Hola Ranma fans! Heme aquí de nuevo ofreciéndoles otro capítulo. Quisiera advertir que la historia al comienzo es lenta, MUY LENTA. Pero por eso del cuarto capítulo la cosa empieza a tomar forma y dirección. Solo pido paciencia, ya que tengo que pasarla toda a la computadora y unirla, ya que está distribuida en varias hojas que tomaba cada vez que se me ocurría algo. Gracias por leer esta historia y espero Reviews para saber si vale la pena continuarla o no. Domo Arigatou!
Inspirar, Sentir…. Amar
By Ashja
Me levanté temprano, el sol aún no salía y la madrugada era fría. Planee salir a correr ya que la emoción no me dejaba descansar y deseaba estar preparada para el añorado acontecimiento. Al salir de la habitación me encontré en el recibidor a Kasumi, quien se preparaba para hacer el desayuno. Admito que me sorprendí, sin duda se tomaba muy en serio el papel de ama de casa. Me pidió que comprara algunas cosas para el desayuno, accedí. Corrí algo despacio, quería analizar cada avenida, casa, esquina, todo. Llegué al centro comercial sin problemas, afortunadamente poseía un bien sentido de orientación. Regresando al Dojo Tendo me encontré con el maestro Happosai, traía consigo un costal lleno de… ropa interior? Fue vergonzoso. Lo perseguí para saber a donde se dirigía. Llegamos al Dojo y lo vi subir cuidadosamente por el árbol rumbo a la habitación de Akane. Tomé una piedra y se la arrojé con fuerza no sin haberme ocultado con anterioridad para que no me viera. Al recibir el golpe cayó al estanque y aproveché para correr hacia la cocina. No pasaron dos minutos cuando entró enojado por su caída, se acercó a la alacena y sacó una cubeta que llenó con agua fría, después salió con destino a la habitación de los Saotome, le gritó a Ranma y acto seguido le arrojó el agua. El grito de una mujer rompió con el silencio de la casa. Mis sospechas eran ciertas, se podían transformar. Cuando, al parecer lo que era Ranma, salió al pasillo persiguiendo al viejo me oculté para que no me vieran, no querían que supieran aún de mi conocimiento sobre su transformación.
Me retiré a la habitación, mis compañeros seguían dormidos. La maestra llegó por detrás, abrió las persianas y los levantó para que iniciáramos el entrenamiento. Kenji se paró al instante pero Kotaro y Chen seguían recostados. La maestra molesta los golpeó fuertemente ocasionando que ambos huyeran corriendo hacia el jardín. No me sorprendía, esto ocurría todos los días.
Me dirigí a la cocina con el propósito de ofrecer mi ayuda. Cuando me dirigí a mi destino vi al Sr. Tendo estirándose, en el fondo se admiraba un hermoso amanecer. Corrí a la azotea para poder apreciarlo. Amaba estos paisajes; recuerdo que cuando era chica solía plasmarlos en una libreta, mi madre decía que tenía alma de artista. Cuando hubo acabado, bajé y me encontré con Akane, traía puesto su uniforme; iba a la escuela. Nos dimos los buenos días cuando llegó Kenji a la escena brindándole una sonrisa a Akane. Eso me confundió, nunca lo había visto sonreír de esa manera tan dulce; acaso él?
Desayunamos cómodamente aunque Ranma y Happosai se la pasaron discutiendo por lo de la piedra. No lo podría decir con exactitud pero creo que una sonrisa se dibujó en el rostro de la maestra, quien me miraba curiosa. Seguro que ella había deducido la realidad de los hechos, pero callaba, le entretenían las tonterías de su hermano.
Una vez que ellos se fueron a la escuela ofrecí mi ayuda en la cocina. Al terminar mi labor fui en busca de la maestra. Ella se encontraba en el patio entrenando a Chen, quien a pesar de tener seis años en esto, aún no dominaba las técnicas esenciales.
"Te he dicho un millón de veces que eso no es una patada. Qué eres una bailarina de ballet? Estirala más… más… MÁS!" Decía la maestra exasperada. Mi maestra siempre regañaba a Chen por su pésimo desempeño, pero a pesar de todo nunca lo había dado por causa pérdida. Me acerqué a ella cautelosamente.
"Maestra…"
"Eh?" – Volteó en busca de mi voz – "Ah dime, que se te ofrece?" – Me contestó algo distraída
"Ha visto a Kenji?"
"Ahorita no está. Acompañó a los jóvenes a la escuela, dijo que deseaba conocer la "vida de estudiante""
"Entiendo" Dije decepcionada
"Sucede algo?" Preguntó mi maestra insistente
"No! Nada en especial" Respondí algo apenada por haber demostrado un sentimiento débil. De pronto mi maestra volteó a ver a Chen.
"Ni creas que no te estoy viendo Chen, intentas burlarte de mi? Párate del piso y has 50 lagartijas AHORA!"
