Capítulo 4
Enviada por Dios.
Infierno en los cielos.
Ritsuko Akagi, la jefa de operaciones en bio ingeniería en NERV Japón estaba bastante sorprendida. El interrogatorio de Shikinami había arrojado ciertas pistas sobre el mundo de dónde provenía. Muchas cosas encajaban perfectamente con ciertos aspectos que había trabajado en secreto en compañía del Comandante Ikari.
También estaban los informes médicos. Su genética arrojaba grandes diferencias entre Soryu y ella. No quería creerlo, pero existía la posibilidad de que esa chica ni siquiera fuera concebida de forma natural como sucedió con la Asuka de su universo.
—El informe médico menciona una gran concentración de LCL Alfa en su sangre, muy diferente al LCL Beta que usamos. —informó la teniente Ibuki con cierto temor— Solo Ayanami es capaz de soportar dicho LCL debido al largo tiempo que tiene entrenando para controlar a la Unidad 00.
—Es más que eso. —respondió Akagi de forma apagada a la vez que dejaba los papeles médicos sobre la mesa— Aunque ella es Asuka, al mismo tiempo no lo es, apenas y comparten la genética inicial.
Maya no entendía lo que su superior trataba de indicarle. No era una mente brillante como Ritsuko, pero lo que sabía sobre dimensiones alternas le indicaba sobre la posibilidad de la misma copia de individuos con las mismas características con cambios basados en ciertos aspectos ajenos a su biología.
—¿A qué te refieres? ¿Ella no es…?
—¿Por qué razón se llamaría Shikinami? —cuestionó Akagi a su protegida quien no entendió la finalidad de la pregunta— ¿Por qué decides cambiarle el apellido a alguien que debe compartir el mismo ADN con su otro yo de un universo alterno? Ambas poseen casi el mismo código genético, pero hay huecos que fueron rellenados de tal forma que necesitaban ser completados.
—La única forma de hacer eso sería mediante… —los ojos de la teniente se abrieron con horror ante la revelación que su maestra le había dado— El LCL Alfa fue desarrollado como un mutágeno que permitiera a un usuario controlar un Evangelion mediante una intervención externa, pero la única forma que funcione es la exposición desde una corta edad con la sustancia.
Por unos momentos Maya creyó que esto era un error. Aún cuando la genética había avanzado, el hecho de hacer algo como esto iba en contra de leyes establecidas por la ciencia tras los horrores cometidos por Japón en la Segunda Guerra Mundial y por la URSS en la guerra fría.
—Shikinami debió ser concebida en un ambiente lleno de LCL Alfa, cosa que explicaría una tolerancia a las dosis de radiación a la que estuvo expuesta y cuya cápsula no debió soportar a menos que estuviera dentro de una unidad Evangelion.
—En resumidas cuentas…
—Ella es un clon de otra Asuka.
Por primera vez en mucho tiempo Ritsuko abrió una cajetilla de cigarrillos. Tomó aquel que tuviera la textura más suave y lo prendió con ayuda de un encendedor que Kaji le había regalado hace mucho. No era normal que ella fumara, incluso esto pareció sorprender a su protegida.
Observó las imágenes de Asuka Langley Soryu y de Asuka Langley Shikinami. Tan iguales, pero tan diferentes. Esta era la prueba que necesitaban para una teoría como la de cuerdas, pero que en estos momentos no era para nada viable debido a la naturaleza de la guerra que libraban.
SEELE había jugado a ser Dios por mucho tiempo en el mundo y en respuesta Dios no envío a un ángel, sino a un ser que provenía de un infierno en vida.
—Dios si castiga dos veces.
Pasaron los días, todo había sido normal. Nuevamente se requirió la presencia de Shikinami para otro interrogatorio, solo que esta ocasión fue escuchada por la junta directiva de SEELE. El comité se había enterado de lo que había sucedido, dando lugar a una reunión de emergencia a fin de que esto no fuera un contratiempo en sus planes para llevar a la humanidad a un nuevo estado de grandeza divina.
Gendo Ikari reveló información sobre la niña, sorprendiendo a más de uno por la naturaleza de esta. Algunos miembros de SEELE se cuestionaron sobre ello. No había manera alguna de que ella estuviera en los planes de alguno de ellos. Sin duda el escenario previsto había cambiado y este era algo para tomar en cuenta.
