Y aki llegó el penultimo capitulo... ya tngo la historia acabada y estoy esperando si os gusta el ultimo y kereis hacer una continuaciom (pekeña, eso si) bueno, os dejo con el capitulo (q llevo desde el lunes intentando subirlo y no se xq no me dejaba...) pos eso, espero q os guste!


Kim, Sirius, James, Remus, Kirsten, Peter y Lily, esperaban la llegada de Bridget. Cuando la rubia apareció quince minutos después de la hora estipulada, por fin salieron. Las cartas ya estaban echadas y Newcastle era un punto no muy lejano.

Era la una del mediodía y habían parado para comer. Ese día tenían bocadillos que Lily había traído de su casa. Estaban sentados a las afueras de la periferia de Londres.

-Hola.- dijo Kim sentándose junto a Sirius. El la miró y no dijo nada.- Me siento tan avergonzada de lo que te dijo mi madre...

-Mira déjalo. Tu madre me ve como el típico macarra que utiliza a las chicas, y puede que yo sea así... tu eres la típica niña buena, rica, que no se junta con esa chusma.

-Yo no soy así...

-Aparte.- la cortó Sirius.- lo del otro día fue un error. No le des importancia... me dijiste que me arrepentiría. Pues tenías razón... lo he hecho.- se levantó y se sentó junto a James.

-Hola¿es esta la dirección de Roxy Calmaght?- dijo un hombre parando su coche frente a un jardín en el que una mujer pelirroja regaba las plantas.

-¿Roxy qué? No, aquí no vive ninguna Roxy.

-¡Ah! Vale... bueno, muchas gracias.- dijo el hombre.

-De nada...-dijo la mujer sin dejarle de mirar.- Perdone¿usted se llama Eduard?

-Si. ¿La conozco?

-No puedo creerlo... ¿Eduard Fliregan?

-¿Helen Rollings?

-¡Oh dios mío!- dijo la mujer. El abrió la puerta del coche y se bajo.

-Estas... tan cambiada...

-Y tu...

-Pero sigues igual de guapa.

-¿Y tu soltero me equivoco?

-En absoluto.

-¡Ed!- dijo la mujer abrazándole.

-Nunca pensé que te volvería a ver...- dijo el devolviéndola el abrazo.

-He pensado mucho en ti.

-¿En serio?

-He pensado... en lo que habría pasado si hubiese aceptado tu propuesta. Si me hubiese ido contigo a Florida...

-Pues... te habrías casado conmigo a los dieciocho años, en una playa, y te habrías divorciado a los tres meses...

-¿Te has casado?

-Si. ¿Recuerdas a Jessica González?

-¡No!- dijo Helen tapándose la boca.

-Si...- dijo el asintiendo con la cabeza.

-Vaya... pues parece que Florida te ha sentado bien...

-Bueno... Florida, Maryland, Carolina del sur... he viajado por todos los estados unidos.

-Siempre te encantó ser nómada.

-¿Y que fue de ti?

-Me hice medimaga.

-¡Vaya!

-Si... y me fui a África. He estado viviendo allí hasta hace menos de un mes que me volvía a Inglaterra y fui a casa de mi hermano. Su mujer y su hija le abandonaron y yo me fui con ellas. Ahora vivo aquí. En esta casa.

-Interesante...

-¿Tu donde vives?

-En casa de mi hermano.

-Jajaja. Viva el gorroneo.

-Claro.- dijo el con una sonrisa.

-Pues... me paso el día sola. Mi cuñada trabaja y mi sobrina se ha ido a Newcastle con sus amigos.

-¿Newcastle? Mi sobrina también quería ir pero mi hermano y su mujer no la han dejado... no lo saben, pero esta noche se ha escapado y se ha ido.

-¿A Newcastle?

-Si.

-Tiene el mismo aire rebelde de su tío.

-Si...

-¿Quieres pasar a tomar algo?

-Tengo prisa... pero dame tu número de teléfono. Ya que nos hemos encontrado... no hay que dejar pasar la oportunidad.- Helen sonrió.- ¿Sabes usar un teléfono no?

-Si. He aprendido hace poco, pero si.- rió ella. Se lo dio y el entró en el coche.

-Espero verte dentro de poco. ¡Te llamaré!

-Vale...- y arrancó perdiéndose en la lejanía. Helen sonrió y volvió a su tarea de regar las plantas.

-Evans.

-Piérdete.- dijo Lily sin dejar de caminar.

-Oye, escúchame...- protestó el chico.

-No.

-Bueno, pues no me escuches si no quieres... solo quería pedirte perdón. Mira... se que me he portado fatal contigo, lo de la broma, luego las continuas burlas y eso... pero algo ha cambiado en mi. Y quiero que lo sepas.

-¿A si¿Utilizas un champú diferente o qué?

-Hablo en serio. Tu... me gustas. Pero gustar de verdad.- Lily bufó.

-¿Pretendes que te crea? Supuestamente, este año también estabas colado por mi.

-No. El curso pasado no, pero este verano si. Tu forma de pasar de mi es irresistible.

-Ya... pero resulta que tu y yo somos contrarios en TODO.

-Bueno... los polos opuestos se atraen.- respondió James encogiéndose de hombros. Apretó el paso y se puso a la altura de Peter. Lily siguió mirándole un rato. ¿El acaba de decir lo que ella acababa de oír?

Kim andaba sumergida en sus pensamientos. De todas las cosas que sirius podía haberla dicho, había escogido la peor. La había hundido en la mierda.

Sirius miró discretamente a Kim. ¿Por qué la había besado y luego la había dicho que se había arrepentido¿Por qué se comía el tarro por una tía? El, que con chascar los dedos tenía diez pivas a su alrededor. ¿Por qué hasta el mismo había reconocido una leve obsesión por Fliregan¿No se estaría...¡No! Eso nunca... esas nueve letras que formaban la dichosa palabra prohibida, jamás acompañarían como adjetivo a Sirius Black.

Bridget miraba a Peter y a James, que caminaban juntos. El chico Potter era más guapo, más alto, más chulo... y le gustaba. Peter también era guapo, aunque menos espectacular. Más dulce, eso sí. Y ella le gustaba a el. Pero es que le veía y no podía ver más que a un gran amigo... y no se podía forzar a nada más.

Lily miró a James, concretamente a su culo, vale, sería un cretino; pero con un gran culo.

