Capítulo 7
La semilla de Kyoko I
―Shinji...
― ¿Sí?
― ¿Le dirás a Soryu lo que sientes?
―Sí, eso haré
―...
Por segunda ocasión Shinji durmió junto a Shikinami quien después de encontrarse con él en el baño se quedó a su lado hasta que el sueño finalmente la venció. Desde que la vio siempre se la imaginó como otra Asuka más que intentaba demostrar ser la mejor, pero con el tiempo logró ver cómo era sin aquella fachada de chica fuerte con la que se mostró en un inicio.
Observando el reloj de la sala, notó como las manecillas casi indicaban las siete de la mañana. A esta hora ya muchas personas se iban levantando para trabajar en la ajetreada ciudad y eso incluía al turno matutino de NERV en el cual entraba su padre y gran parte de los empleados con los que convivía cada día.
Por un momento se imaginó a Shikinami caminando entre los pasillos del Geo Frente lista para abordar la UNIDAD 01 mientras iniciaba una competencia con Asuka para demostrar su liderazgo. Era curioso, pero aquella escena le resultó particularmente graciosa tras imaginarse como ambas formaban una alianza momentánea para llamarlo Baka Shinji.
—Estoy seguro de que él te cuida, Asuka—comentó Shinji antes de levantarse de su sitio observando con cuidado como dormía su nueva compañera de piso.
—Mamá… —murmuró Shikinami entre sueños sorprendiendo al castaño.
No era la primera vez que escuchaba algo así. Aquella noche que compartió cama con Asuka pudo escuchar aquella palabra provenir de sus labios temblorosos a la vez que unas lágrimas se asomaban a través de sus cerrados ojos. ¿Acaso ambas compartían un pasado similar?
—Asuka… ¿Extrañas a tu madre? —con sumo cuidado apartó algunos mechones de cabello que cubrían el bello rostro de la germana. Algo en su interior le decía que tenía que estar con ella, cuidarla no sólo de su padre sino de si misma.
El interrogatorio que ella tuvo tenía otro fin. A pocas horas de la llegada de Shikinami, su padre había ordenado uno igualmente, pero este si era necesario puesto que la presencia de una persona similar a Asuka dejaba desprevenido al contingente que monitoreaba el Geo Frente. De no ser porque pudo escuchar su voz a través de su mente lo más seguro es que su padre la encerrara en una celda para después despojarla de su humanidad.
—Voy a preparar el desayuno, el de ambas—comentó en voz baja sabiendo que ella entendería el mensaje una vez despertara.
Tras eso tomó sus cosas y salió de su habitación con dirección a la cocina en espera de encontrar los víveres intactos. De verdad no ansiaba salir de su hogar para traer más, después de todo esa era la única tarea que tenía su tutora. Tal vez debió seguir las instrucciones de la doctora Akagi en estos casos, pero el recordar como se puso Misato tras escuchar cómo se referían a ella provocó que tomara la decisión más temeraria al dejar toda la responsabilidad en manos de una mujer que tomaba cerveza como si se tratara de agua.
No tardó mucho en encontrar en los ingredientes. Debía agradecerle a Dios por haber guiado a Misato en esta tarea, después de todo no era fácil para ella estar concentrada con tanta comida chatarra que la llamaba una vez llegaba a mostrador. Tras unos minutos cortando algunas cosas, la primera parte de su comida se encontraba casi terminada.
Esta ocasión no serviría arroz. Aquella voz en su cabeza le gritaba que debía preparar una comida más occidental. Haciendo uso de los servicios de Internet que él pagaba debido al gasto de su tutora, buscó algún vídeo de cocina con referencia a la comida oriunda de Alemania encontrándose con varias recetas pintorescas, pero cuyo común denominador era la salchicha germana.
—Me faltan ingredientes—masculló él tras darse cuenta de que a lo mucho podía preparar una comida semejante a la que daban en las cadenas de comida rápida—. Bueno, se trabaja con lo que tenemos a la mano.