—Ikari, sabemos que conoces la naturaleza de nuestra misión, pero esto está lejos del escenario previsto. —habló un hombre anciano con una vestimenta particular y diferente al resto de los presentes— El despertar de la Unidad 01 fue algo imprevisto, incluso me atrevo a decir que no estaba en tus planes o los nuestros.
—El costo de los daños provocados por tu hijo cuando su unidad despierta son peores, ni siquiera los bancos más importantes del mundo serían capaces de manejar semejante deuda.
—Sin hablar de los destrozos que la Segunda Niña Elegida provoca continuamente con sus fracasos… Para un alemán como yo, incluso a mí me daría pena estar junto a ella.
–Sin hablar de las constantes reparaciones de la Unidad 02 que la Segunda Niña Elegida provoca con su ineficiencia… Para un alemán como yo, su bajo desempeño como piloto y soldado es una deshonra.
El Comité no era un grupo de chismes. Todos habían recibido información sobre los fracasos que Ayanami Rei y Asuka Langley Soryu cometían durante los enfrentamientos con los enviados. Aún cuando llevaban casi una vida entrenando para esto, provocaban problemas que no eran fáciles de solucionar.
El Comité no era un grupo de chismes. Todos habían recibido información sobre el bajo desempeño de Ayanami Rei y Asuka Langley Soryu durante los enfrentamientos con los enviados. Aún cuando llevaban casi una vida entrenando para esto, provocaban problemas que no eran fáciles de solucionar.
—La niña nueva, aquella que salió de aquel portal debajo de la ciudad. ¿Dónde está?
—Se encuentra en camino al Geo Frente. —informó Ikari mientras daba una mirada rápida a su antiguo maestro— El escenario no ha cambiado, aún poseemos la capacidad de llevarlo a cabo, incluso con esta adición inesperada.
El comité se observó entre ellos. Entendían que esto era ajeno a las acciones pasadas de Ikari. Podían dudar, pero también podían confiar. Debían hacerlo, después de todo, es su hijo el catalizador de todo esto.
—Interroga a la niña. —habló el líder con voz fuerte mientras un holograma de ella aparecía en la mesa— Danos toda la información sobre Asuka Langley Shikinami y su relación con tu hijo.
Cada una de las imágenes de los miembros desaparecía conforme a su estatus en el comité. El último, Keel Lorenz, le dio unas palabras finales a su subordinado.
—Dios está en el cielo, pero no aquí.
Shikinami miraba los rascacielos de Tokio III desde el balcón que tenía el departamento de Misato. Habían pasado unos días y se sentía tan fuera de lugar en este mundo tan similar al suyo. Los recuerdos de sus anteriores batallas seguían frescos en ella, pero esas cicatrices parecían haberse ido junto con todo el mundo que conoció alguna vez en los años que Ikari Shinji estuvo lejos de la Tierra.
¿Se arrepentía? Lo hacía, siempre lo hacía. Jamás le explicó nada, ni dejo que hablara. Ella siempre dejó que su orgullo fuera más fuerte que su corazón. Había causado más daño de esa manera, incluso a ella misma.
Estar en un lugar tan familiar le resultaba irreal. Sabía que todo esto no era suyo, no pertenecía a este lugar. Entendía perfectamente que la Asuka de esta época o universo no era ella. Los apellidos eran diferentes y muy probablemente, también las infancias entre ambas fueran distintas. Podía intentar hacer todo de nuevo, cumplir la promesa que le hizo a Baka Shinji, pero él no estaba aquí.
—¿Dónde estás? —murmuró con melancolía.
Ella conocía la respuesta, no necesitaba más. Gendo al final los había engañado, cumplieron el objetivo de SEELE y permitieron a la humanidad perecer en un solo ser perdiendo así la individualidad por la que Kaworu y Ayanami lucharon durante los últimos días de vida de aquel lugar.
—¿Puedo pasar?
—Claro que puedes, Shinji.
