Las cosas que pasaron después de aquellos sucesos, fueron demasiado rápidos incluso para que cualquiera de los testigos pudiera haber previsto. Y habiendo descubierto el paradero de los demás de su raza, Drake entró en un estado casi catatónico, mientras que el ya mencionado se encontraba ahora encerrado en su habitación sin permitir el acceso a ninguno de los involucrados.

Por otro lado, las Squid Sisters tuvieron algunas dificultades para poder contarles al resto de los integrantes lo que habían visto, y sus reacciones fueron claramente acorde a lo que cualquiera habría pensado. Ante eso, todos al instante tuvieron la intención de intentar hablarle a su amigo humano, pero como se había mencionado, este se encerró en su habitación, aislándose del resto, incluso trabando la puerta de una forma que ni siquiera Bruce pudiera abrirla.

Y hablando del rey de Roma. El comando SquidBeak también pidió una explicación al robot esférico de quién era el otro Antiguo con el que Drake parecía estar 'hablando' antes de todo esto. La cosa no pareció subir los ánimos cuando Bruce les relató los sucesos, ahora entendiendo el porqué del anterior comportamiento del pelicastaño, pero a la vez sintiéndose un poco peor por él. Saber que eres el último de toda tu especie ya es bastante malo, pero el encontrar los restos de aquellos con los que supuestamente eran parte de tu comunidad, no era de sorprenderse que el pobre humano no quisiera a nadie con él ahora.

Viendo que no podrían hacer nada de momento, todos no tuvieron de otra más que irse de regreso a Inkopolis con un muy mal sabor de boca. Pero entre todos ellos, habían una Inkling, y Octoling que más de una vez se les pasó por la cabeza en quedarse e intentar consolar al ex-comando. Aunque recordando que en ningún momento este había abierto la puerta con nadie, supieron que tal vez debían dejar a Drake un tiempo a solas para poder asimilar todo, y poder calmarse lo suficientemente como para poder hablar con él.

Pero al momento de regresar a la base para contarle al capitán lo sucedido, pronto se darían cuenta de que con su amigo humano en ese estado, era muy probable que ni siquiera podría ayudarlos contra Octavio en el momento dado, algo que los dejaría en una gran desventaja si eso llegaba a pasar. Lo único que podían hacer ahora, era esperar hasta mañana y ver si el joven soldado había logrado calmarse lo suficiente.

Pero eso sí, cuando llegara la noche, era un hecho que ninguno podría dormir bien.


Al día siguiente cerca del mediodía, tal como se planeó, todo el comando partieron de regreso hacia la bóveda de Drake, esperando a que este se encontrara deprimido, pero por lo menos dispuesto a ser consolado. Mas nadie anticipó a lo que encontrarían cuando llegaran a la caverna.

Todos ellos abrieron sus ojos con sorpresa tan pronto vieron la silueta del pelicastaño saliendo con una carretilla siendo empujada, al mismo tiempo que algunos ya estaban formando una sonrisa mientras pensaban que este ya se había recuperado, y que nuevamente estaba trabajando para arreglar la bóveda.

No obstante, cuando lo siguieron por detrás de la misma entrada a la cueva, lo que encontran los dejó helados.

Filas tras filas de lo que parecían ser tumbas recientemente cavadas, mientras que algunas de ellas yacían cubiertas por la misma tierra, y una cruz de madera clavada en un extremo de estas, aunque algunas de ellas estaban adornadas con algunos distintivos como collares, cintas, cadenas con algún crucifijo, joya, o incluso una que otra foto.

Y lo que llevaba Drake en la carretilla, no era otra cosa que uno de los anteriores 'ocupantes' de la bóveda, el cual era puesto con cuidado dentro de la tumba, y algunos de los huesos que estaban sueltos los depositaba en el lugar donde aparentemente iría, para luego tomar la pala clavada en el montón de tierra, y usarla para llenar la tumba, cubriendo poco a poco el esqueleto del difunto.

Con cautela los agentes y la teniente se acercaron al pelicastaño, mismo que estaba de espaldas a ellos, y notándose la tierra ensuciando diversas partes de su ropa.

"¿D-Drake...?" en eso fue Callie la primera que pudo articular palabras, pero el resultado no fue más que nada por parte del contrario.

"¿Drake... Como te encuentras...?" ahora preguntó Marie, dando un paso más cerca.

Nuevamente silencio es lo que les devolvió el ex-comando, como si ni siquiera los hubiera escuchado, algo que hizo a todos mirarse entre sí con preocupación. No obstante, para cuando el humano terminó de sepultar los restos de su pariente, todos esperaron a que con eso este ahora les dedicara algo de atención. No fue así, puesto que dando unos pasos al lado de la ya cubierta tumba, Drake procedió a comensar a cavar una nueva.

A eso, y tras no poder esperar por más tiempo, Otome fue la que terminó por acercarse al contrario y tomarlo por uno de sus brazos, cosa que lo hizo detenerse de golpe como si estuviera saliendo de un modo automático.

"Drake, somos nosotros... Por lo menos voltea a vernos..." pidió de forma sumisa la Octoling, a lo que lentamente el susodicho se fue girando, mayormente por ayuda de la chica pulpo que por voluntad propia, terminando así mostrando un rostro apagado, con unas visibles ojeras bajo sus ojos, claro indicio de no haber dormido nada, y ojos entrecerrados ante la falta de emoción. Pero lo que más afecto al grupo, fueron los opacos ojos de este mismo, tornando lo que antes eran unos profundos ojos marrones, a unas iris del mismo color, pero casi difuminadas por la falta de brillo.

Nadie dijo nada, nadie pudo decir nada, contemplando la profunda tristeza en la que su amigo ahora se encontraba ahogándose, completamente opuesto al Drake que todos conocían, y ya extrañando su forma de ser.

Luego de haber pasado unos segundos en el que ninguno supo que responder, el pelicastaño volvió a darles la espalda mientras que se soltaba del agarre de Otome, volviendo con su tarea de hacer un agujero con la única pala que tenía. No obstante, Callie fue la que en esta ocasión trató de vincularse con el ex-comando, dando unos pasos más al frente para estar justo detrás de él.

"Drake, entiendo que sientas muchas tristeza... Pero es en estos momentos cuando debes-..." intentó alentar la idol de tentáculos negros, pero se sorprendió cuando el humano la interrumpió, todavía sin voltear a verlos.

"Ya deja de aparentar... Tú no entiendes nada..." dijo Drake de forma sombría, y con un tono de voz apagado, al mismo tiempo que guardaba el estuche de su parche traductor en uno de sus bolsillos, dando a entender que se lo había puesto.

Por su parte, a Callie le tomó unos segundos para poder procesar lo que había escuchado al igual que los demás, solo para luego recomponerse y aprovechar el que finalmente pudieran hablar con él.

"¡C-claro que sí, lo que te pasó fue una gran tragedia, pero por eso estamos todos aquí para-...!" una vez más trató la hiperactiva Inkling de animar al contrario, sin embargo al igual que con la primera, otra vez se vio interrumpida por el mismo.

"Quieres ya callarte... Oírte sólo me fastidia más..." respondió Drake de forma tajante, volteando apenas su cabeza en la dirección de esta, seguido de volver a clavar la pala en la tierra.

"¿Eh...?" exclamó la pobre cantante con un hilo de vos, sintiendo por un momento un pinchazo en el pecho, y dando un pequeño respingo con una leve expresión de shock, a lo que al instante Marie puso a su prima atrás suyo de forma protectora.

"¡Drake ya esta bien, entiendo que estés dolido, pero eso no es motivo para-...!" la idol de tentáculos blancos tampoco se salvó de ser cortada, puesto que una risa sin emoción salió del humano.

"Dolido, motivo?... Marie, tampoco creo que tú entiendas una mierda de por lo que estoy pasando ahora..." mantuvo el pelicastaño su tono cortante, llegando a incomodar incluso al resto por la forma en que estaba hablando con las dos celebridades, sin mencionar que esta había dejado de cavar, y ahora estaba erguido del todo dándoles la espalda.

"¡Drake, enfríate, viejo. No estamos aquí para pelear, sino para ayudarte, y consolarte si hace falta!" defendió Nayls, siendo apoyado por un asentimiento de cabeza por algunos.

"¡Yo no les pedí que vinieran...!" contestó con un poco más de molestia el ex-comando, alzando la voz de paso.

"¡Es que siquiera oyes lo que te dicen?, acaso todo esto también te dará el derecho de tratar así a tus amigos?!" exclamó nuevamente Marie, dando un paso más al frente.

"¿Entonces que esperas que haga, que simplemente sonría como estúpido, haga como si nada, o que me ponga a llorar en las rodillas de alguno... Eh?!" esta vez Drake sí se giró por sí mismo hacia el resto, pero sumando una expresión de enojo a la que ya tenía, mientras que tiraba la pala bruscamente al suelo.

"Dime una cosa, Marie... Como te sentirías si después de librar la peor guerra de tu vida, en el que todo tu mundo se va al carajo, luego despiertas sola, sin saber que fue de tu gente o sin recordar nada de lo que pasó, para luego después de varios días enterarte que no solo ahora eres la última de tu especie, sino que todas las personas que yacían en ese bunker están muertas a excepción de ti?!" comenzó a interrogar Drake, al mismo tiempo que iba acercándose paso a paso hasta la idol verde, pero sin detenerse, cosa que hizo que este fuera retrocediendo lentamente a medida que el contrario avanzaba, obligando a los demás también a quitarse del camino.

"¡Y para colmo, que gracias a eso es por el sacrificio de tu mejor amigo, o Callie, y tu abuelo para que tú quedes viva... Dime, eso no te abrumaría, eso no te perforaría peor que una BALA?!!" demandó Drake gritando la última palabra, quedando con su rostro a veinticinco centímetros por sobre él de la cantante, quien tenía sus ojos bien abiertos mientras sudaba, manteniendo su boca semiabierta en un intento por dar una respuesta, pero lo único que salía de ella no eran más que balbuceos.

"Eso pensé..." finalizó el ex-comando, dándose la vuelta y caminar de regreso a su labor de sepulturero.

Para ese entonces, cuando Marie pudo recuperar su compostura lo suficientemente, esta apretó los dientes mientras que avanzaba hasta su prima y la tomaba del brazo, llevándosela casi a rastras.

"Nos vamos..." ordenó ella, con sus ojos cubiertos por una sombra.

"¡¿Q-que, pero y Drake-...?!" trató de preguntar Levin, pero recibió su respuesta apenas hacer su duda.

"¡He dicho que nos vamos... Debemos prepararnos para enfrentar a Octavio, y aquí solo estamos perdiendo el tiempo!" exclamó la chica calamar de tentáculos blancos, a lo que poco a poco el resto fue siguiéndolas aún con un rostro de preocupación en ellos por lo que sería del pelicastaño desde ahora.

