[Octomburg]
[Sede de Investigación Octariana]
[Diez minutos después]
Otome no podía estar más tensa en estos momentos, por no decir que ahora mismo literalmente estaba temblando de los nervios, al mismo tiempo que ahora estaba cargando un tarro de vidrio en sus manos.
En cuanto a Drake, pues este se encontraba sentado en una silla frente a ella mientras todavía estaba inconsciente por el tranquilizante que todavía surtía efecto sobre él.
Afortunadamente, después de los sucesos y el acuerdo que se había llevado a cabo, tanto al humano como a la Octoling de tentáculos rojos se los habían llevado a un pequeño cuarto completamente despejado, contando únicamente con la silla en la que cierto humano estaba sentado, y una mesa que estaba a un lado de él.
Y ahora que se mencionaba dichos objetos, la habitación parecía más un cuarto de interrogatorios que un lugar que desalojaron para que Otome tomara la 'muestra'.
"Muy bien, Otome... Tú sola te tiraste de cabeza a este poso, ahora... T-te corresponde a ti sacarte" dijo la chica pulpo, seguido de acercarse hasta donde estaba el pelicastaño, y colocando el tarro sobre la mesa.
"Pero antes..." de forma imprevista, la teniente se giró varias veces hacia todas las esquinas de la pequeña sala, en busca de una posible cámara que pudiera estar grabando todos los hechos.
Al no encontrar nada, la chica pulpo volvió a poner su vista al frente, solo para luego agacharse y mirar por la parte inferior de la mesa, aún buscando el mismo dispositivo de vídeo. No encontrando nada, se mudó hacia la silla de Drake, mirando también debajo de ella, y obteniendo el mismo resultado.
Ya estando segura de que no había ninguna cámara oculta, la teniente dio un pequeño suspiro, pero acaso se detuvo ahí?, claro que no.
Casi de un salto, Otome se pegó a una de las paredes como si de un lagarto se tratase, para luego comenzar a dar pequeños golpes con el nudillo alrededor de esta. En esta ocasión buscando alguna zona hueca en la que pudiera estar alguna ventana oculta.
Repitiendo el mismo proceso en cada una de las cuatro paredes, la cefalópoda humanoide estuvo unos buenos quince minutos buscando una abertura oculta, no obstante, tampoco se detuvo ahí ya que también el techo sobre sus cabezas se llevó una buena inspección, con Otome cambiando a su forma de pulpo, usó sus ventosas para subirse a este mismo. Afortunadamente la Dr.Helena les había otorgado todo el tiempo que necesitaran, por lo que luego de unos veinticinco minutos, la Octoling de tentáculos rojos finalmente había terminado con su inspección, no pudiendo encontrar nada fuera de lo común en la habitación.
Ya después de eso, Otome se movió hasta estar frente a frente con el humano del que debía extraer la 'muestra', dominándola unos nervios que la hacían tragar saliva una vez más mientras trataba de calmarse a si misma.
Frunciendo un poco sus labios, la Octoling se arrodilló lentamente frente a su inconsciente amigo, separando un poco más las piernas de este y caminando con sus rodillas más cerca de este.
Decir que Otome solo estaba sonrojada sería una completa mentira, ya que era un vivaz sonrojo lo que ocupaba su lindo rostro. Y con unas temblorosas manos, además de un pulso sumamente acelerado, la chica pulpo lentamente acercó sus apéndices hacia la hebilla de los pantalones del pelicastaño, solo para luego apartarse de golpe, siendo dominada momentáneamente por la vergüenza y dejando salir un bajo pero agudo chillido.
"¡Esta bien, puedes hacerlo... Eres adulta, no?, actúa como tal!" se animó a sí misma la sonrojada teniente, regresando al lugar de antes y haciendo un nuevo intento por llegar a la ya mencionada hebilla en la prenda del humano.
Esta vez sus manos sí habían llegado a esta, para luego con muchos nervios comenzar a desabrocharla, aunque también a causa de estos, la hicieron hacerlo de una manera un poco torpe.
Cuando por fin pudo aflojaron del todo, prosiguió a bajar el cierre de este con suma lentitud, generando el respectivo sonido de dicho bloqueo al ser abierto. La respiración le faltaba, y sus corazones sintonizaban un trío de tambores en su pecho mientras veía el frente abierto en la entrepierna de Drake.
Esta vez llevó sus manos hacia la mencionada zona de su amigo, abriendo los pantalones de este y dejando al descubierto unos boxers de color negro que eran el último bloqueo de lo que con que tenía que trabajar, pero no fue eso lo que dejó a la Octoling nuevamente quieta como una estatua, sino el bulto de buen tamaño que se encontraba bajo la prenda.
Ya sabiendo de lo que se trataba, Otome no pudo evitar morderse un poco el labio mientras volvía a sentir algo de inseguridad por ella misma, pero levantando la vista para ver al rostro del pelicastaño aún dormido, la Octariana terminó sacudiendo su cabeza para centrarse en lo que debía hacer.
Frunciendo el ceño para sentirse un poco más determinada, otra vez llevó sus manos hacia los elásticos de la ropa interior, aunque al intentar bajarla se topó con un pequeño inconveniente, y eso era que los mismos pantalones le estorbarían un poco. Por lo que como pudo, Otome retiró los jeans de Drake hasta dejarlos bajo las pantorrillas del mismo.
"Y-y ahora..." comentó la Octoling, ahora posando sus manos por última vez en los boxers del humano, seguido de comenzar a bajarlos lentamente y rogar porque en ningún momento Drake se despertara. Por otro lado, Otome jamás pudo sentirse más tensa, y/o impaciente en toda su vida. Ahora mismo conocería de cerca lo que sería el miembro reproductor de un humano, ella solo esperaba que no fuera algo demasiado raro de lo que ya había visto en imágenes.
Ya logrando llegar a la base de este, por reflejo la chica pulpo se detuvo por un segundo a la vez que dejaba escapar un jadeo de sorpresa. No obstante Otome reanudó con su tarea, prosiguiendo a seguir retirando dicha prenda, sacando mas y más el miembro de Drake, el cual ya dejaba ver parte del cuerpo.
La chica pulpo ya no pudiendo seguirse esperando a sí misma, terminó bajando los boxers de su amigo humano de golpe y sacándolo se una vez, cosa que provocó un pequeño salto en este, casi pareciendo una alegre bienvenida a la Octoling por parte del pene de Drake.
Con sus ojos bien abiertos, Otome se quedó viendo fijamente el miembro del humano con notable sorpresa, puesto que a pesar de no estar erecto, seguía presentando un tamaño respetable. La susodicha chica pulpo no sabiendo como proseguir, se dedicó a analizar por unos segundos el miembro masculino del Antiguo, no viéndose muy diferente al de un Octoling, lo cual agradeció de que no fuera de una forma demasiado 'poco común' por así decirlo.
La teniente una vez más consiguió recuperar su compostura, mas o menos, para luego con una exhalación llevar la primera tímida mano al amigo del pelicastaño. Obviamente Otome a pesar de ya ser una Octoling adulta, ella aún carecía un poco de este tipo de experiencias, demostrándolo con un pequeño toque con el dedo al pene de Drake, en un intento por ver si este reaccionaba de alguna forma.
Claramente dicho órgano reproductor no presentarían ningún cambio solo con eso, cosa que Otome supuso lo mismo también, así que retirando su mano, ella se quitó el guante sin dedos que traía puesto e intento otra cosa, esta vez tomando con cuidado dicho miembro con su mano expuesta, sintiendo el calor que también había en este, sin mencionar la sensación demasiado 'blanda' del mismo.
Pero lejos de causar alguna decepción en la Octoling, solo la dejó todavía más sorprendida, ya que pudo deducir que todavía no estaba erecto, cosa que también impresionó todavía más a la contraria, creyendo esta que por el tamaño que tenía ahora, ya estaba del todo levantado.
"Entonces... Q-que tan grande puede llegar a s-ser?" preguntó la cefalópoda humanoide. Temiendo e intrigada por saber la respuesta, Otome comenzó a mover su mano de arriba hacia abajo mientras levantaba su mirada hacia el rostro de su amigo humano, quien al estar inconsciente, mostraba un semblante tan vulnerable, a la vez que tan tranquilo. O eso es lo que la chica pulpo pensaba en estos momentos.
Pero luego de unos segundos, el cuerpo de Drake a la estimulación por parte de la mano de la chica pulpo, comenzó a reaccionar, dejando salir un leve quejido que no fue desapercibido por una asustada Otome, creyendo que este había despertado, solo para luego bajar su vista otra vez hacia el falo del pelicastaño, presenciando y sintiendo como este aumentaba de tamaño. No obstante, no fue tanto lo que creció el pene del humano, algo por lo que Otome nuevamente puso sus ojos en el rostro del durmiente, notando que para su gran suerte no había despertado, pero si mostraba signos de excitación, no solo por su miembro levemente erecto, sino que en su rostro estaba asomándose un pequeño sonrojo.
En ese momento, Otome supo que estaba yendo por buen camino, así que prosiguió con el movimiento de su mano, frotando el pene de Drake con mas ímpetu, además de apretar un poco mas su agarre al notar la leve rigidez extra que iba tomando.
Al igual que la anterior vez, no tomó mucho tiempo para que el miembro del joven volviera a reaccionar de la misma forma, continuando con su crecimiento ante los incrédulos ojos de Otome, la cual a medida que su tamaño era mayor, ella también movía su mano más rápido, y apretaba su agarre un poco más, como si buscara hacerlo crecer lo mas posible.
Hasta que un minuto de masturbación después, la teniente de tentáculos rojos miró hacia arriba hacia el 'titan' que se había alzado sobre ella, al mismo tiempo que una de las luces que se proyectaban sobre este, generaba una sombra con su forma sobre el sorprendido y sonrojado rostro de la Octoling.
En ese momento, Otome se había quedado embobada viendo el tamaño obviamente superior al que ella se imaginaba, sin mencionar el calor ahora mayor que emanaba de dicho miembro. Con su voz silenciada, y su respiración entrecortada, la teniente una vez más pensó en mover su mano para estimular el pene de Drake, y hacer que se corriera de una vez. No obstante, en vez de ser lo que por un momento creyó que era el dichoso esperma del humano, resultó que solo era la secreción pre-seminal del mismo.
Otome estuvo por tomar el jarro de vidrio creyendo que ya había terminado, hasta que una repentina hipótesis llegó a su mente, y eso era que ella había escuchado de otras Octolings que los machos 'disparaban' su esencia, no la secretaban, además de que este liquido era de un color transparente, no muy convincente de que fuera la muestra que ella necesitaba extraer.
Así que esta volvió a su posición, regresando a masturbar el pene del durmiente, solo hasta que parte de ese pre-semen comenzó a escurrirse por el tronco del miembro, y llegando a la mano estimulante de Otome, quien al sentir el pegajoso liquido se detuvo por un segundo, aunque volviendo a hacerlo a pesar de lo ya mencionado.
Con su respiración volviéndose un poco más pesada, la Octoling comenzó a sentir como gracias al líquido pre-seminal, la mano de Otome comenzaba a resbalar con mayor facilidad por el pene del contrario, libricándolo de paso y generando unos húmedos sonidos. La excitación de la teniente tampoco se hizo esperar demasiado, llegando a entrecerrar sus ojos aún sonrojada, y con esa respiración pesada, le daba casi una expresión de 'anhelo' en su rostro mientras veía fijamente el miembro erecto del pelicastaño.