Ikari Shinji, el de este universo, había llegado a su lado para acompañarla. Sabía perfectamente a que venía, lo conocía de cierta manera. Recibió los informes que solicitó de parte de Misato lo que confirmaba algunas ideas que tenía desde que la sacó de su cápsula.
—Es lindo ver un paisaje así, aún cuando los rascacielos sean algo moderno. —expresó ella con calma antes de voltear a verlo— No es necesario que me acompañes a NERV, sé cuidarme sola.
Su comentario no fue del agrado de Shinji y eso le encantaba.
—Conozco a mi padre, sé cómo es y…
—Es una mierda como padre, lo fue como esposo y lo será sin importar que título se le dé.
El castaño soltó una risa ante los comentarios de ella. Parecía qué si era Asuka después de todo, incluso cuando no era la suya. Tal vez el mundo de dónde venía estaba ligado al suyo, tal vez era una obra divina el que ella llegara ahí. No le parecía que fuera malo, al contrario, era una dicha tenerla con ella conviviendo con su Asuka y con Misato.
Su sola presencia y actitud hizo calmar los humos de Soryu; Misato no se quedaba atrás y también fue detenida muchas veces de pasarse de la raya con sus comentarios por ella. Algunos fueron muy hirientes, lo que llevaron a que él fuera a buscarla y consolarla, pero ayudaban a cambiar un poco la actitud decaída que llevaba un tiempo molestándola desde el ataque del ángel Zeruel.
—¿Te gusta Soryu?
—¿Eh?
—¿Acaso eres tonto? Te he preguntado qué si te gusta mi yo de este mundo.
La pregunta no tenía nada que ver con la conversación que iniciaron. Existían razones para realizarla, pero ninguna de ellas se podían dar en esta situación tan calmada y ajena a la naturaleza de la pregunta. Era su curiosidad por los sentimientos del joven Ikari hacia su Asuka.
—Ya lo sabes…
—Quiero que me lo digas como en aquella ocasión.
—¿Cuál ocasión?
Por un momento había olvidado que este no era su Shinji. Estúpido de su parte.
—De donde yo vengo hiciste muchas cosas temerarias, más de las que has hecho en este mundo. —no quería contarlo, no quería recordar cómo por su culpa su propio Shinji había fracasado en todo lo que intentaba hacer para remediar su mundo— Una de esas cosas fue lanzarme lejos antes de que todo acabara.
—¿A qué te refieres con eso último?
—Lo siento, no quiero hacerlo, fue tonto de mi parte y… —la mano de él tomó la suya con firmeza dándole una sensación cálida que no recordaba sentir desde aquella ocasión en que se las ingenió para ir a la cama de su Shinji una noche para saber lo que era la calidez humana— ¿Qué crees que haces? Esa no es forma de tratar a una chica como yo.
Y ahí venían las disculpas de él, siempre apenado por lo que hacía. Sin embargo, esto no fue así.
Él seguía firme, casi tanto como su otro yo de dónde provenía ella. Había pena en su rostro, pero seguía viéndola a sus ojos. Este no era el típico Baka Shinji, no, era diferente. Tal vez había sufrido, sabía que lo había hecho. Él sacrificaría su salud por ella, por ellas.
No quería creer en lo que esos informes decían sobre él. Negaba la posibilidad de que eso fuera real. Nunca había sucedido con ella, jamás vivió esa experiencia.
—¿Por qué la salvaste si te maltrata? —esa era la pregunta que tanto resonaba en su cabeza como en su corazón. Deseaba con tanta desesperación entender cómo él sacrificaba su vida por la perra de Soryu. ¡Ella quería saber por qué su Shinji jamás hizo algo así! —¡Dime por qué esa zorra es tan importante! ¿Por qué pones tu vida en peligro sabiendo que eres más importante que ella? —para este punto sabía que no había marcha atrás. ¡Quiero que me digas por qué mi Baka Shinji salvó a Ayanami, pero no hizo nada por mí! ¡Quiero saberlo!
Odiaba recordar eso siempre. Le asqueaba recordar la naturaleza de la Primera Niña y lo que significaba para Shinji. Su corazón se había roto al ver cómo él la había intentado salvar de Zeruel mientras a ella la dejó morir a manos de su Unidad Evangelion.