Hasta que al final, fueron Nary y Otome las últimas en dejar la zona, mismas que se acercaron a su amigo humano desde atrás suyo, antes de dedicarle una últimas palabras antes de irse.

"Estuvo mal lo que hiciste, Drake... Pero también tienes tus motivos, así que espero que puedas superar esto..." empezó Otome, pese a no recibir respuesta del contrario.

"¡Sí, sabes que siempre estaremos para ayudarte... Así que no dudes en llamarnos si necesitas a alguien para hablar, o algo!" añadió Nary, siendo apoyada por la Octoling con un asentimiento de cabeza.

Pero el resultado fue el mismo, pese a eso, ambas chicas se despidieron del ex-comando antes de irse ellas también junto al resto del comando. No obstante, mediante estos se alejaban cada vez más, Drake se detuvo por un momento, dedicándoles una fugas mirada a quienes eran posiblemente sus únicos amigos en este nuevo mundo en el que habitaba ahora.

Con un gruñido de reprimenda a sí mismo, volvió a sacar paleadas de tierra. Mientras tanto en el grupo de cefalópodos, Callie giró por un momento su cabeza en la dirección del joven soldado, bajando luego sus ojos en contraste de no haber podido ayudar al ex-comando. Y aunque no lo pareciera, Marie también estaba pasando por su propio momento amargo, llegando a incluso escaparse algunas pequeñas lágrimas por la comisura de sus ojos, aunque al instante decándolas con la mayor discreción posible.

Pero de lo que nadie prestaba atención ahora, era que por sobre sus cabezas lentamente iban formándose nubes de lluvia, las cuales ya estaban emitiendo leves truenos, anunciando así lo inminente.

-

Y fiel a su adversaria, tras pasar una hora, el cielo finalmente se había cubierto por completo con las oscuras nubes, las cuales ahora estaban bañando cada zona que tocara con una torrencial lluvia. Mientras tanto, eso no detuvo al pobre pelicastaño para mantenerse tercamente en su tarea de sepultar a los suyos. Aunque claro, el constante esfuerzo que tenía que hacer una y otra vez, ya estaba pasando factura en su cuerpo, oyendose ya los jadeos de agotamiento por la falta de descanso, y pese a que la lluvia ayudaba a refrescar su cuerpo, también era un fastidio, llenando de a poco las tumbas que excavaba con agua hasta casi volverla una pequeña piscina por así decirlo, obligándolo así a traer un valde, y sacar el exceso de esta.

Sin mencionar el barro que le dificultaba todavía más el moverse por temor a resbalarse y quedar con una pierna atrapada.

La pala una vez más se clavó en la tierra, pero no con la suficiente fuerza como para asegurar una buena recogida, mientras que apoyado en esta yacía Drake casi sin fuerzas para empujar más. Los jadeos que emitía eran incluso audibles bajo la torrencial lluvia que cubría todo. Y todavía en sus finales momentos de lucha, Drake se negó a parar, ya fuera por su persistencia, o el mismo dolor que lo impulsaba a moverse sin pensar claramente.

Tal parece que era lo último, porque al mentó de levantar otra vez la pala para clavarla con aparente más fuerza, no se percató de la poca firmeza con la que la agarraba, y no fue hasta que la dejó caer junto a su cuerpo, cuando el mango se le resbaló de las manos, antes de terminar cayendo casi de cara al barro del gran agujero, manchando así la mitad delantera de su cuerpo. Tras eso, ante la frustración, y las emociones negativas que todavía se mantenían en auge dentro de su ser, este se levantó tan rápido como pudo agarrar la pala, solo para luego emitir un grito de furia que hizo un largo eco, seguido de lanzar dicha pala lejos, y escucharse un fuerte trueno acompañado de un rayo que iluminó todo el panorama por unos segundos.

El cuerpo le dolía, y su motivación estaba por los suelos, que podía hacer ahora en estos momentos tan miserables en los que se encontraba?. Mirando hacia arriba al nublado cielo que no dejaba de llover, el pelicastaño se dejó caer de espaldas dentro de la tumba, más no se hizo ningún daño, debido al barro dentro de ella que amortiguó el golpe.

"Lo que daría por que alguien me sepultara ahora..." fue el único comentario que este se hizo, manteniendo su ojos sin vida puestos sobre el cielo.

Pero ante los relámpagos que de vez en cuando alumbraba el lugar, una pequeña esfera flotó por sobre la tumba, acercándose al rostro del humano, y emitir una tenue luz con su lente.

"Señor, no es un buen lugar para que usted se quede, y mucho menos con esta lluvia. Le recomiendo que se resguarde en la bóveda y prosiga cuando la lluvia se detenga, o por lo menos amaine lo suficiente..." sugirió Bruce, pero una desganada mano lo apartó del camino.

"Ya dejame en paz..." respondió Drake con una apagada voz, a lo que el contrario volvió a ponerse frente a su rostro.

"Se enfermará si se queda aquí" volvió a pedir el cibernético ser, recibiendo nada más que silencio por parte del contrario, y es que ahora mismo su salud no podía importarle menos, pero tampoco le agradaba mucho la idea de agarrar un resfriado o algo peor. Después de todo, para qué morirse de pulmonía?, si en cualquier momento podría ponerse una bala en la cabeza para hacer todo más rápido, dejando así su vista perdida en la nada.

"Señor, ya podrá terminar eso después, de momento debería descansar un poco para-..." continuó Bruce tratando de convencer al humano para que se resguardara en la bóveda antes de que agarrara algún mal.

"Ya callate, quieres...?" dijo Drake con fastidio mientras tomaba una posición sentada, seguido de comenzar a levantarse de mala gana con un gruñido de esfuerzo.

Puesto que todavía sentía los síntomas del agotamiento, le tomó un poco más de tiempo en poder salir del agujero. Acto seguido, tomó el balde y lo metió en la carretilla casi de un golpe, para luego con un gruñido de molestia, ir en busca de la pala que había lanzado en su arranque de furia.

Y ya con todo listo, el ex-comando emprendió el regreso al interior de su bóveda, de la cual cuando pasó la abertura de la puerta, simplemente dejó la carretilla a un lado sin molestarse en acomodar las cosas donde estaban. Los pies le pesaban, y todavía tenía que ir hasta su habitación para poder tomarse un baño, y tal vez dormir un poco, aunque esto sería sólo por cansancio, y no por sueño en general. Así que con un rastro de agua y barro que iba dejando a su paso, el pelicastaño se quitó la camisa empapada y sucia, antes de tirarla al suelo como si nada. Esto captó la atención de Bruce, que en ese momento flotando hasta la prenda descartada regresó su atención al desganado joven soldado.

"Señor, no creo que sea bueno-..." tal como la anterior vez, la esfera flotante trató de hacer ver los errores que estaba haciendo el contrario, mas no fue tomando en cuenta, y callado una vez más.

"No me importa, Bruce..." señaló Drake, alzando un poco el tono para enfatizar que, más que ayudar, estaba molestando en mayor medida al contrario.


[Inkopolis]

[Departamento de Nary]

[Mismo lapso de tiempo]

Mientras tanto, en un departamento yacía una conocida Inkling de tentáculos naranja, mirando por una de las ventanas en su hogar hacia la dirección de OctoValley, donde supuestamente estaba la bóveda de Drake.

Desde que la lluvia se presentó, claramente todos los agentes fueron despedidos hacia sus casas, puesto que bajo la lluvia sería lo mismo que caerse al mar, y aunque sería bastante más tardado, solo sería cuestión de tiempo para que un Inkling, u Octoling en el caso de Otome, terminara derritiéndose como un helado bajo la lluvia.

En su mente, las palabras de Drake tampoco dejaban de resonar, recordándole una y otra vez el frágil estado mental en el que se encontraba, el dolor que ha de estar sintiendo desde ayer. Eso la hacía sentir todavía más ansiosa, y frustrada en un mismo nivel, al recordar que no pudieron hacer nada cuando fueron para ver como estaba. Y pese a las cosas un poco crueles que este dijo, ella sabía que no las decía enserio, herían claro está, pero ese sólo era su dolor y rabia hablando por él, habiendo perdido a todos sus seres queridos, y sabiendo que ahora es el último de su clase.

Pero que podía hacer ella ahora?, era un total peligro salir con esta lluvia, sin mencionar que si les decía a sus amigos, estos le recalcarían que el pelicastaño no quería ser molestado ahora, y ni hablar de las Squid Sisters, bueno, de Marie mayormente, ya que esta le diría tres palabras: "Pierdes tu tiempo...". La Inkling ante eso dejó salir un suspiro mientras apoyaba una mejilla sobre una de sus manos.

Tal vez debería distraerse con algo. Ver la televisión, jugar algún videojuego, limpiar sus armas, o algo por el estilo, pero la cosa es que no tenía ganas de una ni de otra, de lo que tenía ganas era de ir a ver al humano. Tal vez sólo eran sus sentimientos por éste los que no la dejaban hacer caso a sus amigos, o a las famosas idols.

Mirando hacia bajo, hacia las calles de la ciudad, efectivamente, ni un alma se encontraba caminando por estas, salvo por los vehículos que por obvias razones todavía estaban yendo y viniendo por las avenidas. Pero antes de que la chica calamar finalmente se diera por vencida, una idea llegó a su mente casi de golpe, recordando los vehículos que pese a la lluvia se mantenían en constante movimiento.

Apartándose de la ventana, Nary se abalanzó hacia su placar, rebuscando entre las ropas que había en él, además de tirar fuera de este algo que le estorbara. Hasta que escuchándose un jadeo en el interior del enorme mueble, la agente volvió a emerger lentamente, llevando lo que sería un grueso impermeable amarillo, además de traer puesta la gorra que constituía por completo la prenda.

Dejando la ropa aprueva de agua en el suelo por un momento, la Inkling otra vez se adentró en su placar, solo para salir unos segundos después cargando en sus brazos un par de botas de marinero, con las cuales se sentaría en el suelo antes de disponerse a provarselas en sus pies descalzos.

Había pasado tiempo desde que compró esta ropa para alguna ocasión que lo necesitara, afortunadamente las botas y el impermeable todavía le quedaban, algo que en parte también la frustró de sierta manera, puesto que daba a entender que ella no había crecido en gran medida, aunque tampoco es que los Inklings crecieran mucho que se diga, comparados con un humano promedio, el Inkling más alto seguiría viéndose pequeño al lado de uno.

Pero regresando al tema. Pará cuando Nary se aseguró de que las prendas le quedaban bien, esta procedió a buscar su SquidPhone, y marcar el primer número de taxi que se le viniera a la cabeza.