De inmediato tomó un par de huevos los cuales depositó en un recipiente hondo. Procedió a batirlos lo más rápido que pudo, pero sin pasarse del límite de consistencia que buscaba. Tras esto, tomó el recipiente para después dejar caer su contenido en un sartén que previamente había engrasado con mantequilla. El sonido del aceite cocinando el huevo era casi una sinfonía para sus oídos y de estar Asuka a su lado, lo más seguro es que se quedara en una silla en silencio mientras apreciaba la peculiar belleza en la preparación de alimentos.
No tardó mucho en alistar todo, al fin y al cabo, sólo eran un omelette de huevo con jamón y queso que además llevaba un poco de tomate y cebolla que previamente había picado para darle aún mejor sabor al desayuno. Apenas y necesitó media hora para terminar de preparar todo, incluido el café el cual Asuka prefería de olla.
—Ya quedó.
—¿Por qué siempre me levantas con un desayuno?
—Porque sé que es lo primero que buscas—dijo Shinji girándose para encontrar a Asuka, su Asuka, usando una camisa muy familiar—. Momento, ¿Esa no es…?
—Me pareció una falta de respeto de tu parte el darle una camisa a una impostora como ella—declaró la pelirroja con un aire de orgullo el cual provocó una pequeña risa por parte de su adorado Baka Shinji—. ¿Qué? ¿Acaso prefieres que ella use tu ropa a tu bella compañera que siempre te cuida?
Shinji iba a responder, pero tras ver la mirada molesta de Asuka prefirió mantenerse callado para salvaguardar su integridad.
—Bien, me alegro por esa respuesta—tras eso ella tomó asiento en la mesa observando de reojo como él preparaba todo con una pasión tan suya que le generaba ciertos celos al tener que compartirlo con su moralmente cuestionable tutora—. ¿Yo seré la primera?
—¿Quieres ser la primera?
—Desde que te juntas con Shikinami te has vuelto más audaz y eso que no lleva una semana con nosotros.
—¿Estás celosa?
—Oh, así es cómo deseas jugar, kínder—de un momento a otro Asuka había rodeado la mesa que los separaba acortando la distancia entre ambos. Lo único que protegía a Shinji de su ira era ese platillo que se encontraba en sus manos y cuyo aroma golpeó sus fosas nasales de tal forma que su ira se apaciguo en un momento—. Creo que lo mejor es que coma sola…
—Asuka… sabes que deseo que pruebes este platillo y me digas si te gustó o no.
La suplica de su amado tercero la hizo cambiar de parecer. No podía culparlo si a veces se confundía con respecto a quién debía seguir, después de todo, Shikinami no sólo es una cara bonita, es su mismo rostro con apenas unas pequeñas diferencias que podían distinguirlas. Si no fuera su tonto Baka tan observador con ambas, hace horas que estaría durmiendo con su madre por toda esa ira que cargaba en su interior.
—Bien, pero aún me debes esa cita y no hay forma en que me digas que no a los tacones, ya los compré y el vestido lo voy a pedir prestado—declaró ella, recordándole aquella cita que iban a tener cuando su momento llegara.
—Sí, haré lo que usted diga, Asuka-sama.
—Así me gusta, Baka Shinji—una vez su desayuno fue servido, contempló cada detalle del esfuerzo que Shinji les ponía a todas las comidas dándose cuenta de lo afortunada que era al tener a alguien como él en su vida.
Kaji tenía razón, la forma de llegar a una mujer con un chico como él es a través de la comida. Al menos en su caso así era ya que siempre terminaba por querer más de la sazón de él, pero que por su orgullo jamás se permitió tener otro bocado más allá de aquel que le preparaba para el almuerzo.
