Y aki esta el ultimo capitulo tal como prometí. Bueno... la verdad es que me da penilla q se acabe el fic aunq alla sido cortito... esta idea surgió una tarde aburrida en la esperaba con ansias q llegara el verano y bueno ahora q casi a llegado (aunq en temperatura a llegado realmente 37 grados el 16 de mayo! increible...)... han sido en total 104 paginas de word que no estan nada mal ¿no? jejeje en fin muchisimas gracias a aquellos que me habéis dejado un reviews y a los q lo habeis leido y no lo habeis dejado pues... gracias también porq x lo menos habeis entrado jejje y haber si somos menos vagos y me dejais uno! q aun estais a tiempo... pues eso. Os dejo con el capitulo siete, del q a lo mejor no entendeis el titulo... bueno pues da igual, cada uno q lo interprete como quiera.
Y finalmente llegaron a Sheffield. Estaban buscando alojamiento los chicos mientras ellas se quedaron sentadas en un banco. Un hombre de unos treinta y pico años, con porte elegante, atractivo, bien vestido, y con una sonrisa se acercó.
-Perdona¿te conozco?- le dijo a Kim.
-E... no, creo que no.
-¡Vaya! Pues... juraría que si.
-Corta el rollo tío, esa táctica es muy vieja.- le dijo Kirsten.
-Lo digo en serio... pues si no te conozco... es una pena porque eres una preciosidad...- Kim se sonrojó un poco. Los chicos doblaron la esquina y se pararon en un paso de zebra.
-¿Quién es ese tío que habla con las chicas?- dijo James mirándo al banco donde ellas descansaban.
-No tengo ni idea...- contestó Sirius.
-Bueno, que maleducado, no me he presentado: Richard Millard. Un placer conocerte...
-Kim.
-Un placer, Kim.
-¿Estás loca?- le dijo Kirsten dándole un codazo.- No conoces de nada a este tío.
-La verdad, es que tu amiga tiene razón Kim, no deberías ser tan confiada. Hay mucho loco suelto...
-Tu por ejemplo.- le contestó Kirsten.- Me das muy mal rollo...- El hombre rió y Kirsten le miró enfadada. Los chicos llegaron hasta donde ellas estaban.
-¡Que bueno que lleguéis!- dijo Lily levantándose.- ¿Habéis encontrado algo?
-Si. Un hotel que es muy barato y muy cutre.- Bridget bufó y Peter se sentó a su lado.
-Lo siento, princesa.- susurró. Bridget le miró y sonrió.
-No pasa nada...
-¿Quién es este hombre?
-Un tío que se ha acercado a Kim y esta intentando ligar con ella.- Peter se levantó y susurró algo a James.
-Oiga¿quién es usted?- dijo James.
-Richard Millard. Dueño de una importante cadena de hoteles. Tengo propiedades distribuidas en Londres, Sheffield, Newcastle, Manchester, Oxford...
-Joder...- susurró Lily. Kim abrió la boca pero no dijo nada.
-Y supongo que vosotros vais a alguna ciudad de peregrinaje. Sois jóvenes y sin mucho dinero. ¿Me equivoco¿A dónde vais?
-A Newcastle.- dijo Bridget. Luego se tapó la boca con la mano.- ¡Ups!
-¡Newcastle!- dijo el hombre.- Me habéis caido bien... os proporcionare alojamiento en mis hoteles. En los que os encontréis por el camino. También aquí en Sheffield y en Newcastle.- Todos se miraron entre si.- ¡Oh vamos! No soy un psicópata...
-¿Acaso eres un buen samaritano?- preguntó Remus.- La gente no va regalando habitaciones de hoteles...
-Bueno, pero yo si, habitaciones de hoteles de cinco y cuatro estrellas. Soy un hombre adinerado... y no me importa perder unas cuantas libras... ¿qué os parece un ático para las chicas y dos habitaciones para los chicos? Con todo lo necesario...
-¿A cambio de qué?- preguntó Peter.
-¡Oh de nada...!- respondió el hombre.
-A mi me parece que es una buena oferta.- dijo Kim.
-Eres una chica inteligente.- le dijo el hombre con una sonrisa.
-Yo creo que no deberíamos aceptar.- dijo Kirsten.
-Creo que tienes razón- la apoyó Sirius.
-Haber, vamos a hablarlo. Es una propuesta muy buena...- dijo Lily.
-Yo creo que ese tío esta chalado.- dijo Kirsten en un susurro.- Y me da muy mala espina.
-Es un hombre importante.- dijo Lily.- Y ese interés en nosotros... es un poco raro...
-Aceptemos. Por lo menos hoy. Ese hotel era muy cutre.- dijo Peter.
-Me parece bien.- dijo James.
-Pues a mi no. Dejarlo chicos, vamos al hotel cutre.- contestó Kirsten.
-Kooper tiene razón.- dijo Sirius.
-Yo creo que deberíamos ir.- dijo Remus. Kirsten le miró ofendida.
-¿Tu que crees Bi?- dijo James.
-Un hotel de lujo sería...- contestó la rubia con voz soñadora.- Deberíamos... ir.
-¡Oh, por favor!- se quejó Kirsten.
-Koop, ya.- la cortó Lily.- Pues venga, vamos.
-¿Dónde esta su hotel?- dijo Peter.
-Seguirme.- echaron a andar por las calles de Sheffield y llegaron a un gran edificio blanco con fuentes y jardines enfrente. En un letrero ponía Millard´s Place.
-¿Millard´s Place?- dijo Kirsten con voz burlona.
-Reconozco que no estaba muy inspirado el día que le puse el nombre...- contestó el hombre. Llegaron ante unas puertas de cristal que se abrieron solas. Y se encontraron en un vestíbulo de suelo brillante y botones uniformados. Uno de ellos cargó parte de las mochilas en un carrito dorado y otro compañero hizo lo mismo con las restantes. Montaron en un ascensor plateado y llegaron al tercer piso.
