Los personajes no me pertenecen, solo los uso para mi esparcimiento y diversión, son propiedad intelectual de su creadora. Por el contrario la historia si es mía.
Advertencia: Lenguaje ofensivo y Violencia Explicita.
Fragmento del Capítulo 3
Rei se pone de pie y camina unos metros para abrir su ropa de Miko dejado al descubierto sus piernas. Ante eso la cara de Serena se deformó al ver la pierna ortopédica fijada debajo de la rodilla.
– No solo perdí mi alma en ese accidente, también mi pierna izquierda, ya no puedo ser una Sailor, no una que pueda luchar como cuando teníamos 15 años...
– Yo... Rei... No sabes cómo lo siento... Y lamento haberte incomodado con esto... Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, eras mi amiga y espero serlo de nuevo.
– Eso espero Serena... Pero me gustaría estar un momento a solas, no solo los recuerdos de mi vida pasada y nuestras aventuras regresaron, también los recuerdos de ese día... –Finaliza tratando de no llorar por las cosas que estaban pasando por su mente.
– Lo entiendo Rei, lo entiendo...
Serena se retiró del cuarto de oración no sin antes dejar la lapicera de transformación de Mars. Rei la miro reprobando por lo que la rubia contesto.
– No se la puedo dar a nadie más Rei. Solo conservarla... Y llámame si quieres hablar… si quieres. – Finaliza dejando su tarjeta junto a la lapicera.
Serena abandona el templo apenada y con ganas de estrangular a cierta gata por no contarle todos los detalles de lo que le pasó a su amiga. Al verla atravesar las escalinatas hacia la calle Rei tomo la lapicera mientras prendía otro cigarrillo. La mira con algo de pena y se dice.
- Que tendría que perder…ya lo he perdido todo…
CAPITULO 4
VIDAS CRUZADAS
Parte 2
Serena salió del templo cabizbaja, le había afectado demasiado lo que le había pasado a Rei. Siguió su derrotero sin darse cuenta que la tarde ya estaba acabando y el sol a punto de desaparecer. Miro la hora y luego su teléfono, el cual para variar no tenia mensajes ni llamadas perdidas, por lo que decidió ir a un bar en la zona de Shibuya donde la gente que atendía nunca hacía preguntas. Entro y pidió un margarita, pues a su parecer era uno de los pocos lugares donde los servían adecuadamente. Mientras pedía su segundo trago una mujer entro y se sentó en una mesa apartada, algo le decía que la mirara mientras tomaba su segundo margarita. Giro en la butaca y vio a Lita después de mucho tiempo y se alegro de tener ese pequeño problema que la llevo a ir al bar. Decidió ir a su encuentro pese a que la cara de la castaña invitaba a escapar lo más lejos posible, muy distinta a la que conoció en el patio de la secundaria hacia más de 15 años. Respiro profundo y tras terminar su trago fue a su encuentro. Tomo asiento frente a ella sin que esta se inmutara y comenzó.
- Hola… te recuerdo de algún lado. – Esta levanto la cabeza y se acomodo en su asiento mientras disimuladamente metía su mano en la cartera. – Creo que fuimos juntas a la secundaria.
- Creo que sí, un peinado así de ridículo no se olvida así nada más. – Responde sin tapujos.
- Te recordaba más simpática.
- Lo siento, no he tenido un buen día. Soy Lita Kino. – Se presenta ahora extendiendo la mano que había metido en su cartera.
- Soy Serena Tsukino.
Responde la rubia tomando la mano y Lita sintió lo mismo que cuando tomo la mano de la sacerdotisa la semana pasada. Esta la quito sin decir nada cuando el camarero llego y dejo su Cosmopolitan, situación que Serena aprovecho para pedir uno para ella.
- ¿Quieres comer algo? – Invita Lita que no había almorzado.
- Si, ahora que lo pienso me salte el almuerzo…
- Cosa que no te quita la sed.
