"Rock you like a hurricanne"
Capítulo 2:
Orgullo y miedo.
—¡Qué nervios! Anne está a nada de llegar —Marcy sostenía su celular con emoción, no podía ocultar su enorme sonrisa, aunque lo intentara. Ver a su amiga después de tanto tiempo era como un sueño hecho realidad… ¡Podían volver a estar juntas como en los viejos tiempos!
Y justo ahora, su grupo de amigos había crecido, lo que significaba que sus aventuras serían aún más ocurrentes. Esperaba que el ambiente de cariño, confianza y paz que habían formado todos ellos durante el último año envolviera a Sasha para que, si llegaba el momento, se sintiera segura para hablar con ellos de cualquier cosa que la atormentara con respecto a… bueno, lo que todos sabían, pero no se animaban a tratar con la rubia. Les había costado mucho trabajo que Sasha se acercara a ellos… y a pesar de que su relación era bastante buena y cercana, sabían que todavía estaban caminando sobre hielo delgado.
—Ya estamos listos para salir, tu mamá dice que entres al auto —dijo Yunan, mientras se asomaba por enésima vez a la habitación de la chica de cabello negro.
—¡En un momento! Solo… solo… Eh… ¡Tengo que revisar que Andrias esté bien!
—Es un hurón, seguramente puede sobrevivir sin ti unas horas, aparte tu papá se va a quedar, él lo cuidará.
—P-Pero…
—No va a venir, por mucho que la esperemos —Olivia terminó de abrir la puerta a lado de Yunan—. Será mejor que nos adelantemos. Si es que planea recibir a Anne, entonces la veremos ahí, sabe a qué hora llega su vuelo y cuál es.
Marcy bajó la vista al suelo. ¿En verdad Sasha ni siquiera se molestaría en ir a ver a su amiga? Después de tanto tiempo… No podía creer que en verdad esas dos terminaran así. Las tres eran grandes amigas, casi como hermanas, pero entre Sasha y Anne siempre había una chispa especial, como si estuvieran hechas la una para la otra, pero después de que la chica de cabello castaño regresara llorando de la casa de la rubia aquella tarde fatal en que tomó ese vuelo a Bangkok, las cosas no volvieron a ser igual, y aunque después retomaron la comunicación, la pelinegra podía sentir que algo se había roto aquel día.
Sí, unas de las primeras cosas que le había preguntado a Sasha ni bien la tuvo enfrente y a solas, fue la razón por la que había dejado de comunicarse con Anne, pero la chica Waybright no le daba respuestas claras, y su excusa favorita siempre fue: "Eran cosas de niños". Bueno, Marcy no se lo creía. Claramente su amiga era esquiva con el tema, pero tampoco le pedía que parara, así que quizá solo tenía que seguir excavando para obtener la verdad y poder ayudar a sus amigas.
Una cosa no tenía lugar a dudas, Sasha seguía queriendo a Anne, lo veía en su mirada cuando le platicaba cosas de la castaña, así que haría que volvieran a encontrarse en un lugar donde la más alta estaba relajada, en "su reino", un lugar donde seguramente estaría dispuesta a hablar: La fuente de sodas de Stumpy y Grime. Tendrían su primera presentación ahí, sería una gran forma de recibir a Anne… cruzaba los dedos para que la rubia no reaccionara de mala manera.
Si no, tendría que ser más inteligente con sus futuros planes.
—Bien… vayamos —dijo por fin, comenzando a pensar en su siguiente paso.
Anne miraba el mensaje sin respuesta en su teléfono:
[Hey… Sé que ha pasado un tiempo, pero estoy por llegar a L.A… Al fin regreso. Este es mi vuelo y llego a esta hora, en verdad apreciaría mucho verte ahí.]
No sabía si era el aterrizaje, pero su estómago estaba revuelto y su corazón latía a toda velocidad.
Después de recoger sus maletas, salió por la puerta de llegadas internacionales, y ahí, inconfundiblemente, con globos y carteles, estaban sus amigos. Buscó rápidamente con la mirada a Sasha, pero, tal como se esperaba muy en el fondo de su corazón, no la vio por ningún lado.