-Aquí están las habitaciones de los varones.- sacó de su chaqueta dos llaves.- La 105 y la 106. Comunicadas entre si.- los chicos cogieron las llaves y salieron del ascensor. Las chicas y el hombre siguieron subiendo hasta el décimo piso.- Habitación 503. El ático, la suite. Toda para vosotras.- los cinco salieron y el hombre abrió la puerta. Todos entraron. Era impresionantemente grande. Había dos camas de matrimonio repartidas en dos habitaciones. Bridget corrió hacía una y se tiró sobre el mullido colchón y los multitudionarios cojines.
-¡Esto es genial!- gritó emocionada.
-¡Hay jacuzzi!- dijo Lily desde el baño.
-¡Esta habitación es una mierda...!- empezó a gritar Kirsten.- ...con una tele enorme...- acabó en un susurró.
-Buenas noches, Kim.- dijo el hombre con una sonrisa. Kim le miró.
-Oiga¿por qué ha hecho esto?
-Si vienes mañana, a cenar conmigo, te lo digo.- Kim le miró.
-No lo sé...
-Entiendo tus dudas... mañana vendré a por tu respuesta- Kim asintió con la cabeza.- el hombre salió de la habitación y la dejó allí sola.
-¡Me siento Julia Roberts en Pretty Woman!- gritó Lily tirada en una cama.
-¿Habéis visto esto?- gritó Peter desde el baño.
-Este tío sabe como montárselo...- comentó James observando con extrañeza la televisión.
-¿Piccasso¿Quién es ese tío¿Por qué este cuadro es tan raro?- preguntó Sirius mirándo un cuadro de la pared.
-Es un pintor español muy conocido...- le dijo Remus.
-¡Ah! Bueno, me da igual. Ese tío esta loco, yo no regalaría habitaciones como estas a cualquiera... aparte¿qué coño quiere de Kim? Tanta sonrisita... y tanta gilipollez...
-¿Estás celoso?- dijo Remus.
-¿Quién¿Yo¿Celoso de qué¿De un carca que intenta ligar con una pobre pipiola de dieciséis años? Ni lo sueñes...
-Reconócelo. Estás celoso.- dijo Peter.
-¡No! Que tu estes colado por Bridget y que si ese tío hubiese ido a saco a por ella tu te le hibieses lanzado a la yugular no significa que...
-Estas celoso porque le ha tirado los trastos a Kim.
-¡Oh vamos! Ese tío podría ser su abuelo... yo, como amigo de Kim, debo proteger su honor.
-Ya claro...- dijeron sus tres amigos. Sirius iba a replicar cuando llamaron a la puerta. Era Lily.
-¿Qué quieres, Evans?- preguntó James.
-Jugar esta noche la partida de póker.- los cuatro chicos la miraron.
-¿Qué?
-Si, el strip póker. Ya sabéis...
-Vale. Esta noche vosotras vendréis aquí a las doce.- dijo Sirius.
-No. Esta noche, vosotros, subiréis a nuestra habitación, a las doce. Planta décima, habitación 503. Hasta luego.- dijo mientras salía tan tranquila de la habitación.
Esa misma noche a las doce...
Kirsten y Remus no jugaban. Estaban en una de las camas tumbados y hablando en susurros. Pero los otros no les prestaban atención. Kim aún conservaba la camiseta, pero Bridget y Lily ya estaban en bragas y sujetador. Sirius, había perdido la camiseta pero no los pantalones. En cambio, Peter y James estaban en calzoncillos.
-Me parece, Kim, que te quedarás sin ver mi cuerpo serrano.
-Te recuerdo, Sirius, que ya te he visto desnudo.- el moreno puso cara de fastidio.
Pero el tiempo pasaba. Sirius perdió sus pantalones y las chicas hicieron una propuesta.
-Si pierde una de nosotras. Se desnuda completamente ella y las demás y si pierde uno de vosotros, pues lo mismo.- dijo Lily.
-Vale.- contestaron ellos. Se repartieron las cartas y las chicas pusieron mala cara. Pasado un rato habló Sirius.
-Subo la apuesta. El que tenga que desnudarse, lo hace con stripteasse.
-Mm... vale.- dijeron ellas no muy contentas.
-Escalera de color.- dijo el chico con una sonrisa.- Que empiece el espectáculo.
-Un momento, Blackie- Boo.- dijo Bridget.- ¿Qué tengo por aquí¡Oh¡Cuatro ases¿Y que es esto? No puedo creerlo... ¡un comodín!- las tres rieron y los tres se miraron desesperados.
-Que empiece el espectáculo.- dijo Lily con una sonrisa viciosa.
-Esperar, esperar...- Kirsten corrió hacía el equipo de música y puso la típica you can leave you hat on. Todos la miraron.- Ya podéis empezar...- Los chicos se pusieron de pie y avergonzados comenzaron a bajarse los calzoncillos, intentándose tapar con las manos.
-¡No¡Eso no vale!- gritó Kirsten. James y Sirius, que a fin de cuentas ya habían pasado por eso se los bajaron y lo más rápido posible volvieron a subirselos. Pero Peter no se decidía.
-¡Vamos!- le dijo Bridger. El chico se los bajó corriendo y cerró los ojos, apretando los párpados.
-¡OOOh!- dijeron las chicas. El se estaba poniendo de todos los colores.
-Chicas, ya.- dijo Bridget. Peter se subió corriendo los calzoncillos y se encerró en el baño. James y Sirius volvieron a su habitación. Remus y Kirsten volvieron a juntarse. Y Lily y Kim se quedaron riendo en el suelo. Bridget fue a la puerta del cuarto de baño y llamó suavemente.
-Vete.- dijo Peter.
-Pete, ábreme.
-No. Vete.
