¡Hola! Como disculpa de mi última gran demora, actualizo antes de lo previsto, incluso. Por suerte, se cumplió lo de los cinco reviews, así que aquí tienen el agradecimiento.

Gracias a: Saikano Li (Gracias por seguir leyendo, y discúlpame por haberlo abandonado. He recaído en la locura, supongo. Y sí que se vienen líos para todos. ¡Gracias!), MiniLeo (Gracias por tus halagos y apoyo. De verdad. Me has subido mucho el ánimo, y claro que no hay que tenerle en cuenta, solo que da rabia que los flames sean sin justificación. Acepto la crítica más dura, siempre y cuando sea con razones. ¡Espero te guste el capítulo!), Yumi Yamira (Gracias por leer. Yo feliz que te guste. Y claro, esto cada vez es más oscuro, je), Faye-BurningDeep (Aquí continúo. Supongo que ya se te van a ir aclarando las cosas. Discúlpame, realmente, por haberme tardado tanto antes. Y gracias por tus lindas palabras. ¡Saludos!), y Mim Soy (Gracias por tus palabras de ánimo. Espero que sea cierto lo que dices, y que haya gente que me lea. ¡Gracias, y que te guste el capítulo!) Por ustedes es este capítulo.

Vale. No me doy más vueltas que una: Con la soga al cuello, te necesito ver. ¿Escapemos de este mundo mortal? A la ciudad mística de la costa, con que los dos soñamos. ¿Me sigues? Ven conmigo. Antes que la moral nos ahogue, y estas putas costumbres nos asesinen.

HoroxRen, AU. Angst. Trama adulta. OOC. También hay un OC –Denai. Aunque no se preocupen, los odio profundamente, y pronto entenderán su razón de ser. No hay cosa que no soporte más que la intromisión de un personaje inventado y puesto allí con todo descaro-. Leve indicio de Incesto, aunque en realidad, no lo es. Y claro está, Shaman King no me pertenece ni por casualidad. Ah, último aviso. Vuelvo a mi antiguo formato de diálogos con guiones. Y las cosas con comillas, son especiales, no necesariamente pensamientos¿Vale? Ahora¡Enjoy it!

Superior a Mí.

Capítulo XV: Confesión de la Luna Sangrante.

"Cuando conocí a Ren, me pareció un engreído; Un niño frío, hijo de papá. Aún así, podía ver que guardaba una belleza extraña en su interior. Nos hicimos amigos, y le propuse muchas veces irse conmigo, a un lugar mejor, donde nadie le hiciera daño: La Ciudad.

Él era tan vulnerable y delicado, pese a su exterior rudo, que yo deseaba protegerlo. Por eso, cuando casi lo matan, acudí en su rescate. Lo escuché llamándome, rogando que fuera por él, a buscarle. Que lo uniera a mi vida.

Fue entonces, incluso antes de que naciera nuestra natural relación, que le hice la promesa:

Siempre estaré contigo, hasta que tú desees lo contrario. Y ni entonces te abandonaré del todo."


-Regresa. Y salva a Tamao y a Horo-Horo.
-Pero…
-No entiendo porqué has venido a mí¿Acaso creías que solucionaría tus problemas? Siempre has sabido como hacerlo. Ahora es cosa de que te atrevas.
-¡Pero Anna! Te necesito. No puedo lidiar sola con esto…
-Entonces pídele ayuda a la policía. Yo ya no pertenezco a La Ciudad. No me mezcles con sus asuntos.
-Anna…
-Ahora, ve a hacer lo que debes

Y mirando al frente, la fría rubia se marchó, con su paso calmado.

-No.

La voz de la pequeña peliazul la hizo detenerse. Esa niña estaba llena de determinación, y tras su apariencia infantil, había una gran madurez, producida por los golpes que había soportado. La rubia se giró, observándola analíticamente, intentando descifrar lo que había en sus ojos.

-No me iré sin ti. ¿Qué no perteneces a La Ciudad¡Eso es mentira! Nadie puede dejarla, ni abandonarla, ni de pertenecer a ella. Tu corazón sigue allá. Además, Manta no merece esto. ¡Tienes que ayudarme! Si estoy sola, no seré capaz…
-¿Por qué yo¿Porqué no Tamao¿O Yoh? Incluso podrías haber hablado directamente con tu primo. Tiene el deber de creerte. Pero¿yo?
-Tú eres fuerte, y me entiendes. Me apoyarás.

La brisa acarició sus cabellos, trayendo a la memoria de Anna todos los ruidos de La Ciudad. Los atardeceres. Las tardes naranja… La noche en que se rompió.

