Octavo capítulo
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Visión, Parte II
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Todo cambió demasiado rápido como para poder adaptarse bien. Cuando la abadía dejó de ser un laboratorio secreto, y cuando ellos dejaron de ser reconocidos como simples experimentos, hubo muchos cambios, y algunos le gustaron. Ahora, por lo menos, tenían ropa nueva, calefacción, un día de puro descanso para ellos solos, podía salir de la abadía cuando quisieran, y la comida había mejorado –no más de ésos menjunjes vitamínicos sin sabor-
Pero había muchas otras cosas que no le gustaban. Tenía que ir a la escuela, como todos los otros chicos de su edad. No le molestaba el tener que ir y aprender, por más que todo lo que intentaran enseñarle ya lo supiera (se lo habían inyectado en el cerebro en la abadía) ni el tener que usar un uniforme que le quedaba algo grande porque los niños crecen rápido, ni el estar con otros chicos que no lo conocían y que hasta lo esquivaban, ni el tener que hacer la tarea: por lo menos así estaba fuera de la abadía, y todo era fácil después de años de entrenamiento.
Lo que realmente le molestaba era que los hubieran separado por edades. Hasta Kai, que había venido de visita –o eso supuso- iba con Boris, Yuri y Sergei a un aula, y él iba a otra, porque era tres años menor. O eso era lo que decían, porque era conveniente que no dijera que habían retrasado su crecimiento. Por más que ahora el resto aparentara tener dieciséis años, él sabía que tenía su misma edad. Pero no podía esperar que todo fuera perfecto. Por lo menos, ahora se sentía como un ser humano.
En los recreos se juntaban los cinco y a veces practicaban con sus Beyblades. Sin usar sus Bestias Bit, por supuesto, porque eso sí que estaba prohibido, pero nada les podía impedir jugar. Sí, jugar, no entrenar o batallar, porque ahora lo hacían por gusto, y no por obligación o para evitar el castigo.
Y, por primera vez, sintieron que se divertían.
Pero no era por eso que Iván jugaba con ellos.
Ésos eran los únicos momentos en que podía estar todos juntos, pero él siempre se pegaba a uno en especial. Boris. Tenía un miedo horrible a que él se hartara de tenerlo cerca y lo echara, pero algo que había sobrevivido de la etapa anterior de sus vidas era una especia de compañerismo, de amistad si se quiere, que hacía que, al menos, se soportaran entre ellos. Por un tiempo pensó que entre él y Yuri había algo, pero el pelirrojo parecía no compartir sus gustos. Ni siquiera con Kai, quien era el más cercano al lobo. Tal vez era el único heterosexual del grupo.
Ya que, lo había dicho. El estar tanto tiempo separados del sexo femenino –o quizás así habían sido diseñados- hizo que se fijaran en ellos mismos. A Sergei era al que menos se le notaba, pero Iván había visto cómo miraba a Takao en el Campeonato Mundial. Kai debía estar con el Gato, ése chico chino de ojos tan interesantes... Y Boris debía estar atrás de Yuri, aunque el pelirrojo no compartiera sus gustos. Quizás Boris lo obligaría, o quizás callaría para siempre, como hacía todo el tiempo. No les habían enseñado a expresar sus sentimientos.
Carajo, si hasta hacían linda pareja. Hasta con Kai o Sergei podría haber tenido algo, si combinaban... con Kai por lo frío y con Sergei por lo robusto. Iván y Boris compartían cuarto y baño –al igual que Kai y Sergei- pero nunca se había atrevido a espiar a Boris. A veces pasaba noche enteras pensando en que estaba al lado de él, a pocos metros, y que no lo podía tocar. Se habían hecho más amigos, sí, pero Iván no quería eso.
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"No te preocupes, el mal tiempo es pasajero, no va a nevar. No es necesario que lleves tanto abrigo"
Iván se maldijo por ser tan ingenuo. Últimamente se creía todo lo que Boris le decía, pero eso había sido el colmo. Había vivido toda su vida en Rusia, y sabía cuándo iba a nevar en unas horas y cuando no. Y sabía que iba a nevar, pero Boris le dijo que no, y él le había creído. Quizás se estuviera burlando de él, y quería apartarlo, o desanimarlo. Tal vez ya se había dado cuenta de lo que quería Iván, y por eso actuaba así. Seguro que quería al lobo, o a cualquier otro.
