Basketball

Epilogo

Summary: Para algunos el basketball es un deporte como cualquier otro que consiste en que la pelota entre en la canasta bajo las reglas indicadas... Para otros, el principio de un amor. 01x0204x03

Disclaimer: Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, esta historia es sin fines lucrativos sino tan solo de aficionados.

Este FanFinc tiene contexto yaoi, si eres intolerante y/o crees que no estas apto para leerlo, esta bajo tu decisión; yo te advierto Parejas: 01x02, 04x03 & posiblemente 05xT

Comillas: ' '

Diálogos: - -

Pensamientos: " "

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Las semanas habían pasado lentamente, para algunos de modo relajado y hasta feliz mientras que para otros fue sumamente deprimente, pesado, y abrumador. Hoy era viernes, el último día de clases por esa semana, y afortunadamente dentro de dos semanas seguían las vacaciones de verano, por lo que unos no podían estar más felices, mientras que otros más tristes...

Duo y Quatre estaban guardando los útiles del colegio luego de que el timbre indicando el final de hora sonara, tendrían que ir a la practica y luego se irían a su departamento para terminarían las tareas antes de tomarse las vacaciones porque sino les quedaban sin hacer y eso no era positivo. El oji-violeta había subido increíblemente sus notas, mientras que su mejor amigo las había bajado muchísimo... Duo ya no sabía como animarlo, no había nada sobre la tierra (material) que lograra arrancarle una sonrisa alegre al rubio.

El capitán de Orange Road ya llevaba aproximadamente un mes y medio en pareja con el ahora capital de Broken Wings; según Heero le había contado a su novio, Trowa se había retirado del frente pidiéndole de favor que tomara su lugar, y afortunadamente el deseo de jugar contra Duo le había hecho tomar el cargo de capitán. Entre ellos todo iba mas que de ensueño, el oji-cobalto era demasiado apasionado, romántico y hasta llegaba a ser carismático en sus mejores días, por ello por más que los días pasaban, y con ellos las semanas, el trenzado sólo se enamoraba más y más de su novio... simplemente era perfecto, Heero era todo lo que quería y ahora que lo tenía no lo quería dejar ir por nada, era capaz hasta de cambiar su carácter con tal de quedarse al lado de su oji-cobalto. Se había tenido que volver a la casa de Quatre porque el rubio no se encontraba muy bien anímicamente y no deseaba que nada malo le sucediera, además, Heero le había comentado que tenía algunos problemas con sus tutores y era mejor que fuera con su amigo a quedarse a vivir juntos.

Pero Quatre no podía compartir esa felicidad en la que nadaba el oji-violeta, simplemente porque en lo que llevaba de no ver a Trowa no había logrado dar con él cuando le llamaba, o cuando iba a su casa, Heero no le quería dar nada de información y si le decía que estaba bien era mucho; pero no quería que se hallase bien, quería poder hablar con él para al menos resolver la situación que se había formado en su corazón, egoístamente quería que estuviese sufriendo tanto como él por la lejanía. Y Trowa seguía sin aparecer, seguía sin acercarse, seguía alejándose y ya no tenía esperanzas de volver a verle... deseba poder tener un beso suyo una vez más, o un abrazo, o sentir su aroma... pero...

- Quatre, vamos -llamó el trenzado mientras su amigo continuaba ausente en medio del salón-

- Si... -asintió y comenzó a caminar-

- Amigo deja eso, me estás asustando... ya llevas mucho deprimido, y yo entiendo pero... no puedes arruinarte así la vida, Trowa no es el único, ojalá pudieras volver a verlo y créeme que intento sacarle información a Heero pero... tu sabes como es de terco cuando se lo propone y... -intentó consolar caminando a su lado-

- Lo sé, y también intento salir adelante, pero me duele... porque es mi culpa, si me hubiera dado cuenta antes, sólo cinco segundos antes... quizás... -bajó la vista mientras sentía nuevamente sus ojos aguados-... quizás ahora estaríamos juntos como Heero y tu, no me sentiría tan triste o solo... perdóname Duo, perdóname... pero no puedo... -comenzó a sollozar-

- Q-man... -susurró abrazándole- no es tu culpa... tu no tienes la culpa de amar... -se mordió el labio-

Se quedaron así unos minutos hasta que el oji-azul logró calmarse y ya no llorar más, pero el dolor continuaba allí como cada día de su vida... era algo imborrable...

Enseguida mientras continuaban en el pasillo del colegio, sin dirigirse a la cancha de deportes, el director los encontró y se acercó a ellos con una gran sonrisa que pronto se borró al ver el estado anímico del rubio.

- Chicos... -llamó el hombre grande- les tengo una noticia -ambos adolescentes le miraron- ¡¡TENEMOS EL SEGUNDO PARTIDO CONTRA BROKEN WINGS! -exclamó alzando el puño-

- ¿¿¡¡QUE? -exclamó Duo sorprendido y con un brillo particular en los ojos- ¡¡¡CUANDO!

- ¡La próxima semana!... ¡Duo confío en ti para que nos ayudes a ganar, yo sé que puedes! -le miró ilusionado- ¡El que gane ésta seguirá hasta las finales!

- ¡CLARO! -dio un saltito alzando el brazo- ¡QUATRE TENEMOS QUE PLANEAR ESTRATEGIA! -volteó a ver a su amigo y de repente su sonrisa se borró- Uh... ¿Quatre...?

-... Si... -asintió limpiándose los ojos-

- Creo que no entiendes la temática del caso amigo, ¿O es que no recuerdas? -sonrió victorioso tomando a su amigo por los hombros- ¡Trowa aún no se retiró del equipo, sólo dejó de ser capitán!... -al decir esto, los ojos azules de su amigo comenzaron a brillar hasta sonreír, al fin de alegría- jeje...

- ¡¡¡QUÉ ESPERAS DUO! -saltó contento abrazándolo a él y a su director- ¡¡¡TENEMOS QUE PLANEAR LA ESTRATEGIA, LOS JUGADORES, EL ESTATUS, DONDE SERÁ EL JUEGO, SUPLENTES!

Ahora, con elegías renovadas luego de largas semanas sin ninguna sonrisa por parte del rubio, por fin sus ojos brillaban como antes. Y eso a Duo le alegraba de sobremanera porque ahora se sentía completo, el ver a su mejor amigo bien era su felicidad, por eso ya no podía pedir más que tanto Trowa como Quatre lograran verse y aclarar todo; Heero le había dicho que Trowa le correspondía y que no estaba nada bien, pero que por favor no dijera nada a Quatre por ahora. ¿Tendría Heero algo que ver con todo esto?.

El oji-azul no podía estar más feliz, ahora tenía posibilidades de ver a esa persona que esperó por tanto tiempo, ahora tenía la posibilidad de aclarar todo y decirle cuanto le amaba, no esperaba que le correspondiera, pero necesitaba que él lo supiera, necesitaba oír de sus labios que no le quería o algo, necesitaba terminar con la incertidumbre del 'que hubiera pasado' y darle paso a una decisión firme y segura; si no le correspondía, pues podía intentar enamorarlo, seducirlo. ¡Cómo fuera!...

Se dirigieron a la cancha de deportes en donde se pusieron inmediatamente a formar un plan de jugadas, así como los jugadores que irían al frente y los de suplencia; todo el equipo estaba muy feliz de ver a su estratega tan feliz y animado como tiempos de antes.

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Traize miraba fríamente al equipo que practicaba frente a sus ojos, pero particularmente seguía con su vista a cierto capitán oji-cobalto con el que siempre, todos los días, tenía una pelea. Los rumores habían dicho que Heero Yuy había abandonado todo por el capitán del equipo contrario, pero en el momento en que Trowa bajó su nivel de jugador y le pidió en medio de una clase que lo suplantara, el oji-cobalto había aceptado sin ninguna oposición convirtiéndose no sólo en el capital del club Zero sino también en el del equipo institucional. La pregunta que tenía Traize era ¿Por qué?. ¿Por qué si había perjurado no volver?.

Trowa continuaba con el partido de prueba que tenían en ese instante, uno liderado por él y el otro por su mejor amigo, no tenía ánimos de jugar ni de escuchar sonidos a su alrededor, pero sin embargo tenía que intentar seguir su vida normal, nadie debía darse cuenta de su golpe. Él le había prometido a Quatre dejarlo libre, como si nada hubiera sucedido, y eso fue exactamente lo que hizo, liberarlo de toda atadura y hacer de cuenta que jamás se conocieron; aunque eso le carcomía el alma, no aguantaba las horas sin verle y estos días, semanas o meses que habían pasado simplemente permanecía en su rutina como muerto en vida. Pero tenía que seguir adelante, las heridas siempre cicatrizaban.

Heero dio un pase a uno de sus compañeros de salón, el cual lo recibió y encestó marcando una diferencia de cuatro puntos con el equipo contrario.

Había conseguido que su director aprobara un partido contra Orange Road para dentro de un tiempo, ahora tenía que preparar a Trowa para su reencuentro, no sabía como haría eso pero algo se le ocurriría... ya había logrado comprobar que realmente se amaban, lo que ahora faltaba era que ambos lo aceptaran o mejor dicho que pudieran decírselo mutuamente. Estaba contento, podía decirse que si, no sólo porque su relación con Duo iba día a día mejor, sino también porque tenía exactamente todo lo que necesitaba para no sentirse común y obsoleto.

Otra canasta, ésta vez del capitán, y el partido termina 20 a 14.

Todos los jugadores detienen el juego y agotados se acercan a las bancas para un descanso entre el entrenamiento, estaban preparándose de lo mejor para cualquier partido que viniese y con Heero al frente todo se volvía más complicado debido a que el chico era muy, demasiado, exigente.

- Estuvo bien -afirmó el oji-cobalto tomando una botella de agua-

- Estás siendo demasiado exigente, no podemos más -se quejó uno de los jugadores-

- No se quejen, la semana que viene tenemos partido -anunció y dio un trago al agua-

- ¿PARTIDO? -cuestionaron al unísono mientras su capitán suspiraba-

- Orange Road, revancha. - fueron todas sus palabras antes de dirigirse a los vestidores-

Los comentarios no se hicieron esperar y mientras todos se encaminaban a los vestidores para bañarse y vestirse, los rumores, dudas y preguntas comenzaron a correr como gotas de agua. Mas ni Heero ni Trowa escucharon algo al respecto, el primero por simple desinterés y el segundo por shock momentáneo ante la noticia.

Caminó hasta las duchas con la mente aún digiriendo todas las consecuencias que ese partido traía, debía volverle a ver... y eso significaba que su dolor por esta situación volvería a nacer como aquel día en que salió de su casa, no quería que eso sucediera, pero sin embargo... sin embargo ¿Cómo convencer a Heero de que era mejor que no jugase?... El dolor que de por sí tenía en su pecho era bastante insoportable como para soportar más, esa tentación de abrazarlo sin poder, esa tentación de besarlo aún sin ser correspondido...

