Tras los eventos que se dieron en Inkopolis, Drake finalmente yacía en su bóveda, más especifico, a punto de irse acostar. Pero mediante podíamos ver a nuestro humano en el baño de su cuarto sepillándose los dientes, de forma repentina el pelicastaño le pareció verse a sí mismo en el espejo, pero usando las ropas de su unidad cuando estuvo en la guerra.

Sacado por unos segundos de su tranquilo trance, el ex-comando permaneció unos segundos viendo fijamente su reflejo, comprobando si lo que había visto realmente fuera su imaginación.

Al no ver cambios en su persona, prosiguió con su labor higiénica, volviendo a escucharse el sonido del cepillo pasando por sus dientes, y el enjuague de estos. Acto seguido, Drake estuvo por salir del baño, solo para que al momento en que estuvo por apagar la luz, nuevamente le pareció ver por una fracción de segundo la imagen de alguien en el espejo, con la diferencia de ser su amigo ruso/mexicano parado frente al espejo, Carlos Estrada.

Esa sola imagen provocó a que el humano regresara a estar frente al espejo, colocando sus manos a los lados de este con una expresión incrédula, no obstante, fue su mismo reflejo lo que encontró en el cristal. Ante eso este sacudió levemente su cabeza, cerrando sus ojos con algo de fuerza para despejar mejor su vista.

"Me niego a pensar que ese golpe hizo más que solo dejarme un moretón..." comentó el pelicastaño, rascándose la cabeza mientras miraba la marca morada que el puñetazo de Whater le había dejado.

Dispuesto a salir otra vez del baño, el joven soldado se llevó un pequeño susto tras encontrar a Bruce frente a él apenas girarse de lado, mismo que parecía haberse quedado viéndolo fijamente conforme le parecía ver cosas en el espejo.

"¡Bruce, Dios bendito, que no te me aparezcas así de la nada...!" pidió el ex-comando, llevándose una mano al pecho, y cerrando los ojos ante el abrupto encuentro.

"Lamento si lo sorprendí, sólo quería avisarle que ya he remplazado y/o reparado todas las luces de la bóveda, aún así, tenga cuidado al encender una de ellas" puso al tanto el robot flotante al contrario.

"Bueno, una cosa menos de lo que preocuparnos..." respondió Drake, mirando de vez en cuando al espejo por si algo más le parecía ver, cosa que no fue desapercibido por la esfera cibernetica.

"¿Sucede algo?" preguntó Bruce, haciendo un movimiento con su cuerpo que simulaba una ladeada de cabeza.

"No, simplemente tuve un largo día, y quiero descansar un poco" respondió el ex-comando, pasando de largo a su ayudante, y apagando las luces al salir.

Ya listo para dormir, Drake se dejó caer sobre su cama, dejando salir un suspiro de satisfacción, y llevando sus manos detrás de su cabeza. No obstante, al abrir sus ojos por un momento, nuevamente encontró a Bruce viéndolo fijamente, algo que hizo al humano entrecerrar los ojos.

"¿Se te ofrece algo?" preguntó sarcásticamente Drake, sin abandonar su posición.

"Señor, he detectado un pequeño pique de tensión en sus sistema neuronal, tal vez sea necesario hacerse una revisión" sugirió el ser metálico, haciendo así que el contrario se pusiera de lado en la cama.

"Ahh... un simple golpe no me va a dañar la cabeza, Bruce, sabes que he resistido cosas peores" suspiró Drake, sin ganas a levantarse e irse al laboratorio, al mismo tiempo que cerraba sus ojos.

"No, señor, no lo digo por esa contusión leve. He detectado esa tensión en usted desde que me reactivó, pero no dije nada al teorizar que sería algo pasajero, pero conforme pasó el tiempo y las cosas a las que fue sometido, ese pique fue en aumento... Calculo que pueda llegar a tener episodios de eventos que pasaron en su pasado, o ver personas..." explicó el ayudante robot, haciendo ahora que el ex-comando se pusiera boca arriba otra vez, pero mostrando su molestia.

"Esta bien, Bruce, pero me haré esa revisión mañana, ahora estoy muy cansado. Si te hace sentir mejor trataré de dormir más tiempo hasta mañana, así descansaré la mente también, te parece?" propuso Drake, levantando un poco la parte superior de su cuerpo, y apoyándose sobre sus codos.

"Eso estaría bien" fue la respuesta del ayudante, flotando un poco hacia atrás mientras el humano se ponía en la posición ya dicha.

"Es un trato entonces, ahora si no te molesta, me voy a dormir..." continuó el pelicastaño, tomando las sábanas, y tapándose mientras se acomodaba de lado para estar de espaldas al contrario.

Ante eso, Bruce floto fuera de la cama, seguido de dirigirse hasta la puerta, apagando las luces del cuarto.

"Buenas noches" se despidió este mismo, a lo que Drake no respondió, en cambio, levantó una de sus manos por sobre él en señal de saludo. Acto seguido, la esfera flotante desapareció por el pasillo, cerrándose la puerta de la habitación un segundo después.

En cuanto al ex-comando, este dejó salir otro suspiro de satisfacción, antes de dejarse llevar por el sueño, pero sin saber que lo anteriormente dicho por su ayudante robot, tendría una repercusión más pronta de lo que el joven soldado podría anticipar.


[Subconsciente de Drake]

Lo que al principio había sido un sueño, todo terminó tornándose en un recuerdo que Drake nunca creyó tener, o que este no sabía que tenía, ubicándose mas o menos a finales de la gran guerra que la humanidad tenía en ese momento.

-

[P.O.V Drake]

Por qué siempre todo tiene que ir a peor con estos tipos, por que no pueden aceptar la derrota de la guerra que ellos comenzaron?. Pues obviamente porque al ser tan fanáticos de sus propios países, si no ganan ellos, nadie tiene derecho a hacerlo.

Y ustedes se preguntarán de lo que hablo, pues la respuesta es sencilla: 'ganamos', así es, ganamos la gran guerra que se libró por nuestra supervivencia, y tras una gran destrucción que dejaron a su paso, los dos países anglosajones fueron derrotados, gracias a la desesperada union de Latinoamerican, junto a la ayuda de otros países del exterior como Rusia, España, Italia, y demás. El que anteriormente fue el país líder del mundo, el poderoso U.S, fue vencido junto a sus aliados, o los pocos que le quedaban en ese momento.

Hasta era gracioso por lo irónico que parecía, el anterior salvador, aquel que junto a otros protegió al mundo de los infames Nazis, ahora terminó por combiertirse en la siguiente amenaza. Y hablando de ironía, tras su casi imposible derrota gracias al inesperado apoyo de Japón, México recuperó Texas, Argentina obviamente sus islas, pero no conformes con ello, tomamos un cuarto del territorio Reino Unido que les quedaba, para que vean como se siente.

Y no solo nosotros, Escocia recuperó su independencia, cosa que ahora mismo William Wallace estaría riéndose en la cara de los ingleses. Aunque tampoco estoy generalizando a todos, era un hecho que los civiles no tenían nada que ver en esta guerra, y menos si estos estaban en contra de ella, fuera de un país u otro, así que los refugiados fueron tratados con el respeto que se les debía.

No obstante, lo que debió haber sido un tiempo de tranquilidad y reconstrucción, todo volvió a irse al demonio, y es por eso mismo lo que dije al principio, ya que demasiado tarde nos dimos cuenta que unos misiles nucleares provenientes de Estados Unidos habían sido disparados. Eso fue una aterradora noticia, alarmando a todos al pensar quién sería sus objetivos. La respuesta fue aún más aterradora de lo que esperábamos.

El curso de impacto no iba hacia ninguno de los países en general, sino hacia los polos del planeta, donde se ubicaban los ya pocos glaciares. En ese momento supimos lo que esos desquiciados lideres planeaban como última carta de despedida, no queriendo siquiera que saboreáramos la victoria como era debido. Lo siguiente que supimos, era que los perpetradores de dicho acto cobarde se suicidaron minutos después.

En un último acto de evitar el desastre, Rusia disparó una serie de misiles anti-bombas para detener las cabezas nucleares. Desafortunadamente, ya era demasiado tarde. El impacto fue confirmado, y poco tiempo después, los niveles de tanto mares como océanos comenzaron a subir de forma absurda, inundando costas, y grandes partes de países limítrofes con las vahias desapareciendo en tan solo días.

