Hola! lo siento se q tngo q actualizar alguien como tu xo e estao mu liada cn los exam... pero mañana acabo y el miercoles empiezo las vacaciones de semana santa y entonces podré actualizar muy muy muy de seguido. Bueno pos eso y os dejo cn el tercer capitulo
-Hola Rosie.- dijo Sirius entrando en la tienda.
-¡Hola Sirius! Ven... ven aquí...- el chico se acercó y la mujer sacó un traje muggle de pantalón y chaqueta negro, con una camisa blanca y una corbata roja. Le obligó a ponérselo en el probador. Cuando salió se miró en un espejo. Ella acudió corriendo a colocarle todo en su sitio.
- Estás perfecto.- dijo sonriendo tras de el.
-¿A qué viene esto, Rosie?
-Viene a que tienes que dar un aspecto elegante. Y así estás mil veces más guapo. Haber que dicen las mujeres cuando te vean...- la respuesta no se hizo mucho de esperar. Una mujer entrada en años que ya podría ser la madre de Sirius le hizo una proposición indecente mientras pagaba sus cinco túnicas. El chico respondió con una sonrisa.
-Un placer atenderla, señora.- la mujer se puso roja pero Madame Malkin la sacó rápidamente de allí.
-Esas son las peores.- le explicó a Sirius.- Pero seguro que ahora viene alguna de tu edad... cuando sea más tarde. Y efectivamente, a las once y media las campanillas de la puerta sonaron y dos chicas, una morena y una rubia, entraron riendo. Se empezaron a pasear por los percheros mirando todas las túnicas. Sirius se acercó a ellas que estaban de espaldas. Preparó su mejor sonrisa y las tocó en el hombro.
-¿Podría ayudaros en algo?- la rubia se giró con una sonrisa espléndida pintada en rostro.
-Si. Estoy buscando tu cerebro¿lo has visto por algún lado?
-Ja, ja, ja. En esta tienda solo vendemos ropa de chica, márchate.- gruñó el moreno.- ¿Querrás algo psicópata?- le preguntó a Kirsten. Ella rompió en carcajadas.
-No lo sé rey del ego... quizás...- dijo volviéndose a reír. Sirius la miró con temor y volvió lentamente hacía el mostrador. Madame Malkim se acercó.
-¿Qué se supone que haces? Quiero tres túnicas por cada una.
-No creo que se posible Rosie... una de ellas es de mis peores enemigos y la otra es su loca amiga. No puedo...- Madame Malkim la miró.- Vamos Rosemary que más te da una venta... la siguiente clienta se llevará todo por ellas ¿vale?
-Esta bien...
-Black¿podrías abrocharme los botones de atrás? Kirs esta en el probador...- dijo Kim acercándose con una túnica azul claro.
-Por supuesto...- dijo el desanimado. Se acercó y empezó a abrochar los botones que iban de la parte baja de la espalda hasta la mitad. En una de esas acciones rozó la espalda de la chica y distinguió su sujetador malva. Sintió como una corriente eléctrica y apartó corriendo la mano.
-¿Ya?- dijo ella.
-S,si...- dijo el volviendo al mostrador un poco turbado por lo que acababa de ocurrir. Unos veinte minutos después Kim salía con tres túnicas en el brazo, una de ellas la que Sirius le había abrochado.- ¿Te las llevas todas no?
-Si. Bueno... la negra y la roja si, pero la azul... no se si me queda bien. ¿Tu que crees?
-Te, te queda muy bien... deberías llevártela.
-Bueno, si tu me lo dices... esta bien, me llevo las tres. ¡Y que pendientes tan monos! Que pena que no los haya de colores...
-Cambian según la ropa que lleves. La bolita se pondrá del tono de la ropa. Por ejemplo, hoy llevas una camiseta amarilla, los pendientes se pondrían amarillos, en el caso de la loca, verdes.- Kirsten se puso bizca y movió la cabeza. Después se rió de la cara del chico.
-¿Y no copiará los mensajes también?
-No. Solo sería amarillo, el don´t touch no se verí...- se calló dándose cuenta de que acaba de admitir que le había mirado las tetas a Fliregan.
-Pónmelos. Y las túnicas y esas medias transparentes.- dijo ella mirando al suelo. Pagó los veinte galeones y salió corriendo de la tienda arrastrando a Kirsten tras ella.
-¿Es mi imaginación o Black te ha mirado las tetas?- Kim se encogió de hombros incómoda.
-No lo sé y... es algo que no me produce charla así que... dejando el tema...
-Esta noche voy a plantarme con el pijama más sexy que tenga en casa de Lupin.
-Joder que directa.
-No, coño. Le llevaré la tarta de bienvenida de mis padres...
-¡Ah!
-Está tan bueno...- dijo Kirsten poniendo una voz un poco lasciva.
-La verdad es que si... ¡oh díos!
-¿Qué?
-Bi es una bocazas y... tiene mucho peligro con Lupin a solas.
-¡Oh¡Oh!- dijo Kirsten mordiéndose el labio inferior.
-¿Crees que le habrá dicho algo de...- Kirsten asintió con la cabeza.
-Adiós pijama sexy...
-Llegas tarde, chica.- dijo su jefa al verla entrar.
-Lo siento... el autobús pinchó y...
-A otro sitio con tu cantar.- Lily bufó y se puso tras el mostrador.
-¿Qué se supone que haces?
-Esperar a que vengan los clientes.
-¡Ah no! Ordena todo eso.- dijo señalando un montón de ropa.- Colócalo por tallas y comprueba que todo este etiquetado correctamente.
-Claro...- dijo Lily acercándose a colocar la ropa.
James llegó al caldero chorreante e hizo su tarea de aquel día: conseguir que las sucias y pegajosas baldosas volvieran a ser blancas y brillantes.
-¿Cómo pretende que logre eso¡Ni un milagro lo conseguiría!- se quejó.
-Si no te gusta ya sabes donde esta la puerta.- dijo el tabernero. Acto seguido acercó con el pie un cubo lleno de lejía y una fregona. James cogió la fregona y con gran esfuerzo consiguió limpiar una pequeña parcela de suelo, pero el local era grande... Eran las once de la mañana y ya estaba agotado...
-¿A qué hora saldré hoy?
-Cuando el suelo este limpio.- entre improperios y patadas al cubo, James volvió a su trabajo: poner decente el suelo. A las dos y media acabó.
-¿Puedo ir a comer?- el hombre miró un reloj que había en la pared.
-De acuerdo. Pero a las cuatro te quiero aquí de nuevo.
-Esta bien...- dijo. Fue hacía el patio y salió al Callejón Diagón encontró a Sirius cerrando la tienda.
-¿Comemos juntos?
-Ya he comido. Por eso salgo de la tienda. He comido con Rosie allí dentro, ahora voy a estirar las piernas... pero si quieres te acompaño.
-Si, por favor.- caminaron y entraron en Empanadas de Calabaza la Magia Feliz y compraron una para llevar. Se sentaron en un bordillo a comérselo.