-Tienes razón, no puedo huir de La Ciudad. Pero te equivocas, yo soy una muñeca rota, y no sé cuán útil te sea. Aún así, regresemos.


-¿Qué viene ahora?
-Solo queda esperar. Ya volverá la mocosa, y entonces, hay que poner todo en marcha.
-¿Qué tienes planeado?
-Ya verás, Haíto, ya verás…

Se miraron y sonrieron ampliamente. Todo iba a la perfección, finalmente.


"Yoh desapareció hace un mes aproximadamente. La última persona en verlo fue Tamao, que se ha mantenido encerrada en su cuarto, con una fuerte crisis. En vista de los hechos, Pilika decidió no hablar aún.

¿Y yo? No era muy tranquilizador quedarme a vivir a solas con Hao Asakura. Claro que quería estar en la pensión, por si Yoh volvía de pronto, con alguna excusa extraña. Pero no soy idiota, así que colocándome mi mejor máscara, me vine al apartamento de mis amigas.

Aquí no puedo llorar es como si las mujeres tuviéramos un radar para notar cuando otra chica está triste. Aunque a veces, sola en mi cama, me he dado ese lujo de soltar con lágrimas mi dolor.

Me siento cada día más sucia, y sin razón de vida. Pero no puedo hablar de ello, no hay palabras que definan lo que siento.

Yo… No sé que pensar. Después de lo que me contó Pilika, temo aún más por él.

El segundo día en el departamento, se me acercó Tamao, con los ojos enrojecidos, y moqueando. Pilika la acompañaba, aunque se quedó en la puerta, mirándola seriamente. Entonces había pasado casi una semana de la desaparición de mi ex prometido.

-Anna – me llamó Tamao, casi mi hermana, con ternura, respirando con dificultad- Tengo que contarte algo.

Miré a Pilika, intrigada, pero ella solo me devolvió una mirada neutra. Respiré con calma. No tenía que ver con Manta.

-Es sobre… Yoh.
-Habla.

Por mi cerebro pasaron toda clase de ideas. Desde que mi amiga lo había asesinado, en un ataque de esquizofrenia, como que se había marchado con otra chica a Tailandia a empezar una nueva vida…

Entonces, Tamao rompió a llorar. Entre sollozos, me dijo que no podía seguir mintiéndome, que ella amaba a Yoh, cosa que yo siempre había sabido –Tenía noción de ello desde antes que se concretaran los compromisos-. Que lo había besado antes de que yo me fuera, y que lo había visto el día en que se fijó su desaparición. La pobre chica prácticamente se le había declarado, siendo rechazada magistralmente.

-Se comportaba tan fríamente… ¡Ese no era Yoh!... Pilika tenía toda la razón… Se parecía, incluso, más a Hao… Yo… Lo siento, realmente, no quise interponerme entre ustedes. ¡Si tú eres como una hermana para mí! Pero lo amo tanto, Anna, lo amo tanto…

Mi corazón se rompió. ¿Quién era Yoh? Las dudas me envolvieron. No me amaba a mí. Había estado engañándome con Tamao. Y había jugado con mi amiga: Tampoco la quería. ¿Estaba, realmente, enamorado de Ren?

-Tranquila, Tamao –Le contesté, con mi mejor careta- Ya no importa. Mi compromiso con Yoh terminó, y probablemente, lo casen contigo, si se digna a aparecer. Estoy segura que está por aquí cerca, escondiendo la cabeza en la tierra, cobardemente, sin atreverse a aparecer y aceptar que te quiere…- Le mentí.

Que la quiere… Sin duda, eso es lo mejor para el idiota de Yoh. Tamao lo ama. Será excelente esposa, y lo hará muy feliz.

Yoh… Espero que estés bien, y te olvides de Ren. Ni sabes que tipo de persona es. Pilika y yo, en cambio, lo hemos visto en realidad."


Oscuridad. Todo era negrura. Sus músculos entumecidos. Un fuerte dolor en su pecho. La luz obligándolo a abrir los ojos. El temor de encontrarse con un hombre tan distinto al que conocía.

El miedo a perder a Horo-Horo.

-¿Ren¿Estás despierto?

Ante la suavidad del susurro, tembló. Alzó lentamente los párpados, hallando a su novio sonriente, tal como siempre había sido. Le miró, confundido.

-¿Ocurre algo?

¿Acaso había sido una ilusión? Estaba seguro que habían hecho el amor, pero ¿Realmente Horo lo había tratado así¿Le había dicho esas palabras?