No había podido superar esa parte de su vida, no lo haría. Ese cariño que sentía por él, esos años que había pasado esperando por regresar con él. ¡Al diablo con la diferencia de edad! ¡Ella era una niña! ¡Seguía siendo una niña!
Anhelaba una vida de la cuál fue privada, una que no le pertenecía. No importaba si alguien más entraba con ella a hacerle compañía, su corazón siempre recordaría a la primera persona que conoció y de la cuál se enamoró. Quería saberlo, necesitaba entender si alguna vez él la amó cómo ella lo hizo por tantos años.
Anhelaba una vida de la cuál fue privada, una que no le pertenecía. No importaba si conocía a alguien más para que le hiciera compañía, realmente intentó encontrarlo, pero ni siquiera llegó a besar a otro, su corazón no se lo permitió, pues siempre recordaría a la primera persona que conoció y de la cuál se enamoró. Quería saberlo, necesitaba entender si alguna vez él la amó cómo ella lo hizo por tantos años.
—Lo siento. —fue la simple respuesta que él podía darle.
No podía culparlo, él no era su Shinji. Él era el Shinji de Asuka Langley Soryu.
Antes de poder disculparse por sus acciones, sintió como era abrazada por el chico. Solo pudo experimentar esto una vez, cuando se despidieron, cuando él la había enviado a este sitio. No quería que esto acabara, no quería perder esta ocasión en dónde solo era ella y él.
Sus ropas olían como aquella última vez que lo vio ante de la existencia de WILLE y NEO NERV. Era el mismo aroma aburrido que siempre buscó y que solo estaba en los cielos, privado de cualquier regreso. Fueron los deseos egoístas de la gente junto a su hipocresía lo que la ayudo a volverlo a ver. Aquella vez cometió un error.
—Lo extraño, extraño a mi Baka Shinji. —su voz estaba quebrada, rota por recordar la forma en que trató ese tema por mucho tiempo y la manera en qué terminó— Quiero verlo, quiero regresar con él.
—Asuka…
—Quiero decirle que lo extrañé, buscar cocinarle esa cena que jamás pude darle… lo extraño, la idiota de Mari tenía razón y el cuatro ojos de Kensuke siempre me lo dijo.
Por mucho tiempo había evadido su realidad. Siempre orgullosa de quién era, pero temerosa de quién podía llegar a ser. Su corazón había acumulado una rabia que no debía de existir y que solo vivía debido a su tonta humanidad. Los errores, sus errores, finalmente la habían condenado.
Desde el marco de la puerta se encontraba Misato escuchando todo lo que la niña pudo soltar antes de quebrarse. Había venido por ella para llevarla ante el comandante para un nuevo interrogatorio, pero al verla tan abierta y temerosa en los brazos de Shinji-kun le hizo cuestionarse si era lo correcto.
Solo había visto a su Asuka en este estado una vez y eso fue hace ya un tiempo, tiempo en el que su niño fue consumido por su propio Evangelion por regresar a una guerra la cual no le tocaba luchar, pero que debía hacerlo. Se sentía asqueada ante la idea de que muy en el fondo, esa ira que tenía Shikinami en su corazón hacia todos, estaba justificada.
Decidió dejarlos a solas un tiempo más antes de partir al Geo Frente. Asuka había salido con Hikari para despejar su mente de todo lo que había sucedido en los pocos días desde que la otra germana había llegado. Finalmente entendió que para su niña también era duro todo esto. Alguien más había llegado, opacándola y dejándola fuera de todo lo que había logrado. Conocía un poco más sobre Asuka gracias a su viejo amor colegial, pero la niña ocultaba más cosas. Era igual a Shikinami, pero algo las hizo tomar rumbos tan distintos que parecían dos sombras paralelas que ansiaban tocarse para mitigar este dolor.
—Sé que me odias, puedo verlo en tus ojos. —dijo Misato para sí misma mientras tomaba una silla de la cocina para sentarse y poder pensar mejor las cosas— Creo saber la razón, Asuka jamás me llamaría perra con un odio real, pero al menos mi otro yo de dónde provienes te hizo más daño, uno que quiero reparar.
