Decimoprimer capítulo

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La primera novia

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Nunca nadie preguntó bien el por qué cambiaba a veces. Nadie preguntó, o nadie se animó, a indagar sobre ese alter-ego, que salía a la luz bajo ciertas circunstancias. Una chica diez años mayor en un cuerpo casi de niña, debería haber ocupado muchos titulares. Pero nadie preguntó nada, como si no importara.

Hace un mes ya no podía más. Tenía que hablarlo con alguien. Pero no con un chico, o con alguien de su edad. Con alguna persona mayor, que supiera de estas cosas. Buscó psicólogos, y empezó a ir a las sesiones. Pero no le gustó y a la semana ya estaba de nuevo buscando otra solución, si es que le había.

Y eso no era todo. A veces, cuando soñaba, veía a otras personas que no conocía, con las cuales hablaba y convivía como si fueran amigos de toda la vida. Y llamaba a dos adultos papá y mamá, aunque no eran sus verdaderos padres. Era como si estuviera viviendo otra vida en sus sueños, pero en una época en la que los celulares, Internet y ella (Ming-Ming) aún no existían. A veces la llamaban con otro nombre, Lin. Reconocía la ciudad, algunas calles y lugares, pero todo parecía más nuevo y más viejo. No se parecía en nada al Tokio actual. Como si estuviera viviendo hace veinte años.

Y en especial algunos sueños... bueno bastante calientes. Ella ya tenía quince, y sabía cómo se sentía el autocomplacimiento, pero se sentía vacía. Y no era como si estuviera buscando a alguien, sino como si hubiera estado con alguien y ahora no pudiera hacerlo más. Su carrera iba bien, sus fans la amaban, tenía todo lo que podría desear, pero no estaba satisfecha. Algo, alguien, le hacía falta, alguien que ya había conocido y que ahora no estaba más. En ésos sueños, ella se sentía cómo era ser tocada por otra persona, pero nunca se lo había dicho a nadie. No por vergüenza a admitir que tenía sueños húmedos (en una chica eso se puede disimular mucho mejor que si fuera varón) sino porque la otra persona era una chica. Y, T. A. T. U. o no, no sabía cómo reaccionaría su disquera si llegaban a descubrirlo.

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El momento que más anheló en ese día fue en el que le dijeron que había terminado su trabajo. Estaba agotada, ése día había sido especialmente pesado, y no tenía la más mínima gana de seguir en pie. Cuando llegó a su casa, primero que nada se dio un largo y relajante baño. Después comió algo liviano, y se fue a dormir. Agradecía que mañana no tuviera nada que hacer a la mañana, y se dijo que iba a salir a pasear. Disfrazada, por supuesto (ya se imaginaba la horda de fans que iban a correr tras ella) pero tenía que salir.

Y quería soñar, a ver qué sorpresa le traía Lin.

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.-Te extrañé mucho, Lin- le dijo la chica delante de ella antes de abrazarla.

.-Yo también Mary, ya no aguantaba- sentía cómo sus brazos rodeaban a la rubia, pero ella no estaba ahí, sino que estaba en segundo plano.

.-¿Qué dijeron tus padres?- algo de ansiedad, sólo un poco.

.-Que estaba loca, pero igual accedieron. Después de todo, soy la mejor estudiante de todo el estado- la chica esa tenía acento yanqui. Y era rubia, además. Debía tener dieciséis años, más o menos. Y Lin tenía quince, su misma edad, pensó Ming-Ming.

.-Sos tan perfecta- Lin le dio un beso en la boca, y Ming-Ming pudo sentir el calor y el cosquilleo en sus propios labios.