-¿Qué tal el trabajo?
-¿Tu sabes de que color son las baldosas del Caldero Chorreante?
-¿Gris oscuro?
-Blancas, blancas brillantes. Ya se porque es el caldero chorreante... chorrea grasa y mierda... encima pretenden que yo lo adecente después de una vida entera sin limpiar...
-Hoy han venido Kooper y Fliregan a mi tienda.
-¿En serio?
-Si... Fliregan... se ha comprado unas túnicas y luego unos pendientes... explicándole el significado se me ha escapado que había leído el mensaje de sus tetas... no se porque lo he dicho pero cuando lo he visto me he dado cuenta de que quería infligir el mensaje...
-¿Qué ponía? Don´t touch.
-Sirius eres un cerdo...
-No me gusta Fliregan.
-Yo no he dicho eso.
-No quiero que lo pienses...
-Yo no pienso nada.
-Pues mejor.
-¿En serio quieres tocarle las tetas a Kim?- dijo James riendo.
-¡Cállate!- gritó Sirius.
-¡Mamá¡Mamá vengo con Kirsten!- gritó Kim abriendo la puerta de su casa. La señora Fliregan se asomó al arco que servía de puerta de la gran cocina.
-Vale. ¿Queréis tomar algo?
-Bueno.
-Ir al salón, ahora os lo llevo...- entraron en el enorme salón de la casa y se sentaron en los sofás color crema. Al cabo de cinco minutos una bandeja de plata con dos vasos de limonada y unas patatas fritas aparecieron en la pulida mesa de café.
-Tu madre esta en todo...- dijo Kirsten cogiendo su vaso de limonada.
-Si... que encanto.- dijo sarcásticamente Kim.- En cuanto tomemos esto subimos a mi habitación ¿vale?
-Vale... – al rato subieron las escaleras y cuando entraron en el bombardeo de color que era la habitación de la rubia vieron la chula lechuza negra que volaba haciendo piruetas.
-¡Oh no!- dijo Kim negando con la cabeza.
-Que lechuza tan... prepotente... me recuerda a alguien pero no se que a quién...
-¡A Black¡A el te suena! Es igual de ridícula, prepotente y pretenciosa que el. Y además negra ¿qué mas quieres? Blanco y en botella.
-Tiene un pergamino.
-¿Y?
-¿No lo coges?
-No.- dijo la chica buscando su pintalabios nuevo. La lechuza se acercó ella y comenzó a volar a su alrededor.-¡Quita pajarraco¡Eres igual de plasta que tu dueño¡Quita!- gritó dándole en un ala con la mano. Kirsten desenrolló el pergamino y se lo tendió a Kim.
-¡Oh que novedad!- dijo la rubia al acabar de leer. Y dice que no me las miró... ¡mentira¡A lo descarado! Y ya me ha visto en sujetador y... ¡que calvario!-Cogió una pluma y escribió en el reverso del pergamino:
Piérdete, y no me mires más ¡pervertido! Eres un cerdo ¿lo sabías? No me escribas más.- lo ató a la pata de la lechuza negra, que salió por la ventana abierta, y se tiró en la cama bocarriba. Kirsten la imitó.
Lily salió agotada del trabajo, como siempre, recordó que se había dejado su camiseta del día anterior en casa de Kirsten. No sabía si habría alguien en su casa así que llamó desde una cabina.
-Hola¿está Kirsten?
-Hola¿Lily?- dijo Julie Kooper, la madre de Kirsten.
-Si, soy yo.
-Pues no, no esta, creo que se ha ido a casa de Kim... prueba allí.
-Vale... gracias...- si estaban en casa de Kim no podía ir en autobús porque el valle de Godric era invisible para los muggles... pero si podía en el autobús noctámbulo.- miró el cielo, se estaba haciendo de noche... levantó la varita y el autobús de tres plantas paró frente a ella.
-¿Dónde quiere ir?
-El valle de Godric.- arrancaron y cuando llegaron a la parada de Lily, la dejaron y se fueron con un chirrido de neumáticos. Estaba en la entrada de la urbanización así que comenzó a caminar por las bonitas calles rodeadas de los cuidados jardines particulares de las casas. La casa de Kim era la número cinco y la de Potter la cuatro... esperando no encontrárselo se iba acercando al número cuatro... y allí estaba el. Iba a abrir la verja del jardín cuando la vio.
-¡Hola Evans!
-¡Adiós Potter!
-Hombre pelirroja... que borde eres... y que maleducada... ¿quieres entrar a mi casa?
-No... déjalo.
-¿Vas a casa de Kim?
-No. Vengo a verte a ti.
-¡Qué detalle!- Lily puso los ojos en blanco.
-Tengo prisa.
-Bueno, para los amigos siempre hay tiempo...
-Pero no para los idiotas...- dijo ella esquivándole y caminando hacía la casa de su amiga.
-¡Evans!- dijo James cabreado por el desplante.
-¿Qué?
-¿Has hablado con tus amigas últimamente?
-No.
-Pues hazlo...- Lily se sintió intrigada.
-¿Por qué?
-¿No eres tan lista?- dijo el con burla entrando en su casa. Lily fue hasta el número cinco con la mosca detrás de la oreja. Cuando Kim abrió la puerta le preguntó sin dejarla abrir la boca:
-¿Por qué me ha dicho Potter que debo hablar con vosotras?
-¿Qué te ha dicho que?
-Literalmente¿Has hablado con tus amigas últimamente? Pues hazlo...
-No sé lo que ha querido decir... excepto que... ¡oh no¡Bi!
-¿Cómo que Bi?
-Si, Bi le ha debido contar a Lupin que le vimos desnudo...
-¿Cuándo aprenderá esa chica a cerrar la boca!
-Pasa y hablamos las tres...- Lily entró en la casa y subió a la habitación de Kim donde estaba Kirsten.
-Definitivamente, Bi se ha ido de la boca.- dijo Kim al abrir la puerta.
-¿Qué?- dijo Kirsten.
-Que se ha ido de la boca. Y ahora mismo nos vamos a su casa por polvos flú.
-¿Kirs se va a quedar aquí a dormir verdad?
-Si.
-Ya... bueno, pues resulta que yo no. Que me tengo que ir a mi casa y ya son las once.
-Vale, iremos sin ti.
-No... eso tampoco... bueno, vamos rápido.- Tras atravesar miles de chimeneas llegaron a la de la biblioteca de la casa de Bridget. Allí estaba su padre leyendo.
-¿Qué hacéis vosotras aquí?- dijo secamente.
-Tenemos que decirle una cosa a Bridget.
-Esta en su cuarto.- las chicas subieron corriendo las escaleras y llegaron a la enorme habitación de Bridget. La rubia estaba dentro de la cama escribiendo su diario.
-¡AAAAh¡Chicas¿Qué queréis?
-Ya te has ido de la boca ¿no?- dijo Lily.
-Yo... lo siento.