Chen dio un brincó y se levantó presuroso. A pesar de que era una escena muy chusca no pude reírme, sabía que Kenji había ido con ellos a la escuela para estar con Akane… ésa era la única razón. Tenía pensado retirarme cuando…
"Sabes, Ranma no fui quien lanzó la piedra a mi hermano" – La miré temerosa, las únicas palabras que salieron de mi boca fueron – "Lo siento"
La maestra cortó con una carcajada, me sentía halagada que ese signo de inmadurez le agradara. Chen nos miró con descontento; no entendía nada.
"Cuántas llevas Chen?... Dos?... Empieza de nuevo pequeño bribón, 1, 2, 3, 4, 5…" Le gritó algo tensa pero al mismo tiempo entretenida. Me retiré para no seguir interrumpiendo. Cuando me encaminaba al estanque vi al Sr. Tendo y al Sr. Saotome jugar algo así como ajedrez. Admito que no conocía el juego y no me animaba a preguntar su nombre…. Aún me sentía una extraña en ese lugar. Cuando hube llegado me senté a las orillas del estanque admirando mi reflejo por unos minutos, después de un tiempo Kenji llegó, su mirada estaba perdida. Se acercó a mí y se dejó caer en el pasto para recostarse. Le pregunté llena de curiosidad (admito que podrían ser celos) a donde había ido (me negaba a aceptar la respuesta de mi maestra).
"La acompañé a la escuela"
Esa fue su única respuesta. Me quedé paralizada, a pesar de que Ranma y Nabiki iban con ellos, en su mente sólo estaba Akane. Me agaché a admirar mi reflejo, no quería que me viera palidecer. Kasumi rompió con nuestro silencio al ofrecernos una taza de té, ambos aceptamos. Los dos platicaron, de qué? Lo ignoro. Solo vi sus bocas moverse. Mi mente solo podía capturar una cosa; la imagen de ellos dos juntos… caminando. El viejo quebró mis pensamientos al traer parte de su colección con el objeto de plancharla… yo lo creía un cretino pero estaba vez su interrupción sirvió de algo; ya no imaginaría a Akane y Kenji juntos. La maestra apareció acompañada de Chen.
"Quiero que busquen a Kotaro y vayan todos a calentar"
Nos retiramos no sin antes agradecer a Kasumi por la taza de té. Cotarro estaba durmiendo (como siempre) en el árbol. Lo despertamos y le dimos el recado de la maestra. Él se puso de pie aunque noté su descontento. Empezamos a correr, pero Kotaro me distrajo cuando se me acercó con curiosidad.
"Qué te sucede?"
"Nada" Le contesté en voz baja. Kotaro de puse frente a mi y volteó a ver a Kenji.
"Eso es, lo sabía"
Yo sólo me agaché. En ese momento Kotaro chocó con algo, era lógico ya que iba corriendo de espaldas, pero en esa acción hizo que cayera sobre mí. Cotarro reaccionó rápidamente y se paró, luego Kenji se acercó y me ayudó a ponerme de pie, ignoro si me sonrojé. Kotaro volteó enojado.
"Fíjate por donde cami…" Calló al ver que el desconocido se estaba disculpando con una pared. Todos nos miramos incrédulos. Kenji recogió unos lentes del suelo y se los dio. El desconocido se los puso.
"Lo siento mucho"
"Sí, claro" Contestó Kotaro sarcásticamente y continuó con su ejercicio, mientras yo volteé a verlo y le dije – "Se encuentra bien?"
"Sï" Respondió tímidamente
"Vámonos!" Me dijo Kenji
"Con permiso" Le dije al desconocido
"Adiós" Respondió
Kenji y yo alcanzamos a Chen y Kotaro, éste último me dijo – "Qué sujeto tan extraño"
"Ya lo creo" Respondió Kenji.
Al llegar al Dojo, entrenamos por unas horas hasta que fue la hora de la comida. Una vez terminada ayude a Kasumi a limpiar, mientras secaba los platos una duda surgió en mi mente ¿Qué hacían los Saotome viviendo en el Dojo? Me armé de valor y le pregunté a Kasumi.
"Es muy simple, Ranma es el prometido de Akane"
"Su prometido? Pero son muy jóvenes no?" Le comenté sorprendida
"Lo que sucede es que mi padre quiere heredar el Dojo a Akane para que la tradición del combate libre siga vigente, y que mejor persona que Ranma para que la transmita"
Si existiera una escala de felicidad la mía rebasaría los límites. Sería posible que, después de todo, Kenji y Akane no pudieran tener una relación?
Me dirigí al Dojo para entrenar un rato. Pasado unos minutos, me recosté en el suelo, mi respiración era rápida y profunda. En ese momento escuché unos pasos, era Akane. Pude notar en su rostro disgusto que la envolvía, así que deducí que desearía liberarla. Cuando notó mi presencia su rostro se volvió sorpresivo pero esa aura de enojo la rodeaba a pesar de que trataba de disimularla con su sonrisa. Me puse de pie y le respondí la sonrisa con otra.