-Por favor. Necesito hablar contigo.- el chico abrió la puerta y se echó a un lado. Bridget pasó al baño y se sentó en el báter.
-¿Qué quieres?- dijo el chico.
-Que me mires.
-No puedo... ¿cómo voy a mirarte a la cara si me has visto desnudo?- la rubia se levantó y cogió la barbilla del chico, levantando su cabeza hasta que sus miradas quedaron en la misma línea.
-¿Ves? No es tan difícil...
-Pero Bi...
-¡Shh!- dijo ella posando su dedo índice en los labios del chico. El la miró a los ojos. Ella le besó dulcemente y le abrazó. Poco a poco el fue perdiendo la vergüenza.
-¿Sabes? Ya me he decidido.
-¿Y cuál es tu respuesta?- Bridget le besó y mordió suavemente su labio superior.
-Que me quedo contigo.- el chico sonrió ampliamente y la cogió en brazos. Bridget rió.- ¿Qué haces?
-Te quiero.- contestó el besándola. Luego la dejó delicadamente en el suelo y se arrodilló.- ¿Quieres ser mi novia?- ella sonrió y se tiró hacía el. Que cayó al suelo con la chica encima. Ambos rieron. Bridget le besó mientras acariciaba su cara.
-Eres tan tierno... y eres... mi novio.- El sonrió y la estrechó en sus brazos. Al cabo de un rato salieron al "salón" y ante la atenta mirada de Kirsten, Lily y Kim, Bridget dijo:
-Chicas, Peter y yo, estamos saliendo.- la noticia no impresionó a nadie, pues ya sabían que se traían un peculiar jueguecito entre ellos.
-Hola¿está Helen?
-¿De parte de quién?
-E... soy Eduard, un amigo.
-Un momento...- se oyó a la mujer que le había atendido al teléfono llamar a Helen. Y tras unos segundos ella se puso al teléfono.
-¿Si?
-Nelly, soy Eduard.
-¡Eduard!
-¿Quieres ir al cine?
-Bueno... no me apetece mucho. Estoy haciendo las maletas y me pillas un poco ocupada.
-¿Las maletas?
-Me voy a Burundi dentro de tres días.
-¿Qué?
-Si...
-Voy para tu casa.
-No... Eduard... no veng...- pero el ya había colgado.
Esa mañana Kim se despertó de una de sus mejores noches del verano, y se puso un albornoz del hotel que había junto a su cama. Desperezándose llegó al "salón" y vió sobre la mesa un ramo enorme de rosas rojas. Buscó una tarjeta y encontró una. En ella ponía, esta noche. Fue al baño y al salir llamaron a la puerta. Abrió y un mozo con un carro enorme estaba allí.
-Perdone pero yo no he pedido na...
-Viene de parte del señor Millard.- dijo el chico.- Un desayuno completo para usted y sus amigas.
-¡Ah!
-¡Ejem!- dijo el hombre extendiendo la mano.
-Ehh...- Kim metió el carro para dentro de la habitación.-... muchas gracias.- dijo antes de cerrar la puerta. Caminó con el carrito hasta la mesa del saloncito y se sentó en una silla. Miró a su alrededor y enterró la cabeza entre sus brazos. Lily apareció despeinada delante suya.
-Wuauuuu, este tío quiere convertirte en Audrey Heptburt en desayuno con diamantes.
-¿Audrey qué?
-Déjalo. Pero el caso es que... yo creo que ese tío quiere algo de ti.
-¿Y si lo quisiera qué?
-No le conoces de nada, y es muy mayor...
-Me da igual. Me siento muy... halagada.- dijo Kim caminando hacía el baño. Se encerró entre las cuatro paredes de mármol y se preparó para un ralajante baño de espuma. Al salir vio a Kirsten, Remus, Sirius, James, Bridget y Peter mirándola.
-¡Venga, coño¿Qué es esto?
-¿Qué te traes con ese tío?- dijo Sirius.
-¿A ti te tengo que dar explicaciones¡Esto es flipante! Iros todos un poco a la mierda y dejarme en paz.- Cogió su ropa y se volvió a encerrar en el baño. Diez minutos después salía y se marchaba de la habitación. Sirius la siguió y cerró con un portazo. Justo cuando iba a cerrarse las puertas del ascensor, solo con ella dentro, el se coló.
-¿A dónde crees que vas?
-¿Qué haces tu aquí?
-Intentar hacerte entrar en razón. Ese tío solo quiere aprovecharse ti.
-¿Y tu que sabes?
-Porque es un asaltacunas. Déjalo ahora que puedes, déjalo.
-No, déjame tu a mi. ¿Te molesta o qué?
-Pues si. No quiero que te vayas con ese tío. ¡Oh vamos¿En serio crees que siente algo por ti¡Solo quiere acostarse contigo¡Se ve a la legua!
-¿A si? Un tío no puede interesarse en mi ¿es eso? Solo me quieren de juguete... nadie podría sentir nada por mi...bueno, pues lo asumiré.
-No es eso, Kim. Pero no vayas con el.
-¿Quién te crees tu para decirme eso?
-Tu amigo.- dijo Sirius. Estuvo tentado de decir un chico al que le gustas pero desechó esa idea de su cabeza.
-Tu no eres nada mío. Olvídame y no vayas de salvador del mundo. Lo que haga yo, es cosa mía.- dijo antes de salir del ascensor. Sirius se apoyó en la pared del ascensor y pulsó el número tres mientras inspiraba aire en grandes cantidades.
-¿Crees que Kim esta haciendo lo correcto?
-Claro que no.
-Ese tío no me gusta.
-Mira, yo ya se lo he dicho y no me hace caso... más no puedo hacer.
-Ya... bueno, pues... yo también creo que... ella se equivoca, pero no es la única.
-¿A no?
-No. Creo que tu también porque... deberías aceptar que sientes algo por mi.
-¿Asco?
-No.
