Separadores que encontrarás en esta historia:
OOOOO - Concluye la introducción.
FFFFF - Cuando se narra un flashback o algo relacionado con el pasado de un personaje.
PPPPP - Cambio de escena. Ya sea que los mismos personajes estén en un ambiente diferente o que se relate una situación distinta, con otros personajes y en otro lugar.
SSSSS - Un personaje está soñando.
Final imaginario del siglo XIX
En estos tiempos, las personas que poseen extraños poderes provenientes de su cuerpo o incluso de misteriosas y poderosas armas, son conocidas como ladrones, escoria de la humanidad que roba hermosas y valiosas obras de arte, estatuas o joyas de diversos museos de todo el mundo, con la esperanza de reunir los 108 trozos de inocencia perdidos.
OOOOO
Cuando el portal se cerró, los jóvenes terminaron en el interior de un bosque, apresurando su marcha para subir el gran acantilado que tenían por delante y entrar a su hogar. La orden oscura. Con el paso de los años, la enorme torre; que alguna vez simbolizó el orgullo de los Exorcistas, se convirtió en un lugar más antiguo y deplorable, que se esforzaba cada día por no derrumbarse. Junto con los sueños y esperanzas de quienes, actualmente, residían en su interior.
Parándose frente a la enorme puerta y aclarándose la garganta, InuYasha recitó el único conjuro que les permitiría entrar. 18 años. Piel blanca. Cabello plateado, largo hasta la cintura y suelto. Ojos de color dorado. En su cabeza, lleva un pañuelo de color violeta claro. Y alrededor de su cuello, cuelga un rosario de cuencas negras. Una vez que se abrió la puerta, caminaron sin muchas ganas por el tenebroso vestíbulo cubierto de polvo y telarañas.
Estaban agotados. Sin embargo, quién sin duda la tenía peor, era Allen Walker, cuyo estómago no había parado de gruñir desde que estuvieron jugando a las escondidas con los policías. 15 años. Piel blanca. Cabello corto y blanco. Ojos de color gris plateado. En su ojo izquierdo tiene una marca de maldición, iniciando con un pentagrama invertido y terminando con una línea que recorre su mejilla. Ambos símbolos de color rojo claro.
Mientras pasaban a un lado de una pintura rasgada en la pared, escucharon una repentina explosión, la cual, sacudió el piso y los pocos objetos que los rodeaban, en sus respectivos pedestales y torres de mármol. Con sus corazones latiendo por el repentino susto, corrieron por el resto del pasillo y doblaron la esquina hacia el lado izquierdo. Las puertas rojas de cierta oficina estaban abajo, dejando escapar pequeños rastros de humo. InuYasha puso una mueca y Allen suspiró. En eso, escucharon como varias cosas se rompían, junto con la voz de un hombre desesperado.
-¡KOMUI, NO EXAGERES! ¡SOLO SERÁ POR UNA MALDITA HORA!
Acercándose con precaución, llegaron a la pared, escondiéndose para presenciar cómo, al igual que en otras ocasiones, Lenalee Lee y Reever Wenhamm lidiaban con los berrinches y el enfado desmesurado de Komui Lee, el actual líder de la orden oscura… al mismo tiempo que lanzaba objetos aleatorios a cualquier lado de su oficina.
Lenalee Lee tiene 16 años. Es una chica de piel blanca. Cabello de color verde oscuro, largo y atado en forma de dos coletas. Sus ojos son de color negro, al igual que los de su hermano mayor, Komui Lee. El jefe de los ladrones tiene 29 años. Su cabello es negro y corto. Piel blanca. Ojos pequeños, protegidos por un par de anteojos. Su asistente, Reever Wenhamm tiene 27 años. Piel blanca. Cabello castaño claro, desordenado hacia el lado izquierdo. Ojos pequeños de color verde oscuro.
-¡MALDICIÓN, YA PARE CON SU ESCANDALO! – gritó Reever una vez más, fulminando a Komui con la mirada, mientras esquivaba ágilmente los objetos que le aventaba.
-¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO! – gritaba desesperado, negando con la cabeza y abrazando con su brazo izquierdo a Lenalee, quien solo lo miraba avergonzada. - ¡NO LO PERMITIRÉ! ¡NUNCA LO PERMITIREEEEEE! – el último objeto que quedó encima de su escritorio, fue una de las tantas tazas que usaba para tomar café. Sin embargo, al momento de agarrarla y lanzarla…
-¡Komui! – InuYasha apareció entre ellos, recibiéndola por error en su frente y rompiéndola al instante. Mientras los pedazos caían al piso, un incómodo silencio se formó entre los presentes, quienes sentían como la furia del Hanyou crecía a un nivel peligroso. El líder de los ladrones, al notarlo, soltó un chillido y corrió hacia Allen, tomándolo de los hombros y escondiéndose detrás de su espalda.
-Fue Lenalee. – dijo con timidez, logrando que a InuYasha le aparecieran 3 venas punzantes en la cabeza. Sin embargo para sorpresa de los otros, quien terminó por darle su merecido con una patada en la cabeza, fue la joven.
-Hermano, deberías estar avergonzado. – dijo enojada, viendo cómo caía medio muerto al suelo lleno de papeles.
-La legendaria patada de amor de Lenalee… - pensaron Allen y Reever al mismo tiempo, mirándola con una gotita de sudor bajando por sus nucas. En cuanto la mencionada se giró hacia su compañero de cabello plateado, corrió hacia él y, apenada por lo sucedido, hizo a un lado su flequillo.
-Qué alivio. No te lastimó. – dijo con una sonrisa, haciéndolo sonrojar un segundo.
-¿Ahora qué fue lo que alteró tanto al señor Komui? – interrogó Allen.
-Bueno… - comentó Reever, rascándose la cabeza. - …queremos que Lenalee vaya a investigar una estatua con extraños poderes en Suecia, pero…
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! – en eso, Komui revivió, sacándoles a todos un buen susto. Por ello, InuYasha lo golpeó en la cabeza con su puño derecho, desmayándolo otra vez.
-Por desgracia… - continuó Reever, aclarándose la garganta. - tendría que hacer la misión sola, ya que la nueva ladrona aún no ha llegado.
-¿Nueva ladrona? – preguntó el joven de cabello plateado.
-Según la carta que recibimos, su nombre es Umiko Yamana y tiene 13 años. – explicó el asistente de Komui, mostrándoles un arrugado pedazo de papel, que sacó de sus ropas. – Además, también es discípula de la señorita Anita. – al escuchar ese último nombre, InuYasha y Allen palidecieron.
-Lavi y Bookman se ofrecieron para ir a buscarla al muelle. – agregó Lenalee. - Pero ya se tardaron mucho. Y el barco que íbamos a tomar, pronto dejará Londres. – Reever suspiró.
-¡YA LLEGUEEEEEEEEEEE!
De repente y sin previo aviso, apareció ante ellos una joven de piel blanca, ojos y largo cabello violeta. Usaba unos grandes anteojos redondos sobre su nariz. Debajo de la capa café oscuro que tenía sobre los hombros, usaba un largo vestido azul oscuro. Y su calzado, eran unos simples zapatos de color marrón. Luego de haber escuchado su voz, una fuerte descarga eléctrica golpeó con fuerza el cuerpo de Komui, devolviéndole la energía que necesitaba para levantarse y posicionarse detrás de su escritorio. Reever y los jóvenes no hubieran creído aquella hazaña, sino la hubieran presenciado ellos mismos.
-Bienvenida a la orden oscura. – se presentó el líder de los ladrones, tomando un gorro blanco que colgaba de su silla, para luego ponérselo en la cabeza. – Mi nombre es Komui Lee. A partir de este momento, formarás parte de la mayor organización delictiva de Europa, al mismo tiempo que nos esforzamos por detener la completa resurrección del Conde del milenio. – la joven sonrió con ilusión.