"Vienes a entrenar?" Le pregunté algo temerosa
"Algo así, es solo que estoy algo tensa"
"Se puede saber por qué?"
"Ese idiota que me descontrola; como quisiera…!" – Calló, creo que recordó que la estaba escuchando – "Lo siento, creo que me emocioné" – Callé, era posible que no se llevará bien con Ranma?
"Quieres ayudarme?" – Habló arrebatándome de mis pensamientos – "Necesito liberar este sentimiento"
"Claro" Respondí dudosa.
Peleamos durante unos cinco minutos. A pesar de que Akane se esforzaba, no era muy fuerte. Le faltaba tanto técnica como entrenamiento. Cuando terminamos, me felicitó por mi buen desempeño, agradecí con una sonrisa. Lo admito, me gustaba que me elogiaran, era muy satisfactorio ver que mis esfuerzos en los entrenamientos terminaban notándose en los enfretamientos. Nos sentamos en el suelo para descansar…
"Qué clase de entrenamiento es el que van a tener?" Me preguntó con el objeto de iniciar una conversación
"Te diré la verdad, lo ignoro"
"Qué tu maestra no te ha dicho nada al respecto?"
"No, esta vez se lo ha reservado"
"Ya veo…"
Ambas callamos sin saber que decirnos; en lo personal yo me encontraba muy aturdida. Un gran murmullo surgió de la nada, provenía del exterior. Akane y yo nos pusimos de pie y salimos para inspeccionar. Eran el maestro y Ranma, quienes peleaban como perros y gatos en el patio, sin clase.
"Siempre es lo mismo" Comentó Akane en un tono de desagrado. Volteé para continuar viendo la pelea pero la escena que se presentó ante mis ojos no me fue grata. Ranma estaba estrellándose con una pared de la casa, para mi mala suerte, la de nuestra habitación. Ahora dónde íbamos a dormir? Giré la cabeza en dirección hacia la maestra quien miraba fijamente al Sr. Tendo ubicado a su costado derecho bañado en lágrimas.
"Ahora que vamos a hacer?" Preguntó Kasumi con cara de angustia
"Pueden repartirse en las habitaciones que quedan" Sugirió Nabiki
"Yo dormiré con mi hermano" Dijo la maestra con un tono malicioso lo que ocasionó que Happosai empezará a llorar rogando que no le permitieran tal cosa pero todos lo ignoraron.
"Y los muchachos dormirán en la habitación de Saotome, lo que le enseñará que no se puede andar destruyendo las cosas por simple gusto" Continuó mi maestra.
De pronto la voz de Akane llamó la atención de mi depresión – "Tú puedes dormir en mi habitación" - La volteé a ver sorprendida, pero accedí. Esta situación no se prestaba para colocar excusas tontas sólo por timidez. Ella respondió con una sonrisa.
Ya llegada la noche me dirigí al cuarto de Akane con mis cosas en las manos. Toqué a la puerta para escuchar del otro lado un "pase". Giré la perilla lentamente mientras aspiraba el suficiente aire para tranquilizarme. Mi visión captó unas cobijas cuidadosamente acomodadas en el piso. Había preparado lo que sería mi cama. Ella se encontraba guardando algo en su ropero mientras me decía que podía poner algo de ropa dentro de los cajones que había desocupado con anterioridad. Agradecí penosa. Era la primera vez que alguien se tomaba tanta molestia para hacerme sentir bienvenida. Ya habiendo desocupado mi petaca, me dirigí a la cama en el piso. Akane se sentó en su cama mientras yo me sumergía entre las cobijas. Un portarretratos que se encontraba cerca de ella hizo desviar mi mirada para observar su contenido. En ella se encontraba Akane con su familia, los Saotome y también el chico con el que Kotaro había chocado en la mañana. Volteé a ver a Akane que colocaba un oso de felpa en su escritorio, lo que ocasionó la caída de un libro. Akane se apresuró a recogerlo pero al efectuar tal acción una hoja cayó de su interior. El nombre de Ranma estaba escrito repetidas veces en ese pedazo de papel. Miré de reojo a Akane quien se encontraba ruborizada. Recogió rápidamente la hoja y la metió en el libro que posteriormente fue depositado en un cajón. Desvié la mirada u recosté mi cabeza en la almohada sin pronunciar palabra. Akane apagó la luz y se acostó.
"Puedo pedirte un favor?" Susurró después de un momento
"Claro" Le contesté
"No se lo digas a nadie"
"No pensaba hacerlo"
"Gracias"
Suspiré silenciosamente. La luz empezaba a hacer su aparición en aquel túnel negro que me había empezado a envolver. Después de todo había una esperanza.
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