- Te digo que nunca, pero nunca se me quitara esta sed Lita…
- Te entiendo, claro que te entiendo…
Ambas se pusieron a charlar mientras pidieron una pizza de la casa junto con un par de jarras cerveza para charlar mas amenamente, pues ambas encontraron que tenían la necesidad. Por un lado Serena de hablar con su amiga y Lita para poder conocer a alguien más fuera de su cerrado entorno personal. No se dieron cuenta de la hora hasta que el lugar estaba por cerrar y en verdad la están pasando muy bien. Salieron a caminar mientras tomaban un helado, pues extrañamente después de la cerveza durante la cena dejaron de tomar y como la noche era agradable lograron conseguir un helado como las niñas que recordaban haber sido. Caminaron hasta llegar al parque numero 10 que quedaba a mitad de camino de la casa de ambas donde decidieron tomar asiento.
- Sabes hacia mucho que no me divertía así… de hecho tengo pocas amigas… – Reconoce la castaña con tristeza.
- No lo entiendo. ¿Quién no quisiera ser tu amiga? Eres fuerte, linda y cocinas muy bien, de hecho tu comida es la mejor.
- ¿Como sabes eso? – Cuestiona desconfiando de la afirmación.
- Lita. Tengo algo que confesarte…
En ese momento los tacos de una mujer las sacaron a ambas de esa charla. Giraron y vieron a una mujer de cabellos largos y color azabaches amarrados en una prolija trenza que llegaba hasta su cintura, la cual brillaba a la pálida luz de la luna. Su esbelta figura dejo a ambas impresionadas y pese a que ambas quedaron mirándola esta solo les sonrió y siguió su camino sin dejar de mirar a Serena. Cuando reaccionaron Lita fue la primera en hablar.
- No quiero decir nada, pero creo que es a ti a la que miraba. – Bromea.
- Una mujer así jamás se fijaría en alguien como yo… además encontré a Darién…
- Pensé que te gustaban las mujeres.
- ¿Porque lo dices?
- Por la forma en la que te la comías con los ojos.
- ¡Cielos Lita! ¡No fue tan así!
- Si, si lo fue. – Aseguro para luego echarse a reír. – Desde ya te digo que no.
- ¿No qué? – Cuestiona totalmente desorientada.
- Que no quiero salir contigo. No me mal entiendas, eres linda, simpática y una buena compañera para una borrachera, pero me gustan los hombres… uno en particular… así que lo siento… – Finaliza disculpándose y poniéndose de pie, pues sus recuerdos regresaron a martirizarla.
- ¿Que sucede?
- Nada Serena. Mejor ve a tu casa ha habido algunos reportes de ataque en esta zona últimamente.
- Lo que te quería decir era…
Un grito la interrumpió y sin dudarlo ambas fueron a ver qué pasaba, a pesar del consejo de Lita de que se retirara y se lo dejara a ella. Cuando llegaron encontraron a una mujer con un extraño uniforme blanco atacando a una persona que estaba en el parque. Cuando estaban más cerca vieron una luz salió del pecho de la victima para mostrar lo que aprecia una flor dorada. Mientras la atacante miraba a su víctima Serena aprovecho a transformarse frente a Lita la cual quedo helada ante la impresión.
- Vaya pérdida de tiempo… mi señora me va a castigar en serio… – Dice la extraña mujer dejando caer a la persona.
- ¡Alto ahí malhechora! ¡Cómo te atreves a… Cielos estoy grande para esto… – Se dice a sí misma. – Como sea… ¡Deja en paz a esa persona o te Castigare en el nombre de la Luna! Seas quien seas.
- Así que sí había Sailors después de todo en este horrible planeta… Soy Sailor Iron Mouse y tendré que acabar contigo también... Y con algo de suerte calmar a mi señora. – Se dice por lo bajo.
La batalla comenzó entre ambas Sailors, con clara ventaja de la enemiga, la cual tenía más experiencia que la ahora más veterana Sailor Moon. Cuando creía que esta estaba acabada un sonido metálico hizo detenerse a las dos.
- ¡Claro que no! – Grita Lita.
Se escucho un disparo el cual hirió el hombro de la Sailor, la cual cayo de rodillas, pero a diferencia de lo que creía la castaña esta se puso de pie y comenzó a preparar un poder. Aunque el pequeño momento de silencio e incertidumbre de las dos sailors fue interrumpido por otro disparo que dio de lleno en su frente haciendo que caiga inerte al piso. Cuando Sailor Moon se incorporo, se acerco al cuerpo que yacía inmóvil sobre un charco de sangre que crecía segundo a segundo, pero unos instantes después los brazaletes que llevaba se abrieron como grilletes y el cuerpo de la atacante desapareció en lo que parecía una lluvia de luciérnagas. Antes que pudiera mirar los brazaletes con detenimiento estos se desvanecieron tras un brillo dorado.