-¡U-Umiko! – en eso, un muchacho pelirrojo; llevando un parche en su ojo derecho, y un hombre mayor, se presentaron en la entrada destruida de la oficina. - ¡Te dije que no te separaras de nosotros!
-L-Lo lamento, Lavi-senpai… Bookman-san… - se disculpó la joven, sonriendo con vergüenza y juntando las palmas de sus manos.
Mientras se desenvolvía un sermón por parte de los recién llegados; restándole importancia a la presentación de Komui; quien no paraba de acomodarse sus lentes, InuYasha aprovechó para tomar a Allen del cuello de su uniforme y sacarlo de la oficina. Lenalee y Reever, al ver aquello, sonrieron por lo bajo. A leguas se notaba que el Hanyou no soportaba tener que esperar más para entregar su robo más reciente.
PPPPP
Tomando un elevador de forma triangular, ubicado en el centro de la torre y rodeado por las distintas habitaciones de los ladrones, InuYasha y Allen bajaron hacia la oscuridad, auxiliándose con la palanca que estaba pegada en las barras de la orilla. Luego de que el transporte se detuviera, la guardiana de la inocencia salió para recibirlos, iluminando el entorno.
-Bienvenidos, ladrones de la orden oscura. – comentó inexpresiva. InuYasha sacó el collar que habían robado recién en el museo regional de Londres, y se lo dio. La criatura de gran tamaño lo recibió para examinarlo. Unos segundos después… - Felicidades. Este objeto contiene inocencia. – Los jóvenes celebraron su éxito con su afirmación, intercambiando una sonrisa. – Otro pedazo ha sido encontrado. – llevó el trozo de inocencia a su frente y lo resguardó en un lugar secreto de su cuerpo.
-¿Cuántos pedazos se han encontrado hasta ahora? – cuestionó InuYasha, mirando el circulo de luz dibujado debajo de Hevlaska, con varios símbolos antiguos y compartimentos en él.
-100 trozos. – respondió la guardiana. – Ustedes han sido uno de los dúos que ha contribuido más en esta búsqueda.
-Así que ya falta poco… - dijo Allen, asomándose también al fondo. El collar, el cual se encontraba todavía en las manos de Hevlaska, fue guardado en una pequeña bodega que también era protegida por ella. Y de otro almacén cercano, sacó un pequeño cubo negro.
-Este es un poder misterioso.
Los jóvenes observaron el pequeño objeto, sostenido por sus blanquecinos y brillantes zarcillos, al mismo tiempo que lo movía de un lado a otro, para comprobar a quién le pertenecía. Entonces, la mano de la guardiana se detuvo frente al chico de cabello blanco, por lo que este tragó grueso. Al sentir como el cubo entraba a su brazo izquierdo, su cuerpo entero se tensó, soportando el dolor que conllevaba la adquisición de poderes nuevos.
-¡UGH! – exclamó, cayendo de rodillas y tomando con fuerza su brazo izquierdo.
-Ya pasó, estarás bien. – lo consoló InuYasha, agachándose a su altura y colocando su mano derecha sobre su hombro izquierdo. De pronto, el arma de su compañero se activó por su cuenta, mostrando la nueva espada láser de la que ahora disponían.
-Allen Walker. – lo llamó Hevlaska, obteniendo la atención de ambos. – Tengo para ti la profecía que te conducirá a tu verdadero destino.
-¿Profecía?
-Todos los que reúnen los trozos de inocencia, cargan una sobre sus hombros. – explicó, volteando su pálida mirada de Allen hacía el Hanyou. – Sin embargo, los casos de InuYasha y de Cross Marian son curiosos, ya que cada uno posee dos profecías que no se han cumplido hasta la fecha.
-"El viento restaurará tu colmillo". – comentó el muchacho de ojos dorados, recordando con exactitud las palabras exactas que Hevlaska le pronunció en su momento. - "A quién creías perdida, te reconectará de nuevo con tu pasado". – la guardiana de la inocencia asintió, antes de voltear nuevamente hacia el joven Walker.
-"En presencia de la selladora, nacerá el destructor del tiempo".
Fin del capítulo.