[OctoValley]

[Bóveda de Drake]

[Media hora después]

De regreso al bunker, el sonido del agua cayendo era lo que en ese momento se escuchaba por los pasillos de las habitaciones, de las cuales solo una de ellas estaba con la puerta abierta, al mismo tiempo que un rastro de agua con algo de barro se apresiaba por el mismo pasillo, y adentrarse en dicha habitación de la puerta abierta.

Dentro de ella las luces estaban apagadas, siendo así la luz del baño lo único que alumbraba un poco, cuya puerta también yacía abierta sin importar que alguien viera al ocupante. Tampoco es que hubiera alguien más aparte de Bruce para espiar.

El agua de la ducha no hacía más que caer, y Drake mantenía su mirada perdida en la boquilla del que los pequeños chorro de agua salían. Y pese a haber estado ya un buen tiempo en esa posición, algunas parte de su cuerpo no terminaban de limpiarse por la ausencia de fregarse con la esponja, o el jabón solo por lo menos.

Y mientras se sumergía cada vez mas y más en su miseria, un pensamiento le llegó a la mente; por qué se estaba bañando, para qué tomarlo de todos modos?, cuando seguramente apenas acabarlo, procedería a pegarse un tiro en la sien. Pero eso sí, primero terminaría de sepultar a toda su gente, así por lo menos tendrían un entierro mas o menos digno antes de unirse a ellos. Tras esa idea, otro pensamiento pasó por su cabeza, esta vez involucrando a los agentes, y a la teniente, sobre como reaccionarían cuando lo encontraran.

Parpadeando un par de veces, el humano dejó salir un suspiro de resignación, antes de tomar el shampo y el jabón, procediendo a limpiarse de una vez.

-

Habiendo pasado unos minutos, el ex-comando salió del baño con una toalla envolviendo su cintura y sin haberse secado bien, puesto que su cabello seguía goteando en su mayoría. Acto seguido, se acercó a su cama, y se sentó en esta con sus brazos apoyados en sus rodillas, lo cual le daba un aspecto melancólico mientras mantenía su mirada en el suelo.

Pero lo que este no sabía, es que pronto tendría la inesperada visita de cierta Inkling cabezona.


[Afueras de Inkopolis]

[Mismo lapso de tiempo]

[P.O.V Nary]

No sabía si a este punto debía sentirme arrepentida, o más determinada, tal vez una mezcla de las dos, puesto que pese a mantener mis intenciones de ayudar a Drake en sus momentos más difíciles, también sabía que esta posiblemente era la peor idea que se me pudo haber ocurrido en estos momentos.

Con la puerta del auto abierta y mis piernas recogidas, miré hacia el exterior con dudas si salir o no, mientras la lluvia se mantenía en auge cayendo por cada rincón de la calle.

"Jonvencita, sé que está lloviendo, pero tengo trabajo que hacer. Vas a salir o no?" me preguntó el conductor que ya había pagado, haciendo que diera un duro trago.

"¡S-sí, yo solo...!" ni siquiera pude terminar mi oración por el miedo a mojarme. No obstante, di una profunda respiración. Ya estaba aquí, así que no iba a retractarme ahora. Sacando todo el valor que pude, o la desesperación, salí al exterior casi de un salto, seguido de cerrar la puerta con el mismo ímpetu. Después de eso, corrí hasta ponerme bajo el techo de la tienda más cercana, y emitiendo un audible jadeo conforme a todo el esfuerzo que hice en tan solo salir del taxi y llegar hasta aquí.

Revisando si me había mojado alguna parte expuesta de mi cuerpo, me alivié al ver que no había sido el caso mientras dejaba salir un suspiro. Tal vez estaba exagerando las cosas con el hecho de caminar bajo la lluvia, además que tampoco estaba cayendo tanta como hace unos minutos, ahora solamente era una lluvia normal.

Acercándome al borde del techo, me preparé para cruzar la barandilla que separaba la calle con la entrada de OctoValley, pero al momento en que puse un pie fuera, una imagen me cruzó por la mente, viéndome a mí misma en el bosque, pero convertida en un charco de tinta y mi ropa regada por el suelo.

El imaginarme ese destino hizo que le frente se me pusiera azul, mientras que una sonrisa nerviosa adornaba mi cara, y sudaba por lo visto.

Pesé a eso, sacudí mi cabeza con mis ojos fuertemente cerrados en un intento de despejarme esas ideas. Pará algo había venido hasta aquí, no?, ahora solo faltaba un último tramo para llegar a la bóveda. Dándome un par de palmadas en las mejillas, cerré mis puños frente a mí con determinación. Acto seguido, abrí el paraguas que había traído conmigo, y procedí a salir de una vez.

No les mentiré cuando les digo que el solo sonido de las gotas ya tocando la tela me hizo dar un escalofrío, pero eso no me iba a detener, así que levantando una de mis piernas, lentamente fui cruzando la barandilla hasta pasar del otro lado, comenzando de una vez mi camino al bunker humano.

-

Habiendo pasado un buen lapso de tiempo, en más de una ocasión lamenté el no haberme puesto por lo menos unos pantalones largos cuando salí, ya que con los pantaloncillos de bicicleta que siempre tenía, dejaba mis piernas casi totalmente al descubierto. Y sé que tenía el impermeable y las botas para evitar mojarme, pero ya van varias gotas las que me fueron cayendo, y más cuando llegaba un viento de imprevisto.

"¿Desde cuando la bóveda de Drake estuvo tan lejooos~..." me quejé mientras oía mis pasos sobre el suelo mojado, estando ya cansada de estar bajo dicha lluvia.

Por fortuna mis esfuerzos fueron recompensados, cuando poniendo mis ojos al frente otra vez, estos se abrieron con ánimo tras poder divisar la entrada de la cueva no muy lejos de donde estaba. A lo que formando una sonrisa, apresuré mis pasos hacia aquella dirección, aliviada de que por lo menos podría esperar a que la lluvia cesara dentro de la bóveda.

Pero pareciera que el clima me quería dejar un último recuerdo, ya que al momento en que me adentré en la caverna, un fuerte trueno acompañado de un rayo se escuchó detrás mío, causándo que diera un salto por el susto, y al instante cambiara a mi forma de calamar, usando el mismo paraguas para esconderme. Temblando, lentamente me asomé por debajo, antes de terminar dando un suspiro y regresar a mi forma humanoide, no es que me dieran miedo los truenos, sino que este especialmente me había tomado por sorpresa.

No quise distraerme por más tiempo, y apresuré el paso hacia las puertas de la bóveda, pudiendo ya sentir mis latidos retumbando en mi pecho conforme sabía que estaba más cerca. Hasta que cuando llegué a dicho umbral, no dudé ni un segundo en entrar, mirando hacia todos lados por si de paso encontraba a Drake.

Todo seguía igual que siempre, motivo por el que cerré el paraguas antes de proceder a quitarme el impermeable, abriendo el cierre y dejar salir mis tentáculos con un suspiro aliviado. Después de eso, me acerqué hasta unas cajas al lado mío, y dejé mis dos bloqueadores de agua apoyados en estas para que se secaran.

Después de eso, me puse en puntas de pies mientras alzaba mis manos con los dedos enlazados mediante me estiraba, emitiendo un largo quejido cuando finalmente me dispuse a encontrar al humano.

Tal vez debería encontrar a Bruce y preguntarle dónde estaba Drake, pero conforme daba unos cuantos pasos, terminé trotando para cuando encontré algo tirado en el suelo. Y llegando hasta eso, me agaché mientras ponía mis manos en mis rodillas, viendo que se trataba de la misma prenda que Drake estaba usando esta mañana, ahora toda mojada y cubierta de lodo.

Por un momento me asusté al pensar que este se había disuelto por el agua, pero al instante descarté ese pensamiento al recordar que los Antiguos eran inmunes a ella, tal vez sólo se la había quitado, pero... Por que dejarla aquí tirada?. Pensando en que era por su estado mental, terminé viendo un rastro que se reflejaba con la posición de las luces.

No me lo pensé dos veces y al instante comencé a seguir la pista, aunque llegqndi a un punto en el que ya ni necesario lo vi, tras darme cuenta de hasta adonde me estaba llevando. Solo esperaba que Drake no estuviera dormido, o que su puerta no estuviera bloqueada como la anterior vez.

-

[P.O.V Tercera persona]

Con el tiempo ya transcurrido, el cuerpo del pelicastaño se había secado del todo por sí sólo, mientras que su cabello casi lo estaba por completo. Y en todo ese lapso de tiempo, este no había abandonado su posición, manteniendo su mirada perdida en el suelo, y cerrado a todo lo demás.

Pero conforme el ex-comando se hundía cada vez más en su dolor, una voz lo hizo abrir un poco más los ojos, además de levantar la cabeza para ver de quien se trataba. Y ahí, para en la entrada yacía una familiar Inkling de largos tentáculos gemelos color naranja, apoyando una de sus manos en el marco de la puerta, a la vez que tenía su otra cerrada frente a su pecho.

Por otro lado, Nary al ver al contrario con tan solo una toalla cubriendo su cintura, y su cabello desordenado de esa forma, no pasó mucho para que su boca se abriera, dejando salir un jadeo de sorpresa, y un rubor estallara en sus mejillas y nariz, para luego darse la vuelta con unos espirales ocupando sus pupilas.

"¡L-lo siento mucho, no sabía que no estabas vestido, y-...!" trató de disculparse la chica calamar, pero pronto se vería interrumpida por el mismo joven soldado, diciendo algo que la haría olvidarse por un momento de su vergüenza.

"¿Que haces aquí... Quien te dijo que vinieras...?" preguntó fríamente el ex-comando, pero con una voz apagada, eso hizo que la Inkling se girara a él con algo de confusión.

"¿Acaso fue Bruce el que te lo pidió...?" volvió a preguntar Drake con el mismo semblante, dejando así a la agente con un pequeño nudo en la garganta.

"Mi respuesta sigue siendo la misma... No quiero ver a nadie, así hazme un favor, y no me molestes..." terminó el pelicastaño tajantemente, y volviendo a bajar la cabeza, al mismo tiempo que Nary lentamente dejaba colgar sus brazos, con una mirada al suelo que cubría sus ojos por una sombra.

No obstante, pronto sus manos se cerrarían en puños mientras apretaba los dientes, para luego adentrarse en el interior de la habitación en direcciones hacia el humano. Este por su parte, al escuchar la aproximación de la Inkling, volvería a levantar la cabeza con el ceño fruncido en clara molestia, pero no se esperaría a lo que la contraría estuviera por hacer.

