Azura: bueno nada más unas notas rápidas de las autoras y ya empezamos
Diana: Tienes razón muchos reviews vienen con amenazas
Azura: ¿Qué te dije?
Diana: No me regañes, en fin, dejen de preocuparse, todo tiene un final feliz…jajajaja se la creyeron
Azura: Mejor cállate y vamos a empezar
La Academia de Ciencias de la Magia Negra y Blanca
Capítulo 17: Los diez guerreros
Sakura se quedó ahí parada, como pegada al suelo con los ojos muy abiertos.
"Syaoran" murmuro ella con la voz muy cortada. Levantó sus manos y las colocó suavemente sobre sus mejillas que estaban empapadas.
No sabía exactamente cuanto tiempo llevaba ahí parada viendo la puerta por donde habían salido muy apresurados sus amigos y también Syaoran que la había apartado cruelmente de su lado y había dado la media vuelta anunciando que Azura estaba en peligro y que se le hacía imprudente que todos estuvieran perdiendo el tiempo ahí como si nada.
Soltó un pequeño sollozo y sacudió la cabeza, limpió sus lágrimas y miró con determinación la puerta.
Lo sabía, las lágrimas seguían cayendo pero no podía quedarse ahí y esperar a que la batalla que se estaba librando afuera quedara fuera de su alcance, comenzó a caminar con paso vacilante hacia la puerta que estaba fuertemente iluminada por un Sol brillante, pero según sus ojos, poco a poco la luz iba decayendo.
Siguió caminando y a cada paso que daba, el sonido de la batalla que afuera se liberaba iba aumentando y su corazón se iba oprimiendo más y más, pues parecía que grandes ejércitos estaban peleando afuera.
Se quedó parada frente a la enrome puerta y cerró los ojos, pues la razón le decía que era ilógico tratar de salir a ayudar si no tenía ni su báculo, ni sus cartas con ella; pero su corazón golpeaba fuertemente su pecho, diciéndole que aunque fuera difícil tenían que hacerlo.
"Por Syaoran" Pensó como último recurso y reuniendo todas las fuerzas que tenía dentro abrió sus ojos de golpe y sintió un gran peso sobre su corazón.
En efecto, sus amigos estaban peleando en contra de unas bestias de aspecto horrible, en realidad parecían dos tipos de bestias, pero ella estaba bien informada, se lo habían dicho los 'chicos' eran inferis, los cadáveres vivientes y orcos las bestias deformes.
Sakura tragó saliva, y vio como cada uno de sus amigos exterminaba muchísimas criaturas en poco tiempo, pero eran tantas que no sabía cuanto tiempo iban a poder aguantar.
Sus ojos se fijaron en el alto y fuerte hombre de cabellera castaña que hacía grandes hazañas con su espada, verlo así lo hacía aun más atractivo, pensó Sakura, que sintió aun más opresión en el pecho.
Apretó la mandíbula y frunció el ceño, no podía distraerse en ese momento, tenía que encontrar una forma de ayudar a los demás y después de eso, si salían vivos, se preocuparía por ella misma.
"¡Cuidado!" Grito Eriol al ver a su joven amiga en la entrada "¡Sakura ese es un lugar peligroso! ¡Regresa al castillo!"
La muchacha de ojos verdes observo a Eriol como esperando que el le dijera que mejor tratara de pelear, pero al no recibir esa orden asintió y entró al castillo, tal vez sería de más utilidad si encontraba a alguien o algo que pudiera ayudar.
La flor de cerezo, comenzó a gritar ¡ayuda! Por todos los pasillos del castillo con el afán de que alguien acudiera, pero al parecer todos ya estaban afuera peleando o escondidos tal vez. Se detuvo en seco…unos pasos pesados se aproximaban detrás de ella. Lentamente dio la vuelta y soltó un grito de terror.
Sakura abrió los ojos con sorpresa al ver que de alguna forma unas de esas criaturas se habían acercado a ella sin que se diera cuenta.