- ¡Diablos era apenas una niña! ¿Lita que rayos fue eso? – Cuestiono girando a verla pero quedo inmóvil al verse apuntada por el arma de la castaña.
- Espere mucho tiempo por respuestas… y me las vas a dar.
- Lita espera… soy yo tu amiga Serena y tu eres Sailor…
Pero antes que pueda terminar su explicación la persona que había sido atacada se transformo en lo que parecía un zombi. Automáticamente Lita apunto al nuevo enemigo pero fue rápidamente desarmada por Sailor Moon que la tomo por sorpresa tirándola al piso. Con el arma en su mano y sin mirarla la desarmo, primero saco el cargador y luego quitó la corredera en un solo movimiento, tirando las dos piezas en lugares opuestos.
- Lita nosotras no somos así, no podemos matar a la gente como si nada. Recuerda…
Sailor Moon comenzó a luchar contra el Zombi, que había sido una persona común, con algo más de ventaja que con Iron Mouse. Pese a ello aun estaba en desventaja pero de la nada apareció otra Sailor para darle una mano. Una mujer como la que apenas recordaba apareció con un entallado traje de cuero negro disparando un fuerte rayo que dejo atontada a la criatura. Momento que aprovecho para usar el Cetro Lunar para curar a la criatura regresándola a la normalidad.
- Muchas gracias… ¿Eres nuestra aliada? – Cuestiona mientras la persona regresaba a la normalidad.
- Solo soy una estrella que pasaba por el vecindario. – Guiño su ojo y salto para esconderse en la oscuridad.
Sailor Moon regreso sobre sus pasos para ver cómo estaba Lita y esta estaba con los ojos llorosos.
- ¿Estás bien?
- Lo recordé todo. – Dijo levantando la vista mientras su símbolo planetario brillaba verde en su frente. – Dime que no fuiste tú, solo dime eso.
- No sé de lo que hablas. Apenas recordé todo hace unos días. ¿Pero que fue todo eso? – Cuestiono ahora Serena que había dejado su transformación.
A lo lejos se escuchaba la sirena de una patrulla y Serena opto por tomar las partes del arma para irse antes que la policía llegara. Tras unas cuadras la rubia saco la lapicera de transformación de Júpiter y se la entrego a Lita.
- La mujer que mataste a sangre fría es una nueva enemiga y no quiero que hagas lo que hiciste. Quizás pudiste matar a un inocente.
Lita aparto la mano de Serena tan fuerte que la lapicera cayó al piso y antes que pudiera defenderse la rubia estaba con sus pies en el aire y las manos de la castaña en su cuello.
- ¡Asegúrame que no fueron las sailors las que mataron a Steven! ¡O te juro que te matare!
Serena miraba a los ojos verdes cargados de ira como nunca la había visto, pero también estaba llorando con una pena que pudo palpar casi como propia.
- ¡ME… LASTIMAS! Recuerda que soy tu amiga…
Pese a los esfuerzos por soltarse, Serena se desmaya por la falta de aire y Lita finalmente reaccionó. Tras darse cuenta de su error y que le decía la verdad, todos sus pensamientos se acomodaron por lo que tomo un taxi hacia el Hospital General de Tokio que era el más cercano.
El Regreso de las Sailors
Tras unos eternos minutos de espera, una enfermera le informó a Lita que Serena estaba bien. Ella notifico a sus superiores que las habían atacado en el parque y disparo un par de veces para disuadir a su atacante, pues era claro que encontrarían los casquillos de su arma en el lugar. También que no espero a sus compañeros, pues procuro por la victima, aunque sabía que iba a tener que dar demasiadas explicaciones por eso. Mientras firmaba unos informes le notificaron que había despertado y pese a que llegaron sus compañeros, ella misma dijo que tomaría la declaración a la Señorita Tsukino, pues no le convenía que errara en algunos detalles. Mientras terminaba de "armar" la declaración, entro a una doctora de cabello corto haciendo un chequeo de rutina.
- ¿Doctora Misuno? Que bueno verla de nuevo. – Comienza Lita.
