Basketball

Summary: Para algunos el basketball es un deporte como cualquier otro que consiste en que la pelota entre en la canasta bajo las reglas indicadas... Para otros, el principio de un amor. 01x0204x03

Disclaimer: Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, esta historia es sin fines lucrativos sino tan solo de aficionados.

Este FanFinc tiene contexto yaoi, si eres intolerante y/o crees que no estas apto para leerlo, esta bajo tu decisión; yo te advierto Parejas: 01x02, 04x03 & posiblemente 05xT

Comillas: ' '

Diálogos: - -

Pensamientos: " "

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Al final de unas calles, un tumulto de alumnos y un auto frenado en mala posición... el corazón de Heero comenzó a latir más fuerte y se detuvo en seco rogando porque no era lo que creía, luego la intriga lo carcomió, no podía ser, su mal presentimiento no podría ser ¡¡¡SIMPLEMENTE NO PODIA!... Se abrió paso por entre los alumnos y entonces el oji-cobalto quedó petrificado, en completo silencio mirando la escena.

... Imposible...

... Simplemente no podía...

... su Duo...

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Sintió como ese 'algo' dentro de él se rompía al ver la escena, prácticamente intentando no creerla, mas, sin embargo, no podía ser su imaginación... y aún que lo fuera el temor y las lágrimas salieron a flote de todos modos mientras tomaba la iniciativa y terminaba de salir del tumulto acercándose a Quatre y a Duo junto con las sirenas pertenecientes a las patrullas y la ambulancia que se dejaban oír a lo lejos.

Y ahora allí, en el pasillo de aquel hospital, esperando a que el medico llegara y le dijera que todo iba a estar bien, eso es lo que esperaba aún recargado en la pared con la mirada fija en el suelo y los ojos vidriosos, no lo podía evitar, le dolía... cuanto dolía... no quería perderlo ahora que por fin había comprendido sus sentimientos, ahora que más quería estar con él, ahora que más ansiaba tenerlo entre sus brazos... ahora que podía decirle abiertamente que lo quería para el solo.

Trowa lo miraba desde lejos, terminando de comprender al fin toda la situación y pudiéndose imaginar como se sentía... entre tanto consolaba a Quatre que lloraba abiertamente y sin consuelo, podía escuchar como el pequeño rubio se echaba la culpa de todo y preguntaba una y otra vez en que rayos estaba pensando su amigo para ir tan distraído, pero nadie tenía la respuesta excepto el mismo Duo, y éste estaba ahora con los médicos inconsciente. Se sentía impotente, no podía hacer nada y apenas comprendía la situación de ellos... no tenía el mismo apego por ese chico, apenas y lo conocía, pero podía darse una idea del dolor que sentían aquellos otros que estaban en aquel pasillo, aquel dolor y temor por perder a alguien tan importante para ellos.

Al fin uno de los médicos salió de la sala, pero Heero no se movió de su posición y solo el rubio y el oji-verde le miraron expectantes.

- ¿Alguno es un pariente? -preguntó con el rostro serio-

- No, Duo... tiene a sus tutores en otro país -informó el rubio secándose las lagrimas- yo soy su compañero de departamento, y... el chico recargado en la pared es su novio. -dijo mirándolo fijamente mientras Heero levantaba la vista confundido-

- Bien, entonces su nombre es Duo... -lo escribió en una planilla- el chico tiene un fuerte golpe en la cabeza, seguramente por el momento en que cayó al suelo, y sangra bastante... estamos intentando detener la hemorragia para cerrarle la herida, el resto de sus órganos y huesos están bien, pero no podemos asegurar nada ya que como saben la cabeza es una parte muy delicada del cuerpo. -hizo una pausa mirando a los presentes- Por otra parte... necesitamos un donador de sangre, alguien que tenga tipo B... si alguno de ustedes esta en condiciones y porta esa sangre entonces síganme.