Sintió mucho miedo, los inferis las estaban acorralando de nuevo, todavía recordaba la horrible sensación de que iba a morir cuando casi la atrapaban en los bosques, pero ahora estaban más cerca y el sentimiento de muerte era peor. Los inferis comenzaron a acorralarla en contra de la pared y ella nuevamente trató de buscar su llave por instinto, pero apretó el puño vacío a su pecho en señal de desesperación.
Las criaturas ya estaban demasiado cerca, podía sentir su fétido aliento en su cara y recordó el momento en que había visto como todos los inferis se habían amontonado sobre Azura y la habían asesinado.
"Moriré" pensó la muchacha
"¡Alto!"
La palabra había sido acompañada por un fuerte rugido y dos destellos de luz, uno rojo y otro azul, Sakura tuvo que cerrar los ojos para que no ser cegada por la luz, cuando sintió que el brillo había desaparecido abrió los ojos y vio con sorpresa de quien se trataba, una persona y dos criaturas, la persona muy cambiada y las dos criaturas igual a como las recordaba.
"Kero" Murmuró viendo al enorme y brillante león alada "Yue, Bosco"
Los últimos dos le sonrieron cálidamente a la muchacha que sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas nuevamente, pero esta vez eran de alegría. Sin pensarlo dos veces, se lanzó al cuello de la bestia del sello que la recibió muy contento.
"Sakura" murmuró con voz suave y melancólica "Que gusto me da verte de nuevo…han pasado siglos"
Sakura, sintiéndose cansada, de tantas emociones que rodeaban su corazón, no respondió sólo asintió y dejo que más lágrimas corrieran por sus ojos. Esta vez eran por ambas, de dicha y de dolor.
Bosco y Yue observaron el cuadro con la sombra de una sonrisa en sus rostros. El cuadro era enternecedor.
"Tenemos que ir afuera" murmuró Yue girando sus gélidos ojos al enorme ventanal por donde se podía ver a Eriol peleando fieramente en contra de grandes cantidades de criaturas oscuras "Nos necesitan"
Bosco asintió sin despegar la mirada de la muchacha y del león. Kero le explicaba en una voz casi inaudible porque no habían ido antes y todo lo que habían estado haciendo en esos 400 años, todas las cosas que habían cambiado.
"Yo iré" murmuró Bosco aun más bajo que Yue, pues no quería que el momento entre amo y dueña se echara a perder "Tu tienes cosas pendientes que arreglar con Sakura"
Yue no hizo nada, sólo posó su mirada en la muchacha, pero Bosco sabía que lo había escuchado.
Sin decir nada empezó a correr en dirección a la puerta principal.
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Syaoran giró nuevamente su mirada en dirección al castillo con el ceño fruncido ¿Por qué Kerberos y Yue estaban tan interesados en esa extraña muchachita? ¿Sería qué…? Tal vez esa es la niña que todos trataban de convencerle que amaba, pero, ¡por el amor de Dios! ¿Cuántos años tendría? ¿Quince? ¿¡Pues qué creían que era…pederasta?
"¡No te preocupes! Todo estará bien"
"Perfecto" anunció en voz alta el muchacho mientras le cortaba la cabeza a un orco "Ahora escucho voces inexistentes"
"Y hablas sólo" le dijo Bosco que había llegado por detrás y ahora le ayudaba a deshacerse de las criaturas con sus poderes "Supe que no reconociste a Sakura"
"Como molestan" le reclamó el castaño enfadado "¿No comprenden? ¡No conozco a la niña!"
"Si la conoces" le refutó Bosco sin despegar los ojos de las criaturas "De hecho, cuando tenías su edad la amabas"
"No seas imbecil" le gruño Syaoran cada vez más enojado por las incoherencias que le estaba diciendo "Cuando yo tenía su edad ella ni siquiera estaba viva"
Bosco entornó los ojos y apretó los labios, no tenía caso discutir con este chino testarudo, ya lo harían recordar entre todos su pasado…
Eriol escuchó la conversación no muy lejos de ahí, se sonrió a si mismo, parece que nadie esperaba que el tuviera un as bajo la manga, como cuando le puso las pruebas a Sakura para convertir todas las cartas… lo subestimaban.