-Mira, Potter... no se las ideas que tendrás en tu cabeza, pero no siento más que repulsión hacía ti cuando te veo así que... déjalo. Pierdes el tiempo.
-¿Tu crees?
-Si.
-Pues vale...
-¿Y ya esta?
-¿Cómo?
-¿Te vas a rendir tan fácilmente¡Oh vamos! Esperaba más de ti...
-¿Qué! Es decir, que te gusta que te diga cosas.
-Dígamos que... me he acostumbrado, y luego pues... si, se las echa de menos.- James abrió la boca y Lily rió.- Pero no te lo creas mucho, Potter.- añadió levantándose del suelo (donde estaban sentados) y cerrándole la boca con la mano.
-¿Cómo que te vas a Burundi?- dijo Eduard entrando en el jardin de las Cackpier/Rollings.
-Te dije que no vinieras.- contestó Helen sin abandonar su lectura.
-¿Y qué querías que hiciera? Creía que había algo entre nosotros.
-¿Algo entre nosotros? Bueno, no sé, igual lo había... hace doce años, porque lo que es ahora...
-¿Qué?- la pelirroja dejó el libro con fuerza sobre la mesita auxiliar de piedra.
-¿Cómo que qué? No te hagas el tonto Eduard. Nos acostamos hace casi dos semanas y has sido incapaz de llamarme siquiera.
-Así que es eso ¿eh¿Acaso no te he llamado hoy?
-Aaaa... y con eso ya crees que has cumplido ¿no?
-No te vayas a Burundi.
-¿Por qué no debería irme?
-Porque no te quieres ir.
-Jajaja.- rió ella falsamente.- Esto es el colmo. Es mi trabajo y no lo voy a abandonar por... un rollo de una noche.- concluyó mirando al suelo.
-Que te lo pases bien en Burundi.- dijo el.- ¿Cuándo has dicho que te vas?
-Dentro de tres días, a las seis de la tarde.
-Buen viaje.- dijo el caminando hacía la salida.
-Gracias.- murmuró la pelirroja antes de tirarse de nuevo a la hamaca.
Eran las siete cuando llamaron a la puerta del ático. Todas estaban en la piscina menos Kim. La rubia fue a abrir la puerta y se encontró con un chico de aspecto aburrido.
-¿Kim?- dijo el.
-Si soy yo.
-Paquetes para usted.- dijo el chico. Acercó un carro lleno a tope de cajas.
-He... déjelo dentro.- el chico obedeció y metió el carro en la habitación. Antes de irse murmuró.
-Pijos...- la rubia fue hacía el carró y vio una tarjeta. Escoge lo que quieras, póntelo, y baja al vestíbulo a las nueve en punto. Espero que traigas hambre para una buena cena, yo te daré mi respuesta a la pregunta que ayer me hiciste.
Abrió una de las cajas y vió un vestido rojo de tirantes largo hasta los pies. Abrió la boca y fue a abrir otra caja. Esta contenía otro vestido pero azul marino. Así hasta cinco. Las demás cajas contenían zapatos y sandalias a conjunto con los vestidos. Y por último una caja cuadrada no muy grande. Con las manos temblorosas levantó la tapo y la dejó caer al suelo de la impresión. Sacó con ciudado un precioso collar de diamantes a juego con un anillo y unos pendientes. Apabullada se sentó en uno de los sillones e inspiró. Aunque de poco la sirvió pues todos los acontecimientos la sobrepasaban.
-¿Habéis conseguido hacer entrar en razón a la loca rubia que tenéis por amiga?- dijo Remus.
-No. Sigue empeñada en seguirle el rollo a ese tío.- contestó Kirsten.
-Esta jugando con fuego.- dijo James.
-Y se va a quemar.- concluyó Sirius. Se apoyó en el bordillo y salió del agua.
-¿A dónde vas?- preguntó Lily.
-Si Kim no viene a Sirius, Sirius va a Kim.- contestó el envolviéndose en la toalla y caminando a la entrada del hall.
-¿Qué mosca le ha picado?- dijo Kirsten. Remus y James se miraron entre si y sonrieron. Bridget y Peter se separaron un instante y miraron a sus amigos.
-¿Y Sirius?- preguntó Peter.
-Anda, vuelve a la boca de Bi, que te enteras mejor.- le respondió Kirsten.
-Si, eso, vuelve.- dijo Bridget atrayéndole por el cuello.
-Sois asquerosos.- habló Lily mirándoles con asco.
-Dáis ganas de vomitar.- asintió James. Lily le miró y rápidamente giró la cabeza.
-Rem...
-No me llames así, Kirsten.
-Rem¿por que no...¿Por qué no me haces lo que Peter a Bi?
-Porque tu y yo no somos novios.
-Bueno, pues a eso... le puedo poner fácil solución.
-¿A si?
-¿Quieres ser mi novio?
-No.
-¡Ah!- dijo Kirsten con la boca abierta y aire ofendido.- Vete a la mierda.- salió del agua y se fue a tomar el sol. Remus sonrió y la siguió. Se tumbó al lado de ella y comenzó a jugar con su ombligo. Ella apartó su mano.
-Estate quietecito.
-No...- dijo el mordiendo su oreja.
-¡Que pares!- gritó ella levantándose. Varias personas se giraron a mirarles. Cuando ya nadiel es miraba Kirsten recogió sus cosas y se dirigió a la entrada del hotel. Remus la siguió y la abrazó por la cintura.
-¿Qué te pasa?
-¿Cómo qué que me pasa?- gritó ella girándose y plantándole cara.- ¿Qué te crees que soy¿Un juguete¿Me enrrollo contigo y ya? Estas muy equivocado.
-No. Mira yo lo veo así: estamos juntos, pero sin compromiso. Es mejor para los dos. Yo me puedo enrollar con quien quiera y tu también. En realidad... no estamos juntos. Pero... nos podemos enrollar o lo que sea, cuando queramos.