- Yo no tengo la de Duo -masculló mirando al suelo el oji-azul-

- Yo tampoco. -respondió Trowa- ¿Y tu Heero? -giró a verlo y éste ya se había enderezado y comenzaba a alejarse con el médico- Bueno ni espero nuestra respuesta.

En estos momentos era lo único que podía hacer, la única cosa que podía hacer y con la cual ser útil para ayudarlo, ¿sería cosa del destino? ¿O se debía a simple casualidad?... siempre odió su tipo de sangre porque ninguna era compatible con ella, pero ahora podía agradecerlo. Las personas con tipo Universal podían donar pero nadie excepto de su mismo tipo les podía donar a ellos... era una incomodidad, y siempre la odio por eso, lo cuidaban demasiado para no tener ningún tipo de accidente y no arriesgarse a no encontrar donador... pero ahora ésta era la única manera de salvar a la única persona la cual le había hecho sentir algo importante en su corazón. No lo iba a perder así tuviera que dar su vida, no lo iba a perder ni ahora ni nunca, aún tenían muchos sueños que cumplir juntos, aún quería probar una vez más esos labios, quería volverlo a poseer como aquella noche, quería volverlo a abrazar y ver sus ojos, su sonrisa.

Pasó una hora, de nuevo en la misma posición la cual habían estado anterior a que llegara el médico, Heero apoyado contra la pared y los otros dos sentados, aunque ahora también estaba el entrenador de Orange Road preocupado por su mejor jugador y un tal Solo, el que marcó al oji-cobalto en el partido amistoso. La última noticia la había traído el chico frío, luego de volver de la sala de donación, diciendo que la hemorragia había parado un poco pero estaban revisando nuevamente que todo estuviera en orden para pasarlo a una habitación. Y de nuevo el doctor anterior se acercó a ellos con el semblante apacible y la libretita en la mano.

- Bueno chicos, el joven Duo fue pasado a la habitación 148, la hemorragia se detuvo y le tuvimos que hacer trasfusión porque había perdido mucha sangre, pero ya esta mejor y le cerramos la herida junto con una gasa, ahora hay que esperar a que despierte para ver si no sufrió efectos colaterales. -informó- Es posible que este mareado, e incluso tenga amnesia temporal o permanente... pero eso lo sabremos en cuanto despierte y le hagamos las pruebas.

- ¿Podemos pasar a verlo? -preguntó Solo-

- De a uno chicos, para mantener la habitación tranquila y sin barullo -condicionó luego de un suspiro- y tienen unas horas, antes de que el tiempo de visita termine, nos vemos, cualquier cosa me avisan -saludó y se retiró-

- Pasa tu primero Heero -sugirió el rubio haciendo que las miradas se posaran en él-

- ... -lo miró fijamente unos instantes, quería pasar pero algo dentro de él le decía que aún no estaba listo... no podía verlo allí-... No -se volvió a recargar en la pared esta vez con los ojos cerrados-

- Entonces iré yo -comentó Solo poniéndose de pie- si no les molesta, claro.

- Esta bien, -asintió el rubio-

Y de nuevo silencio, así pasaron las siguientes horas, en completo silencio, hasta que Quatre, el entrador y Trowa se pusieron a conversar para arreglar los horarios y las tareas junto con la justificación. El chico rubio iría a clases para luego poder darle las tareas al trenzado, entre tanto los entrenamientos seguirían su curso con el subcapitan, todo había quedado arreglado hasta que la hora de visitas terminó y entonces Solo y el entrenador (ahora sabían que se llama Christian) se fueron a sus casas mientras los restantes arreglaban las visitas; Heero se quedaría los lunes, miércoles y sábados, el rubio los reemplazaría los demás junto con los días que tuviera entrenamiento extra y Trowa estaría de compañía por si a alguno se le ofrecía algo teniendo algunos problemas con sus talleres nocturnos, una vez establecido el orden cada cual se fue a su departamento exceptuando el oji-cobalto que solo fue a dar una vuelta para intentar despejarse y concientizarse de que todo iba a estar bien.