Con cuidado tomó un bocado del desayuno contemplándolo antes de llevarlo a su boca. Decir que estaba delicioso era nada, podía sentir como su paladar se derretía ante las sensaciones tan espléndidas de este desayuno que era tan diferente, pero que al mismo tiempo mantenía esa calidez que sólo Shinji podía darle. Tuvo que mantener toda la cordura para no parecer desesperada, pero la verdad era que ella necesitaba otro bocado más o si no se volvería loca.
—¿Y bien?
—Está… Está pasable…
—Oh, entonces creo que mejor se lo doy a Shiki…
—¡Termina esa frase y juro que me enojo contigo! —exclamó Asuka mientras protegía su desayuno con ambos brazos—. Me gusta, ¿Contento?
Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Shinji, una que hizo sonrojar a Asuka por lo linda que era.
—Baka…
—Hace tiempo existió un proyecto para la segunda niña.
—¿De qué hablas, Ikari? ¿Acaso trabajabas a nuestras espaldas?
—Silenció; él se refiere al proyecto destinado a conservar a la segunda niña en caso de un incidente de contacto semejante al que tuvo la madre de ella… O el mismo que tuvo tu esposa, Ikari.
—…
Gendo Ikari había tenido que madrugar para entregar el informe completo del perfil psicológico de la nueva segunda niña. No había sido difícil ya que poseían el de Soryu con toda la información detallada de su niñez además de poseer los datos genéticos de Shikinami que revelaban su naturaleza artificial a todo aquel que abriera su archivo.
—El proyecto S; así fue como se le nombró en NERV Alemania a una serie de individuos que serían clonados a partir del ADN extraído de la segunda niña quien apenas estaba iniciando con las pruebas pertinentes para establecer su puesto como piloto designado—las palabras de Gendo revivieron la memoria del comité con respecto a ese antiguo proyecto que terminó en fracaso—. Todos los individuos terminaron por morir antes de su desarrollo quedando la solo la segunda niña por lo cual se le asignó un guardián a partir de ese momento para conservar su integridad hasta que nos fuera de utilidad.
—¿Entonces esta nueva segunda niña no es más que una superviviente de un experimento fallido? —preguntó SEELE 03 con ligero sarcasmo—. No me malentiendan, pero todo esto es muy conveniente. ¿No lo creen?
—Puede ser, por no olvidemos que el hijo de Ikari llegó al Mar de Dirac, una dimensión distinta a este mundo que solo se podía acceder mediante el ángel Leliel—tal declaración provino de SEELE 05, quien más que defender a Gendo parecía más interesado en la naturaleza dimensional que abrió el décimo segundo ángel y el cual se estaba investigando en las instalaciones de NERV América.
―¿Crees que eso tenga algo que ver con la llegada de la otra segunda niña, Ikari? ―cuestionó ahora Keel Lorenz―. Sí ella sabe algo sobre nuestro plan, todo nuestro progreso estará en peligro.
―Me encargaré de que eso no suceda―respondió Gendo con la misma serenidad de siempre―. El plan de instrumentalización humana se llevará a cabo tal y cómo se tiene previsto en los Pergaminos del Mar Muerto.
―Bien, entonces hasta la siguiente reunión―y con eso Keel Lorenz dio por terminada la junta del comité para sorpresa de todos siendo el único que quedaba junto a Gendo―. Tu hijo parece ser más importante para ella de lo que parece, úsalo para conocer más sobre Shikinami.
―Eso haré, hasta la siguiente reunión.
Y con eso el holograma de Keel Lorenz desapareció dejando únicamente al comandante Ikari en la habitación. En ese momento apareció el subcomandante Fuyuutsuki junto con el informe que a doctora Akagi había creado con respecto a la naturaleza de la otra segunda niña.
―Parece ser que has dado con un nuevo descubrimiento―comentó el antiguo profesor antes de tomar lugar en la larga mesa―. La naturaleza de Shikinami no sólo es la de un clon, sino que además parece ser compatible con los sistemas de la [UNIDAD 01]; creo que sería un buen momento para realizar las pruebas de sincronización con los chicos antes del ataque del siguiente ángel.