"¡Estas sorda?, te dije que no-...!" ahora fue el turno de Drake para ser cortado abruptamente, cuando sintió como algo le daba un golpe en la cabeza, no tan fuerte como para hacerle doler de sobre manera, pero sí lo suficientemente como para que lo notará, y lo obligara a bajar la cabeza nuevamente.

Los ojos del pelicastaño se abrieron un poco más ante la sorpresa, quedándose en esa misma posición por unos cuantos segundos para asimilar lo que había pasado. Mientras tanto, Nary tenía uno de sus brazos extendidos hacia la cabeza del humano con su puño cerrado sobre esta, el cual usó para dejar caer sobre el susodicho incauto. La expresión de la chica calamar también se podría decir que variaba. Con sus mejillas infladas, y unas lágrimillas asomándose por la comisura de sus ojos, sin mencionar el ceño fruncido que le daba un aspecto más tierno que enojado.

Acto seguido, como si no hubiera sido suficiente con ese sólo golpe, Nary comenzó a propinarle a Drake golpe tras golpe con ambos puños del mismo estilo, miemtras cerraba sus ojos con fuerza, y emitía un lindo gruñido con la boca cerrada.

"¡Oye... Que estás haciendo?!" exclamó el ex-comando, levantando sus manos al frente para cubrirse del 'ataque' por parte de la Inkling de tentáculos naranja.

"¡Yo, que no hice caso a las palabras de mis amigos, y sobre todo a la de las Squid Sisters... Demás de venir hasta aquí con el peligro de la lluvia, solo para poder animarte un poco, y tú sólo... Y tú sólo...!!" respondió Nary todavía pegándole al joven soldado.

No obstante, sus muñecas pronto serían sujetadas por el susodicho pelicastaño, deteniendo finalmente sus acciones.

"¡Basta ya!" en eso demandó Drake con una cara todavía más enojada, acercando su rostro a centímetros de la Inkling, con sus muñecas todavía sujetas por este.

"¡¿O qué, me dirás algo igual de hiriente que a Marie?!" aún así desafío Nary sin quitar su propia expresión molesta.

Ante eso, Drake abrió la boca para intentar decir algo, pero al recordar la escena que hizo cuando fue así de tajante con la susodicha idol de tentáculos blancos, tuvo que resignarse a quedarse callado, sin mencionar el hecho de que afuera realmente no fue poco lo que estaba lloviendo, y aún así, la agente se dignó a venir a expensas de su propia vida, sabiendo que los Inklings y el agua no se llevaban muy bien.

Apretando los dientes, el pelicastaño chasqueó la lengua mientras apartaba la vista con irritación, rindiéndose ante los designios de la contraria.

"Haz lo que quieras..." finalmente cedió Drake, soltando las muñecas de la chica calamar, y volver a ponerse en la posición de antes.

Nary por su parte, hubo un momento en el que abandonó su expresión molesta, y la cambió por una de confusión, pero al ver como el ex-comando volvía a su semblante anterior, esta también regresó a una cara molesta, por lo que poniéndose al lado del contrario, la Inkling dio un pequeño salto mientras se sentaba al borde de la cama con sus brazos cruzados, y apartando la mirada de este con las mejillas infladas. A Drake tampoco lo entusiasmó el tener a la fémina sentada al lado suyo, puesto que obviamente este quería estar solo.

Los minutos fueron pasando, y ninguno de los dos abandonó su posición, o se movió siquiera. Bueno, en el caso de Drake, ya que éste parecía una estatua de lo quieto que se encontraba. Nary por otro lado, esta ahora tenía sus piernas cruzadas mientras movía uno de sus pies para intentar entretenerse con algo.

Hasta que girando disimuladamente sus ojos hacia el humano, lo encontró igual que siempre, emcorbado con sus brazos apoyados en sus rodillas, y una sombría mirada perdida en el suelo. Tal imagen hizo a la Inkling recordar el estado de su amigo, y el por qué de ello.

Dejando salir un suspiro, la chica calamar se rascó una de sus mejillas con un dedo, ya comenzando a arrepentirse por la forma en que ella actuó, y aunque el comportamiento del ex-comando no era el más aceptable, seguía teniendo motivos de sobra para estar de esa forma. Así acercándose un poco al humano, la Inkling se giró por completo al contrario, tratando de pensar bien con qué comenzar.

"¿Drake...?" comenzó Nary, pero claramente no obtuvo respuesta de este.

"P-perdón por haberte pegado, es solo que-..." trató de continuar la agente mientras bajaba la vista apenada, mas no tuvo la oportunidad, cuando Drake la interrumpió.

"No hace falta..." respondió el susodicho, captando así la atención de esta.

"No hace falta que te disculpes... Soy yo el que tendría que pedirles a ustedes perdón..." continuó el pelicastaño, al parecer recuperando algo de su compostura.

"¡A-ahhh, no, está bien, t-tú tienes tus razones, así que puedo entender que...!" Nary no pudo completar su oración, viendo como los puños del contrario se cerraban, y su expresión se tornaba en una de dolor.

"Es que, esta situación me supera... Un día me lo estoy pasando tan bien, y al siguiente, toda mí-...!" Drake tampoco pudo terminar su frace, cuando su voz se empezó a quebrar, y su cuerpo a dar espasmos mientras un par de lágrimas brotaban de sus ojos, y por el simple hecho de recordar ese dolor, este sacudió un poco la cabeza en un intento de olvidar.

Por suerte su cefalópoda amiga estaba a su lado, puesto que el dolido humano se detuvo cuando sintió una de sus manos siendo tomada por un par más frías, y una sensación fresca, pero suave se presionaba al lado suyo. Girando su cabeza hacia la fuente, encontró a la Inkling sujetando su puño, el cual poco anpoco fue aflojando hasta abrirla para que la agente pudiera tomarla como era debido, sin mencionar su cabeza apoyada en su hombro, y el resto de su cuerpo presionándose en su costado.

"Sabes?... No diré que entiendo como te sientes, pero sé que a mí tampoco me gustaría perder a todos, y quedar yo sola... Pero de ser el caso, también sé que podría apoyarme en los que me rodean..." comenzó a dialogar Nary, sonrojándose bastante por la cercanía que tenía con el joven soldado, y por la forma cálida que se sentía la mano de Drake en las suyas.

"Yo... No puedo hacer nada para traer a tu gente de vuelta, pero eres mi amigo, y t-te quiero... Así que, si pudiera hacer algo para hacerte sentir mejor, aunque fuera por un rato... Si es contigo, tú sólo pídelo, y yo lo haré... L-lo que sea" a este punto, Nary se había acercado lo suficiente como para tener su rostro a centímetros del pelicastaño, al mismo tiempo que un fuerte sonrojo tomaba lugar en su lindo rostro, y un brillo cariñoso se reflejaba en sus ojos.

Drake ante eso, no supo como responder, solo que la cara de la Inkling a centímetros de la suya fue suficiente como para que su dolido corazón se acererara ante la situación, y el verse reflejado en los bonitos ojos naranja de la contraria, era suficiente como para no hacerlo pensar con claridad.

"¿M-me dejas...?" volvió a pedir la chica calamar de forma linda, ladeando un poco la cabeza.

Esa fue la gota que rebalsó el vaso para el pobre pelicastaño, quien sin poder negarse a su desesperación, no pudo resistir a sus impulsos. Comenzando a jadear cada vez más fuerte, Drake terminó por tirarse encima de la Inkling de tentáculos naranjas, dejando sus manos a ambos lados de la cabeza de esta, al mismo tiempo que la susodicha fémina se le quedó viendo fijamente a los ojos sin miedo, más que con un notable sonrojo en su rostro, y sus antebrazos puestos hacia arriba, dándole un aspecto todavía más sumiso.

La agente no dijo nada, y solamente movió su cabeza levemente de perfil mientras entrecerraba sus ojos, pero sin despegarlos de los del contrario, como si le estuviera dando permiso para lo que estaba a punto de suceder.

(N/A: aviso que apartir de acá, comienza una escena exclusivamente para adultos, así que como siempre, si no te gustan este tipo de contenidos, o no querés que pase, te recomiendo adelantar hasta el siguiente aviso donde finalicen los hechos. Pero para los que esperaban esto, disfruten de la zukulemzia 7u7)

Drake en estos momentos estaba tan estresado, tan agobiado, y tenso por lo que le había pasado, a tal punto en el que necesitaba desahogarse de alguna forma, y con la propuesta que le había hecho Nary, sumado al no pensar con claridad, no lo dudó un segundo cuando la contraria le dio el visto bueno.

Con sus ojos cubiertos por una sombra, el humano se presionó con la chica calamar, plantando un ya apasionado beso en los suaves labios de la Inkling, a lo que esta por un momento se sorprendió, pero no pasó mucho para que estaba se dispusiera a seguirlo como podía, cerrando sus ojos y entregándose a la euforia de haber cumplido una de sus metas. El conseguir un beso de la persona por el que ella sentía algo, la hizo rodear el cuello del contrario con uno de sus brazos.

Y aunque fuera por mero desahogo, a ella no le importó, escapándose un pequeño quejido cuando sintió la tibia lengua del ex-comando adentrarse en su boca, sin mencionar la mano del mismo tomando la suya, y entrelazando sus dedos. Nary no luchó contra la sensación, y comenzó a usar su propia lengua para arremolinarla con la del humano.

Tal vez fue por el hecho de que la lengua de Drake era cálida cuando su cuerpo reaccionó al instante por la excitación, frotando sus piernas en la zona de su ingle. Por otro lado, la otra mano libre del pelicastaño lentamente fue metiéndose por debajo de su playera, acariciando de lado el suave abdomen del la Inkling, e ir subiendo lentamente hasta por fin llegar a hasta sus pechos medianos. Como era de esperarse, la chica de tentáculos naranja respondió con un jadeo, mezclado con un pequeño gritito de sorpresa al sentir la cálida mano del chico agarrar una de sus suaves mamas.

Drake por otro lado, se sorprendió levemente al descubir que la contraria no llevaba sujetador, mas no le dio importancia al comenzar a masajearlos suavemente, y a jugar con los pezónes ya erectos de la misma. Para ese entonces Nary apretaba con más fuerza la mano del humano, a la vez que tenía su lengua enrollada cual serpiente en la del humano. Y no fue hasta que el ex-comando levantó la playera blanca de la Inkling, cuando finalmente sus bocas se separaron a regañadientes de la chica calamar, dejando tras de sí varios hilos de saliva aún conectándolas, y la larga lengua de la agente que se negaba a soltar la del joven soldado.

Pero tuvo que hacerlo, puesto que Drake fue bajando lentamente hasta sus ahora descubiertos pechos, provocando que sus ojos se abrieran un poco más al darse cuenta de lo que haría. Ni siquiera fue necesario pedir permiso, siendo que sacando un poco su lengua, Drake terminó tomando el pezón derecho de Nary, comenzando así a chupar este y a masajear el otro con su mano libre.