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- Estoy contento -anunció lo ya evidente mientras se acomodaba el bolso-

- Si se nota -le dedicó una sonrisa arreglándose el flequillo- veré de hablar con Heero, sospecho que tiene algo que ver con todo esto.

- No dudes en darle las gracias de mi parte... -comenzó a caminar rumbo a la salida-

- No se me olvidará Q-man. -lo siguió-

Habían terminado el entrenamiento, ahora ambos se dirigían a su hogar en busca de terminar las tareas y tomarse un descanso. El partido de hoy, entre ellos claro está, fue de lo más emocionante debido a que todos le pusieron muchas energías y diversión; el espíritu del equipo estaba renovado gracias a cierta cabecita rubia que andaba más que feliz por la noticia del enfrentamiento.

Salieron tranquilamente, ambos con una sonrisa relajada en el rostro y la cabeza llena de cosas que le daban para ser felices, era un día bastante perfecto para todos. Afuera, recargado en una de las paredes del muro, permanecía el capitán de Broken Wing con su impecable uniforme y apariencia siempre seria; jamás cambiaria, y eso Duo lo agradecía profundamente, porque así como era lo adoraba. Se acercaron hasta el muchacho que algunas veces les pasaba a buscar para acompañarlos y, una vez a su lado, no se hizo esperar la euforia del trenzado para los saludos, quien le saltó encima abrazándolo con fuerza... como siempre...

- Yeeeeeyyy moría de ganas de verte, ayer te quedaste estudiando todo el día y te olvidaste de que existo y... -

- Duo, de nuevo estas hablando mucho -aseveró Quatre con una sonrisa apenada-

- Jeje... lo sé, perdón -se encogió de hombros y sacó la lengua graciosamente mientras soltaba a su pareja-

- Tenemos que hablar -cortó Heero tomando la mano de Duo y comenzando a caminar-

- ¿Qué?. ¿Qué paso?. -cuestionó en tono asustado cruzando miradas con su amigo-

- Bueno, cualquier cosa llámame Duo, nos vemos mas tarde -se despidió un tanto desconfiado-

Al oji-violeta lo asaltó el temor por aquel tono serio y al por demás frío que había usado su novio, no siempre decía las cosas con tanta decisión marcada. ¿De que querría hablar?. ¿Acaso ya se había cansado de él?. ¿Habría hecho algo mal?. ¿Qué podría ser?... ¡Diablos ya estaba nervioso!... ¿Y que tal si algo malo había pasado y debían separarse?. ¿Y si el problema radicaba en que ya no lo quería más?. ¿O si quizás nunca lo quiso y ahora de repente se daba cuenta porque se enamoró de alguien más?. ¿Y si se había enojado por algo?... No, Heero no podía dejarlo, se veía muy contento hasta anteayer... ¿Acaso ayer le pasó algo malo?. ¿Acaso le mintió cuando le llamó avisándole que estaría estudiando?. ¿Y si lo engañó con alguien más y ahora le confesaba la verdad?. ¡¡NO!... ¡Heero no era así, eso no podía pasar!... ¿Pero entonces?. ¿Por qué ese tono tan frío?... ¿Qué diablos quería decirle?...

Caminaron varias cuadras en silencio, un silencio eterno y mortal para Duo quien no dejaba de jugar con su cabello por culpa de los nervios, preocupación, temor y demás cosas que ahora no le importaban pero que afectaban en gran parte a su sistema nervioso. Pero el oji-cobalto continuaba igual de relajado, con su rostro indescifrable y apacible... y eso, al trenzado, le ponía los pelos de punta.

Al llegar al departamento del pelicorto dejaron las cosas en el living y cada cual se sentó en uno de los sillones, la mirada amatista estaba inquieta buscando por toda la casa un lugar en donde dejar reposar su vista para distraerse y olvidar un poco los nervios, mientras que el chico estoico suspiró y se cruzó de brazos recargándose en el sofá. Otros minutos de silencio transcurrieron mortal y tensamente en aquella habitación hasta que por fin Heero rompió aquel hielo.

- ¿Qué sugieres para hacer que Trowa aclare las cosas con Quatre? -preguntó en tono neutral-

Duo volteó a mirarle sorprendido, y su pareja al sentirse observado sólo levantó la vista como si nada sucediera, entonces el trenzado frunció el ceño al tiempo en que sus ojos comenzaban a chispear de ira, furia, enojo y todo lo que pudiera considerarse de la misma categoría; apretó los dientes fuertemente al igual que sus puños.

¡QUE FRUSTRACIÓN!... ¡Ese tonto le había hecho pasar el mayor de los nervios jamás vividos y al final tanta lata para que hablara de Trowa y Quatre!... ¡¡Y él creyendo que era algún problema entre ellos!...

- ¡¡HEERO AVECES TE ODIO! -exclamó poniéndose de pie de un salto- ¡¡NO PUEDO CREER QUE HALLAS HECHO SEMEJANTE DRAMA PARA PREGUNTARME ALGO DE ELLOS, POR DIOS Y YO CREYENDO QUE ME IBAS A PLANTEAR UN PROBLEMA CON RELACIÓN A NOSOTROS!... -se quejó dando vueltas por la sala y moviendo los brazos-

- ... -alzó una ceja- Duo, ellos TIENEN que ver con nosotros.

- ¡¡NO EN ESE SENTIDO! -fusilándolo con la mirada y el oji-cobalto comenzó a reír, lo cual descolocó el enojo del trenzado-

- A ver... -se puso de pie divertido y se acercó a su novio para luego abrazarlo por detrás- ¿Qué estabas pensando? -apoyó su mentón en el hombro de Duo-

- Es que... -hizo pucherito y se aferró a los brazos del otro hundiéndose en su pecho-... lo dijiste de una forma tan seria que creí que había algún problema entre nosotros y me asustaste y... y pensé que ya no me querías, o que teníamos que terminar, o algo así y...

- Sí serás idiota -lo abrazó más fuerte- yo siempre te voy a querer, y no nos vamos a separar por nada, ¿Ok?. -le dio un beso en el cuello-

- ... Ok... -asintió sonrojado-... ¿Lo prometes?... -preguntó bajito-

- Si, lo prometo -lo volteó y le dio un suave beso- Ahora, ¿Alguna idea?.

- Hmm... No -rió- pero por hoy dejémoslo así, Quatre esta muy contento con volver a verlo, no creo que necesitemos mas que un poco de insistencia para que Trowa valla al partido, no dejes que se salga del equipo.

- Bien... -asintió delineando el rostro de su pareja-

- ¿Tuviste algo que ver con la decisión de un juego en revancha? -sonrió con un dejo de dulzura-

- Poder de convencimiento -respondió besándolo de nueva cuenta-

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En cuanto Quatre se alejó de sus amigos la preocupación lo asaltó, lo menos que deseaba ahora que se encontraba contento por poder volver a ver a Trowa, era que Duo y Heero se peleasen por lo que fuere. Les deseaba lo mejor... porque si por algún motivo no lograba hacer que Trowa se fijara en él, entonces estaría muy deprimido, y ya era suficiente con todo su problema como para que su mejor amigo tuviera que cargar, además, con la perdida de un amor como lo era Heero para el trenzado.

Duo se apoyaba demasiado en Heero, casi a tal punto de que si el pelicorto no le escuchaba desahogarse o no lo veía un día, su carácter cambiaba poniéndose más callado de lo habitual... era extraño esa unión que tenían constantemente, pero no le extrañaba en lo más mínimo. Se querían, y ese amor que se tenían era su propia unión... en parte los envidiaba, pero no dejaban de ser sus amigos y la felicidad de ellos era la propia... en parte, sólo en parte...

Cuando el partido se realizara podría volver a ver a Trowa, y si bien en medio del juego no podrían hablarse al menos una vez que todo terminara podrían aclarar las cosas, esperaba que Duo le ayudase para que Trowa no se le escapara da la vista, tenía tanto que aclarar con él...

Mas que nada, decirle cuanto lo amaba.

¿Cómo comenzaría?. ¿Con qué frase era correcta?. ¿Un 'hola, tanto tiempo'?. ¿O mejor algo espontáneo?... No, posiblemente estaría tan nervioso que hiciera planes o no solamente tartamudearía y ése sería su error. Estaba seguro de ello. Además esos ojos verdes le mirarían tan neutralmente que se perdería en ellos sin poder evitarlo, siempre había sido así... o por lo menos, desde que lo conoció. ¿Entonces cómo le haría para poder decirle todo lo que deseaba y necesitaba decirle?.

... Quizás lo de ellos estaba tan prohibido que ni declarársele podría...

¿Por qué?

Sin poder evitar sentirse deprimido nuevamente cerró fuertemente los ojos deteniendo su paso en seco y soltando algunas lágrimas, necesitaba ser positivo para ahuyentar esos malos pensamientos... pero... ¡Pero dolía tanto!. ¿Y sí de repente no lo merecía?. ¿Y si de repente todo era en vano?. ¿Y si de repente Trowa ni siquiera fuera homosexual y lo rechazara fría y cruelmente?... No... Su Trowa no era frío y cruel, era serio, tranquilo y muy dulce...

... Pero aún así la posibilidad estaba...

- ¡Que idiota soy! -sollozó negando con la cabeza- ¡No debería estar pensando tan negativamente, todo va a salir bien, todo tiene que salir bien!... -intentó sonreír amargamente-... Yo sé que Trowa me dará una oportunidad.

Con este último pensamiento positivo intentó distraerse mirando vidrieras y sonriendo aunque sólo fuera de forma vacía. Al llegar al departamento dejó las cosas en la sala y se preparó un té para acompañar a sus tareas, algo de estudio y luego quizás le preguntaría a Duo de ver una película juntos, así se distraían... Aunque... quizás Duo preferiría pasarla con Heero hoy.

- ... Idiota... -susurró apretando sus puños-

Ahora Duo tenía a Heero, no era tan necesaria su presencia en sus vidas, porque sólo era un amigo... sería siempre su amigo, pero... pero que Duo tuviera novio significaba que las cosas no eran iguales. Hasta ahora se daba cuenta lo egoísta que había sido las últimas semanas pidiéndole a Duo que lo acompañara a miles de lugares y éste siguiéndole por preocupación.

¿Y si Duo realmente prefería verse con Heero y por su causa...?...

Que idiota que había sido, no debía acaparar la atención de su mejor amigo porque ya tenía a alguien más, las cosas no eran como antes, ahora no era una relación de dos, ahora estaban separados y cada cual hacía una vida diferente...