El inglés dio la media vuelta y examino el área, al parecer ya no quedaban tantas huestes de orcos como hace unos momentos y ya era muy difícil ver inferis, eso quería decir que estaban a punto de ganar la batalla...pero con esto de seguro que Saruman ya estaba enterado de que ellos estaban presentando oposición en su contra.
Sus ojos lograron visualizar la figura delgada y de alta estatura, de largo cabello negro, con una capa que le quedaba larga, de seguro era de Syaoran, sin lugar a dudas era Azura, pues no conocía a nadie más que tuviera esos poderes que recordaban a la antigua magia oscura de la que tantos relatos se oían.
Comenzó a correr en dirección a Azura, en su cara una expresión de zozobra, recordando que el día de su muerte ella aun estaba molesta con el por sus acciones estupidas en el pasado. Se preguntaba si después de cuatrocientos años lo había logrado perdonar, o si recordaba, en realidad no sabía que esperar de la inglesa.
El camino fue más largo de lo que parecía, pues muchos obstáculos se le presentaron, orcos inferis y montones de cadáveres tanto de amigos como enemigos.
Para cuando llego al lugar donde se encontraba su amiga ella ya había acabado con las criaturas que la atacaban y se disponía a ayudar a otras personas.
"¡Espera!" gritó el hombre emprendiendo la carrera una vez más innecesariamente pues ella lo había escuchado y se había detenido volviéndose hacia el con los ojos grises sorprendidos "¡Tengo que hablar contigo!"
"¿En medio campo de batalla?" preguntó Elizabeth con voz suave pero firme
"¡Esto es urgente!" habló Eriol gritando, aunque estaba enfrente de la mujer que arqueo una ceja interrogante, Eriol se sonrojo, no quería ser descortés "¿Por favor?"
El muchacho espero con los puños apretados y la mirada gacha, sentía plantada en él la mirada de su amiga, y sentía escalofríos, se sentía de nuevo como el joven Eriol de 15 años, confundido por casi todo.
Su cuerpo se relajo mucho al escuchar una risa casi imperceptible, soltó un suspiro y elevo su mirada, la inglesa, más baja que el por una cabeza lo miro sonriendo.
"Me alegra volver a verte, Eriol" Elizabeth sonrió, como siempre era una sonrisa suave que escondía toda la alegría que su ser mantenía "Te extrañé"
"¿No estás enojada conmigo?" preguntó sorprendido el ojiazul a lo que ella negó.
"¿Cómo podría?" preguntó ella cerrando los ojos, la sonrisa había desaparecido "A pasado mucho tiempo, y este tiempo que me queda antes de que estalle la guerra lo quiero aprovechar…junto con las personas que quiero"
Eriol sonrío y estaba preparándose para responder cuando se escuchó un grito de sorpresa que hizo que ambos voltearan a ver que es lo que sucedía. Eriol palideció.
"Bravo muchachos" se escuchó la voz burlona de Saruman que aplaudía sin ganas "Han logrado destruir uno de mis ejércitos, diría yo, con la mano en la cintura"
Tomoyo, que venía detrás de él examinó todo el lugar con sus ojos amatistas, desde los cadáveres, hasta las caras de sus 'enemigos', evitando la mirada de Eriol, que la miraba
con insistencia y clavando su mirada en los ojos grises que la miraban con frialdad que no permitían que ella leyera sus sentimientos.
"Azura" murmuró sin mostrar sorpresa, ni en sus ojos "Había previsto tu regresó hace días"
"Lástima que no hayas estado de nuestro lado" contestó la aludida con voz monótona "Así tal vez me hubieran preparado una fiesta de bienvenida"
Tomoyo no contestó.
"Pero si te la preparamos querida" dijo entre risas Saruman "¿No lo vez? Las mejores huestes de mi ejercito vinieron con el fin de conocerte a ti y a la chica que esta dentro del castillo"
Todos se quedaron en silencio, de nuevo, Saruman estaba un paso adelante gracias a Tomoyo.