Pero mediante el tiempo seguía pasando, la teniente de a poco fue sintiendo que una sola mano no sería suficiente para conseguir lo que quería, así que quitándose el guante izquierdo con sus dientes, llevó su otra mano desnuda para acompañar a la primera, sin miedo a que esta también se manchara con el lubricante sexual natural del humano.
Pronto la pequeña habitación se llenó con los sonidos húmedos producidos por el acto sexual de Otome, sin mencionar que la respiración de esta ya se había convertido en jadeos que casi se sincronizaban con el sube y baja de sus manos.
"Vamos... S-sal de una vez..." casi rogó la chica pulpo, escuchando como la respiración del inconsciente Drake también iba cambiando a una más acelerada que antes, cosa que hizo detener a Otome por otro momento, viendo como el pene de su amigo se quedaba palpitando en sus manos.
Dedicándole otra mirada fija, la cefalópoda humanoide no se había dado cuenta por obvias razones de la curiosa forma del miembro masculino del humano; un tamaño que en parte intimidaba a la chica pulpo, una cabeza redonda y grande, y un conjunto de visibles venas que rodeaban el cuerpo del órgano reproductor, dándole casi un aspecto como de estar 'enojado', o eso es lo que Otome pensaba en esos momentos.
Frunciendo sus labios, la mencionada hembra Octoling no supo como proseguir para llevarlo al orgasmo, además de solo masturbarlo con ambas manos, solo para luego recordar algo que Helena le había dicho antes de encerrarse con Drake.
"Un pequeño consejo; cuando un placentero agarre no es suficiente, la 'succión' es un factor más fiable, y si eso aún no funciona... Pues, se creativa~" Otome recordó las palabras de la Jefa Científica, obviamente más experimentada que ella, pero a pesar de eso, enojándose un poco con ella de paso.
"¡Hmm... Como si no supiera eso ya!" mintió la teniente de tentáculos rojos, dejando salir por un momento su lado tsundere.
Luego de eso, comenzó a pensar en las palabras que le había dicho la susodicha milf Octoling, viniendole la primera de ellas, de la cual entendió de forma casi instantánea al recordar sus manos todavía sujetando el pene de Drake, pero al pensar en la segunda, fue aquella misma la que la dejó algo confundida.
"¿Succión?" preguntó Otome mientras casi aparecía un signo de pregunta sobre su cabeza. Y no fue hasta que finalmente supo a que se refería, reaccionando con un sonrojo todavía mas notorio en su rostro.
"D-de verdad no querrá decir que t-tengo que...?" tartamudeó la chica pulpo, no atreviéndose a completar la frase, y viendo al miembro del humano con unos ojos aún más abiertos.
La verdad es que Otome no estaba muy segura si tendría que llegar a eso, pero sabiendo que sus manos no serían suficiente, además de querer terminar con esto lo antes posible, no podía pensar en otra solución más viable. Sin mencionar que la excitación que estaba teniendo en su cuerpo tampoco la ayudaba a concentrarse.
Así que sin poder encontrar otra opción, tomó una posición más cercana al gran miembro erecto frente a ella, dejándolo a unos escasos centímetros frente a su ruborizado rostro.
"N-no va a caber..." comentó Otome con nerviosismo, seguido de que con un trago de saliva, esta abrió su boca levemente sacando una tímida lengua de ella, la cual fue acercando poco a poco al erecto pene de su amigo humano.
Su respiración también se iba volviendo cada vez más irregular a medida que se acercaba, terminando con un pequeño quejido cuando la lengua de la chica pulpo finalmente entró en contacto con el miembro del pelicastaño.
Con pequeñas y tímidas lamidas, la Octoling comenzó a recorrer el cuerpo del pene erecto, degustando también su sabor, el cual tenía un sabor raro pero no desagradable, o al menos ese fue el pensamiento que tuvo Otome. Incluso cuando su lengua llegó a probar el líquido pre-seminal de Drake, esta no detuvo sus lamidas. Al contrario, fueron volviéndose mas confiadas mediante pasaba el tiempo.
Al transcurso de unos cinco minutos, la excitación de Otome había aumentando en mayor medida, empujándola a hacer lamidas más audaces y sacando su lengua por completo, la cual gracias al largo de esta, no le fue problema enrollarla a lo largo del tronco.
La Octariana obviamente también sentía la necesidad de auto complacerse a sí misma mientras se deleitaba con el miembro de Drake, pero se contuvo de quitarse sus pantaloncillos, contentándose por ahora con llevar una de sus manos a su entrepierna, y frotar sus piernas entre sí.
Por otro lado, la sensación de la larga lengua de Otome había provocado que la respiración del pelicastaño también se volviera más pesada, al mismo tiempo que su expresión cambiaba a la de estar disfrutándolo, incluso cuando todavía estaba bajo los efectos del tranquilizante.
Ya solo dejándose llevar, Otome fue subiendo con su lengua hasta que rodeó la gran cabeza del pene del contrario, degustando la mayor concentración de pre-semen, que ahora se mezclaba con su saliva a lo largo de todo el miembro de Drake. No obstante, los constantes jadeos y quejidos que la Octoling daba en su labor, solo volvían la escena más erótica de lo que ya era. Con una Otome que ahora masturbaba el pene del pelicastaño con su lengua, mientras que hacia remolinos alrededor de este de vez en cuando. También cabía recalcar que la respiración del inconsciente humano pronto fueron cambiando a entrecortados jadeos, cosa que la teniente no dejó desapercibidos.
Separando su lengua por un momento, lo cual dejó varios hilos de saliva y 'algo' más aún uniéndolos, la chica pulpo alzó su vista para ver la expresión en la cara de su amigos humano, notando el constante jadeo y el placer reflejado en su rostro.
"¿Te gusta...?" aún así preguntó la Octoling sabiendo que no obtendría respuesta, cosa que no le importó en lo mas mínimo. Y con una expresión de anhelo en su propio rostro mientras veía al del pelicastaño, Otome volvió a poner su atención en el pene erecto de este, tomándolo con ambas manos y apuntando la punta hacía ella.
La chica pulpo luego de eso abrió su boca, dispuesta a dejar entrar esa gruesa vara de carne dentro de ella. No obstante, esta seguía dudando un poco acerca de sí estaba disgusta a llegar a tales extremos. Pero ya no había vuelta atrás, y el nuevo sentimiento que la teniente estaba experimentando en estos momentos, la hacía querer explorarlo todavía mas, así que simplemente movió su cabeza al frente, finalmente permitiendo el ingreso de Drake al interior de su cavidad oral.
Comenzando por la punta, Otome fue introduciendo el miembro del humano hasta que la gran cabeza de este desapareció entre los labios de la Octoling. Pero esta no se detuvo ahí, y continuó metiendo unos cuantos centímetros más, terminando con tener un cuarto del pene de Drake cuando ella no se atrevió a seguir.
Aún así, Otome no se hizo esperar, comenzando a chupar mientras movía su cabeza de adelante hacia atrás. Y por lo mismo tampoco pudo evitar cerrar sus ojos, dejándose llevar todavía más por la situación.
Pronto la habitación comenzaría a llenarse con los húmedos sonidos de succión que la teniente producía, junto a los sutiles y a la vez audibles jadeos del dormido ex-comando. Pero luego los ya mencionados sonidos de Otome, fueron cambiando de tono cuando esta iría introduciendo más adentro de su boca ese miembro humano, lo que haría que ahora uno que otro gemido ahogado se sumara a la cacofonía de sonidos sexuales.
Pero a pesar de eso, la chica pulpo no estuvo conforme con solo chupar, y gracias a que sus manos todavía estaban sujetando el pene del pelicastaño desde la base, rápidamente empezó a mover dichas extremidades de arriba a abajo, deslizándose con suma facilidad por la saliva que Otome escurría desde su boca hacia el filote de Drake.
Y viéndose desde otro ángulo, la espalda de la Octoling jamás había estado más arqueada, resaltando de muy buena forma el redondo y bonito trasero de la misma, el cual tampoco paraba de moverse de un lado a otro mientras se atragantaba, sin mencionar que también resaltaba una buena porción de 'humedad' entre sus piernas, llegando incluso a dejar caer una que otra gota.
Aunque eso no era lo único que goteaba. Mediante tantos chupetones y lamidas, la viscosa saliva de Otome comenzaba a gotear al suelo junto a los propios fluidos de su amigo dormido. Y mediante a este mismo proceso, la Octariana de tentáculos rojos comenzaría a usar de forma imaginativo nuevas técnicas para complacer al pelicastaño con su boca, y empujarlo más al orgasmo.
Desde chuparlo de lado, lo cual hacia que la punta del miembro pinchara el interior de su mejilla, y sobresaliera por fuera de esta, hasta volver a enrollarlo con su larga lengua como una serpiente, siendo que también movía su cabeza junto al apéndice de su boca. Incluso llegó a un momento cuando introdujo el pene de Drake lo más profundo que pudo en su boca, llegando hasta la mitad de este cuando por fin alcanzó su garganta y poco mas, lo cual aún así fue un logro para ella.
No obstante, el miembro del humano todavía se negaba a expulsar el contenido de sus bolas, incluso cuando Drake mostraba un rostro que parecía estarse yendo a la novena nube.
"D-da... Shuel-... Talo!" volvió a rogar Otome aún con su boca llena de ese gran trozo de carne. Pero la forma en que lo había dicho, parecía más por quererlo ella que por obtener la 'muestra', sin mencionar que sus ojos entrecerrados y su mirada levemente perdida hacia arriba, le daban una expresión que ella nunca creyó tener.
Pero daba igual cuanto siguiera chupando ese pene, el orgasmo de Drake no llegaba. No sabía si era por que el ya mencionado tenía mucha resistencia, o por que se negaba a dejarlo salir. Mismamente por lo que Otome tampoco se negó a detenerse, metiendo repetidas veces el miembro del pelicastaño con tal saña que no le importaba que este golpeara su garganta cada vez que movía su cabeza hacia la entrepierna de su inconsciente amigo.
Y entre tantos sonidos de succión, y ahogamientos por parte de Otome, esta terminó apartando su boca del erecto miembro con un audible chupetón, al mismo tiempo que la chica pulpo comenzaba a jadear con su lengua de fuera por la evidente falta de aire que había tenido en ese momento.
Aún así, cuando su respiración se reguló un poco, centró su atención en el rígido miembro cual roca del humano, el cual no había cambiado en nada desde que Otome empezó, solo con la diferencia de estar totalmente cubierto por la saliva de una Octoling excitada.
"Q-que más puedo hacer?" se preguntó a sí misma Otome, sin saber cómo proseguir para provocar un orgasmo en el pelicastaño.
"Se creativa~" una vez más sonaron esas palabras en la mente de la teniente, quien solo fruncio el ceño en leve frustración.
"C-cuán mas creativa tengo que ser?... Ya hice t-todo lo que se me ocurrió..." comentó la cefalópoda humanoide, volviendo a masturbarlo para evitar que se 'bajara'.