-Mmmm... vale.- asintió ella. El chico fue a besarla pero ella se apartó.- Chao, no novio.- El chico sonrió y volvió al agua.
Kim abrió la puerta del ático y se encontró de cara con Sirius.
-Sir, sirius... ¿qué haces aquí?
-Venir a buscarte.
-Pues... me tengo que ir.
-¿A dónde vas? Estas muy guapa...
-Gracias...- Kim llevaba un vestido granate, sin tirantes. Con corpiño y falda larga. El corpiño iba bordado con hilos dorados.- Bueno pues... eso... déjame. Me tengo que ir.
-Con el.
-Si. Con el.- Kim deseó que el no la dejase irse, que la metiese a la fuerza en la habitación, que no se quitase de la puerta... pero lo hizo. Se echó a un lado y la dejó pasar.
-Que te diviertas.- Kim le miró y asintió con la cabeza.
-Gracias.- entró en el ascensor y ni le miró.
-¡Seré gilipollas!- dijo Sirius cuando ya estaba solo. Bajó corriendo a su habitación y descolgó el teléfono.
-¿Me puede poner con recepción? Si, espero.- tras unos segundos de musiquilla una voz un poco chillona contestó al teléfono.
-Recepción del hotel¿dígame?
-E... hola, esto... verá... tengo que... necesito... un traje, un smoquin... Si, vale. Adiós.- Y media hora después Sirius salía de su habitación con un smoquin impecable, negro. Le había costado un dineral pero valía la pena... fue hacía el ascensor y por el camino pilló una flor de uno de los floreros de adorno. Cogió la rosa blanca y se la puso en el ojal.
Kim estaba sentada en uno de los bancos del hall esperando a Richard. Eran casi las nueve y media y el no había aparecido... la gente bajaba elegantemente vestida y entraba en el comedor. Y ella estaba allí sola, aburrida y triste... Entonces le vio y no pudo hacer más que sonreír.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó levantándose.
-No podía dejarte sola.- Kim asintió levemente y se dejó conducir por el al comedor. Cenaron casi sin hablar, solo mirándose. Entonces las mesas empezaron a quedarse vacías y la gente comenzó a bailar en la gran pista de baile.
-¿Vamos?- preguntó el.
-Yo... bueno... vale.- contestó ella. Sirius le tendió el brazo y ella dudosa lo aceptó. Parecía que todo iba bien... bailaron un par de piezas.
-No quiero decir que te lo dije pero...
-No lo digas, por favor.- pidió la chica mirándo al suelo. El alzó su barbilla.
-Si tu me lo pides, no lo haré.- Kim le miró a los ojos y sonrió.
-Bailas muy bien.
-No es la primera vez que bailas conmigo.
-No... bueno, tienes razón. Pero se me había olvidado lo bien que bailas.- Sirius rió y la miró a los ojos.
-Tienes unos ojos preciosos. ¿Lo sabías?
-Pues... no. Nunca me han gustado...
-Ojos de gata.- Kim rió.
-Tu en cambio... tienes los ojos... azules... muy... bonitos.- se estaban acercando sin apenas notarlo. Y para cuando quisieron darse cuenta sus labios estaban juntos. Ambos sintieron un cosquilleo que les subía desde los pies hasta la cabeza y les llenaba de una sensación muy agradable. Pasados unos instantes se separaron.
-Yo... esto... me tengo... que ir... he... James... me... adiós.- dijo el saliendo a toda prisa del comedor. Kim cerró con fuerza los ojos. El había vuelto a huir de ella... se sentía la cenicienta pasadas las doce. Entró en el ascensor intentando aguantar las lágrimas pero no pudo. Un torrente de lágrimas salió de sus ojos y rodó por sus mejillas. Salió del ascensor y metió la llave en la cerradura de la habitación.
-¡Kim¿Qué te ha hecho ese degenerado?
-¿Qúe?- dijo en voz baja.
-El carca¿que te he a echo?
-Nada. Ni siquiera ha ido a... no se ha presentado.
-Entonces¿por qué vuelves a estas horas?
-Yo... estuve... cenando, cenando y bailando...
-¿Sola?
-Con... con un príncipe que se convirtió en calabaza.
-¿Qué?
-Nada... buenas noches.- se encerró en el baño, se puso el pijama y se metió en la cama.
A la mañana siguiente abandonaron el hotel tras dos días de descanso y prosiguieron su ruta hacia Newcastle.
Helen metía sus cosas en la maleta. Se sentó en la cama y notó como las lágrimas empezaban a salir de sus ojos. ¿Por qué le había dicho eso a Ed? Ahora ya, el nunca sabría la verdad. El sentimiento que tenía ella hacía el. Caminó hasta el teléfono y se quedó con el en la mano. Indecisa. Finalmente acabo colgando. Dio unas cuantas vueltas a la habitación y volvió a descolgar. Marcó el número de el y esperó.
-¿Si?- era el, era su voz. No podía hablar... no podía decirle nada... no se veía capaz... colgó y se tumbó en la cama. Se encogió y se durmió sumergida en sus penas.
Eduard colgó el teléfono y miró a su acompañante. Una chica rubia que no tendría más de veinticinco. ¿Qué estoy haciendo? Se dijo a si mismo. Es una cría.
-Oye... mira... no se en que estaba pensando cuando acepte salir contigo pero... eres muy guapa, muy simpática y esas cosas... pero soy demasiado mayor para ti. ¿Cuántos años tienes¿Veinticuatro?
-Veintidos.
-Joder... soy ocho años mayor que tu y mira... lo mejor será que me vaya...
-¿Tienes treinta? Joder... cualquiera lo diría. Estas muy bueno.
-Gracias... supongo. Bueno... pues eso. Adiós y ha sido un placer.