A este paso, todo rastro de tierra firme sería engullido por el agua... Y a nuestra especie junto a ella.

Ahora mismo no había tiempo para tomar represalias contra U.S otra vez, mayormente porque los causantes de todo esto ya estaban muertos. La humanidad tenía una carrera contra reloj para poder salvarse del inevitable destino, lo cual sumado al caos que se generó tras la noticia, ya podíamos darnos por muertos. Afortunadamente, todavía quedaba una contramedida para la ocasión, siendo que este fue nuestro principal problema antes de la guerra, y es que en varios países ya se aprovechaba la tecnología de criogenización, y por que les digo esto?, pues porque ya se teorizó que con la completa subida de los niveles del mal, la tierra sería inhabitable por muchos años, con especies de animales extinguiéndose en la inundación, y sin tierra para poder cultivar, sumado a la gran cantidad de personas que estarían en los búnkeres, lo único que podíamos hacer era tomar todos los recursos que podíamos, y disponernos a tomar un largo sueño.

En cuanto a mí, pues resulta que mi padre era un científico amigo de otro proveniente de Japón, lo cual gracias a los recursos que les dimos en la guerra, nos admitieron a varios de nuestra gente en sus refugios subterráneos, aunque a decir verdad, me daba algo de lastima el tener que refugiarnos en otro país en vez de Argentina, pero los búnkeres allá ya estaban todos llenos.

Y llevando todas las pertenencias que podía, tuve que formar parte del comité de seguridad, puesto que mi padre y yo dimos con que nuestra gente no eran los únicos refugiados que venían, personas de otros países del mundo también se disponían a entrar, motivo por el que la presencia militar debía estar atenta a cualquier alboroto.

No obstante, sin que me lo viera venir, terminé encontrándome con quien menos esperaba.

"¿Carlos?" pregunté con atisbos de incredulidad mientras que estaba parado detrás de dicha persona.

El supuesto ruso al escuchar su nombre se giró hacia mí, poniendo una expresión de igual sorpresa, antes de formar una sonrisa, y acercarse hasta mí.

"¡No me lo crreo... de todas las personas tenías que ser tú!" exclamó el ruso/mexicano, atrapándome en un abrazo.

Yo rodando los ojos, me quedé un momento recibiendo el brusco afecto del contrario, hasta que terminó incomodándome un poco, y empujando levemente al otro comando.

"¡Ya, suficiente. Pensé que estarías en Rusia, buscando a tu mujer e hija" comenté, a lo que este se rió un poco.

"Resulta que ellas ya están segurras en uno de sus búnkeres, lo único que quedaría serría ir a buscarlas cuando esto terrmine" respondió el soviético, viniéndome la posible razón de estar aquí.

"Calculo que todos sus refugios están llenos, y por eso te mandaron aquí, cierto?" volví a preguntar, notando que habían más soldados del ejército ruso merodeando por el lugar.

"Dah, aunque por lo menos contigo la cosa no será tan aburrida!" respondió este, ahora poniendo un brazo alrededor de mi cuello para molestia mía.

Y poniéndolos un poco en contexto con respecto al supuesto ruso con nombre latino. Pues como ya mencioné en más de una ocasión; resulta que Carlos es un ruso/mexicano, siendo su padre latino, y su madre rusa, naciendo también en dicho país gigante.

Pero regresando a los hechos. Después de habernos instalado oficialmente en el refugio, nos dispusimos a ponernos en nuestra posiciones asignadas para mantener el orden de los civiles. No obstante, la aparente tranquilidad solo duró unos pocos días, aunque suficientes para conocer todos los alrededores del búnker, siendo incluso más grande de lo que me esperaba. Pero como mencioné, la tranquilidad de las cosas llegó a su fin, cuando se dio la noticia de que el agua de las costas que poco a poco eran cubiertas por esta, pronto obtuvieron una repentina retirada de esta, devolviendo una gran parte de las tierras inundadas. Pero lo que por un momento se creyó que los mares estaban disminuyendo, pronto se supo lo que realmente estaba pasando, iniciando así con el fuerte sonido de las sirenas.

Las personas que todavía seguían fuera al instante entraron en pánico, comenzando a empujarse, y a tirar a algunas por el camino. Nosotros como parte de él comité de seguridad, hicimos todo lo posible por mantener a todos calmados, dando las ordenes de que hicieran filas ordenadas para que pudieran pasar todos sin sufrir daños, o ese era nuestro plan, pero la verdad es que a nosotros también nos entraba algo de temor por lo que pronto sucedería, y ustedes se preguntarán; por qué tanto pánico?, pues resulta que cuando las aguas de una costa retroceden tan abruptamente, y de forma tan basta, debes abandonar la zona lo más pronto posible, o subirte a los lugares más altos que encuentres.

Y sabiendo los grandes niveles de agua que habían ahora, el tsunami que golpearía Japón, de seguro lo sepultará todo. Y con ese miedo impuesto, nos fue mucho más difícil controlar a las masas, recibiendo los gritos en diferentes idiomas de los civiles.

Hasta que una vez todos dentro, o todos lo que pudieron entrar, las enormes puertas de la pseudo bóveda se cerraron, sólo para que luego se dieran las órdenes de entrar en la cápsulas de sueño criogénico, siendo que con el impacto del colosal desastre, era posible que el aire en la bóveda se volviera limitado hasta que las aguas desendieran lo suficiente.

Así que una vez más estábamos apurados en entrar todos en crioestásis, escuchando como las personas poco a poco se volvían más istericas conforme pasaba el tiempo, y las sirenas seguían oyendose incluso desde aquí dentro.

"¡Mantengan la calma!" se escuchó a uno de los guardias exclamar, cosa que no fue tomado mucho en cuenta.

No obstante, un repentino pero corto temblor sacudió el lugar, aunque ese mismi suceso fue suficiente para que los civiles prácticamente enloquecieran, empujando a sus contrapartes, otros ya pensando en nuestra inminente muerte, y algunos que ya se estaban peleando por ser los primeros en entrar.

Sin embargo, cansado de tanto escándalo, terminé efectuando una serie de disparos al aire, cayando a todos de una buena vez, y provocando que estos se encogieran por el amenazante sonido.

"¡Ahora todos calmados, y formados. Hay suficientes cápsulas para todos, así que si no quieren tener una verdadera razón para temer, los quiero CALLADOS!" demandé, ya cansado de que todo se estuviera yendo al traste por un miedo irracional.

Pero eso fue suficiente para poner nuevamente orden en este momento de crisis. Con ello, los civiles se formaron cada uno frente a la que sería su cápsula, al mismo tiempo que ya escuchaban las instrucciones de tanto los científicos como los guardias.

"¡Todos a las cápsulas!" se escuchó decir a uno de los guardias, pasando por en frente de cada civil, y haciendo que estos se adentraran en estas, cerrándose la compuerta un segundo después.

Yo por mi parte, tuve que despedirme de mi padre, mismo que fue uno de los primeros en entrar a crioestasis, diciéndole que pronto lo haría yo también, y a medida que era acompañado por Carlos, otro temblor sacudió el complejo, siendo este uno todavía más grande que el anterior.

"¡Se nos acaba el tiempo!" exclamó otro de los guardias, levantándose tan pronto la sacudida se terminara.

"¡Que Dios nos perdone!" ahora escuché decir al último civil, mientras que era ayudado a entrar en su propio 'congelador'.

"¡De acuerdo, ahora ustedes, a las cápsulas, ya!" ordené a los guardias, siendo que nosotros éramos los que quedaban todavía.

Estos sin discutir, rápidamente si dirigieron hasta el arsenal y sus equipajes para guardar las armas, y cambiarse de ropa. En cuanto a Carlos y a mí, no nos quedamos fuera con respecto a darnos prisa, dejando nuestras armas en el deposito militar, y nuestros uniformes. O ese era el plan, cuando recordando algo, casi se me olvida avisarle a mi ruso amigo si no fuera porque me llamó.

"¡¿Drake, a donde vas?!" preguntó Carlos, haciendo que me detuviera apenas.