.-Es cierto. Adúlame-

.-Presumida-

.-No me digas que vos no te diste cuenta de mis muchísimas virtudes-

.-Me vas a convertir en tu aduladora personal-

.-Viniendo de vos, toda palabra es un halago-

Se dieron otro beso, y Ming-Ming podía sentir algo extraño en Lin, y en ella misma. Sentía un calor suave y, a su vez, sentía como si estuviera fuera de ella misma, hormigas en todo su cuerpo, el corazón le latía a mil por hora, y eso aumentaba cuando Mary la besaba. Se preguntó si así se sentía el amor, porque era algo que nunca había sentido, y era agradable, demasiado para estar dentro de su cuerpo, demasiado como para ser de este mundo, y se dejó llevar, limitándose a ser una mera espectadora, porque sabía lo que venía.

Lo supo desde antes que se recostaran en la cama de Lin, con la rubia arriba. No actuaban desesperadas, sino con mucha ternura. Despacio, como pidiendo permiso, Mary empezó a levantarle la parte superior de su ropa, porque ahora Ming-Ming y Lin eran una, aunque fueran dos personas diferentes. Mary hizo lo mismo, y podía sentir la piel de la rubia sobre la suya. Estaba caliente, pero había algo más: la calidez que ella sentía estaba también en la otra, y no tuvo dudas de eso cuando se miraron a los ojos.

Ella las veía y veía desde dentro de su cuerpo, en una especia de conciencia desdoblada. Podía sentir la boca de Mary sobre su piel, y sentía la suya en la piel de Mary. Olía a perfume y a un aire de femineidad que no había percibido nunca, y ahora sólo estaban en ropa interior. Lin invirtió los papeles y dio vuelta a Mary sobre la cama, para quedar ambas boca abajo. Desabrochó el corpiño con la boca, despacio, saboreando cada momento, y empezó a lamer su espalda.

Y la rubia gemía, y sus gemidos eran como música para sus oídos. Se sacó su corpiño y se acosó sobre ella, frotando su busto con su espalda, y dándole besitos en el hombro y el cuello. Ming-Ming se sentía rara, con ésos dos calores en su cuerpo, y sintiendo el contacto como si fuera ella, y no Lin, quien las recibía. Y debería haberse sentido como una intrusa, estando en un lugar que no le correspondía, pero no era así: es más, se sentía como si estuviera por encontrar ésa parte faltante, ésa persona faltante.

Se sentía como un fuego bajo la piel, y sabía que aumentaría, pero quería que Mary lo apagara con su cuerpo. La rubia le estaba succionando los pezones, mientras pasaba su mano por su espalda, y ya se había olvidado de Lin. No era Lin, sino ella la que estaba viviendo eso, por más que fuera un sueño. Podía sentir cómo ahora la daban vuelta y la volvían a besar, mientras Mary la recostaba y se sentaba encime de ella, rozando sus sexos. Y eso la enloquecía.

Sintió como Mary se levantaba y cómo sus dedos intentaban entrar en ella. Abrió la boca en sorpresa, en un gemido mudo de placer. Sus dedos empezaron a moverse, y el gemido salió de su boca. Mary sabía cómo tocar por dentro a una mujer. Y su otra mano estaba en su noca, mientras le daba besos en el cuello. Tenía una de sus piernas entre las suyas, y el placer la empezaba a volver loca. Sus senos estaban muy sensitivos, y cada poro de su piel parecía transpirar sensualidad. Cuando llegó al orgasmo, sintió cómo Mary sacaba sus dedos de ella y vio cómo los lamía. Sintió la boca seca, como si tuviera sed.

Y sabía de dónde beber. Tumbó a Mary sobre la cama, y empezó a lamer su estómago, bajando, hasta beber de su sexo. Marý lanzo un gritito de placer, sorpresa y alegría juguetona al sentir cómo era explorada. Podía sentir en su lengua cómo era el sabor de la rubia, y eso la enloquecía. Estaba ansiosa por darle el mismo placer que le había dado ella, y cuando sintió que Mary explotaba, le dio un largo beso de lengua, haciéndole probar su propio sabor...

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Ming-Ming se despertó cubierta en transpiración. ESO sí que había sido intenso, y estaba muy cansada, como si hubiera sido ella quien había estado con Mary. Aún sentía cómo había sido tocada Lin, y decidió que era demasiado. Tenía que hablarlo con alguien, quien fuera, porque esto se había ido de su control.