Pero ahora tenía frío, y no se animaba a salir a la calle así. Los otros ya se habían retirado, y esperaba a que la nieve dejase de caer, o que amainara un poco, para poder irse a la abadía, con la calefacción y una deliciosa taza de chocolate caliente. Seguramente Boris estaba allá, riéndose de él, imaginando que estaba ahí, como un tonto, esperando algo que no iba a pasar.
De repente sintió cómo algo cálido lo envolvía. Era la parte delantera de una campera, pero había alguien que ya la tenía puesta, y que lo estaba abrazando por atrás, con las manos metidas en los bolsillos de la campera que los estaba abrigando a ambos. No sintió los pasos, ni el sonido de la ropa al moverse, y se dio cuenta que podría haber sido cualquiera, con intenciones menos benignas. Sabía quién era, porque ya había estudiado hasta su forma de respirar. Se quedó estático, y un temblor –que no era de frío- subió por su columna vertebral.
.- A veces sos tan ingenuo... – le dijo Boris al oído.
.- Y que querés, si confío en vos- le respondió, intentando sonar molesto.
.- ¿En serio¿Cuánto confiás en mí?-
.- Me iba a congelar por creerte... ¿Eso responde tu pregunta?-
.- No del todo-
.- Pensá lo que quieras-
Sin saber bien por qué, Iván se sentía molesto. Quizás porque Boris estaba intentado jugar con él, por más que su tono de voz dijera otra cosa. Ésa debía ser la última fase, en la que Boris le diría que lo dejara en paz. Que con Ivanov hacía mejor pareja. Que un nene como él no tenía por qué meterse con alguien más grande. Que era muy chico como para estar enamorado de él, Boris Kuznetsov. Que dejara de correr tras una quimera...
.- No quiero que seas tan tontito- Ésa frase lo sacó de sus pensamientos –No quiero que te enfermes por mi culpa-
.- Sabés que no puedo... –
.- ¿Qué no podés?-
.- ¿Por qué me dejaron afuera en el Campeonato Mundial? Yo quería participar, pero me dejaron en la banca-
.- No siempre se gana-
.- Pero yo siempre pierdo- hizo una pausa –Nunca puedo obtener lo que quiero-
.- Eso no es cierto. Ahora me tenés a mí-
Iván sintió una palpitación. Tomó conciencia que Boris estaba arrodillado para estar a su altura, y que sus cuerpos estaban demasiado cerca. Empezó a sentir calor, y era consciente que no lo sentía por el abrigo de la campera.
.- Pensé que no me querías de amigo-
.- ¿Qué te hizo pensar eso?-
.- Bueno... Nunca me decías nada-
.- No te quiero como amigo, tarado- La mente de Iván se desconectó -Sobre todo porque vos no querés eso-
Iván volvió en sí algo aturdido.
.- ¿Qué querés decirme?-
.- ¿No te diste cuenta?-
.- Dejate de joder y hablame claro-
.- No me gusta cuando te hacés el tonto-
.- ¿Estás jugando conmigo?-
.- Lo mismo te pregunto-
Iván se apartó de Boris con un movimiento brusco. Empezó a caminar y salió a la tormenta de nieve. Sabía el camino a la abadía de memoria, y su cuerpo fue hacia allá de forma mecánica. Si alguien lo había seguido, no podía decirlo. Sus sentidos estaban embotados, y no quería que lo vieran. Fue hacia su habitación, pero siguió de largo. No quería saber si Boris estaba allí, esperándolo. Se cruzó con Kai y Yuri, y después con Sergei. Fue hasta una de las torres, convertidas en observatorio para los repasos de astronomía. Para qué se enseñaba astronomía en un país en que si no nevaba, llovía, Iván no podía decirlo, pero le daba igual.
