CAPITULO 11
GINZUISHOU TO KINZUISHOU NO DENSETSU
Por SaoriLuna
El viento helado arrasaba el lugar, dificultando a aquel pequeño grupo avanzar, en un momento un grito agudo se escuchó, mientras la figura de una joven era elevada por la corriente, no pasó mucho para que un joven acudiera a su lado…
-Estás bien Mercury?
La guerrera del agua le sonrió a su novio asintiendo.
-Gracias, Zoicite.
-Creo que no tiene sentido seguir así- dijo Sailor Mars acercándose a la pareja- no parece que lo vayamos a encontrar.
-Tienes razón Mars, regresemos.
Sailor Mars recorrió el sitio con la mirada, buscando a sus compañeras
-Júpiter! Moon! Vamos a regresar!
La sailor del trueno obedeció girando para volver llamando a su amiga.
-Sailor Moon, volvamos!
Pero la princesa de la Luna no parecía tener la menor intención de hacerlo.
-Serena, vamos!
-No lo haré, regresen ustedes.
-No conseguirás nada, este sitio no es el mismo al que vinimos esa vez.
-Tiene que estar por aquí.
-No seas terca, Sailor Moon- dijo Zoicite materializándose a su lado- es mejor que volvamos.
-Vuelvan ustedes, yo seguiré buscando.
-Lo siento- dijo el general, apresándola momentáneamente.
-No lo entiendes- dijo Serena, mientras forcejeaba- debo encontrar el cristal de plata.
-Señorita Tsukino, tendría la amabilidad de decirme qué significa esto?
Serena saltó de un brinco de su silla, mientras trataba de articular una respuesta aceptable.
-Eto… eto…
-Tal vez sea mejor para usted no quedarse dormida en mi clase nuevamente.
-Lo siento señorita Mónica.
Serena suspiró, mientras pensaba nuevamente en lo que había pasado el día anterior. Se había teletransportado con Zoicite y las otras scouts al punto D del Polo Norte, con la esperanza de encontrar entre los escombros del Negaverso el cristal de plata, pero todo había sido inútil…
-No te preocupes- le había dicho Darien esa noche- ya veras que los encontraremos.
Pero el tono en el que lo había dicho no animaba nada a la princesa, si ella tenía dificultades buscando el cristal de plata, el príncipe de la Tierra tenía aún más, puesto que del cristal dorado era prácticamente nada lo que se sabía, ninguno de ellos recordaba gran cosa de él.
-Te sientes bien, Serena?
-Sí Molly, no te preocupes.
-Nos vamos?
-Ya acabaron las clases?
Molly sonrió ante el despiste de su amiga.
-Debo decirle a Darien que te deje dormir de vez en cuando, es lógico que duermas en clase, pero no que no te des cuenta que ya salimos.
Serena se sonrojó furiosamente mientras recogía sus cosas.
-Pues si te sirve de algo- dijo, molesta- Darien y yo no nos veremos hoy.
-Pero aún así- dijo Molly, mirando la puerta de la escuela- te están esperando.
Serena levantó la mirada sorprendiéndose al ver a Haruka y Michiru en la entrada.
-Haruka-san, Michiru-san
-Hola Odango!
-Serena, cómo estás?
-Bien, pero, qué están haciendo aquí?
-Tenemos algo que mostrarte- dijo Michiru sonriente.
-Vamos?- preguntó Haruka.
-Está bien.
-A dónde vamos?-dijo Serena, después de un tiempo.
-Es una exposición de arte muy especial. Darien nos contó que ustedes habían sido modelos para una pintura, y pensé que te gustaría ir.
-Bueno, esa vez fue algo raro- dijo Serena, recordando- de quién es la exposición?
-Espera a que lo veas- dijo Haruka, sonriendo.
La galería quedaba cerca de la costa, y por sus ventanales podían verse las olas golpear el acantilado, pero si bien el paisaje era increíble, la exposición no se quedaba atrás.
-TÚ PINTASTE TODO ESTO MICHIRU!
Haruka sonrió ante el entusiasmo de su amiga mientras Michiru asentía.
-Pero sólo es algo que hago en mi tiempo libre.
Serena abrió los ojos asombrada, si esto era un hobbie, no quería saber que hacía Michiru cuando trabajaba en serio, el talento de su amiga era casi tan bueno como el de Margareth, pero eran difíciles de comparar, puesto que Michiru no hacía retratos, sino principalmente paisajes.
-Son preciosos- dijo Serena, mientras sentía como su corazón se encogía de nostalgia.
-Sucede algo?- preguntó Haruka, al ver el cambio en su expresión.