—¡Anna Banana! ¡Aquí estamos! —Marcy saltaba como si intentara alcanzar el letrero arriba de ella.
—¡Imposible no verlos! ¡Hola! —Anne se acercó corriendo.
Los primeros en llegar a la tailandesa fueron los hermanos Plantar, ambos se le colgaron al cuello con entusiasmo y alegría. Finalmente… ¡Finalmente Anne podía apachurrar esas suaves mejillas que hacía un tiempo le suplicaban ser estiradas! Polly se quejó, pero Sprig restregó con cariño su rostro contra la mano de Anne. La chica de apellido Boonchuy declaró a sus padres que tenían que adoptar a esos dos… ¡deseaba que fueran sus hermanos menores ya mismo!
Después de la algarabía de los más pequeños, Olivia saludó con una sonrisa a la tailandesa, pero el momento de serenidad no duró ni un momento antes de que Yunan embistiera a su amiga para cargar en un fuerte abrazo a la recién llegada. La chica tenía fuerza, mucha fuerza… Anne casi promete el dinero de sus almuerzos con tal de que la bajara, pero no fue necesario, Olivia regañó a la mayor y esta, al darse cuenta de que la pobre estaba poniéndose azul, la soltó.
Finalmente llegó la oportunidad de Marcy.
—¿Estás bien? Espero que no hayas tenido suficientes abrazos —bromeó la pelinegra.
—No seas boba, ¡ven acá! —Ambas chicas se abrazaron con fuerza por un buen tiempo, intentando recuperar todos esos años en que no estuvieron juntas para hacerlo.
—No sabes cuánto te extrañé —dijo Marcy, escondiendo su rostro en el pecho de Anne. Quería ocultarlo, pero unas cuantas lágrimas se habían fugado de sus ojos.
—Yo igual, en verdad que deseaba poder venir a visitarlas al menos, ¡pero aquí estoy de regreso! —Anne limpió las lágrimas de los ojos de su amiga y le sonrió con cariño, sin embargo, su mirada rápidamente se perdió en el espacio detrás de la pelinegra.
—Yo, eh… ella estaba ocupada… —Intentó excusar.
—Si en algo no has cambiado todos estos años es en que se te da fatal mentir, Mar-Mar —Anne revolvió el cabello de su amiga—. Yo entiendo, no vino. No importa.
—Anne yo…
—En verdad, no importa —La castaña se volvió a sus padres para determinar a qué hora volvería a casa, pues les había prometido a los chicos pasar esa tarde con ellos.
'Tú tampoco sabes mentir, Anna banana' respondió Marcy en sus pensamientos, mientras revisaba su celular, esperando ver al menos una excusa de Sasha. De nuevo… nada.
El cambio de la ciudad era notable, había un gran centro comercial cerca de su vecindario, los antiguos puestos habían modernizado su aspecto y ampliado sus servicios, el parque de su infancia continuaba en pie para sorpresa de la morena… y el lugar al que la habían llevado, "El grial" o… "La copa", como le decían otros más a manera de burla por el rebuscado nombre que el socio mayoritario había buscado, era simplemente alucinante. En Bangkok la cultura del karaoke estaba bastante arraigada, así que no le era ajeno el ambiente lleno de luces, posters de películas de culto, portadas de discos de vinil y espejos, pero en verdad se sentía en un bar o algo parecido. La presencia de motocicletas Harley Davidson era un añadido bastante original. Quizá por eso había tantos adolescentes ahí. Eso sí, Stumpy y Grime no permitían nada de alcohol ni cigarros en su establecimiento, fueran chicos de 15 o 25 años, no había excepciones.
La parte pública de "El Grial" se dividía en 3. El restaurant, que eran alrededor de 10 mesas detrás de la barra de bebidas, donde servían comida japonesa, mexicana y estadounidense, todo eso gracias a la experiencia de Stumpy en fondas, puestos callejeros y restaurantes de aquellos países, cinco mesas se encontraban en una terraza, donde podías comer en paz sin escuchar la música del local, y las restantes estaban un poco más cerca del escenario, por si querías comer mirando las pantallas o a alguna banda que estuviera tocando. Delante de la barra de bebidas estaba la "zona común" donde las mesas eran más pequeñas y los sillones formaban medias lunas entorno a ellas. Bajando una pequeña escalinata había una explanada, sólo para encontrar en un terreno elevado un escenario modesto, pero suficientemente amplio. Ahí se presentaban los grupos del lugar y algunos que iban de visita.