"Todo este tiempo supiste que estábamos aquí" repuso Syaoran enojado "Siempre supiste que conspirábamos en contra tuya"
"En efecto Syaoran" le contestó irónico el mago que había empezado a caminar en dirección del castaño "Y todo eso se lo agradezco a mi dulce amatista"
Tomoyo no se movió de su posición, ni mostró señales de haber sido mencionada.
"Y supongo que sabes también que después de 400 años, somos más fuertes" le contestó Syaoran apretando la empuñadura de su espada "y que tú sólo no vas a poder vencernos"
"Pero Syaoran ¡Yo no estoy sólo!" y con eso, Saruman abrió los brazos y como la última vez que habían combatido frente a frene, el grupo completo contra él, se multiplico "Puedo reproducirme tantas veces quiera…y tengo a Tomoyo"
Y como si esa hubiese sido la señal, Syaoran levantó su espada y comenzó a atacar al saruman que el deducía era el original, las copias se dirigían a ayudar pero fueron bloqueados por los demás que habían empezado a combatir junto al chino, a excepción de Eriol que veía a Tomoyo, que tenía su mirada fija en Elizabeth que le regresaba la indiferencia con la mirada.
"¿No piensas hacer nada?" pregunto de repente la inglesa "¿Te vas a quedar ahí parada esperando a que todo termine, viendo como tus amigos mueren en el campo de batalla?"
La amatista no respondió. Elizabeth apretó los puños.
"Bien, pus yo no pienso hacer lo mismo" apretó aun más los puños y dos llamas negras aparecieron en ellos "Te aniquilare…y contigo acabaré a la fuete de información de Saruman"
Tomoyo no dijo nada, los ojos de grises desaparecieron detrás de una cortina blanca, la mujer comenzó a correr en dirección a la amatista que no hacía nada sólo la veía, sin parpadear, la capa comenzó a ondular con más fuerza y la mujer desapareció en un halo de sombras negras en forma de ave.
La amatista la ver como la sombra se dirigía a gran velocidad hacia ella cerró los ojos, y un aura que combinaba con sus ojos comenzó a resplandecer a su alrededor, poco a poco fue creciendo formando un campo de fuerza.
La sombra chocó contra el campo de fuerza, que debía repelerla, pero el ave oscura insistentemente trató de seguir avanzando, la cara de Tomoyo comenzó a distorsionarse con dolor. Elizabeth hizo un último esfuerzo y la sombra fue expedida con fuerza hacia atrás y Tomoyo cayó sobre sus rodillas.
Las sombras desaparecieron y la figura de Elizabeth, que estaba respirando pesadamente fue visible para la muchacha que se encontraba en el suelo.
Sin decir más, la mujer inglesa desenvainó una espada que traía en la cintura y comenzó a correr en dirección a la muchacha para acabar de una vez con ella, pero algo inesperado sucedió.
"¡No!" gritó Eriol que había vito la escena tratando de calmar su ansiedad y tratando de hacerse la idea de que de esa forma sería mejor, todo fue en vano "¡No la mates por favor!"
Elizabeth se detuvo, pero la espada seguía en alto, los sonidos de la tortuosa batalla que se llevaba a sus espaldas resonaba en los oídos del trío, haciendo el ambiente aun más pesado.
"Hazte a un lado, Eriol" dijo la mujer reflejando una paciencia inexistente.
"¡No!" gritó empeñado el hombre "No puedo…Recuerda que ella era nuestra amiga"
"Era" murmuró Elizabeth sus ojos tornándose peligrosamente blancos
"Por favor" le rogó Eriol "Dale una oportunidad"
Ojos grises y ojos azules se encontraron en una pequeña batalla, entre un corazón roto y un corazón muerto.
"Bien" dijo de forma casi inaudible "Pero te advierto, una sola señal de que piensa atacarte o hacer algo malo…"
Eriol asintió sin convicción y se volvió a Tomoyo que seguía ahí tirada viendo la espalda de 'su salvador' con los ojos algo abiertos de la sorpresa.