Ese noche, Helen tenía en mente a Eduard. Seguía tan guapo... e incluso más que cuando iban a Hogwats... aún recordaba cuando el la pidió que le acompañase a Florida y se negó. Pero ahora le volvía a ver... doce años después...

Eduard pensaba en Helen y si transformación a lo largo de los años... Estaba... bueno, muy pero que muy bien.- pensó mientras esbozaba una sonrisa.- Siempre había sido alta y con pecho, pero también un poco larguirucha. Ahora tenía un cuerpo bien modelado, con unas bonitas curvas. El cambio de color del pelo también constituía una mejora. Y su sonrisa... eso seguía igual, con el mismo efecto sobre el: que le temblasen las piernas y se volviese bobo. Aunque ahora se conseguía mantener bastante sereno. Para algo había, en teoría, madurado. Ahora era un hombre guapo, alto, bastante codiciado por el sector femenino, de cuerpo atlético debido al deporte, rubio y con ojos azules.

Ambos salieron a pasear a día siguiente por el callejón Diagón (separados) Helen fue a entrar a Florish & Blotts y Eduard fue a salir. Chocaban y no se ponían de acuerdo en quien entraba y quien salía.

-E...

-A...

-Lo...

-¿Me...?

-Jajaja.- rompieron a reír los dos.

-Parecemos tontos...- dijo ella negando con la cabeza.

-¿Quieres un helado?- preguntó el rezando para que la pelirroja no sonriese.

-Claro.- dijo ella con una sonrisa.

-Vamos...- contestó el apretando los puños.

-No puedo creerlo...- decía la señora Fliregan llorando en el sofá del salón. Su marido la miró acusadoramente.

-¡Tu tienes la culpa!

-¿Yo?

-¡Si¡Qué te importaba que se besase con un chico¡Tiene dieciséis años¿Qué hacías tu con su edad, Mary?

-No estamos hablando de mi... estamos hablando de que nuestra hija se ha escapado de madrugada por la ventana o vete a saber por donde y...

-Se fue por la puerta porque yo la abrí.

-¿Qué?

-Si. Yo la di permiso para ir a Newcastle. Tu tomas decisiones sola yo también las tomo.

-¡No puedo creerlo!

-Pues créelo... es muy cierto.

-No me dirijas la palabra...- dijo la señora Fliregan subiendo las escaleras. Sonaron unas llaves y la puerta principal se abrió.

-¿Hay alguien en casa?- preguntó la voz de Eduard.

-Si.- respondió su hermano.- Tu cerrada de mente, cuñada Mary, y tu tolerante hermano.

-A... vale...- dijo el hombre un poco perdido.

-¡Mandy¡Ya estoy en casa!- dijo Helen entrando en el recibidor.

-Vale...- contestó su cuñada distraídamente.

-¿Qué haces?- preguntó la pelirroja andando hacia el estudio de la mujer.

-Mirar facturas...- contestó la rubia. Después soltó un suspiro.- No se como voy a pagarlas... y tengo que comprar las cosas de Bridget para el colegio y el dinero no me llega... tengo lo de la cuenta de Gringotts, pero lo quiero reservar para cuando Bi sea mayor, y es que con lo que me pagan en Madam Malkim... quizás deberías buscarte un trabajo, Helen.

-Ya lo había pensado... y he estado buscando... y cuando Bridget empiece Hogwarts me voy a Burundi. Allí si que hace falta medimagia...

-¿Me estas hablando en serio?

-Completamente.

-Pero...

-Tengo los billetes del traslador en la habitación.

-Bueno... ¿cuándo volverás?- la mujer se encogió de hombros.- ¿Volverás?- su cuñada repitió el mismo gesto.- Ha veces pienso que hablar contigo es como hablar con una varita...

-Deberíamos buscar un lugar para dormir. Comienza a anochecer.- dijo James.

-Tienes razón...- respondió Kirsten.- ¿Alguien sabe de algún albergue cercano?

-¿Al qué?- dijo Bridget. Peter la miró y sonrió dulcemente.

-Princesa creo que no eres nadie sin tu castillo.

-¿Tendremos que dormir en un albergue?

-Me temo que si...- dijo el chico pasando su brazo por los hombros de ella.

-Jooo.- contestó la rubia apoyando la cabeza en el brazo de Peter.

Y efectivamente, durmieron en un albergue. Les proporcionaron unas taquillas (que ellos cerraron con magia) y les asignaron unas literas. Extendieron sus sacos de dormir y fueron al baño. Tras una buena ducha bajaron a cenar. Eran mesas muy largas con bancos corridos. Como en Hogwarts. Se sentaron unos enfrente de otros.

-Estoy agotada...- dijo Bridget.

-Pero si hoy solo hemos andado quince kilómentros.- dijo Sirius.

-¿Y te parece poco?

-Mira Bi, si solo andamos quince kilómetros al día no llegaremos en la vida. Nosotros teníamos pensado una media de veinte o veinticinco por día.- Bridget gimió y enterró la cabeza entre sus brazos.

-Te dije que no vinieses.- dijo Sirius tomando una cucharada de sopa.

-Todos en esta mesa te hemos dicho alguna vez que te calles y tu sigues sin hacer caso. Podías hacerlo, para lo que te sirve la boca...- dijo Kim. Todos la miraron y Sirius se crispó.

-Pues mira, me sirve para hablar, para besar, para cagarla, para vomitar...- Kim le miró, dejó el cubierto con fuerza y subió a la habitación. Ya había algunas personas durmiendo así que en silencio entró en su saco y odio a Sirius con todas sus fuerzas.

A la mañana siguiente tras desayunar salieron del albergue y siguieron caminando.

-Lo siento.- dijo Sirius poniéndose al paso de Kim.

-¿Qué?

-Que lo siento.- repitió el. La rubia le miró.

-No te entiendo.

-Que lo...

-Eso si, al que no entiendo es a ti.- y tras variar su ritmo fue con Kirsten.

-¿Qué te ha dicho Sirius?

-¡Oh! Nada interesante...

Esa misma noche Sirius estaba en una de las literas del albergue de aquella noche. En la cama de arriba dormía Kim. Kim, por ella precisamente no podía dormir. Un día necesitaba comportarse bien con ella, otro día se arrepentía y le daba miedo los sentimientos del día anterior y la insultaba. Se sentía fatal al verla mal e inconscientemente le pedía perdón. Se estaba volviendo loco y por lo visto la estaba volviendo loca a ella.

