Hola! Espero que todos hayan tenido un buen 24 de diciembre. Yo por mi parte tuve un buen día de football americano. Bueno aquí les dejo el sexto capítulo; se podía decir la mitad de lo que tenía contemplado. Gracias a todos aquellos que leyeron el quinto capítulo!
Inspirar, Sentir… Amar
By Eclipse
Volteé a ver el cielo oscuro. Estaba nevando. Delante de mí se habría un espectacular fondo blanco. Todo se encontraba tranquilo, sereno. De repente los copos de nieve se habían transformado en gotas de lluvia que repentinamente originaron una tormenta. Parecía imposible moverse ante el fuerte viento que empezaba a azotase en mi cuerpo, volteé desesperada en busca de alguien y ante mis ojos apareció el pasto verde agitado por la brisa y cubierto por hojas de los árboles gigantes que descansaban sobre éste. Yo conocía ese lugar. Corrí presurosa entre los árboles hasta encontrar la silueta de una mujer que se encontraba recolectando manzanas al pie de un árbol.
"Mamá…" Susurré temblorosa.
Ella volteó a verme lentamente y sonrió - "Regresaste pronto. Ven, ayúdame a recoger estas manzanas" – Miré a mi alrededor en busca de la persona a la que le hablaba – "A quién buscas? Viene alguien contigo?" – Me preguntó curiosa
"No, es que yo…"
"Qué acaso no quieres una rica tarta de manzana?" Me preguntó riéndose mientras volteaba para seguir recolectando las manzanas.
Caminé hacia ella dudosa de mis pasos
"Ya viste que rojas están!" Decía emocionada
Me hinqué a su lado como solía hacerlo cuando niña, empecé a recoger las manzanas cuando…
"Hija… me voy a morir"
Solté la manzana que sostenía en mi mano y volteé a verla rápidamente; pero ella ya no estaba ahí.
"Mamá?" Me puse de pie en busca de ella pero la escenografía cambió y me vi envuelta nuevamente en la tormenta. No tardé en empaparme y empezar a temblar a causa del frío que empecé a sentir. Un relámpago iluminó el panorama que antes había estado totalmente oscuro. Estaba en un bosque, en el centro de un bosque… sola. De pronto, unos brazos rodearon mi dorso, quién era?
"Tranquila, todo va a estar bien"
"Ranma?"
Abrí los ojos al inspirar bruscamente, mi mirada reflejó el techo en sus pupilas. Volteé alrededor al tratar de averiguar donde estaba… era la habitación de Akane. Sentí como un líquido resbalaba en mi rostro lentamente… eran gotas, pequeñas gotas de lágrimas. La imagen de mi madre se apoderó de mi mente, hace mucho que había olvidado los rasgos de su cara y que me había sido prácticamente imposible recordarla. Me sentí invadida por la melancolía que parecía interminable en ese momento. Nunca me fue fácil superar la muerte de mi madre. Un nudo en la garganta empezó a formarse al mismo tiempo que me esforzaba a mi misma a no llorar. El aire comenzó a hacerse escaso. Empecé a asfixiarme. Me incorporé y giré con el objeto de ponerme de pie pero mis rodillas me traicionaron. Al caer sentí como todo lo que me rodeaba era confusión, desesperación. Las pequeñas gotas de lágrima se habían transformado en un llanto incesante.
Sentí como alguien llegó y se hincó junto a mí. Me hablaba pero no entendía nada. Lo único que hice fue abrazarla por el cuello para tratar de penetrar el aire a mis pulmones mientras el llanto seguía fluyendo. Sentí las vibraciones que el otro cuerpo producía al hablar pero mi mente seguía muy confusa como para poder concentrarse en algo especialmente. Estuve así por varios segundos, tal vez minutos, no estoy segura. Mi mente comenzó a aclararse, me sentí saliendo de un abismo y con la suficiente seguridad para poder controlarme. Me alejé del cuerpo consolador mientras volteaba a ver su rostro.