Había sido muy egoísta continuar pensando que por más que Duo tuviera un novio continuarían los sábados y domingos juntos, todos los días cenarían juntos, irían a todos lados juntos e incluso se contarían todo. Ahora las cosas cambiaban, porque de seguro Duo tenía cosas que quería compartir sólo y únicamente con Heero, y días en los que deseaba pasarlos única y exclusivamente con su pareja... ahí, en esos días, únicamente era un estorbo, un mal tercio... alguien que debía desaparecer para no ser entrometido.

Ahora debía darle a Duo su espacio y libertad.

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Los días habían pasado rápidamente debido a la energía que le estaban poniendo al entrenamiento, por suerte todo parecía ir bien, ahora faltaban sólo dos días para el gran partido que se realizaría, esta vez, en las instituciones de Broken Wing.

Estaba preocupado por Trowa, había estado más divagante que de costumbre y eso que hacía semanas que andaba como zombi, pero ahora lo era aún más, y eso era para alterarse. Hasta incluso pasaba por la casa de su amigo casi todas las tardes por temor a que de un momento a otro se le diera por huir, suicidarse, o no alimentarse como era debido. Por otro lado... Duo también había estado extraño los últimos días, pero no siempre, sólo cuando se saludaban, después de un rato se le quitaba y andaba como siempre... ¿tendría problemas?. ¿Por qué no le contaba nada?.

De repente una voz lo sacó de sus pensamientos, estaban en los vestidores arreglándose para regresar cada cual a su casa.

- Heero... necesito pedirte un favor... -comunicó seriamente el oji-verde-

Le había dado vueltas al asunto alrededor de mil veces según recordaba, pero estaba completamente seguro de que no deseaba volver a ver a Quatre, por nada en el mundo deseaba ver su felicidad si no era parte de ella, no deseaba ver que era el único en esa relación que sufría. Por ello le pediría a Heero que no lo agregara en la lista de juego, no jugaría contra Orange Road ésta vez para no cruzarse con nadie, faltaría y listo. Era lo mejor, eso era lo mejor para dar por cerrado ese capítulo de su vida... aunque la herida parecía no querer cicatrizar jamás.

- ¿De que se trata? -terminando de abotonar su camisa-

- Retírame de la lista de juego, no quiero competir con Orange Road ésta vez. -dijo decidido-

- No -se acomodó el cuello de la camisa y cargó la mochila al hombro- jugarás de suplente.

- ¡Te digo que no voy a jugar y no jugaré! -anunció alzando la voz-

- Iras porque te necesito -neutralmente comenzó a caminar esquivándolo- no huyas como cobarde. -le susurró al pasar-

Trowa se quedó de pie abrumado con las últimas palabras, no quería huir como cobarde, quería no sufrir más... quería olvidar y empezar de nuevo ¿eso era mucho acaso?... ¿Por qué Heero no entendía su situación?... ¿¡Por que nadie podía ponerse en su lugar?. Enojado con toda la situación se terminó de arreglar así nomás y se fue directo a su casa, no estaba de humor, parecía como si nadie le comprendiera ni hiciera el esfuerzo por comprenderlo y eso le fastidiaba, así que prefirió encerrarse en su habitación y quedarse en silencio, sin pensar en nada.

Heero, en cambio, se dirigió a su departamento para hacer las tareas tranquilo, realmente estaba algo agotado pero tenía que terminar con las tareas escolares antes de dormir una siesta... bien prolongada, el día anterior Duo lo había agotado demasiado con su juego de 'a ver cuanto resistes'. Sonrió divertido ante esto sentándose en el sillón de su departamento, Duo si que sabía como 'divertirse'. De repente el timbre sonó y rogó a los cielos porque no fuera Duo, lo amaba, de veras que si, pero necesitaba un respiro... al menos por hoy, necesitaba paz, o al menos nada de sexo, sentía no poder ni excitarse siquiera; se levantó con pesadez y se dirigió a la puerta, detrás de ella, Relena Darlian con el uniforme escolar... ¿Qué querría ella?...

- ¿Qué sucede? -preguntó neutralmente dejándola pasar-

- vengo a visitarte -informó sonriendo delicadamente- hace mucho que no nos vemos, así que me tomé la molestia de venir a verte porque tu nunca vas.

- Entiendo -cerró la puerta y se dirigió de nuevo al sillón- eh estado ocupado.

- ... Me lo imaginé... -asintió sentándose a su lado- ¿El colegio sigue bien? -un asentimiento- Hm... se dice que volviste al equipo después de salirte... -otro asentimiento- eso quiere decir que nos veremos en el juego -otro asentimiento- eso es emocionante -sonrió, mas no hubo respuesta- Hmm... Heero... ¿no te molestaría explicarme algo de Álgebra?... -un asentimiento- bueno... si no estas ocupado, tu sabes que no quiero ocupar...

- Saca tus libros, yo también tengo tarea -interrumpió poniéndose de pie y caminando hasta la cocina-

Ambos adolescentes, cada uno con una tasa de café y té, se pusieron a hacer sus respectivas tareas en la sala sin mucha conversación como lo eran siempre desde que se conocían. La joven alzaba la vista de vez en cuando quedándose contemplando la calma del otro para obtener los resultados, mas el únicamente la ignoraba hasta que ella le preguntaba algo sobre algún ejercicio, nada anormal... siempre había sido así.

Nuevamente, después de dos horas de silencio, el timbre vuelve a sonar y Heero neutralmente se levanta para atender; una vez que abre la puerta, su visitante se tira encima de él en un abrazo efusivo.

Era Duo.

Relena sólo los miró extrañada.

- ¡No me fuiste a buscar! -regañó separándose un poco- Pensé que ibas a ir como los otros días... -hizo pucherito-

- Pensé que estarías con Quatre -explicó cerrando la puerta mientras el trenzado se volteaba chocando de lleno con la mirada de Relena-

- No, Q se quedó arreglando cosas con su padre... además las cosas entre nosotros han tenido altibajos. -frunció el ceño y asintió en forma de saludo para ella- Al menos hubieras dicho que tenías visitas -comentó algo molesto volteando a verlo-

- No lo planeé. -se encogió de hombros y volvió a su lugar frente a la joven-

- ¿Pudiste hablar con Tro? -cuestionó sentándose a su lado-

- Está enojado -resumió haciendo cuentas en la calculadora-

- Hmp... -sostuvo su cara con su brazo apoyado en la mesa mientras jugaba con una lapicera-... ¿Tienes mucha tarea?...

- Algo -le quitó la lapicera para luego escribir algo en la carpeta y devolvérsela-

- Heero... -llamó Relena mientras este alzaba la vista como el trenzado- problema 7 C ¿Cuánto da?

- Dos raíz cúbica de tres sobre veintiún I. -respondió- luego racionalizas. -volvió a sus hojas-

- Todavía no entiendo como haces para llegar a algo tan concreto -volvió a lo suyo-

- Pequeño bocho con patas -bromeó riendo- ¡Ah!. ¡Casi se me olvidaba! -exclamó rascándose la cabeza- Quatre me dijo que vallas a cenar con nosotros, te quiere agradecer personalmente todo lo que andas haciendo.

- Si es por ti, Quatre me agradece todos los días de la semana -comentó sonriendo suavemente-

- Nah... vengo y me quedo a cenar acá y listo, no necesito a Quatre para excusarme -agarró un almohadón de uno de los sillones y lo abrazó- aunque entre semana se complica mucho porque

- Eres demasiado exigente y poco pasivo -interrumpió enfrentándolo-

- ¡JA! ¡ENTONCES TÚ ERES POCO RESISTENTE! -le dio un almohadonaso y salió corriendo siendo atrapado por su trenza y devuelto al piso- ¡COBARDE QUE TE APROVECHAS DE MI PELITO PARA VENGARTE! -intentando sonar enojado, mas se estaba divirtiendo-

- Córtalo y listo -simplificó poniéndole el almohadón en la cara y ahogándolo mientras el oji-violeta pataleaba- ¡Quédate quieto baka!

- ¡SI ME QUEDO QUIETO ME MATAS! -exclamó entre risas intentando huir del agarre- Jajajajajaja ¡ya!... ¡ya bastaaaaaaaaaaaaaaaa! -gritó frente a su poca fuerza-

Ahora ambos jóvenes peleaban por el poder del almohadón para poder cobrar venganza sobre el otro mientras Relena veía entre sorprendida, desconcertada y emocionada como Heero 'jugaba' con Duo; lo único que le divertía, era el hecho de ver a Heero sonriendo contento, porque por lo demás... mejor ignorarlo. El trenzado reía a no más poder porque no podía ganarle ni en fuerza ni en agilidad o reflejos a su novio que parecía atraparlo de un modo tal que no podía escapar, le divertía, mucho, así que se dejó vencer y se recargó en los brazos del oji-cobalto respirando agitado y aún medio riendo mientras este sólo sonreía por verlo tan agotado.

- Ya, perdí, se buen ganador y no me pongas castigos -comentó volviendo a reír-

- Lo pensaré -fue su respuesta soltándolo para que la cabeza del pelilargo se golpeara con el almohadón-

- ¡OYE ME PUDE HABER GOLPEADO FUERTE! -regañó volviéndole a pegar con dicho cojín-

- ¡Si tenes la cabeza re dura! -rebatió molestó por el almohadonaso-

- ¡no lo justifica! -le volvió a pegar siendo empujado para atrás y de pronto el cojín en su cara ahogándolo-

Ahora Duo de nuevo pataleaba esta vez mas asustado porque realmente se estaba quedando sin aire mientras un Heero inmutable continuaba presionando el almohadón, hasta que Relena interrumpió porque estaba comenzando a asustarse de la salud de su 'compañero'.

- Lo vas a ahogar enserio -susurró preocupada observando como poco a poco Duo dejaba de patalear-

- Con eso aprenderá -quitó el almohadón y se sentó como si nada hubiera pasado, mientras en el suelo el oji-violeta permanecía Zombi-

- Heero... -murmuró mortalmente levantándose y posesionándose detrás del oji-cobalto- ¡PAGARÁS CARO MALDITO SÁDICO! -se le tiró encima cayendo los dos al suelo-

El resto de la tarde continuó ya sin silencio, Duo se esforzaba al máximo por captar todos los sentidos de Heero no permitiéndole ni hacer las tareas ni estar tranquilo, ya que cada dos por tres se veía envuelto en una batalla por la venganza frente a alguna tontera, aunque debía admitir que se divertía mucho. Relena notó que la relación de ellos era bastante extraña, principalmente porque parecían abrazarse sin ningún cuidado mientras que sabía bien Heero no era nada demostrativo, menos que menos con hombres... ¿Serían ciertos los rumores?