Ante eso, la Inkling al instante sintió un pequeño espasmo que la hizo cerrar los ojos y apretar los labios, antes de expresar un largo y lindo gemido con su boca cerrada. Después, el pelicastaño pasó al otro, dándole el mismo trato que al primero, haciendo remolinos alrededor de la aureola, y dando un último gran chupetón, esta vez sí haciendo gemir a la Inkling activamente mientras soltaba su pezón con un audible sonido del mismo tipo.

Jadeando un poco con sus pezónes todavía cosquilleando, la agente volvió a abrir sus ojos lentamente, para luego levantar la cabeza en dirección al contrario, solo para que estos se abrieran en gran medida cuando vio el pene dolorosamente erecto del humano frente a ella. Había pasado tiempo desde que ella pudo apreciarlo de esta forma, recordando que el miembro de los humanos eran significativamente más grandes que el de un Inkling.

La sola imagen del cabezón y venoso órgano reproductor del ex-comando la incitó a dar un trago de saliva, viendo como luego Drake se quitaba la toalla que cubría su cintura y la dejaba a un lado, pero al momento en que este se disponía a quitarle los pantaloncillos a la Inkling, esta lo tomó de ambas manos, confundiendo por un momento al joven soldado.

"D-Drake, espera, antes de eso... M-me dejarías hacer algo primero?" preguntó Nary, mirando sonrojada hasta las orejas al humano, pero sin mostrar indicios de querer detenerse.

"P-podrías sentarte en el borde?... Estoy segura de que te gustará" volvió a pedir la chica calamar, cosa que Drake no objetó nada, y así lo hizo, regresando al borde de la cama, y sentándose en esta de espaldas a la agente.

Nary por su parte, rápidamente se bajó de la cama, antes de ponerse frente a su 'amigo' humano, y arrodillarse frente a él. De forma instantánea supo el pelicastaño lo que la contraria pensaba hacer, cuando tomando el miembro con ambas manos desde la base, la Inkling se acercó un poco más a este, sacando su larga lengua y comenzar a pasarla desde el tronco hasta la punta en una larga lamida.

La reacción de Drake fue instantánea, dejando salir un suspiro de satisfacción ante la suave sensación de esa larga y móvil lengua. Y bajando la cabeza para contemplar las acciones de la chica calamar, vio como la agente entrecerraba los ojos, devolviéndole la mirada con una de anhelo, mientras que ahora ponía su boca a un costado de su falo, moviendo sus labios de arriba a bajo conforme su lengua se enrollaba desde el otro lado, moviéndose así al mismo ritmo que su cabeza.

La respiración del humano se tornó más pesada, teniendo que cerrar los ojos para mantener su cabeza en blanco, oyendo así los sonidos que dicha Inkling hacia al hacerle un oral. Y cambiando de lado para darle el mismo trato, Nary prosiguió a poner su boca de frente al pene del ex-comando, todavía moviendo su lengua de arriba hacia abajo alrededor de su eje. O dicho de forma más sencilla, lo estaba masturbando con su lengua.

Pero la cosa subió a un nivel más alto, cuando la Inkling terminó abriendo su boca un poco más para meter la verga de este en ella, a lo que Drake tensó un poco su cuerpo ante la sensación, apretando sus dedos con más fuerza sobre el borde del colchón, y disfrutando el hecho de que la Agente 3 oficialmente le estaba haciendo una mamada, metiendo el miembro erecto del humano hasta donde pudiera, y comenzando a mover su cabeza de atrás a delante.

Nary por su parte, ya había olvidado el sentimiento de excitación que esto le provocaba, cerrando sus ojos y dejar que su cuerpo hiciera el trabajo como antes. Claramente el pene de Drake seguía siendo demasiado grande como para engullirlo por completo, así que tal como lo hacía antes, se concentró en meterlo hasta donde pudiera, y masturbar con una de sus manos la otra mitad, sin mencionar su lengua que todavía estaba envuelta cual serpiente en su virilidad, sobresaliendo incluso por fuera de su boca conforme movía su cabeza.

El pelicastaño por otro lado, no había tenido idea de que Nary fuera tan habilidosa, llegando a preguntarse si todas las chicas Inklings podían hacer una felación así, o si sólo era la chica de tentáculos naranjas. Incluso, pese a no meterlo del todo, la sensación de esa larga y suave lengua estimulando su pene, junto a su boca y mano, lo estaban empujando sin que lo supiera hasta el primer orgasmo. Los eróticos sonidos de ahogarse que la agente hacía, tampoco ayudaban mucho a su creciente excitación.

No obstante, algo que llamó la atención del humano, fue la linda forma en que Nary arqueaba su espalda conforme chupaba, lo que daba como resultado poder ver perfectamente el redondo y bien formado trasero de la Inkling bajo esa elástica y ajustada prenda. A esto, el contrario fue incitado a poner una de sus manos sobre la cabeza de la cefalópoda humanoide, evitando que se separara, antes de pasar lentamente sus dedos por la línea que formaba su esbelta espalda, y comenzar a bajar lentamente.

Ante eso, Nary respondió con un lindo gimoteo con la verga de su amigo todavía dentro de su boca, arqueado su espalda todavía más cuando sintió los cálidos dedos del ex-comando pasando por el centro de su espalda baja, y terminar estremesiéndose al sentir como agarraba uno de sus glúteos. Pero ella no se detuvo con su labor, regresando a mover su cabeza, e incluso a ponerla un poco de lado con sus ojos entrecerrados, de manera que la punta se marcaba por fuera de sus mejillas.

Drake no pudo resistirse a la increíble felación de la contraria, ausente de que esta también se estaba estimulando a sí misma con su otra mano metida por el frente de sus pantaloncillos, mientras que el pelicastaño tenía la suya metida por detrás, agarrando oficialmente su glúteo. Pero pronto los ojos de la Inkling se abrirían de golpe, puesto que el ex-comando empujaría la cabeza de la desprevenida chica calamar hacia abajo, haciendo que el pene del humano pasara sorprendentemente más allá de la garganta de Nary, aunque fuera solo un poco.

Un par de lágrimas cayeron de los ojos de esta, mientras que quedaban perdidamente mirando hacia arriba con su vagina teniendo un orgasmo. Pero pronto el aire sería necesitado en su sistema, obligándola así a poner ambas manos en las piernas de Drake, y forzar su cabeza hacia atrás, sacando de una vez el enorme miembro de su boca con un pequeño alarido, seguido de tomar una bocanada de aire con su boca abierta y su lengua afuera, sin mencionar los hilos de saliva todavía conectándolos.

Por un momento, al ver a la Inkling jadeando de esa forma, llegó a sentir las ganas de volver a meter su pene en esa boca mientras estaba abierta, y con su lengua colgando fuera, no obstante, la voz de la misma agente lo hizo detenerse en el último segundo.

"Pudiste... Avisadme pimedo~..." pidió Nary con su larga lengua todavía fuera, entrecerrando sus ojos, y ladeando la cabeza.

Ese sólo gesto fue suficiente para que un interruptor se encendiera dentro de Drake, a lo que jadeando con impaciencia, se puso de pie antes de agacharse para tomar a la contraria desde su cintura, generando un lindo "¡eep!" por parte de esta ante la inesperada acción de ex-comando. Acto seguido, la acostó casi de forma brusca sobre la cama, antes de tomar sus ajustados pantalones, y comenzar a quitárselo junto a su ropa interior.

Para ese entonces, tanto las zapatillas como las prendas inferiores de la chica calamar volaron a un lado, seguido de ser abierta de piernas por parte del contrario, y verse como este ponía su verga entre estas, permitiendo así verse lo profundo que llegaría.

"¡D-Drake, espera. Por lo menos deja que me p-prepare mentalmente!" casi rogó la chica calamar, cubriéndose ambos ojos con sus dos manos por la vergüenza de la posición en la que estaban.

El susodicho por supuesto no estaba en condiciones de darle chance a la contraria. El estrés, la tensión, y demás, sumado ahora al deseo junto a otras emociones que nublaban su juicio, el pobre humano no pensaba con claridad, teniendo en mente desahogarse de alguna manera.

Tomando la piernas de Nary para mantenerlas abiertas, lentamente el pelicastaño comenzó a mover sus caderas de adelante hacia atrás, frotando su virilidad con los labios y pliegues de la vagina Inkling, a lo que esta dejaba salir entrecortados jadeos conforme sentía la calidez del miembro humano frotarse en su intimidad. Eso y que ella abrió un poco sus dedos para poder ver los hechos, y con una mezcla de miedo, impresión, deseo, e impaciencia, Nary no pudo hacer otra cosa mas que ver con una boca abierta como la longitud del ex-comando se lubricaba más con sus fluidos, y viceversa.

Hasta que cansado de simplemente frotar, Drake procedió a mover sus caderas un poco más hacia atrás, colocando con una de sus manos la punta de su pene con la entrada de la Inkling, esto alertó por un momento a la susodicha, puesto que comparando la pequeña vagina de la Inkling, con ese pedazo de carne que amenazaba con estirar su interior una vez más, parecía que no sería capas de entrar. Pero al momento en que la agente estuvo por pedirle su amigo humano que esperara, su voz se cortó cuando sintió como la cabeza de ese miembro se presionaba con la entrada de su vagina, lo que la hizo moderse un lado de su labio inferior mientras entrecerraba sus ojos con esfuerzo.

No obstante, tal como la anterior vez, de forma sorprendente la vagina de la chica calamar fue estirándose lo suficientemente como para permitirle el acceso al joven soldado, cosa que este poco tiempo poco fue empujando más profundo su miembro en la intimidad de Nary, algo a lo que ella reaccionó aferrándose con fuerza a las sábanas, y arquear su espalda con su cabeza hacia arriba, dejando así salir un lindo gruñido de esfuerzo.

Y hablando de la Inkling, Nary se estremecía a mas no poder conforme sentía esa enorme cosa estirar sus paredes internas, eso y que un bulto con la forma del pene de Drake había aparecido en su vientre, el cual iba subiendo a medida que estaba cada vez más adentro. Hasta que llegó un momento en qué la misma cefalópoda sintió un pequeño pinchazo de placer, uno que la hizo abrir sus ojos otra vez, y mirar al contrario.

En ese momento se supo perfectamente adonde Drake había llegado, teniendo la mayoría de su pene dentro de Nary, motivo por el que sin esperar un consentimiento, este comenzó un lento pero constante vaivén de sus caderas, provocando también que él bulto casi entre los pechos de la Inkling bajara y subiera.