"¡Tengo que guardar algo en el laboratorio, no me tardo!" le contesté igual de apurado, volviendo a correr hacia el complejo donde trabajaba mi padre.

"¡Date prrisa, parece que somos los últimos que quedan!" lo escuché decirme mientras me alejaba, al mismo tiempo que alzaba la vista por las luces que ya parpadeban ante el desastre que se aproximaba afuera.

Tan rápido como pude, abrí la puerta del laboratorio casi de una patada, seguido de acercarme a una mesa de madera con cajones. No me importó ser algo descuidado en estos momentos, tomando mi máscara, y metiéndola en uno de dichos cajones. Acto seguido, me dirigí hasta un pequeño compartimento, en el cual guardé mi Mágnum Desert junto a unos tres cargadores por si algo llegara a suceder en la bóveda.

Pero tan pronto la cerré, una vez más escuché la voz isterica del soviético, irrumpiendo hasta en el laboratorio.

"¡Ya te oí, Carlos, ya estoy de-...!" traté de exclamar, pero al instante fui interrumpido por este mismo.

"¡Ya no quedan más cápsulas!" declaró el contrario con una mezcla de desesperación, y por primera vez miedo en su rostro.

La sangre se me heló, y el corazón por un momento pensé se me iba a salir por la espalda de lo que se me estrujó, y no hizo falta verme en un espejo para saber que la cara hasta se me puso pálida.

"¡No, eso no es posible, tienen que quedar más!" afirmé, negándome a creer lo que el ruso había dicho, para acto seguido salir por la puerta, y pasarlo de largo, aunque al instante escuchando sus apresurados pasos detrás mío.

Y con los temblores que cada vez se volvían más frecuentes, ahora estábamos tanto Carlos como yo corriendo a través de la bóveda, pasando de largo las numerosas cápsulas de criogenización, y mirando entre estas por la posibilidad de encontrar alguna libre. Pero conforme nos acercábamos a las puertas, el corazón nuevamente me dio un vuelco al pensar que mi amigo tuviera razón, y ahora estuviéramos condenados a esperar a que el aire de la bóveda se terminara.

No obstante, no todo parecía estar perdido, cuando llegando a la zona más cercana a las puertas, pronto vimos la compuerta abierta de una cápsulas, a lo que instantáneamente nos dirigimos hacia ella, formando una sonrisa al pensar que nos habíamos salvado después de todo, o eso es lo que creíamos. Tan pronto llegamos a las 'cápsulas', nuestras sonrisa se borraron tan pronto nos dimos cuenta de que era una única cápsula lo que teníamos frente.

Carlos y yo no miramos entre los dos, como esperando a que el otro dijera algo, pero nuestra expresiones eran las mismas, de pura inseguridad y sin saber que hacer a continuación.

"¡No... NOOO!" discutió el soviético, agachado su cabeza ante la frustración del dilema que tendríamos que resolver.

"¡Carlos, espera, dejame pensar, todavía podemos hacer algo...!" traté de tranquilizarlo, pero la verdad es que yo también tenía ganas de maldecir por nuestra situación, al mismo tiempo que caminaba de un lado a otro intentando pensar en algo.

Pero en ese momento, la sirena que se escuchaba afuera pronto dejó de emitir sonido, mientras que un fuerte sismo lo movió todo, como si algo ubiera golpeado la tierra, y tirándonos a los dos.

"¡Drake, no hay tiempo... entrra a la cápsula!" de repente me exigió el contrario, a lo que yo mientras me levantaba también me lo quedaba viendo con incredulidad.

"¡¿Broméas, verdad?!" le respondí con evidente sorpresa.

"¡Drake, sólo entrra a la cápsula, yo me las arreglaré de alguna forma!" volvió a pedir el ruso/mexicano, pero no haciendo que sintiera más que indignación.

"¡Pero que mierdas estas diciendo?, claro que no me voy a criogenizar y dejarte a ti a que mueras. Piensa en tu mujer e hi-...!" estuve por contrarrestar, pero fui callado por el contrario.

"¡¡BLIAT, ESTAN MUERRTAS!!" esa respuesta no pudo dejarme en más impacto, llegando a causarme algo de risa por lo absurdo que eran sus palabras.

"¡No... No me vas a engañar, tú dijiste que-...!" por tercera vez fui interrumpido por Carlos, cosa que ya me estaba molestando más de lo que ya me encontraba.

"¡Mentí... Escucha, tú todavía tienes a tu padrre, y se muy bien lo que es perder a un hijo, así que hazme caso, y entrra a la cap-...!" esta vez fue mi turno para interrumpirlo.

"¡No... Y se acabó!" declaré con firmeza, mirando al otro comando ya con amenaza.

Ante eso, el joven soldado ruso agachó su cabeza, dejando salir un suspiro de derrota.

"De acuerdo... Que tienes en mente?" terminó preguntando de mala gana el ahora supuesto viudo, aunque yo todavía no me creía su cuento.

"Tal vez pueda haber otra cápsula por ahí y todavía no la encontramos, o también lo que podríamos hacer-..." esta vez quisiera decir que el contrario me interrumpió a base de palabras, pero no fue así. A medida que me acercaba a la compuerta del dispositivo y miraba dentro de él, soy tomado con la guardia baja por el ruso, quien me termina empujando en al interior de la esta, para acto seguido sin darme la oportunidad salir, cerrar la puerta en mi cara.

"¡Carlos... Con un demonio, abre la puerta!" demandé, empujando la compuerta desde adentro en un intento por abrirla.

Mas no obtuve respuesta por parte de este, escuchando solamente como las palancas que accionaban el funcionamiento de la cápsula eran activadas. La desesperación por primera vez se apoderó de mí, no por el hecho de ser criogenizado, sino por el destino que le deparaba a mi amigo.

"¡Carlos, abre la maldita puerta!" a este punto no me importaba el mostrarme con miedo, mirando por la ventanilla de la cápsula mientras la cuenta regresiva era pronunciada por el mismo dispositivo.

Lo último que pude ver fue como el mal nacido de mi amigo se sacrificaba por mí, llevándome por un momento de un profundo rencor hacia él por lo que había hecho, incluso si con eso salvaba mi vida.

"¡¡CARLOS, CARLOOOOOOS!!" y con esas finales palabras, la cuenta regresiva llegó a cero, oscureciéndose todo de golpe.


[Realidad]

[P.O.V Tercera persona]

Los jadeo del joven ex-comando eran lo que llenaban la habitación, viéndose como este movía de un lado a otro, sacudiendo su cabeza en una aparente pesadilla, al mismo tiempo que se agarraba con fuerza de las sábanas. Pero así como con toda pesadilla, llegó un momento en el que los ojos de Drake se abrieron de golpe, seguido de que este diera una fuerte inalada de aire, y se sentará en la cama, notándose el sudor que ahora recorria su cuerpo.

Entre audibles y erráticos jadeos, el humano se llevó una de sus manos al rostro, tratando de comprender lo que había visto, una pesadilla, o más bien, un recuerdo dentro de un sueño de lo que había vivido después de la guerra?.

Pero ese sólo suceso fue suficientes para que algo hiciera click dentro de su mente, y es que hasta el momento no se había parado a pensarlo un momento, o no lo suficiente como para captar su completa atención, tal vez por el hecho de estar distraído en sus aventuras, y/o desventuras con los nuevos seres del planeta. Que había sido de su gente?, y pese a que ya había dicho que se centraría en eso después de ayudar a los oceánicos, esto tomó un abrupto giro en sus planes.

Para cuando su pulso se reguló lo suficiente, el ex-comando quitó de un solo movimiento las sábanas, sin importarle si todavía era de noche. Y sin siquiera ponerse una prenda en su torso, este salió de su habitación con solamente sus bóxers puestos, mirando así en cada habitación del pasillo, en busca de algo que le diera alguna pista de estos. Pará su mala suerte, no encontró más que puras habitaciones vacías, como mucho con las sábanas de las camas desordenadas, o tiradas.

Hasta que en un momento, cuando llegó al cuarto de su padre, se quedó parado en la puerta viendo el interior de este, notando que todo estaba tal y como había quedado desde que lo vio al regresar a la bóveda.