—¿Cómo encontraron este lugar? ¡Es increíble!
—Es una ciudad pequeña y la verdad se ve muy diferente de cuando inició —Recordó Yunan, mientras comía un helado.
—¿En serio? ¿Cómo lucía antes? —preguntó la chica Boonchuy con interés.
—Quizá Sasha tenga fotos, ella ayudó a remodelar este lugar —añadió Sprig, ignorante de como el ambiente se volvía pesado a su alrededor. Polly, quien ya se intuía que algo pasaba alrededor de Sasha y Anne, le dio un codazo por debajo de la mesa.
La chica de ascendencia tailandesa no quería verse débil ante el nombre de la rubia, no dejaría que amargara su regreso a casa, y aunque realmente quería verla y arreglar las cosas, tampoco iba a dejar que la situación sobrepasara su orgullo.
—¿Sí? Qué bien —Tomó un sorbo de su helado flotante.
Pese a su intento, la conversación no fluyó más allá de eso, así que, en una maniobra por cortar la tensión, Marcy decidió sembrar la semilla de su plan.
—Vamos a tocar mañana, ¡llegaste justo a tiempo! No tenemos un nombre aún, pero Stumpy y Grime nos dijeron que no hace falta para presentarnos aquí. Grime es un músico retirado, así que ha aceptado gustoso la idea de que las bandas locales toquen en el escenario de vez en cuando.
—¿Grime?
—Sí, es el otro dueño del local junto a Stumpy, son como socios, Stumpy y un par de ayudantes preparan las botanas, malteadas, sodas y todo lo que se puede comer de aquí, y Grime se encarga del sonido y cosas así.
—¡Pero si son los mocosos del estanque! ¿Hay una reunión antes de la gran noche? — un hombre de aspecto atemorizante pero alegre se acercó a la mesa. Era de complexión robusta, no mediría más del 1.75, tenía un ojo de color gris y el otro de un ambarino casi amarillo, su apariencia era atemorizante y extrañamente familiar al mismo tiempo.
—Hablando del diablo, te trajimos con el pensamiento —dijo Yunan, mientras se paraba a saludar al hombre.
—Estamos en una reunión, pero no es por la noche de mañana, sino porque… ¡Mira, mira! ¡Nuestra Anna Banana regresó! —Marcy señaló con orgullo a su amiga, quien, ante semejante muro de piedra frente a ella, solo levantó la mano con nerviosismo.
—¡Ah! Tú eres Anne, ¿verdad? ¡Ya decía yo que tu cara se me hacía conocida de algún lado! Un gusto conocerte por fin, Sasha y Marcy me han hablado mucho de ti.
La última afirmación dejó a la chica morena sin palabras… ¿La rubia hablaba de ella?
—Sasha… ¿te contó sobre mí?
—Chica, te conozco mejor que a mis sobrinos gracias a esa enana, te juro que desde el día uno me ha… ¿cómo dicen ustedes…? Spameado con historias acerca de ti y las locuras que hicieron con Marcy hace unos años. Hablando de ella, ¿dónde está? Debería estar haciendo circo, maroma y teatro por aquí, estaba muy emocionada porque llegaras.
Las mejillas de Anne fueron recorridas por un cosquilleo traicionero que la hizo llevarse ambas manos a la cara para cubrirse las mismas, buscando calmar la sensación. Grime enarcó una ceja con diversión. Ya se había dado cuenta de cierta cosa, pero la reacción de la recién llegada le dio una nueva perspectiva de la situación, su sonrisa maliciosa apareció sin poderla evitar.
—¿Qué es tan divertido? —preguntó la chica Boonchuy, pensando que el hombre se estaba riendo por su reacción. Que, en parte, era así, pero por otra…
—Nada, nada, chica, no me pongas esa cara, vas a reventar ¡ja, ja! Bueno, debo irme, diviértanse —El robusto hombre se despidió de todos chocando los cinco, pero cuando llegó a Anne, puso una mano en su hombro—. Esa chica es terriblemente testaruda eh… Ánimo, y bienvenida.