"Lo siento. No se que me pasó; no suelo ha…" – Ranma! Me quedé helada. Mi corazón empezó a latir de prisa. Mi reflejo fue alejarme y… - "Yo… yo lo siento"
Volteé a los lados desesperada buscando algo que me salvara de la situación. Sentí una mano fría en mi frente.
"Aún tienes fiebre, lo mejor será que sigas descansando"
Se puso de pie y me tendió la mano. Mi corazón seguía latiendo a la misma velocidad, mientras mi mano buscaba encontrarse con la suya. Ranma me jaló tan delicadamente ocasionando que me ruborizara. Al estar de pie mis rodillas temblaban, temía caerme y creo que Ranma también ya que se acercó a mi para sostenerme. Al alzar mi rostro, mi cara se encontró con la suya; a unos centímetros de distancia. No pude evitar verle sin poder desviar la mirada. Qué me estaba pasando? Me preguntaba una y otra vez. Ranma me deslizó hacia la cama donde me senté y me cubrí con las sábanas. Cuando volví a verlo observé el rubor en sus mejillas y el nerviosismo con el que me dijo que iría por un vaso de agua para que pudiera tomarme la medicina.
Cuando hubo cerrado la puerta, me miré las manos. Éstas sujetaban temblorosas las sábanas. Una idea absurda atravesó mi mente. Ranma comenzaba a gustarme… mucho. Me quedé mirando la pared donde Akane tenía una foto donde estaba Ranma. En las tres ocasiones que había necesitado ayuda, él había estado ahí para tenderme su mano. Mi corazón seguía latiendo rápido mientras podía sentir el rubor aún existente en mis mejillas. La voz de Akane se oyó del otro lado de la puerta.
"Ranma, que haces ahí parado?"
En ese momento mi mente solo pudo procesar una cosa. Acaso Ranma estará sintiendo algo similar? Escuché pasos presurosos alejarse.
"Ranma!" Y el gritó de Akane acompañando a esa acción.
Me recosté de lado manteniendo la mirada fija en la pared. Si Akane iba a entrar a su habitación, no quería que me viera en ese estado tan vergonzoso. Mi deducción fue cierta. Akane entró y al parecer por el ruido, buscando algo en su escritorio.
"Por aquí estaba" Dijo en un murmullo. De pronto sentí una mirada sobre mi rostro.
"Está dormida" - Kenji! – "Entonces qué hacía Ranma aquí adentro?" – Su voz sonaba rara, pocas veces lo había oído hablar en ese tono.
"Puede se que sólo haya venido a ver como estaba. Después de todo ayer esta muy grave"
"Esos imbéciles" Dijo Kenji rencorosamente
"Ya lo encontré!" Dijo Akane algo emocionada. Oí como cerraba los cajones que había abierto con anterioridad. Sentí la mano de Kenji rozando mi cabello.
"Vámonos. No vayamos a despertarla" Si no fuera porque mi corazón se alteró al oír estas palabras cercanas a mi oído, tal vez hubiera escuchado lo que dijo Akane antes de retirarse. Me quedé inmóvil por varios segundos.
"Kenji…"
Tocaron a la puerta dos veces. Alcé el rostro y vi a Ranma sosteniendo una charola con un vaso de agua.
"Te lo dejaré aquí para que tomes agua cuando desees"
"Gracias"
"Bueno, tengo que ir a entrenar así que…"
Tropezó con una silla al caminar de espaldas con dirección a la puerta. Se puso de pie en un instante. Ahí fue cuando me di cuenta que ambos habíamos mantenido la mirada en los ojos del otro.
"Estás bien?" Pregunté al verlo de pie
"Sí. Bueno, me voy"
"Ranma"
Por qué lo llamé?
"Sí?" Volteó a verme curioso
"Gracias por todo. Últimamente me has ayudado mucho y no se como devolverte todos esos favores"
"Con que te cuides para reponer tus energías es suficiente" – Se oyó un grito proveniente de la parte de debajo de la casa llamándolo. Ranma volteo a ver la puerta – "Bueno, creo que me necesitan" – Volteo a verme – "Nos vemos más tarde" – Y se fue.
