Capítulo 11


El cachorro le sigue.

Devora muchos mundos, mira a su compañero que en algún momento del camino se convirtió en otro.

Puede sentir su divinidad en el, ese frágil cachorro se ha transformado en una imponente bestia que surge de las sombras de sus presas y las devora con salvaje regocijo para después sentarse a su lado con una mirada expectante en su rostro felino.

Lo nombra Leo. (No es último que recoge, pero sí el primero.)

Surge de las sombras a un mundo helado, el hielo reluce en cada superficie, la nieve cruje debajo de sus zapatos.

"¿Quién eres?"