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Agradezco a todos los que me mandaron reviews a este fic, a Adios y a you're Beautiful, muchas gracias!
Disclaimer: Todo es de Rowling, aunque me duela…
Cáp. 2.
Regresiones.
Y ahí estaba. El giratiempo parecía desafiante, mirado desde la perspectiva de Ron. Que era lo que se suponía que debían hacer? Y estarían ellos preparados para hacerlo? Hermione a su lado dio un suspiro de resignación. Ron la miró firmemente, como tratando de descifrar lo que pensaba su amiga. Pero, como muchas otras veces, no logró nada.
-Hermione, que…- Pero ella no lo dejó terminar la frase.
-No es obvio Ron?- le dijo con un dejó de desesperación- debemos regresar en el tiempo. Me preguntó a donde nos llevara. Por que la nota decía que una vuelta bastaría.
-Regresar…- susurró Ron, y Hermione advirtió como él apretaba sus puños fuertemente.- Pero antes hay que prepararnos, para lo que pueda suceder.
Hermione no dijo nada, solo asintió. Aquella tarde juntaron todas las cosas que creyeron necesarias, un cambio de ropa para cada uno, una casa de campaña, una grabadora (idea de Hermione) y víveres. Ron se veía bastante serio y Hermione pensó que él nunca se había visto tan decidido. No le habían dicho nada a McGonagall ni a nadie. En primera por que no querían que se preocuparan y también por que si Dumbledore no se los había confiado, ellos tampoco.
Esa noche Hermione no durmió casi nada y se levantó muy temprano al día siguiente. Aún se preguntaba si sería buena idea aquello del giratiempo, pero al pensar en Harry y en todo lo que él había hecho no pudo más que convencerse que aquello era lo correcto.
-Recuerda Ron, nadie debe vernos y no debemos intervenir en la vida de los demás.- Le dijo ella cuando el anunció que ya estaba listo. Ya que Ron nunca había usado el giratiempo.
-Pero, Hermione; y si es eso lo que debemos hacer? Intervenir en los hechos, para cambiarlos?- Preguntó Ron.
-Entonces, lo sabremos.- Contestó ella de una forma que le recordó a Harry. Ella tomó el giratiempo, se lo puso en el cuello y luego enredó la cadena en el cuello de Ron. Posteriormente y no sin antas intercambiar una mirada de incertidumbre con él, le dio una vuelta al pequeño reloj de arena que colgaba en su cuello.
Ambos se vieron envueltos en un remolino de colores, mientras a su alrededor las formas cambiaban continua y rápidamente. Pero todo se acabo tan pronto como empezó y ambos aterrizaron en el suave pasto. Hermione quitó la cadena del cuello de Ron y se permitió mirar entorno a ellos. Estaba claro que era un bosque y estaba desierto. Además, el sol estaba cayendo en ese instante, lo que le daba unos tonos rojizos a los árboles.
-Estamos en el Bosque Prohibido!- susurró Ron a su lado, aún mirando alrededor.- Pero, cuando?
-Supongo que lo mejor será ir al castillo, así sabremos en que fecha estamos y cual es la situación.- Dijo Hermione, y Ron sonrió. Ella siempre pensaba en todo. Aún así, el camino con la varita en ristre, preparado para atacar si era necesario. Iban caminando, justo saliendo del bosque cuando Hermione levantó una mano impidiéndole el paso a Ron.
-No te muevas.- Le ordenó en tono autoritario. Ambos se quedaron quietos y en silencio mientras una figura más grande que la de un hombre normal avanzaba por el sendero que iba del bosque al castillo.
-Hagrid.- dijo Ron, aunque no fuera necesario aclarar quien era, ambos lo conocían bastante bien.- Y se ve igual que siempre. Hermione, no debimos retroceder tanto tiempo.
Ron estaba a punto de decir que tal vez no había funcionado bien el giratiempo cuando sintió algo que rozaba sus pies. Dio un pequeño brincó y apunto hacia el suelo con su varita. La cosa que lo había rozado corrió velozmente y se internó en la espesura del bosque, pero el había divisado una cola color canela.
-Que pasa, Ron? Te asustaste?- Le preguntó Hermione con sorna.
-No, yo sólo..es que.- Ron se sonrojó al pensar como se había visto al brincar.
-Sólo era Crookshanks!- exclamó ella, riéndose.
-Claro, ríete ahora. Pero bien pudo haber sido un mortífago. Deberías de estar agradecida conmigo.- Dijo él poniendo caro de enojado, pero la verdad es que también se estaba riendo.
