó nuevamente la chica pulpo, al mismo tiempo que varios otros Octolings volteaban a ver hacia su dirección. Algunos susurraban entre ellos con una sonrisa, y otros los seguían a una distancia prudente.

"Ojalá, eso lo compuso un DJ que en su tiempo fue muy famoso, aunque yo me especializaba mas en imitar los éxitos de otros famosos, casi hasta el punto en que parecía que fuera ese mismo DJ mezclando" proclamó el joven ex-comando, ahora cambiando a un semblante nostálgico, algo que Otome pudo notar mientras esta sonría, solo para luego recordar el actual puesto en el que su amigo humano estaba.

"Y entonces... Que fue lo que te llevó a convertirte en soldado?" preguntó una vez más la Octoling de tentáculos rojos, causando que la expresión nostálgica del pelicastaño ahora tomara un semblante mas sombrío.

Obviamente Drake dudó si debía contarle ese tema a la chica pulpo a un lado suyo, y revivir una parte de él que prefería dejar enterrada, pero al pensar en todo lo que dicha Octoling le había dicho sobre ella, y los suyos, además de la confianza que ella ya le tenía, por lo menos debía ser un poco más abierto con esta respecto a su vida pasada.

"Bueno, yo... Recuerdas que antes te había dicho que estuve en una guerra?" preguntó Drake con su mirada baja, y sin voltear a verla.

"S-sí... Y me sorprendió un poco. No sabía que tu habías estado en una guerra verdadera" comentó Otome, ahora viendo con un poco más de intriga al humano junto a ella.

"Pues la verdad es que yo-..." trató de relatar el ex-comando, solo para que tanto él como la chica pulpo se detuvieran de repente, ya que un par de chicas Octolings se les habían puesto en frente, o más bien se habían quedado paradas viendo fijamente al Antiguo mientras las dos parecían tener un brillo de admiración en sus ojos.

Siendo estas dos un par de soldados, Drake se percató de que lo estaban mirando fijamente a él, por lo que rascándose detrás de la cabeza con nerviosismo, decidió romper el momentáneo silencio que se había formado.

"Emmm... Podemos ayudarlas?" preguntó el ya mencionado humano, a lo que el par de cefalópodas respondieron abriendo un poco más sus ojos, y exclamando un pequeño '¡Ohhhh...!' de asombro, aún conservando el mismo brillo de admiración en sus ojos.

"¡Ejem!" fue Otome la que exclamó ahora, captando la atención de las contrarias, quienes al darse cuenta de que se trataba de una teniente, rápidamente se pusieron firmes, al mismo tiempo que hacían un saludo militar.

"Se les hizo una pregunta, soldados... Necesitan algo?" nuevamente habló la teniente de tentáculos rojos, esta vez usando un tono de voz neutral, y alzando así una de sus cejas para enfatizar la espera de una respuesta.

"B-bueno... Es solo que queríamos v-ver al Antiguo de cerca, señora!" respondió una de ellas mientras su compañera todavía mantenía sus ojos puestos en Drake, quien solo se dedicó a reírse con nerviosismo.

"¡A-además mi amiga quería preguntarle si podría firmarle un a-autógrafo!" prosiguió la otra, dejando momentáneamente sorprendidos tanto a Drake como a Otome. Los dos mencionados no hicieron más que intercambiar miradas, y volver a centrarlas en el dúo frente a ellos.

"¿Un... Autógrafo?" volvió a preguntar Otome, a lo que de una forma casi sincronizada, las dos Octarianas asintieron enérgicamente con sus cabeza.

"Sí, es que... Siempre he sentido un gran interés por la cultura de los Antiguos, así que... S-seria un gran honor si nos diera su firma" respondió la segunda de ellas, ahora dirigiéndose al pelicastaño en la última frase.

No sabiendo que responder, Otome por un momento estuvo por negarse, ya que quería llegar lo más antes posible al lugar que quería mostrarle al humano, pero una repentina respuesta de este mismo la hizo quedarse con un nudo en la garganta.

"Claro, por mí no hay problema" contestó Drake, cosa que formó una notoria sonrisa en el par frente a ellos. Y al instante como si ya supieran que el susodicho humano no se negaría, rápidamente las dos sacaron de quien sabe donde un cuaderno junto a un bolígrafo, que de una forma casi inquisitiva, acercaron al ex-comando mientras este se inclinaba un poco hacia atrás.

"Ahhh... Muy bien... Entonces, a quien le dirijo estos autógrafos?" pregunto Drake, tomando uno de los cuadernos junto al bolígrafo de una de ellas.

"¡Cleo!" exclamo la segunda de ellas de forma instantánea.

"¡Yune!" le siguió la primera, tan entusiasmada como su amiga.

"Esta bien, entonces..." contestó el pelicastaño, terminando de escribir en uno de los cuadernos que había tomado, seguido de entregarlo y pasar al siguiente.

Para cuando Drake les entregó su supuesto 'autógrafo' al par de féminas, estas miraron en el interior de estos, básicamente en en donde el humano hizo su escritura. Obviamente las dos Octolings no entendían lo que Drake había escrito, pero al parecer eso era lo de menos.

"Listo, espero que les guste" comentó el pelicastaño mientras se inclinaba un poco para estar mas o menos a la altura de estas dos. Dicho par de chicas pulpo sonrieron mientras veían la escritura con estrellas en sus ojos. No obstante, estas mismas se tensaron por un momento al sentir una cálida mano posarse sobre sus tentáculos, a lo que lentamente levantaron la vista para ver al Antiguo, quien les estaba dando un par de palmadas en la cabeza.

"Ahora, recuerden que son soldados. Será mejor que regresen a sus puestos, o puede que se metan en problemas" sugirió Drake, regalándoles una cálida sonrisa de ojos cerrados al par.

Como reacción a lo que el joven humano hizo, otro brillo de admiración tomó lugar en sus ojos, pero esta vez siendo acompañado por un rubor que abarcaba desde sus mejillas hasta la parte superior de sus narices, y permaneciendo de esa forma por unos cuantos segundos.

"¡¡EJEM!!" exclamó ahora Otome, volviendo a captar la atención de las dos cefalópodas frente a ellos, solo que ahora la teniente se veía algo irritada por algún 'motivo'. Notando la expresión en la susodicha oficial de tentáculos rojos, el dúo rápidamente se enderezó, dieron un firme saludo militar a Otome, una rápida reverencia a Drake, y las dos se fueron corriendo como si la muerte las persiguiera.

El pelicastaño solo dejó salir una pequeña carcajada, divertido por el comportamiento de los Octarianos. Y no fue hasta que bajo la mirada, esperando a que Otome le siguiera el momento, pero no encontró más que una mirada seria por parte de esta, además de unos brazos cruzados que reafirmaban su estado de humor.

"Ehhhh... Pasa algo?" preguntó el ex-comando con una ceja levantada y ladeando su cabeza, a lo que Otome solo se dio la vuelta, dándole la espalda a su amigo humano.

"Oh, nada... Solo aquí, esperando a que terminaras de coquetear..." contestó la teniente, tomando un poco al pelicastaño con la guardia baja.

"Eh, coqueteando?. Solo estaba siendo amable" discutió Drake mientras levantaba sus manos en señal de no saber, al mismo tiempo que se encogía de hombros.

"Claro, obviamente. Mejor sigamos, no querramos que alguien mas nos detenga, y tengas que ser 'amable' otra vez, verdad?" dijo la Octoling, reanudando su marcha y poniéndose por delante de Drake, con el sarcasmo saliéndole hasta por la orejas.

"Otome, espera... Acaso estás... Celosa?" preguntó Drake abriendo levemente su boca, y formando una sonrisa de lado.

Al oír esas palabras, la susodicha chica pulpo se dio la vuelta de una forma casi instantánea, siendo ahora mismo ella la que tenía un furioso rubor en sus mejillas y nariz, incluso hasta sus puntiagudas orejas habían tomado un tono rojizo.

"¡Q-que, yo, celosa?, no seas ridículo. Solamente quiero llegar a ese lugar lo más rápido posible!" exclamó la teniente, a la vez que apartaba la mirada con el ceño fruncido, y los brazos cruzados.

"Sí, estás celosa!" continuó Drake, ahora sonriendo genuinamente mientras se acercaba a su cefalópoda amiga.

"¡Te digo que no estoy celosa!" discutió la chica pulpo, volviendo a centrar su vista en el pelicastaño, mientras apretaba sus puños de forma linda, resaltando un poco mas su lado femenino.

"¿Entonces por que estás roja?" insistió Drake, apuntando con uno de sus dedos al rostro de esta, sin dejar de sonreír, divertido por la linda actitud tsundere que ahora había tomado.

"¡N-no es lo que piensas, eso es p-porque me estoy enojando. Y ahora mismo no te conviene hacerlo!" advirtió Otome, tratando de sonar y verse lo más amenazante posible, pero ese lindo rubor en su rostro no la ayudaba mucho.

"Ohhh, ahora entiendo... Estas 'enojada' por que les acaricie la cabeza a esas dos, verdad?" preguntó el humano, algo por lo que la Octariana se quedó muda por un momento, al mismo tiempo que una cómica cara de impacto tomaba lugar en su rostro, cosa que no fue desapercibida por el pelicastaño.