―Llama a Akagi y dile que prepare las pruebas―comentó Gendo antes de levantarse de su asiento―. Estaré en la oficina, hagan las pruebas sin mi presencia.
Tal comentario causó un alivio en el viejo maestro. Aún cuando era el cómplice de su antiguo alumno, no podía evitar sentir culpa por usar al hijo de Yui en los actos crueles que SEELE y su padre le tenían preparados. Ahora con a llegada de la nueva segunda niña, quien no era más que un simple clon al igual que Ayanami, las cosas se tornaban muy distintas.
El escenario que Gendo había establecido se encontraba cambiando. Hasta ahora todo seguía su curso, pero aquel Asuka parecía que detonaría un cambio dentro de la psique del tercer niño. Él ya sabía de antemano que el final de todo esto no sería lo que SEELE o su alumno desearan, sino lo que el hijo de Yui quisiera.
―Nuestro destino está en tus manos, Yui.
―¡¿Por qué está usando mi vestido amarillo?!
―Porque me queda mejor que a ti, zorra.
―¡Te voy a matar, maldita ciega!
―¡Ven, acércate si puedes!
Parecía que la relación de Soryu y Shikinami se había restablecido tras un día de no haberse hablado del todo.
―¿Tienes el vestido rojo que te pedí? ―preguntó Shinji a una muy cansada Misato quien se encontraba terminando su desayuno.
―Sí, lo tengo, sólo dáselo a una de tus novias antes de que decida aventarme por la ventana―declaró Misato quien estaba sufriendo por haber bebido mucha cerveza en la cena anterior.
Normalmente ambos soportan la actitud agresiva de Asuka porque nada más era una, pero ahora son dos y lo peor de todo, es que se llevaban como perros y gatos peleando a cada momento que sus miradas se cruzaban.
Para Shinji esto era un poco triste. Él creía que las dos podrían llegar a acercarse aún más si se abrían tal y como lo habían hecho con él, pero el resultado siempre era una pelea absurda a causa de sus actitudes que eran tan similares que les impedían relacionarse. Soltando un suspiro y sabiendo que el vestido causaría más problemas, se acercó a su Asuka con valor aún cuando sabía que Shikinami lo observaba.
―Asuka, deja que Shikinami se quede con ese vestido de momento―dijo él ganándose así una mirada llena de dolor por parte de Asuka―. Y antes de que decidas matarme, te compré este vestido que viste en aquella tienda después de que acabaste con ese ángel que yacía en el volcán.
Shinji pudo ver en los ojos de Asuka un brillo lleno de cariño. En menos de un segundo aquel vestido rojo que había comprado se le fue arrebatado de sus manos notando entonces como su compañera ahora lo tenía entre sus manos atesorándolo a la vez que mantenía una actitud estoica con el fin de que nadie viera su genuina expresión de alegría.
―Vaya Tercero, parece ser que al final si sabes lo que más me gusto―dijo ella haciendo énfasis en lo último―. Sin duda es un bello vestido, digno de que una chica como yo lo use.
Justo en ese instante Asuka se giró para encarar a Shikinami quien se mostraba molesta por esto.
―Puedes usar mi vestido de momento, yo por mi parte estrenaré este bello regalo―las palabras de Asuka en verdad buscaban hacer enojar a Shikinami. Esta era una victoria en sus ojos, aun cuando Shinji le pidió ceder su vestido de forma indirecta.
―Vale Asuka, ya ganaste―comentó Misato con una voz cansada mientras abrazaba a Shinji por detrás lo que hizo enojar a ambas germanas y que terminó por avergonzar a su protegido por este acto―. Aunque no importa el regalo que recibas, sino cómo lo recibas. Yo sé que Shinji-kun tiene algo planeado para ambas si se llevan bien y puedo asegurarles de que será maravilloso.