Al momento en que la joven decidió irse Heero se cambió el uniforme y todos salieron del departamento, los dos chicos hacia la casa del pelilargo y la joven en dirección a la suya propia. Bajaron en ascensor y una vez abajo ella se despidió de ambos jóvenes con un asentimiento y una sonrisa, nada anormal, luego de eso Duo se plantó frente a su novio y lo abrazó por el cuello comenzando a besarlo demasiado acaloradamente por falta de besos durante toda la tarde. Heero, ni tonto ni perezoso, lo empujó contra la pared del edificio y lo arrinconó allí para besarlo con más calma, no quería excitarse, de hecho estaba cansado, pero si quería besarlo y eso nadie se lo iba a impedir. Mientras que a unos cuantos metros la joven que antes los acompañaba no podía con su asombro ante tal visión, jamás se había imaginado a Heero con alguien más, así que menos que menos con un hombre, o lo que peor, compañero suyo; era una mezcla entre asco, rencor, decepción y demás cosas que sólo la lastimaban... por lo que se dio la vuelta y decidió continuar su camino.

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Había pasado toda la tarde pensando en él, realmente moría de ansias por volverlo a ver... no aguantaba ya los días para el encuentro de basketball, poco le importaba si ganaban o perdían, sólo quería verlo. Heero había hecho mucho por ellos a pesar de todo y sin recibir nada mas que... a DUO, completo, a cambio... pero no podía dejar eso así, lo mínimo que podía darle era una amistad por el momento, porque por más que tuviera todo el oro del mundo jamás lograría pagarle al novio de su mejor amigo todos los favores que le venia haciendo.

Estaba terminando de poner la mesa porque en cualquier momento vendría Duo a supervisar la cena que estaba preparando, no era un excelente chef... o por lo menos no tan bueno como Duo, pero se justificaba, el oji-violeta de chico iba al taller de cocina y repostería, en cambio el todo lo que sabía se lo debía al trenzado. Había estado preparando lasagna, y eso realmente no era muy complicado, pero aún así siempre había cometido algunos errores... y pobre de Duo sufría las consecuencias, la ultima vez no pudo ir al colegio por dos días.

- Duo tonto jajajaja... -comenzó a reír solo en la cocina mientras se limpiaba las manos-

Luego de que se calmara la puerta se escuchó y el rubio salió de la cocina al encuentro de su amigo aún con una dulce sonrisa en su rostro. Heero venía detrás en silencio como siempre mientras el trenzado hablaba sobre el día de ayer y de cómo se les habían caído los libros de la biblioteca justo enfrente a la bibliotecaria y como ésta los había reprendido por media hora, para que cuando volvieran al salón el profesor los retara otra media hora por tardarse tanto.

- ¡... Jajaja... tendrías que haberla visto... se le salían las venas de la frente! -exclamó echándose a reír de nuevo-

- Jajajajaja, si, y después el profesor te mandó a dirección por quinta pasada de listo -concluyó Quatre desde la puerta de la cocina-

- ¡¡OYE!... ¡¡Esa parte es la que no se cuenta! -reclamó volviendo a reír-

Los restantes dos días pasaron bastante rápido en comparación a los anteriores, pero los equipos estaban listos para el gran partido el cual se realizaría en las instalaciones de Broken Wings por el hecho de que el anterior partido se realizó en Orange Road.

Trowa no pudo hacer nada para salir del partido y a último momento, cuando ya no le quedaba casi ninguna opción, decidió no aparecerse por el colegio, mas su plan también fue frustrado ya que Heero lo pasó a buscar y lo llevó literalmente arrastrando hasta los vestidores de la institución.

Las gradas se comenzaban a llenar de gente mientras cada equipo se preparaba para uno de los mejores partidos habidos en esos tiempos, la tensión comenzaba a hacerse presente cada vez más en las salas donde cada equipo permanecía y nadie decía palabra alguna. Todo Orange Road permanecía silencioso esperando que su capitán dijera algunas palabras ya que era el que siempre aligeraba el ambiente, pero por lo visto, esta vez sería diferente; Duo permanecía sentado en una de las bancas frotándose su pierna derecha con los restos de la crema azulada ya común durante sus partidos mientras Quatre pensaba cada jugada en silencio recargado contra una de las paredes. La tensión continuaba en aumento. Broken Wings repasaba cada miembro del equipo, el subcapitán pasaba lista para asegurarse de no tener que hacer cambios, y Heero estaba recargado sobre la silla en silencio, con los ojos cerrados y los brazos cruzados, metalizándose de que más allá de perder la meta era asegurarse que Trowa dejara de ser Zombie; pero éste no tenía la más mínima intención de permanecer en tierra mucho tiempo... no quería continuar allí, y por eso dejaba vagar su mente por otros lugares en busca de no recordar que enfrente a él tendría a Quatre Winner...

El partido comenzó, los equipos comenzaban a entrar uno por la esquina contraria al otro mientras la tribuna se emocionaba y gritaba fuertemente el nombre de sus jugadores favoritos. El oji-cobalto lucía serio y frío como siempre, esto era un partido, los sentimientos no se mezclaban, sus ojos cerrados mostraban exactamente eso que quería que todos vieran; por mientras Duo sonreía divertido ajustándose la muñequera color negra de su mano izquierda, desde ahora, sólo Shinigami. Quatre miraba ansioso desde las bancas cada miembro del equipo, pero no vio entrar al oji-verde que tanto quería, entonces giró hacia las bancas buscándolo y allí le encontró, sentado con los ojos cerrados y apoyado sobre sus rodillas; la emoción comenzó a hacer efecto en el rápidamente haciéndole sonrojar, pero no podía dejar de verlo... le había extrañado...

Un capitán frente a otro, ambos novios simplemente cruzaron miradas, una determinante y otra divertida, luego el arbitro dio las indicaciones necesarias, pero ninguno de los dos capitanes las escuchó realmente... sus miradas se fundían, haciendo eso más especial al partido. Los entrenadores miraban atentos mientras la turbina lentamente comenzaba a asilenciarse, esperaban que la pelota estuviera en lo alto... entonces el juego empezaría.

Los dos adolescentes en sus posiciones, un largo y tenso silencio.

De repente la pelota se alzó en lo alto y ambos jóvenes saltaron casi hasta la misma altura, pero Heero le ganó a su contraparte por milímetros y logró empujar la pelota lo suficiente como para ganar su jugada. Broken Wings se enfiló rápidamente rumbo a la canasta contraria mientras Orange Road los seguía de cerca, ambos capitanes se marcarían entre sí en el primer tiempo, luego cambiarían para facilitar las cosas, pero el único que podría detener al capitán de Zero era Shinigami y eso lo sabían todos.

La tribuna era un montón de gente alentando a los gritos cada cual a cada equipo, llenos de euforia y adrenalina en sus venas, aportándoles energía para que continuaran adelante y hacer de eso un partido muchísimo más importante. Pero Quatre estaba en su nube mirando a Trowa, quien ignoraba todo su entorno de manera magistral, ninguno de los dos eran necesarios ahora que todo había empezado, sólo quedaba confiar y alentar a cada equipo, por lo que podían darse el lujo de distraerse... pero... parecía como si eso no importara... ninguno sabía que estaba siquiera en medio de un partido.

Una canasta fue impedida por el oji-violeta, quien con una sonrisa le robó la pelota al pelicorto comenzando su carrera con un pase directo a Solo. Ahora los jugadores corrían a la otra punta de la cancha mientras muchos de ellos eran marcados de forma perfecta y Duo intentaba escaparse de la defensa de su novio; de un modo u otro, esa situación era excitante... (¿? XD!).

- Idiota no te distraigas -le regañó el oji-cobalto arrancándole una sonrisa al pelilargo-

- Lo mismo digo -repuso escurriéndose por la izquierda luego de un amago a la derecha-

La pelota viajó de Solo al trenzado, quien no tardó ni dos segundos en saltar alto y hacia atrás lanzando una canasta de tres puntos que fue perfectamente encestada debido a que el defensor del otro equipo no había saltado lo suficientemente alto.

Primeros tres puntos a favor de Orange Road, las cosas iban bien.

El juego continuó, ahora un miembro de Broken Wings tenía el mando del balón, mas no duró mucho porque su contrario le arrebató la jugada siendo marcado inmediatamente e impidiéndole hacer un movimiento. Estaban en una fea situación, todos marcados y no tenían ni una posibilidad de pasar el balón... pero tenía que pasarlo, no podían quedarse en esa posición. Solo logró desmarcarse a tiempo alejándose hacía su propia canasta y entonces, quien tenía la pelota, se la pasó e inmediatamente se vio perseguido por dos jugadores; en ese momento Duo se libró de su pareja y se alejó lo suficiente del resto para estar desmarcado salvo por dos jugadores detrás de él. La pelota viajó hacia él, quien la aceptó y picó a la derecha por donde inmediatamente la agarró otro jugador haciendo una canasta perfecta de dos puntos.

Heero se irritó con esos puntos, nunca permitía que le hicieran tanta diferencia, y esta no era la excepción. La pelota continuó en juego ahora por más tiempo debido a que la defensa de un grupo de Broken Wings había aumentado, mientras el ataque aumentaba en otro sector. En ese momento fue cuando Quatre comenzó a prestar atención al partido.

- ¡¡DUO, DEFENSA! -le gritó recordándole el plan de respaldo-

Al escuchar el pedido de su estratega, todo el equipo modificó sus marcaciones y rotó, dejando a Solo como contrario de Heero y así Duo quedaba libre para las canastas de 3 puntos. Aún a pesar de eso, al castaño pelicorto se le complicaba mucho marcar al capitán de Zero debido a la diferencia de habilidades, pero podía detenerlo los segundos necesarios para una buena jugada del resto, y eso a Heero le molestó.

Trowa al momento de escuchar la voz del rubio se exaltó y su corazón, sin permiso alguno, comenzó a acelerarse; abrió los ojos alzando la vista y chocó con la figura de su ex 'pareja' con la vista concentrada en el partido y en él último movimiento de uno de sus jugadores. No pudo evitar que las ansias de acercarse comenzaran a ganarle, pero no podía... no debía...

Un pase, el oji-cobalto burló a su oponente y encestó una canasta de 3 puntos que le hizo sonreír debido a la falta defensa de Solo.

Al momento de tocar el suelo giró su vista hacia su mejor amigo y allí lo vio, perdido en el rubio oji-azul, así que contuvo una sonrisa al ver el éxito de su plan y continuó con el partido. Nuevamente la pelota fue a dar a su equipo, hasta que fue arrebatada por uno de los visitantes y se vio en la obligación de poner defensas, Solo era bueno en las canastas de dos puntos según tenía entendido, pero la pelota pasó a un jugador de menor rango que rápidamente se vio rodeado sin saber a donde pasar el balón, entonces vio como el oji-violeta se desmarcaba hábilmente y se entrepuso marcándolo nuevamente olvidándose completamente de Solo; la pelota, como lo había pensado, viajó direcamente a manos del pelilargo quien ahora estaba siendo marcado espectacularmente por su pareja, imposibilitado de cualquier movimiento.