-¡Eres una bocazas Bi!- dijo Kim.
-Lo siento...
-¿Cuándo aprenderás a cerrar la boca?- gritó Kirsten. Una lágrima salió de cada uno de los ojos de Bridget.
-Lo siento chicas... lo siento mucho... se me escapó y el dijo que... que si nosotras le habíamos visto desnudo, el tendría que vernos a nosotras desnudas.
-¿Qué¡Jamás me verá desnuda un merodeador!- gritó Lily.- Antes, me caso y tengo un hijo con Potter...
-Lupin tiene un poco de razón...- dijo Kirsten pensativamente.
-¿Pero que dices! No tiene nada de razón... Lupin no nos verá desnudas...-contestó Kim paseándose por la habitación.
-Un momento.- dijo Lily.- Si Potter me dijo... Potter, Black y Pettigrew lo saben también. Si no¿por qué Potter me dijo que hablara con vosotras? Sin duda lo sabe...
-Estamos perdidas. Son los merodeadores y conseguirán de cualquier modo vernos desnudas... –dijo Bridget bajando la mirada.
-O no. Mañana hablamos con más tranquilidad, pero tenemos que trazar un plan y tranquilas, somos más listas que ellos...- dijo Kim. Sus amigas asintieron poco convencidas.
-¡Traigo buenas nuevas!- dijo Remus entrando en casa de James. Peter ya estaba allí sentado con Sirius y James.
-Espero que sean en realidad buenas porque tu reunión ha anulado mi estupenda cita...- se quejó Sirius.
-Es genial... ya veréis.
-Bueno, cuenta, que nos tienes en ascuas.- dijo Peter.
-Veréis... mi madre, olvido el pequeño detalle de poner cristal translúcido, cortinas, persiana o algo semejante en la ventana del baño. Mi ventana se puede ver desde casa de Kirsten...
-¿Desde cuando la loca es Kirsten?- le cortó Sirius.
-Cállate, sigo, escogí un magnífico día y una magnífica hora para ducharme: Fliregan, Kirsten, Evans y Rollings estaban en casa de Kirsten y... mirando por la ventana. Me han visto totalmente desnudo saliendo de la ducha.
-¡Ohhhh!- dijeron sus tres amigos.
-Si... bueno, yo le dije a Rolling, que la cosa no quedaría así y que quería venganza. He hecho con ella una apuesta en la que aún no hay condiciones ni términos pero si meta: ver desnudas a Fliregan, Rolling, Evans y Kirsten.
-¡Cuenta conmigo!- dijo Sirius.
-Y conmigo...- añadió James. Los tres se giraron para mirar a Peter que permanecía en silencio.
-¿En serio pensáis que dejaré pasar esta oportunidad¡Merodeadores al ataque!- dijo el chico.
-¡Al ataque!- gritaron sus tres amigos riendo.
-Este es el plan...- dijo Kim sentada en su cama con las piernas a lo indio.- El primero en caer será Black, porque... es al que más ganas le tengo...
-¿Ganas de que estilo?- dijo Kirsten.
-Mmmm... ¿de hacerle sufrir?
-Ya...
-Kirs, no me gusta Black.
-¿Quién lo ha dicho?
-Tu...
-No. Lo has dicho tu solita.
-¿Me estas haciendo una trampa?- la morena rió.
-No. Tranquila.- Kim bufó.
-Sigo con mi plan. Si le agobiamos, si le presionamos... caerá. Es más simple que el mecanismo de un chupete así que... la idea es que le digamos que la tiene pequeña. Bajo ese insulto a su masculinidad... el acabará cediendo.
-¿Por qué estas tan segura?
-Porque es un tío y concretamente Black.
-El plan es llegar a verlas desnudas y la primera será Fliregan.
-¿Por qué Kim?
-Porque si.
-Esta bien...
-Habrá que espiarla día y noche. Y cuando sepamos sus horas de ducha colarnos en su baño y hacerla fotos...
-Que plan tan elaborado Sirius...- dijo sarcástico Remus.
-Lo sé...- dijo el, sin captar el sarcasmo, con el pecho hinchado. Sus tres amigos cruzaron miradas discretas y suspiraron.
Lily llegó a casa a las doce menos cuarto.
-¿Dónde estabas?- dijo su madre acorralándola en las escaleras.
-Salí del trabajo, fui a casa de Kim, luego a casa de Bridget y... se me hizo tarde.
-Busca una explicación más convincente, jovencita.
-¡Es la verdad!
-¿Me estas diciendo que has ido desde Surrey hasta las afueras de Londres y luego a Kent.
-Si.
-No me lo creo. En menos de tres horas no da tiempo Lilian.
-Si, con magia. Tu no sabes como son las cosas en mi mundo... existe un autobús. El autobús noctámbulo que es súper rápido. Mucho más que el metro y que cualquier tren. Te lo juro, mamá. No te miento.
-Esta bien... pero no quiero que llegues tan tarde... estaba muy preocupada, y enfadada.- Lily sonrió y esquivando a su madre, subió a su cuarto. Nada más ponerse el pijama una lechuza picó su ventana. Era la de Kim. Se apresuró a dejar pasar al animal y coger el pergamino. Comienza el plan... enemigo numero uno: Black.- sonrió al pensar en las maquiavélicas ideas de Kim. Preparó el despertador y se metió en la cama.
James se despertó esa mañana, desayuno una abundante comida preparada por Clarence (la sirvienta que llevaba trabajando en su casa toda la vida) y entró en la chimenea rumbo al trabajo.
-Veo que vas siendo más puntual...- dijo el tabernero. James miró el reloj con desagrado. Faltaban diez minutos para su verdadera entrada. ¡Ese hombre quería explotarle!
-¿Qué tengo que hacer hoy?
-Hoy es jueves, día libre para mi, y puesto que el bar esta cerrado tu te encargarás de el.
-Si no va a haber gente.
-¿Ves esas paredes?- James miró las mugrientas paredes manchadas de pociones, cócteles y grasa.
-Si...
-¿Ves esa pintura y ese rodillo?
-Si...
-¿Sabes lo que es pintar las paredes?
-Si...
-Pues vamos, ya tienes tarea para hoy.- y dicho esto salió del local dejando a James odiando cada día más ese estúpido trabajo.
Kim se levantó temprano y llamó a la puerta de la casa de los Potter. Le abrió Clarise.
-¡Kim! Es muy temprano aún...
-Lo se Clar pero... tengo que decirle una cosa muy urgente a James...
-El señorito Potter ya se ha ido a trabajar.
-¡Vaya! Bueno pues... le daré el recado a Sirius. ¿El si esta no?
-Si, el si.
-De acuerdo...- subió corriendo las escaleras y entró en la habitación de los chicos. Sirius estaba tumbada sobre un lío de sábanas. Solo llevaba los calzoncillos y estaba espatarrado. Kim rió al verle de esa guisa y se situó a su lado. De rodillas en el suelo comenzó a soplar en la oreja del chico suavemente. El se revolvió un poco y puso una ligera sonrisa. Kim siguió soplando por toda la cara. Cuando estaba sobre sus párpados el chico abrió los ojos sonriendo y gritó cuando la vio a ella.