Pero mientras lo hacia, una fugaz idea llegó a su mente, la cual vino a ella cuando volvía a masturbar el pene del ex-comando, y percatándose de sus pechos rebotar mientas lo hacía.
"Se creativa~" volvieron a sonar las palabras de Helena en la cabeza de Otome por última vez, cosa que provocó un trago de saliva tras ocurrísele. Dicha idea también sonaba algo rara en su cabeza, pero aún así seguía siendo una idea, por lo que apartándose un poco, Otome fue quitándose lentamente su placa pectoral mientras algo de vergüenza volvía a ser presente en ella.
La verdad es que el hecho de 'desnudarse' frente a Drake, no era algo que ella estaba planeando hacer, o por lo menos, 'no aún', pero por otra parte ella pensaba que era lo justo, ya que más de una vez había visto el cuerpo semi-desnudo del humano, y ahora no solo pudo ver de cerca su miembro, sino que también se lo había manjado como ella quiso, así que no tenía de otra. Al menos solo era la parte superior, y Drake estaba inconsciente.
"Y-ya habrá otra ocasión para que puedas verme..." terminó diciendo Otome, todavía presa del deseo y la necesidad de 'atención'. Y con una mirada más al rostro del pelicastaño, la teniente llevó sus manos a los bordes de su top, empezando a subirlo con lentitud, revelando el resto de su lindo vientre, seguido del comienzo de su pecho, y terminando con dos sobresalientes bultos de buen tamaño.
Al llegar a esa parte, la Octoling de tentáculos rojos se detuvo por un segundo, pensando en que si era buena idea llegar a estos extremos, pero de la misma forma en que anteriormente ella pensaba sobre la idea de chupar el pene de Drake, la chica pulpo mandó ese pequeño y último atisbo de pudor al cuerno, terminando así por despojarse de su atlética prenda.
Y con un delicioso rebote, los grandes pechos de Otome finalmente quedaron al descubierto, saludando de una buena vez al grueso miembro del pelicastaño. La Octoling por otro lado, solo dejó su top junto a su placa pectoral, para luego poner sus manos en sus suaves pechos y dedicarle una última mirada llena de anhelo al durmiente joven humano.
En ese momento Otome no sabía porqué, pero el hecho de estar en una posición tan 'vulnerable' frente al chico por el que posiblemente tenía sentimientos, la hacia sentir como si un fuego se encendiera dentro de ella. Y poco sería decir que la mirada de la Octoling era linda, cuando cualquiera se derretiría a sus pies si vieran fijamente esos preciosos ojos verdes, los cuales estaban invadidos por la lujuria y el deseo.
Con un nuevo jadeo por la excitación, Otome no quiso esperar más, así que tomó el miembro erecto del contrario, sacando su lengua en toda su longitud fuera de su boca, y plantando una larga lamida desde la base hasta la punta.
Acto seguido, la teniente prácticamente se metió entre las piernas del pelicastaño, para luego poner el miembro del mismo entre sus pechos, y usar sus manos para cerrarlos a su alrededor. Claramente por el tamaño de Drake, sus pechos no consiguieron abrazarlo por completo, pero si lo suficiente para que dicha meta casi fuera cumplida.
"Espero... Que esto sí funcione..." comentó Otome, a la vez que por primera vez en lo que había comenzado a hacer esto, sonreía, sintiendo el calor de ese gran pene entre sus senos.
Y sin hacerse esperar, la chica pulpo comenzó a moverse de arriba hacia abajo con sus pechos, sintiendo la nueva sensación de su piel frotarse con la de su amigo, de la cual al estar todavía cubierta por su saliva, el frote se realizó con gran facilidad. No obstante, el hecho de que fueran ahora sus senos los que ahora le hacían una rusa a Drake, eso no detuvo el concierto de sonidos eróticos en la habitación, es más, ahora se sumaron los jadeos y pequeños gemidos de satisfacción por parte de Otome, la cual al sentir el lubricado miembro de su amigo pasar entre sus dos mamas, le brindaba algo de placer a ella.
Pero mediante el tiempo pasaba, la nueva técnica que la cefalópoda humanoide estaba haciendo, parecía estar funcionando, y pronto la respiración del pelicastaño se volvería tan pesada que parecía que fuera a despertarse en cualquier momento, además de que el pene de este palpitaba entre esas dos suaves y blandas superficies.Otome también lo pudo sentir, y mientras veía al miembro frente a ella, no pudo evitar la necesidad de llevárselo a la boca también. Así que sacando su lengua, la teniente introdujo la punta y poco más del grueso de su amigo, sin dejar de mover sus pechos de arriba hacia abajo. Pero como si no fuera suficiente, esta también decidió enrollar su larga lengua en la pequeña porción que quedaba sin satisfacer.
Tensando su cuerpo, Drake se aferró con fuerza de los respaldos de la silla, dejando su cabeza colgando hacia atrás, y sintiendo el tan esperado orgasmo llegando de una buena vez a él a causa el ataque triple que Otome le estaba aplicando a su pobre miembro. La mencionada chica pulpo por otro lado se percató del suceso tan esperado, por lo que aplicó todo su ímpetu en sus acciones. Con sus labios chupando con más fuerza, su lengua apretando aún más en su sube y baja, y sus pechos aplicando mas fricción en la base y cuerpo del miembro.
La habitación ahora mismo era un concierto de sonidos obscenos, sumados a los ahogados gemidos de Otome que ya dejaba salir sin vergüenza. Pero el pobre pelicastaño estando ya en su límite, finalmente dejó salir un audible gruñido de éxtasis, antes de finalmente dejarlo salir todo de una vez.
Y con un sorpresivo empuje de sus caderas, Drake metió una última vez su pene lo más profundo que pudo en la boca de la desprevenida Octoling, y expulsando la tan ansiada descarga de semen dentro de ella, literalmente ahogando el gemido de sorpresa que la contraria había exclamado.
Otome por su parte, solo pudo sujetarse a la piernas del humano mientras abría bien sus ojos por la repentina acción hecha por el inconsciente pelicastaño, solo para luego sentir como una caliente y espesa sustancia era liberada dentro de su boca, llenando sus mejillas, seguido de que por la cantidad, una buena parte se escapaba de sus labios.
Pero también el hecho de tener el pene de Drake corriéndose en su garganta, Otome no tuvo de otra que empezar a tragar el contenido que este le daba mientras su mirada lentamente iba quedándose perdidamente mirando hacia arriba.
Y solo hasta cuando la chica pulpo no pudo resistirlo más, esta se apartó bruscamente de ese pene que todavía seguía disparando chorros de esperma, los cuales cayeron sobre sus tentáculos, su rostro, y sus pechos, a la vez que Otome solo se quedó en el suelo sentada con sus rodillas dobladas, esperando con sus ojos entrecerrados, mejillas llenas y mirada pérdida a que la lluvia de esperma terminara.
/-/-/-/-/-/
Luego de unos aparentes dos minutos, Drake una vez más se vería mucho mas relajado sobre la silla, casi como cuando se lo trajo ahí. Excepto por una respiración de leve agotamiento.
Por otra parte, Otome quien se había quedado en su lugar todo el tiempo, al fin había recuperado algo de su 'consciencia', cosa que la hizo abrir sus ojos otra vez, y voltear su vista hacía la pequeña jarra de vidrio sobre la mesa.
Estirándose para tomarla, esta la puso enfrente de ella, seguido de abrir un poco su boca y comenzar a depositar la gran cantidad de 'muestra' que había guardado en su boca. No tomó mucho tiempo para que la teniente vaciara su boca, terminando con toda su lengua afuera, y un último jadeo.
Al terminar con su labor, la Octoling levantó la jarra frente a ella, notando con un poco de asombro que esta se había llenado, pero al estar todavía algo atontada por lo sucedido, la chica pulpo bajó la jarra por debajo de su mentón, y terminar dándole una lamida al blanco contenido de esta, emitiendo un suspiro de satisfacción, seguido de que su mirada se quedaba perdida en la nada cuando tragara.
"Siento que mi cabeza flota..." fue el único comentario que dijo Otome, antes de poner la jarra de vidrio en la mesa, y levantarse sobre sus pies con algo de dificultad. Acto seguido, ella puso una de sus manos en su vientre, recordando el hecho de que también se había tragado una buena cantidad de la esencia del joven humano, haciendo que ella sonriera un poco de lado.
Pero en ese momento, cuando volteó a ver a su sorprendentemente inconsciente amigo, sus ojos se abrieron de golpe cuando notó el aún erecto pene de este, todavía en pie para una segunda ronda.
La teniente aunque ya estando un poco en sí, no pudo evitar tragar saliva y sentir una pequeña necesidad por 'usarlo', ya que a pesar de haber disfrutando en parte lo de ordeñar a su amigo, todavía tenía esa sensación de estar ardiendo entre sus piernas. Que aunque no era algo tan fuerte como hace unos minutos, seguía estando presente.
Con su respiración lentamente convirtiéndose en un jadeo, la chica pulpo estiró su mano para alcanzar el pene del humano, a la vez que con su otra mano, se disponía a quitarse sus pantalonsillos.
Pero al momento en que había puesto su mano sobre esa venosa vara de carne, un par de golpeteos se escucharon en la única puerta que había, alertando a la Octoling, e instintivamente cubrir sus pechos aún expuestos, y recobrando su cordura otra vez.
"Teniente Otome?. Se que le dijimos que se tomara su tiempo... Pero ya ha pasado bastante, y... La Doctora Helena quiere saber si ya ha terminado" dijo la voz de una de las encargadas, a lo que la ya mencionada oficial Octoling, tomó su top, su placa pectoral, y corrió hasta la puerta, ahora cubriendo la parte superior de su cuerpo con estos.
"Ehhhh... S-sí, ya terminamos... Solo denme un momento, y... S-saldré!!" respondió Otome desde su lado de la puerta, a la vez que se apoyaba de espaldas en esta para evitar que la abrieran si se les ocurría hacerlo.
"Muy bien, le avisaré a la Doctora que ya terminó!" finalizó la desconocida Octoling, para luego escucharse como esta se retiraba del pasillo a paso apresurado.
Ante eso, Otome solo dejó salir un suspiro de alivió mientras se dejaba caer sobre su trasero, quedándose sentada todavía apoyada en la puerta. Cosa que no duró mucho, ya que recordó que tanto ella como el suelo donde había estado arrodillada, habían quedado hechos un desastre, por lo que debía limpiarse a ella, y a todo el lugar que estuviera manchado de blanco.
Aunque fue una fortuna que hubieran dejado una caja de pañuelos, y un pequeño cesto de basura junto a la jarra. Pero la verdadera pregunta era; una caja sola será suficiente?.
(N/A: Bueno, hasta acá llega la escena lemon que tanto pedían. La verdad es que me sorprende que dicha escena abarcara casi lamitad del capítulo, pero supongo que me inspiré bastante 7u7. Pero bueno, espero que los que la leyeron lo hayan disfrutado, y prosigamos con el resto del cap 7u7)
[P.O.V Drake]
Lentamente comenzaba a abrir mis ojos, sintiendo como la luz blanca me encandilaba por un momento. Pero a medida que mis sentidos volvían a recuperarse, pude ver con una vista algo borrosa, como un par de manchas se movían en frente de mí, a la vez que unas voces resonaban en mis oídos. Hasta que luego de unos pocos parpadeos, resultaban ser Otome y esa doctora pervertida, al parecer discutiendo algo.