- Trowa cayó -susurró sin mover mucho los labios-

- Lo sé -respondió impidiéndole un pase-

- pero Quatre ya no lo mira, se entretiene viéndonos sufrir -ensanchó su sonrisa y pico la pelota entre las piernas de su pareja- Ja, perdiste -se burló escurriéndosele por la derecha-

- Kusso... -lo persiguió medio molesto medio divertido-

Duo corría divertido pensando su próximo pase, había sido fácil distraer a Heero... realmente era un tonto, ni loco se dejaba ganar, no en Basketball. La pelota se la pasó hacia uno de sus compañeros, quien realizó un clavada más que excelente y luego de eso ambos se sonrieron por la genial combinación.

Quatre podía ver la alegría de su amigo y por primera vez desde hacía bastante tiempo la podía compartir en su totalidad, pronto hablaría con Trowa y todo estaría bien, y sólo ver a su amigo así de bien también le encantaba. Todo parecía ir perfecto, demasiado perfecto y eso lo hacía inmensamente feliz. Giró su vista hacia las bancas y se encontró siendo presa de la mirada verde, inmediatamente se sonrojó completamente pero no pudo apartar su vista, quería decirle tantas cosas... Pero Trowa al verlo así de radiante sólo se sintió peor aún, él era feliz... entonces realmente no lo necesitaba... entonces no servía continuar allí... no tenía nada por lo que continuar ahí, por un momento había creído que por ahí, muy remotamente, tenía una última oportunidad con Quatre... pero si el rubio ya era feliz, no necesitaba que estuviera en su vida.

El partido continuó igual de emocionante, los pases perfectos, las clavadas para la historia, cada movimiento hecho con precisión... todo parecía ser demasiado perfecto. Ahora, después de empezar el segundo tiempo, el partido se acercaba a su final... pronto sabrían quien ganaría; el partido estaba 22 a 26 a favor de Broken Wings, pero con un último milagro, Orange Road podría ganar.

El pase fue directo a manos de Duo, casi como la mayor parte del partido, el trenzado saltó a una altura considerable siendo imitado por su oponente, que casualmente no era Heero; logró tirar la pelota y ésta entró en el aro perfectamente en una canasta de dos puntos, pero al momento de caer de pie el músculo fue presa de un entumecimiento y no fue capas de sostener su peso.

- ¡Duo! -exclamó preocupado Solo al ver que maldecía agarrándose la pierna derecha-

El árbitro, entrenador, estratega, subcapitán y capitán del equipo contrario no tardaron en estar a un lado del pelilargo junto con otros jugadores al mismo tiempo que todos los espectadores gritaban de temor y las fanáticas del trenzado dramatizaban-

- Vamos, llamaremos a un suplente, aún podemos cambiarte, es mejor que descanses -hablaba rápido intentando levantar a su mejor amigo-

- Ni loco, este partido es mío -se rehusó el oji-violeta rechazando la ayuda y quedándose sentado un tiempo más-

- ¡Pero Duo no podemos arriesgarnos...! -se quejó Solo-

- ¡Jugare y punto! -sentenció apoyando una mano en el suelo para ponerse de pie-

- No juegas -contradijo el oji-cobalto con tono gélido-

- Cállate, soy el capitán y yo elijo, jugaré hasta el final -intentó levantarse pero volvió al suelo mientras su pareja lo agarraba de la cintura ayudado de Quatre- ¡YA SUÉLTENME! -se quejó alejándose tambaleante-

- ¡Que terco eres, quédate sentado hasta terminar el partido y luego te vas a tu casa! -ordenó el entrenador con poquísima paciencia-

- Chicos cálmense, llamen a un suplente -opinó el árbitro-

- Deja de jugar, es estúpido -se cruzó de brazos típica y autoritariamente-

- ¡No le des ordenes a NUESTRO capitán! -defendió el castaño pelicorto de Orange Road-

- Duo a tu banca ahora -ignoró el oji-cobalto-

- Shut up Heero, sigo jugando -afirmó suspirando- voy a jugar y punto, ya escucharon.

- No podemos arriesgar a un jugador, son las reglas, si estas herido debes de ir a las bancas -aseguró el árbitro-

- Conozco las reglas, estoy bien -asintió ya mejor-

- Te aviso que si perdemos un capitán por esto te hago escribir todos las pizarras del país con 'debo dejar de ser desobediente' -amenazó el entrenador mientras el joven rodaba los ojos y luego sonreía-

Antes de que todos volvieran a sus posiciones, mientras la hinchada se calmaba por el acontecimiento, la mirada cobalto y la violácea se cruzaron y se mantuvieron durante unos segundos hasta que el pelilargo rompió el contacto con una sonrisa relajada.

- No te preocupes, enserio -aclaró en tono tranquilo- luego me castigas con lo que tu quieras -le guiñó un ojo y se fue caminando tranquilo hasta su puesto-

Heero suspiró más tranquilo y se fue a su puesto iniciando nuevamente el partido.

La tribuna nuevamente comenzó a gritar de euforia mientras los últimos minutos corrían, la pelota en posesión del equipo local estaba cerca de la canasta, pero la excelente defensa de los visitantes logró desviarla para ahora dirigirse al otro lado de la cancha, los pases eran rápidos y precisos buscando no dejar la pelota quieta en un lugar y darle ventaja al otro de robarla. No tuvieron que esperar mucho hasta que hubiera otra clavada, ahora de un punto, a favor de Orange Road.

Quatre estaba más que tenso y preocupado, por un lado ese Duo que se descuidaba así sabiendo que si forzaba demasiado el músculo de esa pierna terminaría por perder la capacidad de jugar basketball por el resto de su vida, o cualquier otro deporte... todo por esa falta de irrigación en esa zona que padecía desde que tenía conocimiento. Por otro lado, Trowa... el final del partido indicaba que pronto llegaría el momento de hablar y eso era lo que más temía, no poder aclarar las cosas como eran debidas. Este, por otra parte, se encontraba increíblemente relajado... de algún modo extrañaba la 'cercanía' de Quatre, el rubio siempre le dejaba tranquilo con su sola presencia, y a pesar de saber que no se hablaban el saber que estaba bien era suficiente para él, aunque debía admitir que deseaba que le necesitase tanto como él lo necesitaba.

Una canasta de un punto para el equipo de Broken Wings, entonces el partido se reducía a una diferencia de dos puntos.

Los segundos pasaban desesperadamente lentos mientras los pasos de los jugadores eran el único sonido que habitaba en toda la cancha, la tribuna estaba silenciosa y expectante al igual que suplentes, entrenadores, estrategas y jugadores, pero el partido continuaba y el balón andaba en manos de los locales, cerca de la canasta, pronto si las cosas seguían así el ganador no sería otro sino Broken Wings. La pelota pasó a manos de los visitantes mientras todos hacían esfuerzos supremos por quitar esos dos puntos de diferencia para lograr aunque sea un empate, Duo sentía que no podía aguantar mas el juego, le dolía bastante la rodilla pero seguía esforzándose y su velocidad se vio afectada, entre tanto Heero estaba algo cansado pero con muchas energías de continuar jugando.

Una clavada de unos delanteros de Orange Road, la diferencia fue reducida a un punto, la tribuna festejó. Sólo quedaban unos poquísimos minutos.

- ¡¡¡VAMOS EQUIPO ES LA ÚLTIMA, LA ÚLTIMA! -gritó su entrenador ya sin poder contener la tensión- ¡¡¡NO HACE FALTA QUE GANEMOS SÓLO ESFUERCENCE!

La hinchada pareció reanimarse y los gritos eufóricos se hicieron escuchar mientras Broken Wings luchaba por mantener en su posición al balón, hecho bastante complicado debido a que Orange Road tenía fuerzas para continuar. Traize estaba desesperado, tenían que ganar, DEBÍAN GANAR.

La pelota naranja dio a parar a manos de Solo, quien en una demarcación rápida logró acercarse al aro lo suficiente para hacer canasta de tres puntos, pero se vio obligado a hacer un pase debido a que estaba demasiado marcado, ahora la pelota estaba en manos de Duo, quien estaba siendo marcado por Heero. El primero saltó seguido de su pareja y una vez en el aire, los últimos segundos hacían conteo; el oji-violeta estaba listo para una canasta, pero tenía miedo de que el pelicorto le detuviera la pelota en el aire, por lo que esperó unos segundos y mando la pelota de lleno al aro haciendo una canasta perfecta que no pudo ser detenida por Heero únicamente por unos milímetros de diferencia.

Luego el silbato sonó, el marcador mostró la victoria de Orange Road, y el público gritó de emoción.

Todos los jugadores no pudieron sino relajarse completamente mientras Duo, ahora si sin fuerzas, se sentaba de golpe en el suelo con la respiración entrecortada entre tanto su pareja se sostenía de sus rodillas también agitado. Todo el equipo liderado por el trenzado se acerco sin mas comenzando a festejar la victoria, pero el oji-violeta permanecía ido mirando el techo hasta que su rubio amigo se acercó a velocidad rayo y lo abrazó tirándosele encima.

- ¡¡GANASTE DUO GANASTE!... ¡¡¡¡MEJOR DICHO GANAMOS! -exclamó lleno de felicidad-

- ¿Gané...? -susurró entrecortado aún sin poder asimilarlo, luego sonrió- ¡POR DIOS GANÉ, SOY GENIAL!. ¡¡GANÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ! -exclamó tirándose sobre el suelo aún agitado- ¡¡NO PUEDO CREERLO ACABO DE CALIFICAR PARA LAS FINALES, NI QUÉ DECIR QUE LE GANÉ AL CAPITÁN DE ZERO! -se sentó de nueva cuenta observando fijamente a su pareja que le sostenía la mirada un tanto recuperado-

- Eres bueno, muy bueno -admitió asintiendo entre un suspiro-

- ¡¡DUO ERES GENIAL! -exclamó Solo acercándose a ellos con una sonrisa de lo más grande- ¡¡GANAMOS, CALIFICAMOS!... ¡¡ESTUVISTE GENIAL ESE ÚLTIMO SALTO Y TODO PARECIÓ COMO DE CAMARA LENTA, SÓLO ME ESCUCHABA RESPIRAR POR DIOS FUE DE PELÍCULA!

- ¡¡¡Sii! -afirmó con los ojos brillosos y luego hizo pucherito- pero estoy muerto chicos, necesito vacaciones...