Y como fue de esperarse, los jadeos de la agente no tardaron en convertirse en leves gemidos, mismos que poco a poco aumentaron en volumen mediante el ex-comando mantenía su ritmo constante. En cuanto a Drake, los jadeos y gruñidos que emitía se unieron a la sinfonía de sonidos eróticos, disfrutando de la sensación que la vagina de la Inkling le proporcionaba, cerrando esta sus paredes con fuerza alrededor de su eje, lo que producía una sensación como de succión, hasta el punto en que literalmente la intimidad de la chica calamar estaba chupando su miembro como si de una boca se tratase.

Pero la cosa no se quedó así por mucho tiempo, puesto que cansado de estar tanto tiempo arrodillado en la cama, el pelicastaño procedió a pararse al borde de la cama, mientras que tomaba las caderas de la Inkling de tentáculos naranja y las levantaba un poco para estar mas o meno al nivel de las suyas, sin mencionar que Nary tenía sus manos sujetas a las muñecas del contrario, gimiendo un poco entrecortada por la intensidad mayor que aplicaba, cerrando sus ojos con su lengua levemente fuera.

Si tan solo la pobre chica supiera lo que pasaría a continuación. En ese momento, Drake llevado por sus institutos, y los gimoteos que la Inkling hacía, este agarró con un poco más de fuerza las caderas de la misma, terminando así dando un fuerte empujón con su pelvis, y con ello, logrando hacer que su pene entrara en el mismo útero de la chica calamar.

Los ojos de Nary se abrieron de par en par, al mismo tiempo que todo su cuerpo se tensaba cuando sintió todo el miembro del humano entrar por completo. Por un momento sus ojos se desenfocaron, antes de quedarse perdidamente mirando hacia arriba, pero lo que más aseguró el intenso placer en su rostro, fue la boba sonrisa que se formó en este, y el pequeño chorro transparente que se disparó casi desde el clítoris de la Inkling, mostrando que tuvo otro orgasmo.

Y de los primeros que ella iba a tener, puesto que un audible gemido ella expresó, cuando el humano otra vez empezó a mover sus caderas, sintiendo la nueva sensación del cuello uterino de Nary apretando su verga como una segunda boca dentro de la primera. Los minutos pasaron, y tanto los jadeos como los gemidos de gozo no pararon, aún más cuando Drake haciendo algo que quiso desde hace tiempo, dio vuelta a Nary hasta ponerla boca abajo, dándole una buena vista de sus glúteos y su apretado culo.

Con sus manos bien sujetas a las caderas de la Inkling, el humano empezó con fuerza a embestir el trasero de la contraria, produciendo un rítmico sonido de palmadas mediante este chocaba con la pelvis del otro.

"¡N-no seas tan r-rudo conmi-migo!~" en eso pidió la aturdida chica de tentáculos naranjas, apoyando un lado de su rostro en la cama mientras el pelicastaño seguía con lo suyo, arremetiéndo con la parte trasera de Nary en un vigoroso vaivén de caderas.

Solo hasta que no pasando más de un par de minutos, la agente volvió a abrir sus ojos al sentir como el ex-comando la agarraba de sus tentáculos. Por un momento pensó que este comenzaría a jugar con ellos, pero grande fue su sorpresa cuando el mismo tiró de estos, obligando a la Inkling a levantar la parte delantera de su cuerpo, reanudando un embíste de caderas con más fuerza, usando dichos apéndices de la contraria como riendas.

Nary sintiendo una pisca de dolor, se llevó ambas manos a la base de sus tentáculos, apretando los dientes con sus ojos entrecerrados, pero eso no quiso decir que no lo disfrutara, todavía la sensación del enorme miembro humano penetrando su vagina y útero era demasiado intensa como para poder darle demasiada importancia.

Y apoyando sus manos otra vez en la cama, la chica calamar poco a poco fue formando una sonrisa con sus dientes todavía apretados, babeándose por el placer mientras gruñía ante los constantes tirones de sus tentáculos gemelos, y aún así podía verse los ojos de la misma perdidamente mirando hacia arriba.

Pero lo que la Inkling en pleno extasis no sabía, era que poco a poco el humano se estaba alejando de la cama con ella todavía sujeta, algo que Nary no se dio cuenta por el placer que Drake le hacía sentir. Su interior se estiró, y por ende se calentó, hasta el punto en que su vagina se sentía caliente para ella. Y fue ahí para entonces que sin percatarse, la agente estaba sin apoyo de la cama, ahora con sus cuatro extremidades colgando por la diferencia de tamaños, mientras el ex-comando la penetraba a placer.

Sin dudas esta era una faceta del pelicastaño que la chica calamar no esperaba a éste nivel, llegando a copular con ella como si de un juguete se tratase. Y las sorpresas tampoco se detuvieron ahí, ya que deteniéndose por un momento, Nary finalmente tuvo un cese que le permitió recuperar un poco el aliento, incluso si lo hacía con su mente algo nublada. Pero tal como se dijo, de forma imprevista, Drake tomó las piernas de la contraria, y las abrió a la altura de su cabeza, mostrando así la flexibilidad que los Inklings tenían.

Luego, envolviendo sus brazos en dichas extremidades de la fémina, el humano entrelazó sus dedos por detrás de su cabeza, teniéndola ahora en una posición de nelson completo, dejando así una buena vista de la pequeña intimidad de Nary siendo penetrada sin descanso por el contrario. Y hablando de éste, no se hizo esperar para que el mismo reanudara sus acciones.

En ese momento, el tiempo se detuvo para la pobre Nary, quien con sus dientes apretados en una eufórica sonrisa, trató de resistir lo mayor que pudo para articular palabras.

"D-Draaake... M-me vas a r-rompeeeer!~" fue lo único que la agente pudo decir ante la última arremetida del ex-comando.

Y sí, última porque finalmente después de tanto meter y sacar, sumado a la sensación de succión que hacía la vagina de la Inkling en todo momento, el propio orgasmo del humano estaba acercándose poco a poco, motivo por el que su pene ahora estaba palpitando en el interior de la chica calamar.

Ello lo sintió, y por ende supo lo que se avecinaba, pero no le dio la más mínima importancia, tal vez porque en parte quería esto, o quizá porque el placer la estaba enloqueciendo, fuera cual fuera la razón, Nary estaba viviendo el momento de su vida, dejando colgar su lengua entera fuera de su boca con una sonrisa boba, mientras que unas lágrimas de emoción se escapaban por las comisuras de sus ojos.

La habitación tampoco era silenciosa, no sólo por los gruñidos de Drake, o los gemidos ya no tan femeninos de Nary, sino por la cacofonía de palmadas y húmedos sonidos obscenos que sus intimidades hacían al congeniar con la otra.

Dicho escándalo también podía escucharse desde el pasillo, puesto que en ese momento se les había olvidado cerrar la puerta. Pero no les importó, a este punto nada les importaba a ellos dos, incluso si Bruce llegaba y comenzaba a grabar los hechos desde la puerta, poco o nada de caso le harían.

Drake estaba en su límite, ya podía sentir como sus testículos se contraían ante la presión que estaban ejerciendo. Por parte de Nary tampoco era diferente, estando ella cerca de su siguiente orgasmo, y por ende a apretar cada vez con más fuerza el miembro de su amigo humano.

La respiración del pelicastaño se intensificó ante la inminente sensación de estallar, hasta que por fin sin poder contenerlo más, Drake dio un último empujón con con sus caderas, golpeando el fondo de Nary con la punta de su verga, antes de expulsar una enorme carga de esperma en su interior. Y al mismo tiempo que eso pasaba, la caliente sensación de esa espesa sustancia siendo depositada en lo más profundo de ella, fue suficiente para que la Inkling tuviera su más grande orgasmo, doblando su cabeza hacia arriba mientras apretada los dientes en otra eufórica sonrisa, apretando tanto sus puños como los dedos de sus pies mientras una rociada de fluidos transparentes eran disparados desde la vagina de la misma.

Mientras el ex-comando seguía dejando salir chorro tras chorro de su semilla, pudo sentir también como las paredes internas de la agente se cerraban a su alrededor cada vez que disparaba, pareciendo como si la misma intimidad de la chica calamar lo estuviera ordeñando. Por otro lado, Nary expresaba un largo gruñido conforme era llenada, mismo que de vez en cuando se tornaba en un hilo de voz que se entrecortaba por el insoportable placer que la consumía.

Para ese entonces, el vientre de la Inkling se había expandido por la cantidad de semen que estaban depositando en ella, llegando a un punto en que casi era tres veces más grande cuando Drake terminó. Jadeando, el mismo pelicastaño apoyó su cabeza en uno de los hombros de la chica calamar, mientras que esta misma daba sus propios jadeos con su lengua afuera y sus ojos perdidos en el horizonte por la satisfacción. No obstante, esto no se había terminado todavía, motivo por el que Drake todavía no soltaba a Nary. Ajustándo sus piernas otra vez, el ex-comando dio otra estocada con su miembro, y luego otra, ganándose de la contraria un: "Hugh!~", y un "Guh!~" por la nueva sensación de estar llena que tenía.

La agente ya no sabía que estaba pasando, y simplemente dejó todo su cuerpo blando a disposición del humano.

(N/A: bueno, hasta acá llega lo rikolino, que más de uno seguro ansiaba una última escena como esta. Y tal como con la anterior, parece que me sobrepasé con el número de palabras, jaja, pero bueno, tampoco creo que se quejen por eso, no? 7u7)


[Otomburg]

[Tres horas después]

[Zona desconocida]

El sonido del trabajo se oía con gran auge en dicha instalación, en el cual todos los trabajadores supervisados por cierto pulpo, estaban ya agregando los últimos toques a la imponente maquina que que se formaba frente a ellos. Mientras tanto, por sobre todos los ingenieros, tal como se había dicho, la figura de Octavio observaba todo lo que estaba pasando, al mismo tiempo que parecía revisar unos planos en uno de sus tentáculos.

El momento que el gobernante tanto había esperado por fin llegó. Y sólo tenía hasta mañana para lograr su tan esperada venganza, y ningún comando de Inklings, teniente traidora, o inclusive par de cantantes podrían detenerlo ahora. Con su nueva Octomaquina que estaría pilotada por él mismo, se le hicieron las modificaciones según los estudios en el combate contra sus anteriores armas.

Esta vez Octavio se tomó la molestia de hacer las pruebas por sí mismo.

Aún así todavía quedaba un problema del cual tomar en cuenta: el Antiguo. Si para las Octomaquinas ya era difícil derrotar a todos los agentes juntos, la ayuda del humano era un punto a favor de estos que supondría un problema, e incluso con la implementación de la nueva tinta, las armas de dicho pelicastaño eran algo a tomar en cuenta.

"Si llega a presentarse, tendré que poner toda mi atención sobre él primero..." se dijo a sí mismo el coronado cefalópodo, cerrando sus ojos mientras meditaba su estrategia para mañana.