Kim lloraba en silencio. No podía dormir por Sirius. Se había dado cuenta de que no era mera atracción. Se había enamorado. Y como una idiota. Se había enamorado de uno de los tíos más populares del colegio que la veía como un bicho raro que había que aplastar. No podía haberlo echo peor... le odiaba, pero al mismo tiempo le miraba y sentía que no podía odiarlo sino guardarle rencor por sus palabras que se le clavaban como si de astillas se tratase.

Lily se revolvía incómoda en su saco. Desde allí podía ver a Potter. El tampoco estaba dormido. Miraba el techo desde su litera. Esa noche les habían dado una habitación para ellos solos. El giró la cara y la vio mirándole. Rápidamente se giró pero el la chistó.

-¡Evans!- susurró. Se giró y le miró con mala cara.

-¿Qué quieres?

-He visto que estabas despierta y como me aburro he decidido hablar contigo un rato.

-No creo que sea hora de hablar. Habla con tu almohada, Potter. Te hará el mismo caso que te hago yo.

-Seguro...- dijo el.

-¿Podéis callaros de una puta vez?- dijo Kim asomando su cabeza entre la cremallera del saco y inclinándose hacía abajo para ver a Lily. Sirius alzó la cabeza y sus miradas se cruzaron. Kim se subió rápidamente.

-¿Eduard?

-¿Helen?

-Si, soy yo.- dijo la pelirroja al teléfono mientras retorcía el cable, nerviosa, entre sus dedos.

-¡Hola¿Qué querías?

-Te... ¿te gustaría ir a cenar? Para recordar viejos tiempos...

-Si, si claro. Y después podríamos ir a... bailar.

-Vale. Y... tomar un helado en el parque.

-En el Hyde al amanecer. ¿Recuerdas?

-Me voy a poner colorada... no sigas, Ed, por favor.

-Me... me estoy acordando de todo, de cada detalle. Asta de cómo olías.

-¡Venga ya¿Aún te acuerdas?

-Por supuesto. Colonia de mora.

-Si, jejeje.

-Pues... ¿te paso a buscar a las ocho?

-¿Las ocho? Vale.

-Ponte muy guapa. Bueno, más de lo que vas normalmente.

-Me vas a sacar los colores.

-Es lo que pretendo.

-No me ves.

-Pero te imagino.

-Ed...

-¿Sabes? Has sido la única persona con la que he estado que me ha llamado Ed. O por lo menos, de esa forma...

-Made in Helen.- rió la mujer.

-Si...pues... eso. Hasta esta noche.

-Hasta esta noche, Ed.- concluyó.

-Adiós, Nelly.

-¿Nelly? Eso si que no me lo llaman desde Hogwarts...

-Pues acostúmbrate.- dijo el antes de colgar. Helen se sorprendió con una sonrisa pintada en la cara.

Todos se sorprendieron a si mismos despertándose a las doce de la mañana. Para esa hora el albergue ya estaba vacío. Al igual que los baños pero estos solo tenían agua fría por las horas. James entró a ducharse el primero y se dejo una rendija en la puerta. Fue la oportunidad de oro para las chicas. Silenciosamente se deslizaron y colocaron sus cabezas en fila para poder ver todas.

-Santo díos...- dijo Kirsten.

-Madre mía...- murmuró Lily.

-¿Cómo puede andar con eso entre las piernas?- preguntó Bridget.

-Nunca lo hubiera imaginado...- comentó Kim no muy interesada.

-¿Espiando?- dijo la voz de Peter.

-AAAA.- gritaron las cuatro, cayendo sobre la puerta, que se abrió, dejándolas a ellas ir a parar al suelo del baño.

-AAAAA- chilló James intentándose tapar.

-No te tapes, ya te hemos visto.- dijo Kirsten levantándose.

-Que alivio...- murmuró el chico. Las otras tres se levantaron y le miraron riéndose.

-Me parece, querido Jammie, que solo nos quedan dos y a vosotros tres.

-Si, pero os quedan los más difíciles.

-¿Estas seguro?- dijo Lily acercándose un poco a el.

-Si.

-Vale... vamonos chicas.- sus amigas obedecieron y entre risas salieron del baño.

-¡Sirius!- gritó Lily al entrar en el dormitorio.

-¿Qué?

-Aprende de James, no se como andará con eso entre las piernas... que raro que seáis amigos con lo diferentes que sois, mister milímetro.- comentó Kirsten pasando junto a el. Kim alzó las cejas y le miró.

-¡Ya estoy harto! -Gritó el moreno. Las cuatro amigas se juntaron y le miraron.

-¿Por qué¿Estas acomplejado por tu micropene?- preguntó Bridget.

-¿Es esto pequeño¿EE?- gritó Sirius bajándose los pantalones y los calzoncillos.

-¡OOOHHH!- gritaron las chicas mirándole con los ojos abiertos y la boca abierta. Luego se taparon la boca con la mano y rompieron a reír.

-Caíste Black.- dijo Kim poniéndose delante de el. Luego le miró.- No esta mal.- y fue hacía los baños. De allí salía en ese momento James aún chorreando agua y con una toalla a la cintura. Se quedó quieto al ver a Kim caminar hacía el baño y Lily, Bridget y Kirsten delante de Sirius que tenía los pantalones y los calzoncillos bajados y el culo al aire.

-E... ¿Sirius?- su amigo se subió corriendo los pantalones y salió de la habitación.

-¿Difícil decías?- preguntó Lily mirándole. James apretó los puños.- Uno.- corearon sus amigas.

A partir de ahí la situación era muy tensa. Ese día se camino en silencio y no se hablo casi excepto Kirsten con Remus. La chica fue a picarle justo al salir del albergue.

-Bueno... esta claro quien ganará la apuesta ¿no?

-Sois unas tramposas.

-No hemos incumplido ninguna norma.

-Teníais bajo presión moral a Sirius.

-Tu amigo tiene menos cerebro que un mosquito. Y lo ha demostrado con creces.

-Y vosotras tenéis menos...

-¿Menos qué?

-No sé que decir, déjame en paz.

-Oye Remus.

-¿Qué?

-Lo he dejado con Jake. Bueno, el me ha dejado a mi...

-¿Y?

-Ya no eres el otro.

-Kirsten... déjalo.

-Pero... ¿no te gusto?

-Si... si me gustas, pero no... déjalo.

-No. Explícame. ¿Te gusto o no?- preguntó ella.

-Si.

-Pues... a partir de ahora, lo demás, corre de mi parte.- dijo la chica dándole un beso detrás de la oreja.