- ¡¡NI HABLAR! -contestó Quatre- eso es obvio, tienes que descansar para estar listo para el siguiente partido y continuar calificando.

- ¡Claro! -asintió sentándose con las piernas cruzadas mientras se frotaba la pierna- Uh Q-man... ¿No tienes que...?... -lo miró fijamente-

- Cierto, ve antes de que se escape -respaldó el oji-cobalto-

- ¡Si, gracias por todo, Duo eres el mejor! -le dio un beso en la mejilla a su mejor amigo y salió corriendo-

- Bueno, tenemos que irnos a arreglar para volver al colegio y festejar -concluyó Solo estirándole una mano al trenzado para ayudarlo a pararse-

- Ya voy, ya voy -suspiró regularizando su respiración- Neh... Heero... -llamó alzando la vista-

- ¿Hm? -preguntó alzando su mirada-

- Más tarde si puedo paso por tu casa o te llamo ¿puedo? -preguntó con los ojitos brillosos-

- Obvio tonto, no hace falta que preguntes -obvió irguiéndose sin problemas-

- Genial -susurró volviendo a sonreir-

Sin más el capitán de Broken Wings ayudó a su pareja a levantarse sosteniéndolo por la cintura, quería abrazarlo antes que ese otro jugador cualquiera y tenía derecho así que se excusó con ayudarlo para poder tenerlo más cerca, a lo que como era obvio el oji-violeta no se negó sino que aceptó gustoso. Luego de eso el oji-cobalto los acompaño hasta los vestidores donde le dejó sentado en una banca para mas tarde irse a su sector para cambiarse.

Jamás hubiera imaginado ganarle a Heero, pero le había ganado y aún no podía creerlo, había sido un punto, UN SÓLO PUNTO de diferencia... pero fue increíble tenerlo enfrente, ambos en le aire, con el corazón latiendo fuertemente por el cansancio... y luego esa encestada, ¡¡QUE PARTIDO POR DIOS!... podía jurar que era el mejor que había tenido en toda su vida, jamás se había sentido tan contento de jugar contra alguien... le había ganado a su ídolo, al capitán de Zero... le había ganado a su novio... ¡¡HABÍA CALIFICADO PARA LAS FINALES!... Que emoción, ahora seguramente Trowa y Quatre se arreglaban y entonces todo era perfecto... que genial.

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Caminó hasta el pasillo antes de perder de vista al oji-verde, necesitaba hablar con él y eso iba a hacer, así le costara la vida iba a aclarar las cosas. De forma decisiva le siguió mientras su equipo se iba a las duchas, no le importó ser ajeno a todos, iba a hablar con ese morocho costase lo que le costase.

Trowa seguía con su mente en blanco pero cada vez más convencido de que Quatre no lo necesitaba en su vida y que por ello debía desaparecer del planeta. Sí la persona que él necesitaba no le necesitaba entonces no tenía sentido, menos aún si tú 'mejor amigo' ya tenía en quien apoyarse para continuar con su vida, realmente era obsoleto, reemplazable, y si bien la idea no le gustaba los hechos le mostraban que así era y no podía cambiarlo, no ahora. O al menos eso creía.

- Trowa -llamó decisivamente aunque muerto de nervios-

El oji-verde dio un salto de la impresión al oír esa voz detrás de él, mas pronto volvió a poner es máscara fría e indiferente volteándose como si nada lo alterara. Allí, frente a él, justo como menos quería, se encontraba el rubio de sus sueños... o pesadillas...

- Quatre... -murmuró dando a entender que esperaba que el otro empezara-

Al oír su nombre salido de aquellos labios sintió que toda su fuerza de voluntad desaparecía y mientras una parte de sí se reprochaba por haberle seguido y querer hablar con él, otra parte le indicaba que debía tomar más valor y continuar con el plan inicial, porque eso era lo mejor para todos. Pero los nervios se habían tragado las palabras, y su garganta parecía haberse cerrado sin permitir salir ni una palabra o suspiro, nada. Trowa continuaba mirándole penetrantemente, típico de él, buscando el porqué de tenerlo allí enfrente... quería saber para qué lo buscaba, si supuestamente todo estaba más que claro, no había necesidad de hablar entre ellos... no quería continuar con aquella tortura, necesitaba irse.

- Bien... yo... -comenzó el rubio nervioso y mirando a su alrededor-... quería hablar... de... -se sonrojó bajando la vista-... nosotros... -apretó sus puños mientras el ceño de su acompañante se fruncía-

- ¿Para que? Todo esta claro -secamente, lo más seco que podía ser en esos momentos-

- ¡No! -se apresuró a responder alzando ligeramente la mirada-... No... aún hay cosas... que yo necesito decirte... y... como no te pude localizar... ahora es el único momento que encuentro... para hablar... -terminó en un susurro-

- No hay nada que hablar Quatre, el acuerdo terminó con la última charla que tuvimos con tu padre, él te dejó libre, entonces habíamos acordado seguir nuestras vidas -se giró cerrando los ojos, necesitaba irse- eres libre, todo esta bien entre los dos si eso te preocupa.

- No, no está bien -lo miró dolido- porque yo necesito hablar muchas cosas contigo... te fuiste sin dejarme hablar, y al final no sé si soy el único que sufre... o somos los dos...

Un silencio se formó entre ambos mientras el oji-verde intentaba entender lo que su acompañante quería decirle sin ilusionarse nuevamente, esa facilidad de ilusionarse le lastimaba demasiado y por eso debía suprimirla lo más posible. Mientras que Quatre miraba temeroso la figura del amor de su vida frente a él, tenía mucho que decirle, pero las cosas no salían claras de su garganta y debía transformarlas para poder hablar sin trabarse.

- Sólo te hice un favor -afirmó sin voltearse siquiera-

- Lo sé, yo sé que sólo era el favor -asintió juntando valor y caminando para quedar frente al oji-verde-... pero aún así hay algo raro... si me hubieras dejado hablarte... nos hubiéramos ahorrado mucho... -se paró firme frente al castaño- yo sé, o al menos quiero creer... que me correspondes...

Trowa no pudo más que mostrarse sorprendido por la seguridad de la afirmación, pero no se atrevió a levantar la vista lo suficiente como para verle a los ojos, sólo sintió cuando el más pequeño se acercaba apoyando las manos en sus hombros dispuesto a besarlo, y no tenía fuerzas para negarse... no podía...

Sentía que el corazón le latía muy rápido por la decisión que había tomado, iba a terminar con todo el problema de una sola vez, y nadie le detenía... iba a besarlo, iba a mostrarle cuanta falta le había hecho, iba a enseñarle a dejarle hablar antes de huir como cobarde...

El oji-verde cerró sus brazos en la cintura del rubio adentrando su lengua en la boca del más pequeño que se estremecía al sentirlo, el beso fue lleno de pasión y necesidad, uno de esos besos que pocas veces se dan, uno de esos besos que no se olvidan y te dejan con ganas de más. Quatre se sentía abandonar todo lo real en aquel sabor exquisito que inundaba su boca y acariciaba su lengua, el sabor de Trowa... ese sabor que tanto había extrañado y que ahora sabía le gustaba demasiado, era adicción. El tiempo y el espacio se perdió entre los sentimientos para luego de unos minutos ambos se separasen con el corazón latiendo apresurado y escasos de palabras. Se observaron por largos minutos, fundiéndose en la mirada del otro, hasta que el más alto tomó la iniciativa de otro beso, ésta vez menos apasionado y más cargado de sentimiento que logró hacerle sonreír al rubio.

- No sabes como te extrañé -susurró el oji-azul sonrojado pero dejándose besar-

- Puedo imaginármelo -contestó bajando de a besos chiquitos por el cuello de su 'pareja'-

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Luego de dejar a Duo con su equipo para que ellos se encargaran de cuidarlo se fue a los vestidores de su equipo donde se bañó y se cambió con el uniforme disponiéndose a irse a su departamento, no tenía ganas de quedarse en el colegio y escuchar reclamos de Traize, seguramente discutirían de nuevo como cada vez que tenían un partido; ese tipo si que sabía arruinar la emoción del encuentro.

Dicho y hecho, Traize gritando a los cuatro vientos que como habían sido capaces de perder, etc, etc... nadie lo escuchaba realmente, y estaba completamente seguro que después de que cruzó esa puerta todos tuvieron la idea fija de seguirle. Así lo comprobó minutos después, cuando salía del colegio y vio a varios del equipo salir apurados por la puerta sin mirar atrás como temiendo que el entrenador los siguiera... ese tipo era estúpido, enfermo.

Fue directamente hasta su departamento con la mente completamente en blanco, seguramente a estas alturas Trowa y Quatre ya estaban charlado como dos personas civilizadas, Duo siendo atendido por algún medico, Traize completamente solo... no tenía más opción que irse a su casa y descansar, porque debía admitir que se encontraba muy, demasiado, agotado. Aún pensaba la forma en que ese tonto le había ganado... muy pocas veces había perdido de ese modo, fue mucha suerte... o mucha habilidad... comenzaba a admirar a Duo de un modo bastante peculiar y posesivo, y es que casi nadie lograba ganarle de es modo tan... increíble, en un partido de basketball... ni mucho menos que tenga que ver con las ligas; ahora debía buscar la forma de calificar para poder continuar subiendo de niveles, aún tenía la oportunidad de quedar en las finales, sólo que ya era imposible quedar en primer lugar... bueno, casi.

Continuó su camino y una vez en su departamento se desabrochó la camisa sacándola del pantalón, dejó sus cosas en una esquina del sofá, se preparó café y se tiró en el otro sillón encendiendo el televisor dispuesto a relajarse... nada como estar solo unos minutos luego de un partido agotador.

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Luego de llegar a su institución el equipo entero, entre festejo y festejo, se habían quedado celebrando como dos horas… estaba completamente agotado, pero tampoco quería perderse de las bebidas, Quatre había desaparecido y ya se imaginaba con quien, así que no se preocupaba, lo único importante era terminar que le hicieran efectos los calmantes para poder salir disparado para su casa, descansar un poco y llamar a Heero.

Se levantó del asiento donde había permanecido la última hora sentado y se estiró tranquilamente sintiendo que su pierna estaba completamente recuperada, luego de eso, se despidió de varios de sus compañeros y se fue por la puerta del frente con dirección a su departamento, estaba agotado... necesita dormir, dormir muchísimo...

Había logrado asumir el hecho de haberle ganado a Heero y no sabía si llamarlo suerte, habilidad, o que el muy idiota de su novio le hubiera agarrado lástima y le hubiera dejado ganar... aunque no era muy probable. Estaba feliz por haber vivido un momento tan lindo, pero había sido tal la emoción que todo lo que sucedía ahora le parecía demasiado irreal, demasiado simple... demasiado... de otro mundo, como si nada lo viviera realmente, y eso hasta cierto punto le asustaba debido a que quería disfrutar todos los días de su vida, pero quizás mañana se le fuera y continuara con su vida normal.