-No es nada… Solo que casi había olvidado, pese al tiempo, lo agradable que es despertar abrazados.
-Escucha, no quisiera tener que hacerlo, pero… Debo salir a hacer unos trámites inútiles. Estaré de vuelta en la tarde¿Está bien?
-Claro, no te preocupes por mí. Me quedaré un rato más en cama, y luego me ducharé.
-No estés mucho en pie.
-Hn… Está bien…

Con tranquilidad, el Ainu se levantó, y entró al baño. Luego de una ducha, salió completamente vestido. Se acercño a la cama, sentándose al lado de su novio, y empezó a acaricarle el cabello. El chino cerró los ojos.

-Horo… ¿Se ha sabido algo de Yoh?
-No. Ya ha pasado un mes sin que se sepa de él…
- Estoy seguro que Hao tiene que ver…
-¡Oh, vamos, Ren, es su hermano! No busques pretextos. Está claro que odias a Hao. Pero lo que dices no tiene sentido. Ahora, antes de que empiece una nueva discusión –Con suavidad le besó la frente-, me voy.
-Adiós, Hoto-Hoto, nos vemos a la tarde.
-Adiós, Señorito.

El peliazulado salió del cuarto, y a los pocos segundo, el ojidorado oyó la puerta de calle al salir su novio. Suspiró, y se dispuso a seguir durmiendo. Hace un mes había desaparecido Yoh. El mismo tiempo que llevaba conviviendo con un monstruo en las noches.

Un mes que, por las noches, con la luz apagada y los ojos brillantes, Horo-Horo lo tomaba le hacía el amor con violencia, acercándolo a la muerte, haciéndole sentir como nunca, susurrándole palabras posesivas, con voz sedosa al oído.

Un mes que despertaba todos días con la sonrisa de su novio, que no hacía mención a esos asaltos nocturnos. Y el pobre Ren ya perdía noción de si ellos eran reales, o una distorsión de su mente. Porque cuando su novio lo hacía suyo de día, no había asomo de esa brutalidad, de esas palabras que lo trataban como objeto.

Rendido a la confusión, Ren cayó, lentamente, en un frío sopor.


-¿Estás seguro?
-Ahora es cuando.
-Muy bien. Hazlo, entonces.
-Bien…
-Espera ¿Estás seguro que las mocosas te vieron?
-Claro que sí, o sino, no tomaría tantos riesgos.
-Vale. Vamos, entonces.
-¿Vamos?
-Claro. Yo entraré contigo. Alguien tiene que llevárselo¿No?
-Tienes razón, vamos, pues, Hao Asakura.
-Allá vamos, Denai.
Se sobresaltó con el sonido de la puerta, saliendo de su estado de ensueño. Habían pasado solo diez minutos.

-¿Tan pronto volviste¿O es que olvidaste algo? – Gritó, mientras sentía los pasos acompasados
-Ninguna de las dos, querido Ren.
-¡Hao!

La sangre se le heló. Frente a él, en el marco de la puerta, estaba el mayor de los Asakura, sonriéndole con sorna.

Aferró la sábana blanca, cubriendo su desnudez, y se arrastró por la cama, hasta el otro extremo, quedando casi sentado.

-¿Qué haces aquí¿Cómo entraste?
-Tengo mis métodos. La verdad, vengo a darte una pequeña sorpresita…

El moreno entró al cuarto, y dio un par de pasos hacia el lado. Ren seguía cada movimiento del chico, hasta que descubrió una sombra en el marco de la puerta. Y entonces, esta dio un paso, entrando a la habitación.

-Ren, mi querido Ren¿Porqué esa cara? Te presento a Denai. No lo conocías¿Verdad?
-¿Qué… Qué…?
-No, no, mi querido Rencito, no te estás volviendo loco: Ya lo estás. ¿Cómo has estado, "hermanito"? Con Hao hemos decido venir a buscarte. Es hora de que te suplante y te haga sufrir todo lo que yo lo hecho. ¿Hao, me haces el honor…?
-Con mucho gusto, Denai… -Dijo el Asakura, sacando un arma de fuego entre sus ropas.


Llevo un mes encerrado en mi propia pensión, bajo el yugo de esos dos monstruos: Ese que se hace llamar mi hermano, y "Denai"; quien quiera que sea ese muchacho.

No entiendo por qué no me mataron. Las balas a duras penas me rozaron, haciéndome heridas superficiales. Pero luego, ese "Denai" se movió con una velocidad sorprendente y, golpeándome de manera descomunal en el estómago, hizo que me desmayase.