"¡Se lo advierto, si usted llega a decirle a alguien sobre lo que-...!" la chica pulpo intentó amenazar a la contraria, curiosamente con su voz haciendo eco en mi cabeza, solo para que la otra Octoling un poco mayor la interrumpiera.
"Y se lo vuelvo a repetir, Teniente Otome; mis labios están sellados" respondió Helena con el mismo tono de estar haciendo eco, y una sonrisa segura. La mencionada Octariana de tentáculos rojos estuvo a punto de volver a discutirle, pero un quejido de mi parte las hizo voltear a verme.
"¡Drake, al fin despiertas. Díme, como te sientes?" me preguntó Otome con una expresión de preocupación en su rostro, mientras que colocaba sus manos en uno de mis brazos.
"Yo... Ahh... Que pasó?" le devolví la pregunta, seguido de llevarme mi otra mano al rostro, claramente aún aturdido por mi reciente despertar.
"¿Antes, o después de caer inconsciente?" preguntó ahora la doctora junto a nosotros dos, cosa que por alguna razón Otome le lanzó una fulminante mirada.
"Pues después, claro..." respondí yo, ya empezando a escuchar sus voces con mejor nitidez. Aunque también no pude evitar notar como la expresión de Otome ahora cambiaba por un momento a una mas nerviosa, seguido de voltear a ver a la Dr.Helena, y luego volver a centrarse en mi.
"Mmmm... Pues, no pasaron demasiadas cosas. Usted cayó dormido, la Teniente Otome se enojó mucho conmigo, y luego lo trajimos aquí hasta que despertara" respondió la Octariana de tentáculos morados, sonriendo también de una forma juguetona.
Yo por mi parte, no me inspiró mucha confiada esa sonrisa de gato que adornaba su rostro, hasta podía jurar que esta Octoling me estaba ocultando parte de los sucesos en los que yo estuve ausente.
"¿Es eso cierto, Otome...?" una vez más pregunté, pero esta vez volteando a ver a la nombrada, quién por un momento pareció tomada por sorpresa cuando me devolvió la mirada.
"Eh?... Ahhh, sí, sí!... Eso fue lo que paso. Yo la verdad es que quería sacarte de aquí, pero la Doctora Helena terminó convenciéndome de que nos quedáramos aquí hasta que despiertes... No es así?" me explicó la chica pulpo al lado mío, para luego poner su atención sobre la otra doctora, y decir la última frase apretando los dientes con evidente enojo. A lo mejor sí había pasado algo entre Otome y Helena, pero no querían decirme qué.
"En efecto... De hecho, también intenté convencerla de que nos permitiera hacer otros estudios mientras usted estaba inconsciente, pero se negó en todo momento. Hasta incluso se quedó aquí a vigilar para evitar que lo hiciéramos" contestó la chica calamar científica, con sus ojos cerrados en aparente decepción.
"¿Aquí...?" no me había dado cuenta hasta ahora, pero pude ver que me encontraba recostado sobre un sillón reclinable mientras un escritorio con distintos tipos de papeles se encontraban sobre este. Probablemente sea la oficina de la líder científica.
Pero al momento en que escuché lo que trataban de hacer ella y sus locas ayudantes, ya se me hacía una idea del porqué Otome se veía tan enojada con la susodicha Octariana de tentáculos morados.
"Ok... Pero en todo caso, por qué estaban discutiendo ustedes dos?" volví a preguntar, ya sintiéndome bastante mejor de lo que estaba antes, pero una ligera sensación de somnolencia todavía seguía presente.
"¿Eh, discutiendo?" preguntó Otome, tensándose una vez más, y sonriendo de una manera forzada.
"Si... Cuando desperté, lo primero que vi y escuché fueron a ustedes dos, discutiendo de que no querías que nadie supiera a cerca de algo" respondí, a la vez que ponía mi atención en la teniente al lados mío. Aunque lo curioso fue que Otome pareció ponerse tensa por un momento, mirando hacia todos lados en busca de una salida.
Pero tal como la anterior vez, Helena decidió responder en su lugar, claro que no sin antes dejar salir un suspiro por el aparente acorralamiento de su contraparte militar.
"De hecho... La Teniente Otome quería que no se supiera sobre lo sucedido con usted y... El tranquilizante, ya que si el Emperador Octavio descubriera que usted tuvo un inconveniente tan peligroso, podría llegar a enojarse bastante con ella, o nuestra organización" contestó la doctora, acercándose hasta ponerse del otro lado del sillón.
"Esta bien. Y mas o menos cuanto estuve inconsciente?" volví a preguntar, seguido de moverme un poco al frente para hacer que el sillón tomara una posición mas enderezada.
"Si lo dice por miedo a que ya se le halla hecho tarde, no se preocupe, no estuvo más de una hora fuera, lo cual me sorprende un poco. Ese tranquilizante no era algo que se diga... 'Ligero'" respondió Helena, seguido de levantar la mano en donde me había inyectado la sustancia por accidente, y revisar la palma de esta.
"Sí, bueno... Como veo que ya todo se calmó, la verdad es que me gustaría que ya pudiéramos seguir nuestro camino, gracias" comenté mientras que retraía cortésmente mi mano, e intentaba levantarme otra vez. Cosa que fallé abruptamente, ya que al momento en que pude ponerme sobre mis pies, mis piernas de derrumbaron, obligándome a caer sobre una rodilla con un gruñido de esfuerzo.
Suerte que Otome todavía estaba ahí, y lo digo porque al momento en que caí, al instante esta me tomó por uno de mis brazos, y me ayudó a sentarme nuevamente en el sillón.
"Le aconsejaría no precipitarse, Señor Drake. Apenas acaba de despertar, y como podemos ver, el efecto del tranquilizante todavía no se a ido del todo. Será mejor que repose por unos minutos, a menos que no quiera tener ningún tipo de secuela" comentó la Dr.Helena, una vez mas sonriendo con esa expresión que no me traía ningún tipo de confianza, al menos no de la que siempre acostumbro.
"Aunque me cueste decir esto, ella tiene razón, Drake. Será mejor que esperemos un momento a que tus fuerzas regresen" apoyó Otome, con una leve expresión de molestia en su rostro.
Sabiendo que no tendría de otra, solamente me dediqué a suspirar mientras me reclinaba una vez más en el sillón, pero no para estar mas cómodo, sino por la frustración que sentí en ese momento.
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El tiempo transcurrió, y mi cuerpo finalmente se había recuperado, aunque no sabía porqué tenía una extraña sensación en la entrepierna, solo espero que no sea nada raro en relación con el tranquilizante, como un efecto secundario o algo por el estilo.
Lo bueno es que ya habíamos podido salir de este lugar. Pero claro que en varias ocasiones cuando se supo que ya me iba, algunos de los científicos trataron de convencerme de que me quedara para que pudieran investigar un poco más acerca de mi raza, cosa que en todas esas ocasiones, les respondí con un; "Lo siento, estamos apurados", "Tengo que hacer algo en otra parte", "No tengo tiempo", o "Preguntenle a su jefa, ella ya me estudió", todo con tal de poder irme de una buena vez.
Tanto Otome como yo estando ya en la puerta, nos detuvimos por la repentina llamada de Helena, quien se acercó a nosotros con una sorprendente sonrisa sincera, antes de darnos un sorpresivo abrazo a los dos, de los cuales me pareció levemente incómodo que conmigo se demorara más en soltarme.
"Les estoy muy agradecida a los dos, de no haber sido por ustedes, nuestra sede de investigación jamás habría tenido una oportunidad como esta. Ahora con muestras e información dadas por un auténtico Antiguo, podremos al fin comenzar con el desarrollo de nuevas invenciones, o descubrimientos!" nos agradeció fervientemente la Jefa Científica, por lo que Otome y yo solo intercambiamos miradas, seguido de forzar una sonrisa.
"No tiene que agradecer... Después de todo, yo me presté voluntario... Mas o menos" contesté con una mano detrás de mi cabeza, pero al momento en que dije la última frase, volví a poner mi vista en la Octoling de tentáculos rojos al lado mío, quién al percatarse de eso apartó su mirada, sabiendo bien a que me refería.
"De todas formas, quiero compensarle lo que hizo por nosotros. Así que si en algún momento necesita que cualquiera de mis compañeras o yo hagamos algo por usted, solo pídalo, y lo haremos sin ninguna objeción" propuso la líder científica, cerrando sus ojos con seguridad en sus palabras.
"¿Eh, hacer algo por mí?" pregunté yo, un poco confundido al no saber que cosa podrían hacer estas científicas que yo no pudiera.
"Por supuesto, lo... Que sea~..." contestó Helena con unos ojos y un tono coqueto, al mismo tiempo que se quitaba sus gafas, y hacía el mismo gesto de morder juguetonamente una de las puntas con sus dientes, tal y como hizo hace un rato atrás.
Ante eso, y de la misma forma que antes, yo solo respondí al gesto alzando ambas cejas, seguido de centrar mis ojos en la teniente Octoling junto a mí, notando la expresión molesta mientras veía a su contraparte científica.
"Ehhh... Claro, lo voy a... Tomar en cuenta. Y ahora si no le molesta, ya nos vamos" respondí con una sonrisa nerviosa, seguido de que tanto Otome como yo nos diéramos la vuelta para retirarnos de una buena vez.
"¡No duden de volver otra vez algún día!" propuso Helena mientras nos saludaba con la mano en alto, cosa que nosotros devolvimos, pero de manera mucho menos entusiasta.
"¡Claro... Cuando los cerdos vuelen..." respondí yo, susurrando la última frase y poniendo mi vista otra vez al frente, pero lo suficientemente alto como para que Otome pudiera oírme, aunque esta última no me reprochó nada.
"Ahh... Al fin fuera... Siento que fue un día entero lo que estuve ahí..." comenté con un suspiro aletargado, al mismo tiempo que alzaba mi cabeza por el mismo motivo, sin mencionar que hasta ahora seguía sintiéndome levemente somnoliento por los efectos del tranquilizante.
"Si. Supongo que esta experiencia no va a entrar en tu lista de favoritas en Octomburg" me siguió la teniente, a lo que yo solo deje salir una pequeña risa. No obstante, cuando puse mis ojos sobre esta, noté como una expresión de culpa tomaba lugar en su rostro, incluso cuando una pequeña sonrisa lo adornaba.
"¿Mmm... Sucede algo?" pregunté, agachando un poco mi parte superior para verla de mejor manera.
"Eh?... Oh, no, no es nada, es solo que... Tal vez no fue buena idea haberte traído aquí a la fuerza, es solo que-..." trató de disculparse la Octoling, pero yo en ese momento la interrumpí levantando una de mis manos en frente de ella.
"Nah, esta bien, me lo merecía de todas formas. No debí de haberte molestado con tanta insistencia" me disculpe ahora yo, ganándome una mirada de sorpresa por parte de la Octariana de tentáculos rojos.