Tal vez sólo era su cabeza, tal vez se está imaginando cosas, y ahora se estaba dejando llevar por sus alucinaciones, pero es que ese sueño no paraba de dar vueltas en su mente, como si se tratara de un recuerdo de algo vivido. Ante eso, Drake recordó lo que le había dicho Bruce, sobre su condición mental, y lo que podría resultar ser un pique de episodios, pero dentro de un sueño... Entonces lo que vió, realmente se trató de un recuerdo?.

Con todo eso en mente, el humano dejó salir un gruñido mientras se rascaba la cabeza con frustración. Dispuesto a regresar a su habitación, el ex-comando estuvo por cerrar la puerta de esta, sólo para que justo de reojo este lograra ver una pequeña flecha dibujada por sobre el espejo que estaba frente a la cama de su padre, y confundiendo al pelicastaño por no haberla notado antes.

Frunciendo el ceño ante el sentimiento, Drake se adentró una vez más en la recámara, llegando hasta el susodicho espejo con sus ojos todavía puestos en la pequeña flecha, antes de bajar su atención al mismo cristal, viéndose a si mismo en él. Volviendo a poner su atención en la indicación, volvió a bajarla en el espejo. Acto seguido comenzó a examinarlo de un lado a otro, terminando así en comenzar a moverlo. Esto provocó que una pequeño papel cayera a los descalsos pies del joven soldado, cosa que este no tardó en soltar los bordes del espejo, y agacharse para recoger dicho papel.

Este se encontraba doblado de una manera que daba a entender que posiblemente tenía algo escrito dentro, y así fue. Cuando Drake desdobló los pliegues de este, sus ojos se abrieron al reconocer la letra de su padre, cuyas letras tenían unas cortas, pero directas palabras: "Preguntale a Bruce".

Leyendo un par de veces más lo que estaba escrito, Drake se puso de pie una última vez, antes de girar su atención hacia la puerta, y disponerse a salir por esta. Finalmente tenía una pista que lo guiaría hasta el paradero de los suyos, y al parecer Bruce sabía algo. Esto generó algo de angustia en el humano, si su ayudante cibernético sabía algo, por qué no le dijo nada cuando más de una vez preguntó que fue de los demás humanos en la bóveda?.

Regresando a su habitación, se puso su ropa otra vez tan rápido como pudo, seguido de lavarse de entrada y salida. Ya no le importaba si todavía era de noche, todo esto le había quitado todo el sueño, y estaba seguro de que no podría volver a dormir hasta obtener las respuestas que necesitaba.

Ya estando listo, el pelicastaño salió de su cuarto a paso apresurado, del cual poco a poco fue volviendo todavía más aprisa, y antes de que este se diera cuenta, se encontraba trotando con dirección al laboratorio, pensando en cómo le podría preguntar a la esfera flotante sobre la posible información que le estaba ocultando, o como reaccionaría al oír la verdad.

Y en transcurso del pasillo que daba a la sala donde trabajaba su padre, abrió la puerta casi de un portazo, y por un momento sintió algo de temor cuando no encontró al robot en su recámara donde recargava sus seldas, pero cuando estuvo por darse la vuelta para buscarlo en otra parte, se le escapó un pequeño grito tan pronto encontró al desgraciado justo detrás suyo, de la misma forma que hacía siempre cuando no le prestaba atención.

"Buenos días, señor, no esperaba que fuera a despertarse tan temprano" comentó Bruce, a lo que el contrario se le quedó viendo fijamente por un instante, jadeando un poco por el reciente susto.

"¿Sucede algo?" aún así preguntó el mismo ser metálico, haciendo el mismo movimiento que simulaba una ladeada de cabeza.

"No... Es solo que... Te dije que no te aparecieras así de repente..." respondió Drake, manteniéndose algo reservado con su ayudante.

"Me disculpo de nuevo, estaba por avisarle, pero justo se-..." trató de excusarse la esfera, pero fue interrumpida por el mismo pelicastaño.

"Esta bien, ya pasó... Por cierto, ya que estoy aquí, quisiera hacerme ese estudio, además de preguntarte algo..." pidió Drake, dejando así a un Bruce que se quedó en silencio por unos pocos segundos.

"Entiendo... En ese caso, pasemos al laboratorio" respondió el contrario, pasando de largo al humano, y siendo seguido por este, cerrando la puerta de la sala con un ligero rechinido.


[OctoValley]

[Base secreta de Cuttlefish]

[Misma hora de la mañana]

Mientras los sucesos en la bóveda se llevaban a cabo, en la base de ciertos Inklings también se daban lugar con sus propios problemas, y en este caso siendo uno de los más grandes de momento, por no decir el mayor de ellos.

Ahora mismo los integrantes del comando yacían todos reunidos frente al veterano Inkling, quien tras recibir una noticia de cierto príncipe Octoling, al instante citó a todos estos tan pronto fuera posible, pese a que algunos se estaban cayendo del sueño, en el caso de Nayls y Nary.

"De acuerdo, abuelo, ya estamos todos presentes, cual es la noticia que Tryton trae ahora?" preguntó Marie, estando a un lado del mayor, mientras que Callie estaba del otro.

"Agentes, y Teniente... El día que todos esperábamos finalmente a llegado, hoy mismo, hace aproximadamente una hora, el príncipe Tryton me informó sobre lo que sus espías lograron descubrir acerca de Octavio, y lamentablemente no es nada alentador" comenzó a relatar Cuttlefish, haciendo así que estos intercambiaran miradas.

"Y resulta que esta vez Octavio está trabajando en otra posible Octomaquina, una de la que no se pudo recopilar mucho, pero que por lo que algunos dijeron, esta posiblemente esté a tres días de ser terminada" continuó el anciano capitán, generando otro sentimiento de preocupación, y claramente quitándole el sueño a todos.

"¡Yo no me preocuparía!" en eso comentó Nayls, ganándose así la atención del resto.

"¡Ya vencimos a otras cuatro Octomaquinas, esta solo será otra más del montón!" continuó confiadamente el Inkling de tez morena, pero eso no quitó la expresión sería del líder Inkling.

"Tener confianza en sí mismo es bueno, Agente 6, pero en exceso puede costarte demasiado. Esta Octomaquina no es como las anteriores, siendo si no me equivoco, la más grande hasta ahora, y siendo capaz de volar" contestó Cuttlefish, ahora borrando la sonrisa algo altanera del susodicho artillero del equipo.

"¿Algo más acerca de ella, como algún punto débil o desventaja?" en esta ocasión preguntó Otome, levantando una mano para ser tomada en cuenta.

"... Desafortunadamente, nada más que eso pudieron recopilar los espías de nuestro amigo Octoling, al parecer Octavio reforzó muy bien la seguridad del complejo donde trabajan" respondió el veterano, llevándose una mano al mentón de forma pensativa.

"Pero todavía tenemos a Drake con nosotros, y él hasta puede hacerle frente a una Octomaquina sólo..." trató de animar Nary, recibiendo un asentimiento por parte de los demás, pero repentinamente causando un jadeo de sorpresa en Callie.

"¡Drake, lo había olvidado, esto es algo que también deberíamos decirle a él!" exclamó la idol de tentáculos negros, girando su atención hacia su prima, y abuelo.

"¿No dijiste que le darías un SquidPhone hace unos días?" ante eso preguntó Marie, poniéndose ambas manos en sus caderas.

"Bueno, con respecto a eso... se me olvidó, jejeje..." respondió la hiperactiva Inkling, rascándose detrás de la cabeza con nerviosismo.

Ante eso, todos expresaron sus propias reacciones de sarcasmo por la inocencia de la Agente 1, pero rápidamente su atención fue tomada por el mismo líder del comando.

"Bueno, no hay tiempo para distraernos, de momento quiero que vallan todos a informar de esto al joven Drake, calculo que él sabrá bien como actuar después de esto" ordenó Cuttlefish, cosa que nadie discutió, poniéndose todos de pie, y disponerse a ir hasta la tetera.

"¿Todos. Abuelo no te parece mucho solo para dar un simple mensaje?" preguntó la cantante de tentáculos blancos, levantando una ceja ante eso.

"¡Sí, yo fácilmente-... Digo, Marie y yo fácilmente podríamos ir y decirle, o incluso uno de los chicos" añadió Callie, inclinándose un poco para ver mejor el rostro de su familiar.