"Jeje, en ese caso, si quieres puedo acariciar la tuya" continuó atacando el humano, para luego poner su mano derecha en frente suyo, mas o menos a la altura de la cabeza de Otome, y moverla de una forma que parecía estar acariciando algo.

"¡Y-yo, no... Pero es que, tú... GGRRRRRR!!, sabes que?, cambio de planes. Ahora en vez de ir a ese lugar primero, iremos directo al centro de investigación para que esos científicos locos hagan experimentos contigo!" exclamó la teniente, evidentemente enojada, pero aún conservando el sonrojo en sus mejillas, nariz y orejas.

"Eh?... Jeje, esta bien, Otome, sabes que solo estaba jugando, verdad?" respondió Drake, levantando sus manos en señal de paz, pero obviamente no fue suficiente para calmar a la chica pulpo frente a él.

"¡No me importa, ahora camina!" ordenó la teniente mientras volvía a moverse, casi dando pisotones, y provocando que la sonrisa del pelicastaño poco a poco fuera borrándose.

"De acuerdo, Otome, lo siento, en serio" se disculpó el joven ex-comando, a la vez que llegaba al lado de su enojada amiga. Pero esta ni siquiera se dignó a responder, o a voltear a verlo siquiera.

"A-además... No dijiste que tu tampoco estabas muy entusiasmada por llegar allá?" continuó Drake, esta vez si logrando hacer que le dirigiera la mirada, aunque no con el resultado que esperaba.

"¡Pues sorpresa sorpresa, cambié de parecer. Ahora estoy ansiosa de ver como te clavan agujas por todos lados!" contestó la 9ctoling de tentáculos rojos, regresando su atención al frente, pero haciendo que el pelicastaño se detuviera.

Colocando una de sus manos en su cadera, Drake se frotó los ojos con exasperación, arrepentido de haber hecho enojar a la chica pulpo, y eso que le había hecho guardar ese recordatorio a Bruce, pero lamentablemente lo había dejado para supervisar el proyecto.

"Idiota..." se reprendió a sí mismo el humano, terminando con volver a seguir a Otome, y teniendo que aceptar su 'castigo'.

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[Mansión de Octavio]

[Cuarto privado]

[Cinco minutos después]

Frente a sus diversos monitores estaba el Emperador Octavio sentado en su trono, vigilando cada cosa que pasara en su ciudad, aunque mayormente tenía su atención centrada en uno solo de ellos, el cual mostraban a Otome junto a Drake mientras estos avanzaban despreocupadamente, aunque dicha chica pulpo todavía se mostraba molesta en la imagen. Y detrás de el coronado Octariano, se encontraba Reinek sobre una rodilla, esperando atentamente a cualquier cosa que fuera a decir el emperador.

"Entonces... Que encontraste?" finalmente habló Octavio, sin siquiera mover un músculo.

"Desafortunadamente, no pudimos dar con las supuestas armas de los Antiguos..." respondió el oficial Octoling, pidiendo que el emperador no se enfureciera por su fracaso.

"Y espero por tu bien que tengas una buena razón para eso..." advirtió Octavio, todavía hablando con calma, pero pudiéndose notar la amenaza en ella, algo por lo que Reinek no pudo evitar tragar saliva.

"Tuvimos que retirarnos antes de tiempo, ya que... Un grupo de Inklings habían entrado al búnker..." respondió el oficial, manteniéndose sobre una rodilla y la cabeza baja.

"¿Y no los eliminaron porqueeeé...?" volvió a preguntar el gran pulpo, ya comenzando a sentirse un aura pesada por toda la habitación.

"Nosotros... No queríamos llamar la atención de más posibles intrusos, además de que ellos no tenían conocimiento sobre nuestra presencia" contestó el Octoling con un evidente esfuerzo por mantenerse calmado.

"Sigo esperando la razón de TU fracaso, Capitán Reinek..." insistió Octavio, comenzando a fruncir aún más el ceño de lo que siempre estaba.

"Y al parecer, las bacterias que consumen la tinta no habitan en esa bóveda, o por lo menos no aún... Por lo que creí que el Antiguo podría sospechar si encuentra un gran regadero de tinta en su base..." continuó el chico pulpo, levantando levemente su cabeza para ver el espaldar del trono.

"Y he de suponer que preferiste evitar sospechas, no es así?" otra vez preguntó Octavio, mostrándose poco impresionado por la decisión de su subordinado.

"Así es, mi lord... Y por lo que la soldado que los vio dijo, es probable que ellos también tengan alguna clase de relación con el humano" dijo Reinek, logrando captar por un momento la atención del coronado pulpo.

Este en sí, solamente movió muy levemente su cabeza hacia el oficial detrás de él, pero regresando a la misma posición de antes, solo para que el ya mencionado Octoling volviera a hablar.

"Y no hemos regresado sin nada, su majestad, ya que es muy probable que hallamos encontrado el arsenal del Antiguo" reveló Reinek, una vez mas levantando su cabeza hacia Octavio.

Este mismo permaneció en silencio por unos cuantos segundos, cosa que al chico pulpo no tranquilizó. Pero luego de lo que para Reinek fue una eternidad, finalmente el emperador volvió a hablar.

"Muy bien, Capitán Reinek, supongo que eso tendrá que bastar por ahora... Puedes retirarte" respondió el coronado pulpo, provocando que el oficial suspirara aliviado por dentro, seguido de hacer un saludo militar y darse la vuelta para irse.

"Solo una última cosa... Para la próxima, asegúrate de traer algo más... 'Material", esta claro?" detuvo el enorme cefalópodo, y provocando que Reinek se tensara una vez más.

"Así será, mi lord..." finalizó el chico pulpo, antes de reanudar su marcha, y rogar por que Octavio no lo detuviera una segunda vez.

Pero al abrir la puerta, Reinek se topó de frente con el Jefe Ingeniero Tane Hiaku, quien se ve que estaba por tocar la puerta. El oficial no hizo más que mirarlo con desdén, antes de cerrar la puerta, y pasarlo de largo como si no fuera la gran cosa.

Hiaku por otro lado, se le quedó viendo por un momento como este se alejaba, preguntándose cual era el problema del soldado de elite, pero regresando al asunto que lo había traído ahí, sacudió su cabeza para centrarse, y prosiguió a tocar la puerta.

Como respuesta, dicho umbral se abrió automáticamente, a lo que el ingeniero asomó su cabeza hacia el interior de la habitación.

"Emmm... H-hola, su majestad. Tiene algo de tiempo para hablar?" preguntó el Octoling con un evidente tono nervioso.

"Te advierto que no estoy del mejor humor, Tane. Espero que sean buenas noticias..." respondió Octavio, alzando un poco la voz para que el susodicho ingeniero lo escuchara claramente.

"¡N-no se preocupe, señor, esta vez sí son buenas nuevas!" contestó Hiaku, tragando saliva por el supuesto mal humor del emperador.

"Habla..." demandó el coronado pulpo mientras que al instante se escuchó al Jefe Ingeniero aclararse la voz.

"Verá, señor... Los preparativos para el nuevo sistema energético van avanzando más rápido de lo que se esperaba!" comenzó a explicar Hiaku, sacando una libreta de anotaciones de uno de los bolsillos de su traje, y adentrándose en la habitación también.

"He de suponer que ese nuevo 'sistema', es algo ya hecho por los Antiguos, no es así?" preguntó Octavio, girando solamente sus ojos hacia la dirección del Octoling.

"Eso es correcto, emperador. El señor Drake los llama; Paneles Solares, y es un dispositivo que recolecta la energía de la luz del sol, para luego convertirla en energía limpia y sustentable para nuestra ciudad!" explicó Tane, formándose una genuina sonrisa en su rostro.

"¿Energía extraída de la luz solar?" preguntó Octavio, claramente incrédulo de lo que había escuchado, sin mencionar que ahora tenía su cabeza levemente girada hacia la dirección del ingeniero.

"Así es, mi lord. Nosotros también nos mostramos algo escépticos a esa posibilidad, pero al ver los planos que el señor Drake nos mostró, supimos que dicha posibilidad era cierta, además de que si los Antiguos la usaban, es por que si debió de haber funcionado!" contestó el Octoling, volviendo a sentir el entusiasmo de antes, y acercándose un poco más al trono del coronado pulpo.

"Dejame verlos..." nuevamente demandó Octavio mientras estiraba uno de sus tentáculo un poco mas afuera de su trono.

"E-ehhh... Claro, aquí... Están" contestó Hiaku, seguido de buscar en el interior de su traje, hasta que luego de unos segundos, logró sacar los planos que conllevaban a la fabricación de las piezas necesarias, y el ensablaje de estas.

Sin perder tiempo, el ingeniero se acercó al Octariano mas grande, y depositó los planos en dicho tentáculo receptor.

De una forma que casi pareció mas un arrebato que una recibida, Octavio tomó los royos, para luego acercarlos a su rostro y abrirlos para ver su contenido. No obstante, Tane volvió al lugar que estaba antes, esperando a lo que el enorme pulpo diría.