-¡AAAAHHH¡FLIREGAN!- se intentó tapar con la sábana.
-¡Buenos días!- dijo ella con voz cantarina.
-¿Por qué estas tu aquí?
-He venido a verte...- dijo la rubia con voz sensual.
-¿A, a verme?- dijo el levantándose de la cama, con la sábana enrollada a la cintura, y caminando hacía la puerta del baño.
-Claro... y me preguntaba una cosa...- dijo ella acercándose al chico. El retrocedió aún más y se pegó a la puerta buscando nerviosamente el picaporte.
-¿Qu, qué?
-Pues...- Sirius caminó hacía la salida. Kim le siguió.-Me han comentado... me han dicho... que tu... bueno, que estas... escasamente dotado. ¿Es verdad?- Sirius se volvió a pegar a la puerta, esta vez de salida, y cambió su expresión a cabreo.
-¿Quién coño te ha dicho semejante mentira? Yo estoy muy bien dotado... si tu supieras...
-Pero es que...- continuó Kim mordiéndose el labio inferior.- No lo sé y... tengo dudas. No te ofendas, pero siempre me pareciste un poquito... impotente.
-¡No soy impotente!- gritó Sirius mirándola a los ojos. Creyó hipnotizarse en aquel color amarillo gato.
-Y yo te creo... pero no sé... los rumores... quizás deberías desmentirlo. Lo digo como consejo de... persona que busca tregua. ¿Qué me dices?
-Que no la tengo pequeña ni soy impotente.
-Ya...
-¡No la tengo pequeña!
-Adiós Sirius... quizás puedas dormir un poco más antes del trabajo...- dijo Kim.
-¡No la tengo pequeña!- gritó Sirius abriendo la puerta. Clarence, que estaba a punto de a abrirla, se quedó allí mirándoles con la boca abierta. Kim salió elegantemente de la habitación con una maléfica sonrisa pintada en los labios.
-E... venía a despertarle señorito Black.- dijo Clarence.
-Pues ya estoy despierto... gracias, Clarence.- dijo el moreno tapándose un poco más con la sábana.
-De nada... y adiós...- dijo la mujer bajando rápidamente las escaleras. Sirius cerró la puerta rojo como un tomate y se metió a la ducha dispuesto a arreglarse para ir a trabajar.
-Bridget.- dijo su madre al verla bajar las escaleras.
-¿Qué quieres?
-Ya te he comprado el vestido.- dijo su madre con la cara iluminada de alegría.
-No quiero esa pijada de puesta de largo...- refunfuñó la rubia.
-Tu amiga Kimberly también tendrá una y James Potter y tengo entendido que Dayan y Harold han concertado una para Sirius también... será una ceremonia preciosa.
-¿Kim también tiene?
-Si. El mismo día y mismo lugar que tu. En el club.- Bridget ladeó la cabeza.
-¿Puedo ver el vestido?- su madre sonrió.
-Vamos arriba.- las dos subieron corriendo las escaleras pero entonces Helen, la tía de Bridget apareció en el último escalón.
-¿No estoy invitada a esa puesta de largo?
-Por supuesto.- dijo Bridget.
-Claro...- dijo a regañadientes la señora Rollings.
-Bridget, cielo¿por qué no me enseñas tu vestido?
-¡Claro¡Vamos tía! Por cierto¿dónde lo tienes guardado, mamá?
-En mi cuarto... pensé que te gustaría que lo viésemos juntas...
-¡Claro¡Vamos!- subieron y entraron en el no grande, sino gigantesco, cuarto del matrimonio Rollings. Sobre la cama había un vestido azul claro, del mismo color que los ojos de Bridget, largo y con una ancha falda. Llevaba un corpiño sin tirantes bordado con pedrería.
-Es... precioso...- dijo Bridget con un susurró. Su madre se acercó y la abrazó.
-Me alegro de que te guste, cariño. Tu padre dice que es demasiado caro pero todo es poco para ti y tu puesta de largo...- Bridget sonrió y se puso el vestido sobre su cuerpo.
-¿Me lo puedo probar?
-Claro. Espera... tengo también los zapatos por aquí...- dijo buscando en el armario.
-¿Te gusta, tía?
-Demasiado Rollings, pero no esta mal... aunque un poco soso.
-¿Vendrás al acto?
-Claro... no me perdería la puesta de largo de mi sobrina... ahora me tengo que ir... hasta luego, cielo.
-¡Adiós!- la mujer salió y la madre de Bridget le enseño unos elegantes zapatos de tacón de aguja en el mismo tono que el vestido.
-Te he comprado maquillaje y un precioso tocado aparte de... bueno, yo lo llevé en mi puesta y me gustaría que tu también...- la mujer caminó hasta su joyero y extrajo una gargantilla y unos pendientes de brillantes.
-¿En serio¿Son para mi? Son geniales... ¡gracias mamá!- dijo Bridget abrazando a su madre.
-¿Se ha ido ya Kirsten?-preguntó la madre de Kim a su hija.
-Si.
-Bueno, pues después de tu escapada a casa de los Potter, me gustaría enseñarte el que será tu vestido en la puesta de largo.
-¡oh¿Ya lo has comprado¡Quiero verlo!- dijo la rubia emocionada. La mujer sonrió.
-Esta en tu cama...- la chica subió corriendo las escaleras y bajó diez minutos después lanzándose al cuello de su madre.
-¡Gracias mamá¡Te quiero, te quiero, te quiero...!- decía cubriéndola de besos.
-Y tengo una noticia de última hora...
-¿A si¿Cuál?
-Tu amiga Bridget también tendrá su puesta el mismo día que tu.
-¿En serio¿No bromeas¡Pero eso es genial¿James también?- su madre asintió.
-Y Sirius.- la expresión de Kim se volvió enfadada.
-¿Qué? Los Black no son una buena familia... no son respetados mágicamente... demasiados vínculos oscuros... el, por si solo, no es nadie...
-Dayan lo ha hecho y yo no busco porqués. Tu tampoco deberías hacerlo. Me voy a comprarme algo para mi. Aún no tengo que ponerme en ese día tan especial para mi niña...
-Adiós, mamá.- subió las escaleras y se tumbó en su cama. Todo iba según lo previsto... Sirius ya había picado el anzuelo y tendría su puesta de largo con aquel vestido... lo miró: realmente era como siempre había soñado que fuese. Adoraba a su madre y adoraba su entorno.
Lily salió de la tienda para comer. Ese día no tendría que ir por la tarde... se podía sentar afortunada: había tenido dos clientas. ¡Todo un logro! Caminó hasta su casa donde solo se encontraba su hermana con su abominable novio, Vernon.