-Igualmente...- dijo la chica cogiendo su bolso y saliendo de la habitación.
Tenían previsto llegar a Harrogate esa noche. Ya tenían apalabrada una pensión. Iban caminando por la carretera cuando Kim se acercó a Sirius y le agarró del brazo.
-Ya esta bien.
-¿Qué?
-Si. Mira, ayer fue la última vez que me dejas plantada. No lo vas a poder volver a repetir. ¿Te queda claro?
-Clarísimo.
-Pues muy bien. Ayer estuviste genial con la parrafada de la cenita y el baile... pero no eres un príncipe azul ni yo una princesa de cuento. Así que dejemos las cosas claras: tu eres el inalcanzable Sirius Black y yo la fea y asquerosa Kimberly Fliregan. ¿Vale?
-Piensa lo que quieras.
-¿Cómo que piense lo que quiera¡Pienso lo que tu me haces pensar¿Qué quieres que piense con tus actos?
-No me tires de la lengua.
-¡Es que no te entiendo! Eres un idiota...- echó a andar y se reunió con sus amigas.
Helen cogió las maletas y pidió un taxi hacía la estación de trasladores. Cuando llegó aún quedaba un cuarto de hora. Se sentó en un banco a esperar. Y entonces empezó a llover. Empezó con un simple chispeo pero acabó siendo una lluvia en toda regla. No se molestó en ponerse a resguardo. Esperó allí mientras sus lágrimas y las gotas de lluvia se mezclaban en su cara.
Eduard miró su reloj y aceleró el coche. Estúpido atasco... no llegaría a tiempo. Se desvió un poco y aparcó. Salió de el, lo cerró y corriendo fue al edificio donde debía llegar en cinco minutos.
Miró el reloj y se levantó del banco. Cargó con todas sus maletas y caminó hacía la lata abollada que era el traslador a Burundi. Había poca gente. Esperó un poco. Entonces le vio. Venía corriendo, estaba empapado, con la ropa pegada al cuerpo. Pero seguía corriendo. La gente comenzó a tomar contacto con la lata pero ella le miró.
-¡Helen¡Helen!- gritaba mientras corría. Ella abrió la boca pero no dijo nada. La gente les miraba.- ¡Helen no te vayas¡Helen no te vayas, por favor!- faltaban unos pocos segundos. El autobús noctámbulo apareció y le quitó la visión a ambos del otro.- ¡Te quiero!- gritó el.-¡ Llevo enamorado de ti desde los quince años!- dejó de gritar al ver el resplandor que indicaba la partida del traslador. Desanimado se agarró el costado dolorido por la carrera. Pero entonces el autobús noctámbulo arrancó y Eduard la vio allí con sus maletas en la mano. Mirándole. Sonrió y cruzó corriendo la calle.
-No te has ido.- dijo cuando estaban cerca. Ella negó con la cabeza.
-No puedo.
-¿Por qué?
-Porque... te quiero.- confesó mirándole a los ojos. El la cogió en brazos y la dio una vuelta mientras se besaban. Se estaban mojando aún más de lo que ya estaban, pero no les importaba porque estaban juntos.
Al día siguiente llegarían a Newcastle y la aventura estaba acabando. Contrataron unos remolques para que les llevasen el equipaje al hotel del señor Millards en Newcastle. Esa noche las chicas dormían en una habitación y los chicos en otra.
-¿Cómo resumiríais este verano?- preguntó Bridget a las chicas.
-Diferente.- dijo Kirsten.- E incluso divertido.
-Raro.- contestó Lily.
-Mixto.- dijo Kim.
-Pues yo... lo definiría como el verano del amor.- dijo Bridget con una sonrisa.
-¡Es verdad! Cuentanos¿qué tal con Peter?
-Genial. Es tan... dulce, tan rico, tan mono... le quiero un montón.- sus amigas la miraron y sonrieron.
-Como te envidio...- dijo Kim.- Chicas, tengo que confesaros algo. Pero que no salga de aquí.
-¡Prometido!- dijeron sus amigas.
-Me he enamorado de sirius.
-¿Qué?
-Si... se que no... me siento fatal...- sus amigas la abrazaron y ella lloró en los seis hombros. Al final, cuando las lágrimas se cortaron Kirsten dijo:
-Pues yo... en Sheffield, Rem y yo decidimos ser no novios.
-¿Y cómo es eso?
-Pues... nos enrollamos cuando queramos y con quien queramos. Sin compromisos.
-A... ya entiendo...
-Estais echo uno para el otro.
-¿En serio? No se yo...
-Ahora que todo esto esta acabando... ¿os arrepentís de haber venido?- preguntó Remus mirando a sus amigos.
-No. Es una de las mejores decisiones que he tomado nunca... aunque en Newcastle... no encuentre lo que busco.- contestó Peter.
-Ya verás como si, tranquilo tío.- le consoló James.- Yo... no me arrepiento. Porque aún no ha acabado y pueden pasar muchas cosas...
-¿Tu crees? Quedan solo dos semanas para volver a Hogwarts...
-Tendremos que coger un autobús a la vuelta o buscarnos la vida de algún modo. No da tiempo a volver.
-Es verdad...
-Bueno, ya lo hablaremos mañana. Pero ahora, lo importante, Sirius¿qué opinas del verano?
-Que ha estado... normal. Tirando a mal.
-¿Qué pasa?
-Que soy un gilipollas.
-¿Qué has hecho?
-Mejor dicho, que no he hecho.
-¿Y que no has hecho?
-Admitir que me he... enamorado de Kim.
-¡No jodas!
-Si.
-¡Díselo!- dijo Peter.
-¡Ni se te ocurra!- exclamó James.
-Hazlo, pero con delicadeza.
-Sirius no sabe lo que es eso...
-¡Dejarme en paz! Haré lo que yo quiera.
Esa noche decidieron salir a una discoteca cercana al hostal. Estaban ya allí cuando un chico se acercó a Kirsten.