"Hmmm... Interesante. Y esto es lo que nos proporcionará energía para toda Octomburg?" preguntó el emperador, aunque ya sabía cual sería la respuesta de su subordinado.

"Eso es lo que el señor Drake afirmó, su majestad" contestó Tane.

Octavio permaneció inspeccionando los planos por un tiempo más, hasta que en una ocasión, una repentina idea llegó a la mente del ya mencionado Octariano, provocando una silenciosa, pero sombría risa de su parte.

"Jefe Ingeniero Tane, creo que estos... Paneles Solares, nos van a ser mas útiles de lo que ya se dice" comentó Octavio, ahora hablando con un tono que denotaba malas intenciones.

"Ehhh... De verdad lo cree?" preguntó el ingeniero, levantando una ceja por el comentario del emperador.

"Así es. Es mas, creo que me quedaré con estos planos, hay algunas modificaciones que quiero hacerle al diseño de estos Paneles Solares. Tal vez implementar el uso de Zapfish para potenciar el rendimiento... O por lo menos, para hacer que los agentes de ese anciano Inkling los destruyan!" explicó el coronado pulpo, cosa que dejó impactado al Octoling ingeniero.

"¡Q-que, destruirlos?, pero si estos dispositivos son la clave para restaurar la electricidad de la ciudad y mejorar la vida de sus habitantes!" protestó Hiaku, a la vez que ponía sus manos en frente de él, como si con eso detuviera al emperador.

Ante esas palabras, por primera vez de entre el reporte de Reinek, y la noticia de Hiaku, Octavio se giró lentamente junto a su trono para encarar a su subordinado, mismo que no pudo evitar dar un par de pasos atrás por la amenazante presencia del coronado pulpo.

"Y crees que esto no lo hago por ellos?, esto es un plan que hará mover las cosas más rápido!" contestó Octavio, cambiando a un tono mas hostil, al mismo tiempo que fruncía un poco más el ceño, lo que provocaba que Tane diera otro paso mas atrás, temiendo por un momento que el gran cefalópodo se le tirara encima.

"N-no le entiendo, señor. Como el destruir los Paneles hará q-que las cosas mejoren?" preguntó el Jefe Ingeniero, confundido por la revelación de su superior.

"Escucha Hiaku, y escucha bien... Yo no dije que seremos nosotros los que los destruirán, sino que serán esos calamares los que se encargaran de eso. Si hacemos que los Paneles Solares puedan usar Zapfish, serán mas que suficiente para que podamos implementar en ellos los que robaremos de Inkopolis. Y cual polillas a la luz, ese anciano calamar enviará a sus agentes a recuperarlos" comenzó a explicar el enorme pulpo, logrando hacer que Hiaku entendiera una parte, pero aún dejando con mas dudas al Octoling ingeniero.

"P-pero, señor... Comprendo parte de lo que quiere decir, pero sigo sin entender a q-que quiere llegar con todo esto" siguió con sus dudas Tane, ganándose solo un suspiro de frustración de su emperador.

"Es para poder ganarnos el apoyo del humano y su raza en la guerra que vendrá, bueno... Si es que quedan más como él por ahí. La cosa es, que si los Inklings destruyen lo paneles que el nos brindó, hará ver a los calamares como unos egoístas que no quieren que nuestra raza se recupere. Debo admitir que ese tal Drake tiene un alma noble, pero sera eso lo que nos permita usarlo a nuestro antojo, y la Teniente Otome será la siguiente fase del plan para contar con sus armas!" explicó nuevamente Octavio, ahora sí dejando completamente impactado al ingeniero, quien tenía sus ojos casi como platos, y su boca levemente abierta de la impresión, mientras que el tono del coronado cefalópodo parecía animarse un poco.

"¿N-no habla enserio, verdad?" preguntó una vez mas Tane, a lo cual solo se escuchó una corta pero estremecedora risa.

"Ya sé que preguntarás... Y en que beneficiará esto a Octomburg?. Pues eso es obvio, cuando la guerra termine con nosotros ahora como los victoriosos, tendremos todos los peces eléctricos que queramos, incluso al Gran Zapfish, haciendo que los problemas energéticos sean solo un pequeño percance. Y sobre todo... Les enseñará una gran lección a cierto Inkling tramposo, y a cierto 'principito'" contestó Octavio, volviendo a fruncir un poco más el ceño.

"S-sí me permite preguntar, mi lord... Como hará para hacer que los agentes del SquidBean Splatoon, destruyan los paneles?" preguntó por última vez el Octoling, todavía un poco sacado por el demente plan del emperador.

"Simple. Es sabido que hay ciertos... Intrusos infiltrados en Octomburg, y que son esa misma escoria la que les proporciona la información necesaria a Cuttlefish para saber donde y cuando golpear, de esa misma forma sus agentes sabotean mis planes, pero que tal si hago que mis soldados divulguen información a propósito?... Algo que involucre a los Paneles como una especie de nueva arma" respondió el Octariano superior, moviendo sus ojos a una forma que le daba una pinta de que estaba pensando.

"En todo caso, quiero que estés atento a los nuevos planos que voy a hacerte usando el diseño del Antiguo. Y te advierto que nadie además que tú debe saber de esto, mucho menos el humano, así que mucho cuidado cuando hables con él" continuó Octavio, dirigiéndole una mirada más que suficiente para que supiera de lo que le pasaría si llegara a hablar de mas.

Por otro lado, Hiaku no respondió, optando por quedarse callado y bajando un poco la mirada, pero cuando este escuchó al emperador pedir una última exigencia, este sorpresivamente sintió como un fuerte tentáculo se enrollaba alrededor de su cuello, ejerciendo una gran presión y levantándolo del suelo.

Luchando para poder respirar, el pobre ingeniero pataleó para poder liberarse, solo para que al momento de abrir los ojos, vio con gran miedo como era el punto quien lo estaba casi estrangulando con uno de sus tentáculos, seguido de que este lo acercara a su rostro, obligando al Octariano menor a verlo fijamente a los ojos.

"¿Tu no eres uno de esos despreciables traidores, o sí?" preguntó amenazadoramente Octavio, sin dejar de ejercer presión en el frágil cuello de su subordinado, quien todavía seguía luchando por la falta de aire.

"N-no... Su majestad... M-mi lealtad siempre e-estará en... Octomburg y-... S-sus habitantes...!!" respondió como pudo Tane, ya comenzando a sentir la debilidad de sus piernas. Pero luego de unos diez segundos de miradas inquisitivas por parte del gran pulpo, este finalmente decidió soltar al pobre Octoling, mismo que no tardó en reaccionar con un ataque de tos, sin mencionar que daba grandes inhaladas en un intento de rellenar sus pulmones con el precioso aire perdido.

"Ya puedes retirarte, Hiaku, y no te olvides de la charla que tuvimos... Te llamaré luego cando tenga el diseño modificado de los planos listo..." finalizó Octavio, volviendo a voltearse junto a su trono para darle la espalda al Octariano menor.

No negándose a la oferta del emperador, el susodicho Octoling se levantó del suelo, y emprendió un rápido trote hacia la puerta de la habitación, mientras se llevaba una mano a su cuello por el nuevo dolor que había quedado en él.

Y para cuando la puerta de su despacho se escuchó abrirse y cerrarse igual de rápido, Octavio volvió a desenrollar los planos para ver una vez más su contenido, antes de emitir una silenciosa risa para él mismo.

"Verdaderamente... Los Humanos tienen un ingenio admirable..." ante tal comentario, este dejó salir otra risa más, pero esta sí pudo escucharse por la habitación.


[OctoValley]

[Base secreta de Cuttlefish]

[Mismo lapso de tiempo]

Reunidos todos en un gran círculo, los cuatro SquidFire habían terminado de relatar los acontecimientos que ellos habían visto y oído, dejando a los tres agentes mas veteranos en un gran dilema.

"Mmmm... Dicen que los Octarianos probablemente estén tras las armas de los Antiguos?" preguntó Callie con una seriedad bastante impresionante para alguien de su... 'Energía'.

"Así es, y estuvimos a solo ESTO de no contarlo!" exclamó Nayls mientras formaba una pizca con sus dedos frente a su ojo izquierdo para enfatizar su punto.

"Entonces también es posible que la exigencia por ayuda, no sea más que una fachada para que los Octarianos obtengan su verdadero objetivo" analizó Marie con una de sus manos en su cadera, y la otra en su mentón de forma pensativa.

Por otro lado, Cuttlefish solamente se dedicó a permanecer en silencio, con sus dos manos en su bastón, y sus ojos cerrados, lo cual hacía parecer como si se estuviera concentrando en algo.

"Esperen, y que hay de Drake?, recuerden que él todavía sigue en la ciudad de los Octarianos, y que no sabemos hasta cuando" agregó ahora Nary, mirando a cada uno de sus compañeros.

"Hmmm... Ese tema también está sobre la mesa, pero después de nuestro enfrentamiento que tuvimos Marie y yo contra él, es sabido que sabrá bien como defenderse" contestó Callie, levantando un dedo en señal de razón.

