Shaman King.
--- Cacería en Colores ---
Capítulo 2: -- Morado ---
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Nota de disculpa: No tengo excusa alguna que se tan buena, como para respaldar porqué no he seguido éste fic; simplemente no la tengo. Y por eso pido mis más sinceras disculpas.
Sé que muy poca gente lo lee, pero éste es un regalo para una amiga -Saya Asakura- a la que quiero mucho, y me parece que no tuve consideración al no seguirlo rápido. PERDóN.
Prometo hacer lo que esté a mi alcance para seguirlo. ¡Diox, lo prometo!
Muchas gracias, a aquellas personas que me dejaron un comentario; sin embargo, no puedo responderlos, gracias a mi bella PC. Oh! Ella sabe que la adoro.
Espero que les guste, éste próximo capítulo. (Sí, se aclaran las cosas xD) Y que le guste a Saya, la cual se fue de , quién sabe porqué, ya que era una gran escritora. A ver si me lo explicas.
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Tamao remojó por vaya-a-saber-Dios-cuanta vez el grueso pañuelo blanco, en el agua que contenía un balde, previamente helado por Horo Horo.
Con una calma mecánica, posó el pañuelo frío sobre la pálida frente de la señorita Anna, la cual yacía inconciente en el futón del joven Yoh. La pelirrosada acarició los cabellos rubios con ternura maternal, y una gran preocupación en su semblante.
La señorita Anna no había despertado en toda la mañana, y todos estaban muy preocupados; por no hablar de la cara terroríficamente sería, de la cual el menor Asakura hacía gala. Incluso Hao se había ofrecido a ir a la farmacia, en busca de la medicina para bajar la fiebre.
Pilika abrió la puerta del cuarto con delicadeza, a pesar de haberlo hecho con los pies, llevando consigo una bandeja adornada de una abundante comida, la cual la posó al lado de su amiga Tamamura.
-Debes alimentarte, Tamao.- Le dijo la Ainu sonriendo débilmente.- Yo me encargaré de Anna, mientras te hago compañía.
-Gracias, señorita Pilika.- Agradeció la compañera humana de Konchi y Ponchi, retirándose de al lado de la sacerdotisa, para empezar a comer. La verdad era que tenía hambre, y no se haría del rogar.
Pilika tomó su posición, volviendo a retirar el paño de la frente de la bella joven, mojarlo en el agua helada, y volvérselo a poner.
La chica del Norte no era la excepción a la preocupación general de los habitantes de la casa, por el estado de Anna. Ella sentía por la rubia una gran estima, rayando peligrosamente el de la hermandad; nadie la culpaba por estar tan preocupada.
Pilika había visto a Anna ésa mañana cuando se despertó, y la observó tan llena de energía como siempre. ¿Cómo fue que, de repente, apareció desmayada en el jardín? ¿Y por qué reía tanto? No lo parecía normal, incluso para su modo de vivir, ése caso era sospechoso.
La prometida de Yoh parecía la bella durmiente. No hacía ningún moviendo, parecía meramente dormida; no se quejaba, no sudaba, no fruncía el ceño, sólo tenía una fiebre altísima que no podían bajársela con nada, y las mejillas sonrosadas, gracias a la misma.
-Yo también creo que esto es muy extraño.- Le dijo Tamao rompiendo el silencio de la habitación, adivinándole el pensamiento.
-A buena hora que a Fausto se le ocurrió irse de vacaciones.- Suspiró la de largo cabello, con una mueca triste.- Si tan sólo estuviera aquí, las cosas serían un poco más sencillas.
-Tú lo has dicho.- Le respondió la chica de la tablilla- Creo que oí al Joven Lyserg decir que estaba haciendo lo posible por contactarlo; supongo que aún no lo encuentra.
-Pues, espero que lo haga pronto. No sabemos cuanto resista Anna ésta fiebre.
-La señorita Anna es fuerte; debemos confiar en los muchachos. Como dice el Joven Yoh: Todo estará bien.
-Todo estará bien.- Repitió Pilika inconscientemente, tratando de que la frase no se le fuera de la mente, y volvía a retirar el paño de la frente de Anna, para mojarlo.