-Esos dos cuadros…
Haruka y Michiru giraron para ver las pinturas a las que la chica se refería, en una, el cielo diurno y nocturno se fundía en uno solo, y bajo sus pies la montaña y el lago se fusionaban, en cada uno de los sitios un pequeño punto parecía resplandecer, y en el centro de la pintura un diamante dorado brillaba. En el otro cuadro la luna brillaba inmensa en el cielo y se reflejaba como un cristal en una fuente.
-Son mis favoritos, te gustan?
-Sí, pero… hay algo raro en ellos… siento como si quisieran decirme algo.
Los ojos de Michiru resplandecieron, mientras sonreía complacida.
-Qué bien que por lo menos tú lo hayas captado.
-Qué cosa?
-Lo que intentaba transmitir con estos cuadros. Cuando los hice tuve que explicarle a Haruka lo que significaban.
Ante esto la joven se encogió de hombros, mientras exclamaba:
-Oye, no es mi culpa que leas cosas tan extrañas, y luego pretendas que todos lo entendamos.
-A qué te refieres?
-Son unas viejas leyendas que leí hace poco, y me encantaron "Ginzuishou to Kinzuishou no Densetsu"
-Mi japonés está algo oxidado, te refieres a la leyenda de las piedras de oro y plata?
-No Serena- dijo Michiru- me refiero a la leyenda del cristal dorado y el cristal de plata.
Serena enmudeció por un momento… acaso ellas sabían?
-Nunca he escuchado de ella- dijo insegura.
-No me extraña, es muy antigua. Dice la leyenda que antiguamente en la Luna existía un precioso reino…
-Sí claro- dijo Haruka sarcástica- donde comía pastel de arroz el conejo de la luna.
-no me interrumpas! La reina de la luna guardaba el mayor de los poderes del sistema solar, el cristal de plata.
-Un cristal de plata?
-Bueno, así lo llamaban, la joya iba pasando de generación en generación, con una condición.
-Cuál?
-La portadora del cristal debía hacer un sacrificio de amor.
-Cómo?
-Sí, si la nueva dueña no era capaz de amar, no sería merecedora del cristal, este sólo se mostraría si el sacrificio era hecho.
-Eso no me parece muy lindo.
-Espera, la mejor parte de la historia es que en la tierra existía otro cristal muy poderoso, el cristal de oro.
-Y su dueño también tenía que hacer un sacrificio?- preguntó Serena dudosa.
-No, el cristal dorado nacía como fruto de la unión de otros cristales. La idea era que en algún momento ambos cristales se unieran para asegurar la paz del sistema.
-No me convence la historia, la parte del sacrificio me parece triste.
-No te das cuenta del mensaje, Serena?
-Cuál mensaje?
-Fácil, la paz sólo puede existir si hay amor y hay unión.
Serena miró pensativa el cuadro. Acaso esta leyenda se refería a los cristales que ellos estaban buscando.
-Lo ves, Michiru, también la confundiste a ella.
-Lo siento, quieres que nos vayamos ya?
-Es algo tarde, debo hacer mis tareas. Muchas gracias por traerme y contarme todo esto.
-No hay problema. Vámonos.
Dentro del auto Serena seguía pensativa. Su madre había muerto para salvarlos usando el cristal de plata, así como ella en la batalla contra Metalia, qué sacrificio haría volver ahora al cristal de plata? Y si no volvía? Si ella no era merecedora de él? Sumida en sus pensamientos no notó la mirada cómplice que Haruka y Michiru se dirigían en el asiento delantero.
-Muchas gracias, chicas.
-Nos vemos otro día.
-Adiós.
Suspiró antes de entrar a su casa. Había estado de acuerdo con Darien cuando este le había pedido un par de días para adelantar todo el trabajo que tenía acumulado, pero le habría gustado poder llamarlo y contarle todo lo que sabía de los cristales.
-No lo creo, sólo le daré más preocupaciones. Puede esperar hasta mañana- pensó, mientras se dirigía a su habitación y sacaba sus libros.
Mientras tanto, en el otro lugar del mundo, más específicamente Londres…
-Aún me está siguiendo?- decía una rubia mientras respiraba entrecortadamente.
-No puedes escapar de tu destino, Sailor Venus.
-A quién le estás hablando?- le preguntó la chica, al joven de cabello blanco que había logrado acorralarla.
Ante esto, el joven sólo sonrió mientras la miraba fijamente.
De nuevo en Tokio…
-Vaya por fin terminé- dijo Serena, mirando el reloj- qué! Ya son la 8:00!
-Serena, tienes una llamada.
-Voy, mamá.
-Moshi, moshi
-Hola princesa!
-Darien! Hola, pensé que no íbamos a hablar hoy!