"Lo sé, pero... No puedo evitar sentir que algo podría suceder allá, y tal vez sea mejor que todos estén presente para eso..." contestó Cuttlefish, incitando a que ambas primas intercambiaran miradas.


[Bóveda de Drake]

[Laboratorio]

[30 minutos después]

Después de varias pruebas que supuestamente sondeaban la cabeza, y el sistema neuronal del ex-comando junto a otras secciones, finalmente se habían acabado para el alivio del susodicho pelicastaño, pero al instante viendo acercarse a su ayudante cibernético con los supuestos resultados.

"Señor, después de conectarme al sistema, puedo dar por entendido que mis cálculos eran correctos, ahora mismo puede que esté pasando por la primera fase de sus episodios, pero afortunadamente no es tan grave como para volverse algo permanente, solo unos pocos días de descanso podrian solucionar su estado" informó Bruce, flotando por en frente del contrario, el cual se encontraba sentado en una camilla.

"Me alegra saberlo..." respondió sin más el humano, algo que no había sido desapercibido por el robot, buscando en los demás resultados que obtuvo.

"También parece haber algo que lo preocupa... Hay algo que lo esté incomodando?" preguntó Bruce, a lo que Drake vio su oportunidad para hacerle la aparente pregunta que la nota de su padre le había dejado.

"De hecho sí... Y es algo que también quería preguntarte, Bruce..." comenzó el ex-comando, evitando por un momento el contacto visual con el contrario, motivo que ya parecía ser una nueva costumbre para la esfera flotante, porque lejos de contestar, este hizo su típico movimiento de cuerpo para imitar una ladeada de cabeza.

"No me lo había puesto a pensar hasta que tuve un sueño esta mañana, y más que un sueño parece que fue un recuerdo, además de encontrar una nota de mi padre en su cuarto que decía: 'Preguntale a Bruce', y es por eso que ahora quiero preguntarte... Sabes que le pasó al resto de mi gente?" finalmente hizo su pregunta el pelicastaño, esta vez sí alzando su rostro para verlo.

Pero lejos de recibir una inmediata respuesta, el ayudante robótico se quedó estático en el aire sin pronunciar palabra alguna, motivo por el que Drake levantó una ceja en confusión, y más cuando un sonido parecido al de una computadora archivando fue escuchado provenir desde el mismo ser esférico.

"¿Bruce...?" una vez más llamó el humano, sólo para que de forma inesperada, el susodicho flotara casi de forma instantánea a un centímetro del rostro de Drake.

"¡Palabras clave adquiridas, entrando a sistema de archivos bloqueados!" pronunció el mismo robot, usando una voz incluso más cibernetica que la que ya tenía, cosa que al pelicastaño le hizo fruncir el ceño ante lo sucedido.

Acto seguido, para la gran sorpresa del ex-comando, Bruce se alejó un poco del contrario, antes de proyectar una pantalla holográfica, viéndose en la imagen al padre de Drake, el cual parecía estar en un estado algo estresado por así decirlo.

"Hola, este es un diario de los sucesos que están pasando, y que probablemente no se sepa de si nuestros esfuerzos dieron sus frutos... Pero temo decir que aquí todo fue un... Fracaso" comenzó a relatar el hombre de mediana edad, frotándose un poco la corta barba de candado que tenía.

Mientras tanto, Drake tenía especial atención sobre la proyección, notando la frustración que el hombre mostraba en sus ojos color verde, pero también sintiéndose confundid por el hecho del supuesto 'fracaso', y el porqué él estaba despierto mientras que Drake fue encontrado por los Inklings.

"Han pasado alrededor de un par de días desde que me desperté. No tomará mucho para que el resto lo haga también, pero por lo que he descubierto, tras haber pasado 5.000 años en criosueño, los océanos no han decendido lo suficiente como para volver a salir, por lo que podría decirse que estamos encerrados dentro de este búnker..." continuó relatando el científico humano, sólo para que la atención de este se desviara por el pequeño sonido de una alarma cerca de él.

"Los demás parecen estar despertando... Bruce, apartir de aquí quiero que documentes sólo cuando yo te lo diga, esta bien?" en eso ordenó el señor Forrest al aparente Bruce que estaba grabando.

"Como ordene" respondió la voz de la esfera en el vídeo.

Tras lo dicho, el susodicho vídeo cambió a otro suceso, en el que mostraba al mismo hombre detrás de una de las cápsulas, con una caja de herramientas al lado suyo, y escuchándote el sonido de la maquinaria, y lo que parecía un taladro, o soldadora eléctrica siendo usada en el susodicho congelador.

"Señor, esta seguro de que esto es lo mejor?" volvió a preguntar el ayudante cibernético en la proyección, a lo que el científico volvió a asomar la cara, al mismo tiempo que se quitaba una máscara para soldar de este.

"Sé que es egoísta de mi parte... Pero me niego a deja que tenga el mismo destino" respondió el hombre de aparentes cuarenta y cinco años, cerrando un panel detrás de la misma cápsula.

"¿Y también lo que podría causarle a su hijo-...?" volvió a preguntar el robot esférico, siendo cortado apenas terminara de hacer su cuestión.

"¡Sí, ya sé lo que le ocasionaría, Bruce... Memoria fragmentada, pesadez de sueño, temporales episodios de su pasado..." contestó el señor Forrest, apoyándose con una mano en la máquina, a la vez que bajaba su poco su cabeza, demostrando así que la cápsula con la que estaba trasteándo el padre de Drake era con la de éste mismo.

"Solo quisiera que ojalá se pudiera hacer esto mismo con las demás cápsulas..." añadió el científico, tomando después una gran manta negra, y con esta cubriendo por completo el armatoste, aunque claro, a excepción de los grandes tubos que sobresalían de él.

Cambiando a otro suceso, esta vez volvió a mostrarse al mismo hombre de barba corta, aunque no tanto en esta nueva grabación.

Por otro lado, sin que el pelicastaño se diera cuenta, desde la puerta del laboratorio se estaban asomando los mismo integrantes del comando SquidBeak junto a la teniente Octoling, los cuales habiendo llegado hace poco a la bóveda. No les tomó mucho encontrar al pelicastaño donde estaba ahora, no obstante, se quedaron viendo desde el borde de la puerta cuando notaron la proyección de otro humano frente al ex-comando.

"Ya pasaron dos semanas desde que todos se despertaron, todo parece ir con normalidad. Por lo menos nadie se ha enterado de que no podemos salir al exterior... Solo espero que mis compañeros y yo podamos encontrar una solución a esto, o por lo menos arreglar la falla eléctrica que no me permite modificar el tiempo de estasis en las cápsulas..." después de eso, la proyección pareció haber terminado, mas no fue así, cuando otra grabación del señor Forrest se proyecto al frente de Drake.

"Ya casi un mes pasó desde que estamos despiertos... La gente se empieza a impacientar, ayer mismo tuvimos un pequeño problema con unos civiles, preguntando el por qué no hemos salido todavía... Nadie se atreve a decirles la razón, ni siquiera los guardias lo saben... Para colmo, la falla eléctrica resulta ser en las conexiones que dan al núcleo, es una suerte que todavía la bóveda disponga de electricidad para sustentarse, una pena que no la suficiente para las cápsulas, salvo una..." dicho esto, la grabación dio paso a otra, mostrando una vez más al padre de Drake, pero con una expresión más cansada y sombría.

"Día 70 del despertar... No tuvimos opción, tuvimos que contarles la verdad a la gente... De que estamos atrapados en este búnker, y que el nivel del mar no ha descendido lo suficiente mas que para la entrada de aire en los receptores... El descontento fue instantáneo, incluso algunos guardias se mostraron inconformes... Je, no los culpo, yo en su lugar haría lo mismo..." y así prosiguió el padre del pobre humano, relatando cada uno de los sucesos que se llevaron a cabo mientras él seguía en su 'congelador'.

Por otro lado, los Inklings y la Octoling tampoco dejaban de prestar atención a lo que el humano más mayor que su amigo decía, cosa que pese a no entender lo que este decía, las expresiones, y el tono de voz cada vez más apagado del supuesto hombre, no debía ser algo muy alentador, dada las reacciones de angustia que el pelicastaño iba teniendo en aumento.