-¡Tranquilos¡Seguir con lo vuestro!- dijo la pelirroja entrando en la cocina. Preparó una ensalada y ,acompañado por un vaso de agua, fue su única comida. Vale... jamás había tenido muchas dotes culinarias...- subió pesadamente las escaleras. Sentía que cada centímetro de su piel le pesaba quilos y quilos. Se tumbó en la cama y cogió el teléfono.
-¡Hola Koop!- saludó al reconocer la voz de su amiga al otro lado de la línea.
-¿Lily?
-Por supuesto.
-¿No estás trabajando?
-Hoy solo por la mañana. ¿Quieres ir de compras esta tarde?
-No se si podré... tengo que irme a... bueno, no sé si podré.
-Estas rara.
-¡Qué dices! No... estoy... estresada, eso es, estresada por todo la presión...
-¿Presión?
-Mis hermanos, mis padres... ya sabes.
-Claro...
-¿Irás a la puesta de largo de Kim y Bi?- dijo la morena cambiando de tema.
-No lo sé.
-Yo creo que si pero depende de... bueno, de que me dejen mis padres.
-Kirs estás muy rara. Muy, pero que muy rara.
-¿En serio? No lo creo...
-¿Te pasa algo?
-¿A mi?
-Si.
-Jejeje.- dijo Kirsten con una risilla nerviosa.- Nada... me tengo que ir. Adiós.- y colgó rápidamente. Una vez que ya no tenía el peligro telefónico pelirrojo suspiró de alivio. Se miró en el espejo de su cuarto y conforme con su ropa (una falda corta rosa y una camiseta atada al cuello blanca) salió de la habitación.
-¡Mamá!
-¿Qué quieres cariño?- dijo su madre desde la cocina. Kirsten se acercó hasta ella.
-No comeré en casa...
-¿Y eso?
-Voy a... buscar a Lily al trabajo y luego... comeremos juntas.
-¡Ah! Vale, en ese caso...- dijo la mujer volviendo a su labor. Kirsten frunció el entrecejo. Era raro que hubiese colado tan rápido. Después sonrió, cogió su bolso y salió corriendo de la casa.
Llegó a Hayde Park y se sentó en un banco a esperar. Entonces le vio llegar: no era un chico espectacular pero no era feo sino tirando a guapo. Tenía el pelo color paja y unos grandes ojos verdes. Era alto de espaldas anchas y lo único que estropeaba su cara era una cicatriz en la ceja que le llegaba un poco hasta el párpado.
-Hola Jake.
-Hola muñeca.- dijo el dándola un suave beso.- Kirsten... tenemos que hablar.
-¿De qué?
-De ti y de mi.- Kirsten se puso un poco nerviosa.
-Tu dirás...
-Pues verás... si te avergüenzas de mi creo que lo mejor será...
-¡No! No me...
-Entonces preséntame a tus amigas. Llévame contigo a la puesta de largo de tus dos amigas.
-Todos son magos... tu no encajarías demasiado...
-Paso que no quieras presentarme a tus padres, es normal, yo tampoco te he presentado a los míos y ambos sabemos porque pero... yo se que no soy guapo y esas cosas pero me estas haciendo daño con todo esto y a lo mejor sería preferible dejarlo ahora.
-¡No! No quiero dejarlo... no me avergüenzo de ti y, si es lo que quieres, iremos juntos a la puesta de largo de Kim y Bridget.- dijo Kirsten acariciando la mejilla del chico.
-¿De verdad?
-¡Claro!- contestó ella abrazándole. De repente se sintió mal por todos los pensamientos que había tenido de Lupin... pero bueno, el chico estaba muy bien, eso no se podía negar... "no has hecho nada malo" le dijo su mente. "Coquetear¿no cuenta?" respondió su conciencia. Yo no... bueno, quizá un poco. Iba a plantarse en camisón en su casa, le invitó al a piscina, le había visto desnudo... bueno, no tiene importancia.- intentó convencerse. Son cosas sin importancia...
Lily paseaba con Kim por el barrio de esta.
-¡Me encanta tu barrio! Pero no tus vecinos...- dijo refiriéndose a James.
-Créeme. Para mi también hay moradores asquerosos...- dijo mirando hacía arriba. Sirius que estaba mirando por una ventana cerró las cortinas.
-¿No trabajaba?- preguntó Lily.
-¡Yo que sé! Lo que creo es que me va a joder mi puesta de largo y no se lo perdonaría en la vida...
-Según el Cosmopolitan la puesta de largo de una chica es muy muy importante. Y según el Vogue si estas enfadada antes de ella es porque canalizas mal tus energías.
-Te pareces a Kirsten.
-Bueno sí, creo que leemos las mismas revistas.- Kim la miró un momento extrañada y luego negó con la cabeza.
-En fin... ese día se van a reunir en el club las familias más prestigiosas de la región y... ¿Qué te pondrás?
-No lo sé. Pensaba ir un poco arreglada pero...
-Un poco no es suficiente. Todo esta rodeado de pijos elegantísimos.
-Ya... pues... lo más seguro es que no vaya. No ando sobrada de dinero y un vestido... sería caro.
-No¡por favor! Tienes que ir... algo tendrás...
-Bueno... una vez fui a una boda y... no sé... quizás...
-¡Seguro que es perfecto! Pero tienes que venir...- Lily sonrió.
-Lo intentaré.
Dos días después...
-¡Anthony pégate más¡Homer¡Cuidado con los pies¡Kimberly!- Kim se giró molesta separándose de Kirsten que había decidido acompañarla.
-¿Qué quiere señora Rutermer?
-No puedes bailar con ella en la puesta, respeto tus inclinaciones sexuales pero...
-¡No soy lesbiana!
-En ese caso...
-Mi pareja no ha podido venir, es un miembro del club y estoy segura de que le conoce... Kevin Stuart.
-¡El hijo de los Stuart! Por supuesto... tengo entendido que están de vacaciones en Newport Beach. Pero... bueno, déjalo era una tontería. Sigue bailando.- la mujer se alejó. Era la coordinadora de la puesta de baile. En otro extremo de la pista Kim divisó a Lupin y a Sirius bailando.
-Mira al dúo dinámico...- le dijo a Kirsten. La morena se giró y rompió a reír.
-¿Qué hacen bailando juntos?
-Seguramente, la zorrita de turno que acompañará a Sirius, a fallado y su gran amigo Lupin ha venido a ayudarlo...- Kirsten apartó la mirada.
-¿Qué te pasa?-le preguntó Kim.
-Nada... ¿qué tendría que pasarme?
Llegó el día de la puesta de largo.
-No puede hacerme esto Kevin... no puedes dejarme sin pareja en mi puesta de largo...
-Lo siento, voy con Karen...- dijo el chico excusándose.
-Pero...
-Lo siento Kim.- Ella asintió con la cabeza.
-¡Qué¿Cómo que no vas conmigo?- le gritaba Bridget a un chico rubio.
-No chilles.
-¡No puedes dejarme sola!
-Voy con Pamela Greenwort. Lo siento Bridget. ¡Me dijiste que no vendrías!
