Sí, necesitaba publicar esto.


Dos almas rotas, un solo corazón

(Asushin)


La luz de la sala de interrogación calaba al único ojo visible de la joven Asuka Langley Shikinami. La pobre se encontraba en una habitación carente de vida pese a que había más personas acompañándola. Frente a ella se encontraban los dos líderes de NERV Japón, siendo uno de ellos el padre de Shinji.

Gendo, quien había recibido de parte de la ONU la tarea de acabar con la amenaza de los ángeles, se encontraba analizando la situación que se le había presentada hasta hace poco. Desconocía por completo las causas de la aparición de una especie de portal en el cielo, pero con lo que había visto a lo largo del último año, podía creer en lo que le pusieran frente a él. Con sus manos cruzadas, miró el rostro carente de emociones de la niña quien había concluido con la serie de preguntas que le habían hecho sin hacer que el detector de mentiras que le pudieron se disparase.

—¿Y bien, Ikari? ¿Ya puedo retirarme?

—¿Cuáles son tus intenciones con mi hijo?

—Eso solo le concierne a mí y a su hijo.

—Soy tu superior.

—Hace tiempo dejaste de serlo y a ti no te importa tu hijo, así que deja de preguntarme eso.

Shikinami estaba tranquila, pero sus palabras estaban cargadas de advertencias que no pasaron desapercibidas por las personas que la acompañaban en aquella habitación.

—Puede llevársela, doctora—Gendo ya había terminado su compromiso con la niña.

—Entendido.

La doctora Akagi caminó directo hacia Asuka en compañía del jefe se la sección 2, Ryo Kaji. Ambos adultos la escoltaron fuera de la sala de interrogaciones dejando solos a los jefes de la rama de NERV Japón.

—Esa niña se comporta muy diferente a la joven Soryu—dijo Kozo con un tono sereno, pero lleno de intriga por lo poco que pudo ver en la niña—. Sin duda, sacó a relucir una parte importante de su actitud con esa última pregunta que hiciste.

—Es evidente que ella siente algo por mi hijo—declaró Gendo, observando los papeles que la doctora le había entregado sobre la joven Soryu—. Si ella es Asuka, significa que su vida es muy similar a la de ella—su dedo se movió sobre el papel hasta pegar con la foto de la compañera de su hijo.

—SEELE aún no sabe sobre esto, pero no tardarán en descubrirlo—declaró el antiguo tutor de Ikari—. ¿Deseas que la joven Shikinami se quede en el cuartel?

—Eso no será necesario.

Lejos de la sala de interrogaciones, en los vestidores, se encontraban conversando de manera amena los pilotos Soryu e Ikari. Su sesión de entrenamiento había sido interrumpida por la llegada de una cápsula de inserción desconocida que contenía a la piloto Shikinami. Ninguno dijo nada al respecto, pero ahora que estaban solos podían hablar al respecto.

—Dudo que sea un ángel, es más, dudo que sea un espía de alguna organización que desea acabar con NERV, Asuka—la voz de Shinji era tranquila, inusual si hablamos del mismo chico que se pone nervioso frente a una recién bañada Asuka.

—Yo sé que es difícil de creer, pero tiene sentido—para Asuka no había otra explicación que esas dos, aunque también estaba abierta a nuevas ideas—. Además, parece odiarme. ¿Cómo te puedes odiar a ti mismo?

—Bueno, yo…

—No me refiero a eso, Baka… ¡Y deja de menospreciarte!

—Lo siento

—¡No te disculpes!

Ambos niños parecían una pareja, solo que con roles invertidos. Ella parecía ser más el novio rudo en la relación; y él era la joven chica que siempre quería tener a su novio de lado. ¿Relación tóxica? Tal vez. El silencio reinó por unos momentos hasta que nuevamente Asuka habló.

—Shinji… ¿Te preocupaste por mí?

—¿Eh?

—¿Te preocupaste por mí? —Asuka volteó a verlo, notando entonces el ligero sonrojo que había en las mejillas de su compañero dándole así una idea de la respuesta.

—Y-Yo… bueno, me preocupas siempre.