Anne enarcó una ceja, sin comprender muy bien esas palabras, pero por la forma de expresarse de aquella persona, supuso que se refería a Sasha.
—Ajá…—solo asintió.
Una vez el hombre dejó el lugar, la castaña puso sus dudas sobre la mesa.
—¿Por qué dijo eso?
—Es muy cercano a Sasha —respondió Olivia.
—Es el novio de su papá —Le recordó Marcy.
—Oh… ¿Él? ¿Cómo? ¿Por qué?
—Bueno, cuando Sasha estuvo en las remodelaciones de la fuente de sodas, el padre de Sasha solía acompañarla los fines de semana, decía que no le parecía que una niña estuviera a solas por tantas horas con dos hombres maduros recién llegados a la ciudad y que nadie podía dar fe de que fueran personas decentes. Así que Sasha dice que primero se sentaba en una esquina a ver las presentaciones que preparaba con ideas y conceptos, luego estuvo presente en las reuniones con los arquitectos y el diseñador de interiores, hasta que un día se acercó cuando a Grime casi se le caen unas tablas encima, y a partir de ahí comenzó a colaborar y dar su opinión —contó Marcy.
—Wow, ¿de verdad? Pensé que el señor Waybright odiaba ese tipo de cosas, ustedes saben, siempre se quejó de que la señora Waybright era muy… ¿exagerada? O algo así, por los adornos en Halloween y Navidad… Viendo este lugar, dudo que Grime sea diferente —dijo Anne, rememorando épocas más oscuras.
—Lo pensaba, pero justo ahora, al parecer es lo que más le gusta de Grime su… "atención a los pequeños detalles", dice Sasha —Marcy sonrió ante el recuerdo.
La tarde continuó entre historias del vecindario.
—Llegas tarde —Sasha recibió al hombre en la puerta de su hogar, recargada en el marco—. Pasa, mi papá ya tiene la lasaña lista —Sonrió, mientras entraba en la casa.
—Uff, mi favorita. Venía para acá cuando me encontré con tus amigos —La rubia encogió los hombros por un momento, gesto que no fue desapercibido por Grime—, se me hizo raro no encontrarte ahí, esa chica, Anne Boonchuy estaba con ellos. Pensé que irías a recogerla al aeropuerto junto a Marcy y los chicos.
—No tuve tiempo —musitó con sequedad.
—¿En serio? Creo que, si tu padre supiera que hoy llegaba esa chica, te hubiera relevado de tus tareas como sous chef por hoy.
—Gregory —Sasha se detuvo. Sólo llamaba a Grime por su nombre de pila cuando se molestaba—. Ni una palabra a mi padre.
—Es tu vida, mocosa, pero te digo por experiencia propia, que el miedo nunca desaparece, sólo se transforma en orgullo o en odio. El orgullo no sirve de nada sin madurez para controlarlo, y el odio… bueno, tienes un corazón muy bonito como para odiar a alguien que parece que te quiere tanto —el hombre puso una mano en la cabeza de la rubia —. Además, no recuerdo que fueras una gallina eh, ja, ja, ja.
—¡Cállate!
—¡Cloc! ¡Cloc! ¡Cloc! — Grime comenzó a imitar a una gallina mientras caminaba al comedor.
—¡Ya para! ¡¿Cuántos años tienes, viejo?! —La chica Waybright intentaba no reír, así que escudaba la sonrisa tras una máscara de molestia.
Ya sabía, lo sabía.
No podía huir para siempre de Anne Boonchuy.
Pero desde que se había enterado de que regresaría a L.A, no podía dejar de preguntarse… ¿por qué justo ahora? ¿Por qué había elegido regresar a estas alturas? Si es que había un Dios, o Diosa, o Dioses… seguramente debían estarse riendo de ella.
—Joder —Sasha estrujó su playera sobre su pecho —, ahora que ya es un hecho que estás aquí… tengo unas ganas horribles de verte… pero… —suspiró con pesadez —. Maldita sea, Anne…