-No pude aguantar- dijo el joven sonriendo- además terminé temprano hoy, y tú?
-Ya terminé mis trabajos de mañana.
-Me alegro, quieres salir a comer algo?
-Está bien, pero déjame arreglarme.
-Paso por ti en 15 minutos.
-Está bien.
-Nos vemos.
-Mamá, voy a salir a comer con Darien.
-Está bien, hija.
Ikuko miró a su hija mientras esta subía corriendo las escaleras. Su primer novio formal. Todo parecía ir bien entre ellos. Se alegraba por eso. Serena parecía estar madurando.
Bip, bip, bip
-No es justo! No han pasado 15 minutos- gritó Serena desde su habitación.
Ikuko sonrió, bueno, tal vez le faltaba crecer un poco.
-Adiós mamá.
-Pórtate bien.
-Sí.
Serena subió sonriente al auto, sin notar que una pareja los observaban con detenimiento.
-Es mejor cuando están juntos.
-Así es, es mucho más fácil- dijo la chica antes de desvanecerse.
-Y bien, qué hiciste hoy?
-Haruka y Michiru me llevaron a ver la exposición de Michiru.
-Cierto, me habían dicho que harían algo así, y qué te pareció?
-Michiru pinta increíble, además, me contó algo muy interesante…
Darien escuchó con atención lo que su novia le contaba acerca de la leyenda del cristal dorado, era bastante extraño que Michiru supiera de esto, y justo ahora, frunció el ceño algo pensativo… tendría que ir a ver esa exposición.
-y no te dijo nada del cristal de plata?
-No- dijo Serena, agachando la cabeza- no sabía nada.
Qué sentido tenía contarle que el cristal de plata necesitaba un sacrificio de amor para mostrarse a su nueva dueña? Para qué preocuparlo?
-Bueno, si esa leyenda es cierta, ahora tenemos de dónde comenzar.
-Sí, estaba pensando en que le podemos pedir a Zoicite que haga un cristal como con el que buscaba los cristales arco iris.
-No lo sé, el cristal era de Neflyte originalmente, y desde que se encontraron han estado algo delicados.
-Es cierto- dijo la princesa- tendremos que buscar una forma de que esos dos se arreglen.
-Sí, pero por ahora, vamos a comer.
-Sí!
Mientras tanto, en el templo Hikawa…
-Por tú culpa me mataron, eres un traidor, no mereces estar aquí!- gritaba Neflyte muy molesto.
-Sí, claro, como si tú fueras un santo, te aprovechaste del cariño que esa niña te tenía- le respondía Zoicite.
-No metas a Molly en esto- dijo Neflyte, viendo como Lita fruncía el ceño- el hecho es que eres un ladrón, me robaste el cristal negro.
-Sólo lo use con mejores fines.
-Sí, como atacar a tu novia, por ejemplo?
Esa fue la gota que derramó el vaso, Zoicite se lanzó a golpear a Neflyte, mientras este lo esperaba para devolverle el golpe.
-DETÉNGASE!- la fuerte voz de una sacerdotisa obviamente molesta detuvo a los dos hermanos de comenzar una III guerra- ME PODRÍAN POR FAVOR EXPLICAR POR QUÉ ESTÁN ACÁ, YO NO TENGO NADA QUE VER CON USTEDES.
Ante esto Lita y Amy suspiraron. La verdad era que se habían encontrado en la heladería, y antes de comenzar una batalla de espadas y dagas de hielo habían preferido llevar a los chicos al templo, con la esperanza de que alguien, quien fuera, las ayudara.
-Lo siento Rei- dijo Amy- no sabíamos que más hacer.
La guerrera del fuego bufó obviamente molesta, mientras los dos hermanos se observaban dispuestos a comenzar la disputa nuevamente. En un rincón Jedaite observaba la escena divertido.
-No me piensas ayudar?- le preguntó Rei.
-Lo siento, no me puedo meter en esto, yo también saldría perdiendo.
Rei suspiró. Dónde estaba Serena cuando se le necesitaba?
En el restaurante…
-Gracias por la cena.
-No hay problema, además sirvió para que nos viéramos.
-Tienes razón- dijo Serena agarrándose del brazo de Darien.
-Están a punto de irse- dijo una chica entre las sombras.
-Ahora es el momento, ve Amanger!
La gente comenzó a salir despavorida del lugar, al ver como un monstruo arrasaba con todo.
-Una carta!- dijo Darien, tomando a Serena de la mano.
-Intentaré transformarme.
-ve, yo la distraeré.
La carta se distrajo mirando como aquel joven se le ofrecía voluntariamente como presa.
-Atácalo a él- dijo Anne- después iremos por ella.