"Aún así, no debemos dar por sentadas las cosas antes de saber bien lo que pasará. Alguno escuchó decir algo más por parte de esos Octolings?" interrogó Marie, pero la única respuesta que recibió fue una negada de cabeza proveniente de los novatos agentes.

"Mmm... Abuelo, tu que piensas, que opinas de todo esto?" ahora preguntó Callie, dirigiéndose al susodicho veterano capitán, provocando que el resto del grupo también pusiera su atención sobre este.

Cuttlefish no respondió, solamente permaneció estoico en su suposición pensante mientras fruncía el ceño, lo que generó un dramático silencio en el ya tenso ambiente.

Todos centraron su vista en el líder del comando, esperando la tan dichosa respuesta, hasta que en un momento, el anciano Inkling comenzó a levantar la cabeza, todavía con sus ojos cerrados y el ceño fruncido, pareciendo que estuviera a punto de hablar.

Por el tenso momento, todos se reunieron en frente de él para escuchar bien lo que diría, pero el profesionalismo, y experiencia del capitán parecieron saltar por la borda, ya que en vez de una respuesta ingeniosa, o una deducción perspicaz, Cuttlefish no dejó salir otra cosa mas que un fuerte ronquido, dando a entender que solamente había estado dormido todo este tiempo.

Como respuesta a la gran decepción, todo el grupo de jóvenes Inklings cayeron al suelo, dejando únicamente sus piernas en alto, de la misma forma que pasaría en un anime.

"¡ABUELO!" en eso gritaron en unísono el dúo de idols apenas volver a ponerse de pie, despertando abruptamente al anciano Inkling.

"¡Ah, que, quién?... Ah, sí, cierto... Ejem... Si lo que los Octarianos buscan son las armas del Antiguo Drake, nuestra misión más prioritaria por ahora será mantener vigilada la bóveda donde se encuentran, al menos hasta que el pueda volver" contestó el veterano, demostrando que por lo menos en algo estaba prestando atención.

"¡Y en ese entonces le podremos contar sobre los verdaderos planes de Octavio!" exclamó Callie, con un puño en alto, el cual al instante bajó por otra pregunta del cuarteto.

"Oigan, y... Que hay de Otome?, digo... Ella vuelve a ser nuestra enemiga?... Sabemos que Octavio es malo y eso, pero ella no parece ser tan mala... O sí?" preguntó Levin, dejando a todo el grupo en silenció mientras estos bajaban un poco la mirada.

Incluso Nary, quien a pesar de verla como una 'rival' en algunos sentidos, ya no la miraba como a una enemiga en sí, o alguien malo.

Cuttlefish esta vez si había tomado una postura pensativa, dejando salir un suspiro antes de volver a hablar.

"Ahh... Siendo sincero, preferiría no tener que enfrentarnos a la Octoling... Pero si resulta que ella está inmiscuida por voluntad propia en la locura de Octavio... Entonces no tendremos más opción que derribarla si decide atacarlos..." dijo el anciano Inkling con sus ojos cerrados.

Luego de eso, fue Marie la siguiente en hablar, notando la amarga expresión de todo el escuadrón.

"Ya lo oyeron agentes... Así que mantenganse alertas en todo momento cuando estén con ella... Y no duden si surge lo peor..." agregó la famosa idol de tentáculos blancos, logrando hacer que los cuatro amigos volvieran a levantar la mirada, pero la duda y el escepticismo seguían en sus ojos.

Marie después de eso, volteó su atención en Callie, misma que incluso siendo una agente tan experimentada com ella, la chica calamar de tentáculos negros permaneció de la misma forma mientras esta frotaba uno de sus brazos.

De una forma similar a su abuelo, Marie dejó salir un suspiro, para luego acercarse a su prima y colocar una mano sobre su hombro. Y casi como si supiera que se trataba de la ya mencionada Inkling, Callie volvió a alzar su vista a su primar, quien le dedicaba una pequeña, pero tranquilizadora sonrisa.

"Call, centrate..." fue lo único que dijo Marie, sin quitar la misma sonrisa de su rostro.

"Sí... Claro... Lo siento, ya estoy bien!" contestó la hiperactiva chica calamar, seguido de palmear sus dos mejillas con ambas manos, y regresando a su forma de ser, como si nada hubiera pasado.

Luego de eso, la Inkling de tentáculos negros avanzó para encarar al cuarteto de novatos mientras tenía sus puños apoyados en sus caderas, y una determinada sonrisa adornaba su bonito rostro.

"¡De acuerdo agentes, quiten esas amargas caras, porque de ahora en adelante se les asignará otro tipo de misión, y una que requerirá más que solo espiar a unos Octarianos!" anunció Callie, ahora sí captando un poco más la atención de los SquidFire.

"¿Una nueva misión, y la que nos iban a asignar mañana?" preguntó Levin, dando un paso al frente para hablar por los cuatro.

"Pues esa misión iba a consistir en eso, el espionaje y la recopilación de información acerca de la actividad Octariana de alguna zona en específico. Pero se ve que pudieron completarla antes de mañana, felicidades!" se unió ahora Marie a la vez que daba unos aplausos en felicitación de los cuatro amigos.

"Bueno... Eso fue pan comido" decidió alardear Nayls, haciendo un gesto como si se estuviera revisando las uñas, aunque no las tuviera.

"¡Bueno, es por eso mismo que mañana en vez de hacer esa misión de espionaje, se les asignará una de mayor rango!" prosiguió la enérgica Squid Sister, siendo esta la que evaluaba con la mirada a todos ellos.

"Como ya saben, no podemos permitir que los Octarianos se apropien de las armas de Drake, así que deberán de custodiar la bóveda, y asegurarse de que ninguno de esos pulpos se acerque. Y si en algún momento Drake regresa, informenle de la situación" dijo ahora Marie, recibiendo un saludo militar por parte del cuarteto.

"Y terminando con esto por hoy, les recomiendo que ahora si descansen, debió de haber sido un largo día para ustedes, así que traten de no pensar mucho en lo sucedido" propuso Cuttlefish.

Sin discusión, tanto Nary y Levin, como los dos hermanos, dieron un último saludo militar antes de proseguir a retirarse y aprovechar lo que les quedaba de día.

Y cuando los SquidFire por fin se fueron, Marie fue con su abuelo para seguir discutiendo sobre otros asuntos mientras que Callie permaneció en su lugar, sumida en sus pensamientos. La verdad es que aunque la susodicha chica calamar lo hubiera asumido, Callie todavía seguía dudando sobre el posible enfrentamiento con la teniente Octoling.

Si bien Callie sabía que Inklings y Octolings eran adversarios, ella no quería tener que lastimar a la chica pulpo o que uno de los agentes lo hiciera, ya que en el fondo, Otome le había caído bien, y ansiaba con poder tener otra salida entre los agentes, Drake y ella.

Pero su divague no le duró mucho, puesto que la voz de Marie llamándola la había hecho reaccionar de nuevo, e incitándola a voltear su mirada hacia su prima.

"Callie, se está haciendo tarde. Tenemos que volver al trabajo!" anunció la Inkling de tentáculos blancos, a lo que la hiperactiva chica calamar levantó la vista para ver al sol de la tarde, y notar como este ya estaba en una posición que denominaba posiblemente las seis y poco más de la tarde.

"¡¡AAHHH, es verdad, las noticias. Nuestro jefe va a matarnos, nos van a reducir el sueldo otra vez!!" exclamó Callie, sacando un pañuelo de quien sabe donde y mordiéndolo mientras dejaba salir lágrimas de forma cómica.

"Ya lo llamé, y pareció creerse la excusa que le inventé. Así que no te preocupes, podrás seguir comprando tus papas fritas diarias. Pero mejor regresemos ahora mismo" dijo Marie con una sonrisa, divertida por las reacciones de su emocional prima.

"¡En ese caso, no perdamos más tiempo. Andando!" respondió la chica calamar de tentáculos negros, seguido de dirigirse a la misma tetera por la que se habían ido los cuatro novatos agentes.

"¡Ya nos vamos, abuelo. Quieres que compremos algo cuando-?..." trató de preguntar Marie, pero cuando las dos voltearon a ver a su familiar más mayor, solo encontraron a un Cuttlefish dormido de la misma forma que antes, causando que las dos Squid Sisters suspiraran con frustración.

Con Callie llevándose una mano a la frente mientras negaba con la cabeza, y Marie solo mirando hacia arriba desganada.

"Por lo menos a Drake debe estarle yendo mejor que a nosotras..." anegó Marie con el mismo semblante.


[Octomburg]

[Centro de investigación]

[Hora actual]

"Me quiero morir..." fueron las únicas palabras que Drake dejó salir con una monótona voz y ojos entrecerrados, mientras veía el interior de la sede de toda investigación relacionada con su especie, pero lo que mayormente le hacia tener esa expresión, fue que el mayor numero de personal en el edificio, estaba compuesto por Octolings femeninas, las cuales apenas verlo, no tardaron en pararse en frente suyo con ojos de absoluto asombro e intriga.

"De acuerdo, señor Antiguo. Saluda a todos tus fans" comentó Otome con los brazos cruzados, pero con una pequeña sonrisa altanera, satisfecha por la reacción de su amigo.