Helen estaba nerviosa. Se miró por enésima vez en el espejo de su cuarto. Eran las ocho y dos... y Eduard estaría a punto de llegar... se tocó el cuello y recordó que no se había echado colonia. Como una loca empezó a buscar el frasco de colonia de mora que tenía guardado. Eran y seis y aun no lo había encontrado... claro que Eduard aún no había venido. ¡Allí estaba! En el fondo del baúl... se echó unas gotas tras las orejas y se miró por última vez antes de salir de la habitación.

Eduard estaba muy nervioso... ahora frente a la puerta de la casa de las Cackpier/Rollings era más difícil... se sentía como en la primera cita de todo adolescente... y entonces ella abrió.

-Estás...- se quedó mirándola.

-¿Guapa?

-No.- la cara de Helen se desencajó.

-Mucho más que guapa.- concluyó con una sonrisa. Entonces ella recuperó su aspecto radiante. Llevaba un vestido de tirantes granate. Ajustado y con escote. Luego lo acompañaba con una especie de chal, que rodeaba sus brazos y se abrochaba en la parte de delante. Era de piel verde oliva. Las sandalias eran granates al igual que los labios. El pelo lo llevaba suelto con las puntas rizadas para fuera.

-Tu vas... bien.- dijo ella asemejando un simple vale. Eduard sonrió.

-Esto es... para ti.- dijo tendiéndole un ramo de flores blancas.

-Esto parece una cita, y debo recordarle, señor Fliregan, que solo es un... recordatorio de tiempos pasados.

-Pues eso, no te habré ido a buscar a casa de tus padres... y a ayudarte a escaparte de casa por las noches y a colarte por las mañanas.- Helen sonrió.

-Las pondré en agua... ¿quieres mientras una copa?

-Déjalo. Tenemos reserva en el restaurante. Date prisa.- ella asintió y fue hasta la cocina con el resonar de sus tacones. Al rato volvió ya sin las flores.

-Vámonos.- salieron de la casa y montaron en el coche de el. Fueron hasta el restaurante y entraron guiados por un camarero hasta su mesa.

-Es un sitio precioso...- dijo ella mirándo a su alrededor.

-¿No has estado nunca?

-No.

-Bueno... es algo más elegante que nuestra primera cita...

-Aquel restaurante tan cutre de Hosmedague...

-Era lo peor.- dijo el riendo.

-No teníamos mucho dinero...

-Éramos jóvenes.

-¿Sabes? Vienen mi sobrina y sus amigos a casa y... me siento tan... mayor. Vieja, comparada con ellos.

-Si...

-El otro día vinieron a casa y se emborracharon... y me recordó aquella borrachera que nos cogimos todo el grupo y nos quedamos dormidos en la sala común con todas las pruebas y la Macgonagall nos pilló...

-Jajaja. Bueno, ahora podemos emborracharnos y nadie nos regañará.

-No sirvo para emborracharme. Pierdo el control y no se ni lo que hago...

-Entonces, a beber se ha dicho...

-¿Sabes? A veces viene bien recordar cuando éramos jóvenes...

-Aún eres joven.

-No lo soy...

-¡Oh vamos¡Tienes 30 años! Esta noche te voy a demostrar lo joven que eres...- dijo Eduard tomándole la mano inconscientemente. Luego, se dio cuenta y la soltó rápidamente. -¿Más vino?

Después de la cena fueron al coche de Eduard, que condujo hasta una discoteca.

-Desentonamos mucho...- dijo Helen saliendo del coche.

-Ya verás como no...- entraron y bailaron al principio un poco cohibidos. Luego se dieron cuenta de que nadie les miraba y se divirtieron de lo lindo. Eran las cuatro y media de la mañana cuando salieron de allí. Fueron paseando hasta el coche.

-¿Hace un paseo por el Hayde? Para recordar...

-Pero solo pasear, no recordemos todo.

-Vale...- y así lo hicieron. Pasearon por el parque y a las cinco y cuarto estaban de nuevo en el coche.

-¿La última copa?- preguntó Eduard.

-Vale. Pero... vamos a mi casa. Los tacones me están matando.- el obedeció y aparcó frente la puerta de la casa. Helen abrió la puerta y le indicó con un gesto de la mano que se sentará en el salón. Ella fue hacía la cocina

-¿No esta tu cuñada?

-No. Está en casa de sus padres en Devon... volverá dentro de dos días. Tengo la casa para mi solita...- dijo ella desde allí.

-Que envidia.- comentó Eduard pasando su vista por el salón.

-No creas...- se oyó el sonido de los tacones de Helen acercarse.- A veces me siento sola...- siguió entrando en el salón. Le tendió un vaso con líquido anaranjado. El lo cogió receloso y se sentaron en el sofá. Helen se libró de los tacones y se reclinó un poco en el sofá.

-¿Qué es?

-No lo sé. Un poco de todo.- rió ella.

-¿Tiene alcohol?

-Muchísimo.

-Vamos a ver...- Eduard lo probó un poco y con una mueca de asco lo dejó sobre la mesa de café.- No sirves para barman.

-Jajajaja.- rió ella echando la cabeza hacía atrás.- Sabes... creo que estoy un poco achispada.

-¿Si?

-Te dije que no debería beber... ¿no querrás emborracharme para llevarme a la cama?

-Si quisiera llevarte a la cama, utilizaría otros métodos.

-¿Cómo cuales?

-Como estos.- dijo el besándola.

-Interesante...- notó la mano de el en su rodilla.-Te has vuelto muy directo con el tiempo ¿no?- preguntó mirándole.

-Solo en lo que me gusta de verdad.- respondió el encogiéndose de hombros.

-¿Y yo te gusto?

-Si.- ella asintió y con un gesto rápido se sentó a ahorcajadas sobre el, besándolo. Estuvieron un rato así y luego el la cogió en brazos, con sus piernas alrededor de su cadera y tentó en busca del cierre del sujetador. Bajó los tirantes del vestido y la cremallera mientras ella le quitaba la camisa. Entonces se encontró con el cierre del sujetador... lo intentó, Díos sabe que lo hizo, pero no podía desabrocharlo. Helen abandonó su boca y le preguntó que que pasaba.

-No... no puedo.

-¿Sigues igual¿Aún no has aprendido?

-Las mujeres se lo quitan para mi... no tengo la necesidad de aprender.

-Osea que sigues igual, incluso con el mismo ego o más.

-¿Vamos a discutir?

-No.