El resto del camino lo hicieron en silencio. Y pronto llegaron al castillo, aunque ya había oscurecido casi totalmente. Dentro se podía observar el comedor y las mesas de las 4 casas, donde la mayoría de los alumnos se hallaba cenando. Ron y Hermione se acercaron a la ventana y miraron en torno, buscando caras conocidas. En la mesa de los profesores, Albus Dumbledore comía estofado mientras establecía una charla muy animada con la profesora McGonagall. A su lado, Hagrid comía lo que parecía un pollo entero. Ron giró la cabeza, y entonces lo vió. Se volteó y le dio un codazo a Hermione, mientras los dos volteaban al sitio que él señalaba.
Ahí estaban ellos. No parecían mucho más jóvenes, tal vez unos 3 años menores, no más. Y, justo en medio de ellos, estaba Harry. Con su cabello negro todo alborotado y sus ojos verdes detrás de las gafas.
-Vaya, no sabía que comía tanto.- Dijo Ron, al verse a sí mismo engullir una gran rebanada de pastel.
Hermione sonrió y rodó los ojos. Pero ambos siguieron viendo con nostalgia cuando estaban los tres, juntos, cenando con tranquilidad.
Y entonces, lo vieron. Era esa rata. La más grande y asquerosa de todas. Peter Pettigrew. Se escabullía entre los árboles, y ellos estaban seguros que habia estado espiando en el castillo. Pero los habría visto a ellos?
Ron le siguió con la mirada hasta que se perdió de vista. Y luego, sin saber por qué, corrió tras él. Se metió entre los árboles a gran velocidad (o eso creía él, por que estaba oscuro y realmente no iba tan rápido) siempre tras Pettigrew.
-Lumus!- Susurró Hermione, y corriendo tras Ron se metió en la espesura del bosque.
Justo cuando había visto su cabellera roja, ella empezó a sentir frío. Mucho más del que había sentido alguna vez. Los recuerdos se agolparon en su mente. Sangre. Gritos. Oscuridad. Hermione trataba de no perder el sentido. Imágenes borrosas. Harry. Una luz verde viajaba hacia ella. Soledad. Ahora su cuerpo sudaba y temblaba incontrolablemente. Voldemort. Más sangre, por todos lados. Hermione se agazapó contra un árbol y cayó sentada, sollozando. Un grito de terror escapó de sus labios y resonó en el silencio del lugar.
oOoOoOoOo
Albus Dumbledore selló con sumo cuidado la carta, y después la guardó en una pequeña caja que tenía justo enfrente de su escritorio.
-Ya está.- Murmuró más bien para sí.
-Pero, crees que funcione Dumbledore?- Preguntó un hombre. Un hombre de piel cetrina y cabello grasoso.
-Tengo plena confianza en esos jóvenes, Severus. Contestó el anciano director, con amabilidad.- Además, es sólo una alternativa.
-Por sí algo sale mal.- Lo cortó Snape, con un dejó de impaciencia.- Sí Potter falla.
Dumbledore sonrió, aunque por dentro no podía evitar sentirse triste. Sin embargo, como muchas otras ocasiones atrás, no dejaría que nadie supiera sus miedos. Era algo que ya había aprendido a ocultar bastante bien. No, eso no era lo suyo.
-Y Draco, Severus? Sigue aferrado a sus ideas, cierto?
-Sí.- Severus se mostró un poco mas renuente en este tema, y hablo con lentitud.- No hay nada que lo haga cambiar de parecer. Y no puedo arriesgarme más, me descubriría.
-Entonces.- Dijo Dumbledore, cruzando sus manos sobre el escritorio.- Seguiremos con lo planeado.
oOoOoOoOo
"Piensa en algo feliz". Sangre. Hermione levantó su varita, mientras la mano le temblaba convulsivamente. "Piensa en algo feliz". Harry, Ron y ella en la sala común. Voldemort. "Algo más feliz". Harry. Hogwarts. "Expecto…" Ella y Ron caminando solos. "Expecto…" Ron demasiado cerca de ella, demasiado cerca. "Expecto patronum". Un resplandor plateado salió de su varita y tomó la forma de una nutria, la cual embistió contra el dementor que estaba justo enfrente de Hermione. La chica no pudo más y rompió a llorar, escondiendo su cara entre sus manos.
-Hermione!- Ron se acercaba corriendo hacia ella.- Estas bien?- preguntó acercándosele y tomándola por los brazos.
-Ron!- ella lo abrazó, sin poder dejar de llorar.- Ha sido horrible. Fue un dementor, Ron.