Pero no lloró. Se quedó allí, sentado en el piso con las piernas cruzadas, esperando. Y pensando. Sacó su Beyblade y observó el Bit Chip de Wyborg. Los BBA Team tenían una conexión muy fuerte con sus Bestias Bit, en especial Kon y Kinomiya. ¿Acaso les hablaban¿Y sus Bestias Bit les respondían?
. - ¿Me oís, Wyborg?-
El Bit Chip pareció brillar, e Iván lo interpretó con un sí.
. - ¿Podés ayudarme? Ya no sé qué hacer... –
El mismo brillo, la misma interpretación.
. - ¿Qué pasa¿Acaso Boris juega conmigo?-
Nada.
. - ¿Qué quiere de mí¿Qué me aleje o que me acerque?-
Nada.
. - ¿Cómo se siente estar ahí adentro¿Qué se siente ser una Bestia Bit?-
Hubo un cambio en el ambiente. Iván se sintió oprimido, la atmósfera se volvió pesada, y una presión se hizo presente en sus pulmones. El ahogo era fuerte, y se asustó un poco, pero la sensación desapareció enseguida.
. - ¿Por qué estás ahí¿No te gustaría ser libre?-
Nada.
. - ¿Puedes hablar con las otras Bestias Bit?-
Brillo.
Iván sintió un escalofrío. Quería decirle a Wyborg que hablara con Falborg, que le preguntara a Boris qué quería de él. Pero no le salía la voz. Quería irse, quería quedarse, quería correr y estar quieto, todo al mismo tiempo, pero su cuerpo no le respondía. Carajo¿qué le estaba pasando? Si era un nene, no debería sentir ésas cosas. Pero no, no era un nene, si no se sentía como un nene. Él le había dicho a Sergei que no se callara y que no huyera, y ahora él estaba huyendo.
Se levantó, guardó a Wyborg en un bolsillo después de darle una mirada de agradecimiento, y empezó a caminar hacia la puerta. Sentía el corazón más ligero, y hasta feliz. Fue al comedor y cenó con los otros muchachos, pero no vio a Boris. Lo que no era raro, porque ya había pasado media hora desde que sirvieron la cena, y quedaba poca gente en el comedor. Comió con ganas, y después fue a ducharse. Boris tampoco estaba en su habitación, y cuando se acostó, empezó a preocuparse.
Cuando sintió la puerta abrirse, se hizo el dormido. No quería saber si era Boris o no, y trató de dormir. Escuchó cómo el que había entrado se sacaba la ropa del colegio y se ponía la de dormir, pero no escuchó el crujir de su cama. Se imaginó a Boris siendo iluminado por la luz de la Luna, y se estremeció. Quería verlo, pero al mismo tiempo sabía que no era sólo eso lo que quería. Cuando pasó un tiempo, creyó que Boris ya estaría dormido, y se dio la vuelta.
Dio un respingo al encontrarlo muy cerca de su rostro, mirándolo en silencio. El mayor le tomó los lados de la cara y empezó a acercarse a su rostro con lentitud. Iván no sabía qué hacer, y se quedó estático, esperando lo que fuera a pasar. Boris parecía que nunca iba a llegar, hasta que estuvo a sólo dos centímetros de su rostro. Lo tomó con algo más de fuerza, pero sin hacerle daño, y le dio un suave beso en la frente.
Iván parpadeó, confundido, mientras Boris murmuraba un "buenas noches" y se iba a acostar. Cuando cayó en la cuenta de lo que había pasado, no sabía si sentirse feliz o iracundo. ¿Qué había sido eso¿Significaba algo¿Wyborg había hablado tan rápido con Falborg¿Estaba jugando con él a ver cuándo explotaba¿Y cómo se podía ir a dormir así como así, tan tranquilo?
. -¡Boris!- dijo, exasperado. Tenía que sacarse las dudas YA.
Pero el otro no le contestó. Ya estaba dormido. Iván pensó en ir a su cama, agarrarlo por el cuello de su ropa de dormir y zarandearlo hasta hacerle confesar, pero se detuvo antes de destaparse. Quizás "eso" recién se estaba formando y reaccionar así podía echarlo todo a perder. O quizás le diera un sopapo (1) para que dejara de jorobar. O quizás era sólo un juego, y él no iba a caer.