-Entonces... creo que tiene fácil solución...- dijo el pasando el dedo por el cuello de Helen y besándola.- hazlo tu y punto.- Ella acarició su cara y le besó mientras que con una mano se desabrochaba el sujetador. Eduard la tumbó en el sofá y la acabo de desnudar mientras ella hacía lo mismo con el. Después de tantísimos años volvieron a conocer íntimamente sus cuerpos, volvieron a tener dieciocho años. Ambos se volvieron a sentir así con los besos del otro. Eduard no pudo más que sentir su corazón latir a cinco mil pulsaciones por segundo al escuchar entre gemidos y suspiros de Helen pronunciar ese Ed de forma tan especial.

Eduard abrió los ojos y vio a Helen abrazada a el, desnuda. Recordó con una sonrisa lo de esa noche... había sido perfecto. Mejor que cuando eran adolescentes e inexpertos. La observó. Estaba más bonita que entonces. Tenía un cuerpo perfecto que completaba con su personalidad. Sabía que quizá fuera solo asunto de una noche pero se sentía terriblemente bien y no tenía ganas de levantarse, ni de moverse, por miedo a despertarla. Si bien solía despertarse por las mañanas y se marchaba de las casas esta vez no lo hizo. Le apetecía desayunar con Helen y comer, y volver a hacerla el amor... ella abrió los ojos y le miró.

-Buenos días...- dijo bajito mientras se despertaba del todo.

-Buenos días.- dijo el mirándola.

-¿Qué tal has dormido?

-Bueno... bien. Helen... lo de...

-¡Shhh!- dijo ella poniéndole su dedo índice sobre los labios.- Más tarde.- y le besó. Se incorporó y se puso la ropa interior.- Voy por algo de desayunar. Ahora vengo.

-No tardes.

-No.- dijo ella sonriéndole. Se fue y volvió al rato con una bandeja. –No hay gran cosa pero...

-Da igual.

-Bueno¿de que querías hablar?

-¿Ha sido solo una noche?

-¿Lo ha sido?

-Para mi... no.

-Para mi tampoco.

-Eso quiere decir que seguiremos quedando y...

-Avanzando. Conociendonos más.

-¿Más? Nos conocemos ya, hemos salido juntos muchísimos años.

-No me refiero a eso. Solo digo que tiempo al tiempo.- le cortó.- Vuelvo ahora, voy a ducharme.

-¿Subo contigo? Para ahorrar agua, digo...- ella rió.

-¿En serio quieres venir?

-Si.

-Vale... sube.- el la miró y ella sonrió dirigiéndose hacía las escaleras. Eduard la siguió extrañado de que aceptara y contento de su suerte.

Había pasado una semana desde que salieron de Londres camino a Newcastle y la travesía comenzaba a hacer sus marcas. Las ampollas y el dolor de pies se convirtió en algo cotidiano... Peter se había esforzado mucho con Bridget y parecía que comenzaba a surgir efecto. La chica cada vez sentía más apego por el. El cariño se estaba convirtiendo en el algo más...

-Bridget. Aún no me has dicho quién te gusta.

-Me gustaba. Ahora... creo que me gusta otra persona.- dijo mirándole. Peter sonrió un poco.

-¿La conozco?

-Creo que... si. Si, la conoces.

-¿Va a Newcastle?

-Si... va a Newcastle.

-¿Te besaría en este momento?- preguntó el parándose. Bridget le imitó.

-No lo sé... pero, eso espero.- Peter sonrió y acortó la distancia para besarla dulcemente. Bridget le miró.

-Pete, aún no estoy segura... ¿vale? No me presiones... yo te lo diré cuando lo sepa.

-Vale.

-¿Seguro?

-Que si. Si hay algo de lo que sepa, es de paciencia.- Bridget sonrió.

-¿Ves? Por eso creo que me gustas. Eres tan terriblemente dulce...- el sonrió mirándo al suelo.

-Gracias, supongo.- la rubia le dio un beso en la mejilla y le cogió de la mano.

-Vamos, nos hemos separado de los demás.

-Y ahora, solo falta Peter.- le decía Kirsten a Kim.- ¿Sabes? Creía que lo de Sirius sería distinto... que tu te acostarías con el y entonces le verías.

-Sería poca originalidad... ¿no crees? Mejor cada uno de un modo...- comentó Kim tristemente. ¿Ella con Sirius¿Desde cuando? Tendría que ocurrir un milagro... el chico llevaba una semana sin siquiera mirarla y no digamos dirigirla la palabra...

-Tío tenemos que conseguir ver a Evans, Kim y Bridget en bolas.- le decía Sirius a James.

-Si tu no te hubieras bajado los pantalones, literalmente, ante ellas, ahora no tendríamos ese problema.

-Si tu hubieras cerrado la puerta mientras te duchabas... solo tendríamos el problema Remus.

-¿Ves? El si que jugo bien su carta... vió desnuda a Kirsten y encima, pilló.

-¿Por qué todo le sale siempre bien? Da asco...

-Creo que ya se como ver a Evans desnuda... y además, creo que lo pasaré muy muy bien...

-¿Puedo emplear esa táctica con Kim?

-Bueno... no debería... pero, vale, te dejaré...

-¿Y en que consiste?- James se acercó al oído de Sirius y le contó todo. El moreno esbozó una sonrisa.

-Bien pensado, Prongs.- y después chocaron la mano.

-Han planeado algo.- dijo Lily llegando hasta Kirsten y Kim.

-¿A si¿Y que piensas que es?- preguntó la rubia.

-¿La manera de verte a ti, a Bi y a mi desnudas, por ejemplo?

-¡Ah!

-Bueno, no os preocupéis... si no lo han hecho ya... ¿cómo lo van ha hacer ahora?- preguntó Kirsten. James giró la cabeza y miró, con una sonrisa burlona y alzando las cejas, a Lily.

-No lo sé. Pero no me gusta nada...- respondió la pelirroja.

Cuando esa noche llegaron a una aldea cercana a Rugby, buscaron donde poder dormir. Pero el sitio era tan pequeño que no había albergues ni hoteles.

-Perfecto¿Y ahora que hacemos?- dijo Lily sentándose en un banco y tirando la mochila junto a ella.

-Quedarnos sentados no, desde luego.- contestó Remus.

-¿Y cuál es tu plan? No siento lo pies...- dijo Kirsten.

-Voy a buscar algún sitio.- dijo James poniéndose de pie.

-Te acompaño.- dijo Sirius levantándose también.