Aún cuando no tenía nada que ver con Shikinami, el corazón de Katsuragi había tomado una decisión. Entendía perfectamente las consecuencias que vendrían, después de todo, ella estaba luchando contra SEELE con la ayuda de Kaji. Si ella sabía lo que existía detrás de todo, aunque fuera en otro universo, le daría el gusto de llevar ante la justicia a los criminales que siempre triunfaban por el poder.
Shikinami estaba nuevamente frente a Gendo. Sabía bien que en la oscuridad que la rodeaba estaban los monolitos de SEELE. Se encontraba desnuda frente a los hombres más poderosos del planeta y que llevaban consigo el destino de la humanidad como si fuera un broche que se pone todos los días.
—¿Quién eres y de dónde provienes? —el silencio fue roto por el comandante iniciando así el interrogatorio— Responde.
—Mi nombre es Asuka Langley Shikinami, piloto de la Unidad Para Producción Masiva EVA-02 de diseño Alemán. —respondió ella con voz tranquila sin siquiera sentir pena por no tener ropa puesta— Provengo de Alemania Unificada, de Berlín bajo la tutela de NERV Alemania.
—¿Cómo llegaste a Japón?
—Mediante un traslado aéreo para combatir en la Guerra Humano-Ángel que se libra desde el año 2015.
SEELE confirmaba sus sospechas. Gendo sabía que ella hablaba en un tono pasado, enfatizando su origen sin siquiera decirlo. Había cosas que necesitaba conocer, pero como aquella ocasión, no las conocería. Ella sellaría ese conocimiento para sí misma.
—Entiendes que eres igual a nuestra piloto designada por MARDUK, ¿Verdad?
—Lo entiendo perfectamente, aunque yo no soy ella.
—Comparten un origen en común. —Ikari sabía que la doctora Akagi escondía algo sobre la naturaleza de la joven, lo podía ver perfectamente en su cabello y en su mirada— O al menos Soryu lo comparte con la original.
Los ojos de Shikinami se abrieron ante dicho comentario. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien lograba atravesar esa coraza que había construido para mantenerse tranquila. Sabía que el Comandante Ikari no era un tonto, pero darse cuenta de su naturaleza era algo que solo Ayanami Rei II y Nagisa Kaworu le han dicho, de la misma forma calmada y serena que Gendo.
Esto no pasó desapercibido por SEELE y Fuyuutsuki. No tenían idea de que Ikari preguntaría algo así, pero recordaba que él era genetista y de alguna manera entendía esto más que ellos.
—Cuando nacemos, heredamos características únicas lo cual es un hecho irrefutable, sin embargo, también podemos llegar a crear vida de manera artificial. Los códigos genéticos son únicos, pero con el tiempo, estos se deterioran si se da el mismo código en generación tras generación. Por esa razón la endogamia acabo las Austrias.
Asuka sabía a dónde iba todo esto, fue muy tonta la olvidar que él era genetista. La concepción de Ayanami, su perfección como recipiente de Lilith. Nada había sido dejado a la suerte.
—La única manera de que esos cambios sean tan notorios es que el individuo naciera de fertilización in vitro o bien, que el individuo en cuestión no sea más que una huella de código replicable bajo una misma plantilla. —Ikari no tenía piedad con nadie, todo el mundo tenía una debilidad que terminaba por salir a flote tarde o temprano— Cuando hicieron estos estudios, notaron la presencia de LCL sub tipo Alfa-AA. Dicho componente solo se encuentra en individuos que formaron parte de un proyecto para la restauración humana tras el segundo impacto, pero todos ellos deben estar muertos para este punto a menos que el individuo en cuestión pasara años entrenando en un ambiente controlado con LCL Beta usado en las Unidades Evangelion.
Finalmente, Gendo Ikari había acabado con la calma de Asuka Langley Shikinami. Sus labios se curvearon en una sonrisa apenas visible para Lorenz y su antiguo tutor. La naturaleza de la chica había sido revelada, su fracaso intentando proteger aquel secreto la había regresado a la realidad. Este no era su juego, no era el juego de SEELE o de Lorenz, no, este era el juego que Ikari jugaba desde hace años.
Y ella había perdido sin siquiera intentarlo.
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Tú no eres Asuka.
Yo no soy Asuka.
Asuka ha muerto.