-Por el poder del prima lunar!- gritó una voz, y luego… nada- es inútil, no puedo transformarme- dijo Serena desilusionada.
-Amangeeeeeeeeeeer!- Gritaba la carta, sorprendida por la cantidad de energía que estaba absorbiendo.
-no, Darien!
Sin pensarlo mucho Serena se arrojó contra la carta.
-él siempre me cuida, no dejaré que le hagas daño.
-Ya la oíste- dijo Alan- toma su energía.
-Amanger!
Pero el esfuerzo que había hecho la carta era demasiado. Entre sollozos Serena podía ver la figura de Darien, quien poco a poco reaccionaba.
-No dejaré que le hagas daño!
Entonces un gran resplandor iluminó la zona, alertando además a ciertos guardianes en el templo Hikawa.
-ese resplandor es de…
-el cristal de plata!
-Es el cristal de plata- pensó Serena, mientras trataba de tomarlo, pero en el momento en que iba a hacerlo se desvaneció- espera, no te vayas- dijo la joven antes de desmayarse.
-Serena!
Los extraterrestres parpadearon confundidos antes de entender lo que había pasado…
-Esa cantidad de energía…
-Proviene de esa niña?
Y entonces, sin darse cuenta cuando, una serie de ataques les cayó del cielo…
-Fulgor del agua de Mercurio!
-Fuego sagrado de Marte!
-Centella relampagueante de Júpiter!
-No!
-Esas malditas sailor scouts.
-Nos la pagarán!- murmuró Anne antes de desvanecerse.
-Están bien?- preguntó Júpiter.
-Sí, ya se están recuperando- le dijo Neflyte.
-Serena, eso fue…
-Era el cristal de plata, pero se desvaneció en mis manos.
-No importa- le dijo Mercury- tal vez con eso puedas transformarte ahora.
-Sí, puede ser.
-Vámonos a casa.
-Vamos.
Preocupadas por sus príncipes, ninguna de las scouts se dio cuenta que sobre un árbol, dos figuras enfundadas en trajes de marinera las observaban detenidamente.
-Poco a poco todo va encajando- dijo Neptune.
Su compañera no le contestó, tan sólo siguió mirando a aquella chica rubia que sonreía ante la ayuda que le brindaban sus compañeras.
-Te estás encariñando con ella?
-Claro que no- dijo Uranus, mientras se disponía a partir.
Michiru sólo sonrió, sabía perfectamente que todas las fichas de este rompecabezas se iban acercando y era sólo cuestión de tiempo para que todo se resolviera. Antes de partir miró la Luna… en Londres aún era de día.
-Estás dispuesta a ayudarme, Mina?- preguntó el joven.
-Mi nombre es Sailor Venus- dijo la chica, mostrando un traje de marinera color naranja.
El joven sonrió. Pronto todo podría volver a ser como antes.
Continuará.
Nota de la Autora: Hola a todos! Mil disculpas por la demora… sé que es el colmo, pero, estoy enferma de nuevo creo que tantos resfriados requieren de medidas radicales… no más comida chatarra! Espero bien, ojala les haya gustado el capítulo, la leyenda me salió algo rebuscada, pero en fin, las imágenes del cuadro de Michiru se refieren a los lugares con los que relacionan en Oriente a los 4 puntos cardinales, uno para cada shitennou. Estuve buscando el nombre original del cristal dorado, pero sólo se refieren a él como golden crystal, y en el juego de SNES hablan es del Barazuishou, así que decidí que en este fic se llamaría Kinzuishou, y, como dijo Serena, mis conocimientos de Japonés están bastante oxidados, así que gomen nasai si me he equivocado en algo con los nombres. Muchas gracias a Daniela, Sailor angel7, Starlitg y Amber por sus reviews. Sailor angel7: Mmm no creo que Seiya vaya a aparecer en esta parte de la historia por ahora, además por ahora soy partidaria del S&D, yo pude ver sailor moon todita gracias a que mi cable tenía Azteca 7 de lo contrario no habría podido, los canales mexicanos y peruanos fueron mi salvación durante mi niñez porque pasaban mucho anime que aquí en Colombia no. Starlitg: hiciste bingo con las respuestas! Felicitaciones! Ya sabes porque el miedo de Zoicite a Neflyte, después de todo lo que le hizo, pero ya veré como resolveré este conflicto. Si son fanáticos de Saint Seiya, les cuento que ya terminé mi lemon "Fatal Attraction" y subí hace poco "Seinto no Ai" y si les gusta la pareja Heero/Relena de Gundam Wing está "Boulevard of Broken Dreams". Ya se sabe, los personajes son propiedad de Naoko Takeuchi. Nos vemos para la próxima. Matta ne!