No era la respuesta que ella esperaba, pero era una respuesta aceptable para venir de alguien que en la mañana hubiera corrido para evadir su cuestionamiento.

—Perdón por lo que dije hace rato—se disculpó con pena—, no eres tan idiota, Shinji.

—¿Gracias?

—¡Ya párate! ¡Hay que irnos, Baka!

—Espera, ¿Qué hay de Shikinami?

—No creo que la veamos en un rato.

—¿No debemos ir por ella? —Shinji sabía que debían ir a esperarla, después de todo era Asuka, no la suya, pero lo era.

Su adorada compañera puso una cara de pocos amigos y fue en ese momento que el joven Ikari se dio cuenta que lo había arruinado por completo.

—¡¿Acaso te gusta esa loca?! —la voz de la niña estaba cargada de ira—. Sí, es eso, seguro que te has enamorado de esa loca por la forma en que me trató.

—¡Eso no es cierto! —exclamó él—. ¡Solo que me preocupa tanto como tú!

Asuka estaba en verdad impresionada, era la primera vez que veía en los ojos de su compañero una llama de fortaleza que salía de esa mente débil que solía reinar en él. Por breves segundos sintió su sangre hervir, pero luego recordó lo que había dicho hace poco. Él se preocupaba por ella, se preocupaba por Asuka a su manera; él se preocuparía por ella de la misma forma que hace con su otro yo y eso se lo había demostrado al haber salido disparado tan pronto él dijo que escuchó su voz. Fue en ese momento que ella pudo recordar algo.

—Bien, no te gusta—dijo ella con un tono normal—, pero es obvio que yo soy la dueña de tus sueños. ¿O no?

—Y-Yo…

—¡Ja! ¡Es fácil saberlo, tercero! —ella no iba a decirlo, pero esa tartamudez de él al intentar evadir sus preguntas más personales la hacía feliz—. Tal vez te invite un día al cine, pero como pareces una niña, dejaré que uses mi vestido con unos tacones muy lindos que compré.

—¿Sí? ... ¡Quiero decir! ¡No! ¡No, gracias!

Para Asuka esto era divertido, pero la diversión debía acabar de momento ya que le cumpliría ese pequeño capricho a su preciado Baka.

Afuera de los vestidores, los dos niños se toparon con Ayanami quien se encontraba observando directamente un cartel donde se podía apreciar una leyenda que decía así: "¡La Gran Misato Katsuragi se mantiene invicta tras beber 24 cervezas en menos de cinco minutos. Redoblen sus apuestas el próximo viernes!".

Los rostros de los dos niños que vivían con la Mayor se habían puestos tan rojos como la Unidad 02. La poco tranquilidad que tenían en ese lugar se esfumaba con un simple pedazo de papel. Ninguno quiso hablar al respecto, después verían como tratar el problema de alcohol de su tutora. Ayanami, quien se encontraba confundida por las reacciones de ambos, fue invitada a acompañarlos por parte de Asuka lo que sacó de onda al chico debido a que ella solía ser muy áspera cuando se trataba de estar cerca de Rei.

El trío avanzó por las instalaciones de NERV hasta que llegaron a los rieles que los llevarían al estacionamiento donde se encontraba el auto de Misato. Asuka supuso que ella se hallaba ahí con su otro yo, pero aquella suposición podría errar, aunque deseaba en el fondo de su corazón que fuera así para no tener que ver el rostro amargado de su otro yo.

—Oye, niña modelo—habló Asuka, rompiendo el silencio que había entre los tres.

—Me llamo Rei—respondió Ayanami con un tono monótono.

—Sí, lo que digas. ¿Sabes algo acerca de mi otro yo? —Soryu en verdad esperaba que su compañera en armas supiera algo de su otro yo—. ¿Sabes si algo le iba a pasar a ella?

—Los interrogatorios bajo la supervisión del comandante Ikari son de carácter confidencial. Ni siquiera yo puedo saber lo que sucede detrás de las paredes de aquella habitación—declaró Rei con la misma emoción de siempre.

Asuka decidió no seguir con esta conversación que llevaba a ningún lado.