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Cuando sintió que la alarma del despertador no sonaba, creyó que era sábado, y que no tenía que ir a la escuela. Se hundió en su cama y siguió durmiendo, calentito y cómodo. Pero cuando se levantó, a las diez de la mañana, se acordó de golpe y porrazo que era viernes, y que tenía que ir a la escuela. Y fue un porrazo el que se dio cuando, tratando de salir de su cama, se enredó con las sábanas. Maldijo al que había inventado ésas cobijas con flecos tan largos, y se sentó en el piso, tratando de despertarse del todo y despabilarse por el golpe.
Ya no valía la pena intentar ir a la escuela. Además, aunque lograra llegar, no quería ver a Boris tan pronto. Se sentía más confundido que nunca. Era el segundo día que le pasaba eso, y no le gustaba que jugaran con él. Pero quizás Boris no estuviera jugando... ¿O sí? Buscó a Wyborg, pero no se atrevió a preguntarle nada. Volvió a guardarlo en su lugar, y empezó a tender su cama. Cuando salió del baño, bañado y vestido, pensó en ir a desayunar, pero desechó la idea. Dentro de poco servirían el almuerzo, y Boris estaría ahí.
Se sonrojó mucho, y pensó en lo que había pasado la noche anterior. Quizás Boris se estuviera riendo de él, o quizás había planeado todo eso para tenerlo impaciente. Daba lo mismo, tenía que copiar los deberes de ése día, y siempre eran dobles por el fin de semana. Esperó con paciencia a que los llamaran a almorzar, leyendo una revista de las que había en su pieza, limpiando su Beyblade, repasando las lecciones que tenían para ése día, haciendo cualquier cosa para no pensar que dentro de poco tendría cerca de Boris, y tendría que darle una muy buena explicación.
Cuando llegó la hora de la comida, fue hacia el comedor, y vio a Boris rodeado de gente. El único lugar vacío estaba bien lejos de él, y ahí se sentó, tratando de no mirarlo. No quería ver qué cara ponía si notaba que era observado. Comió en silencio y se retiró rápido, para poder agarrarlo cuando entrara a su pieza. Y ahí sí que le iba a exigir que le dijera qué estaba pasando. Esperó dos horas sentado frente a la puerta, listo para atacar, pero Boris no llegaba. Cuando sus piernas se durmieron decidió levantarse, e ir a buscarlo. Revisó toda la abadía, desde las torres hasta lo que habían sido las mazmorras, y no lo encontró. Preguntó en todos lados, pero nadie lo había visto. Cuando llegó a su pieza, decepcionado, dos brazos fuertes lo rodearon por la cintura y lo levantaron.
. -¡BORIS!- exclamó Iván.
. – Ése es mi nombre. No lo gastes-
. - ¿Q-Qu-Qu-qué estás haciendo?-
. – Dándote cariño. ¿O no era eso lo que querías?-
Oh, Dios, cómo empezaba a odiar eso. Empezaba a odiar que Boris lo tratara así.
. – No hagas eso nunca más-
. - ¿El qué?-
. - ¡Me confundes! No sé qué es lo que estás intentando hacer y no sé si estás jugando o vas en serio-
Boris lo miró serio por unos momentos, y luego lo bajó, dejándolo en el suelo. Iván no sabía cómo reaccionar a eso, y se sintió algo mal cuando vio a Boris alejarse. Volvió con sus cuadernos y se los alcanzó.
. – Hoy dimos muchas cosas, y tenemos mucha tarea. Si querés hacerla toda, más te vale que empieces ahora-
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Era el tercer día, y esta vez le iba a EXIGIR que le contestara. Tenía derecho a saber qué carajo estaba pasando, y qué era lo que quería lograr. Y si Boris volvía a salir con uno de ésos trucos de escapista, lo golpearía. Si sólo así entendía...
-BORIS, QUIERO HABLAR CON VOS- le dijo, apenas se despertó.