Pero sin que el enorme pulpo lo supiera, de entre todos los trabajadores que iban y venían, se podría identificar a un Octoling con gorra de trabajador que ocultaba parte de su rostro al bajarla lo suficiente. Éste se acercó lo más naturalmente posible hasta la cabina de informes, del cual puso su mano en el pomo de la puerta antes de mirar disimuladamente hacia todos lados. Para cuando se aseguró de que nadie lo estaba viendo, abrió la puerta y se adentró en la cabina, dejando salir un suspiro de alivio a la vez que bajaba la cabeza.

Al levantarla de nuevo, se pudo ver bien su rostro, demostrando que dicho Octoling misterioso no era nadie más que Tane Hiaku, el mismo al que Octavio expulsó del proyecto y relevó de su rango. El ex-jefe tan pronto recuperó su aliento, rápidamente comenzó a buscar en los casilleros llenos de informes algo en particular, sin mencionar que parecía cargar con unos ya en sus brazos.

Pero al no encontrar lo que quería, al instante lo cerro, y procedió al que estaba debajo del primero, obteniendo así el mismo resultado. La frustración de Tane fue en aumento cuando el tercero también pareció no mostrar algo necesariamente interesante para los fines del Octariano. No obstante, cuando llegó al último cajón, encontró una carpeta con la palabras; 'Puntos clave' escrito en ella. No era en sí lo que buscaba, pero podría darle algo de información.

Tomando dicha carpeta y colocándosela bajo el brazo, éste se dispuso a continuar con la búsqueda de alguna otra información crucia. Desafortunadamente, el sonido de pasos y voces provenientes de la puerta fue lo que le advirtieron de la aproximación de alguien, cosa que Hiaku acomodando todo tan rápido como pudo, al instante tomó todo lo que traía consigo y se acercó hasta la puerta con la intención de salir.

Fue demasiado tarde en ese momento cuando la puerta se abrió desde afuera, permitiendo el acceso de dos Octolings ingenieros, al parecer quejándose entre ellos.

"No se tú, pero estoy empezando a odiar este trabajo..." comentó uno de ellos, dotándose detrás del cuello en aparente cansancio.

"Solo tú?, a todos nos está afectando la obsesión del Emperador Octavio" respondió el contrario, revisando unos papeles que traía con él.

"Entiendo que los Inklings sean nuestros enemigos... Pero eso no es motivo para forzar a tus empleados a trabajar casi sin descanso..." continuó quejándose el primero, dejando salir un suspiro después.

Curiosamente, Tane no se encontraba a la vista, era como si literalmente se hubiera esfumado en el aire, o eso es lo que parecía en ese momento, siendo que detrás de ellos, justo al borde de la puerta se encontraba un pequeño pulpo viéndolos con unas carpetas al lado suyo. Éste sin esperar a que los dos ingenieros se dieran la vuelta, rápidamente aprovechó que la puerta estaba abierta, para luego tomar los panfletos guardados en un folio con sus tentáculos, y arrastralos con cuidado fuera de la cabina.

Una vez fuera, el mismo pulpo morado cambió a su forma humanoide antes de alejarse caminando tan rápido como pudo. El ex-ingeniero tenía su pulso a mil, y la adrenalina lo estaba haciendo respirar con más rapidez. Hasta él se preguntaba el cómo había hecho para salir sin ser atrapado con las manos en la masa, y aún así lo había hecho.

Bajando su gorra un poco más cuando otro par de ingenieros pasaron a un lado suyo, Tane giró por una esquina mientras se acercaba hasta la salida del complejo, la cual estaba siendo resguardada por cuatro Octolings que detenían y pedían la identificación de cada empleado que entraba o salía. No obstante, el supuesto 'infiltrado', en vez de llegar hasta la puerta, se giró hacia una sección del muro en concreto, uno que se resguardaba por unas cajas a su alrededor.

Hiaku se puso de espaldas al muro, mirando hacia todos lados mientras simulaba estar leyendo unos papeles, antes de darle un par de golpes con el talón de su zapato a la lámina de metal detrás suyo, y oyendose un sonido bastante hueco para una pared de piedra y metal. No obstante, la respuesta en sí se respondió por sí sola, al verse como la misma lámina se movía por cuenta propia, antes de ser retirada desde adentro por alguien más.

Otro Octoling desconocido se asomó por el agujero, mirando hacia el exterior. Al momento en que se aseguró que nadie aparte del ex-ingeniero había cerca, este se adentró en el interior del agujero, permitiendo así el acceso del contrario, quien metiendo los archivos que consiguió primero, se agachó para entrar de espaldas a este, cerrando después el pasaje con la misma placa metálica tan despacio como pudieron.


[Bóveda]

[Zona de habitaciones]

[Diez horas después]

Los ojos de Drake lentamente fueron abriéndose poco a poco, recibiendo como primer vista la imagen de su puerta abierta, y la luz que provenía de los pasillos. Con un leve quejido, el ex-comando se levantó hasta tomar una posición sentada en su cama, manteniendo su cabeza baja. No podía negar que no se sentía algo mejor, logrando haber dormido hasta el día siguiente ya no sentía los malestares de la fatiga o el insomnio.

Pero por obvias razones, sus ánimos todavía estaban por los suelos, así como sus ganas de hacer algo más que quedarse acostado en su cama, incluso sabiendo que tenía que continuar con su labor de sepultar a todos los restos de su gente que quedaban. En eso, el recuerdo de lo que pasó ayer golpeó al pelicastaño de forma repentina, recordando con detalle las escenas que vivió en su 'frenesí' con Nary.

Cualquiera en sí habría reaccionado con impacto, incluso Drake lo habría hecho en días anteriores, pero en estos momentos, la única reacción que tuvo el joven soldado fue girar su cabeza hacia su izquierda para encontrar a la Inkling, pero en su lugar, lo único que encontró fue un lugar vacío con las sábanas quitadas hacia un lado, claro indicio de que alguien se había levantado, sin mencionar una nota con un corazón dibujado en una esquina.

Tal escena ya parecía algo sacado de una telenovela, solo que la expresión del humano no cambió, pareciendo no darle importancia. En cambio, este tomó la nota para ver lo que estaba escrito en ella, y tal como pensaba, las palabras estaban escritas en el idioma, uno al que Drake no podía leer todavía.

Dejando el papel devuelta donde estaba, el pelicastaño se frotó las sienes con una mano antes de dejar su vista perdida hacia el frente. Tal vez debería levantarse y terminar su tarea fuera de la bóveda, seguramente la lluvia a este punto ya habrá terminado. Pero la cosa es que como se mencionó, ahora mismo el ex-comando no tenía las ganas como para siquiera levantarse, así que siguiendo a su miseria, este simplemente se dejó caer en la cama otra vez, con la intención de dormirse de nuevo. Por suerte un robot esférico fue lo que detuvo al humano para conciliar un sueño que ya no necesitaba, pasando por la puerta y flotando hasta estar sobre el rostro del contrario, viéndolo fijamente con su lente.

"Señor, me alegra que halla podido dormir, pero ya es de mañana, lo mejor sería levantarse" sugirió Bruce, per algún motivo viendo el lugar donde antes había estado la Agente 3.

"No tengo ganas..." respondió Drake con voz apagada, manteniendo su vista perdida hacia arriba.

"¿Al menos... No terminará su trabajo con-...?" trató de preguntar ahora la misma IA, pero fue respondido antes de terminar.

"Luego lo haré, Bruce..." el tono del ex-comando no cambió en la respuesta, nada más ladeando su cabeza hacia la puerta de la habitación.

"Entiendo... En ese caso, no lo molestaré..." contestó el susodicho ayudante, procediendo a darse la vuelta, y disponerse a abandonar el cuarto.

"Bruce..." de repente el llamado del humano hizo que el nombrado robot se detuviera instantáneamente, antes de girarse en dirección al contrario.

Drake se quedó en silencio por un momento, como si estuviera dudando si decir algo más, pero un suspiro luego fue exhalado por el pelicastaño, antes de tomar la nota que Nary le dejó, y levantarla sin más.

"¿Que dice aquí...?" la voz de Drake en esta ocasión se oía un tanto más molesta, algo por lo que Bruce dejó pasar antes de regresar con su dueño, y escanear la escritura de la nota.

"He de suponer que es de la señorita Nary, eso explica el por qué ella salió de la bóveda hace poco, aunque se la veía bastante apresurada, ni siquiera tuve tiempo de preguntarle el motivo de su visita" comentó el robot esférico, pero su divagación sólo irritó un poco más al joven soldado.

"¿Que dice la nota?" otra vez preguntó Drake, moviendo su mano con el papel en esta.

"Cierto... Quiere que se la lea?" sugirió dicho ser cibernético.

"No... Solo proyecta la traducción aquí" respondió el pelicastaño, girando el papel en la zona en blanco para especificar su petición.

Y así, tal como el ex-comando lo había ordenado, Bruce proyectó desde su lente la versión en su idioma de lo que estaba escrito en la nota, permitiendo así al humano leer lo que la Inkling le había dejado.

"Drake, si estas leyendo esto, es porque seguramente ya te despertaste, y notaste que yo no estaba. La razón de eso es porque hoy será nuestro último enfrentamiento con Octavio. Queríamos decírtelo, pero con las cosas que pasaron, no tuvimos la oportunidad, sin embargo espero que lo que hice te allá hecho sentir un poco mejor al menos. No soy muy buena para este tipo de cosas, pero ten en cuenta que queremos ayudarte, sobre todo yo"

"Nos será muy difícil vencer a Octavio sin ti, y no puedo asegurar que valla a volver, aún así, como tampoco sé si tendré otra oportunidad, quiero decirte que... ¡¡Que me gustas!! Y si llego a volver, POR FAVOR SAL CONMIGO!!"

Los ojos de Drake se abrieron un poco más ante aquella declaración, de la misma que este de sierta manera ya se lo veía venir, sabiendo lo cercana que la Inkling era con él, y el cómo reaccionaba en algunas situaciones. Eso también le hizo recordar la forma casi similar con la que Otome era con este mismo. Acaso ella también sentía lo mismo que la chica calamar?.

Girando la nota para ver la versión original de ella, se percató de que en la frace final del último párrafo, todo estaba tachado de manera exagerada, como si el autor se arrepintiera al instante de haberla escrito, y Bruce aún así lo tradujo todo pese a la evidente forma en que Nary trató de evitar que el pelicastaño leyera lo del final.

Un suspiro salió del ex-comando, quien dejó caer si mano a un lado con la nota todavía en ella. Drake no negaría que le tocaba un poco el corazón los sentimientos de la agente de tentáculos naranjas, pero eso no era suficiente para apartarlo de lo que debería estar haciendo ahora. Así que con un gruñido desganado, se dispuso a sentarse en la orilla de la cama, seguido de buscar un conjunto de ropa.