Ya fuera del transporte, los tres se encaminaron rumbo a un elevador que los llevaría a la última sección donde se encontraba el estacionamiento del personal. El silencio nuevamente reinó en el lugar y la mala música que habían escogido para el aparato hacía que solo se sintiera pena entre los pilotos, bueno, entre Asuka y Shinji. Tan pronto llegaron al último piso, una mancha azul fuerte apareció frente a los niños quienes supieron de inmediato que se trataba de Misato.

—¿Transporte? —preguntó ella en broma.

—¿Contigo? ¡Ni de broma! —contestó Asuka, sonriente de la actitud que había tomado.

—Entonces puedes esperar a Kaji-san e irte con él, pero te advierto que va tú otra yo con él y por lo que vi hace rato, te dio una buena paliza.

Un fuerte sonrojó adornó el rostro de la segunda niña quien ante la pena, tomó asiento en la parte trasera del vehículo sin decir más. El joven Ikari sabía que esto sería el inicio de una tarde pesada decidiendo entonces subirse a la parte trasera del vehículo en compañía de su amiga con el fin de que no se sintiera traicionada por intentar ir con Misato en la parte delantera del automóvil.

Para sorpresa de los dos niños, Ayanami también subía al auto y fue entonces que Misato reveló que los llevaría a comer a un restaurante para celebrar los puntajes que los tres habían obtenido durante el incidente del portal. Como era de esperarse, Asuka y Shinji celebraron ante este hecho, pero Ayanami no comprendía del todo lo que hacía felices a sus acompañantes.

—Tranquila Rei, pronto podrás entenderlo—dijo Misato en un tono calmado que hizo que Ayanami sonriera levemente—. ¿Lista para disfrutar de mi conducción? —aquella pregunta que soltó provocó que sus dos niños se quedarán como estatuas—. ¡A darle!

—¡Ayuda! —gritaron tanto Shinji como Asuka mientras se abrazaban clon fuerza e intentando contener sus almas que buscaban escapar de sus cuerpos.


El viaje de Asuka Langley Shikinami había sido tranquilo, al menos a su parecer. La sección dos iba con ella en dos vehículos que escoltaban al suyo y con ella iban tanto la doctora Akagi como Kaji. Nadie decía nada y simplemente se limitaban a estar en silencio mientras esperaban llegar a su destino.

Cuando el movimiento del vehículo se detuvo, los tres bajaron del mismo con el fin de ver el complejo habitacional al que habían llegado. Grande fue la sorpresa de Shikinami al verlo debido a la mezcla de emociones que sentía en ese momento y que la estaban consumiendo viva. Sus piernas se movieron por si solas y sin ningún tipo de indicación, entró dentro del edificio al que se le había asignado para estar viviendo.

—Parece ser que esa niña trae más cosas en su mente que la nuestra—habló Kaji con cierta intriga.

—Se parecen físicamente, pero hay grandes diferencias entre ambas—aclaró Ritsuko—. ¿Crees que sea buena idea el dejar que ella se quede sola en el departamento de Misato mientras no está nadie?

—Ella puede cuidarse sola—respondió el hombre de la barba mal cortada—, además, tenemos a la sección dos siempre vigilando.

Parecía que la confianza en Kaji nublaba su juicio algunas veces, pero en este caso, ella no podía estar más de acuerdo con la decisión que había tomado.

Dentro del edificio, Asuka se encontró con una imagen muy nostálgica para ella. No recordaba la última ocasión Ben que pudo estar en este edificio, cosa rara ya que era la primera vez según su lógica se lo decía. Cada puerta que veía le traía ligeros recuerdos que la llenaban con un júbilo que no sentía desde hace mucho tiempo. Tomó el elevador para llegar lo más rápido al piso del departamento que pertenecía a la Mayor Katsuragi, disfrutando un breve momento de la mala música que habían escogido para hacer sentir más cómodos a los usuarios que optaran por este medio.

Las puertas se abrieron una vez llegó al piso indicado y la imagen del lugar le había vuelto a ver recuerdos que parecían tan nítidos y que por breves segundos la hicieron creer que se encontraba acompañada de Shinji… su Shinji.