"Ahh, como sea... Sí, soy un humano, un Antiguo... Y vengo para que me estudien..." dijo de mala gana el pelicastaño, aunque la verdad es que varias científicas ya daban vueltas a su alrededor, inspeccionando con la vista cada parte de su cuerpo, mientras que las otras junto a los pocos científicos varones, discutían entre ellos sobre teorías, y fundamentos relacionados al 'espécimen' que tenían frente a ellos.

Pero el gran barullo pronto fue silenciado por una autoritaria voz que resonó desde atrás de todos ellos.

"¡¡Muy bien, que es todo este alboroto, que hacen todos ustedes fuera de sus puestos?!" exigió una fuerte voz femenina, pero de un tono maduro, causando que al instante todos los científicos se dieran la vuelta para encarar a la recién llegada.

"¡¿En serio no puedo distraerme ni un solo minuto, sin que ya todos ustedes-...?!" continuó con su regaño una Octoling de tentáculos morados, ojos amarillos, y complexión esbelta. Además de ropa que consistía en unos zapatos de tacón, unas medias negras de cadera completa, una pequeña falda roja, pero no lo suficiente como para ser una míni, una camisa abotonada color verde oscuro, la cual tenía un par de botones abiertos, dejando un buen escote en ella, y obviamente una larga bata de laboratorio.

A la vez que esta misma Octariana pasaba entre sus compañeros, no pudo terminar su frase, ya que al posar sus ojos sobre el ex-comando, hasta el aire pareció quedar atrapado en sus pulmones, generándose un sepulcral silencio entre todos.

Mismo que fue roto por la misma que lo provocó.

"Así que era cierto..." susurró la chica pulpo, seguido de que con una velocidad que tomó por sorpresa tanto a Drake como a Otome, la científica se pusiera a un lado del humano viéndolo de pies a cabeza, luego al otro, atrás, y finalmente al frente, quedando con su boca abierta y sus ojos igual de dilatados.

"¡A-hhhhhh... U-un macho intacto de 1.85, c-complexión estructural completa... Vivo!" exclamó con una temblorosa voz la científica, ahora generando una gran incomodidad al pobre pelicastaño.

"Ehhh... Se encuentra bien?" preguntó Drake mientras giraba su atención en Otome, misma que no podía estar mas confundida por la actuación de la Octariana científica.

Pero al percatarse de su comportamiento, la científica de tentáculos morados rápidamente volvió a adoptar una postura mas profesional, mas o menos, a la vez que se aclaraba la voz.

"¡Oh, d-disculpe mi comportamiento, permitame presentarme. Soy la Doctora Helena Kiyōki, jefa científica de todo este este establecimiento, un placer!" se presentó la Octoling, para luego ofrecer una temblorosa mano para un apretón.

Con un suspiro desganado, Drake también estrechó su mano con la de la chica pulpo, más para no ser grosero que por otra cosa, solo para que de un sobresalto, la Octoling se quedara viendo su mano siendo sujetada por la de él. No obstante, Helena sin soltar la mano de Drake, o mas bien no queriendo, se giró su mirada al grupo de otros científicos detrás de ella.

"¡Era cierta, la teoría de que los humanos poseían su propio calor corporal, era cierta!" exclamó una vez más la Jefa Científica, lo que provocó un gran vitoreo y una ola de felicitaciones entre ellos al ya nombrado grupo de científicos menores.

Por otro lado, el pelicastaño tenía sus ojos entrecerrados de forma agobiante, queriendo que esto terminara lo antes posible. Sin mencionar que la risa de una Otome no dejaba de crisparle los nervios aún más. Luego de unos minutos en los que la Jefa Ingeniera actuaba como una completa fanática por cada cosa que Drake tenía o hacía, finalmente procedieron a mostrarle mejor el interior del establecimiento, a la vez que eran acompañados por un buen grupo de otros científicos Octolings, que no paraban de hacer todo tipo de anotaciones con respecto al Antiguo.

"Verá, señor Drake. Muchos de nosotros ya habíamos escuchado sobre los rumores de su llegada, pero yo no quise creerlo hasta que pudiera verlo por mi misma" comenzó a relatar Helena, llamando la atención del ex-comando, quien no paraba de ver hacia todos lados, en busca de algún 'arma' desenterrada, o alguna Octoling esperando el momento adecuando para sedarlo.

"¿Rumores de mi llegada?" preguntó Drake levantando una de sus cejas.

"Que, aún no lo sabe?... Por toda la ciudad se esparcen los rumores de que esta mañana, un supuesto miembro de la raza Antigua ha regresado de entre los muertos, y que ahora se encuentra caminando por las calles de Octomburg" contestó la Octariana de tentáculos morados, viendo al humano de reojo.

"¿Y con todo el ejercito de Octolings reunidos esta mañana, como no hacerlo?..." murmuró para sí mismo el pelicastaño, al mismo tiempo que rodaba sus ojos, dejándolos mirando hacía arriba.

"Ahh... En todo caso, Doctora Helena-..." trató de hablar Drake, pero la susodicha chica pulpo lo interrumpió.

"Por favor, llámeme 'Helen'" propuso la Octoling, lanzándole una mirada coqueta al soldado, mientras esta se quitaba sus gafas de lectura, y ponía juguetonamente una de las patas de estas entre sus dientes.

Ante aquél gesto, el humano no pudo hacer más que quedarse en silencio por unos segundos mientras giraba sus ojos a ambos lados, en busca de una respuesta. Aunque por parte de Otome, no pudo evitar formar una momentánea expresión de molestia.

"... Doctora Helena, escuche... No es por ser grosero ni nada, pero mi amiga y yo estamos algo apurados, así que iré directo al punto. Vuelvo a decir que vengo para que me estudien lo más que puedan, ya saben. Estudios, pruebas, muestras, preguntas que quieran que les responda. Quisiera hacerlas lo antes posible" volvió a reanudar su exigencia el pelicastalo, obviamente nombrándola por su título y su nombre completo, a pesar del 'permiso' que la mujer Octoling le había ofrecido.

"Oh, quiere pasar a ese asunto ahora?, muy bien. No negaré que yo y mis demás compañeras estamos ansiosas por empezar ya~. Por favor, por aquí" respondió esta, usando el mismo tono picarón, sin mencionar que las demás científicas Octolings no pudieron evitare dejar salir una pequeña risa, pero con la misma picardía que su superior.

Drake por otro lado, no supo si sentirse algo 'tentado' o nervioso. Algo que también cabía recalcar, es que una curiosa sensación de peligro le advertía, y una que implicaba a sus pantalones de por medio. No obstante, como quería terminar con este asunto lo antes posible, decidió seguir a la Octoling por los pasillos. Teniendo de cerca al otro grupo de Octarianas detrás de ellos, y a una teniente, la cual estaba todavía mas cerca del individuo humano.

Tal como había pasado con los científicos Inklings, Drake fue conducido a una habitación en la que se realizarían todo tipo de estudios y entrevistas, siendo un análisis de cuerpo completo el primero de estos.

Drake por su parte, por un momento no discutió, pero al momento en que se le pidió que se retirara sus prendas, fue ahí cuando supo bien que esto no iba a ser diferente a lo de los científicos de Inkopolis, o por lo menos muy similar.

Con un gruñido de molestia, el humano fue desvistiéndose lo más rápido posible, y tratando de mantener su mente en blanco para que no lo dominara la pena de estar siendo visto por un gran numero de mujeres, y sobre todo Otome, que a pesar de ser de una especie diferente, no dejaban de ser mujeres.

"Oh valla~, quién lo hubiera dicho?, tenemos a un guerrero aquí, chicas!" se mofó Helena, generando otra ola de pícaras risas, al mismo tiempo que presenciaban el bien trabajado cuerpo del ex-comando, junto a las diversas cicatrices de guerra en diferentes zonas de su piel.

"¿Quieren empezar de una vez, por favor?" insistió Drake, ya con un sonrojo en su rostro, y parándose tan firme como podía. Pero en un momento, su mirada se desvío hacía la dirección de Otome, notando el furioso rubor que había tomado lugar en su rostro, algo por lo que el humano sintió una pena todavía más grande.

"Jeje, tranquilo señor Drake, solo estamos jugando" respondió Helena con una sonrisa divertida, a lo que acto seguido se trajo un dispositivo muy parecido al que habían usado los Inklings para ver su estructura ósea.

Drake en ese momento agradecía que tuviera sus boxers puestos aún, puesto que podía sentir como varias de las Octolings en la habitación se lo comían con la mirada, pero este se las arregló para aguantarlas, aunque no pudiendo decir lo mismo de su sonrojo, claro.

"Ahora, podría darse la vuelta, señor Drake?" pidió una vez más la Jefa Científica, terminando con fuera cual fuera el análisis. El humano sin responder nada, solamente se dedicó a acatar la exigencia mientras se daba la vuelta, quedando de espaldas al grupo de chicas Octolings.

Una vez mas las picaras risas no se hicieron esperar para la incomodidad del pobre pelicastaño, y no hacía falta decir el motivo de eso. Esta misma situación se había presentado con 'ciertas' Inklings.