"¿Por qué la detuviste?" preguntó, su voz apenas mostrando sentimiento.
"Tu sabes porque" le respondió como en un suspiro el inglés.
La amatista no respondió, clavó sus ojos en los de él buscando alguna sombra de mentira en sus ojos oscuros pero no encontró nada. Suspiró entrecortadamente, derrotada.
"Han pasado muchos años, Eriol" le dijo ella con la voz un poco más agitada "Ya deberías haber buscado a alguien más"
"Nunca" dijo con voz firme el inglés "Tomoyo, tu eres la única persona con la que quiero estar, y me duele que te hayas apartado de mi lado"
Tomoyo apartó la mirada y apretó sus manos en contra de sus rodillas.
"Es demasiado tarde para arrepentirse" contestó ella con un hilo de voz "Por mi culpa han muerto millones y…"
"Jamás es demasiado tarde" la interrumpió el, que con paso vacilante había comenzado a acercarse a ella "Aun puedes salvar a millones"
Eriol se hinco a su lado y paso uno de sus brazos sobre sus hombros y con el otro la sostuvo por el vientre. Tomoyo sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y un inusual rubor cubrir sus mejillas.
El hombre sintió que el cuerpo de la pálida fémina se tensaba y la acercó a su cuerpo apoyando su cabeza en la suya, pero sintió que su corazón se encogía cuando Tomoyo lo apartó.
"No" dijo ella tratando de alejarse aun más "Debiste haber dejado que me matara…yo quería que eso pasara"
"¿De que estás hablando?" preguntó él acercándose de nuevo.
"¡Es la única forma!" gritó ella empujando con sus poderes a Eriol que aterrizó a unos metros de ella.
Tomoyo se levantó, su vestido estaba desgarrado, trató de alejarse, pero una barrera de fuego negro se lo impidió. Sus ojos abrieron desmesuradamente por la sorpresa.
"Esto no tiene que ser así" le dijo la voz de Azura, ella se volvió y se encontró con dos ojos lilas, sinceros "Tomoyo, no dejes que este sea el fin"
La amatista cerró los ojos y lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.
Eriol al ver que la inglesa se había acercado a Tomoyo sintió un nudo en la garganta y se levantó rápidamente, corriendo hacia donde se encontraban ellas.
Cuando llegó sintió una revoltura entre tristeza y dicha al ver que Elizabeth se había transformado y al parecer le había perdonado la vida a la llorosa Tomoyo que murmuraba cosas como 'el fin' 'no puedo' 'no debo' 'no puedo perdonarme'
Ambos ingleses se voltearon a ver, Azura hizo un movimiento con la cabeza indicándole a Tomoyo. Eriol supo inmediatamente que le quería decir y asintió.
Se acercó de nuevo a la amatista y se acuclilló a su lado, la tomó por los hombros y ella fijo sus ojos llorosos en él, que sólo le sonrió y comenzó a acercarse a ella (N/A: Por fin va a pasar algo bueno) (N/D: No lo creo jajajajaja)
"¡Por fin te tengo Li Syaoran!"
Tomoyo cerró los ojos y apartó su cara llorando aun más, Eriol vio a su amada con pesar y dándole un abrazo se levantó y junto con Azura emprendió la carrera hacia el campo de batalla donde todo parecía haberse detenido.
En el suelo con la camisa desgarrada y múltiples rasguños en la cara estaba Syaoran, respirando dificultosamente.
Todas las copias habían desaparecido y sólo el original, que tenía la punta de su espada en el cuello de Syaoran se mantenía presente.
Meiling hizo un movimiento, pero fue detenida por Bosco, pues en cuanto Saruman percibió su movimiento encarnó más la espada en el cuello de Syaoran
"Si alguno de ustedes intenta hacer algo no tendré piedad" dijo Saruman.
"Como si pensaras tenerla" contestó furioso Syaoran "¡atáquenlo, de todos modos me matara!"
Nadie se movió ni un centímetro, daba la impresión de que habían dejado de respirar.