-Ya... tardaste poco en encontrarte una nueva pareja.
-No has venido al taller de preparación, he bailado con ella y todas esas cosas... lo siento pero no.
-Esta bien...- la rubia se alejó y fue donde estaba Kim.
-No tengo pareja.
-Yo tampoco.
-¿Qué hacemos? La puesta de largo es esta noche. Me niego a ir sola.- Kim miró al otro lado del salón del club donde se encontraban. James discutía un poco más allá con Karen Smiths. Unos metros más alejado estaba Sirius discutiendo con Pamela Greenwort.
-Ya tenemos pareja.
-¿A si¿Quién?
-James y Sirius.
-¡Me pido a James!- dijeron las dos a la vez.
Y esa misma noche en casa de los Potter...
-¡James¡Sirius¡Llegaremos tarde¡Tenéis que llegar antes que vuestras parejas!- dijo el abuelo de James gritando por las escaleras.
-Estoy tan orgullosa... no puedes saber cuanto, Harold- dijo Dayan poniéndose un chal lavanda, contrastando con el negro del vestido.
Sirius intentaba hacerse el nudo de la corbata frente al espejo. James estaba en el baño intentándose peinar.
-¿Nervioso?- preguntó Potter.
-Un poco.- respondió su amigo. Probó por última vez y desesperado se la quitó tirándola a la cama. James salió del baño.
-¿Y la corbata?
-He decidido no ponérmela... un aire informal.
-Si el padre de Kim te ve sin corbata no te ofrecerá a su hija...
-¡Entonces no me pondré corbata! No se porque no puedo ir yo con Rollings...
-Porque ella me prefirió a mi. Ninguna quería ser tu pareja. Mala suerte, amigo.- Sirius bufó.- Anda ven aquí, y mira como se hace...- James se acercó a Sirius y le hizo el nudo.- Impecable. ¡Pero que guapo y que grande!- dijo imitando el tono de las abuelas y pellizcando la mejilla de su amigo. Sirius le quitó entre risas y ambos salieron de la habitación. Cuando bajaron las escaleras Dayan Potter tenía una cámara en la mano.
-¡No¡Abuela!
-Estáis guapísimos... no puedo dejar pasar esta oportunidad...- Sirius y James fueron fotografiados aunque muy a su pesar.
En el pasillo donde esperaban todas las chicas Kim se retorcía nerviosa las manos.
-¿Y si la caga?- le preguntó a Bridget.
-No la cagará, Kim...- dijo la rubia.
-¿Por qué estás tan segura?
-Porque si. No hay más vueltas.- dijo Bridget mordiéndose el labio inferior.
-¡Kimberly Fliregan!- dijo el coordinador. La chica tomó aire y paseó hasta las grandes escaleras de mármol dividas en dos brazos. Enfrente suyo estaba Sirius. Llevaba un traje azul marino. Con una camisa blanca y una corbata azul clarito. Estaba mucho más guapo de lo que lo había visto nunca. El la miró y abrió bastante los ojos.
-¡Sirius Black!- gritó la mujer que llevaba el orden de salida. Sirius fue hasta la escalera notando sus nervios crecer. ¿Y si Fliregan estaba fea¿Con qué cara la miraría¿Se podría aguantar la risa? Pero sus dudas y temores pronto se disiparon. No tendría que aguantar la risa porque estaba sencillamente preciosa. Llevaba el pelo recogido hacía atrás. No recogido, sino sujeto con unas horquillas de piedrecitas blancas. Al igual que su vestido. Era sin tirantes. La tela de la cintura hacía una especie de recogimiento hacía la cadera donde se sujetaba con una flor blanca y rosa claro. La falda era larga y con vuelo. Llevaba un collar de perlas blancas corto, con los pendientes a juego. Sirius se extraño de verla con aquellos guantes blancos hasta los codos, pero luego cayó en la cuenta de que todas los llevaban. Ella se cogió la falda por los dos extremos e hizo una pequeña reverencia. Luego le incitó con la mirada a andar. El reaccionó y bajó el tramo de escaleras separadas hasta el descansillo donde se juntaban. Ella le imitó. Se juntaron y ella le tendió la mano enguantada, que el besó inclinándose caballerosamente. Tuvieron un intenso cruce de miradas. Después ambos bajaron las escaleras cogidos del brazo. Llegaron al final de las escaleras donde esperaba el padre de Kim. La rubia se soltó del brazo de Sirius y se puso un poco alejada. Sirius esperó frente al hombre. El inclinó la cabeza en señal de asentimiento y Kim sonrió. Acto seguido el hombre entregó un ramo de flores blancas y rosas a su hija. Ambos se fueron cogidos del brazo por un extremo y Sirius por el otro.
-¡Bridget Rollings!- Bridget caminó nerviosa por el pasillo y llegó a las escaleras donde esperaba James. Llevaba un traje negro, una camisa blanca y una corbata roja. Sonrió y Bridget sintió que los tacones no la sostenían. Haciendo un esfuerzo bajó las escaleras y llegó al descansillo. Ambos bajaron las escaleras y tras el consentimiento de su padre ella se fue casi corriendo del brazo del hombre.
-¿Esa es una de tus amigas?
-Si. Kimberly.
-Es muy guapa.- dijo el.
-¿Debería ponerme celosa?- preguntó Kirsten alzando una ceja.
-¡No!- dijo el acariciando su nuca y besándola. Kirsten llevaba un vestido de tirantes azul oscuro mezclado con marrón con dibujos poco definidos. Era de cortes irregulares y tan pronto la llegaba a la rodilla le llegaba a casi el pie. Donde llevaba unas sandalias azul oscuro. El moreno pelo se lo había peinado en un moño de semicírculos.
Lily entró en el imponente club y paso al salón donde se estaba celebrando la puesta de largo. Justo en ese momento Kim se reunía con Sirius. Lily vio algo raro en la mirada de su amiga y en la del amigo de su peor enemigo. ¡Vaya! Kim estaba impresionante... Busco a Kirsten y la vio besándose con un chico. Se sorprendió y se acercó hacía ellos.
-¿Kirsten?- preguntó.
-¡Hola Lily! Te presento a Jake, mi novio.- el chico la dio dos besos.
-Encantado.- dijo el.
-Igualmente.- respondió la pelirroja. No era muy guapo pero tampoco feo, pero sobre todo era atractivo.
-¿Has visto a Kim?- preguntó Kirsten.- ¡Estaba guapísima!
-Estaba espectacular.- añadió Lily.
-¿Sabes como es el vestido de Bi?
-Ni idea.
-Yo tampoco... pero ya no puede faltar mucho. Por cierto¿y ese vestido?- Lily llevaba un vestido verde claro, un poco más debajo de la rodilla, sin mangas y un pequeño escote.
-Bueno... me lo puse en una boda.
-Te queda bien. Y el pelo liso, deberías ponértelo así más a menudo.
-Ya claro... Kirs... ¿podrías venir un momento?
-Si...- las dos se alejaron.