Me recosté viendo la puerta un rato. Me preguntaba en que momento Ranma comenzó a formar parte de mi vida. La primera vez que había tenido contacto con él fue en el combate, y no fue un encuentro muy exitoso. Todo lo contrario, había sido catastrófico. Pero todo eso había cambiado y ahora no sólo le debía favores, sino la vida.
"En qué piensas?"
Volteé sobresaltada en busca de la voz… era Kenji
"Debe de ser algo de suma importancia porque te tenía totalmente absorbida. Ni siquiera te diste cuenta de mi presencia"
Suma importancia? Ranma? Espera! Qué hace Kenji aquí? Qué no se había ido con Akane?
"Te ves algo colorada"
Me congelé al instante. Kenji se acercó a mí y colocó su mano en mi frente, igual que Ranma.
"Aún tienes fiebre. Cómo te sientes?"
"Bien" Contesté lo más tranquila que pude
"Me alegro pensé que…"
"Qué?"
Kenji me miró aturdido "Tranquila" – El nerviosismo era más fuerte que yo – "Pensé que te habías puesto mal"
Lo miré extrañada. No sabía de donde había sacado tal conclusión.
"Lo imaginé porque vi a Ranma entrar con un vaso de agua y medicina" – Miró de reojo la charola que estaba en el escritorio.
"Ah sí! Es que aún tengo fiebre y se ofreció a traerme mi medicina"
"Ya veo…" El rostro de Kenji se endureció
"Ranma te ha estado ayudando mucho últimamente…" – Calló por unos segundos – "Primero Kotaro y ahora Ranma"
A qué se refería?
Me miró a los ojos y sonrió mientras me decía
"Recuerdas cuando éramos niños y yo era el único que siempre estaba ahí para ayudarte?" "Kenji… qué sucede?"
"Ayer, cuando estabas en peligro… Ranma reaccionó antes que yo. Cuando acordé él ya estaba abajo, rescatándote mientras yo estaba parado como idiota observando"
Su mirada se había colocado en el suelo.
"He llegado a la conclusión de que si Ranma no hubiera estado ahí, tú…"
Estaría muerta? Me quedé sin aliento. Por qué me tenía que decir todo esto?
"Perdóname. No se que me sucede, es sólo que… yo debí haberte ayudado"
"Eso no es cierto" El tono de indiferencia que use fue letal para Kenji. Mi tranquilidad lo confundía.
"Qué?"
"Tu obligación nunca ha sido ayudarme, así que no tienes porque sentirte culpable. Si Ranma reaccionó primero fue porque él no vio a su amiga a punto de caer… a mí me hubiera sucedido lo mismo así…"
"No! Tú hubieras reaccionado igual que Ranma"
"Pero no hubiera tenido que decidir entra la persona que me gusta y mi simple amiga"
Kenji me miró incrédulo mientras yo seguía hablando – "Esa es la razón por la que te sientes así"
"NO!" Se sentó al lado de mi cama – "Me congelé al verte ahí. No me acordé de Akane hasta que Chen fue por ella. En ese momento tú eras la única que estaba en mi mente"
Mis extremidades se tensaron, qué trataba de decirme? – "Y cuando Ranma subió contigo yo…" – Se calló, sus ojos observaban la pared y los míos a él. De pronto me miró tan delicadamente que la respiración se me contuvo – "No soporte la idea de verlos juntos"
Lo miré por un largo tiempo. Había escuchado bien? Estaría soñando? De pronto Kenji desvió la mirada, se puso de pie y empezó a decirme.
"Ranma es un idiota. He visto como hace enojar a Akane y no quiero que te haga eso a ti. Que tal si te enamoras de él y te hace sufrir. Tú mereces algo mejor que ese pedazo de… No te dejes impresionar por él, hay varios chicos que se morirían por salir contigo. Tú sólo…"
Suficiente! No segí escuchando más. Me había ilusionado tanto con la frase anterior. Creí que por fin él me había notado, pero que equivocada estaba. Desvié la mirada pronunciando un…
"No"
Me puse de pie torpemente y me deslicé lo más rápido que pude al pasar junto a él.