Por como desperté, supongo que luego me siguieron golpeando. La nariz me dolía mucho, y tenía sangre añeja pegada por todo el rostro. Mi boca estaba seca, mis pies y manos, encadenados.

Casi nunca vienen. A veces, lo hace Hao, y generalmente es para alimentarme.

Yo no tengo fuerzas para pedir ayuda. Sé que nadie me encontraré en el subterráneo desconocido y oculto de mi propio hogar… Donde hay tantos recuerdos…

Anna…

Si solo supiera que me esperas afuera, tendría esperanzas. Pero ni eso tengo. ¿Para qué luchar, entonces?

Annita… Estoy pagando mis propios errores más caro de lo que jamás hubiese creído.

Mis labios secos no se logran mover, y mis ojos heridos tampoco. Oigo la pesada puerta aislante abrirse, y unas duras botas bajando por los escalones de metal. Frente a mis ojos aparece mi hermano, con un bulto en su hombro izquierdo. Su sonrisa es cruel. Dejo caer mis párpados aceitosos.

-¿Qué tal, Yoh? Vengo a traerte compañía.

Dolorosamente, levanto mi cuello. Hao deja caer el bulto, que parecía solo un atado de sábanas blancas. Con horror comprendo que es una persona. Con su pie, patea una parte de ello, y aprisionándola con su bota, lo hace girar hacia mí. Entonces veo el rostro.

Mis ojos se abren desmesuradamente. Y mis labios secos, cubiertos de babas, empiezan a temblar un nombre. Y es que esa boca sangrante, esa cara magullada… pero pronto me calmo.

-¿Denai? –Consigo mascullar.

Hao ríe cruelmente, mientras empieza a encadenar muñecas y tobillos con los grilletes que cuelgan de la pared, dejándolo igual a mí.

-¿Cómo crees, Yoh, que traicionaría a mi socio cuando aún no habíamos sacado a este bastardo del camino? No, claro que no es Denai. ¿No notas la diferencia? Este es Ren, tu querido amigo Ren.

No… No lo pueden haber atrapado. Mi boca comienza a temblar, y mi cabeza a moverse, negativamente. ¿Eso quiere decir que Horo dejó de protegerlo? No sé de donde saco fuerzas, pero empiezo a moverme como si tuviera espasmos, trantando de alcanzar a Hao, aunque sé que es imposible.

-Maldito bastardo! Maldito! Infeliz! Maldito!

En sus visitas, para divertirse con mi desesperación, Hao me contó sus planes. No puedo creer que los esté logrando.

-Oh, mi querido Yoh, esa no es manera de tratar a tu hermano…

Me sujeta el rostro. Lo miro con odio, aún moviéndome. E, improvisadamente…

Me besa.

No puedo hacer nada. Puedo sentir mis labios secos abrirse y sangrar a borbotones. Siento su lengua tibia. Su mano sujetando mi cabeza con suavidad, como si esto fuera algo que yo quisiera. Yo…

Cierro los ojos con repugnancia.

Cuando me deja, sonríe con sorna. Pero su expresión cambia al recibir de lleno un escupo de mi parte en su rostro corrompido.

-Púdrete, Hao. Eres un lunático. Nunca nadie te ha querido, por lo mismo. Nadie te amará. Estás solo, totalmente solo.

PAF.

Hao me da un puñetazo en mi mejilla, con todas sus fuerzas.

-Cállate. ¡Cállate! – Me grita, mientras yo sigo susurrando la palabra "solo" como una oración- Espero que disfrutes la compañía, hermanito, mientras sigan con vida…

La puerta se cierra. A mi lado, Ren sigue inconciente.

-Solo…


"Amaba a Yoh más que a nada en el mundo. Él siempre estaba ahí, incondicional, hiciera lo que hiciera. Travesura tras travesura, mi hermanito se adjudicaba la culpa, recibiendo los severos castigos de mi familia. Varias veces se lo recriminé, pero él solo me sonreía, y me abrazaba.

"- Eres mi hermano, Hao, y no me importa recibir esos castigos. Yo sé que harías lo mismo por mí.

Sí. Mentir para salvarte. Haría eso, y mucho más.

Cuando crecimos, nos vinimos a La Ciudad, junta a Anna; tu prometida, y Tamao, la mía. Yo sabía que Tamamura te amaba a ti, al igual que la rubia. Empecé a sentirme despreciado, olvidado. Insignificante. Sí, en la escuela era deseando, incluso cuando niño, pero nadie me amaba.

Salvo tú.