«Parece ser que me está afectando el haber llegado aquí. Debo descansar y procurar evitar que el maldito se descontrole en este mundo.»

Sus dedos tocaron su parche ante la espera de alguna reacción, pero no sucedió nada lo cual la desconcertó un poco. No le dio importancia de momento, pero debía tener en cuenta lo que había pasado con su ojo parchado y lo que podría significar.

Sin darse cuenta, ella ya se encontraba frente a la puerta del departamento de la Mayor Katsuragi. La puerta café y carente de brillo le daba una idea del posible estado en el que se encontraba dicho lugar. No quería ser pesimista, pero ya se daba una idea de lo que podía hallarse al otro lado. Giró el picaporte con lentitud, en espera de ser recibida por Shinji, lo cual sería lo mejor, o en el peor de los casos, por Soryu o Katsuragi.

Grande fue la sorpresa de Asuka al no hallar a nadie dentro. Todo el lugar se encontraba en desorden, pero era más un desorden de mujeres que del único chico que habitaba el lugar. Había bragas y blusas por todos lados, zapatos cuyos pares parecían inexistentes y mucho, pero mucho maquillaje tirado, así como chucherías las cuales daban un olor lleno de aceites al ambiente.

Quería vomitar por lo que veía, pero prefirió mantener la postura antes de hacer alguna ridiculez. Decidió no quitarse su Entry Plug en la sala por lo que se dirigió hacia una de las habitaciones. Su cerebro le era de gran ayuda cuando se trataba de recordar cosas sin importancia, pero ahora esto era una bendición para casos así. Se detuvo en medio de dos habitaciones, una que conocía a la perfección, al menos en lo que respectaba a ella; la otra pertenecía a Ikari Shinji y eso lo sabía, aunque el letrero de "adorable Shinji-kun" le daba la afirmación que necesitaba.

—Esa estúpida… —murmuró ella—. Me sorprende que seas una hija de perra en medio de esa fachada de mujer buena.

Había mucha ira cargada en sus palabras, pero estas no iban dirigidas a su otro yo, sino a la dueña del departamento.

Podía darse media vuelta e ingresar a la habitación que correspondía a su yo de este mundo, pero eso sería muy sencillo. Ella no deseaba ver la cama de la mocosa de Soryu, no, ella ansiaba ver la cama del chico que la salvó. Justo cuando abrió la puerta, una serie de imágenes golpearon su mente. Su cerebro dolía, pero ella podía ver con nitidez lo que le estaba mostrando su atrofiada imaginación que buscó hacerla revivir un pasaje de su vida en dónde aguardaba la llegada del chico para darle una cena especial.

«¡Maldita sea! ¿Acaso tengo que revivir esta mierda cada vez que me sienta feliz?»

Los recuerdos pronto cesaron y una vez más retomó su compostura.

Ya estaba agobiada por todo lo que había vivido y su cuerpo exigía descanso. Llevó sus dedos hasta un botón el cual presionó, haciendo entonces que su traje se expandiera ligeramente lo que le permitió salir de él para quedarse nuevamente desnuda. Ella había cerrado sus ojos, no quería ver su cuerpo lleno de heridas hasta tiempo después.

La cama en la que dejó caer su cuerpo pertenecía a Shinji y un sentimiento de soledad la hizo querer estar abrazada por ese chico tonto que en su mundo había hecho cosas inimaginables.

—Te necesito, Shinji.


Todos habían llegado finalmente a su destino, Rei había sido llevada a su departamento, por lo que no se encontraba en compañía del peculiar trío que vivía como familia. Misato, quien hasta ese momento había estado hablando sobre otras cosas, tomó a Shinji del brazo para indicarle que hablarían después sin la presencia de la Segunda Niña que ya estaba cansada con todo lo que había sucedido.

Al llegar al departamento fueron recibidos por un sitio de guerra, cortesía de las dos mujeres que amaban ser consentidas por Ikari-kun.

—Olvidé que este sitio estaba patas arribas—comentó él con un aura deprimida.

—¿Lo puedes limpiar, Shinji-kun? —pedía Misato con un rostro lindo, igual que el de una colegiala pidiéndole a su novio que la mimara.