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Al día siguiente cada uno siguió la rutina, pero Heero tan solo despertó una hora antes del horario de visitas y salió directo al hospital, no tenía deseos de ir a clase y ya luego le pediría las tareas a Trowa, no podía concentrarse en nada, absolutamente en nada... ni siquiera en el sonido del vacío, nada... tenía que verlo y asegurarse de que estaba bien, tenía que verlo, necesitaba verlo. Con esa idea en la cabeza simplemente se quedó toda la mañana en aquella habitación, solo rogando porque Duo despertara bien, solo rogando por volver a verle sonreír y sentir esa magia al verlo a los ojos.

Había pasado una semana... una semana y el trenzado aún no despertaba, hoy le quitarían las vendas y los puntos de la cabeza para dejarlo internado ya que estaba inconsciente, una tortura, aún no despertaba y comenzaba a exasperarse y a tener una angustia continua, esos días había concurrido a clase y hecho su mayor esfuerzo por prestar atención, lográndolo a medias, pero comenzaba a deprimirse... a sentir como lentamente se hundía en un mundo de oscuridad donde tenía por único dios a aquel chico de cabello largo que permanecía con sus hermosos ojos cerrados y hasta que no los abriera su sol no iba a aparecer y su mundo no se iba a entibiar; Para desquitarse de su furia, de su impotencia, tan solo agarraba el balón todos los martes y se disponía a jugar contra Low logrando hacer de 8 a 10 puntos de diferencia, simplemente estaba molesto, enojado, no había nada a su alcance para hacer despertar a ese ángel mágico y eso lo enfurecía aún más con el correr de los días junto con su angustia por no escucharlo hablar o verlo sonreír... sabía que era obvia su intranquilidad, pero poco le importaba, sólo quería tener a Duo.

Lunes, ya iban dos semanas desde que conocía la existencia de ese ángel, estaba sentado en el patio mirando al cielo y por primera vez en muchos días un poco tranquilo. Alguien se sentó a su lado, pero no le dio importancia... realmente no le importaba siempre y cuando no le molestase.

- Dejaste el equipo -comentó su acompañante-

Entonces Heero se volteo hasta poder verlo, Wufei Chang según tenía entendido... era el capitán del club de Kung Fu además de otros, se habían conocido cuando ambos practicaban defensa personal y Tae Kwondo. (o como se escriba...xD).

- Me pelee con Traize -informó volviendo su vista al cielo-

- También me enteré -afirmó mirando a la nada- se rumorea que es por el capitán del Orange Road.

- ... ¿perdón? -se volteó completamente interesado y lo miró de frente con el ceño fruncido-

- Dicen que andas con él -le regresó la mirada relajado-

- ... -parpadeó un tanto confundido- ¿Quién dijo semejante cosa?

- Lo rumorea todo el colegio, te vieron en el accidente de la semana pasada, y dijeron que estabas devastado ¿cómo esta el chico? -comentó sin intimidarse-

El oji-cobalto quedó en silencio, ido... era cierto, ese día había estado demasiado mal y no pudo ocultarlo... todos pudieron ver cuanto le afecto aquel accidente, todos... y ahora estaban creando rumores que no eran ciertos, el había abandonado el club de Basketball porque se había peleado con Traize, no porque Duo era el capitán del equipo contrario, ¿o no?... Ahora comenzaba a dudarlo, quizás después de todo era cierto... no quería competir con Duo, y si lo hacía no podría dar su máximo esfuerzo porque el solo hecho de que el que lo viera jugar lo ponía nervioso, quizás inconscientemente también había sido un motivo para abandonar el equipo.

- ¿Cómo está ese chico? -repitió ahora mirándolo fijamente-

- ¿Quién? -preguntó regresando a la realidad y mirándolo-

- No sé su nombre, el capitán de Orange Road. -contestó-

- ... -bajó la vista y se recargó en el árbol- Físicamente bien, pero aún no despierta.