"Día... Día, humm..." por un momento el científico pareció haberse olvidado del número de días que pasaron, apartando por un momento su mirada mientras se rascaba el mentón con su ya larga barba, sin mencionar delgadez mayor en este, sinónimo de la falta de alimento.

"165, señor" en eso respondió cortésmente Bruce desde el vídeo, captando nuevamente la atención del contrario.

"Gracias, Bruce... Día 165, la comida está escaseándo... A tal punto en que todos sólo comemos una vez al día, y tampoco es mucho que se diga... Tratamos de buscar una forma de cultivar algo, pero dentro de un bunker que es en su mayoría metal, no hay mucha tierra que se diga, y los pocos cultivos que producimos, no dan a basto con tantas bocas" el padre del pelicastaño se pasó una mano por el rostro en evidente estrés, notándose así las grandes ojeras que también tenía.

"Eso está ocasionando que la gente se desespere... Si ya de por sí quieren salir, el hambre los está haciendo pensar irracionalmente... Esta mañana uno de los civiles decidió abrir las puertas mientras nadie las vigilaba, otro desastre más nos golpeó con eso... La bóveda por un momento fue inundada por el agua que todavía nos cubría, y si no fuera por la valentía de uno de los guardias, quién sabe si esta grabación estaría siendo hecha... Lamentablemente cinco personas fallecieron, incluyendo al que abrió las puertas, y al guardia que las cerró..." dijo el señor Forrest con una expresión sumamente sombría. Por otro lado, a este punto Drake ya se había levantado de su camilla, estando ahora de pie mientras veía los mensajes.

Al parecer el hombre mayor no supo que más decir, puesto que culminó la grabación en ese momento. No obstante, unos segundos después apareció otra más, revelando al familiar del pelicastaño una vez más, pero la apariencia de este se notaba especialmente demacrado por la desnutrición, y con su ropa y bata sucias en diferentes partes de ella.

"Hola... Hijo mío, no sé si llegarás a encontrar este mensaje, y tal vez te sientas confundido al respecto del porqué estás solamente tú en la bóveda... y la razón ya las habrás visto en las anteriores grabaciones... Tal vez por eso llegues a odiarme, pero es que no pude evitarlo, aunque soy un científico, también soy padre... Y como todo padre, estos harán hasta lo impensable para salvar a sus hijos. Lo entenderás cuando tengas los tuyos... Je, aunque espero que llegues a serlo..." comenzó a relatar posiblemente por última vez el hombre de mediana edad.

"También por eso, he cometido otro acto sumamente egoísta de mi parte, y eso se debe a que almacené parte de la comida que quedaba en un lugar que nadie aparte de ti sabe. No es mucha, pero calculo que al ser uno, te durará poco más de un mes... Pero sé que eres fuerte, sabrás arreglártelas de alguna forma" por un momento el científico se quedó en silencio, bajando la cabeza en contraste con el dolor emocional que estaba sintiendo.

Drake por otro lado, sabiendo adonde esto estaba yendo, se cubrió la boca con una de sus manos, tratando de no derrumbarse a la vez los ojos hasta se le ponían vidriosos. Mientras tanto, la sola imagen del Antiguo poniendo esa cara hizo saber a los Inklings y a la Octoling que algo muy malo estaba pasando entorno al ex-comando.

"Drake, desde el día en que esta absurda guerra comenzó, he temido por el día en el que me llegara el mensaje de que... habías caído en acción... Pero ese miedo no se comparaba al que tuve tras descubrir lo de este fracaso, el hecho de saber que lentamente morirías sin que pudiera hacer nada, me llenaba de pavor e impotencia, prefería saber que padeciste valientemente en combate, a verte marchitarte frente a mí..." por un momento el hombre parecía que iba a romper en llanto, pasándose una mano por su andrajozo cabello, pero este pareció contenerse lo suficiente.

"Es... Por eso mismo que también hice esto, tú luchaste, y viviste los peores horrores de la guerra, viendo como lentamente te cambiaba... Y ahora que finalmente puedes tener la oportunidad de vivir una vida decente, ocurre esto... Nunca fui un hombre muy religioso, pero reso a Dios porque puedas perdonarme algún día... Te quiero hijo, y vive... Por todos nosotros" pidió el señor Forrest, formando una sonrisa en su demacrado rostro, al mismo tiempo que unas lágrimas emergían de sus ojos.

Después de eso, el hombre se secó dichas lágrimas, antes de oprimir algunas teclas en un teclado al lado suyo, acto seguido desenchufó unos cables al parecer del mismo robot ayudante que grabava los hechos.

"Bruce... Después de esto te dejaré apagado hasta que Drake pueda encenderte otra vez... Cuida muy bien de él, de acuerdo?" agregó el padre del ya nombrado soldado.

"Entiendo... Le deseo la mejor de las suertes, señor" en eso se despidió el mismo robot desde la supuesta mesa donde estaba reposando, cosa que el contrario respondió con un asentimiento de cabeza.

"Secuencia de voz, código de bloqueo... 'Preguntale a Bruce'" con esas últimas palabras, se escuchó un sonido muy similar al que hizo el ser cibernético al desbloquear esos archivos, pero en la misma grabación, y acabando así con el vídeo.

Así como con la grabación, la proyección que hacía Bruce también se dio a fin, dejando el laboratorio en un absoluto silencio, mismo que únicamente fue roto cuando el pelicastaño se dejó caer en la camilla de sentón, emitiendo un momentáneo rechinido. Los amigos de este tampoco sabían cómo reaccionar ante lo sucedido, dedicándose a mirar fijamente al contrario mientras sus ojos eran cubiertos por su cabello.

No obstante, tras pasar unos eternos tres minutos, que para los agentes y la teniente parecieron ser horas, el humano de forma repentina volvió a ponerse de pie, aunque todavía sus ojos cubiertos por una sombra. Y tan pronto lo hizo, este salió dirigido a paso rápido hasta la puerta de salida, no dando tiempo al resto para que se escondieran, o hicieran otra cosa más que empujarse para que el ex-comando no los viera.

Pero abriendo el umbral, Drake se quedó por un momento estático cuando encontró a los cefalópodos detrás de la puerta, dando a entender que estaban fisgoneándo.

"A-ah... Drake, n-nosotros-..." trató de disuadir Callie, sonriendo nerviosamente, y poniendo sus manos frente a ella.

Aún así, lejos de recibir alguna regañada por parte del pelicastaño, o alguna mirada molesta a través del mismo, este sólo se mostró indiferente, pasando de largo al grupo de oceánicos, todavía con sus ojos cubiertos por una sombra, y moviéndose a paso apresurado por el pasillo.

Dichos seres ante eso se miraron entre ellos en confusión, seguido de ver cómo Bruce era el siguiente en pasarlos de largo, o más bien flotar sobre ellos siguiendo al joven soldado. Eso también incitó a que dicho grupo hiciera lo mismo, prosiguiendo con salir detrás del humano, pero vieron como este se dirigía hacia donde estarían las habitaciones de la bóveda.

"¡D-Drake, espera!" en eso pidió Nary con el resto tratando de seguirle el paso. En cambio el nombrado los ignoró, continuando sus apresurados pies hasta llegar al pasillo.

Acto seguido, Drake comenzó a abrir cada una de las puertas, al parecer buscando algo o a alguien, pero al igual que la primera vez, no encontró más que cuartos vacíos sin rastros de haber sido habitado por alguien en mucho tiempo. Esto no detuvo al ex-comando, moviéndose cada vez con más urgencia en abrir las puertas. Por otro lado, el comando y la teniente no entendían el comportamiento de su amigo, ni el por qué no les respondía cuando intentaban preguntarle que le estaba pasando.

"¡Drake, por favor... Solo dinos que está pasando?!" pidió Callie, viendo ir y venir al contrario mediante ya casi estaba abriendo todas las bastas puertas, y mostrándose en creciente frustración.

"¡Viejo, tan solo habla con nosotros, acaso ese otro Antiguo te dijo alto malo?!" en esta ocasión preguntó Nayls, intentando ponerse frente al pelicastaño caminando por al lado suyo.