-¿Tienes fuego?
-No, no fumo.- dijo ella.
-¡Ah¿Bailas?
-Bueno...- y allí estaban bailando bajó la atenta mirada de Remus, que apretaba su cubata con demasiada fuerza.
-Es que no entiendo por que tienen que bailar tan pegados...
-Bueno, tu lo dejaste bien claro ¿no? Os podéis enrollar con quien y cuando querías.- le recordaba Lily.- Deja de mortificarte.
-Pero eso no le da derecho a... en fin, que le voy a hacer... bueno, si, ya se que voy a hacer.- dejó el cubata en la barra y caminó hasta los dos. Cinco minutos más tarde volvía a donde estaba Lily con Kirsten agarrada de un brazo.
-¡Es que no puedes ser más idiota! Ese tío se interesa por mi y solo se te ocurre decírle que en realidad soy un tío... ¡es que te mato!
-Fue lo primero que se me ocurrió.- dijo el encogiéndose de hombros.
-Imbécil. ¿Qué es lo que te pasa?
-Pues verás...- Lily les abandonó y se acercó a James.
-¿Cómo que no estás ligando por ahí?
-No puedo.
-¿Y eso?
-Es que cierta pelirroja me gusta demasiado...
-¡Ah¿La conozco?
-No sé... se llama Lily Evans. ¿La conoces?
-Creo que si... no sé, quizá de vista.
-La has debido ver en Hogwarts y esas cosas...
-Si, supongo... ¡ah! Ya recuerdo... la de las bragas de esparto ¿no?
-No. La de los impresionantes ojos verdes.
-¿De Gryffindor?
-Si.
-Vale, entonces no es la que yo pensaba.- James rió.
-Se me hace... raro.
-¿El qué?
-Pensar que el verano acaba y que todo volverá a ser como antes. Tu y yo... enemigos.
-¿Por qué debería ser así?
-¿No lo será?
-Espero que no. Tu... bueno, yo te odiaba y... bueno, lo sigo haciendo pero... ahora... no se... eres un chico muy majo, muy divertido y muy... guapo. Y bueno... creo que... me gustas un poco.- James la miró y ella sonrió.- Pero muy poco, no te lo creas demasiado.- El rió y la besó en los labios.- Bueno, si te lo crees... tampoco pasa nada...- el la volvió a besar y ella le correspondió.
-¿No te pondrás a llorar verdad?
-Espero que no.- y se abrazaron.
-Tengo miedo... nervios... de lo que me encontraré en Newcastle.- le decía Peter a Bridget.
-Yo estoy contigo, lo sabes.- le dijo su novia.
-Lo sé pero... es difícil.
-Te comprendo... pero... sabes que encuentres lo que encuentres, tendrás una novia y unos amigos que te aporayan.
-Te quiero.- dijo el abrazándola. Ella le acarició el pelo.
-¿Volvemos al hostal?
-Si...
A la mañana siguiente caminaban por la carretera que entraba a Newcastle.
-¿Sabes donde vive?- preguntó James.
-A las afueras... creo que por allí.- respondió Peter señalando unas casas dispersas.
-Pues vamos...- dijo Bridget.
Lily y James que se habían declarado como medio novios iban en medio. Lily a la espalda de James, a caballito. Kim iba con Kirsten y Remus con Sirius. Bridget, con Peter de la mano, iba delante.
-Vamos, díselo.- dijo Remus.
-No puedo.
-¿Estás seguro de lo que sientes?
-Si.
-¿Entonces a que esperas?
-Y si ella... ¿y si ella no quiere nada conmigo?
-¿En serio crees eso?
-Si creyese algo no preguntaría.
-Pues... yo creo que si que siente algo por ti.
-¿A si?
-Si.
-Pero no puedo... no me siento capaz de decírselo.
-¡Oh vamos!
-¡Que no!
-Me siento asquerosa... me ha tratado como una mierda...- decía Kim a Kirsten.
-Es un cerdo, igual que todos los tíos. Y si no mira a Remus.
-Creía que estábais de rollo.
-Si y no.
-¿Cómo?
-¡Que no estoy segura!
Estaban llegando a las casas donde vivía la madre de Peter y Bridget notaba como los nervios de su novio iban creciendo. Le apretó la mano en señal de confianza y el la miró lánguidamente. Finalmente llegaron a una pequeña casa de dos plantas con un jardín delante.
-Suerte.- susurró Bridget antes de empujarle ligeramente. El chico les miró a todos que le miraban compresivos y avanzó. Pulsó el timbre y una mujer de unos cuarenta años abrió la puerta.
-¿Quién eres tu?- dijo la mujer.
-Ho, hola... mamá.- dijo Peter. La mujer abrió la boca.
-¿Peter?- el asintió.- ¡Oh dios mio¿Qué haces aquí¿Has venido desde Londres?
-Si, andando, con mis amigos.
-¡Oh! Debes de estar loco...- suspiró ella. –Pero... ¿por qué has venido?
-Quiero... necesito, saber el nombre... de mi padre.
-Tu padre... no puedo... decírtelo.
-¿pero por qué¡Es mi padre!
-No, no lo sé... estuve con varios hombres antes de enterarme que estaba embarazada... lo siento.
-No puedo creerlo... ¡Me estás diciendo que echo este viaje en vano!- gritó el mientras unas lágrimas corrían por su cara.- ¡Qué nunca sabré quién es mi padre!- la mujer le miró y no dijo nada. Peter se dio la vuelta y volvió con los demás. Bridget le abrazó y le dijo algo al oído. Todos juntos fueron a la salida de aquel lugar y rumbo al hotel del señor Millard. La madre de Peter cerró la puerta.
-¿Quién era!- gritó un hombre desde el salón.
-¡Oh! Nadie...- respondió ella en un grito.- Tu hijo...- completó en un susurró.