- Probablemente quede amnésico -comentó volviendo su vista al frente-

- No importa... mientras sea él -habló inconscientemente-

- Entonces es cierto, ustedes dos son pareja -afirmó mirándolo de reojo-

- No -respondió nuevamente dándose cuenta que no estaba solo-

- Entonces te gusta, no tienes que mentir ni sentirte mal al afirmarlo, yo al menos no discrimino -se volteó para mirarlo de frente- Por los rumores realmente te afectó el que halla sufrido ese accidente, hasta faltaste al día siguiente.

- ¿eres homosexual solo porque te guste una sola persona de tu mismo sexo? -preguntó tragando saliva-

- Si -sonrió al ver su inquietud- pero si realmente te gusta no tienes que dejarlo pasar... seas o no homosexual, sea hombre o mujer, si esa persona muriera entonces tú lo sentirías, la prueba está en como te sientes ahora.

- Entiendo -contestó ido-

- ¿Acaso aún no lo aceptas? -

- ... -unos instantes de silencio- Sé que estoy enamorado -afirmó- pero... es extraño.

- A mí también me costó asumirlo -lo observó relajadamente- pero si lo dejas pasar probablemente nunca más tengas una oportunidad así.

- Lo sé -levantó la vista- por eso mismo quiero que despierte.

De repente la charla se volvió muy amena, nunca había hablado de aquel modo con alguien ni siquiera con Trowa, pero Wufei se abría completamente a las opiniones y eso lo hacia sentirse tranquilo con su presencia, realmente era un chico muy noble y honesto.

El resto de aquel día fue el mejor de toda la ultima semana e incluso del último mes, habían entablado una muy buena relación con Wufei a tal punto de pasar todo el día juntos, ambos eran callados así que no se molestaban en lo absoluto y cuando hablaban lo hacían para compartir opiniones realmente importantes, por lo que podían estarse el uno al lado del otro sin inmutarse, siempre tranquilos. Por la tarde incluso lo acompaño a ver al trenzado y conversaron de diferentes temas muy sutilmente, solo hasta donde cada uno quería contar, de aquel modo Heero se entero que al de aspecto oriental le gustaba nada mas ni nada menos que Traize... fue una sorpresa, en especial porque nunca se imaginó que a alguien le pudiese gustar ese tipo.

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Quatre había llegado junto con Trowa de dar una vuelta, últimamente sentía que ese chico relajado le llamaba mucho la atención y hasta le parecía muy bueno. Se detuvieron al ver que el oji-cobalto charlaba al parecer amenamente con un morocho de ojos negros que Trowa inmediatamente identifico como el capitán de artes marciales, decidieron no interrumpir, a pesar de que al rubio le molestaba un poco ese hecho quizás era mejor que el joven capitán de Zero hiciera algunas amistades.

Aprovecharon para salir a tomar algo, juntos, ya que el oji-verde invitó y al parecer aún tenían muchas cosas de las cuales charlar. Se sentaron cerca de la vidriera de un bar cercano al hospital y el rubio pidió un té mientras que su acompañante un café cortado.

- ¿Qué piensas de Heero y su relación con Duo? -preguntó el oji-verde-

- Nada -se encogió de hombros- Duo lo ama, lo quiere demasiado, es su primer amor... y creo que Heero lo está lastimando mucho, no sé que pensar en concreto, tengo miedo de que cuando despierte Heero lo trate mal, pero por otro lado tengo la esperanza de que este infortunio le sirva para reflexionar.

- Heero no es de herir a las personas porque si... es solo un chico con mucha soledad. -acotó revolviendo su cortado- además es la primera vez que se preocupa por alguien de esta forma.

- Espero que realmente sepa como tratarlo -dio un sorbo a su té- no quiero ver sufrir a mi amigo.

- Lo quieres mucho -afirmó-

- Si -asintió sonriendo- es la mejor persona que eh conocido a lo largo de mi corta vida, no sé que haría sin él.

- ¿Él te gusta? -preguntó seriamente-

- ... -suspiró dejando la tasa en la mesa- Actualmente no lo sé, esta última semana las cosas han cambiado mucho, hace unos días hubiera jurado que estaba completamente enamorado de él pero... Duo dice que es solo por la convivencia que tenemos, falta de costumbre a verlo enamorado de alguien... y comienzo a pensar que está en lo correcto.