"N-no te preocupes por eso, de hecho... Yo tampoco disfruté mucho de la visita... Sobre todo con la Doctora Helena molestándome de forma indirecta... Sin mencionar lo que me obligó a hacer..." discutió Otome, susurrando la última frase, aunque arreglándomelas para poder escucharla, seguido de cruzarse de brazos y tomando un semblante más enojado.
"Ohhh... Y que te obligó a hacer?" pregunté yo, sintiendo un poco de curiosidad por lo que fuera que la hallan forzado a hacer. Pero al momento en que hice dicha pregunta, la chica pulpo puso rígida de golpe, incluso deteniendo sus pasos, dejándome un poco por delante de ella.
Al darme cuenta de que ella se había detenido, me volteé para verla con confusión, notando como Otome estaba apretando los puños mientras un visible sonrojo estallaba en su rostro, además de tener su vista algo baja.
"¿Otome?" la llamé usando el mismo tono confuso por su repentina reacción. Aún así, la voz normal que hice fue suficiente para que la susodicha diera un pequeño respingo, volviendo a levantar la vista para verme, pero con el sonrojo todavía presente en su rostro.
"¡Eh, que?... Oh, sí, bueno... Ya sabes, ella me hizo..." trató de decir la chica pulpo, pero obviamente quedándose a media frase, a la vez que ahora apartaba la mirada con una sonrisa nerviosa, además de frotarse uno de sus brazos de la misma forma.
"Te hizo...?" insistí con la pregunta, cada vez sintiéndome un poco más intrigado por lo que fuera que la hubieran hecho hacer como para causar que Otome se pusiera de esta forma.
"Me hizo... M-me hizo..." volvió a responder la Octoling, una vez mas dejando la frase a medias mientras ahora sus ojos miraban hacia todos lados, como si estuviera buscando una respuesta, o una salida a mi curiosidad.
"¡E-ella me hizo tocarte!" finalmente respondió ella, apretando sus puños con mas fuerza, y cerrando sus ojos de la misma manera, exclamando lo suficientemente fuerte como para que algunos transeúntes voltearan su mirada hacia nuestra dirección.
"¡Shhhhh, no lo digas tan fuerte!" susurré en consecuencia de su repentino alzamiento de voz, al mismo tiempo que me acercaba a ella con mis manos levantadas en frente mío, y mirando a cada Octariano que ahora nos observaba. Otome por otro lado, solo se dedicó a cubrirse la boca con ambas manos, dándose cuenta de lo que estaba diciendo en público, sin mencionar que todo su rostro tomó un tono carmesí, y unos espirales tomaron el lugar de sus pupilas.
"A-ahora dílo con más calma. A que te refieres con tocarme?" reanude mi interrogación, aún susurrando para que solo nosotros dos pudiéramos escuchar lo que decíamos, aunque me hubiera gustado poder hacer algo con los susurros que iniciaron entre los pocos Octolings a nuestro alrededor.
Balbuceando, Otome pareció estar buscando una respuesta plausible, al mismo tiempo que sus ojos divagaban de un lado a otro. Hasta que en ese mismo momento, ella dejó de parlotear y sus ojos se abrieron aún más, como si de una idea que ella tuvo se tratase.
"B-bueno, tu sabes... Ella me hizo... Tocar t-tus abdominales..." por fin me contestó la chica pulpo, ahora con un tono bastante mas bajo mientras bajaba la mirada de una forma linda, la cual sumada a su bonito rubor, le daban una apariencia muy tierna.
"O-ohhh... Ya veo..." comenté, seguido de volver a erguirme con una de mis manos en mi cadera, y la otra frotándome detrás de la cabeza con evidente pena. No hacia mucha falta decirlo, pero casi de la misma forma que Otome, yo tampoco no pude evitar ruborizarme un poco al recordar la supuesta escena.
Un momentáneo, pero incómodo silencio se genero entre nosotros dos, del cual tampoco nos atrevíamos a cruzar miradas con el otro. Y la escena seguiría de la misma forma, si no fuera por los susurros y pequeñas risas que se pudieron escuchar de los civiles más cercanos. Ante eso, yo fui el primero en reaccionar, lanzándole una fugaz mirada a los demás Octarianos, para luego centrar mi atención una vez mas en Otome, pero sin fijar mi vista en ella todavía.
"Te parece si nos vamos ahora a ese lugar...?" propuse, rogando innecesariamente porque la ya nombrada Octoling aceptara.
"C-claro... Sigueme..." respondió ella, para luego comenzar a caminar hacia una dirección aleatoria, y obviamente conmigo siguiéndola de cerca.
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El tiempo que había pasado luego de unos minutos de caminata, había sido relativamente tranquilo, aunque también me incomodaba un poco el hecho de que ninguno de los dos dijera algo, cuando podríamos estar ahora mismo hablando de cualquier cosa para distraernos.
Por lo que yo, estando ya un poco harto de este silencio, me dispuse a romperlo de una buena vez. Suceso que habría conseguido, si no fuera por que Otome me sorprendió anunciando la llegada del sitió al que ella quería traerme desde un principio.
"¡De acuerdo, al fin estamos aquí. Se bienvenido a uno de los mejores lugares de Octomburg!" exclamó la Octoling con un ánimo más renovado para mi sorpresa, creyendo que tal vez ella seguía apenada por lo de antes.
Cuando puse mi vista al frente, abrí mis ojos un poco más al presenciar lo que sería un gran Bar. Con un gran cártel al frente, justo por encima de la puerta doble de la que no dejaban de salir y entrar clientes, ya fueran Octolings u Octarianos para mi siguiente sorpresa. Lo siguiente que pude ver, fueron la diversas luces de neón de distintos colores que formaban las letras por cada rincón en las que se verían bien lo que decían, lástima para mi que no pude entender nada. Pero lo mas distintivo, fue la música que se escuchaba tanto dentro como fuera del establecimiento, siendo esta un especie de dubstep algo a la vieja escuela, pero con momentos algo intensos a la vez, aunque medio forzados. Una técnica un poco extraña a decir verdad, y se los dice alguien que fue un DJ novato una vez, pero a pesar de eso no quería decir que fuera desagradable, tenía su ritmo.
"Je, un Bar es la sorpresa que querías darme?" comenté mientras ponía mi vista nuevamente sobre la chica pulpo, notando la leve vergüenza que se reflejaba en su rostro.
"Ya se que no es el lugar más... Pintoresco de toda la ciudad, pero quería traerte a un lugar más para adultos después de lo que pasamos en Inkopolis. Además no es un bar cualquiera, es uno de los más conocidos... Y uno a los que vengo mas a menudo con mi escuadrón" respondió Otome, rascándose detrás de la cabeza y sonrojándose levemente.
"No digo que me esperaba algo mejor, solo que realmente no me esperaba que fuera a ser un bar ese lugar que tanto mencionabas" respondí con una sonrisa y una corta risa.
"Bueno al menos sí pude tomarte por sorpresa. Solo espero que no seas de esos a los que no les gustan las bebidas de este tipo" prosiguió la teniente, ahora cruzándose de brazos y arqueando una de sus cejas.
"No te preocupes por eso. Aunque admito que no soy alguien que bebe con frecuencia, sí me gusta tomar algo de vez en cuando" le contesté, seguido de que me cruzara de brazos al igual que ella.
"¿Entonces que esperamos?" dijo la Octoling, para luego tanto ella como yo nos encamináramos hacia el establecimiento.
No pasó mucho tiempo para que cuando llegáramos a cierta distancia, los pocos Octarianos que estaban fuera pusieran su vista sobre mí, yo por otro lado traté de no prestarles atención, pero los susurros también no se hicieron esperar, a lo que yo no pude evitar dar un suspiro. No obstante, cuando por fin entramos, me di cuenta del porqué a Otome podría gustarle tanto este lugar, lástima que de la misma forma en que pasó afuera, los clientes centraron su atención sobre mi persona. Incluso se pudo ver como la bartender llenaba uno de los vasos de otro Octoling que estaba en la barra, siendo este llenado hasta que rebalsó, y aún así no dejó de verter el alcohólico contenido de la botella en el vaso, siendo que ninguno de los dos se daba cuenta.
Pero a pesar de eso, Otome no pareció afectada en lo mas mínimo, adentrándose aún más, y conmigo detrás de ella mientras era seguido por las constantes miradas de todos los Octarianos. Al menos el hecho de que la música seguía sonando, fue lo que ayudó un poco con el incómodo momento.
Luego de eso, la teniente tomó lugar en una de las mesas que se encontraban cerca de las ventanas, más específicamente, de las mesas con sillas tipo sofá doble, justo por detrás de un cuarteto de soldados Octolings como Otome, quienes al verme no hicieron más que seguirme con la mirada algo boquiabiertas. Yo por mi parte, tome mi lugar justo en frente de ella, notando al instante como una de las integrantes del cuarteto ya mencionado se alzaba por sobre su asiento y el de Otome, antes de volver a agacharse cuando me percaté de ella.
"Entonces, dime. Con cual bebida quieres que empecemos?" preguntó con una sonrisa algo desafiante la ya mencionada chica pulpo, apoyando sus dos brazos sobre la mesa frente a los dos.
"Pues tu eres la que conoce más de los tragos de este sitio, porque no mejor me sorprendes con algo?" respondí yo a su propuesta, ganándome una divertida risa de su parte.
Luego de eso, Otome se movió hacia el otro lado de su lugar, asomándose por fuera de este mientras miraba hacia todos lados, al parecer en busca de algo, o alguien.
Y yo para cuando estuve por preguntarle que buscaba, la cefalópoda humanoide agitó una de sus manos en el aire, a la vez que exclamaba el nombre de alguien.
"¡Oye, Rūno. Ven aquí un momento!" yo me la quedé mirando por un momento, confundido por a quien estuviera ella llamando. Pero luego a los pocos segundos, otra Octoling de tentáculos morados, pero con toques de verde en las puntas había llegado a la mesa en la que estábamos, vestida con un atuendo negro azabache de etiqueta, y un cuaderno junto a un bolígrafo presionados contra su pecho, posiblemente la camarera.
"¡Otome, que alegría verte de nuevo. Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que estuviste aquí con las chicas!" exclamó la recién llegada, al parecer todavía sin darse cuenta de mi presencia.
"Jeje, lo siento por eso, pasaron demasiadas cosas en ese entonces, pero lo bueno es que por fin puedo venir aquí de nuevo. Y esta vez vengo con un amigo" contestó la teniente de tentáculos rojos, provocando una momentánea sorpresa en la contraria, a la vez que esta giraba su atención a mi.
"¡Oh, en serio, y quien es el afortunado-...?!" la Octoling conocida como Rūno no pudo terminar su oración, ya que al seguir la mirada de Otome hacia mi persona, esta dejó caer su cuaderno junto al bolígrafo, mientras que un rostro de suma sorpresa tomaba lugar en su expresión.
"¡Entonces era cierto...!" exclamó Rūno con un hilo de voz, y ahora con ambas manos cubriendo su boca, obviamente confundiéndonos a los dos.
"¿Rūno, que sucede?" al instante preguntó Otome, sacudiendo una mano en frente de la ya mencionada Octariana.
"Eh?, o-oh nada, es solo que... No me esperaba que estuvieras relacionada con el famoso Antiguo que llego a Octomburg, y mucho menos que viniera a nuestro establecimiento!" respondió la Octoling de tentáculos morados y verdes, recogiendo lo que había tirado.