-Vamos Peter, estarás mejor sin saberlo.- dijo Sirius.
-¿En serio lo crees¡Tu sabes quien es tu padre!
-Si, un imbécil que se casó con la arpía de mi madre.
-¡Pero lo sabes!
-Bueno... tienes razón...- llegaron al hotel del señor Millard.
-¿Qué hace el aquí?- rugió Sirius.
-¡Kim¡Perdóname! Siento lo de Sheffield... me surgió un imprevisto... lo siento mucho en serio. Te ofrezco una cena de recompensa.
-¡Oh! Hola Richard... bueno... vale.- dijo ella tímidamente. Sus amigos la miraron inquisitivamente.
-Pues dejarme guiaros hasta vuestras habitaciones... son exactamente iguales que las de Sheffield. Me he tomado la molestia de subir el equipaje cuando llegó.
-¡Oh! Muchas... gracias.- dijo Remus. Kirsten le fulminó con la mirada. Entraron en el ascensor y subieron a las habitaciones.
Esa noche Kim acabó de arreglarse y bajó al comedor. Allí estaba Richard.
-Como puedes ver hoy no te he abandonado.- ella sonrió forzadamente.
-¿Entramos?
-Claro.- se sentaron a una mesa y comenzaron a cenar. Cuando iban por el primer plato Kim ya estaba a punto de dormirse de la aburrida conversación del empresario. Entonces vio a Sirius desde la otra punta del restaurante haciéndola señas para que se acercara.
-¿Me disculpas un momento? Voy al baño...- se levantó y caminó rápidamente hasta el.- ¿Qué haces aquí?
-Necesito contarte algo. Pero no aquí.
-¿A no?
-No. Ven conmigo a la playa.
-Sirius estoy cenando. No puedo.
-¡Ven joder!
-¡Quién te crees que eres para hablarme así! No se ni por que he venido...- se marchó y volvió a la mesa. Richard la sonrió y Sirius se marchó. Estaban en los postres cuando notó la mano de Richard en su rodilla.
-¿Qué, que haces?- dijo nerviosa.
-¡Oh vamos! Sabes perfectamente el objetivo de esta cena... si no, no hubieras bajado.- Kim le miró y comprendió tardíamente que donde debía estar era en la playa y no con Richard. Tiró su servilleta al plato y se levantó saliendo rápidamente de allí. Casi corrió a la playa donde Sirius estaba sentado en el acantilado. Se sentó a su lado.
-Hola.- dijo. El la miró.
-¿No deberías estar cenando?
-No me gustaba lo que había...
-Ya...
-¿Qué me querías decir?- el la miró.
-Que... que yo... joder... es difícil... que yo... que tu...
-¿Qué, Sirius?
-¡Que me he enamorado de ti! Que no quería reconocermelo a mi mismo y que... me daba miedo que me rechazarás...- ella se tapó la cara con las manos y rompió a llorar.- Ahora que si quieres, olvidamos esto y amigos simplemente ¿eh?
-No es eso... ¡Por que tienes que hacerlo todo tan difícil!- se levantó y Sirius la imitó.- ¡Eres un cobarde, Sirius¡Te odio¡Te odio!- dijo dándole puñetazos. El la agarró por las muñecas y la besó. Entonces la rubia no pudo poner ya mucha resistencia y le besó también.
Lily, Kirsten, Bridget, Kim, Sirius, Remus, James y Peter estaban en la playa, de noche. Delante del agua. En bañador.
-Resulta que el verano no ha acabado tan mal como podía haberlo echo...
-Exceptuando que no he averiguado quien era mi padre.
-¡Pero te has echado una novia preciosa!- dijo Sirius. Peter rió.
-Tienes razón, pero cuidadito con mi preciosa novia.- Bridget le cogió de la mano y sonrió.
-Este ha sido...- empezó Lily.
-El verano que cambió nuestras vidas.- concluyó Kim mirando a Sirius.
-Si.- dijeron los demás.
-¿No nos separaremos nunca verdad?
-Siempre seremos amigos.
-¡Siempre!- gritaron a coro y se metieron corriendo en el agua. Estaba fría pero poco les importó. Habían prometido amistad eterna... pero lo que pasaría en el futuro estaba lejos de eso...
FIN
EPÍLOGO.
Un año después, Graduación de Hogwarts. Por petición propia los cuatro merodeadores recibirían su diploma al mismo tiempo.
-¡Black, Sirius¡Pettigrew, Peter¡Potter, James¡Remus, Lupin!- dijo la profesora Macgonagall con cuatro diplomas en la mano. Los chicos los cogieron y se pusieron en medio del escenario. La canción you can leave you hate on empezó a sonar y los chicos comenzaron a quitarse la túnica, la corbata, la camisa, los pantalones. Toda la ropa se la iban tirando a cuatro chicas que estaban en la segunda fila. Dos rubias, una pelirroja y una morena. Ella reían mientras las demás chicas de séptimo curso de Hogwarts gritaban enloquecidas. Cuando los chicos iban a quitarse los calzoncillos la profesora Macgonagall les echó a empujones del escenario. Para ella solo era la forma de llamar la atención de los chicos, de despedirse a lo grande de Hogwarts. Pero para ellos era algo más. Era el resultado de una apuesta que habían perdido el verano anterior y que... sin quererelo, cambio el rumbo de las cosas...
FIN
Os a gustado? espero q si... al final quedo todo en un final feliz... jejeje bueno, estoy empezando a escribir su continuacion aunque no se si vera la luz, aun son ideas dispersas... aunque aviso: toda la felicidad que ha habido en este desaparecerá x completo en la continuacion, nos centraremos en los acontecimientos de un año antes de la muerte de los Potter. Aviso, si estais contentos con el final de el verano no leais la continuacion o hacerlo mentalizados de que todo cambiará... pues eso bss y dejarme el ultimo review!