- Si es normal que dos amigos muy apegados sientan celos por alguien nuevo que entre a su vida -dio otro sorbo a su café-

- Cierto -se sonrojó suavemente-

Unos minutos de silencio transcurrieron mientras Quatre intentaba comprender que era aquello tan extraño que afloraba lentamente en su interior, en esa última semana muchas cosas habían cambiado y estaba preocupado por Duo pero había como una inquietud diferente que sólo sentía cuando estaba en compañía de ese joven morocho de ojos verdes y esa era la cual aún no lograba descifrar a la perfección. Trowa ya lo sabía, le gustaba la compañía del rubio y quizás hasta el mismo Quatre le gustaba, pero no estaba seguro, aunque no se forzaría a saberlo tampoco... cuando lo sintiera lo sentiría y listo.

De repente el teléfono del joven de ojos aqua comenzó a sonar y este lo atendió casi inmediatamente siendo observado tranquilamente por el de cabellos castaños.

- Buenas tardes. -saludó con su usual tono de voz-

- Hijo ¿Aún no se recupera tu amigo?... Necesito que vengas aquí.

- Papá... No Duo aún no se ah recuperado, me gustaría quedarme unos días más. -comentó en tono amargo-

- Quatre no puedo detener tu compromiso, tienes que conocer a la novia o de lo contrario te casaras sin conocerla siquiera. -advirtió en tono preocupado-

- Lo siento papá, ya te dije mi decisión al respecto, además no puedo dejar a Duo aquí, no tendrá quien le pase las tareas cuando se mejore. -se excusó-

- Entonces viajaremos nosotros para allá, realmente es importante... es una desgracia que justo tu amigo halla tenido ese accidente pero nada podemos hacer no puedes detener tu vida por ello. -el rubio se puso pálido-

- No, papá, por favor retrasa eso un poco más -pidió alterándose- te prometo que viajaré pero por favor dame tiempo.

- Lo lamento Quatre... espero algún día me perdones, pero es por el bien de todos nosotros. -cortó la comunicación-

El rubio se quedó quieto, pálido y mirando a la nada, su padre viajaría tan solo para presentarle a su futura esposa, seria en vano, no se iba a casar... no se casaría así tenga que dejar su apellido, no quería casarse, aún era joven, aún quería experimentar muchas cosas, debía decirle a su padre su condición sexual pero... por mas que se lo dijera las cosas no cambiarían, le obligaría a casarse de todos modos. No había salida, diablos su cabeza era un embrollo y no se le ocurría nada para zafar de esta. Trowa miró preocupado como se acompañante cerraba los ojos con pesar y apretaba los puños impotentemente, su preocupación creció más aún... ¿Qué sería esa llamada?

- Quatre ¿estas bien? -preguntó dejando la tasa en la mesa y mirándolo fijamente-

- No... -respondió suspirando- mi padre me quiere comprometer pero yo no quiero casarme aún... y no se me ocurre nada para salir de todo esto, tenía la excusa de que como Duo estaba mal no podía viajar, pero ahora él vendrá... y por más que yo le explique que no me gustan las mujeres él me obligara a casarme. -explicó un tanto sonrojado-

- Tienes un problema grande -aseveró recargándose en el asiento y cruzándose de brazos- ¿Crees que te obligue de todos modos?

- Si, lo conozco, es capas de cualquier cosa por la familia -tomo de su té relajándose-

- Creo que se me ocurre algo -tomó su tasa- tendrás que cooperar.

- Lo que sea con tal que pueda elegir mi futuro. -aseguró mirándolo de frente-

- Te harás pasar por mi pareja, y convenceré a tu padre de que no te comprometa. -explicó dándole un sorbo a su café-

Y Quatre se petrificó ¿novios? ¿Él siendo novio de Trowa? ¿Para salir del compromiso con su padre? ¿Le estaba ofreciendo noviazgo solo para sacarlo de un problema?... ¿qué hacer?... ¿Qué hacer?...