-Que lo haga Evans. Tengo una propuesta que no podrá denegar...

-¿Tu crees?- respondió la chica desde el banco.

-Estoy seguro.- ella se levantó y le siguió a regañadientes.

-¿Y bien?- dijo mientras pasaban por un callejón. El la arrinconó contra la pared, sin previo aviso y la besó. Ella se quedó un poco sorprendida y luego le apartó.

-¿DE QUÉ COÑO VAS!

-Me apetecía besarte desde hace varios días.- Lily le pegó una bofetada.

-¿Y tu¿De qué vas tu?

-Me apetecía pegarte desde hace varios años.- respondió ella encogiéndose de hombros.

-¿Ves? Por eso se que eres mi mujer ideal.- la pelirroja bufó.

-¿Sigues con esas chorradas?

-Si.

-¿Y no piensas parar? Llevo dos semanas escuchando la misma sarta de tonterías. Ya has conseguido que me venga a Newcastle. Ponle un fin o lo pondré yo.

-Esta bien... Oye, si vosotras conseguís ver desnudo a Peter, ganaríais la apuesta.

-Hasta ahí estamos de acuerdo.

-Vale... pero Peter no es un chico fácil. Y teneis que tener en cuenta que ahora nosotros le protegeremos...

-Ya, claro... tu y Black tampoco eráis plato fácil y mira. Black lo hizo solito.

-No me recuerdes ese anécdota ¿quieres?- Lily sonrió suficientemente.

-¿A dónde quieres llegar Potter? Os sacamos una gran ventaja...

-Lo sé. Y por ello te propondré una cosa.

-Soy toda oídos.

-Una partida al strip póker. Se sobreentiende que quien va perdiendo se va desnudando. Sin tonterías ni piedad. Hay que quedarse en bolas completamente.

-No.

-¿Por qué¿Tenéis miedo?

-No me gusta el strip póker. Pero tengo otra idea...

-¿A si?

-Si. Una carrera.

-¿Una carrera?- dijo James burlonamente.

-No jugaré al strip póker.

-Ni yo correré.

-¿Fifty fifty?- James lo pensó un instante y después asintió imperceptiblemente con la cabeza.

-Que empiece la función.- dijo el chico estrechando la mano de la pelirroja.

-Y ahora... ¿buscamos donde dormir?- Al final una mujer mayor que vivía sola les dejó dormir en su enorme casa a cambio de quince libras por alojamiento y desayuno. Aceptaron y ella les llevó a un enorme desván algo destartalado con siete camas.

-Oiga, falta un cama.- le dijo Sirius.

-Lo siento, querido. Solo tengo siete... alguien tendrá que dormir en el suelo... por eso solo he cobrado siete alquileres. ¿Recuerdas?- Todos corrieron hacía las camas con la intención de librarse del suelo. Sirius y Kim coincidieron en una. A base de empujones la chica consiguió hacerse con el colchón y se tumbó todo lo larga que era.

-Que duermas bien, Blackie- Boo.

-Vete a la mierda.- gruñó el chico mirándola con envidia. Ella rió y se acomodó un poco más. La mujer mayor, salió de la habitación y les dejó solos. Sirius se levantó y cogió a Kim en brazos. Ella pataleó.

-¿De quién es la cama ahora?- preguntó el burlonamente. Kim se escurrió por sus brazos y saltando por encima de sus hombros se tiró a la cama.

-¿Mía tal vez?- Sirius maldijó y la quitó la almohada, de debajo de la cabeza, bruscamente. Acto seguido le dio en toda la cara. Kim se quedó quieta y después cogió la otra almohada y le dio a el. Kirsten les imitó y le tiró un cojín a Remus. El recibió el golpe sorprendido y después contratacó.

-Chicos¿queréis comportaros de una ve...- Lily fue callada por almohadazo de James. El rió y ella se lanzó contra el armada con un cojín. El la cogió y la subió sobre su hombro, al estilo saco de patatas. Después la dio vueltas mientras ella reía. Peter hacía cosquillas a Bridget en la cama de al lado. Ella se intentaba librar pegándole con su almohada pero de poco le servía. Al final Sirius cayó en la cama encima de Kim. Ella con la respiración entrecortada le miró a los ojos. El, que tenía el peso repartido en los brazos, a ambos lados de Kim, los dobló un poco y se acercó más a ella.

-¿No podemos compartirla?

-¿No te arrepentirás luego?

-¿Lo harás tu?

-Puede, no lo sé.

-Bueno... vive el hoy sin pensar en el mañana ¿no?- Kim abrió la boca para responder pero Sirius la besó. Ella hizo presión hacía arriba, indicándole que se separará de ella.

-No. No te lo voy a permitir más... duerme en la cama, si quieres.- dijo levantándose y caminando hasta el pasillo donde estaba el baño. Sirius se tiró en la cama y cerró los ojos. ¿Sentía ella algo por el? Si era así... pobrecilla. El no sentía nada por ella y la chica iba a sufrir un desengaño... ¿no?

Lily buscaba su pijama en la mochila.

-¿Buscas esto?- dijo James enseñándoselo.

-¿Qué haces tu con eso?

-Se te... cayó antes.

-Ya.

-Es verdad.- Lily le miró un instante y después se giró hacia su mochila.-Lily.

-¿Qué?

-En... en el pueblo, hay un... bueno... ¿quieres... venir... esta noche... conmigo a dar una vuelta?

-No.

-Por favor.- Lily le miró.

-Esta bien, pero nada de chorradas en plan: eres la mujer de mi vida ¿entendido?

-Vale. Entonces... a las doce.

-No. Dentro de...- miró su reloj.- quince minutos. Y ya es tarde.- El chico puso de fastidio pero asintió.

Y quince minutos más tarde Lily y James caminaban por las callejuelas del pueblo.

-¿Y bien?- preguntó Lily.

-Hace una noche bonita ¿verdad?

-¿Me has traido aquí para hablar del tiempo?

-No... e... supongo que...

-Vamos, no tengo todo el día, Potter.

-Tu sabes que yo siempre soy un chico...- dijo James parándose.

-¿Gilipollas?- completó Lily parándose en frente suya.

-No. Bueno, no sé. ¿Lo soy?

-Si.

-¡Ah! Vale... bueno... pero... aparte de gilipollas yo me consideraría un chico atrevido.

-Bueno, podría decirse que si. Pero eres gilipollas en tu mayor parte.