"¡Drake en serio, deja se ignorarnos y... DINOS QUE PASA?!" fue Otome la que trató de detener al humano, agarrándolo por uno de sus brazos mientras apretaba los dientes, e intentando forcejear con él en la última frase, fallando evidentemente por la fuerza mayor del contrario.

Por su parte, los pensamientos de Drake estaban tan puestos en algo que ni siquiera notó los intentos de sus amigos por frenarlo, sin mencionar que al no tener su parche traductor puesto, no entendía ni una sola palabra de lo que estos decían, pero por el tono preocupado que usaban ya cualquiera podía hacerse una idea.

Para cuando el ex-comando abrió la última puerta, dio un golpe con su mano abierta en el muro por la frustración de no encontrar nada. Acto seguido, un recuerdo llegó a la mente del mismo, prosiguiendo a correr hacia la salida de las habitaciones, cosa que los Inklings y la Octoling tuvieron que pegarse a las paredes para que el humano no les pasara por encima, antes de seguirlo otra vez para ver hacia dónde iría esta vez.

Pero en esta ocasión les resultó algo más difícil alcanzarlo, dada por la velocidad en la que estaba corriendo. Pero no tomó mucho para ver como llegando a una sección de la bóveda, Drake alcanzó a una supuesta puerta en su mayoría oxidada, eso tampoco detuvo al joven soldado para intentar abrirla, pero claramente el pasar de los años la había trabado. Pese a eso, el pelicastaño dio unos cuantos pasos hacia atrás, antes de correr hacia adelante y encajar una fuerte patada frontal en el portal, esta vez sí abriéndola con un tosco golpe metálico.

Tan pronto su asaña fue hecha, rápidamente buscó el accionador de la luz, y con unos tenues parpadeos, los focos mostraron nada más que más cajas cubiertas por unas mantas. Ante eso, Drake dejó salir un gruñido, haciendo lo mismo que hizo en las habitaciones, buscar otra puerta que no había abierto hasta ahora.

Por otro lado, sus amigos comenzaban a sentir una confusión todavía mayor por el comportamiento del supuesto ex-comando, por qué estaba actuando así, quién era ese otro Antiguo que Bruce le estaba mostrando en esa proyección, y que le había dicho para que fuera tan errático con sus acciones?, esas y más preguntas se hicieron tanto los Inklings como la Octariana, que frunciendo el señor, volvió a correr junto a los demás para alcanzarlo.

Ahora llegando a otra puerta igual de desgastada que la anterior, Drake intentó abrirla también, pero al parecer también tendría que luchar con esta. No obstante, la aparición de Bruce al lado suyo fue lo que captó su atención por un segundo, pero volviendo a crujir los dientes tratando a abrir la puerta.

"Señor, por favor le sugiero que-..." intentó dialogar el robot flotante, pero al instante este fue interrumpido de forma abrupta por el mismo pelicastaño.

"¡¡CALLATEEEEE!!" gritó en absoluta rabia y frustración el ex-comando, girando su rostro por un momento hacia el cibernético ser, antes de regresar con lo suyo.

Pero en ese mismo suceso, el resto había presenciado como el joven Antiguo le había gritado a su ayudante de ésa forma, cosa que por lo fuerte y repentino de este, terminó asustando por un momento hasta a las mismas Squid Sisters, no sólo por el grito, sino por la cara que este puso, y aunque viéndola de perfil, fue suficiente para que ninguno de ellos se acercara más de lo que ya estaban.

-

Casi dos horas habían pasado desde que Drake comenzó a abrir toda puerta oxidada que anteriormente no se pensó en abrir, y a este punto, los agentes y la teniente Octoling se obstuvieron de continuar siguiendo de un lado a otro a su amigo humano, motivo por el que se quedaron reunidos por la zona circundante a la puerta de la bóveda, aquella que Callie, Marie, y Drake limpiaron antes.

Pero esa acción de su parte no quería decir que no les importara lo que hiciera el pelicastaño, de hecho, su preocupación iba en aumento conforme el sonido de puertas siendo abiertas de forma tan brusca seguía.

"Cuando creen que termine?... Ya van 40 las que va abriendo" preguntó y se quejó a la vez Nayls, estando sentado en el suelo con sus piernas cruzadas, sólo para que antes de que alguien respondiera, el seco sonido de otra más siendo abierta hizo eco dentro de la bóveda, avisando que la cosa no había terminado todavía.

"41... De verdad que algo le safó un tornillo, pero él ni siquiera voltea a vernos" comentó Marie, estando ella apoyada en la pared con su brazos cruzados.

"Claro, si es que cualquiera de nosotros se atreve acercárcele..." añadió Shara, inflando un globo de chicle, y sacándole una foto a la bóveda con su teléfono.

Tras eso todos se quedaron pensando por un momento, buscando una forma en que pudieran enterarse de los sucesos que habían llevado al Antiguo acomportarse de esa forma, llegando incluso a gritarle con tanta ira a Bruce, alguien que supuestamente siempre está cuidando de él en siertos aspectos. Y no fue hasta que a Nary se le ocurrió algo cuando por fin tuvieron una idea.

"¡Oigan, y si le preguntamos a Bruce?" sugirió la chica calamar naranja, mirando a cada uno de sus amigos, los cuales le devolvieron el gesto tras oír la idea.

"¡Eso es, tal vez ahora mismo no sea posible hablar con Drake, pero Bruce seguro nos lo dirá todo sin problemas!" exclamó Callie, poniéndose de pie de un salto, y parándose frente a los demás.

"Desafortunadamente 'Lucesitas' se pegó al grandullon... Así que suerte para el que quiera aproximarse" en eso cuestionó Levin con un suspiro, y frotándose detrás de la cabeza, haciendo así que el resto dejara salir un suspiro también.

No obstante, unos lentos pasos se irían escuchando acercarse a ellos, motivo por el que todos giraron su atención hacia dicha dirección, y encontrando al ex-comando tambaleándose mediante parecía mostrar el cansancio de todo el esfuerzo en abrir puertas oxidadas. Esto hizo que los mismos humanoides se pusieran en alerta por cualquier cosa, y mayor aún cuando lo vieron caer sobre una rodilla.

No obstante, con un gruñido el humano golpeó con su puño el suelo, quedándose jadeando audiblemente. Por qué no había ningún rastro de su gente, por qué en todas las puertas que no había abierto antes no encontraba nada que le diera una pista de a dónde fueron a parar, acaso no estaba buscando en el lugar correcto?. Tal vez en un último momento todos lograron escapar, tal vez su padre no tuvo tiempo de comentar su supuesta huída de la bóveda. Drake quería pensar en que eso había pasado, pero una parte de él todavía le aseguraba que lo que está buscando ya hace mucho se había ido, y no de la forma en que el Espectro quería.

Apoyando su frente en el suelo con sus dientes apretados, el pelicastaño estuvo por rendirse y simplemente quedarse tirado en el suelo hasta que sus angustias lo dejaran pensar claramente, luego le pediría una disculpa a Bruce por gritarle, y después explicaría el motivo de su comportamiento a sus oceánicos amigos. O eso pensó por un momento el humano, sino fuera porque de reojo encontró una última puerta que ni siquiera sabía que estaba ahí, tal vez porque el patrón del óxido le daba un especie de camuflaje en el muro donde se encontraba.

Levantando su parte superior, se quedó unos segundos contemplando esa última puerta que parecía haberse aparecido de la nada, para acto seguido ponerse de pie con algo de dificultad. Los Inklings y la Octoling también tenían sus miradas centradas en el umbral al que su amigos se estaba dirigiendo, terminando por seguirlo unos pocos metros.

Una vez habiendo llegado, Drake tomó la cuadrada manija de la puerta antes de girarla y tirar de ella, pero el sonido del marco dio a entender que la trataba de abrir del lado equivocado. El pelicastaño corrigió eso ahora empujando la puerta con lo que le quedaba de fuerza. Y evidentemente de la clara ausencia de uso la dejó igual de trabada que las otras, pero tras un esfuerzo final, el ex-comando consiguió así abrirla, casi cayéndose al interior de paso.

Solo oscuridad fue lo que encontró, sin mencionar que una momentánea corriente de aire lo saludo, al parecer esta era una sala grande, a lo que tanteando por los bordes de la puerta, Drake terminaría encontrando el interruptor de la luz, con la diferencia de que esta era una palanca y no un simple botón.