- Oficial Kino. ¿Qué hace a estas horas? – Pregunta acomodándose sus lentes.
- Trabajo en el incidente del parque.
- ¿Y su uniforme? – Cuestiona.
- Aun sin uniforme tengo una obligación, sabes. – Responde ofendida.
- Lo sé, te estaba molestando. ¿Cómo has estado?
- Trabajando demasiado.
- Tanto que ni para tomar una copa con tú "vieja" amiga. - Pregunta con falsa molestia.
- Tu siempre quieres algo más que una copa y te dije que no.
- No te molesto aquella vez… - Responde acercándose demasiado.
- Oigan estoy aquí. – Se queja Serena.
- Perdón Señorita Tsukino. – Se disculpa ruborizada la médica. – Usted está bien, solo unos golpes y moretones, pero se ve que gracias a esta muy predispuesta oficial de policía estará mucho mejor.
- ¿Ya me puedo ir? – Pregunta mirando de reojo a Lita.
- La dejare un rato más en observación para ver que no haya complicaciones, pero antes de terminar el turno pasare a ver si ya te puedes ir. Con permiso.
Ami se retira y la mirada de Serena lo decía todo.
- No es lo que piensas. Ella me ayudo en la preparatoria con mis exámenes y yo la cuidaba de los idiotas de la clase. Y tú sabes, una cosa llevo a la otra y una noche de alcohol en su casa… te lo puedes imaginar… – Finaliza ruborizada.
- Pensé que dijiste…
- Y lo reafirmo, fue solo curiosidad de adolescente y alcohol, nada más. – Finaliza nerviosa con una de sus manos en la nuca. – Pero tienes que firmar este informe y todo lo que paso esta noche quedara archivado en unos días.
- Se supone que la policía no lleva armas. - Cuestiona firmando la declaración.
- Se supone que una maestra del kínder no sabe desarmar una Glock sin siquiera mirar el mecanismo.
- Estuve en las fuerzas de autodefensa, aprendí algo. OK. ¿Y que fue ese ataque? ¿Qué te paso?
- Te lo diré en otra ocasión, pero solo diré que estoy cazando a alguien que viste como nosotras hace tiempo…
- Ya veo.
- Mejor descansa. Voy a buscar un café.
Lita sale de la habitación tratando de acomodar todas sus ideas, pues el recordar todo lo ocurrido hace más de quince años, más su vida pasa le hizo doler la cabeza. Fue hasta la cafetería donde pidió un café para llevar y salió afuera para tomar aire. Una vez afuera mientras la luna jugaba a las escondidas en las nubes casi queriendo ocultarse entre los altos edificios de la metrópolis, vio a una mujer de cabellos aguamarina que estaba fumando un cigarrillo y con la otra mano sostenía un vaso de café. Noto algo extraño, como si la conociera de algún lado y a la vez no. Tan concentrada estaba mirándola que esta lo noto y giro para confrontarla.
- ¿Disculpe nos conocemos? – Cuestiona girando elegantemente.
- Perdón no quise incomodarla, me recuerda a alguien, pero no estoy segura.
- Tranquila suele pasar. – Da una última bocanada a su cigarrillo y lo deja en un cenicero para tal propósito. – Quizás me has visto en algún concierto, claro está mejor arreglada, descansada y sin estas ojeras que no logro disimular con maquillaje.
- Quizás de otro lado. Ya no suelo ir a conciertos…– Responde apenada, pues solía hacerlo.
- Es una pena… pero si quieres te puedo dejar una entrada para el mes que viene. Voy a tocar con una conocida banda.
- No era mi intención señorita…
- Todos debemos disfrutar un poco o nuestros deberes nos consumirán. Se de lo que hablo. – De su cartera saca un par de entradas y se las da. – Lleva a alguien contigo y espero que lo disfrutes. Nos vemos.
- Por cierto soy Lita Kino. A sus órdenes. – Responde tomando las entradas.
- Un gusto. Soy Michiru Kaio.
Con una reverencia amabas se despidieron, pero para Lita fue un encuentro extraño, había algo que no estaba del todo bien, pero no sabía qué. Aun así se quedo un rato afuera mientras terminaba su café. Acomodando sus ideas y pensando que ahora tenía otras armas para poder lograr su cometido.