-Vale... gracias por los datos, pero... bueno, cuando estoy contigo... me siento gilipollas.

-¡Ah¿Pero no te sientes así siempre?

-Por favor, Lily... estoy intentado hablar en serio.

-¿Crees que bromeo? Vale... esta bien.

-Pues eso, que... creo que me gustas. Pero, gustar de verdad. No como aquella vez... no como en las bromas que te echo... creo que me gustas... mucho.- Lily no hablo y bajó la mirada. -Tienes... esos ojos verdes tan bonitos... y ese pelo que... bueno, estoy seguro que no soy el único al que ha cautivado.

-Déjate de bobadas y cursilerías. Yo no soy guapa, lo tengo asumido, pero no te burles de mi. Eso no voy a permitirtelo.- hizo ademán de marcharse pero James la sujetó por el brazo y la giró. Acto seguido la besó sin esperar respuesta. Lily se quedó quieta, volviendo poco a poco a la realidad. James Potter la estaba besando por tercera vez en el verano. James Potter se le había declarado una noche, a solas, y la estaba besando... ¿Qué debía hacer¿Irse¿Disfrutar? La segunda opción parecía más tentadora... además, un beso no significaba nada... Pasó sus brazos por el cuello del chico y se dejó llevar. Pero el aire se acababa y ambos tuvieron que separarse. James la miró un instante y luego se lanzó contra su boca. Lily correspondió y pasó sus manos por el pelo del chico, despeinándolo. El siguió un rato más con su cuello pero luego bajó a su oreja y por último a su cuello. Entonces, Lily se vio a ella desde otra perspectiva, como si fuese otra persona y se separó rápidamente.

-¿Qué estas haciendo?

-¿Perdona? Tu también me estabas besándo.- Lily se tapó la cara con la mano.

-¡Mierda¡Mierda!- chilló.- ¿Me has dado un filtro amoroso o algo parecido?

-¿Qué dices?

-No.. bueno entonces... ¡No¡Te he besado!

-Tampoco es tan grave.- Lily notó una lágrima correr por su mejilla y ni se molestó en quitarla del medio.

-Si lo es... es... una mierda.- continuó mientras empezaba a llorar.

-Yo... lo siento.- dijo James acercándose. Lily se le echó encima acercó y le abrazó llorando. James se quedó quieto y después pasó sus brazos alrededor del cuerpo de ella. Estaba abrazando a una chica que lloraba por haberla besado... si se había visto en alguna situación asi de rara que se lo dijese alguien porque el no lo recordaba...

Volvieron a la casa y entraron a la habitación. Todos "dormían" menos Bridget y Peter que hablaban en susurros, sentados, en la cama del chico. Lily entró y tras coger su pijama fue al baño. James se acercó a Bridget y Peter.

-Bi... creo que deberías ir con ella.

-¿Qué le has hecho?

-¿Yo¡Nada, joder!- dijo el chico de mala leche. La rubia le miró con los ojos entrecerrados y salió de la habitación en busca de su amiga. Peter miró a James.

-¿Qué pasa?

-¿Alguna vez has abrazado a una chica que lloraba por haberse besado contigo?

-E... no, creo que no.

-Bueno, pues yo si. Eso es lo que me pasa.

-¿Qué?

-He salido con Evans y... la he besado. Y luego ella, me ha respondido. Al cabo de un rato se ha separado y a empezado a chillar y a llorar. Estaba ya casi asustado cuando se me a abrazado. Y yo pues... la he abrazado también.

-Lo que no te pase a ti...- dijo Peter moviendo la cabeza.- Buenas noches.- cortó la conversación metiéndose en su cama. James asintió y tras quitarse la ropa y las zapatillas, se metió en calzoncillos a la cama. No se enteró de cuando volvieron Lily y Bridget.

Remus daba vueltas en la cama... justo cuando había ido a entrar al baño estaba Kirsten dentro... y la visión de ella en sujetador le trajo el recuerdo de ella desnuda. Sacudió la cabeza y cerró los ojos... duerme Remus, duerme... estaba desnudo cuando sintió a alguien meterse dentro de su cama y taparle la boca. Se giró corriendo y distinguió en la oscuridad los ojos de Kirsten. Ella le soltó.

-¿Kirsten?- preguntó en un susurró enfadado.

-Ajá.- dijo ella besándole en el cuello.

-¿Qué haces aquí?

-Quería verte. ¿Tan raro es?- preguntó volviéndole a besar esta vez en la oreja.

-No. Kirsten vete.- ella negó con la cabeza y se tumbó sobre el. Luego le besó en la boca. El apartó la cara. –Vete.- repitió.

-No quieres que me vaya, no seas hipócrita.

-¿Cómo que no? Claro que quiero que te vayas. Vamos, vete.- dijo echándola a un lado. Ella le acarició el pecho.

-¡Oh vamos!- le volvió a besar y el volvió a apartarse. Eso se repitió unas cuantas veces hasta que no le hizo falta (a Kirsten) repetir la operación. Remus no pudo resistirste más y la dejo tranquila. Ella fue hasta su boca y comenzó a besarle. Volvió a subirse sobre el y le besó con más comodidad. Ya llevaban un rato cuando el la volvió a apartar.

-Vete.- ella se levantó de la cama y le miró. Luego se inclinó le besó en la comisura de los labios.

-No sabes lo que te pierdes.- susurró antes de meterse en su cama. Remus gruñó y se puso de espaldas a ella.

Kim estaba dormida y sentía a su lado moverse a Bridget. Entonces su amiga paró, por fin y ella pudo percibir el casi silencio de la habitación. Un momento, solo se oía roncar ligeramente a Peter. ¿Dónde estaban los ronquidos de Sirius? Se levantó un poco y vio su bulto en la cama. Si estaba allí significaba que no estaba dormido... ¿qué le quitaría el sueño?

A la mañana siguiente nadie habló mucho, en parte por el sueño. James les contó todo con señales a sus amigos y Lily hizo lo mismo con sus amigas.

-¿Y la besaste sin más?- preguntó Remus.

-No, antes me declaré.

-¿Y solo la besaste?- intervino Sirius.

-Si. No me voy a poner a violarla.

-¿Y te besó sin más?- dijo Bridget.

-Si. Fue... asqueroso.- mintió Lily.

-¿Y solo te besó?-preguntó Kirsten.

-¿Qué querías¿Qué me violase?

-Y luego... se me echo a llorar en los brazos.

-Y cuando estaba llorando se aprovechó y me abrazó.