-No quiero- respondió el otro.
-Vas a hacerlo quieras o no- Iván estaba más que enojado.
-No seas pendejo-
-¿Y vos creés que te estás portando con alguien maduro?-
-No soy yo el más pequeño-
Iván enrojeció violentamente. Ya estaba al límite. O lo golpeaba o iba a saltar por la ventana. Aunque estuviera bloqueada por la nieve y aunque Boris tratara de pararlo. Quizás lo tirara a él también por la ventana.
-¡ARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRG¡¡NO TE HAGAS EL PELOTUDO Y CONTESTAME DE UNA PUTÍSIMA VEZ!-
-Así no vas a conseguir novia-
-¡NO QUIERO UNA NOVIA, TE QUIERO A VOS!- quiso desaparecer en el mismo instante en que las palabras dejaron su boca. Parecía un tomate comunista(2) de lo rojo que estaba. Quería correr, pero las piernas no le respondían. Además¿no quería que Boris le contestara?
Se sorprendió cuando dos brazos lo levantaron y lo metieron a la cama.
-¿Qué estás haciendo?- preguntó, nervioso y más colorado que antes, al sentir cómo Boris lo abrazaba de la cintura, frente a frente, y las cobijas los tapaban a ambos.
-Quiero dormir tranquilo- dijo el otro, sin abrir los ojos.
-Pero... ya es de mañana-
-Es sábado. Tengo derecho a dormir todo el día si quiero, y con quien yo quiera-
-¿Eh?-
-Tenés cerebro- dijo el otro, abriendo los ojos y mirándolo directo a los de Iván –Usá el bocho(3)- Iván se quedó mudo, nervioso y con los ojos llorosos –Si, yo también te quiero, salame- hizo una pausa –Y no llorés como pendejo-
-¡Pendejo sos vos, tarado¿Tenés una idea de lo que pasé pensando que estabas jugando conmigo?-
-No grités que no me gusta cuando gritás. Y si vos no decías nada, pedacito de melón¿qué querés que hiciera? Soy el más grande de los dos¿te hubieras sentido cómodo, o sin presiones¿Y estarías tranquilo, sabiendo que somos nosotros dos solos y que nadie te escucharía gritar si yo te hacía algo?-
Iván tembló. No, no lo había pensado.
-No te voy a hacer nada que vos no quieras- le dio un besito en la frente –Ahora a dormir abrazaditos-
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Pero Iván no durmió. Cuando se tranquilizó, miro a Boris dormir. Él nunca había tenido relaciones con alguien, pero pensaba que el otro sí. O quizás sólo lo dijo para ponerlo nervioso. Y no sólo relaciones sentimentales. Por lo que se sobresaltó cuando sintió una de las manos de Boris en la frontera entre su cadera y su muslo.
-¡Boris!- dijo, sobresaltado -¿Estás despierto?-
-Sueño con un angelito a mi lado- dijo el otro, sin reírse. Iván se sonrojó. Volvió a sobresaltarse cuando sintió que le tocaban el trasero.
-¿Qué estás haciendo?-
-Dándote mi amor- le dio un beso en la boca. De la sorpresa, Iván la abrió, y pudo sentir cómo una lengua ajena la exploraba.
Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo cuando Boris se pegó a él y pudo sentir su excitación haciendo presión, a través de la ropa, contra su miembro. Llevó sus manos al pecho de Boris y lo empujó, temblando.
-¿Qué pasa, Iván?- preguntó el mayor, confundido.
-No... no, así no- dijo el otro, temblando.
-¿Estás nervioso?-
-¡No es...¡No vayas tan rápido!-
-Si, estás nervioso- se alejó, sin dejar de abrazarlo, y dejó de tocarlo.
-¿Boris?-
-No voy a hacer nada que no quieras. Si te ponés nervioso, te va a doler, y no quiero lastimarte-
-...- Iván bajó la vista.
-No tenés que avergonzarte de nada. Te voy a esperar lo que sea necesario- le tomó la cara con una mano, con suavidad –Porque te quiero mucho y sé que vos también-
Iván no podía estar más rojo.