"Terminará con su labor...?" preguntó Bruce, al darse cuenta que el contrario finalmente daba indicios de hacer algo.

"Luego lo haré..." lamentablemente respondió Drake, colocándose unos nuevos bóxers junto a una playera negra, para acto seguido tirarse en la cama.

"Yo... Entiendo, entonces volveré a otros asuntos..." respondió el robot flotante con un tono incluso más desanimado, dándose la vuelta y emprender su salida de la habitación.

El ex-comando por otro lado no respondió nada, girándose únicamente hacia el otro lado, dándole así la espalda al susodicho ser cibernético. Sin embargo, el mismo ayudante se le había ocurrido algo que posiblemente le daría algo de fuerzas al humano para sobrellevar la situación por la que estaba pasando. Girándose a Drake una última vez, Bruce procedió a retirarse de la habitación, para luego, al estar fuera, moverse a una gran velocidad por toda la bóveda, hasta finalmente salir por el agujero de la puerta.


[OctoValley]

[Base secreta de Cuttlefish]

[Treinta minutos después]

Ya no podían esperar por más tiempo, la hora de la verdad había llegado, y como siempre, era el momento en que el Comando SquidBeak Splatoon por fin pondrían punto y final a los planes de Octavio.

Saliendo de su cabaña, Cuttlefish se apresuró hasta los tres miembros más recientes del equipo junto a la teniente Octoling, mostrando como estos ya estaban preparando su equipo para poner rumbo al enfrentamiento con el gobernante Octariano, pero lo que también notó el líder del comando, fue que Nary no estaba a la vista, algo que preocupó un poco al anciano Inkling.

"¿Donde está la Agente 3?" preguntó el veterano, mirando hacia otras direcciones por si la encontraba por la base.

"¡No lo sabemos, capitán, la llamamos varias veces a su Squidphone de camino aquí, pero no ha respondido!" respondió Levin, colocándose su uniforme, seguido de su contenedor de tinta en la espalda.

"¡Nosotros también pasamos por su apartamento, pero resulta que ni siquiera está allí!" añadió ahora Shara, al mismo tiempo que tanto ella como su hermano ya tenían listas sus grandes armas.

"¿Creen que... Octavio enviara a alguien por ella?" preguntó Otome, deteniéndose para ver a cada uno de los integrantes.

"No lo creo, ayer llovía a cántaros, y no creo que los Octarianos se arriesguen de esa forma solo por una de nuestros integrantes" respondió Cuttlefish, tratando de pensar en alguna razón.

No obstante, el sonido de la tetera silbando detrás de ellos los hizo darse la vuelta, antes de ver como un pequeño calamar naranja emergía de la rendija, revelando así a la supuesta agente perdida, corriendo hasta donde estaba el resto, y al instante comenzar a equiparse con su armamento.

"¡Nary donde estabas?, te estuvimos llamando incansablemente!" Levin fue el primero en regañar a la recien llegada, a lo que esta respondió:

"¡De verdad lo siento, chicos, no sabía que me tomaría tanto!" el nerviosismo en la expresión de la Inkling era evidente, al mismo tiempo que esta jadeaba por todo lo que tuvo que correr hasta la base. Y se le habría ocurrido decir una mentira sobre dormirse, sino fuera porque Shara la interrumpió.

"¡Y que estuviste haciendo?, incluso fuimos a buscarte, y ni siquiera estabas, por un momento pensamos que algo te había pasado!" dijo la Inkling de tez morena, obligando a la contraria a cerrar la boca, en parte aliviada de no haber tenido el tiempo de decir una mentira que en realidad la habría delatado más.

"¡Es que tuve que... Ir a algún lado..." respondió Nary, desviando la vista hacia otro lado mientras se sonrojada un poco, rogando que alguien cambiara de tema. Pero al hacerlo, terminó encontrándose con los ojos de Otome, quien tenía una ceja levantada en aparente sospecha.

"¿Y qué fue tan importante como para tener que salir tan de imprevisto?" en ésta ocasión preguntó Nayls, curioso por lo que fuera tan importante.

"Y más aún, sabiendo que hoy enfrentamos a Octavio..." añadió Otome, deteniéndose por un momento para ver fijamente a la chica calamar.

"B-bueno... Yo..." trató de responder la Inkling, maldiciendo el hecho de que ahora tuviera que inventar algo lo suficientemente coherente, y no recibir una regañada de sus compañeros.

"¡Eso ya no importa, agentes, no debemos perder más tiempo. Octavio ya está preparado para su ataque contra Inkopolis, y no podemos permitirnos el lujo de distraernos!" en eso se interpuso Cuttlefish, a lo que la agente de tentáculos naranjas casi besó en su mente al anciano Inkling por salvarla de la incómoda situación.

"Oigan, sobre eso. Me acabo de dar cuenta que Callie y Marie tampoco aparecieron, acaso nos están esperando en OctoValley?" preguntó nuevamente Levin, centrando ahora su atención en su superior.

"Eso es algo que quería informarles, agentes... Desafortunadamente, ellas no podrán acompañarlos..." si antes los cinco amigos pensaban que sin Drake lo tendrían difícil, la noticia que el capitán les arrojó ahora fue como una enorme roca sobre sus cabezas, haciendo que todos ellos se detuvieran con sus ojos bien abiertos.

"Jeje... Buena broma, capitán. Realmente nos hizo pensar que por un momento..." respondió Nayls de forma nerviosa, esperando que de verdad se tratara de un chiste por parte del susodicho veterano, mas no vieron que la expresión seria de este cambiara, motivo por el que la sonrisa del artillero se fue borrando de a poco mientras los demás se ponían de pie.

"Capitán, no espera usted que nosotros cinco le hagamos frente a-...?" estuvo por preguntar Shara, incrédula ante la situación todavía más desfavorable para ellos.

"El príncipe Tryton nos envió un nuevo informe de la actividad Octariana, y nos dijo que mientras nosotros enfrentamos a Octavio, otro grupo de Octolings piensan infiltrarse en la sede eléctrica de Inkopolis y robar una buena cantidad de Zapfish, esta vez los suficientes como para que la energía de la toda ciudad falle..." contestó Cuttlefish, bajando la cabeza mientras cerraba los ojos.

"¡¿P-pero por qué nosotros, no sería mejor que ellas-...?!" intentó preguntar Nayls, pero se vio interrumpido por el mismo anciano Inkling.

"Porque ustedes tendrían mayor oportunidad!" fue la rápida respuesta del líder del comando, dejando en un silencio al grupo.

"Sí, las Squid Sisters se han vuelto expertas en éste tipo de combates, y su experiencia es casi tanta como la mía... Pero ni siquiera ellas podrían contra Octavio, es por eso que se los encargo a ustedes, ya que aunque no lo crean... Finalmente han superado a mis queridas nietas" continuó el veterano, provocando así que sus ojos se agrandaran ante la incredulidad. Ellos, mejores que las Squid Sisters?, éso sí era algo descabellado en su opinión.

"Aunque claro, en un combate uno contra uno todavía tienen cosas que mejorar, pero entre los cinco e visto como en su entrenamiento llegaban a incluso superarlas a ambas. Levin, te has vuelto más centrado, y ahora piensas mejor bajo presión. Shara, aprendiste a no dejarte llevar por la frustración o el enojo. Nayls, lograste nivelar tu exceso de confianza. Nary, tú de entre tus tres amigos, es posible que llegues primera al nivel de las Squid Sister. Y Teniente Otome, tú conseguiste dominar el cambiar de color tu tinta, añadiendo también la Octariana, eso es un factor que te pone por encima del resto de Octolings, y de nosotros los Inklings también!" los ojos del capitán volvieron a abrirse, esta vez formando una sonrisa determinada bajo su barba, una que cambió a una corta risa tan pronto vio la expresión de sus integrantes.

"Las Agentes 1 y 2 también lo saben, es por eso que los enviaré a ustedes, porque ahora mismo son nuestra unidad más fuerte. No dejen que Octavio los intimide, él los subestima y eso les da el factor sorpresa. Que la ausencia de mis nietas, o del joven Drake no los afecte, y demuestrenme que su entrenamiento valió la pena!" proclamó el líder del comando dando un golpe con su bastón en el suelo, al mismo tiempo que gracias a eso, los ánimos de los más jóvenes volvían a recuperarse, al punto en el que hasta una sonrisa aparecía en el rostro de algunos.

Acto seguido, los cinco volvieron a poner su atención sobre su equipo frente a ellos, dispuestos a terminar de armarse todos, y con una nueva motivación, no les tomó mucho para que todos terminaran de equiparse, cada uno con una versión Elite de sus armas de siempre. Después de eso, el quinteto se paró en frente del anciano Inkling, a lo que dando un asentimiento de cabeza, prosiguió a dirigirse hasta la tetera, moviendo la palanca tras de esta, y generando el temblor que se daba al cambiar de dirección.

No obstante, en esta ocasión, por primera vez la sacudida parecía no afectar a los agentes y la teniente, mostrándose estoicos e imperturbables hasta que el supuesto 'temblor' se detuvo. Con eso ya hecho, Cuttlefish regresó al frente de los que irían a combatir el día de hoy, por el futuro de Inkopolis, y aunque no lo supieran, por el de Octomburg también.

Mirando a cada uno de ellos, y notando la ausencia de miedo en sus rostros, el veterano sonrió mientras por un momento veía a su antigua unidad en aquellos días de la Gran Guerra Territorial, diciéndoles lo mismo que les dijo a ellos en una de sus batallas:

"El futuro recae en sus manos ahora, soldados, hoy será un día del que se hablará por mucho tiempo. No les diré que saldrán ilesos, porque les estaría mintiendo... Y aún así, aquel que quiera abandonar ahora, y volver a casa con mamá, ésta es su oportunidad!" espetó el capitán, poniendo sus dos manos detrás de su espalda junto a su bastón, y parándose lo más derecho que pudo.

Ninguno respondió, ninguno objetó nada, todos se quedaron igual de firmes, aunque hubo un par de ellos que estaba tratando de contener la risa ante la actuación del veterano oficial. Este pese a eso, no vio que ninguno de los cinco mostrara signos de querer marcharse, así que dejando salir aire por su nariz, Cuttlefish dio un saludo militar, antes de quitarse del camino.

"¡Muy bien, pero luego no me lloren. Ahora, delante agentes, el trasero de Octavio no se va a patear solo!" finalizó el anciano Inkling, exclamando mientras apuntaba con su bastón al frente, indicando así la despedida de sus integrantes, y recibiendo un "¡Sí señor!" por parte de estos.