Mientras que por parte de Otome, la pobre chica pulpo no podía estar en la mejor o peor situación. Tensando todo su cuerpo, sus ojos no pudieron evitar trazar desde la espalda de Drake hasta el final de esta, terminando una vez mas en el firme trasero del humano.

"Una pregunta, señor Drake. Cuantas sentadillas da al día?" nuevamente insistió con sus jugarretas la Científica en Jefe de tentáculos morados.

"¡Eso no viene al caso, o sí?!" contesto con vergüenza el ya mencionado pelicastaño, ganándose otro grupo más de risas.

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Los análisis de Drake continuaron unos minutos más, pidiéndosele de vez en cuando que moviera una de sus extremidades, o tomando alguna posición.

Hasta que en un momento, finalmente se le avisó que ya habían terminado. No obstante, el momentáneo alivio de Drake fue cortado de golpe, al pedírsele que no se pusiera su ropa todavía.

"Espere, aún hay algo que necesitamos hacer antes de que se ponga sus prendas" solicitó Helena con una sonrisa, aunque no se podía decir lo mismo de Drake.

"¿Ahora que?!" preguntó con desdén el ex-comando mientras soltaba los pantalones que estaba recogiendo para ponérselos.

"Hay unas explicaciones que quiero darle a mis compañeras, además de unas mediciones que queremos realizarle, si nos lo permite, claro" solicitó la científica de tentáculos morados, algo por lo que Drake se quedó pensando por un momento, pero al saber que seguramente le insistirían, no tuvo de otra.

"Ahh... Muy bien. Pero que sea rápido!" aceptó el pelicastaño con un suspiro de frustración, pero alzando un poco la voz al final.

"¡Exelente, comencemos entonces!" exclamó La Dr.Helena, a la vez que juntaba sus manos en frente de ella. Rápidamente esta se acercó al humano, y se dio la vuelta para ver fijamente a todas las demás científicas y teniente, en la habitación.

"Muy bien, todas presten mucha atención, por que ahora mismo les hablaré sobre la estructura muscular de un Antiguo. Y eso también la incluye a usted, Teniente Otome" continuó Helena, seguido de apuntando con uno de sus dedos a la ya mencionada oficial Octoling.

La mencionada no hizo mas que tensarse un poco y sin decir una sola palabra, a lo que Helena notando la respuesta de la soldado continuó con su análisis verbal.

"De acuerdo, pongan mucha atención!. Como muchos de nosotros aveces nos preguntamos; como estaría compuesta la estructura muscular de un Humano o Antiguo?, como mayormente los nombramos" comenzó la Jefa Científica mientras absolutamente todas las presentes prestaban suma atención, a la vez que algunas escribían algunas notas.

"Si bien podemos ver, se puede dar la primera conjetura de que la musculatura del ejemplar ya mencionado, es bastante más notable que a la de cualquier Octoling, o Inkling también. Solo presten atención en los músculos de los brazos" dijo la científica líder, tomando por sorpresa uno de los brazos de Drake, y levantándolo, seguido de colocar sus manos en el músculo mas sobresaliente de dicha extremidad, su bíceps.

Y ante esa demostración, una de las demás científicas levantó su mano como si de una niña en la escuela se tratara.

"¡Es posible que al ser seres vertebrados, sus músculos estén situados de forma externa a ellos!" sacó la primera conjetura esta, recibiendo la mirada de todas sus demás compañeras.

"Eso tiene algo de sentido, pero dejemos que el señor Drake nos diga si es cierto" respondió Helena, posando tanto ella como las demás Octarianas su vista en el ya mencionado pelicastaño.

"Bueno... De cierta forma sí tiene razón..." respondió el ex-comando, recordando también sus clases de anatomía.

"También cabe recalcar las zonas del pecho y abdominal. En el caso de los pectorales, que incluso siendo de un tamaño ni demasiado grandes, ni muy pequeños, son lo suficiente como para alardear si quisiera. Tal vez eso se deba a que la caja torácica se encuentre de aquí, hasta aquí" prosiguió Helena, solo que esta vez pasó sus manos por los pectorales del varón humano. Algo que a Drake no le habría importado mucho, si no fuera por la forma levemente 'provocativa' que usaba.

"¿E-es necesario tocar?" susurró el pelicastaño mientras apretaba los dientes de forma apenada, obteniendo como primera respuesta una juguetona risa de la doctora.

"Jeje, no se preocupe, solo les enseño a mis compañeras algo de su anatomía" respondió la Dr.Helena también con un susurro, pero con un ligero toque picaron.

Otome por otro lado, esta había inflado un poco sus mejillas mientras fruncía el ceño, sintiéndose curiosamente enojada por el método de explicación que la Jefa Científica estaba usando.

Pero en un momento de esos, dicho enojo de la teniente fue olvidado en un abrir y cerrar de ojos, al escuchar a la misma científica de tentáculos morados llamarla.

"Teniente Otome, podría venir un momento?" pidió Helena, dejando a la Octoling de tentáculos rojos algo confundida.

"¿Eh, y-yo?" preguntó Otome, señalándose a sí misma con el dedo, a lo que la contraria se río divertida por su reacción.

"Hay alguna otra teniente en la sala?, por supuesto que usted!" contestó Helena, siendo ahora Drake el confundido por la situación.

Con un pequeño toque de inseguridad, la Octoling de tentáculos rojos se acercó hasta donde estaban la líder científica y el ex-comando, donde al cruzar miradas con este último, ambos la apartaron, recordando que el pelicastaño estaba semi-desnudo.

"Teniente Otome, necesito que coloque una de sus manos aquí" solicitó la Dr.Helena, señalando con una de las suyas hacia los abdominales del humano, cosa que dejó rígidos tanto a Otome como a Drake. Aunque la cara de poker que había puesto la teniente, era material perfecto para una foto.

"¿Eh...?" fue la única respuesta que pudo pensar la oficial, mientras levantaba una ceja en señal de total confusión.

"Que necesito que coloque una de sus manos en la zona abdominal del Señor Drake" volvió a pedir Helena, entrecerrando los ojos y formando una sonrisa de gato en sus labios.

"¡¿Ehhh... P-pero por que quiere que haga eso?!" exclamó Otome, dando un paso a tras, al mismo tiempo que un brillante rubor tomaba lugar en su rostro.

"No hay nada de que preocuparse, es solo para hacer otro análisis, esta vez con respecto a los músculos abdominales de un Antiguo" respondió con una voz tranquilizadora, pero también pudiéndose notar los leves toques de picardía en su hablar.

Otome no pudo hacer más que quedarse balbuceando en silencio, seguido de poner su atención otra vez en su amigo humano, quien la verdad es que se veía tan apenado como ella.

"Ahh... Muy bien, si no se siente cómoda con esto, pediré a alguna de las demás científicas que lo haga" propuso la científica en jefe, cosa que al instante algunas de sus compañeras levantaron la mano, a la vez que exclamaban por ellas para que su superior las eligiera.

En cuanto a Drake, este lo único que quería ahora, era que la tierra se lo tragara.

Otome al presenciar el 'entusiasmo' de sus contrapartes, una vez mas volvió a quedarse sin saber que decir mientras escuchaba a las demás Octarianas pidiendo tomar su lugar. Hasta que en un impulso, la teniente cerró con fuerza los ojos, y apretó ambos puños, cediendo a la presión.

"¡¡AAHHH, ESTA BIEN, VOY A HACERLO!!" terminó gritando la pobre Otome, provocando una cacofonía de quejas por parte del grupo de científicas.

"¡P-pero solo si Drake está de acuerdo!" continuó la Octoling de tentáculos rojos, a lo que rápidamente todas centraron su mirada en el ya mencionado pelicastaño.

Al igual que Otome antes, Drake no supo que decir, dedicándose a titubear mientras se rascaba detrás de la cabeza.

"¡¡Niegate, niegate, niegate!!" exclamaba la teniente en su mente, tratando de decirle eso mismo con su mirada.

Pero por parte del ex-comando, esa mirada parecía que le decía lo opuesto, sin mencionar que este sentía que estaría mal viniendo de él negar eso sólo por ser Otome.

"B-bueno..." aceptó Drake con inseguridad, dejando a su amiga Octariana otra vez con la misma cara de poker que puso antes.

"¡¡DRAKE, MALDICIÓN!!" luego gritó en su mente la misma chica pulpo, acto seguido de ser traída de nuevo por Helena.

"Ahí lo tiene, Teniente Otome. Ahora prosigamos con lo nuestro" comentó de forma satisfecha la científica de tentáculos morados, señalando con su mano a la zona baja del torso de Drake.

Con el sonrojo extendiéndose hasta sus orejas, la teniente acercó una de sus temblorosas manos hasta los marcados abdominales del pelicastaño, sintiendo el calor que se desprendía de estos, cosa que provocaba una sensación extraña en la sonrojada Octariana.

"¿A-aquí?" tartamudeó Otome, no sintiéndose capas de entablar miradas con su amigo humano.