-Ahora vení, vamos a dormir abrazaditos-
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-¿Tan pronto dormiste con él?-
-Eso no es de tu incumbencia, Sergei- le respondió Boris.
-No creo que seas de los que esperan-
-Creés mal, entonces-
-Entonces te has acostado con él, pero aun no ha tenido sexo contigo-
-Sergei, yo no te molesto, haceme el favor de no jorobar-
-¿Y por qué aún no sale de su habitación?-
-Porque está dormido-
-¿Y qué hiciste para que esté tan cansado?-
-Dormir abrazado a él, y nada más-
-¿Y él sabe que no eres virgen?-
Eso lo congeló en el lugar.
-¿Cómo!-
-Era obvio que entre vos y Alana había deseo. Pero veo que ya creciste-
-Eso fue algo pasajero-
-¿Amás a Iván?-
-¿Vos me creés un semental que tiene la necesidad psicológica de fornicar todos los días?-
-No tan así, pero no te imagino en el papel de casto-
-Sí, lo amo, y no quiero que lo molestes-
-Decíselo a Yuri. Él es el único-
-¿Qué querés decir?-
-Interpretalo como quieras- Sergei amagó irse, pero Boris lo agarró del brazo.
-Ah, ya veo. ¿Y quién puebla tus sueños húmedos?-
-¡EY!-
-Esa fue mi venganza-
-No fue gracioso-
-Lo tuyo tampoco-
-...-
-...-
-Eso no lo vas a saber de mi boca-
-¿Es alguien de la abadía¿Yuri¿Kai¿O MI Iván?-
-No-
-¿Alguien de otro equipo? Mmmm... ¿Rei Kon¿O algo más raro, como Kyo¿O más "femenino" como Oliver?-
-Cortala-
-No molestes a Iván ni a mí, entonces-
-Hecho-
-Y no le digo nada a Yuri-
-Él se entera de todo antes que nadie. Ya sabe y no le importa. ¿Pero no te parece algo apurado el que se acuesten al tercer día?-
-Acostarse y tener sexo son dos cosas distintas-
-Sí, dormir no es fácil si se está parado... –
-Ey-
-En especial cuando hay tanta diferencia de alturas-
-Te dije que la cortaras-
-No me jorobes si viene alguien más, entonces-
-¿Kai?-
-No, y nunca lo adivinarás-
-¿Boris¿En dónde estás?- se escuchó la voz de Iván.
-Ya voy, mi amor, no salgas que te va a dar frío-
-Como si no tuviera ganas de darte calor- dijo Sergei, de forma bastante audible. Los aludidos enrojecieron, Iván más que nada.
-¡EY!-
-Como si no tuvieran ganas... –
Iván miró un rato a Boris.
-Eso no es de tu incumbencia. Vamos Boris, necesito de tu "calor"-
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(1) En Argentina, golpe dado con la mano, similar a una cachetada.
(2) Entiéndase, MUY rojo.
(3) Marote, zabiola, cerebro, cabeza, etc.
Hete aquí la segunda parte de "Visión" Debo confesar que escribir Yaoi es mucho más fácil que escribir Yuri, sumado a ciertas experiencias nuevas que me han permitido ampliar mis conocimientos (ey, no sean malpensados, soy lectora de muchas cosas) Y por cierto, si me quieren ayudar con los Yuri, díganme en dónde me puedo bajar el kamasutra lésbico. Historias sobran, posiciones faltan.
Mil disculpas por la demora, es que tuve muchos parciales en la facultad, uno más horrible que el otro, y no tenía voluntad de estudiar y no tenía que sentirme así, y veía que este capítulo estaba casi terminado y me remordía un poco la conciencia, así que me dije "hoy lo termino" y aquí está. Sigan mandando parejas nuevas, que tengo historias para rato. Es una lástima que el anterior Shoujo Ai no haya gustado tanto, pero bue, no siempre se gana. En compensación este capítulo fue un poco más largo, y el próximo Yuri va a ser mucho mejor.
Contesto comentarios en el próximo capítulo. ¡Chus!
Nos leemos
Nakokun