—No me queda de otra. ¿Verdad?

—¡Hurra! ¡Shinji-kun es el mejor compañero de departamento!

Asuka, quien hasta ese momento se mostró callada, decidió soltar un comentario con el fin de molestar a su tutora.

—Es bueno no, pero me pregunto si en verdad lo quieres como compañero de departamento, o como el hombre que tanto deseas tener y que no puedes—terminó ella con una sonrisa mientras tomaba una bolsa de papitas que había dejado con el fin de comerlas poco después.

Alguien debía filmar a Misato, ya que era la primera ocasión que un comentario de su querida alemana la había hecho sonrojarse tanto como su chaqueta. Ella intentó negar eso, pero cuando vio sonreír a su querido Shinji sintió que su corazón palpitaba más rápido.

—¡Oh! ¡Ya es tarde y debo dormir! ¡Hasta mañana! —y con esa despedida, ella salió del lugar dejando solos a sus protegidos.

—Parece ser que tengo una rival—murmuró Asuka con molestia.

—¿Dijiste algo, Asuka?

—Por supuesto que no, idiota.

Nuevamente el carácter explosivo de ella se mostró, pero no era nada del otro mundo.

El día de hoy había sido fuera de lo ordinario, más allá de lo que siempre hacían ante la presencia de un ángel. Asuka se quedó un rato en la sala viendo anime mientras Shinji terminaba de limpiar el desastre. Las prendas eran sencillas, al menos varias, pero se dio cuenta que muchas de ellas debían ir a su habitación debido a que Misato y Asuka no se terminaban de deshacer de todo aquello que no usaban.

—Oye, Kínder—llamó Asuka a su compañero con un tono más tranquilo que antes—. Me debes una salida.

Un fuerte sonrojo se apoderó de Shinji ante la idea de la segunda.

—¿Quieres salir? —preguntó él, dudoso de que ella en verdad le estuviera pudiendo eso—. ¿Conmigo?

—¿Acaso nombré a alguien más para salir? ¡Es obvio que contigo! —aclaró ella con un tono menos agresivo que de costumbre—. Y aunque en verdad te quiero ver con un vestido verde y esos tacones sexys que compre con tu tarjeta de crédito…

—¿Qué?

—Olvida eso, el punto es que en verdad deseo tener una cita contigo, solos, sin ningún tipo de juego—finalizó ella, cruzándose de brazos y viéndolo fijamente a los ojos.

Por primera vez en su vida, Shinji no sabía que decir al respecto. Usualmente no solía decir nada, pero siempre pensaba algo que pudiera decir en su momento, pero esta ocasión su mente estaba en blanco. ¿Por qué ahora ella se mostraba así? Aunque no era la primera vez, sentía que ella era sincera y que la respuesta que diera, definiría como ella lo viera a partir de ese momento.

—¿Y bien? —ella esperaba la respuesta de él.

—Yo…

—Tú…

—Quiero…

—¿Sí?

—¡Salir contigo!

Ya lo había dicho, no había vuelta atrás. Shinji cerró sus ojos ante la risa burlona que soltaría ella. ¿Cómo era posible que ella se fijara en él?

Justo cuando estaba a punto de abrir sus ojos, algo suave y caliente presionó sobre su mejilla haciendo que se sobresaltara una vez que abrió los ojos y se dio cuenta de que había sido un beso por parte de Asuka lo que lo había hecho sentir así.

—¡¿Eh?!

—Parece ser que no esperabas eso—Asuka estaba feliz por la reacción de su compañero—, pero creo que no puedo estar molesta del todo con la persona que se aventó a un volcán para salvarme. Solo no hagas tonterías.

—¿Eso fue un sí? —preguntó Shinji sin salir de su asombro y esperando confirmación de parte de su compañera a su propuesta.

—¿Anta Baka? Es obvio, te dije que sí—respondió con ligera molestia la alemana mientras se cruzaba de brazos—. Creo que debo enseñarte a cómo interpretar mis mensajes—dicho eso, ella se acercó a su bolso de dónde sacó una libreta la cual le entregó a Shinji.

—¿Y esto?