Las luces se dieron a la vida, algunas hasta reventando por la repentina electricidad que las inundó, pero desapareciendo esa oscuridad que no dejaba ver nada.ñ, aunque con lo que vio Drake a continuación, habría deseado que esa penumbra se hubiera quedado así. Los ojos del pelicastaño se agrandaro en pavor, al mismo tiempo que sus pupilas se tornaban sumamente pequeñas, y el largo jadeo de terror fue la guinda del pastel.

Huesos, eso fue lo primero que vio el pobre ex-comando, huesos por todas partes, cosa que un segundo después de ver mejor de lo que se trataban, tal vista hasta le revolvió el estómago. Decenas de esqueletos humanos de diferentes tamaños decoraban cada rincón de la enorme sección que Drake había abierto, todos portando las ropas que sus dueños tuvieron antes de perecer, sobre todo la de cierto esqueleto que tenía un familiar conjunto, junto a una bata.

Si era a su gente lo que el joven soldado buscaba, pues los había encontrado. Las nauceas se intensificaron conforme este seguía presenciado el trágico destino de todos, a tal punto en que se tapó la boca con una mano mientras daba arcadas, seguido de alejarse por un momento de la puerta para finalmente caer sobre sus rodillas y devolver el contenido de su estómago, aunque no fuera más que saliva y algunos pocos fluidos de este, pero para Drake tras lo visto, gruñía y tosia cómo si estuviera sacando el desayuno, su cena, y la anterior.

Esa misma escena fue suficiente para que los agentes y la teniente olvidaran lo que pasó antes con Bruce, seguido de correr hacia su amigo en pleno malestar. Por otro lado, Marie y Callie decidieron pasar de largo a los demás y dirigirse hacia la puerta, dispuestas a ver lo que había dejado a Drake en tal estado.

Sus reacciones fueron instantáneas, los ojos de la idol de tentáculos blancos se abrieron entorno a la horrible escena, junto a un jadeo de sorpresa que dejó salir. Su prima por otro lado, se llevó ambas manos a la boca, pero aún así dejando salir un corto grito de horror.

Esto también captó la atención de algunos de los demás.

"¿Que sucede, que vieron?" preguntó Levin, estando al lado del humano al igual que sus amigos.

Marie en cambio se dedicó a girar su atención hacia el todavía shoqueado pelicastaño, y volver a ponerla en los montones de esqueletos humanos.

"Marie, que es lo que vieron?" volvió a preguntar el Inkling de tentáculos azules, mientras tanto él como Shara se ponían de pie, dispuestos a ver lo que había tras esa puerta.

"¡Ustedes quédense ahí!" en cambio demandó Marie apuntándoles con el dedo, seguido de cerrar la con un leve portazo. Acto seguido se giró hacia Callie, quien seguía en la misma posición, pero con su vista perdida en la nada.

"Call... Callie, Callie... Aori!!" terminó exclamando el último nombre la idol más madura, captando finalmente la atención de esta, antes de voltear su vista por un momento hacia el grupo por si la habían escuchado. Viendo que no, volvió a mirar a su familiar a los ojos, regresando así com ellos.

"¿Drake...?" preguntó con preocupación Nary, frotando la espalda del contrario en un intento por calmarlo, pero la expresión de pánico en el rostro de este parecía haberse quedado marcada.

Sin embargo, en eso la atención del susodicho ex-comando se centró en el robot esférico que flotaba por en frente suyo, a lo que la cara de este se contorcionó en una mueca de dolor mientras dejaba salir gruñidos con el mismo sentimiento a medida que se volvían a encorvar con la cara casi pegada al suelo.

"¡Siempre... Habías sabido esto... Y no me lo dijiste?!" exclamó Drake cerrando fuertemente los ojos, luchando con el inminente deseo de dejar salir las lágrimas.

"Lo siento señor, pero no podía hacerlo, su padre me había reprogramado para bloquear esa sección de mi memoria... hasta que usted dijera la palabra clave..." respondió Bruce, flotando un poco más cerca del pelicastaño, pero lo que nadie esperó, fue la siguiente acción de este.

Sin aviso alguno, el ex-comando agarró a su ayudante de metal con una mano, y lo puso contra el suelo, al mismo tiempo que recogía una buena piedra con la otra, levantándola dispuesto a estrellarla contra Bruce. Esto ocasionó que todos los demás se alejaran nuevamente por cualquier cosa, solo para asustarse por lo que realmente estaba por pasar.

"¡Drake!" exclamó Otome, en un intento por evitar que el humano hiciera una inmensa estupidez.

El nombrado por su parte, tenía su mano temblando con la roca en ella, luchando consigo mismo por si debía acabar con Bruce por haberle ocultando todo esto, pero el pelicastaño también sabía que no era su culpa, y que estaba actuado por mera ira y desesperación, siendo por estas dos, y otra emociones negativas que no le dejaban pensar bien, siendo así por el que apretaba los dientes, emitiendo gruñidos de dolor.

En cuanto al cibernético, este no dijo nada, ni siquiera luchó por soltarse, quedando en el suelo sujetado por la mano de su actual dueño mirándolo con su lente, como esperando un destino que hasta éste creía merecer.

Pasaron alrededor de dos minutos en los que el pobre ex-comando estuvo luchando contra sí mismo, siendo estos los más largos de su vida. No obstante, parecía que la cordura del susodicho soldado parecía haber ganado por muy poco, puesto que la roca en la mano de este cayó de ella en un seco sonido mientras cerraba los ojos, para que luego Drake se apoyara en sus brazos ocultando su rostro en estos, soltando también a su ayudante.

Acto seguido, como si algo realmente lo estuviese hiriendo, el susodicho pelicastaño se retorció agarrando su cabeza y sacudiéndola, mientras emitía audibles quejidos.

Y para cuandos estos cesaron, el ex-comando volvió a levantar la parte superior de su cuerpo en una posición arrodillada, alzando su mirada, y terminando por dejar salir un desgarrador grito de dolor, mismo que se escuchó por toda la bóveda. Pero este no fue el único, otros fuertes gritos de sufrimiento interno fueron emitidos, dejando así que Drake dejara salir de una todo el dolor que llevaba acumulado dentro, mientras la lágrimas finalmente fluían fuera.

Y regresando tanto con los Inklings como la Octoling, estos no pudieron hacer más que solo mirar, sintiendo como el alma se les desgarrada con cada grito de sufrimiento. Drake, que supuestamente era alguien que siempre se mostraba fuerte, carismático, fresco, e intimidante en algunas ocasiones, ahora literalmente estaba quebrándose frente a ellos como un niño pequeño.

Más de uno apretó los puños, impotentes al no saber que hacer. Nary por su parte ya le estaban brotando sus propias lágrimas con su cuerpo temblando, y Otome tenía su cabeza baja con sus tentáculos cubriendo sus ojos, a la vez que apretaba los dientes. Era impresionante como un Antiguo podía expresar tanto dolor en un llanto.

Pero pronto los alaridos del humano serían callados, al sentir como alguien lo rodeaba con sus brazos en un fuerte abrazo, dejando así los ojos del pelicastaño ocultos por una sombra, y su boca aún abierta.

Y quien había sido el que hizo tal acción?, pues para sorpresa de todos, ni mas ni menos que la misma Marie, la cual también mostraba lágrimas en sus mejillas.

"Ya deja de gritar... Haces que nos duela a todos...!" trató de regañar la cantante de tentáculos blancos, pero su temblorosa voz no le ayudaba.

No obstante, alguien más prosiguió a unirse al abrazo, siendo en esta ocasión Callie, envolviendo sus brazos desde el otro lado. Pero la cosa no terminó ahí, puesto que después Nary, luego Otome, Levin, Shara, hasta que prácticamente todos estaban rodeando al humano en un abrazo grupal, motivo por el que este pareció haberse quedado desconectado al no saber como proseguir, y con su cuerpo temblando. Solo Bruce fue quien se quedó al margen, presenciando únicamente la escena que tenía en frente.

Como último atisbo de que Drake seguía consciente, este dejó salir un último y largo lamento, haciendo nuevamente un eco en toda la instalación.