Disclimer: ninguno de los personajes de inuyasha me pertenecen, y esto no lo hago con fines de lucro, es solo un pasatiempo.
Hola
Aki esta el capitulo de hoy
Capitulo V
¿Qué te pasa miroku?
Miroku había pasado en vela, pues el dueño no le daba buena espina, sentía como el era malo, su aura lo demostraba, pero podía oír la conversación de sango con el hombre y se dio cuenta de que sango no era obligada, al contrario ella se lo permitía. Eso lo enfurecía, pero lo peor es que no tenia derecho a decir nada por su antiguo comportamiento, aunque tenia meses tratando de dejar ese mal habito, mucho le había costado pero ahora pareciera que no valía de nada pues ella no lo notaba en lo absoluto.
Sin que se diera cuenta, el hombre bajo la yukata de sango hasta su cintura, y empezó a besar sus pechos. Sango empezaba a recobrar el sentido, veía como un hombre extraño la besaba y se notaba que quería hacerla suya. Aunque su mente volvía su cuerpo no se movía,¿que podía ocasionar eso, era lo único en lo que podía pensar mientras aquel hombre seguía con su trabajo, besando todo su cuerpo, aunque ella no controlaba su cuerpo, de su boca salían gemidos de placer, que sabían de volumen.
El monje se revolcaba en su futon tratando de obviar los sonidos que producia sango. El siempre habia soñado con oirla de ese modo, pero habia una gran diferencia entre la realidad y fantasia, el no causaba esas reacciones, eso lo mataba, y lo peor era que no podia siquiera quejarce por que el nunca prometio serle fiel, asi que ella no tenia esa obligación.
A sango le daba vueltas la cabeza, ella no queria que su primera vez fuera de ese modo, con un extraño del que no sabia nada. Mientras el señor bajaba la yukata de la mujer a los pies, y le besaba el vientre. Sango empezaba a recobrar su voluntad en las manos, y en su boca. Sango sabia que si hacia algo tenia que ser definitivo, pues no tendria oportunidad de un segundo ataque. Aquel hombra bajaba por su vientre hacia su muslo, empezando a besarlo, para después pasarse al otro. La exterminadora ya tenia control de sus brazos y un pocxo de sus piernas, por suerte él no se había dado cuenta de ello. Sango reunio todo el valor posible, sin previo aviso, grito con toda sus fuerzas, que eran lo para llegar a los oidos de su amado monje.
San: auxilio! Ayudenme! AAAAAAAAHHHHHH!
Miroku lo pudo escuchar con claridad, sango estaba en peligro. No dudo en parase, tomar su baculo y correr a su habitación.
El amo se molesto mucho que gritara, pero le molesto mas que al momento de gritar le diera un fuerte golpe en la cabeza con sus delicadas rodillas.
Due: hermosa, no debiste hacer eso, eso te costara caro, era mejor por las buenas, pero si tu lo quieres asi?
Sango trataba de hacerce hacia atrás con las manos pero sus fuerzas no le heran suficientes como para hacerlo con gran velocidad. En cambio sus lagrimas corrian lo mas rapido posible, sentia como su vida se acababa, como sus sueños de una vida feliz se le iban de las manos. El se acercaba a ella peligrosamente, el se empezaba a quitar toda la ropa. Empezaba a tomar sus tobillos acercándola a el cuando, salio volando y se estampo con una pared.
El monje habia llegado, se notaba en el un semblante muy furioso, nunca lo habia visto asi, se abalanzo contra aque hombre, dejo su báculo y empezo a darle puñetazos, era como si se desquitara de todas sus penurias con el hombre.
Sango solo podía ver como aquel monje tan pacifico estaba vuelto un luchador furioso, de verdad no le gustaba esto, lentamente se coloco bien la yukata, para entonces aquel hombre estaba sangrando y totalmente inconciente pero miroku no dejaba de golpearlo. Sango empezó a llorar a mares, no quería verlo así, eso era muy dañino, incluso para ella. Lentamente gateaba a donde estaba el. Cuando estuvo detrás de el, lo abrazo con todas sus fuerzas , y llorando le dijo:
San: por favor…por favor detente, no quiero que sigas, por…fa..vor
Miroku paro inmediatamente, al oir las suplicas de la mujer. Se volteo y ella lo abrazo.
San: ya no lo lastimes
Miroku se sentia confundido, nunca habia actuado de esa forma. Y lo pero era que ella lo detenia.
Mir: "te importa lo que le pase a este sujeto que intento violarte?"
Ese pensamiento rondaba la cabeza del monje. Sabia que lo mejor era salir de aquel lugar inmediatamente.
Tomo a sango en brazos, sus ropas, el baculo y el kiraikotsu, y con todo en brazos salio se la casa. Cuando vio que todo estaba suficientemente lejos, dejo a sango en el suelo con mucho cuidado, y se alejo a caminar, ante de perderse en la vista de la exterminadora ella trato de hablar con el:
San: a donde va excelencia?
Mir: tengo que meditar un poco, ademas, necesita un lugar donde acearse, lo buscare.
San: gracias
Le contesto con un poco de pesades, que era escuchada por aquel monje.
El monje caminaba sin rumbo alguno. En ese momento no podia pensar en eso, se sentia muy aturdido, por mas que quisiera a sango, un monje en ninguna circunstancias debia comportarse como lo hizo y mucho menos necesitar a alguien para que lo calmara, eso estaba mal. Lo peor era que sango se lo habia pedido, ¿Por qué, ¿que le ocurria, por que lloraba por ese hombre y lo defendia?
Mir: por que?
Mir: por que me detubo, acaso ella no queria que interviniera?
Mir: acaso lo estaba disfrutando?