Cuando se quiso dar cuenta se hallaba en la puerta del departamento buscando las llaves en su pantalón, luego la abrió lentamente y sin hacer ruido alguno, pero lo que lo recibió no fue lo mejor del mundo...

- ¡Trowa...! -exclamó jadeante-

- Mmhmhh... -continuó penetrándolo-

El pelilargo se quedó de una pieza en la puerta del departamento sin poder creer que frente a él, y sin siquiera inmutarse de su presencia, se hallaba su mejor amigo y el amigo de su novio teniendo sexo desenfrenado ¡¡¡SOBRE EL SOFÁ!... ¡Por dios no sabía si sonrojarse y tartamudear, o reírse a no más poder por la vergonzosa situación!... ¡Tenía para cargarlo a Quatre toda su vida con esto!. Intentó controlarse y no ponerse nervioso, luego dio unos pasos hacia atrás saliendo del departamento nuevamente sin hacer nada de ruido y volvió a cerrar la puerta silenciosamente; caminó unos metros hasta en ascensor, lo llamó manteniendo su semblante tranquilo, y luego de hallarse en la planta baja soltó la carcajada abierta.

Las imágenes de su mejor amigo sentado sobre el miembro de Trowa, subiendo y bajando mientras gemía, sería algo que quedaría en su mente por el resto de su vida... era una situación... penosa...

- ¡¡Jajajajajajajajajajajajajajajajaja...! -se sostuvo el estómago quedándose sin aire- ¡¡Hay... jajajajajajajajajajajajajaja...!... hay, hay... jajajajajaja... nunca... nunca olvidaré eso... jajajajajaja... tengo que... jajaja... ¡Tengo que contarle a Heero ahora!... Jajaja... -comenzó a caminar tambaleante por la risa-... Igual no creo que pueda dormir aquí hoy... jajajajajaja...

Aún muerto de risa caminó por las calles, reviviendo el hecho que acababa de ver y riéndose a carcajadas cada vez que recordaba sus gemidos... con eso se reiría una buena semana, y tendría colorado a Quatre unos buenos meses. Al llegar a casa de su novio simplemente tocó timbre y cuando este le atendió se tiró a sus brazos abrazándolo con fuerza mientras el oji-cobalto sin soltarlo lo entraba adentro cerrando la puerta a sus espaldas. Duo estuvo riéndose un buen rato más, rememorando los hechos, hasta que logró calmarse lo suficiente para hablar.

- Haayy... ¡¡déjame que te cuenteeeeee! -exclamó acercándose para darle un beso-

- Cuenta entonces -accedió acorralándolo contra la puerta-

- Fui al departamento luego de la reunión en el colegio, jajajajajaja... y... jajaja... -se contuvo tapándose la boca- y cuando entro adentro estaban un par de cabezas de chorlito en el sofá 'haciendo sus cositas' de manera... ruidosa... Jajajajajajaja... -Heero enarcó una ceja- ¡¡DEBERÍAS HABER ESTADO ALLÍ CONMIGO Y HABERLOS VISTO!... JAJAJAJAJA...

- Ellos si que van rápido -se limitó a opinar sonriendo muy suavemente- entonces el plan funcionó.

- ¡¡¿Que sí funcionó!... ¡ESTABAN TENIENDO SEXO DESENFRENADO EN LA SALA DE MI DEPARTAMENTO!... -exclamó volviendo a reír- Hay... me duele la panza... Jejeje...

- Hm... -le levantó el rostro con una mano besándolo en los labios- nosotros también hicimos eso.

- Pero no conoces a Quatre... él no es como yo -se excusó pasando sus brazos por el cuello del pelicorto-... aunque... tampoco quiero que lo conozcas...

Se besaron lentamente comenzando con el juego de caricias lujuriosas y besos húmedos, si bien estaban cansados ambos querían 'festejar' a su modo, y que mejor que con una buena entrega... ahora podían darse el lujo de estar tranquilos, Trowa y Quatre estaban juntos, eso era un hecho, entonces no debían de preocuparse más por esos dos 'amigos' conflictivos. Ahora podían disfrutar un poco de una noche tranquila sin temor a que alguno de sus amigos le diera un ataque suicida como el de Trowa unas semanas atrás.

Se dirigieron lentamente y entre beso y beso hasta la habitación en donde las ropas comenzaron a caer de sus cuerpos, las caricias recorrían el cuerpo del otro con ansias flamantes mientras los besos no daban se daban tregua ni descanso. Se recostaron en la cama, uno sobre otro, comenzando con el ritual tan mágico entre ellos, acariciando sus cuerpos, frotándose entre ellos y reconociendo cada parte del otro con un simple roce o beso, encendiendo la pasión entre ambos.

- Heero... -suspiró con una sonrisa aferrándose a las sabanas mientras inconscientemente frotaba sus caderas con las de su amante-

La ropa interior también abandono sus cuerpos, y ahora completamente desnudos se disfrutaban con mayor libertad, saboreándose con la boca, explorándose con las manos... Esa noche sería de ellos, no importaban los demás.

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Habían caminado hasta el departamento del chico rubio casi en silencio, de no ser por las pequeñas platicas que entablaban; la idea de Quatre era hablar más cómodos una vez que estuvieran en la comodidad de su casa, y no hubo que consultar para estar de acuerdo que eso sería lo mejor. Pero una vez que llegaron la charla había sido casi inexistente hasta que fue completamente reemplazada por los mimos, besos o caricias... hasta llegar más allá.

El juego de caricias de Trowa era demasiado efectivo y le hacían reaccionar como jamás imaginó, las hormonas estaban reaccionando de forma apresurada haciendo que su temperatura corporal aumentara considerablemente y sin querer que su virilidad se endureciera, sólo por las caricias y besos del oji-verde. Quien ante la inocencia de su acompañante no podía evitar sentir un deseo muy grande, Quatre había estado sentado sobre sus piernas un buen rato mientras 'jugaban a explorarse' y eso le daba la excelente sensación de excitación al rozarse ambas caderas, ni que decir de esos movimientos casi imperceptibles del oji-azul... tan tímidos... tan inseguros... tan puros...

-... Ahhhmm... -gimió sintiendo la mano del oji-verde frotar su miembro-

Trowa se hallaba sobre el cuerpo del rubio, con una mano entre los pantalones de éste y la otra en uno de los pezones, mientras su boca succionaba el otro; era increíble, después de tanto sin verse, estar ahora en ésa situación tan apasionada y romántica. De los labios del más joven salieron un par de suspiros agónicos mientras se sentía próximo al orgasmo, su mente no procesaba nada de lo que sucedía, sólo se dejaba guiar por su cuerpo acalorado gimiendo sin pensar, arqueándose sin saber, disfrutando más allá de la realidad.

- Quatre... -llamó agitado mientras se posesionaba de sus labios-

El oji-verde quitó la ropa interior de su amante mientras le besaba lenta y sensualmente el pecho para hacerle gozar aún más de lo que vivían, ello fue aceptado gustosamente por parte del más chico, quien subió sus brazos hasta la nuca del moreno enterrando sus dedos en el cabello castaño, hundiéndolo un poco más contra su cuerpo, buscando más contacto. Inmediatamente después de terminar de retirar la prenda restante el chico alto volvió a tomar posesión de los labios sonrosados que le esperaban abiertos y deseosos, saborearon sus bocas una vez más mientras Trowa bajaba su mano hasta la entrada del rubio y así comenzar a acariciarla.

Quatre se estremeció.

La ola de sensaciones que recorría su cuerpo era inmensa, increíble, tanto que le hacia creer que flotaba en una nube blanca con un cielo despejado y celeste... las manos del deportista moldeaban su cuerpo mágicamente, haciéndole sentir sensual... por primera vez en toda su vida, sintió que su cuerpo era algo separado de sus sentidos, pero que al mismo tiempo era la cosa más sensible del universo.

Toques, caricias, besos... fuego...

De repente sus cuerpos eran como dos bolas de fuego ardientes que necesitaban algo de frío para calmarse, pero ese frío sólo se encontraba después de un largo trecho... trecho que había que recorrerlo entre ambos. Continuaron avanzando, para llegar hasta el final de aquel camino, explorándose, sintiéndose, saboreándose. La pasión segundo a segundo más encendida que antes, gemidos que inundaban toda la habitación, el calor de sus cuerpos se trasladaba al ambiente entibiándolo gradualmente... pero inútilmente, ya que ellos no lo sentían.

Se entregaron con amor, calidez, sencillez.

-... Tro... wa... -suspiró respirando entrecortadamente-

- ... te amo... -respondió iniciando un beso sentimental-

- Mhm... -ahogó el gemido mientras el miembro de su amante salía lentamente de su interior-

- Tranquilo por favor -pidió separándose y tomando el miembro del rubio en sus manos para masturbarlo mientras volvía a incrustarse en su cuerpo-

- ¡Ah... Trowa!... -cerró con fuerza los ojos, la ola de sentimientos recorría su cuerpo cada vez más rápido-

La virilidad del castaño pulsaba dentro de aquel pequeño rubio, pero sin embargo aguantó sus deseos lujuriosos volviendo a estocarlo más lentamente, llegando hasta el final, sintiendo todo el interior; mientras masajeaba vigorosamente aquel pedazo del ser que más amaba. El oji-azul gemía abiertamente tras todas las sensaciones de su cuerpo, sintiéndose ajeno a sí mismo, cada vez deseando más de su amante.

- Ahh... espera... Quatre... -pidió deteniéndose lentamente-

El castaño salió del oji-azul que aún estaba perdido entre las sensaciones y luego lo tomó de la mano haciendo que se levante para cambiar de posiciones, quedando el oji-verde recostado boca arriba en el sillón con un Quatre sonrojado sobre sus caderas siendo penetrado nuevamente. Trowa sentía que pronto acabaría, y no quería que fuera así, pero había deseado tanto tenerlo a ese chico así que ahora, el cumplir el sueño, le hacia excitarse más de lo debido a tal punto de terminar demasiado rápido; por ello era mejor cambiar de posiciones, y que Quatre quedara arriba para que él manejara la velocidad y profundidad sin riesgos a que aquel momento mágico se acabara tan pronto, aunque sufriría en el proceso...

Continuaron entregándose mutuamente, ahora a un ritmo impuesto por el oji-azul mientras se besaban -insértese aquí a Duo en la puerta del departamento, y luego retírelo- la velocidad aumento en cuestión de minutos, y el cuerpo mojado de ambos hacia mas fácil la fricción entre los cuerpos. El deportista masturbaba enérgicamente a su amante, ambos gimiendo fuertemente sin importar absolutamente nada, hasta que el cielo los iluminó a ambos.