Y entonces, empecé a cambiar. Mi amor por ti se volvió odio, desprecio, envidia. Eras todo lo que yo jamás sería. Pese a mi compromiso, empecé a salir con chicas, a separarme de ti. Rompieron mi compromiso: Estaba dañando a Tamao. Y me desheredaron. Todas las esperanzas estaban puestas en ti.

Y entonces, apareció Ren, que se volvió más amigo tuyo de lo que yo era. Y tu amor de hermanos pasó a él, al no encontrarme allí para recibirlo. Lentamente, me olvidaste. Pasé a segundo, tercer plano. A ser la vergüenza con que cargabas.

Nunca perdonaré a Ren por eso. Me propuse destruirle la vida, quitarle lo que más quería, tal como él me había quitado lo mío: Yoh. Él perdería a Horo-Horo.

Con el peliazul nos hicimos mejores amigos. Y en mi plan de enamorarlo, traspasé la imagen de mi perdido hermano a él. Solo que como no éramos familiares, fue distinto. Me convencí de amarlo, cuando mi cariño era para Yoh. Del amor de hermanos, los celos, al amor y odio obsesivo, carnal, físico, posesivo.

Estaba dispuesto a matar si era necesario. Pero Ren debía sufrir en vida.

Fue entonces, cuando había perdido todos los escrúpulos, que empecé a salir con Jeanne, por aburrimiento.

Yo la maté. La asesiné a sangre fría. Porque quise.. Porque no la aguantaba. Porque ese día, mientras los espiaba, vi a Ren ya Horo-Horo haciendo el amor. Y el chino bastardo se veía tan feliz, abriéndose de piernas…

Ahora, destruiré a Ren, por todo lo que me ha hecho. Y me quedaré con Horo-Horo. Y es que es tan igual, y al tiempo, distinto a Yoh… Da igual si Denai me lo arrebata después. Mi objetivo es Ren…"


-¡Ya llegué!
-Que bien.
-Qué diablos haces levantado, Ren? Te dije que…!
-Lo sé, lo sé, pero quise darte una sorpresa. Preparé la cena.
-Oh, no era…

El teléfono interrumpió la plática. El Ainu contestó, sin haber notado el brillo distinto en los ojos de "Ren"; sin tener idea que con quien hablaba era Denai.

Era Pilika. Finalmente, la chica había decidido hablar. Le rogó a Horo-Horo que se juntaran al día siguiente, con todos los chicos, Ren incluído, en su departamento. Su primo aceptó, creyéndolo reunión social. Al colgar, se lo comentó a Denai.

"Una sola noche, Horo-Horo. Esta será la última que creas pasar con Ren, la primera conmigo. Y después de eso, hablará la mocosa. ¡Oh, cómo llorarás, Horokeu, al descubrir la verdad sobre tu amado Ren! Casi no puedo esperar. Finalmente, comienza mi venganza"

Y poniendo una mirada inocente, le sonrió a Horo. De improviso, lo abrazó.

-¿Qué te parece si mejor olvidamos la cena, y nos vamos directo al cuarto? No es que menosprecie tus dotes de cocina, pero…. –Preguntó el Ainu.
-Me parece perfecto.

Denai apegó sus cuerpos, y besó con fiereza al norteño, como jamás lo hizo Ren. Mientras, el otro joven lo dirigía a la alcoba. Entre besos, el extranjero de ojos dorados sonrió al ser tirado en la cama, encontrándose con esa bestia en que Horo-Horo se convertía por las noches hace un mes.

Suspiró entre risas al ser despojado de sus ropas, y más aún cuando luego lo invadió el de cabellos azules.

"Ren"

… Y ni las voces, que ahora mismo lo asolaban tanto a él como al chino, y que tanto lo debilitaban, serían capaces de arruinarle el momento.

-Ren, Ren, tú eres mío¡mío! Y ni si quiera cuando lo desees, podrás librarte de mí. Me perteneces... para siempre.


(Mordred's Song– Blind Guardian)

¿Qué tal? Se solucionaron algunos dilemas, como la motivación de Hao contra Ren. No fui capaz de matar a Yoh. No aún… Vamos, quiero sus opiniones. Quién es Denai? Cuál es el plan?

El título del capítulo va por que está formado por una serie de POV's, de los cuales, el más importante, a mi parecer, es el de Hao, ya que explica muchas cosas. En el próximo capítulo, se verá un poco las motivaciones de Denai, y el climax de los sucesos de La Ciudad. ¡No dejen de leer porque ya se acerca el final! Y tampoco olviden dejar…

¡Reviews, Reviews, Reviews!

Espero su apoyo, y no se pierdan…

Saludos,

Vickyng.