- Ahora soy más fuerte mi amor… – Dice mirando a una Luna casi escondida. – Ahora podre matarlas… te lo prometo…
El Regreso de las Sailors
Con la la noche casi perdida, una mujer entraba por el balcón de una Suite de hotel enfundada en un gran piloto que ocultaba su ropa de Sailor. Como era habitual en ella, lo solía hacer muy silenciosamente, no entendía porque pero siempre entraba así. Sintió ruidos extraños en una de las habitaciones y decidió ver sigilosamente por la puerta que estaba entreabierta y vio a uno de sus "hermanos", puntualmente a Taiki besándose desnudo sobre una mujer de cabellos plateados, aunque en realidad supo quién era y no dijo nada, solo regreso a su cama para dejar de ser mujer, volver a su arterego masculino y darse un baño. Pero a pesar de ello no dejaba de pensar en la mujer que era una Sailor de este planeta y que era claro que no estaba a la altura de las circunstancias que se avecinaban.
- Esa chica está pérdida si cree que va a poder con Galaxia… - Se dijo mientras el agua corría por su cuerpo.
El Regreso de las Sailors
Como había prometido Ami regreso antes de terminar sus deberes y le dio el alta a Serena, la cual se había quedado dormida como pocas veces lo había hecho. Pero en vez de retirarse espero sola a Ami en la puerta del hospital, ya que Lita se fue a su trabajo para encubrir lo que había pasado en la noche y esperar que nadie haya notado nada fuera de lo normal. Como suponía Ami seguía siendo puntual y salió poco después de una hora después de darle el alta.
- Señorita Tsukino, pensé que ya se había retirado.
- Ami… Perdón Doctora Misuno, quería invitarla a desayunar, como agradecimiento.
- No tiene nada que agradecer, es lo que tenía que hacer, en todo caso es a la oficial Kino a quien tiene que agradecer.
- Si a Lita… Ami en realidad tengo que hablar contigo.
- Es importante, estoy cansada, estuve toda la noche de guardia y mañana tengo que entrar temprano.
- Me temo que si es importante. – Responde con seriedad.
- De acuerdo… hay un café a unas cuadras.
Mientras caminaban al café Serena le recordó que eran compañeras de secundaria en diferentes aulas y Ami comprendió porque le resultaba familiar. Una vez dentro del establecimiento pidieron su desayuno y Ami comenzó después de mirar su reloj de pulsera.
- Se que esto sonara extraño. Pero tienes que recordar algo importante, quien eres en realidad.
- ¿Que quien soy en realidad? – Cuestiona la facultativa.
- Si Ami eres una Sailor Scout que luchas para defender este mundo y tú eres Sailor Mercury.
Ami se hacha para atrás en la silla y la mira de una forma que no supo comprender.
- Creo que será mejor regresar al hospital y te haga una resonancia para ver que no tengas nada mal en la cabeza.
- Ami hablo enserio.
- Serena, no califico para vocalista de una banda británica ni soy un termómetro.
- No te hacia graciosa Ami. Pero créeme… – Ella saca su broche de trasformación y lo abre mostrándole el Cristal de Plata. – Solo tócalo y si no pasa nada me iré y no te molestare nunca más.
Ami suspiro cansada y toco el cristal con la idea de terminar el loco asunto de una vez. Pero lejos de hacerlo todos los recuerdos regresaron dejándola mareada en la silla. Tras tomar un poco de agua una lagrima corrió por su mejilla, aunque rápidamente se puso de pie y abrazo a Serena.
- Como me hiciese falta…
- Y tu a mi Ami…
- Eso quiere decir que Lita…
- Si ella lo recordó anoche, al igual que Rei.
- ¿Mina ya lo sabe? – Interroga expectante.
- De eso se está encargando Artemis. Y Luna está en casa.
- Vamos a reunimos esta noche. – Propone Ami contenta. – Tengo un lug…
En ese momento la cara de Ami cambio y palideció tomando asiento de nuevo. Luego miro nuevamente a Serena y cuestiono.
- ¿Has visto a Darién?
- Ayer y recordó, aunque fue un momento, el viajo pero de seguro tu sabes más que yo.
- ¿Porque lo dices? – Cuestiona preocupada.
- ¿No trabajan juntos? De hecho te menciono antes de irse.