- Ahhhh... -exhaló el más chico-

-... Quatre -

La pareja llegó a su orgasmo sin mayor desenlace.

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A la mañana siguiente no asistieron a clase, querían quedarse juntos ahora que no habían mayores preocupaciones que ellos dos juntos, por lo que aún estaban en la cama, el de cabellos revueltos boca arriba abrazando a su pareja mientras éste, acurrucado en sus brazos, jugaba con la mano que estaba entrelazada con la suya.

Habían tenido una noche bastante cálida y romántica a pesar de haber sido improvisada, pero para ellos el sólo hecho de estar juntos era algo que agradecer, por lo que se disfrutaban mutuamente en silencio, sintiéndose uno al lado del otro.

-... ¿Crees que ya estén bien?... -rompió el hielo el oji-cobalto abriendo sus ojos-

- Hmm... si... seguramente... -respondió adormilado dejando de torturar la mano de su amante y abrazándolo por la cintura-... no me puedo quitar la maldita visión que tuve, fue horrible, Quatre y yo somos compañeros de la infancia...

- Algún día tenían que crecer -simplificó acariciándole el cabello-

- Lo sé, pero tampoco para que tuviera que comprobarlo con mis propios ojos de ese modo... -se quejó acurrucándose más si era posible-

- Duo... -llamó neutralmente-

- ¿Hm?... -alzó la vista-

- Quiero ir a molestarlos -en tono de ultratumba-

El silencio se formó en el ambiente, Heero jamás pedía algo, menos algo como eso... pero aún así el rostro del oji-violeta se iluminó maléficamente mientras sus ojos comenzaban a brillar de modo ejemplar. No se tuvo que decir mas, simplemente se dieron un suave beso en los labios y se levantaron para bañarse, cambiarse, y salir a molestarlos.

Luego de arreglarse y arreglar a medias el departamento salieron de allí primero hasta la panadería para llevar algo de comer, compraron una docena de facturas y otra de masas finas para hacer algún tipo de 'mini celebración' ya que asumían que Quatre no podría moverse demasiado debido a su 'delicado' estado. En el camino, como siembre tomados de la mano y distrayéndose con alguna cosa del camino, se encontraron con un sujeto muy peculiar que, a vista de Heero, hizo poner muy tenso a su novio.

- Así que hoy no asistieron a clase, valla, escuché que faltaron algunos profesores así que tuviste suerte Duo -comentó animoso-

- Si, supongo... -respondió mirando hacia otro lado-

- Estamos apurados -interrumpió pasando un brazo por la cintura del trenzado para alejarse-

- Si está bien, no ocuparé mucho más de su tiempo... sólo... -miró al oji-violeta que permaneció indiferente- ¿Duo podemos hablar mañana en el colegio?

- No -respondió cortante-

- Es importante, anda, mañana te busco en alguno de los descansos y solucionamos el tema -sonrió triunfal-

- Te dije que no -un poco más frío-

- Pero no seas terco... -intentó insistir-

- Dijo que no, punto -comenzó a caminar alejándose del sujeto-

La mañana hubiera ido bien si no se hubieran cruzado con él, o al menos eso creía Duo mientras continuaba caminando intentando decirse a sí mismo que ya se habían alejado, aún no podía olvidar la última vez que estuvo en el mismo lugar que él, entre las mismas paredes... Heero miro analíticamente a su pareja mientras esta caminaba con la mirada perdida en el suelo, y no pudiendo mas con la situación decidió preguntar; ese sujeto que acababan de cruzar era el mismo en que la ocasión anterior pidió hablar a solas con Duo según recordaba, que al final, SU trenzado había salido llorando, había algo en todo eso que tenía que saber.

- Me vas a contar -ordenó sin preámbulos-

- ... -se quedó de pie sin avanzar y apretando sus puños-... no quiero...

- Lo harás, o se lo preguntó directamente -amenazó mirándolo fijamente-

- No -negó suspirando y tragándose el nudo de su garganta- todo esta bien, enserio. -intentó sonreír-

- La última vez que estuviste cerca de ese sujeto terminaste llorando -aseveró con un tono de voz grueso- ¿Por qué?

Un silencio molesto se atrevió a colarse entre ambos mostrando un abismo profundo, que no iba a sucumbir sino hasta que el oji-violeta decidiera hablar.

- Duo -advirtió gélidamente-

- No quiero contarte Heero, no sigas por favor... déjame olvidarlo, fue sólo un incidente que no volverá a ocurrir -pidió cerrando sus ojos y dejando salir la primera lágrima de entre impotencia y necesidad-

Heero procesó rápidamente las palabras 'incidente', 'olvidarlo' y 'ocurrir' sintiendo que la cólera subía por su garganta, comenzaba a hacerse ideas claras, muy claras, que si no las aclaraba ahora mismo explotarían... ¿¡¡QUE DIABLOS HABÍA PASADO ENTRE ELLOS?. Y Duo pudo sentir esa furia frente a él pero únicamente se atrevió a entreabrir los ojos un poco tragando duramente.

- ¿Qué estas queriendo decir? -pronunció lenta y fríamente-

-... No me hagas contarte... -susurró-... no dejaré que vuelva a pasar, yo quiero olvidarlo porque fue un incidente, pero... -sollozó- pero es que jamás me imaginé que uno de los ex jugadores del equipo fuera a querer intentar...

- ¡¿¡ESE IMBÉCIL SE ATREVIÓ A INTENTAR TOCARTE! -estalló sin esperar siquiera por una respuesta- ¡¡¿FUE POR ESO QUE SALISTE ASÍ Y AHORA NO LO QUERES NI VER! ¡¡¡POR QUÉ DIABLOS NO ME LO DIJISTE A MÍ PARA QUE LE ACLARE QUE SÓLO YO PUEDO TOCARTE! ¡¡¡¡KUSSO!

No iba a dejarlo ir, aún estaba a tiempo de hacerle entender a ese idiota a no sobrepasarse con lo que tiene por firma HEERO YUY, estaba dispuesto a molerlo a golpes si eso era necesario ¡¡Y LO IBA A HACER!. Camino a paso apresurado y hecho una bola de furia pasando de largo a su pareja, lo iba a matar si se enteraba que para eso quería 'hablar' con su novio, LO IBA A MATAR.

Duo sintió un escalofrío en toda su espalda mientras la presencia imposible de ignorar de Heero pasaba a su lado.

- Heero espera ¿Qué vas a hacer? -intentó detenerlo tomándolo del brazo- déjalo pasar, ya fue, no volverá a ocurrir...

- ¿Me dices que no volverá a ocurrir y tu mismo vivirás con el temor de cruzártelo a solas? -lo miró del modo mas frío habido y por haber- ¿O ahora me dirás que te gusta que te acosen?

- ¡¡NO! -se apresuró a aclarar- claro que no, pero no quiero que te metas en problemas por cosas así, no volverá a suceder de verdad, te digo enserio, pero Heero no hagas nada, vamos con Quatre y Trowa y... -sintió como lo empujaban haciendo que cayera suelo-

- Una cosa Maxwell, nadie toca lo que me pertenece.

Y dicho esto acorralo al trenzado besándolo de manera posesiva, Duo no supo reaccionar frente al 'ataque de celos' por parte de su pareja puesto que sabía que tenía razón, pero tampoco tenía deseos de que saliera lastimado... por eso quizás era mejor aguantar su enojo e intentar que olvide el tema.

Sin mas charla, y absolutamente ninguna mirada, se dirigieron al departamento donde Trowa y Quatre se encontraban; estos al saber de su presencia se alarmaron un poco pero después Duo les explicó a medias que había sido un 'plan' para ellos desde hacia un tiempo.

Al rubio y al castaño no les cayó muy bien ese 'plan' que habían armado sus amigos, pero tampoco podían quejarse porque también gracias a eso, y Quatre lo sabía, ahora podían estar juntos con una nueva chance. Estuvieron reunidos los cuatro toda la tarde hasta que cayó la noche, entonces Trowa y Heero se retiraron a sus casas. Todo parecía ir normal.

En medio del camino, ambos castaños rompieron el silencio y Heero le contó lo sucedido en la mañana, ante esta situación Trowa le ayudó fielmente poniéndose en su lugar; al día siguiente le mostrarían a ese sujeto que nadie toca las pertenencias de Heero Yuy.

Así fue como, después de un día relativamente tranquilo, la calma se asentó completamente en sus vidas y nadie volvió a interferir en ellas debido a que Heero se encargó muy bien de que quedara en claro la legitimidad de su noviazgo con el oji-violeta capitán de Orange Road. Digamos que el sujeto que intentó propasarse con Duo vio manchas de colores varios días al despertar...

La vida de estos cuatro muchachos, que comenzaron todos por separado y poca unión, terminó en una especie de 'amistad' extraña que indicaba el cambio radical en sus vidas. Todo por ese bendito día donde Broken Wing y Orange Road tuvieron su primer enfrentamiento y el subcapitán del equipo miraba atentamente la gente que los observaba con ojo critico, encontrando entre ellos, al oji-violeta que uniría más tarde la vida del oji-verde con Quatre Winner... y le haría, al capitán de Zero, la persona más feliz del planeta...

Owary

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N/A: UN GRAN, ESTRUENDOSO, Y SUPERSINCERO

PERDONNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!

Sé que me pase de tiempo y tarde demasiado en terminarlo! PERO ES QUE NO ME CONVENCIA COMO QUEDABA Y TENÍA QUE RESCRIBIRLO!... hasta que al fin, aquí un poquito largo, lo eh terminado para ustedes...

Sé que el tema ese del que intento violar a Duo quedó como poca cosa, pero si me pasaba de las 16 mil palabras amor yaoi no me dejaba subirlo como capitulo y tenía que dividirlo así que lo deje hasta aquí!

Hay espero que a pesar de la tardanza les halla gustado uU no escribí un lemon 1x2 porque en el fanfinc ya había uno, en cambio escribí un 3x4 porque se los debía, lamento decepcionar a los que querían lemons de ambos, pero entiéndanme, esta historia no da para eso... sí quieren ver a Heero y a Duo teniendo sexo la mayor parte del fanfinc, entonces léanse OVNI...

Bueno saludos a todos, de verdad lamento mucho el retraso, incluso me parece que el final quedo medio mal porque no andaba de humor para escribir fanfinc sino poema, pero quería terminar esto primero... ahora me estoy por ir a dormir tengo la vista cansadísima. Nuevamente les pido perdón, les hice esperar demasiado por el epilogo, muchas gracias por leerlo obviamente... es un honor para mi que hallan llegado tan lejos

Reviews sip¿? Se que no los merezco, pero al menos - ...

Ryoko Yuy Maxwell