"Pues dale las gracias a Otome, ella es la que me arrastró hasta aquí" comenté en broma mientras sonreía de lado, y volviendo a ganarme una expresión de sorpresa por parte de la camarera, tal vez por el hecho de que pudiera hablar su idioma.
"Ja,ja, que gracioso. Pero el también tiene razón, y vinimos para que pudiera probar algunas bebidas de este lugar. Así que, que dices, tomarás nuestras órdenes?" preguntó Otome con una sonrisa y una mejilla apoyada en su mano.
"Oh, claro que sí!. Diganme que van a tomar?" preguntó casi con euforia la chica pulpo, abriendo su cuaderno y preparando su bolígrafo para tomar nota de cualquier cosa que fueramos a pedir.
"Pues yo voy a pedir lo de siempre" ordenó Otome mientras que dejaba salir una pequeña risa por la actitud tan animada que la contraria había tomado.
"Muy bien, y usted, Señor Antiguo?" me preguntó Rūno después de anotar fuera lo que fuera que la Octoling de tentáculos rojos había pedido.
"Llámame Drake, y como aún no conozco nada acerca de las bebidas alcohólicas de los Octarianos, voy a pedir lo mismo que ella" contesté con mis brazos cruzados sobre la mesa, y poniendo mi mirada sobre Otome.
"¡De acuerdo, Señor Drake. Regresaré lo más pronto posible, y espero que disfruten de su tiempo en nuestro establecimiento!" finalizó Rūno con una sonrisa mientras anotaba mi pedido también, y terminar dándose la vuelta para dirigirse a la barra.
Yo por mi parte, me dediqué a seguirla con la mirada, notando como esta de una forma casi desesperada, parecía estar llamando a alguien del otro lado del puesto, con su mano en alto y dando saltos para hacerse notar más. Luego de unos segundos, un nuevo Octariano se sumó a la barra junto a la bartender. Siendo este otro Octoling de una edad bastante mayor a la de Rūno, e incluso podría asegurar que también unos años mayor que la Dr.Helena. llevando consigo un traje muy parecido al de la ya mencionada servidora de tragos, pero con unos toques mas distintivos.
Después de eso, vi como la amiga de Otome señalaba fervientemente hacia nuestra dirección, a lo que el nuevo individuo volteó su mirada hacia nosotros. Y en un parpadeo, el serio rostro del Octoling cambió a uno de controlado asombro, para luego decirle algo a Rūno que no pude escuchar a esta distancia y con la fuerte música. Luego de eso, el sujeto volvió a meterse en donde sea que halla salido.
Ante eso, solo me dediqué a volver a acomodarme, esperando que no fueran a surgir problemas acorde a eso.
"¿Que tanto vez?" en eso preguntó Otome mientras también se asomaba por su lado para ver hacia la dirección donde supuestamente había estado mirando.
"Oh nada, solamente a tu amiga Rūno" conteste sin mas, ganándome una ceja levantada, y una sonrisa de gato por su parte, algo que no me esperaba ver.
"¿Por que, acaso te gusta?" preguntó Otome antes de dejar salir una juguetona risa que pudo oírse incluso por el alto volumen de la música.
"Jeje, claro que no... Es solo que me parece una persona bastante... Curiosa. Y por lo que pude ver, tu amiga parece conocerte de ya bastante tiempo" comenté con mis brazos cruzados y también riéndome un poco.
"Pues se podría decir, de hecho... Aparte de mi hermana, ella es la segunda que más me conoce" respondió la teniente mientras se frotaba detrás de la cabeza, y curiosamente apareciendo un pequeño rubor en sus mejillas.
"¿Amigas de la infancia?" aún teniendo una idea de a lo que Otome se estaba refiriendo, de igual forma quise preguntar para estar completamente seguro.
"Bueno, me da algo de vergüenza contarte esto, pero... Eso es porque... Fuimos pareja una vez..." confesó la chica pulpo, quien solo se quedó en su lugar apenada, y jugando con sus manos por debajo de la mesa. Yo por otro lado, por poco me quedo boquiabierto por la inesperada revelación, al mismo tiempo que una momentánea sensación en mi pecho había aparecido.
"Wow... E-en serio ustedes dos están...?" pregunté aun con un atisbo de impresión en mi rostro, a la vez que dejaba mi pregunta a medio terminar, pero antes de que pudiera hacerlo, Otome me interrumpió en ese preciso momento.
"Oh, nonononono, no me estás entendiendo. Yo dije que lo fuimos una vez, pero ahora mismo no estamos en otra relación mas que solo amistad!" exclamó la Octoling con sus manos en frente de ella, en señal de que esperara. Y a decir verdad, no entendía el por que ahora me sentía aliviado por algún motivo.
"Ohhhh... Lo siento por eso... Si no quieres hablar sobre el tema, lo entiendo. No necesitas contarme acerca de la discusión que tuvieron" dije mientras ahora era yo el que se frotaba detrás de la cabeza, pero justo en ese momento, una risa de Otome fue lo que me dejó completamente confundido, como si lo que había dicho le hubiera causado gracia.
"Creo que sigues sin entender. Es verdad que Rūno y yo dejamos de tener ese tipo de relación, pero no de la manera en que tu piensas. No hubo ninguna pelea, gritos, riñas, o lágrimas, de hecho... Las dos quisimos acordar eso" respondió la chica pulpo, dejándome ahora confundido y por segunda vez sorprendido, mientras que Otome ahora sonreía de forma nerviosa.
"Ehhh... Tienes razón, sigo sin entender. Ustedes quisieron dejar de ser novias... Solo por que sí?" pregunté otra vez, levantando una de mis cejas y ladeando un poco mi cabeza.
"N-no, no es tan así. La razón por la que dejamos de tener una relación, es porque no actuábamos como si tuviéramos una relación romántica. Sí, hubieron algunos besos, y una que otra insinuación, pero nada más allá de eso. Hasta con el tiempo fuimos dejando de hacer eso también, volviendo a comportarnos como si solo fuéramos amigas, y bueno... Terminamos llegando a nuestra, entre comillas, 'ruptura'" terminó de explicar la teniente, al mismo tiempo que hacía con sus dedos la ya mencionada seña.
"Ohhhh, ahora entiendo... Pues es una forma bastante... Curiosa de romper" respondí con mi mano puesta en mi mentón. Y la verdad podría decirse que la forma más... Civilizada?. No se ustedes, pero para mi es la primera vez que escucho de la ruptura de una relación sin ninguna de las cosas que Otome mencionó.
"Sí, jeje... Y luego supusimos que tal vez no era nuestro destino estar juntas de esa manera, incluso poco tiempo después me enteré que ella estaba saliendo con alguien más, y no sentí celos ni nada por el estilo" dijo la oficial Octariana, cosa que yo ahora pude entender mejor, aunque todavía me parecía bastante curioso el tema.
"¿Y tu, has tenido alguna relación amorosa antes?" ahora preguntó esta, algo por lo que no pude evitar dar un pequeña risa sin gracia.
"Pues... Te mentiría si te dijera que no fue así. Aunque la verdad me gustaría que hubiera terminado de la misma forma que tú" respondí, dejando salir un suspiro mientras que Otome parecía sentirse algo intrigada por la respuesta.
"¿Por que, acaso tú y... Tu pareja no pudieron mantener su relación?" preguntó de nuevo la Octoling, ahora dejando ambas manos sobre la mesa.
"Bueno, yo si podía, pero... Digamos que ser novia de un comando hijo de un científico, no era suficiente para ella..." contesté con una sonrisa de lado, y apoyando una mejilla en un puño.
Cuando terminé de contarle mi desafortunada vida amorosa, por un momento la Octoling pareció estar molesta por algún motivo, pero luego cambió a un semblante más confiado.
"Bueno, ya sabes lo que dicen; 'hay más peces en el mar', además... Ella se lo pierde" comentó Otome, cosa que yo volteé mi atención a ella, notando como esta apartaba la mirada con una pequeña sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas.
Dicho gesto me había parecido bastante lindo por parte de la teniente, tanto que por un momento pensé en hacerle una pequeña jugarreta, pero en eso recordé lo que había pasado antes por molestar a la Octoling.
Afortunadamente, Rūno por fin había regresado junto a una bandeja con las bebidas que habíamos pedido, pero curiosamente con un par más de copas acompañando a los vasos ya mencionados.
"Disculpen la tardanza, aquí tienen. Un par de cervezas de raíz, y un par de cócteles de Aguamenta en las Rocas!" mencionó la camarera, seguido de colocar el par de vasos y las copas equitativamente frente a cada uno.
"¡Ehhh, Rūno, creo que te equivocaste. Y-yo no pedí un par de tragos tan caros!" comentó Otome, observando el par de copas sobre la mesa mientras tomando un semblante más nervioso, además de dar una sonrisa con la misma expresión. No obstante, la Octoling de tentáculos morados con verde se cubrió la boca con la yema de sus dedos, dejando salir una divertida risa.
"Claro que no, esos van de parte de mi jefe hacia el Señor Drake!" contestó la chica pulpo con una sonrisa de ojos cerrados, misma que no fue suficiente para calmar los nervios que la pobre teniente sentía en esos momento.
"¡S-sí, pero-...!" Otome trató de protestar otra vez, pero rápidamente fue silenciada con el alzamiento de una mano por parte de Rūno.
"Y no te preocupes por el precio, mi jefe dijo que la casa invita!" dijo Rūno de forma amistosa, para luego hacer un lindo guiño junto a una sonrisa.
"¿E-estas segura?" siguió dudando la Octoling de tentáculos rojos. Yo por otro lado, me quedaba algo confundido por la reacción de Otome. De verdad eran tan caros estos tragos?.
"Por supuesto que sí, y si aún no me creen, solo vean a mi jefe!" respondió la camarera, seguido de voltear su mirada hacia una dirección. Nosotros dos solo nos dedicamos a seguirla, terminando con nuestros ojos puestos en el Octoling al que antes Rūno había llamado con tanta urgencia, el cual también estaba mirando hacia nuestra dirección.
Para cuando nuestras miradas se cruzaron, este mismo embozo una gran sonrisa, al mismo tiempo que daba un pulgar arriba.
Luego de eso, Otome y yo nos volvimos a acomodar en nuestros asientos, regresando nuestra atención hacia la camarera, quien ahora intentaba contener otra risa.
"B-bueno, tengo que atender a los demás clientes, disfruten de la bebida, y Otome...?" dijo Rūno llamando la atención de la teniente, solo para luego acercarse a la oreja de esta, y susurrarle mientras cubría su boca de lado con una de sus manos.
"Recuerda que ebrios son más fáciles~" dijo la amiga de Otome, susurrando lo suficientemente alto como para que pudiera oírla, y por la forma en que volteó a verme, podría decir lo que lo hizo a propósito.
"¡¿Q-que es lo que insinúas?!" buena fue la reacción de la oficial Octariana, exclamando con un fuerte rubor tomando lugar en su rostro, y levantándose de su asiento con sus manos apoyadas en la mesa.
Ante eso, Rūno solo se dedicó a salir corriendo con una divertida risa, la cual fue alejándose mediante ella lo hacia también.