―B-Bueno, si es así puedo intentar soportar a la señorita perfecta―comentó Asuka con un ligero rubor en sus ojos tras imaginarse lo que podía ser.
―No me importa estar en la misma habitación que tú... Sólo si Shinji está conmigo―declaró Shikinami mientras una cálida sonrisa se formaba en su rostro.
Ambas habían visto aquel premio de maneras muy distintas. Una quería acercarse al chico para llegar a ser algo más para él después de abrir aquel muro que formó alrededor de su corazón y que le impedía acercarse a los demás por miedo a ser lastimada.
La otra, por su parte, esperaba tener otro momento a solas con aquel chico que le entregó su voto de confianza y que seguía creyendo en ella. Su corazón anhelaba seguir conversando, deseaba seguir mostrando aquella cara suya que jamás le pudo mostrar al chico que tanto amo y que por azares de destino terminó por alejar de su lado.
«Tan iguales y a la vez tan distintas»
Aquel pensamiento apareció en la mente de Misato. Nunca antes había tenido que lidiar con algo como esto dándose cuenta de que aún le faltaba mucho por aprender. Ella conocía muy bien el pasado de su Asuka, pero Shikinami era otro libro que no ha leído. Esa curiosa pasión por Shinji le llamaba la atención y por lo que veía a través de esos ojos color claro iguales a los de su niña, comprendía que el pasado de Shikinami fue forjado a través de dolor y la decepción.
Shikinami es todo lo que es Asuka salvo por una cosa. El corazón de Shikinami buscaba el amor de Shinji.
«¿Acaso no lograste ayudarla, Misato?»
―¿Todo está preparado para las pruebas de sincronización?
―Falta verificar el filtro del LCL en la [UNIDAD 01], pero todos los demás sistemas están en orden y listos para ser iniciados en cuanto de la orden.
―Gracias Maya.
Ritsuko Akagi, la jefa de operaciones técnicas y científicas de NERV Japón se encontraba lista para iniciar las pruebas en los niños con la reciente noticia de que sería Shikinami incorporada a las pruebas de sincronización bajo la asignación de manejar la infame [UNIDAD 01].
―Maya, pásame un cigarrillo―comentó la doctora con una mirada seria mientras extendía su mano a su protegida la cual obedeció estar ocasión sin decir nada al respecto sobre este mal hábito―. La unidad de Shinji es tan especial como enigmática, ni siquiera Asuka o Rei han podido establecer una conexión genuina como lo ha hecho Shinji con el resto de las unidades.
―Esa unidad sólo responde al hijo del comandante―dijo Maya en un tono bajo ya que no quería ser regañada por tal comentario―. ¿De verdad cree que Shikinami logrará establecer una conexión con la [UNIDAD 01] aun cuando la primer y segunda niña no han podido acercarse a los cinco puntos de sincronización?
La mirada de Akagi se centró ahora en los datos del día en que Shikinami llegó a este mundo. En el momento en que atravesó ese portal algo se disparó en la mente de Shinji quien respondió a su llamado de auxilio importándole poco si se trataba o no de una farsa.
Las imágenes de la actividad cerebral del tercer niño aparecieron notando entonces una curiosa señal en los patrones de sincronización demostrando que no sólo se encontraba sincronizado con su [EVANGELION] sino también con otro patrón semejante al que la segunda niña poseía. Sólo hasta ese momento entendió a la perfección la naturaleza de la nueva segunda niña entendiendo su importancia para esta prueba.
―Así que eso fue lo que sucedió... ―expresó Akagi a la vez que apagaba su cigarrillo con ayuda de sus dedos―. Preparen todo y consíganme uno de los trajes del tercer niño.
―¡Recibido!
«Así que ese es tu plan, Ikari»
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―Perdón por no ser el chico al que tanto admiraste.