—Alemán básico, quiero que entiendas cuando suelo… ya sabes, exaltarme—las mejillas de Asuka se enrojecieron ante la breve explicación que daba sobre su actitud—. ¡Ni creas que hago esto por el simple hecho de que otra mujer vino aquí! ¡Ella no es Asuka!

Shinji estaba sorprendido por la actitud que su compañera tomó. Se limitó únicamente a asentir mientras tomaba la libreta entre sus manos, observándola de reojo notando así la caligrafía que se hallaba en ella. Tras esto, Asuka se despidió para ir a su habitación mientras el joven Ikari seguía procesando todo.

Una vez que salió de su asombro, retomó la limpieza del lugar y preparo todo para la mañana siguiente. Había muchas cosas que hacer, la mayoría tenían la etiqueta de sus dos compañeras. Tomando un descanso, se sentó en el sofá, agarrando algunas de las papitas que Asuma dejó después de la charla que tuvieron.

Todo parecía tan irreal y sin embargo, parecía que giraba en torno a él.

El tiempo pasó rápido y cuando se dio cuenta, ya había terminado de limpiar todo el departamento. Estaba feliz por lo que logró y al fin podría tomar su merecido descanso. Se fue rumbo a su recamara, tomando pasos silenciosos con el fin de no molestar al resto de los inquilinos.

Al abrir la puerta una imagen lo golpeó haciendo que por poco cayera al suelo. Frente a él se hallaba la joven parecida a Asuka, que también se llamaba igual; pero estaba desnuda en su cama, durmiendo de una forma que parecía un bebe a la espera de su madre.

—A-Asuka—llamó él a la joven por su nombre, intentando que esta se despertara de forma suave.

—¿Shinji? —Asuka estaba somnolienta y con un poco de esfuerzo se levantó—. ¿Cuándo llegaste? —preguntó en tono dulce mientras llevaba manos a sus ojos a fin de tallarlos suavemente.

—Hace rato, aunque no creí verte dormir aquí y… en ese estado.

—¿Eh?

—No traes nada puesto—señaló el chico, volteando su rostro a otro lado.

Tal vez fueron solo unos segundos, pero tuvo el tiempo suficiente como para contemplar tan bello cuerpo que la joven tenía. Los ojos de Asuka se abrieron de golpe y una fuerte pena la golpeó haciendo que se tapara de inmediato, rezando por no haber sido vista por el joven. Rápidamente tomó una de las camisas que el chico solía usar y se la puso, abrazándose ante el temor de que él pudiera ver su mutilado cuerpo.

—Y-Ya puedes voltear, Shinji Idiota—susurró ella, pero temiendo de que él haya visto de más.

El joven castaño agradeció y se giró para ver a la joven que había caído del cielo hace unas horas. Estaba tan confundido con lo sucedido que no sabía muy bien como entablar una conversación, a veces se preguntaba si en verdad era un idiota.

—Sé que tienes muchas preguntas que hacerme y en verdad deseo responderlas—la voz de Asuka pronto se encendió de nuevo con ese tono calmado que había usado antes con él—. ¿Crees poder darme tiempo en lo que mi mente se acopla a esto?

Ella pedía tiempo y él no era nadie para decirle que no—. Sé que es duro, pero no es necesario que me cuentes los detalles si no quieres—dijo él, tomando su reproductor de música.

—Créeme, en verdad deseo contarte todos los detalles después de que tu padre me interrogó—aclaró ella, haciendo énfasis en la palabra "padre"—. ¿En verdad nunca sonríe?

—A menos que sea para Rei, no—las risas de ambos pronto hicieron eco en la habitación, pero luego Shinji calló al recordar a sus compañeras que seguro estaban despiertas pensando en lo que sucedía. No quería ser grosero, así que le pidió amablemente a la otra Asuka que también bajara el volumen, accediendo a regañadientes—. Ellas no son tan malas y creo que debes saberlo.

—Hay muchas cosas que debo contarte, idiota; las cosas que ves no son como las pintan y yo no soy lo que parezco.

—Sé que eres Asuka, sé que me pediste ayuda y sé que había algo que nos permitió escucharnos.