- Si somos compañeros… – Responde como autómata.
- ¿Te encuentras bien Ami?
- Si solo es que todo regreso de golpe…
- Te entiendo. Cuando me hablo Luna pensé que estaba loca.
- Sabes es mejor juntarnos esta noche… pero mi casa está algo desordenada.
- En mi casa, estoy sola desde hace años…
Ambas se pusieron al día con lo que había pasado en sus vidas hasta que terminaron almorzando en el mismo lugar. Aunque después de comer decidieron regresar de nuevo a sus casas y prepararse para la noche. Luego de despedirse Ami camino hasta la esquina y una vez que vio que Serena estaba lejos se apoyo en la pared y comenzó a llorar amargamente mientras sostenía su lapicera de trasformación.
- Esto es una pesadilla… una vez que creí que las cosas… – Se limpio con la manga y miro de nuevo la lapicera. – Creo que nuestro destino es… estar solas…
El Regreso de las Sailors
Extrañamente Seiya fue el primero en despertar casi al mediodía y para sorpresa de sus hermanos los vio salir a ambos de la misma habitación. Ellos trataron de no mostrarse alterados mientras cada uno se preparaba algo para comer. Todos desayunaron mientras Seiya les comentaba lo que había pasado en la noche y su ayuda a la Sailor de la tierra.
- Me parece impulsivo y una idiotez haberla ayudado Seiya. Nuestra misión es otra. – Determina Yaten con dureza.
- ¿Ha si? Al menos intento marcar la diferencia. – Se defiende.
- ¿Que quieres decir? – Cuestiona Taiki.
- Al menos yo estoy haciendo algo, a ustedes solo les importa pasarla bien.
- No sé qué es lo que hayas visto, pero es cosa nuestra. – Se defiende Yaten.
- Mira, no soy idiota, desde que estábamos en nuestro planeta sé que se gustan, y la verdad por mi está bien, son mis compañeras y nada más, que aquí hagamos el ridículo papel de hermanitos es solo para encontrarla. Pero no te atrevas a cuestionar lo que hago o dejo de hacer. Al fin y al cabo soy el líder.
- ¿Y quién lo decidió? – Cuestiona Yaten poniéndose de pie.
- Mmmmm… no lo sé… ¿Nuestra Princesa cuando juramos lealtad? Saben que, ya perdí el apetito.
Seiya se pone de pie y regresa a su cuarto donde minutos después salió como mujer con acomodándose una larga trenza en el cabello.
- No me parece sensato Figther. – Cuestiona Taiki.
- Necesito salir sin ser asediado por nuestras fans. Y esta es la única forma que descubrí para hacerlo libremente. Por el show de esta noche ahí estaré, si es una emergencia llámenme.
- Figther…
Ella ya no dijo nada mientras saltaba por la ventana para escapar por las escaleras de emergencia y no llamar tanto la atención. Al llegar a la calle comenzó a caminar sin rumbo, pero con los pensamientos en la Sailor que conoció en la noche.
- ¿Me pregunto si será ella? – Se dijo al recordar a la joven que dejo en el taxi la mañana anterior.
Respiro profundamente y decidió ir a comer una hamburguesa, pues el comer era una de las pocas cosa que aclaraban su mente.
Continuara…
Bueno otro capítulo que estaba pero no salía por razones de tiempo. Espero que lo disfruten y dejen sus comentarios al respecto!
AGRADECIMIENTOS:
Anai kou: Y espero que te gustara este y dejarte sorprendida con lo que tengo para mas adelante! Muchas gracias por leer esta nueva locura!
Tarma Jones: Como versa la realidad golpeo una Ami que tuvo cintura… por ahora! Y quien sabe… tengo oscuras cosas en mi mente! Gracias por apostar a mis locuras!
Charly Meiou: La verdad que no se a ciencia cierta her Charly, pero las ideas son de oscuro a mas oscuro! No se si guerra, pero derramamiento de sangre habrá, de hecho ya comenzó (Introduzca Risa Tomoe!) Eso espero yo también!
Lectores Aninimos y de facebook: Espero que lo disfruten y dejen comentarios/amenazas o sugerencias!
Pato: Espero lo disfrutes y como veras los personajes fuman mas que nosotros!
Nuevamente gracias a todos y
Simplemente les digo, Nos leemos!