"No qué? Espera!"
Huir, ese era mi objetivo. No quería que me viera poseída por ese sentimiento que deseaba inundar mis ojos. Abrí la puerta en un solo movimiento y corrí lo más rápido que me permitía mi condición a la escalera. Podía escuchar las pisadas presurosas de Kenji detrás de mí. Llegué a las escaleras, llevaba cinco escalones cuando Kenji me sujetó el brazo ocasionando que me detuviera. Se colocó frente a mí y me sujetó del antebrazo.
"Qué sucede?" – No podía verlo ni contestar – "Dije algo que te molestara? Espera, no me digas que estás enamorada de Ranma? Es eso verdad!"
"Kenji, te lo voy a decir sólo una vez"
Guarde silencio tratando de obtener las fuerzas necesarias. Volteé a verlo y grité "Déjame en paz!"
Me zafé de su brazo y corrí escaleras abajo sin nadie siguiéndome. Corrí lo más rápido que pude con dirección al Dojo. Tenía la visión borrosa por las lágrimas.
Al llegar a mi objetivo, abrí la puerta de un jalón y la cerré de la misma manera. Caminé hasta el centro del lugar mientras mi cabeza se bañaba de confusión y mis ojos de lágrimas. No podía pensar en nada, sólo quería perderme, olvidar. Me dejé caer.
"Kenji… por qué eres tan ciego?... Qué tiene Akane que no tenga yo?... Qué me falta?"
Lloré, me dejé llevar por mis sentimientos como nunca lo había hecho. Me habían pasado tantas cosas desde que había llegado a este lugar. Toda la armonía de mi vida se había desvanecido. Estaba pérdida.
Pasado un tiempo terminé sentada en una orilla del Dojo en silencio, sin pensar nada, sólo respirando y escuchando latir mi corazón. La puerta del Dojo se abrió, era mi maestra.
"A ti te estaba buscando"
Volteé a verla sorprendida. Me levanté rápidamente
"Te tengo una buena noticia. Mi hermano Happosai y yo estuvimos buscando en algunos pergaminos la forma para recuperarte rápidamente y la conseguimos" – Empezó a sacar varios utensilios de una bolsa. Entre ellos había incienso, varias piedras, una daga – "Escúchame con atención. Este método es muy peligroso pero estoy segura lograrás soportarlo"
Me acerqué despacio hacia mi maestra y me senté frente a ella. Primero colocó el incienso frente a mí encendiéndolo con un antiguo hechizo que ella conocía. Colocó las piedras formando una estrella y alzó las dagas pronunciando unas palabras desconocidas para mí. Luego me acercó la daga.
"Realízate un corte superficial en el brazo y deposita la sangre en el incienso"
La miré algo asustada pero obedecí. Cuando dejé caer las gotas de sangre sobre el incienso se produjo una explosión. El humo comenzó a rodearme pero misteriosamente no me ahogaba, al contrario, la sensación que se formó al entrar el humo a mis pulmones fue muy satisfactoria. Mi maestra comenzó a pronunciar otras frases mientras movía sus manos. Cerré los ojos por unos segundos, y al abrirlo el humo había desaparecido.
"Ponte de pie" – Me indicó la maestra – "Es hora de iniciar el entrenamiento"
Tardé en reaccionar y hacer lo que me ordenaba. Lo único que hacía era cerrar y abrir los puños tratando de explicar lo sucedido. Me puse de pie, me sentía bien, muy bien considerando mi estado anterior. Mi maestra sacó una ropa de la bolsa y me la dio.
"Cámbiate. Esa camisón no es un vestuario indicado para entrenar" Dijo con una sonrisa. Después me lanzó un ungüento y una venda "Y colócate esto en el brazo, evitará que se infecte" Me cambié lo más rápido que pude mientras ella guardaba todo lo que había traído.
"Maestra"
"Sí?"