Eran las cinco de la mañana, pero todo su cansancio se había ido. Se dio un largo y relajante baño, pensando en ésa Mary. Se le hacía cara conocida, pero no se acordaba de dónde. Quizás era sólo su imaginación o un falso recuerdo de sus sueños. Salió de la bañera y se preparó para salir. No iba a llevar el celular, no quería que nadie la molestara, y menos la disquera. Se puso un vestido hasta la rodilla, fresco y amplio, y se peinó de manera diferente, con una trenza cosida ()

Cuando salió, eran las seis y media, y la ciudad empezaba a despertar. Dio unas vueltas por el centro, cuidando que no se le volara el sombrero, porque hacía algo de viento. En un café vio a alguien conocido, y se acercó, pensando que había encontrado alguien con quien hablar. La persona perfecta.

.-Buenos días, señora Mizuhara- le dijo Ming-Ming –Que sorpresa encontrarla por aquí-

.-Oh, Ming-Ming, lo mismo digo- le respondió la mayor, con una sonrisa- Vení, sentate y tomemos algo-

Empezaron a hablar de trivialidades, y Ming-Ming se sentía bien. No se sentía como una imagen, un producto o una muñequita de porcelana, sino que se sentía como una persona. Y eso le gustaba. Cuando iba a hablarle a Judy sobre sus sueños, la mayor le dijo algo que no esperaba.

.-¿Sabés? Cuando yo tenía tu edad, tenía una amiga china que vivía en Japón... Nos comunicábamos por carta, porque en ése entonces el correo electrónico no existía, y nos hicimos muy amigas-

.-¿En serio? ¿Y cómo está ahora?-

.-Murió hace veinte años, con toda su familia, mientras hacían un viaje en avión-

.-Oh- dijo Ming-Ming, apenada –lamento haberle hecho recordar eso... –

.-No hay problema, ya pasó. Es más, una vez fui a visitarla a Japón, cuando aún estábamos en secundaria. Me quedé unos días en su casa, y siempre me voy a acordar de todas las cosas que hicimos... Hasta le dije mi segundo nombre, y me llamaba por ése: Mary – hizo una pausa, y Ming-Mign se tensó. Una sospecha empezaba a germinar en su mente, pero trató de apartarla –Al menos, lo que me alegra es saber que en alguna vida futura la podría volver a encontrar. Ella fue... Mi primera novia–

.-¿Ah, sí? ¿Y cómo se llamaba?-

Presentía la respuesta, pero al mismo tiempo se decía que no podía ser, que era un sueño, otro sueño, que no era el mismo nombre de...

.-Su nombre era Lin-

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¡¡¡Benditas sean las vacaciones, me saqué de encima la MALLLLLLLDITA materia que me trababa tres correlativas con un hermoso ocho! Ah, para festejar decidí actualizar, que hasta Arashi publicó su prime Fic Yuri en slasheaven, y yo con los míos medio abandonados... No es justo, no señor, así que me pongo al día.

A ver a ver, ¿cómo es eso de un Judy/Lin (Ming-Ming)? Pues que de la rubia y de la Dra. K eran las dos únicas chicas de las que no tenía imágenes, pero de Ming-Ming sí tengo muchas. Además, me acordé de un Fic de una compadre que era un Emily/Judy, y me dije que por qué no, pero modelando algunas cositas. Así que de ahí salió.

Y este Fic es para que vean que las personas que quisimos mucho y que murieron pueden estar más cerca de lo que pensamos, por si no les quedó claro.

¡¡Y al fin los administradores sentaron cabeza! Voy a estrenar el nuevo sistema de contestar los comentarios, así que nos leemos en la próxima.

() Trenza cocida: es una trenza que se hace bien pegada a la cabeza. Es muy difícil de hacer y requiere mucha práctica y mucha habilidad.