"Mmm... Un poco mas abajo" pidió nuevamente la Dr.Helena, no sintiendo vergüenza por mostrar una sonrisa algo pervertida.

"A-... Aquí?" otra vez preguntó Otome, bajando su mano por los abdominales de Drake, hasta ponerla casi debajo del ombligo de este.

"Excelente. Ahora díganos teniente, por que los abdominales son tan notorios, a pesar de que no halla ningún hueso que los haga sobresalir?" preguntó Helena, manteniendo la misma expresión.

"N-no lo sé" siguió con su tartamudeo la pobre chica pulpo de tentáculos rojos, no pudiendo evitar mover un poco su mano sobre el abdomen marcado del humano.

"Bueno, pues eso probablemente se deba a-..." y así comenzó con su siguiente explicación la doctora, pero la verdad es que ahora poco o nada escuchaba Otome a su contra parte científica, ya que su atención se había centrado en el lugar donde su mano estaba posada, además de volver a sentir esa extraña sensación en el cuerpo, como si la temperatura de este se sintiera mas elevada de lo que realmente era.

No obstante, Drake rogaba por dentro que la Octoling dejara de pasar su fresca mano lentamente por su abdomen. No por que no le gustara, sino que no quería que 'alguien' se pusiera más 'animado' en frente de todas las damas, y mucho menos frente a su cefalópoda amiga.

Pero para su consternación, una segunda mamo se posó junto a la primera, y eso se debía a que Otome había decidido colocar AMBAS manos sobre el sixpack del humano, sin mencionar que la ya mencionada teniente, tenía una cara que en parte se podía catalogar como 'excitación'.

También la respiración que poco a poco se le volvía mas pesada, Drake no tuvo dudas de a que podría terminar esto si seguía, pero a pesar de eso, el lindo rostro sonrojado de Otome, sumado a la respiración pesada de esta, al pelicastaño comenzaba a dudar si de verdad quería detenerla, olvidándose por un momento de que estaban en frente de un gran numero de 'expectantes'.

Pero afortunadamente, antes de que la escena entre los dos se volviera algo mucho más sugerente...

"Ejem!... Teniente Otome?" preguntó la Jefa Científica, ahora con una mano puesta en su boca de forma discreta para contener una risa.

El llamado de Helena, no solo hizo reaccionar a la oficial Octoling, sino que también Drake habían dado un pequeño salto al darse cuenta de la situación con su amiga de tentáculos rojos.

"No es por molestarla, pero... Ya puede quitar sus manos de la zona abdominal de su amigo" continuó Helena, dejando de contener una risa, y volviendo a una sonrisa picarona.

Otome claramente al darse cuenta del momento, en un parpadeo se había alejado un par de metros del pelicastaño, con sus manos juntas delante de ella, y su cabeza baja. Pero lo mas gracioso de la escena, era que el rostro de la chica pulpo estaba casi tan colorado como sus tentáculos, y se podía jurar que algo de vapor se desprendía de este.

En cuanto a Drake, este sólo pudo suspirar un poco aliviado, sabiendo que pudo contener a la 'bestia', antes de que esta se levantara en frente de todas las científicas y teniente. Pero unos segundos después, todo su alivio se fue por la borda, al recordar la siguiente cosa por la que no lo dejaban ponerse su ropa.

"De acuerdo, ahora que finalmente terminamos con el primer asunto... Empecemos con las mediciones..." prosiguió la doctora mientras sacaba de uno de los bolsillos de su bata una cinta para medir, y la estiraba de una forma que casi simularía al sonido de un látigo.

Y ella no era la única. El pobre humano en eso giró su atención hacia las demás compañeras de la jefa científica, notando que algunas de ellas también tenían la misma cinta en sus manos, además de unas inocentes sonrisas en sus rostros. Aunque para el ex-comando, dichas sonrisas podían ser cualquier cosa, menos inocentes.

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Diez minutos... Diez minutos, habían tomado las mediciones, diez minutos de los cuales a Drake le habían parecido los más atormentados de todo el tiempo que lleva 'descongelado' hasta ahora. No por que halla sentido algún dolor o cosa por el estilo, de hecho fue todo lo contrario, pero aunque pareciera tonto... Ese había sido el problema.

Y eso se debía a que tanto Helena como las compañeras que la asistieron, tuvieron que pegarse demasiado al cuerpo de Drake a la hora de medirlo, diciendo cosas como; 'que no tomaría mucho', o diciendo motivos de que era por que tenía una estatura muy alta, no les alcanzaba la cinta, se tropezaron, o el más barato de todos: 'Esto es por la ciencia'.

Hasta hubo una de ellas que se supone debía medir su cintura, y esta prácticamente lo abrazó para poder rodearlo con la cinta de medir. Acto seguido, la joven científica levantó su mirada para ver al pelicastaño fijamente a los ojos con una sonrisa entre juguetona y provocativa, terminando con un; 'No te muevas' como cereza del pastel.

Por otro lado, Drake en varias ocasiones tuvo que amenazar en su mente a su propio miembro con cortarlo si llegaba a levantarse, proeza que casi no pudo conseguir por los constantes roses, cosquillas, provocaciones indirectas, y risas juguetonas de las Octolings. Pero milagrosamente logró contenerse, aunque por muy poco, para que su 'amigo' pudiera ver otro día más.

Ahora mismo el ex-comando se encontraba finalmente poniéndose su ropa de nuevo, mientras de vez en cuando volteaba su mirada hacia las científicas Octolings que lo habían 'medido', solo para que cuando estas se percataran de eso, dejaran salir unas risitas y animados susurros entre ellas con respecto al expectante humano.

Ante eso, Drake solo se dedicó a suspirar y a proseguir con la recolocación de sus prendas.

Para cuando terminó, este se sintió bastante mas aliviado, pero la sensación de desahogo en su parte inferior seguía presente.

"De acuerdo, ahora que lo primero ya está listo, podemos proseguir con los demás estudios!" anunció la Dr.Helena, regresando a la sala donde estaban.

"Solo espero que no sean como los que me hicieron hace unos minutos..." comentó el pelicastaño, casi como si fuera más una exigencia, a la vez que le daba una mirada algo desconfiada a dicha doctora.

Y no solo era el humano el que le lanzaba esa mirada, Otome también pedía en su mente que los estudios del Antiguo fueran menos... Cuestionables, ya que ella todavía tenía la misma sensación de antes, a menor medida, pero todavía presente.

"No se preocupe, Señor Drake. Los siguientes que realizaremos serán mas profesionales" respondió Helena, llevando sus manos detrás de su espalda, y cerrando sus ojos.

"¿Y los anteriores que, solo jugaban?" pensó para sí mismo el ya nombrado humano. Acto seguido se vio como algunas de las compañeras de la Octoling traían diversos utensilios y dispositivos para la tarea.

"Ahora... Comencemos" finalizó la doctora de tentáculos morados, juntando sus manos en frente de ella.

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El transcurso de los demás estudios fue bastante más llevadero que el de los primeros, y eso se debía a que se realizaron de una forma... Normal por decir lo menos, siendo desde análisis de pupilas, hasta muestras de sangre, ritmo cardíaco, ondas cerebrales, etc.

Pero de las cosas que más sorprendió a la científicas, fue el descubrimiento de que los humanos poseyeran un único corazón, seguido del inusual color rojo de su sangre, hasta la impactante resistencia al agua y la tinta, tanto Octoling como Inkling, cosa que tuvo que retirarse su playera en algunas ocasiones.

Otros tipos de muestras también se habían tomado, como un mechón de su cabello, ADN bucal, unos pequeños cortes de sus uñas, saliva, y otras que el pudiera ofrecer.

En cuanto a las preguntas, estas fueron casi en su mayoría muy parecidas a las que los científicos de Inkopolis le habían hecho. Sobre la vida de los humanos antes de la gran inundación, la tecnología que tenían, los descubrimientos y logros que tuvieron, y alguna que otra teoría que cualquiera de ellas quisiera que fuera aclarada.

Pero al momento en que una de ellas preguntó sobre el origen de la gran inundación, cosa por la que Otome también se acercó para escuchar, Drake solo apartó la mirada y se quedó en silencio, respondiendo después de unos segundos con un: "¿Alguna otra pregunta?".

Eso solo provocó un miramiento mutuo en el grupo de científicas, y teniente, quien recordó sobre lo que antes estuvo por contarle.

Pero afortunadamente las científicas lo dejaron pasar, y prosiguieron con otro tipo de preguntas.

Para cuando por fin pareció que todos los estudios, exámenes, y preguntas habían terminado, Drake prosiguió a despedirse junto a Otome, aunque fue en mayor medida Otome, ya que el susodicho humano se centraba más en retirarse del recinto.

Pero ya estando de camino a la puerta mientras caminaban por uno de los pasillos, fueron detenidos por la Dr.Helena, quien rápidamente estrechó la mano del Antiguo sin consentimiento.

"¡Solo quería agradecerle mucho por permitirnos la oportunidad de estudiar a un Humano en vida. De verdad nos acaba de dar el sueño de muchos en esta compañía!" dijo la Octoling de tentáculos morados, todavía moviendo la mano del pelicastaño fervientemente de arriba hacia abajo.