Pero otro lado, la teniente solo se dispuso a regresar a su asiento mientras exhalaba un audible suspiro de frustración con una de sus manos en su rostro. En cuanto a mi, no pude evitar empezar a reírme en frente de ella con una de mis propias manos cubriendo mis ojos.
"¡Oye, no te rías. Acaso no te molesta que ella sea tan así?" me replicó Otome, cosa que yo solo seguí riéndome ahora negando con mi cabeza.
"Lo único que voy a decir, es que ahora me cae bien. Ya veo por que fueron pareja una vez, y el porqué regresaron a ser solo amigas de nuevo" comenté todavía creyendo que Otome se molestaría aún más, pero esta solo me acompañó con una pequeña risa de su parte.
"Bueno... Tal vez sea por eso que la quiero y la odio al mismo tiempo" con ese comentario los dos compartimos una última carcajada, antes de comenzar finalmente con lo que vinimos a este lugar en primer lugar. El tiempo que transcurrió después de eso fue relativamente tranquilo, con nosotros dos hablando de diversas cosas, y disfrutando de nuestros tragos, los cuales, a decir verdad, no estaban nada mal. La cerveza de raíz tenía un sabor bastante peculiar, siendo esta de un gusto entre agrio y dulce, pero si les soy sincero, parecía mas una gaseosa que una cerveza, pero como dije antes, no estaba mal.
En cuanto al cóctel, pues como Rūno había nombrado, tenía un gusto bastante mentolado, el cual sumado al alcohol que contenía la bebida, se sintió un poco fuerte, pero no tanto como otros a los que había bebido anteriormente.
La charla en sí también la disfruté bastante, con ella pude ver una faceta de Otome que aún no había conocido, o por lo menos no del todo. Hablando mayormente de nuestras experiencias en los cuarteles y el nombre de nuestro equipo. Otome también en ese instante me había contado que su escuadrón junto a ella se hacían llamar: 'Escuadrón Shark Fang', encargadas de la exploración de zonas desconocidas y el hallazgo de material relacionado a mi especie. Se podría decir que ellas eran una unidad especial.
Yo también a cambio de eso, le revelé un poco acerca del comando al que yo pertenecía, los Espectros, y el tipo de misiones en las que nos especializábamos. No me molestaba mucho el contarle a la Octoling acerca de nuestra fuerza especial, después de todo, no es como si el gobierno ahora me fuera a castigar por revelar información clasificada.
"¡Wow, ya me gustaría verlos a ti y a tu equipo realizando una de esas misiones, y tal vez aprender un poco acerca del estilo de combate humano!" comentó Otome con sus brazos apoyados sobre la mesa y estrellas en sus ojos.
"Creeme, no es algo a lo que se le pueda decir... Agradable" respondí yo con una sonrisa de lado, dándole un último sorbo a lo que quedaba de mi cerveza.
"Que no se te olvide que yo soy una teniente en el ejercito Octariano, contando también con mi propio escuadrón. Y eso no me lo conseguí solo por ser una cara bonita" insistió la chica pulpo, provocando una silenciosa risa de mi parte.
"Bueno, tal vez sí te enseñe algo... En otra ocasión" contesté desviando la mirada con una sonrisa, fingiendo desinterés y cruzándome de brazos.
Luego de eso continuamos con nuestra plática por unos minutos más, pero solo hasta que Otome pareció empezar a ponerse nerviosa por así decirlo, o al menos esos es lo que yo pensaba. Con ella volviéndose mas inquieta y su rostro cambiando a un semblante de esfuerzo, sin mencionar que sus mano estaban juntas debajo de la mesa.
"Otome... Te sientes bien?" pregunte mientras ladeaba un poco mi cabeza, recibiendo una sonrisa forzada de su parte, además de notar como esta se sonrojaba al percatarme de su estado.
"¡S-sí, todo esta bien... Que era lo q-que me estabas contando?" mintió la chica pulpo, algo que al instante pude notar, solo para luego descubrir lo que posiblemente ella estaba ocultando.
"Otome... Acaso tu... Quieres ir a soltarlo?" pregunte con una ligera pizca de incomodidad en la pregunta, pero Otome no pareció saber a lo que me estaba refiriendo.
"¿Soltarlo, soltar que cosa?" preguntó la Octoling levantando una ceja.
"Ya sabes... Hacer que llueva..." otra vez mencioné, tratando de hacer que ella entendiera la indirecta, pero de la misma forma que la anterior, Otome permaneció con la misma expresión.
"¿Descargar tus penas, echar el miedo, polvearte la nariz, dar el suspiro, hacer del uno?" continué en un intento de hacer entender a la teniente de lo que estaba hablando, desgraciadamente ella no comprendió ninguna de ellas.
"Ahh... Ir al baño" finalmente dije con un suspiro, a lo que esta solo apartó su mirada con su sonrojo volviéndose más notorio.
"Je, n-no te preocupes por eso... Ya se me pasará" dijo Otome todavía forzando su sonrisa, y negándose a verme.
"Las piernas te tiemblan..." comente, a la vez que miraba debajo de la mesa, y efectivamente las piernas de la Octariana estaban temblando por aguantarse tanto, también pude ver por que sus manos estaban bajo de la mesa, y eso era que ella tenía ambas manos entre sus cerradas piernas.
"¡Hey, q-qué es lo que estás viendo?!" exclamó Otome, casi asestándome una patada.
"Esta bien, tranquila. Solo ve al baño, sí?" insistí con una sonrisa comprensiva, aunque solo obtuve una linda mirada enojada de su parte, acompañada con un gruñido nervioso.
"No me voy a ir a ningún lado, además adónde iría?" continúe insistiendo, pero ella volvió a desviar la mirada con ese rubor todavía presente en su rostro.
"E-esta bien... Pero ya no menciones el tema, ok?" terminó aceptando la Octoling, para acto seguido levantarse de la mesa, y pararse al lado de esta con sus piernas aún levemente cruzadas.
"Ya regreso..." avisó ahora la chica pulpo, a lo que yo solo le respondí con un pulgar arriba, y un asentimiento de cabeza.
"Claro, yo aquí te espero" luego de eso, vi como Otome se daba la vuelta para perderse entre los demás clientes del bar, solo que ella era la única que iba yendo a paso apresurado, algo por lo que se me escapó una silenciosa risa.
Luego de unos segundos, cuando la perdí de vista, me moví hasta el otro extremo de mi asiento, cruzándome de brazos y apoyando mi cabeza levemente en el marco de la ventana para ver hacia el exterior. Sinceramente podría decirles que esta ciudad tenía sus encantos, a pesar de los obvios problemas que habían, y tendría varios más si no fuera principalmente por el problema eléctrico, mismo que rápidamente recordé gracias a un pequeño parpadeo de la luz que se proyectaba sobre nuestra mesa.
Lo bueno es que ahora podría arreglar eso en un par de días.
Ese y otros pensamientos pasaron por mi cabeza, los cuales fueron interrumpidos por el sonido de alguien sentándose frente a mí. Creyendo que se trataba de Otome, volví a mi posición de antes.
"Vaya, no te tardaste nada-..." al momento en que puse mi vista al frente, quien estaba, o mas bien; quienes estaban sentadas en el lugar de Otome, no resultaban ser esta misma, sino el mismo grupo de chicas Octolings que habían estado al lado de nuestro lugar, siendo una de ellas la que me había visto por encima de su asiento, ahora estando apoyada sobre la mesa con ambos codos y sus mejillas sobre ambas manos, viéndome con una sonrisa juguetona.
No obstante, como había mencionado antes, esta no estaba sola, ya que otra de sus amigas estaba sentada al lado de ella, en una posición muy parecida. Pero lo que más me tomó por sorpresa, fue que las otras dos estuvieran sentadas peligrosamente al lado mío, algo que cualquiera habría sentido o escuchado.
"Ehhh... Puedo ayudarlas?" pregunté con un evidente tono entre confundido y levemente nervioso, algo por lo que las cuatro féminas dejaron salir una corta risa.
"Así que este es el tan famoso Antiguo de cerca" comentó la Octoling que estaba sentada frente mí, embozando una sonrisa mas grande.
"Te vimos cuando llegaste a la ciudad. Supongo que no nos viste entre todos los soldados frente a la multitud" comentó ahora la que estaba al lado de ella mientras me regalaba un guiño.
"¿A-a sí?" pregunté dudosamente, recordando la vez en que llegué, y todos los Octarianos que se habían acumulado a ambos lados de la calle. Probablemente ellas eran de los soldados que se habían posicionado frente a la multitud para evitar que estos pasaran.
"Sí. Y perdona si te parecemos chismosas, pero no pudimos evitar escuchar la charla que tuviste con esa otra Octoling. Quien hubiera imaginado que el Antiguo que escapó de su extinción resultaba ser un fuerte soldado" se unió ahora la que estaba sentada al lado mío, usando un tono bastante coqueto a mi parecer.
"Chicas, no se olviden que también dijo ser un DJ!" dijo la última de ellas, más específicamente, la segunda que estaba sentada de mi lado.
"Entonces con estas manos combates, y al mismo tiempo haces música?, jeje, curiosa combinación" volvió a comentar la que estaba sentada frente a mí, seguido de para mi sorpresa, tomar inadvertidamente una de las manos que tenía sobre la mesa, comenzando a inspeccionarla.
"¿Y no te gustaría mostrarnos que más pueden hacer tus manos?" ahora sugirió la que estaba sentada al lado de la ya mencionada.
"Ehh... Lo siento señoritas, me encantaría. Pero yo ya estoy con alguien, gracias" respondí lo más educado posible, al mismo tiempo que retiraba cortésmente mi mano del agarre de la primera.
"Owww, hablas de la chica a la que le ganó la urgencia?, olvidala por ahora. Ella no es de las que se divierten" contestó la que estaba al lado mío, cosa que me hizo ponerme serio por un momento.
"Dudo mucho que conozcas a Otome..." ahora comenté frunciendo un poco el ceño, pero lejos de causar algún arrepentimiento por parte de la chica pulpo, esta solo soltó una risa divertida.
"Muchos ya conocen a la Teniente Otome, pero dejame decirte; que lo que a ella le sobra en virtud, le falta en 'experiencia', si sabes a lo que me refiero~" contraatacó la misma, permitiendo darme cuenta de a lo que esta se refería. Y no les voy a mentir, ese comentario me hizo sentir algo apenado, al punto en que desvíe la mirada con un pequeño rubor en las mejillas. Pero cuando estuve por responderle, la misma Octoling me interrumpió.
"Incluso en ti se puede ver que no eres alguien inexperto. Sabes?, puede que ya allás estado con algunas de tu especie, pero no te dan curiosidad las hembras Octolings?" continuó la chica pulpo al lado mío, mientras que lentamente esta empezaba a acercarse a mí, motivo por el que yo fui retrocediendo hasta el final del asiento, quedando de espaldas a la pared.
"¡Muestrale, Sonya!" dijo la que estaba en frente mio, alentando a la ya mencionada, quien ya casi estaba apoyándose sobre mi pecho.
"Si quieres... Puedo mostrarte lo que una verdadera mujer Octoling puede hacer~" terminó sugiriendo 'Sonya', ya con sus labios tan cerca de los míos que podía sentir su respiración, y acercándose todavía más. Aunque eso todavía no terminaba ahí, puesto que sentí como esta ponía uno de sus dedos sobre mi barbilla, y con él iba bajando hacia mi mentón, luego a mi cuello, después mi pecho, y así.