Mir: pero si hubiera sido asi, ella no hubiera estado llorando cuando el entre.
La imagen llegaba a la cabeza del monje aquel hombre acercandose a sango mientras ella trataba de retroceder, pero era detenida por una pared, ella casi desnuda y desesperada, eso se notaba en la cara de terror que tenia. El por su parte estaba totalmente desnudo, tenia una carade malicia decidido a hacerla suya.
El houshi movio la cabeza tratando de quitar esa imagen de la cabeza, no se habia dado cuenta de que habia llegado a una especie de lago. Se dio la vuelta para regresar a con sango para que pudiera asearse.
En cuanto de fue el monje sango empezo a llorar y tratar de sacar aquellos recuerdos tandolorosos para ella.
No podia dejar de pensar, como esto me pudo suceder, por que ami? Por que? Quisiera que esto no hubiera pasado. Como pude confiarme en el?
Sango seguia pensando esto una y otra vez, hasta que vio al monje que volvia, rapidamente se limpio las lagrimas, aunque sus ojos estaban rojos y su respiración anormal.
El monje se acercaba lentamente, para poderse calmar. Notó el estado de sango pero el no lo hizo notar.
Mir: encontré un pequeño lago, para que se bañe
San: gracias. Por donde se encuentra?
Mir: yo la llevo
San: gracias.
Miroku tomo del brazo a sango y lo paso por atrás de su hombro para que sango se sostuviera de el pues ella no había terminado de recobrar el control de las piernas, lentamente llegaron al lago.
Sango se aparto de el cuando el la introdujo al agua, sin decir nada el monje camino a donde estaban las cosas y empezó a caminar, alejándose de ella. Al poco rato el monje volvio con la ropa que sango llevaba normalmente, ella le agradeció, el monje hizo parecer que se alejaba, pero él seguía en ese lugar. No dejaría sola a sango en esas condiciones.
Espiando el monje se pudo dar cuenta que sango parecía estar ida, pues las cosas las hacia sin dejar de ver a la nada, cuando sango terminó y se vistió el monje se alejo al lugar donde se suponía que él la habia estado esperando. El monje desde hace mucho habia arreglado unas cosas para pasar el restote la noche, aunque para estas horas faltaban escasos minutos para que amaneciera. El monje seguia perdido en sus pensamientos al igual que sango.
Cuando por fin amaneció partieron en busca del arbol, en realidad lo habian encontrado muy fácilmente, el arbol estaba muy cerca de donde ellos habian estado.
Se quedaron un momento ahí, pues habian olvidado lo que la anciana les habia dicho, sango había notado un olor familiar en ese arbol, cuando lo relaciono con el incienso que estaba en su cuarto, ya era muy tarde, ella parecia no tener control sobre si misma.
Al monje miroku le paso lo mismo, no se podia controlar. Lo unico que podia hacer era quedarce al lado de sango ninguno de los dos podia poner resistencia a su cuerpo el se movia por voluntad propia.
Mir: sango quiero decirte que en verdad te quiero.
San: yo tambien te quiero miroku
Mir: no te quiero, yo te amo.
San: si me ama, por que no dejas esos habitos que me lastiman?
Mir: no te has dado cuenta que hace mucho que no hago esas cosas?
San: es cierto?
Mir: cres que te podria mentir?
San: miroku….
El monje se acercaba lentamente a los labios de la exterminadora hasta culminar en un tierno beso que fue claramente correspondido.
En ese momento Sango despertó, con un fuerte dolor de cabeza, que la hizo recostarse otra vez, al observar que todos seguían dormidos.
Kagome tenia un sueño muy extraño:
Ella caminaba por pasillo lleno de fotografías, al acercarse podia ver la foro muy bien.
La primera era una foto de inuyasha besandola, se alegro mucho al verla, seguia viendolas, después una de kagome abrazandolo, otra donde ella tenia el pelo mas largo y tenia una gran pansa, pareciera embarazada. Podia ver muchas fotos alguna no le gustaba como una con kikio donde inuyasha la abrazaba, pero a su lado habia muchas de inuyasha besando a kagome.
habia otra donde estaba abrazada de kouga, esta foto la desconcentro pues kouga la tenia abrazada, mientras ella se resistia. Ademas a su lado habia una donde kouga trataba de besarla mientras que se resistia,
habia Otra en donde inuyasha discutia con ella, como siempre, pero en cada una de las desagradables habia siempre alrededor de ella muchas muy felices..
kagome desidio seguir caminando, encontro un cuarto en el cual Habia una gran cama, a un lado habia un televisor, lo prendió y se asombro mucho al verla pues era una escena de ella haciendo el amor con inuyasha, se puso completamente roja y trataba de apagarla, pero al contrario, solo pudo cambiar de canal y lo que vio la desconcentro mas, era kouga, tratando de abusar de ella, veia como no parecia ser él pues el no era asi de violento como la trataba, ni mucho menos abusaria de ella. Kagome empezo a gritar y despertó muy agitada.
Cuando kagome despertó pudo ver que sango estaba despierta y sango se acerco a kagome pues ella veia como estaba muy exaltada y muy sudorosa
San: Que pasa kagome?
Kag: una pesadilla, es todo
San: de que trataba?
Kag: no puedo recordarlo
San: yo tambien tengo la impresión de que sueño algo muy importante pero no puedo recordarlo, cuando lo intento solo me da un ligero dolor de cabeza.
La anciana kaede ya no estaba, habia ido a ver a una aldeana, cuando regresó le pidio a kagome si podia ir al pueblo vecino a traer una medicina que habia pedido para hoy, kagome acepto y se fue, sango queria ir con ella, pero algo le decia que seria mejor quedarse.