Sus palabras habían traído ese hecho a la mente de la joven germana quien no entendía por qué sucedió aquello. No recordaba que eso sucediera de dónde venía, pero tampoco podía descartar cualquier detalle que tuviera que ver con los EVA o con su propia maldición con la que cargaba.

En un acto involuntario, llevó su mano derecha a dónde se hallaba su parche, maldiciendo por lo que había hecho.

—Ya me viste… ¿No?

—¿Eh?

—Seguro ya viste mi brazo y también el resto de mi cuerpo.

Las mejillas de Shinji adquirieron un color rojizo parecido al de la unidad 02. Por supuesto que lo había hecho, era imposible no ver aún con la poca luz ese cuerpo tan hermoso y que se hallaba reposando sobre su mueble. Se sentía culpable, pero era incapaz de negar que lo había disfrutado.

—Sí, lo vi; antes de que me llegues a matar, quiero decir que es un cuerpo muy lindo y tu brazo no tiene nada que envidiarle a Asuka, la otra, la mía… ya sabes lo que quiero decir.

El pobre chico cerró sus ojos ante la espera de su castigo, este nunca llegó y cuando descubrió la razón fue impactante.

Asuka estaba de pie mirándose en un pequeño espejo que tenía Shinji. Estaba impactada ante lo que veía, incluso cuando lo que estaba viendo era un cuerpo desnudo sin ninguna cicatriz. Estaba anonadada, su cuerpo se hallaba en un estado que no recordaba y su brazo derecho era uno normal de carne y hueso. Seguro era una ilusión y se pellizco, pero ante el dolor cayó en cuenta de que no era falso.

Su cuerpo que recordaba dañado estaba ahora intacto.

Shinji no entendía lo que pasaba, seguro era algo que ella conocía mejor y solo se limitó a observar. Como si hubiera sido llamada para batallar a un ángel, la joven que había estado frente a él salió corriendo con dirección al baño. La siguió con cautela, evitando que sus compañeras se dieran cuenta de lo que pasaba. Se sorprendió al ver cómo la joven Shikinami se retiraba su camisa y daba un vistazo a su bien cuidado cuerpo.

Era evidente que algo sucedió, él lo sabía, pero ella lo entendía mejor. Asuka pasó sus manos por su vientre, sus costados y su cara. Cada parte que veía de su cuerpo lucía normal y era semejante al de la joven Langley a la que había encarado hace rato. No había manera alguna de que existieran alguna imperfección en su piel, todo era normal y lo que ella buscaba eran los recuerdos de su pasado.

Finalmente se armó de valor y se dirigió a Shinji—. Quiero que me veas y me digas que estoy llena de horribles cicatrices.

—Yo… ¿Estás llena de horribles cicatrices?

—¿Eres idiota? ¡Te estoy pidiendo que examines mi cuerpo y me digas si tengo o no cicatrices horribles como las de Misato!

—No, no tienes y eso de Misato fue horrible.

—Ni me interesa la señora malhumorada que no puede tener sexo con un chiquillo.

—¿Qué?

—Nada, ahora dame tu mano—con un fugaz movimiento, Asuka llevó la mano derecha de Shinji por encima de su seno izquierdo—. Yo solía tener una cicatriz aquí. ¿Puedes sentirla?

—No, no siento nada salvo tu suave piel—respondió él con algo de pena—. ¿Tu cuerpo debía estar cubierta de ellas?

Las neuronas de Asuka estaban trabajando a más no poder. Intentaba recordar lo que había pasado antes de aparecer en este sitio, pero había muchas cosas que su mente parecía haber bloqueado. Sabía que algo tenía que ver con su llegada a este mundo y la posible conexión que tuvo con Shinji debía ser una especie de efecto ante lo que vivió.

—Baka…

—¿Sí?

—Duerme conmigo.


Y sí, Shikinami y Soryu se llevan mal. Más adelante verán como se desenvuelve su relación. De momento Asuka siente celos de que alguien, además de Rei, se robe la atención de Shinji.Asuka: Y tomaré eso personal—saca un cuchillo.Kurumi: Ara, estamos en la misma liga.