Trowa parecía muy conforme con el plan, principalmente porque el chico rubio ya le gustaba y haciéndose pasar por novios lo podría tenerlo más cerca que los últimos días, lo cual lo tentaba bastante, solo faltaba que aceptara... y como dijo que haría cualquier cosa con tal de elegir su futuro, estaba más que seguro que lo haría, aprovecharía el tiempo que tuviera que fingir para ganarse su corazón y de paso saber si realmente estaba enamorado, si todo funcionaba bien, por más que el padre de Quatre se fuera continuarían siendo novios.

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Wufei se había ido porque decía tener una practica pendiente así que se quedó completamente solo, ahora en la habitación de aquel ángel, deseando una vez más que despertara y se hallara en perfectas condiciones. Pero los minutos pasaban y todo seguía igual... no veía las horas de ver por fin aquellos ojos abrirse y sonreírle.

Salió unos segundos para tomar algo, no había comido nada excepto en el desayuno ya que de tanto pensar en ese trenzado se distraía de tal punto que hasta olvidaba que debía comer, luego se sentó en las sillas de aquel pasillo y bebió tranquilamente el café pensando que haría una vez que Duo se despertara, habían sido mil veces las que había pensado aquello, pero realmente no sabía... la reacción inicial no le importaba, sino mas bien que serian después ¿Continuarían como amigos? ¿Cómo conocidos? ¿Cómo amantes? ¿Cómo novios?... Quizá lo apropiado para aquel sentimiento que albergaba su corazón fuera la pareja, ambos como novios, pero no se sentía listo para eso... sentía que no iba con él, y eso le frenaba la idea.

Terminó de tomar su café y se levantó para tirarlo en uno de los cestos de basura que se encontraban en aquel pasillo, luego se dispuso a regresar al cuarto hasta que terminara el horario de visitas, mañana no podría venir porque tendría practica, por lo que no vería a Duo hasta el miércoles. Abrió la puerta sumido en sus pensamientos, pero nuevamente todo se fue a la basura, el trenzado estaba sentado en la cama y con el cabello suelto mirando hacia la ventana, con la mirada completamente perdida... parecía una aparición mística sentado con el cabello esparcido por toda su espalda en forma de capa ondulada.

- ... Duo... -murmuró cerrando la puerta lo mas silenciosamente posible, pero el otro no lo escuchó-

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Había despertado en aquel cuarto color beige, se sentía sólo, vacío, con deseos de llorar y sin entender exactamente porque, recorrió con la vista toda la extensión de la habitación para descubrir que efectivamente estaba solo, no comprendía que hacia allí... lo último que recordaba era estar saliendo del colegio, luego la voz de Quatre llamándolo y lo demás era negro y lejano; le dolía la cabeza, no mucho pero un poco.

- Estoy... completamente solo... ¿Qué es esto?... -susurró amargamente-

Desvió su vista a la ventana soltándose el pelo ya que sentía como le tiraba y eso le molestaba increíblemente produciéndole aún más dolor, una vez desatado se sintió más relajado y tranquilo pero la angustia de su pecho no cesaba, no comprendía que estaba sucediendo allí; Era como si su cabeza no lograra pensar por cuenta propia. Se quedó quieto, en silencio, tan solo con la mente en blanco... era como si le relajase aquel estado tan extraño, de repente no quería hablar, no quería sentir, solo quería dormir... pero el sueño no llegaba a él como para darle tal placer.

De repente unos brazos abrazándolo lo trajo a la realidad secamente, lo estaban abrazando, y reconocía ese aroma a la perfección, era Heero, lo estaba abrazando.

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N/A: fin! XD jajaja na ah re... jejeje... que tal? Les gusto? No tengo nada que decir simplemente que todo esto me salio del alma xDDD

Espero que os allá gustado y que dejen reviews comentándome su opinión nos vemos..

Ryoko de Leonhart