El la miró comprensivo y la abrazó más fuerte aún.
-Ya estás bien. Pero por favor deja de llorar.- le dijo torpemente.
-Es que, nunca…nunca me había pasado…había sangre y gritos y…- ella no pudo continuar, estremecida.
-Es todo lo que has vivido.- Le dijo Ron.- Pero no temas. Ya no te pasara nada. Yo estaré junto a ti.- Añadió, decidido.- No dejaré que pase otra vez.-"no otra vez", pensó.
-Y Pettigrew?- preguntó ella, unos minutos después, cuando ya se había calmado un poco.
-Se internó en el bosque.- dijo él, con pesar.
-Te vió?
-No lo sé. Sólo me hubiera gustado ponerle mis manos encima a esa rata.- dijeron con furia contenida.
-Tal vez esta es tu oportunidad.- Dijo ella señalando súbitamente hacia un punto situado a unos 7 metros de ellos. Ron se giró de forma un tanto brusca y entornó los ojos. Pettigrew se encontraba enfrente de ellos.
Ron se puso en pie y corrió hacia donde estaba Pettigrew, con la varita en alto.
-Pettigrew!- gritó.- Se que eres tú! Transfórmate.
La rata se perdió nuevamente en la espesura, solo para dar paso a que del mismo lugar saliera un hombre. Un hombre menudo y que aún poseía rasgos del animal. El tambipen llevaba la varita.
-Quien eres?- preguntó estudiando su cara.- Pero…Ron. Y, aquella joven, Hermione.- Dijo mirándola con interés.- Aunque se ven mayores, y, cómo supieron que…?
-Cállate.- Le ordenó Ron.- Sabemos lo de Sirius.- Pettigrew se tornó pálido en cuestión de segundos. Mientras, Hermione llevó lentamente su mano hacia su bolsillo.
-Ustedes.- dijo Pettigrew, con un ligero temblor en la voz.- No se como lo averiguaron, pero eso no importa. Sirius sigue en azkaban.
-No, no es cierto. Y lo sabes. Por eso huiste, tienes miedo.
-Miedo? Él es el que debe tener miedo. Sólo que me reúna con mi Señor. Pronto, muy pronto.
-Quién es tu Señor Pettigrew, Voldemort?- preguntó Ron.- A quien traicionaste por salvar tu miserable pellejo?
-Yo sólo hice lo que cualquier otro hubiera hecho. Lily y James estaban muertos y era mi culpa. Estaba acorralado. Sirius quería venganza, y …y…
-Y los mortífagos también.- añadió Ron con malicia en su voz.- Creen que tú traicionaste a Voldemort, que lo llevaste a su caída!
-Pero ahora, con mi ayuda se alzará, más grande y fuerte que nunca.- Dijo Pettigrew.- Y yo con él.
-Tu no irás a ningún lado.- Ron lo apuntó con la varita.- Expelliarmus.
Todo pasó en un instante. La varita voló de la mano de Pettigrew, quien se convirtió nuevamente en rata y corrió hacia donde había caído. Ron volvió a apuntar pero Pettigrew ya tenía su varita nuevamente.
-"Petrificus tot…"- Ron no había acabado de pronunciar el conjuro. Su cuerpo voló y chocó contra el árbol que tenía más cerca. Pettigrew había desaparecido.
-Se ha ido!- Gritó Ron, levantándose.
-Ha sido un hechizo no verbal.- susurro Hermione, quien por una extraña razón parecía feliz.
-Pero ahora, no podremos salvar a Sirius.- dijo él- Yo quería tener pruebas, arreglarlo.
-Pero tenemos pruebas- dijo Hermione sacando del bolsillo de su túnica la grabadora- Las tenemos.- Repitió con una sonrisa en sus labios.
Luego, ella y Ron se pusieron la capa de invisibilidad que había sido de Harry y entraron en el castillo. Después de tener cuidado en no pisar los pies de nadie, un hechizo aturdidor y un Alohomora, tuvieron la entrada al despacho de McGonagall.
Hermione garabateó una nota, dirigida a Dumbledore, donde explicaba todo lo referente a la traición de Pettigrew (resumidamente) y dejó la grabadora con ella. Ya McGonagall se encargaría de entregársela.
Apenas hubieron cerrado la puerta nuevamente, cuando el giratiempo empezó a brillar. Hermione lo agarró con una mano y lo miró asombrada: era algo que nunca había pasado. Ron también lo miró, inquietante. Luego, tal como llegaron, desaparecieron en medio de un torbellino de color.