"No fue nada... Solo un pequeño gesto" respondió Drake, tratando de hacer que la científica soltara su mano.

"Oh, el 'gesto' como usted dice podrá ser cualquier cosa, menos pequeño. Es más, quisiera preguntarle si le gustaría asistir a una convención de científicos?. Vendrán todo tipo de investigadores que seguro estarán ansiosos de poder conocer a un Antiguo en persona!" propuso la Jefa Científica mientras Otome una vez más cambiaba a un semblante acusador hacia la otra Octoling.

"Ehhhh... Me alaga que quiera invitarme a un evento como ese, pero como ya le he dicho; mi amiga y yo estamos apurados para llegar a otro lugar, así que si no les molesta nosotros-..." Drake no había podido terminar su frase, ya que al momento en que estuvo por rodear a la chica pulpo frente a él, este se chocó accidentalmente contra otra científica que traía consigo una bandeja con algunos instrumentos, los cuales cayeron al suelo junto a la bandeja y a la recién llegada.

"¡Lo siento mucho, yo no-...!" el pelicastaño intentó disculparse mientras le ofrecía una mano a la Octariana que había tirado al suelo sin querer, solo para luego percatarse de algo en dicha extremidad. Drake lentamente volteó su mano para ver que era, a lo que este se quedó casi sin aliento al darse cuenta de lo que era.

Una pequeña jeringa con un especie de liquido transparente se encontraba incrustada en su mano. Rápidamente el ex-comando se quitó la jeringa de esta, para luego poner su mirada en el instrumento de inyecciones, no pudiendo entender lo que había escrito en ella.

Por otra parte, Otome y Helena también se habían quedado sorprendidas por lo sucedido, seguido de que la Jefa Científica ayudara a su compañera a levantarse.

No obstante, Drake rápidamente se acerco a la Octariana con la que había chocado, seguido de poner la jeringa en frente de ella.

"¡Por favor dime cual es el contenido de esto?" preguntó con preocupación el humano, señalando a la jeringa frente a ellas dos.

"¡Oh, lo siento mucho Señor Antiguo, no prestaba atención por donde iba!" se disculpó la Octoling accidentada, al mismo tiempo que esta hacia una reverencia al joven pelicastaño.

"¡Eso no importa, necesito que me digas que era el contenido de esta jeringa!" volvió a pedir Drake, ahora confundiendo a la Octariana frente a él.

"A ver, dejame verlo!" dijo Helena mientras estiraba su mano para que el pelicastaño le entregara dicho instrumento de inyección.

Drake no se opuso, y le devolvió la jeringa, a lo que la Jefa Científica rápidamente leyó la etiqueta de esta, dando un suspiro aliviado cuando terminó.

"Bueno. La buena noticia es que no es ningún veneno o líquido nocivo" contestó la doctora, sonriendo de la misma forma que antes.

"Oh, que bien... Pero entonces cuales son las-... Drake, te encuentras bien?" preguntó ahora Otome, notando como su amigo comenzaba a tambalearse, a la vez que sus ojos se entre cerraban.

"N-no... No me siento muy bien..." respondió el ya nombrado humano, sintiendo como si sus fuerzas y su equilibrio se perdían a cada segundo.

"Las malas son que... La jeringa tenía un tranquilizante experimental... Que mala suerte" contestó de forma nerviosa la Octoling de tentáculos morados a la pregunta no terminada de la teniente.

Drake después de eso, empezó a tambalearse un poco más, casi como si estuviera ebrio, terminando de frente a las tres Octarianas.

"En serio... Odio a los científicos..." fue lo último que dijo Drake con una débil voz, antes de irse cada vez mas hacia atrás, hasta que terminó cayendo inconsciente de espaldas.

Otome de forma apresurada fue a socorrer al pelicastaño, quien no reaccionó a pesar de los llamados de la oficial de tentáculos rojos. Pero mientras Otome trataba de hacer reaccionar a su amigo humano, ella pudo ver como Helena se arrodillaba a el otro lado del inconsciente con una mano puesta en su mejilla, simulando preocupación.

"Que desafortunado accidente, supongo que tendrán que quedarse hasta que los efectos del tranquilizante terminen, y el señor Drake despierte" sugirió la Dr.Helena, haciendo que la chica pulpo levemente mas joven la volteara a ver con evidente preocupación en sus ojos.

"Pero sabes?, esto también es un descubrimiento, ahora sabemos que ese tranquilizante tiene ese efecto sobre los humanos, y además... Es una oportunidad para tomar una última muestras que se nos olvidó pedirle al señor Drake" dijo Helena mientras una sonrisa pícara se formara en su rostro.

"¿Eh, muestra, pero si está inconsciente, como planea conseguir una muestras sin que esté despierto?" preguntó Otome, molestándose un poco por la forma tan aprovechada que la doctora tomaba ventaja para su investigación.

"Oh, no es necesario que él esté despierto para tomarla" contestó la Jefa Científica mientras entrecerraba los ojos y mantenía la misma sonrisa, provocando sospechas en la teniente.

"Y solo por saber, que tipo de muestra es la que quiere conseguir?" preguntó la teniente de tentáculos rojos, solo para que Helena dejara salir una risita, seguido de acercarse para contarle algo al oído a su contra parte militar.

Otome con algo de cautela acercó una de sus puntiagudas orejas a la chica pulpo mayor a ella, comenzando a escuchar los susurros que esta le diría, pero a medida que la teniente escuchaba lo que la doctora le decía, su boca iba abriéndose poco a poco mientras un ardiente rubor comenzaba a tomar lugar en su rostro.

Hasta que cuando llegaron a cierta parte, la oficial Octoling dejo escapar un jadeo de sorpresa, apartándose y quedándose viendo fijamente a la contraria, quien solo se dedicó a sonreír de forma traviesa, como si ya se esperara la reacción de Otome.

"¡No... Definitivamente no, usted no va a hacer eso con Drake para extraerle se-se-sem-... Esa muestra!" exclamó la oficial de tentáculos rojo, tratando de parecer amenazante, aunque el rubor en su rostro no la ayudaba mucho en la lavor.

"No tengo que hacerlo. Estoy segura de que cualquier chica en este establecimiento estaría encantada de hacerlo. Quitando a las que tienen pareja o un enamoramiento, claro" contrarrestó la científica líder, motivo por el que Otome frunció aún más el ceño.

"¡De todas formas no creo que a Drake le guste la idea!" continuó con la discusión la teniente, cosa que provocó una risa más por parte de Helena.

"Es un macho, verdad?. Cualquiera estaría dispuesto a algo como esto, además... No creo que el esté en condiciones de negarse... Y usted tampoco" respondió la doctora, enfatizando la inconsciencia del pelicastaño, y cambiando a una mirada desafiante.

"¿A sí, y que le hace creer que yo tampoco tengo opciones de detenerla?" preguntó Otome, también desafiando con la mirada a la otra contraria.

"Pues a menos que pueda cargar a un humano de unos 77 kilogramos, no creo que pueda sacarlo de este edificio por su cuenta, sin mencionar que tengo una que otra influencia con el Emperador Octavio. Como cree que él reaccionará al enterarse de que usted se interpuso en nuestra investigación, Teniente Otome?" contraatacó Helena, manteniendo en todo momento su semblante, y provocando que la oficial se quedara unos segundos en silencio.

"Si lo hace, le contaré a Drake lo que ustedes hicieron mientras el estaba inconsciente..." amenazó Otome, en un último intento por hacer que la contraria desistiera.

"Y que sucederá cuando eso pase, se enfurecerá, causará un alboroto?, y si eso pasa, las autoridades tendrán que interponerse, lo que muy probablemente hará que se produzca un conflicto. Pero mayormente, después de eso que?, seguramente decida irse y cortar todo tipo de cooperación con nosotros, tal vez hasta cualquier relación con usted. Es eso lo que realmente quiere?" finalmente Helena dejó caer la bomba, a lo que Otome por primera vez, y rogando por que fuera la última, se quedo con un nudo en la garganta, impidiéndole hablar.

Balbuceando para intentar encontrar una salida a la lógica de su contra parte científica, la pobre teniente volvió a centrar su vista en la Dr.Helena, quien ya se veía en su confiado rostro que la victoria sería de ella.

Otome apretó los puños al mismo tiempo que los dientes, sintiéndose arrinconada, para que luego su expresión se suavizara y terminara dejando salir un suspiro de derrota.

"Muy bien... Pueden tener su muestra... No me interpondré..." finalmente aceptó la derrota la chica pulpo de tentáculos rojos, haciendo que el semblante desafiante de la doctora cambiara a uno satisfecho.

"Muy sabia elección, Teniente Otome. Ya vera que esto producirá grandes-..." la científica líder no pudo terminar su oración, puesto que la ya mencionada oficial Octoling la había interrumpido volviendo a hablar.

"P-pero con una condición... Y-yo tomaré la muestra..." finalizó Otome con la discusión, a la vez que apartaba la mirada con suma vergüenza, y un rubor aparecía en sus mejilla, nariz, y orejas.

Por lo menos si Otome iba a 'perder', lo haría bajo sus propias condiciones.