"Por qué dijo que podía ser peligroso"
Volteo a verme y suspiró para regresar a guardar sus cosas – "Lo sabrás a su debido tiempo" – La mire silenciosamente – "Vámonos, el tiempo es oro"
Se puso de pie y salió del Dojo mientras yo me aferraba a la idea que mi maestra era incapaz de ponerme en peligro. Salí al jardín admirando mi nueva condición. Estaba perfectamente bien. Tenía energías y ningún dolor, nada.
"Pero que haces vestida así? Deberías estar reposando!" Fueron las palabras de Kotaro al verme de pie y lista para entrenar
"Cálmate Kotaro, ya se encuentra bien" Dijo mi maestra mientras cargaba dos mochilas de viaje, una en cada mano
"Pero…"
"Hazme el favor de retirarte Kotaro"
La maestra me dio la mochila que Kotaro me quitó de las manos.
"Maestra. Yo se que es muy importante para usted ganar el torneo pero la condición de…"
"Kotaro, no te atrevas a contradecirme. Tengo muchos más años que tú, he entrenado a muchas personas y se cuales con los límites y los estados en los cuales no se debe entrenar…"
"Pero!"
"Pero nada!"
"Entonces déjeme ir con ustedes. Por seguridad. Qué tal si son atacadas de nuevo y…"
"No te preocupes por eso, yo estaré ahí para protegerlas" Interrumpió Ranma quien llevaba una mochilas en su espalda.
Kotaro pareció molestarse porque volteó a ver a mi maestra con una mirada extraña.
"Qué significa esto?"
La voz del maestro se oyó al fondo "Estoy listo para el viaje, cuándo partimos?"
Pude darme cuenta que la confusión de Kotaro era tan grande como la mía. Lo más probable era que nos cuestionáramos lo mismo. Ranma y el maestro viajarían con nosotras? Qué se traía la maestra entre las manos?
"Qué! Alguien puede explicarme que pasa aquí?"
"Nadie tiene porque explicarte algo Kotaro. Haz favor de comportarte" Le dijo la maestra molesta.
"No! Ella no está en condiciones para entrenar. Qué no recuerda lo que sucedió ayer?"
"Yo ya no me preocuparía por eso de ser tú. Yo me preocuparía por lo que pudiera pasarle en el entrenamiento" Dijo el maestro ocasionando que la curiosidad surgiera en mí.
"De qué está hablando viejo loco?" Dijo Kotaro a punto de perder el control.
"A quién le dices viejo!" Gritó Happosai ofendido
"Basta!" – Gritó mi maestra – "No pienso seguir insistiendo Kotaro, retírate!"
Vi como Kotaro se preparaba para hablar por lo que me acerqué a él y le quité la mochila de las manos.
"Ya no sigas. Nada vas a conseguir. Yo ya estoy bien"
Me miró algo desesperado. Qué estaría pensando?
"Ranma, a dónde vas?" Voltee a ver a Akane quien acababa de entrar a la casa.
"Vámonos!" Dijo mi maestra tratando de prevenir otra discusión. Me coloqué la mochila al hombro mientras Ranma le decía a Akane que iría a entrenar para participar en el torneo.
Kotaro me sujeto la muñeca "Prométeme que te vas a cuidar"
"Sólo voy a entrenar Kotaro no exage…"
"Promételo"
"Te lo prometo"
"Jóvenes!" Dijo mi maestra desesperada. Me despedí al igual de Ranma de Akane, quien parecía confundida, y partimos. Estaba algo emocionada y curiosa, qué clase de entrenamiento iba a darme mi maestra que merecía irse de la ciudad?
Estábamos a las afueras de la ciudad cuando Ranma me habló por primera vez.
"Dime, qué tal es esa técnica de la que tanto hablaban los maestros para recuperarte?"
"Mh. Es extraña. A decir verdad no entendí muy bien lo que sucedió, fue tan rápido"
"Lo bueno es que ya estás bien"
Y volteó con una sonrisa tan… tan… Me sacudí la cabeza tratando de no enternecerme. Lo único que podía gobernar mi mente en esos momentos era el entrenamiento.
Saben, creo que es un hecho que la historia no está gustando como esperaba, ninguna review creo que es un buen indicativo, no?