-¿Desde cuando tienes novio?
-Desde hace un año.
-¡Un año¿Cuándo pensabas contármelo¿En las bodas de oro?
-Lo siento... el es muggle.
-¿Y?
-Pues no sé... pero es que me siento muy mal. Tuve pensamientos lascivos sobre Lupin.
-¡Pervertida!- Kirsten rió.
-No puedo presentárselo a mis padres ni podemos estar juntos en público sino escondidos... hoy es la primera vez... estoy nerviosa. Me parece que de un momento a otro entrarán mis padres o los de él y nos descubrirán y...
-¿Cuál sería el problema?
-Mis padres y los suyos se odian.
-¡Los nuevos Romeo y Julieta!
-Encima con cachondeo...- bufó Kirsten.
-¡Y aquí esta James Potter: nieto de Harold y Dayan Potter y Bridget Rollings: hija de William Rollings y Amanda Rollings.- dijo la presentadora del evento. Bridget y James bajaron las escaleras y una vez echo el consentimiento paterno Bridget se fue casi corriendo con su padre.
-¿Qué diablos le pasa a Bi?- dijo Kirsten. Pero Lily no contestó y se quedó mirando a James.
-"No Lily. Otra vez no..."- pensó la pelirroja.
Cuando todas las parejas acabaron de desfilar llegó el momento del baile. La pista de linóleo blanco y negro estaba vacía solo para ellos e iluminada por focos. Las parejas fueron entrando poco a poco. Una suave música comenzó a sonar y los jóvenes comenzaron con su muy ensayado vals.
-No te he dicho nada pero... estas muy guapa.- le dijo Sirius a Kim. Ella se quedó sorprendida por el piropo-.¿No me vas a soltar alguna borderia?
-No, por esta vez te has salvado...- contestó mirando hacía otro lado. Sirius esbozó una ligera sonrisa.-Tu también estás muy guapo.- dijo en un murmullo.
El baile acabo y James fue corriendo hacía un vestido verde que había divisado. La persona en cuestión tenía una larga cabellera roja. James tocó en su blanco brazo. La chica se giró.
-Déjame en paz, Potter.
-Que raro verte por estos parajes... ¿tus padres son muggles no?
-¿También vas a meterte con mis padres?- bramó Lily.
-No. ¿Por qué habría de hacerlo? No soy de ese estilo...- Lily le miró con sus grandes ojos verdes.- Hoy estas... muy guapa.
-Gracias por tu sarcasmo gratuito...- dijo ella marchándose.
-Lo decía en serio.
-Ya... vete a piropear a alguna de esas imbéciles que besan el suelo que tu pisas.
-Evans...
-Ni Evans ni Evons. Déjame en paz. ¡Déjame ya¿No crees que tu cupo de hacerme daño en toda mi vida ya esta lleno¿No crees que es momento de parar?- dijo Lily sintiendo una lágrima correr por su mejilla.
-Yo no...
-Sabías perfectamente que me hacías daño y por eso lo hacías más aposta. No mientas: al contrario de joderle la vida a los demás, lo haces muy mal.- dijo Lily marchándose de allí. James se apoyó en una pared y tomó aire. Vale... quizás se había pasado con ella millones de veces... pero ahora sentía que tenía que hacerse perdonar. Y tenía que recordar que muchas veces soñaba con cosas rojas o verdes... quién sabe, quizás tenía esos colores grabados mucho más adentro de lo que el pensaba... Salió del club y caminó por los alrededores. Vio una hamburguesería muggle con un cartel luminoso. A través de su gran cristalera divisó a la pelirroja con una cazadora vaquera sobre el vestido y comiéndose una enorme hamburguesa mientras lloraba. Se sintió el ser más miserable del mundo... cruzó la calle tras comprobar que no había nadie y entró en el local. La mirada de la chica se posó en el.
-"Y sigue así de insoportable y a la vez guapo. Incluso con la camisa fuera del pantalón, la chaqueta en la mano y arrugada y la corbata en el bolsillo. Con su pelo en intento de peinado y sus ojos grises..." desvió la mirada de el y se centró en su doble cheese burger. Por el rabillo del ojo le vio aproximarse. Y sentarse en el banco acolchado de enfrente de ella.
-Hola.- dijo simplemente. Ella alzó la cabeza.
-¿No me entiendes?
-Si... perfectamente. Pero déjame demostrarte que no soy como crees...
-¿Demostrarme? A mi no tienes que demostrarme nada...
-Quiero hacerlo.
-Pero yo no quiero que lo hagas. Estás perdiendo el tiempo. No te tengo en muy alta estima pero supongo que a ti no te importará. A fin de cuentas¿quién soy yo? Una don nadie...
-Tu eres Lily Evans. La primera persona que se ha atrevido a plantarme cara.
-¿Plantarte cara?
-Me has hecho darme cuenta de que hay veces que... tratamos asuntos que nos vienen grandes... que se nos escapan de las manos y no somos capaces de controlar...
-Bonita observación. Bonita palabrería. Pero te la puedes ahorrar porque...- James la besó y ella se quedó un instante quieta por la impresión. Un fuego interno se le encendió en medio cuerpo, pero su otra mitad, era un océano que pronto se encargó de apagar ese fuego. La pelirroja apartó a James de un empujón y salió de allí. James hundió la cabeza entre sus manos y se alborotó el pelo. En realidad no sabía por qué lo había echo ni que le había lanzado a ello... sin casi darse cuenta encontró sus labios pegados a los de ella y aunque solo fue un roce instantáneo, fue muy agradable. Le hizo sentir un calorcillo especial...
Peter y Remus estaban en la mesa de las bebidas cuando Kisten se acercó.
-¡Hola!- dijo Remus sonriendo. Kirsten se puso un poco nerviosa y derramó un poco de ponche en el blanco e impoluto mantel, que automáticamente, se limpio solo.
-Ho, hola. ¿Qué tal?
-Bien... disfrutando de este lujo que nunca tendré...- dijo Remus con una sonrisa.
-Jejeje.- dijo ella.
-Oye Kooper... ¿sabes quién es el que baila con tu amiga Bridget?- preguntó Peter.
-Mi novio.- Remus cambió ligeramente su expresión a una de alerta.
-¿Tienes novio?- dijo intentando sonar casual.
-Pues... si.
-Que bien... ¿no?
-Claro.- dijo ella.- Si lo que quieres es bailar con ella... olvídalo, Pettigrew.
-¿Pero por qué?- Kirsten se marchó de allí negando con la cabeza y Remus sonrió ligeramente. Luego se puso serio al verla aproximarse con las dos copas a el chico con el que bailaba Bridget. El pasó su mano por la cintura de la morena y ella poniéndose de puntilla le dio un corto beso. Remus se encaminó hacía allí. Peter miró interesado.
-Hola. Soy el vecino de Kirsten.- dijo presentándose al chico-. Al que vieron desnudo... ya te habrán contado... un episodio muy embarazoso...- dijo. Bridget abrió un montón los ojos.