La habitación, volvió a quedar en silencio.
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Los miembros del equipo de los Yohyohs, estaban sentados alrededor de la mesa del comedor, con una uniformidad de caras francamente preocupadas.
Ryu y Lyserg al lado derecho de la mesa; Ren y Horo Horo al frente de ellos, Chocolove e Yoh coronando las puntas. Todos paseaban sus multicolores ojos hasta la puerta cada cierto tiempo. Algunos se aventuraban a estudiar el semblante de seriedad que Yoh portaba. Casi daba miedo.
Sus espíritus acompañantes flotaban al lado de sus respectivos shamanes, guardando un respetuoso silencio que nadie pensaba romper. Todos esperaban a que Hao volviera con la medicina, para tener alguna esperanza de que la fiebre de la Itako bajara, o al menos despertara.
El menor Asakura, a pesar de sus ojos tristes, estaba consiente que tenían escasez de ideas, ya que las pocas que había surgido no parecían funcionar. Por más que Horo Horo enfriara el agua del balde, los ojos negros de su Annita no relucían. Y Lyserg había tratado toda la mañana y parte de la tarde, moviendo su péndulo de un lado al otro en un mapa, tratando de buscar a Fausto, teniendo un resultado totalmente frustrado.
Por último recurso, Hao se ofreció a sí mismo para ir a la farmacia a comprar medicina.
También habían intentado pasarle parte de sus energías al cuerpo de la rubia, pero nada funcionaba.
Necesitaban una solución y rápido, porque ya empezaba a desesperarse, y cuando eso pasaba pensaba con aún menos claridad. No necesitaba que le dijeran que sus amigos estaban igual de preocupados por Anna como para notarlo. Sentía que todos llevaban sus neuronas al máximo tratando de buscar alguna respuesta; o mínimo alguna pista para contactar al médico shaman.
¡Incluso Manta lo había llamado! Excusándose, diciendo que pronto estaría ahí, pero que por ese momento no podía escaparse de sus clases especiales, porque con una falta más: le suspenderían.
Y como sentía que necesitaba al pequeño genio.
Ryu fue el primero en suspirar derrotado, sintiendo como su cerebro se freía, y dejando que su cuerpo se fuera hacia atrás con suavidad, hasta acostarse en el suelo. Cerró los ojos con pesadez, y trato de volver a juntar trozos de su inteligencia ya fundida, para seguir pensando en cómo mejorar el estado de Doña Anna.
-Yoh, no te preocupes, ya encontraremos algo.- Le animó Horo Horo, posando su mano, sobre el hombro del flaco Asakura- O sino, encontraremos a Fausto, así tengamos que recorrer el mundo entero.
-Así es- Siguió Ren cerrando los ojos, y cruzándose de brazos-; tú eres el primero que dice que para todo hay una solución, así que espero, que no seas el que pierda la esperanza, ¿de acuerdo? O me harás golpearte.
-¡Cierto, pue'! Además, con esa cara largota, no harás na'a más que hacerte feo.- Chocolove sonrió, colocándose las manos sobre su morena nariz instintivamente, sólo por si acaso alguna lanza de la familia Tao intentaba dañarla.
Yoh soltó una sonrisa sincera, y trató de relajarse un poco; casi no lo consiguió.
-Gracias, chicos.- Les dijo, suspirando- Es que pensar en lo que le pudo haber pasado... Yo…
-Pero no fue tú culpa, amigo Yoh.- El inglés tomó la palabra- Volvamos a mandar a nuestros espíritus a que den una vuelta, para buscar a Fausto.
-Cierto.- Habló Ryu todavía acostado en el suelo- ¡Ya oíste Takagueroh! ¡Esfuérzate buscando a Eliza!
Y como si todos los espíritus hubieran recibido la orden del fanático de Elvis, salieron rápidamente a buscar al doctor, o en su defecto, a su compañera.
-Espero que ésta vez sí lo encuentren.- Pensó el chino en voz alta.
-Sí…- Apoyaron algunos más.