-Como me gustaría repetirlo...

-Como vuelva a ocurrir me corto las venas.

-Y creo que también disfrutó...

-No he sentido más asco en mi vida...

Y Lily que iba delante giró la cabeza hacía atrás y James, que iba detrás alzó la cabeza y sus miradas se cruzaron. Fue solo un segundo, un instante, pero retransmitía mucho, muchísimo.

Helen miró otra vez el papel con la dirección. Parecía correcto... nerviosa, se acercó a la puerta y llamó al timbre. Una mujer de unos cuarenta años abrió la puerta.

-Hola.- dijo Helen. La mujer la miró.

-Hola¿qué desea?

-¿Vive aquí Eduard Fliregan?

-Si, es mi cuñado. Pero no esta en casa...

-¡Ah! Bueno... pues, dígale que Helen Rollings a estado aquí.

-¿Rollings¿Tiene una hija que se llama Bridget?

-Una sobrina.- respondió Helen.

-Mi hija... es amiga de su sobrina. Íntimas.

-¿También esta en Newcastle?- la mirada de la mujer se empañó.

-Si. O eso creo... ahora... tengo prisa.

-¡Ah! De acuerdo... adiós.

-Adiós, le diré eso a Eduard...- y cerró la puerta rápidamente.

Y los días pasaban y los chicos proseguían con su camino. Ese día tenían pensado llegar a Sheffield e iban caminando por al lado de una carretera. Un coche descapotable blanco paró a su lado. En el iban tres barbies rubias.

-Hola guapos.- dijo una a James y Sirius. Peter y Remus se acercaron mientras las chicas (las del coche y nuestras protagonistas) les miraban.

-Hola.- dijeron ellos.

-¿A dónde váis?

-A Newcastle.- respondió Sirius. La que conducía y la copilota cruzaron una mirada.

-¡Qué casualidad!- dijo la de atrás.- Nosotras... también. Si, a Newcastle... ¿queréis subir? Los chicos se miraron.

-¿Quiénes?

-Vosotros tres, claro.- dijo la copilota señalándoles a Sirius, James y Sirius. El moreno sonrió.

-Pues verás... es que venimos con más gente...- dijo James.

-Yo no me subo.- dijo Remus.- No dejo solos a Peter y a las chicas.- James pareció entrar en razón.

-Es verdad.

-¿Pero por qué¡Oh vamos! Yo me subo.

-Allá tu Sirius.- dijo James.- Yo, no abandono a mis amigos.- Sirius les miró a ellos y luego a las chicas que tenían cara de impaciencia disimulada con una sonrisa. Después miró a el grupo de Lily y las chicas. Concretamente a Kim. Ella no expresó nada especial con su mirada pero si le dedicó una mirada larga. El chico lo pensó unos instantes y luego miró al coche.

-Lo siento... pero yo tampoco voy.

-Que pena...- dijo la que conducía.- Con lo monos que sois... en fin, adiós.- y arrancó perdiendose de vista.

-Has hecho lo correcto.- dijo James dándole una palmada en la espalda.

-Si, pero... ¡con lo buenas que estaban...!- murmuró apenado.

-Has hecho lo correcto, lo sabes.- repitió su amigo. El moreno asintió y miró a Kim. Ella le miró a los ojos un instante y se acercó.

-¿Por qué no te has ido con ellas?

-Porque con quien vengo es con vosotros. Mis amigos.- ella negó con la cabeza y echó a andar.

-Yo no soy tu amiga.

-¿Qué no? Yo creo que si...- respondió el pasando su brazo por los hombros de la rubia.

-No.

-Si.

-No.

-Si.- y siguieron un buen rato.

-Me alegra saber que a fin de cuentas, no eres tan cabrón como creía.- dijo Lily mirándo a los ojos a James.

-A mi me alegra saber que lo sabes.

-Respecto a lo del otro día...

-No paso nada ¿no?

-Claro, nada.

-Perfecto.- dijo James con una sonrisa. Lily sonrió también.

-Mejor imposible...

-No has ido porque yo soy más guapa.- dijo Kirsten mirándo a Remus.

-¿Eso crees?

-No lo creo, lo sé.- contestó ella con una sonrisa.- O por lo menos, a ti te gusto más.- añadió.

-Puede ser.

-¿En serio?

-Si.- la chica sonrió y tras ponerse de puntillas le dio un beso en la mejilla.

-¡Peter!

-¿Qué quieres, Bi?

-Hablar contigo. Llevo varios días sin hacerlo y tenía ganas.

-Aaa. Y bueno... ¿te has decidido ya?

-Mmmm... no, aún no. Pero es que... no haces nada para que decida.

-Me dijiste que no te presionara.

-Pero... una cosa es presionar y otra cosa... hacer méritos.- Peter la miró.- ¡Oh vamos¿Tan tímido eres?- el chico se puso rojo.- No me estoy metiendo contigo pero... quizá, si tuvieses un poco de iniciativa... ¿Yo te gusto?

-Sabes que si.

-Entonces dímelo. Y después... dame un beso.- Peter cogió aire.

-Bridget... tu a mi me gustas mucho.- y acto seguido, casi sin dar tiempo a la rubia de reaccionar, puso su mano en la nuca de la chica y la besó. Fue un beso intenso y dulce.

-¿Ves? No era tan difícil... -murmuró ella. El chico sonrió

-Tienes razón. Pero... ¿qué tal si lo haces tu ahora?

-Quizá ahora te pases de atrevido...- dijo ella con una ceja levantada.

-Puede, pero quien no arriesga no gana.- Bridget sonrió y se mordió el labio inferior. Después se puso de puntillas y le dio un corto pico. Después otro más largo y finalmente profundizó el beso.


Ya sabeis... dejarme un review... y el siguiente el desenlace! el fin del verano y la esperada llegada a Newcastle!

Capitulo 7:

-Perdona¿te conozco?

-¡Corta el rollo tío! Esa técnica es muy antigua...

-¡Me siento Julia Roberts en Pretty Woman!

-¿Estas celoso?- preguntó Remus.

-¿Quién¿Yo¿Celoso de qué¿De un carca que quiere aprovecharse de una pobre pipiola de dieciseis años?

-Chicas, Peter y yo estamos saliendo.

-Chao no novio.

-¡Te quiero¡Llevo enamorado de ti desde los quince años!

-¿No te pondras a llorar verdad?

-Espero que no.

Y en el proximo capitulo ma ma ma ma mas!