-Pues no... no me había dicho nada...- dijo mirando a Kirsten.
-¡Ah! Bueno... estábamos las chicas y... le vimos por accidente. Nada importante.- dijo mirando a los ojos a Lupin. Bridget le cogió del brazo y le arrastró hacía otro lado.
-¿Qué coño estás haciendo¿Quién te crees que eres? Jake y Kirsten llevan un año saliendo. No es algo que tu puedas joder a tu antojo. Eres un completo imbécil...
-Un poco de respeto, soy tu profesor.
-No. Ahora eres un chaval que casualmente es mi compañero de escuela.- Remus miró al suelo con signo de aburrimiento. -¿No piensas sacarme por lo menos a bailar?
-¿No tendría que hacerlo James?- preguntó el.
-James se ha ido...- dijo ella mirando al suelo.
-Pues por lo visto Sirius no...- Bridget miró al lado derecho del salón y vio a Kim y Sirius bailar bastante pegados. Sirius contaba algo y Kim sonreía.
-Hacen buena pareja.
-Si... quitando el detalle de que se odian y son capaces de matarse...
-¿Tu crees que ahora Kim le mandaría el Avada Kevadra a Sirius?- preguntó la rubia con ironía.
-Bueno... quizá no.
-Me alegra saber que todavía no estas totalmente agilipollado...
-A mi también me alegra saberlo...
-Todavía no hemos hablado de la apuesta.
-Ya. Pero no creas que la he olvidado... ultimo los detalles.
-Interesante... mándame noticias cuando acabes de redactar la Biblia...
-No consigues ser sarcástica aunque lo intentes. Yo que tu lo dejaba, Bridget... se necesita un mínimo de inteligencia para ello...
-Puedes ser un tío legal cuando quieres.- dijo Bridget dejando de bailar.- Pero desde luego no sabía, que cuando quieres, puedes ser un grandísimo gilipollas también... es un placer enterarme...- dijo marchándose. Remus sintió que se había pasado no un pueblo sino un país entero... a fin de cuentas Bridget no tenía la culpa de que el estuviese celoso por lo del novio de Kirsten... un momento¿celoso¿El celoso? No podía haber siquiera pensado eso. El no estaba celoso. Ni mucho menos... estaba... molesto. ¿Molesto por qué? Borracho, si. Sería eso. Era la mejor excusa que se le ocurría... borracho... si, estaba borracho sin sentir los efectos del alcohol, pero estaba borracho...
Eran las dos de la madrugada cuando la poca gente que quedaba abandonó el club.
-¿Quieres dar un paseo?- preguntó Sirius a Kim.
-Son las dos y cuarto...
-Me da igual.
-Esta bien... pero... con este vestido...podría... no... mis padres no me dejarían volver a salir...
-Tus padres se fueron hace un rato a casa.
-Ya.
-Estarán durmiendo...
-Si.
-Podrías... subir, cambiarte, y volver a bajar.
-La puerta no puedo abrirla dos veces, se darían cuenta.
-Existen las ventanas.
-¡Duermo en guardilla!
-Sal desde el segundo piso. Yo te espero abajo.- Kim pareció pensárselo pero aceptó. Entró en su casa y con todo el sigilo posible subió a su cuarto. Se puso unos vaqueros y una camiseta. Se quitó los tacones y se puso las deportivas. Bajó en silencio hasta el segundo piso. Se le aceleró el corazón al pasar por la puerta de sus padres. Siguió por el pasillo de puntillas y llegó a la ventana que daba al jardín. Sirius estaba abajo. Se sentía rara, embriagada de una sensación extraña, la adrenalina que le producía escaparse de casa y algo que no lograba identificar... Cuando la quedaba muy poco para llegar abajo, Sirius la ayudó. Puso una mano en su pierna y la otra en su culo.
-Suéltate. Ya te bajo yo.- Ella obedeció. Cuando pisó suelo firme se quedó mirando a Sirius. Aún estaban en la misma postura.
-Esto... Sirius, tienes tu mano en mi culo.- El chico pareció darse cuenta y la quitó rápidamente avergonzado.
-Lo siento.
-No pasa nada...- se quedaron en silencio mirándose a los ojos.
-¿Salimos del jardín?
-Si... demos una vuelta.
James estaba tumbado en la cama sin poder dormir. No se le quitaba la imagen de Lily de la cabeza y tampoco el recuerdo del roce de sus labios. Eran las cuatro de la mañana y Sirius todavía no había aparecido.
-A quién habrá conocido este...- se dijo a si mismo. Decidió esperarle despierto ya que tenía calor, dolor de cabeza y nada de sueño.
-Creo que deberíamos volver a casa... se esta haciendo de día...- dijo Kim. Estaba sentada en un columpio. Sirius estaba de pie detrás de ella empujándola suavemente.
-¿Vemos amanecer?
-Sirius... cuando quiera llegar mi madre va a estar despierta y me va a echar una bronca...
-¿Habrá merecido la pena?- Kim se giró y le miró a los ojos.
-Si. Claro.
-En ese caso...- dijo el volviéndola a empujar. La verdad es que Kim no quería irse... había pasado la mejor noche de su vida y lo más increíble es que había sido con Sirius Black. El insufrible, egocéntrico y guapísimo Sirius Black. Pero el era más cosas... era divertido, sensible en el fondo, sabía escuchar... y podía resultar hasta tierno si quería. Aparte de estar loco lo que le daba más emoción al asunto...- ¿En que piensas?
-En que... ha sido la mejor noche de mi vida.
-La mía también.- Kim no le vio pero sabía que había sonreído. De repente el paró el columpio. Kim iba a girarse a preguntarle que hacía cuando sintió sus labios en su cuello. Sirius dio un pequeño beso de prueba, ella no dijo nada, lo interpretó como luz verde y continuó besándola. Subió por su cuello hasta su cara y trepó hasta sus labios. Los besó con avidez y ella correspondió. En ese momento sentía que no necesitaba nada más. Cuando empezaron a notar el calor de los rayos solares golpear su cuerpo se separaron y volvieron en silencio hasta sus casa. Ambos hundidos en sus cavilaciones. Ambos pensando que había podido pasar para que el otro hubiese entrado en su duro caparazón anti- enemigos.
Eran las diez de la mañana cuando Sirius entró. James ya estaba duchado y desayunado.
-¿Se puede saber donde estabas?- le preguntó al verle entrar.
-En... el paraíso.- respondió el tumbándose en su cama.
-¿Qué?
-Ha sido la mejor noche de mi vida y dudo que se vuelva a repetir...
-¿Con quién te has acostado?
-Con nadie. No he tenido nada de sexo.
-¿Entonces?
-He estado con una persona que me negaba a conocer. He estado con una persona que... he estado con Kim.- James se quedó quieto.
-¿Qué?
Y en el proximo cap prometo muxisimo james y lily aparte de kirsten remus peter bridgety bridget... bueno, ya vereis. Xao!