Ryu dejó estirar sus brazos, sobre su cabeza. Se sentía cansado y a la vez, decepcionado de sí mismo, por no ser de gran ayuda, para Don Yoh. ¡Él quería ayudar! Así que volvió a estudiar la situación una vez más.
Sin embargo, un ligero moviendo salido de la puerta que daba a la cocina lo distrajo. Parpadeó varias veces, al darse cuenta de que era observado por algo tan pequeño.
-¡Oh, miren!- Dijo mientras se levantaba del piso, y se movilizaba hasta la puerta de la cocina.- Habrá que fumigar la pensión, no sabía que aquí había ratones.
En efecto, todos miraron la mano del de espada de Madera una vez la elevó. Un gran ratón era sujeto por la cola entre sus dedos, mientras éste se retorcía tratando de escapar. Dejó salir una pequeña risita, mientras que pensaba en devolverlo al jardín.
No obstante, a penas dio un paso, sintió un terrible dolor en la palma de su mano; con rapidez soltó al ratón, al darse cuenta de que lo había mordido.
-Maldito ratón de la…
Pero no terminó la oración, porque de pronto, todo su cuerpo se tensó, los brazos dejaron de responderle, mientras que sus rodillas cedían ante tanto peso muerto.
-Morado…- Susurró al darse cuenta, de que sus ojos no captaban otro color que no fuera la unión entre el rojo y el azul.
Podía ver el semblante de todos sus amigos, totalmente confundidos, pero bañados en el color mencionado.
De repente, dejó de pensar, y ése hecho le dio mucha risa.
-¡Jajajajajajajajajajaja!... ¡Y todo es morado! ¡Jajajajajaja!- Sin más, súvitamente, cerró los ojos, y cayó al suelo con un fuerte golpe.
Durante infinitos segundos, pensaron que Ryu se había vuelto totalmente loco, por no decir psicópata, sin embargo, Yoh fue el primero en reaccionar.
-¡Eso pasó!- Gritó corriendo hacia su amigo desmayado, tomándole el pulso.- ¡¡Eso mismo le sucedió a Annita!! La risa, el desmayo… ¡Fue así! ¿Lo recuerdas, Horo Horo?
-Entonces,- Empezó el Ainu, frunciendo el entrecejo, oyendo como muchos se levantaban, con la intención de auxiliar al antes mordido- ¿el culpable es el ratón?
La voz del mayor Asakura, se hizo presente en la sala, haciendo obvio que había vuelto a casa, con la medicina.
-¿Un ratón? ¿Quieren decir que ése ratón también mordió a Anna, y la contagió de quién sabe qué?
Yoh observó a su gemelo, con ojos de desconcierto, pensando lo mismo que Pilika había pensado hace unos momentos: La situación era demasiado extraña, aún en la casa Asakura.
Pronto, todos juntos estaban levanto el cuerpo de Ryu, para trasladarlo al mismo cuarto, en donde la Itako reposaba.
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Fin del capítulo 2.
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Notas:
xDD Bueno! Yo dije que salió de Discovery Channel… ¿qué esperaban? n.nU
Bien, aquí el segundo capítulo, y el caído fue el cheverísimo de Ryu. Pobre del shaman que me cae tan bien, pero ya veeen! XPP Tengo que eliminarlos poco a poco! 9.9U
Ya saben que es un ratón el que causa todo, ahora empieza la cacería.
Por cierto, pido disculpas por los fic de ésta sección que no he continuado (0,5 -1 es 1 ÷ 2: La mitad- y Lyserg; Detective privado), el propósito de Petra éste año, es terminar lo que tiene pendiente, o muy a mi pesar, no la dejaré publicar más nada. Así que disculpen: trabajaré duro.
Bueno, cualquier cosa, ya saben mi e-mail. (Sino, está en el primer capítulo. Es que hace tanto que no publicaba, que aceptaba el "arroba" XD)
Nuevamente: perdón por la tardanza, y perdón porque si a ver bien vamos… el capítulo quedó maloso n.nU
¡Gracias por leer!
¡No te pierdas!
Zelshamada.