Yo por otro lado tenía bien en claro que debía detenerla antes de que algo muy malo fuera a pasar, por lo que reuniendo toda la fuerza de voluntad que pude, me dispuse a empujar a la 'asaltante' en ese preciso momento, pero justo antes de que lograra hacerlo...
"¡¡Whaaarg!!" de una forma brusca, la Octolings sobre mí fue apartada, gracias a una sorpresiva mano que la agarró por uno de sus tentáculos. Pero más grande fue mi sorpresa cuando pude ver que se trataba de Otome, quien de una forma muy poco cuidadosa, sacó hasta del asiento a su contraparte, dejándola tirada.
Acto seguido, la recién llegada tomó el lugar de las dos anteriores Octolings, sentándose con los brazos cruzados al lado mío y darles una fría mirada como el hielo a las que estaban frente a nosotros.
"Muy bien cuarteto de pirañas, se acabó el juego. Largo!" ordenó la teniente con un tono tan serio como su mirar, a lo que el par de Octarianas en el asiento de enfrente respondieron con sonrisas nerviosas, antes de lentamente levantarse de la mesa, y emprender su 'retirada'. O eso es lo que yo tenía pensado.
"¡Un momento, tú... Quien te crees que eres?!" exclamó la chica pulpo llamada Sonya, mientras esta era ayudada a ponerse de pie por la otra chica pulpo que estaba sentada junto a ella.
"¿Quién me creo yo... Quién te crees tu?" contrarrestó Otome apenas volteando su mirada hacia la dirección de la otra, quien ya estaba de pie fulminandola con los ojos.
"¡Alguien más calificada para enseñarle al Antiguo como pasarla bien en Octomburg!" desafío 'Sonya', llevando ambas manos a sus caderas, y resaltando mas su busto, el cual resultaba ser comparable al de Otome.
"No me importa. Larguense ahora, o-..." trató de advertir la teniente mientras ahora sí tenía su vista puesta en ella, pero esta se vio interrumpida por la misma Octariana.
"O qué?... Je, no veo tu nombre grabado en él" continuó con su desafío la chica pulpo, ahora apoyándose con un pie sobre el asiento con el mismo propósito, cosa que al parecer también estaba animando a sus amigas para que se unieran a la refriega. Otome por otro lado, también pareció no aguantarlo más, ya que pude ver como esta se giraba hacia la posible líder del grupo, para luego disponerse a encararlas.
Pero claro que una rápida mano en su hombro de mi parte fue suficiente para frenarla. Yo obviamente no iba a dejar que se generara una escena en este lugar solo por mí, por lo que ahora era un buen momento para que interviniera.
"De hecho... Eso mismo quería decirles también, cosa que no me dejaron. Y eso es que los dos ahora mismo estamos saliendo" anuncié en frente de las cinco, aparentando la mayor seguridad que pude. Y obviamente fue Otome la que se llevó la mayor sorpresa, siendo esta la que se giró a mi dirección con un rostro tan impactado como sonrojado. No obstante, cuando ella hizo dicha acción, yo le di un rápido guiño, orando por dentro que ella notara el gesto, y me siguiera el juego.
"¡E-espera, entonces tú, y ella...?" preguntó la Octoling Sonya, aún sin salir de su estupor mientras nos señalaba a nosotros dos.
"Sí, y fue justo ayer cuando empezamos. No es así, Otome?" pregunté con una fingida expresión de cariño, cuando por dentro deseaba a gritos que la teniente entendiera lo que intentaba hacer.
"Eh?... A-ahhhh, siiií... La verdad es que queríamos mantenerlo en secreto... P-pero luego llegaron ustedes y tuvieron que arruinarlo todo" finalmente Otome entendió la indirecta, haciendo lo que yo creía era su mejor cara de derrota, al mismo tiempo que levantaba sus manos para enfatizar más la 'situación', pero el rubor en su rostro seguía presente.
Las cuatro Octarianas permanecieron de la misma forma impactada por unos cuantos segundos más, solo hasta que un quejido por parte de la líder del grupo las hizo voltear a verla.
"Vámonos de aquí, chicas... De repente se puso ABURRIDO este lugar!" ordenó la chica pulpo a sus subordinadas, viendo a Otome cuando pronunció dicha palabra en un ton más fuerte. Aunque al momento en que esta junto a sus tres amigas se disponían a retirarse, la misma volteó a verme con la misma sonrisa de antes.
"Nuestra oferta sigue estando en pie. Piensalo~" fue lo último que dijo Sonya con un guiño, para luego tanto ella como su escuadra se terminaran yendo de una buena vez.
Yo en ese momento, me derrumbé sobre el asiento, pegando un audible suspiro mientras me llevaba una de mis manos a mi cara para taparme los ojos. Pero al momento en que la quité para ver a Otome, me percaté de la adorable cara de enojo que tenía, con sus mejillas infladas, el mismo sonrojo, y unas lágrimillas en las comisuras de sus ojos.
"¿Pasa algo malo?" pregunté con una forzada preocupación, ya que trataba de centrarme más en su enojo que en la ternura de este.
"¡¿'Saliendo', e-enserio fue lo único que se t-te ocurrió?!" exclamó la Octoling de tentáculos rojos, apretando sus puños de forma linda a ambos lados suyos.
"Lo siento, Otome, de verdad, pero es que realmente no se me ocurrió otra cosa. Al menos pudimos hacer que ellas se fueran sin que se desatara una pelear de bar" respondí con una sonrisa nerviosa y mis manos frente a mí para evitar algún posible golpe de la Octariana.
"¡No iba a pelear, solo las iba a poner en su lugar!" discutió Otome volviendo a cruzarse de brazos, y volver a sentarse de mala manera.
"Claro, a base de nudillos y taconazos" contesté frotándome detrás de la cabeza, y levantando una ceja, pero claro que como aveces hablo de más, ese comentario solo hizo que la teniente volteara s verme con una expresión mucho menos tierna a la que tenía antes.
"Esta bien, esta bien. Ya mejor nos olvidamos del asunto" rápidamente dije, volviendo a llevar mis manos al frente.
"De acuerdo..." respondió Otome apartando la mirada, una vez más salvándome de otro posible porrazo proveniente de ella.
Con eso último, otro silencio se formó entre nosotros dos, del cual me ayudó a recordar lo que la chica pulpo me había dicho antes de llagar.
"Wow... Otome realmente no mentía cuando me dijo que tuviera cuidado..." pensé para mí mismo mientras tenía mi vista puesta en la Octariana, aunque eso también me daba en qué pensar, porque obviamente ella también era una Octoling hembra, entonces por qué no se me insinuaba de la misma forma que las demás ella también. Pero bueno, al menos eso me tranquilizaba de cierto modo, no tendría que estar con un ojo abierto en las noches, sabiendo que ella no haría nada raro mientras yo dormía... Verdad?.
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Luego de unos minutos más, cuando todo ya se hubiera calmado, mayormente Otome, nos dispusimos a retirarnos nosotros también, claro que no sin antes despedirnos de Rūno y curiosamente del dueño del lugar, aunque este último me agradeció por algún motivo, además ofrecerme probar otros de sus licores. Yo por mi parte tuve que nergarme respetuosamente, terminando de una vez con la visita en el bar.
Ahora una vez más caminando por las poco iluminadas calles de Octomburg, me quedé esperando a que Otome decidiera el siguiente lugar del tour, la cual estaba siendo mas silenciosa de lo que a mí me gustaría, así que decidí darle un leve toque en el hombro, pero en vez de una reacción normal, esta pegó un pequeño salto antes de voltear a verme.
"Wow... Pasa algo?" pregunté con una ceja levantada en confusión.
"Ah, no, nada, solo estaba divagando eso es todo, jeje" respondió la teniente con una sonrisa nerviosa, algo por lo que no me quedé muy convencido, pero lo dejé pasar.
"Esta bien, y... Ya pensaste a que otro lugar vamos a ir esta vez?" pregunté mirando a los edificios a ambos lados de la calle.
"Oh sí... Emmm, dejame pensar... Mmmm... Oye, tu no comiste desde que viniste aquí, verdad?" preguntó Otome volteando a verme con una de sus manos en su mentón.
"Mmm... Ahora que lo dices, no, no he comido nada hasta ahora, con todo lo que pasó, se me olvidó almorzar, o tomar un bocado de algo" respondí yo, también llevando una de mis manos a mi mentón de la misma forma que la Octariana.
"Je, en ese caso, creo que ya se a cual otro lugar podemos ir. Ven sigueme!" terminó diciendo la teniente mientras me hacía un ademán con la mano para que fuera con ella.
Yo por supuesto que no le discutí, y metiendo mis manos en mis bolsillos, me dispuse a seguirle el paso con una sonrisa de lado. Hasta que de forma imprevista, Otome me hizo una pregunta que de verdad no me esperaba.
"Por cierto, Drake... Lo que les dijiste a esas chicas en el bar... R-realmente lo dijiste de forma figurativa, o literal?" preguntó la chica pulpo, comenzando a jugar con sus dedos y apareciendo un pequeño sonrojo en su rostro. Yo por otro lado, me quedé sin saber como responder, incluso sabiendo la obvia respuesta.
"Ehhh... Bueno... P-pues claro, lo dije para que ellas se fueran... Me sorprendente que tu no lo supieras" contesté de forma nerviosa, a la vez que sonreía de lado y apartaba la mirada.
"C-claro que lo sabía, es solo que... Quería estar segura, jeje" respondió ahora Otome, imitando el gesto que hice de apartar la mirada con una sonrisa forzada.
Otro silencio se formo entre los dos, del cual de vez en cuando giraba mis ojos hacia ella. Eso hasta que otra inesperada pregunta fue hecha por la misma.
"¿Y-y si no fuera así...?" preguntó de nuevo la Octariana en un tono tan bajo que prácticamente fue un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para que pudiera escucharla.
"¿Como dices?" ahora devolví yo la pregunta mientras giraba mi cabeza hacia ella. Algo por lo que Otome reaccionó con un sobresalto antes de devolverme la mirada.
"¡N-no, nada, no importa!" exclamó la teniente sacudiendo sus manos en frente de ella con una sonrisa nerviosa y su rubor aún mas notable.
"Preguntaste por si no lo hubiera dicho de mentira, verdad?" volví a preguntar otra vez, ganándome un temblor de su voz, y provocando que las pupilas de la chica pulpo se volvieran espirales.
"¡Y-yo no pregunté eso, solo... Sigamos con el recorrido!" contestó Otome apresurando el paso, mientras que yo rápidamente me puse a la par con ella.
"Se te oye algo nerviosa, será que sí es verdad?" seguí con mi interrogatorio, a lo que la teniente se cubrió las orejas con sus ojos fuertemente cerrados, y su rubor ahora abarcando casi todo su rostro.
"¡Que yo no pregunté nada, ya olvidalo!" rogó Otome por última vez, acelerando todavía más el paso, hasta que literalmente estábamos corriendo, ahora iniciando una persecución en el que yo seguía insistiendo con lo mismo, y ella negándose constantemente.