"Mejor guarda silencio" sentenció el mago oscuro apretando aun más la espada, haciendo que el cuello del chino comenzara a sangrar.
Syaoran cerró los ojos tratando de controlar sus emociones, estaba furioso porque lo había acorralado.
Estuvieron ahí por lo que parecía una eternidad. Syaoran se disponía a decirle a ese sicótico que acabara con todo eso de una buena vez pero alguien se le adelantó.
"¡Fuego!"
"¡Sakura!"
Syaoran sintió que el frío acero se alejaba de el rápidamente y una mano cálida se poso en su hombro, abrió los ojos y se encontró con dos ojos esmeraldas que lo veían con infinita preocupación.
"¿Estas bien?" preguntó con voz trémula. Syaoran sintió algo extraño y en su mente apareció la imagen de esa muchacha pero más chica y con el cabello más corto, vestida de rosa, saltando hacia él. Miró los aquellos ojos que lo veían suplicante y asintió.
Sakura sonrió y se levantó, fijo su mirada en Saruman que ya se había levantado, Sakura no podía adivinar que estaba sintiendo debido a su máscara.
Eriol vio con una sonrisa orgullosa a Sakura que iba cargando el báculo que se formaba cuando los dos guardianes se fusionaban con el báculo de Sakura y el mazo de cartas en una bolsita que iba colgada en su hombro derecho, las cosas habían salido bien por fin.
"¡Saruman!" gritó ella decidida "Ya muchos años haz traído la oscuridad a este mundo, pero ahora regresamos las dos personas que hacíamos falta para acabar contigo"
Saruman la miró por unos segundos y después soltó una carcajada.
"¿En serio crees que vas a poder detenerme?" preguntó el irónico "¿Tú y cuantos más?"
"Y los diez guerreros" dijo ella con voz firme pero suave, todos la escucharon sorprendidos, incluido Eriol que no había previsto eso.
Sostuvo el báculo con fuerza, sus ojos miraban a Saruman determinada.
Todos vieron con sorpresa como sus pies se despegaban del suelo y comenzaba a flotar sin invocar a ninguna carta, la bolsa con las cartas comenzó a brillar y diez cartas salieron volando, rodeando a la muchacha que ya estaba a varios metros del suelo.
"¡Es hora de invocar a los diez guerreros!" gritó con voz que resonó por todas partes.
Las cartas comenzaron a girar rápidamente creando un aro de luz rosa.
Sakura tomó el báculo con las dos manos y lo apunto hacia delante.
"¡Agua!"
Dicha carta salió volando con gran velocidad en dirección a Yuri, una luz de color azul comenzó a brillar en su pecho y la carta se introdujo a su cuerpo.
"¡Viento!"
Esta vez un torbellino de viento rodeó a Meiling y la carta se fusionó con ella.
"¡Tierra!"
Con una sacudida de la tierra la carta salió volando en dirección a Eriol que recibió la carta con las manos y una luz verde esmeralda comenzó a brillar a su alrededor.
"¡Fuego!"
En forma de llamarada la carta salió disparada en dirección a Syaoran que pronto fue consumido por las llamas.
"¡Tiempo!"
La carta apareció frente a una sorprendida Tomoyo que estiro sus delicados dedos hacia la carta y cuando hicieron contacto, ambos comenzaron a flotar.
"¡Poder!"
La carta se dirigió a Henry que fue empujado por la fuerza de la carta varios metros, pero recuperó el equilibrio y al ritmo que la carta se fusionaba con el, sentía un gran poder recorrer su cuerpo.
"¡Disparo!"
La carta en forma de una bola de níquel aterrizo en la mano izquierda de Tom y poco a poco comenzó a cubrir todo el cuerpo del norteamericano.
"¡Silencio!"
La carta en forma de sombra se metió al cuerpo de Skinner que comenzó a volverse invisible, aunque en realidad para el no era novedad.
"¡Oscuridad!"
La carta entró justo en el lado izquierdo del pecho de Azura, y ella sintió como su corazón se detenía y una nueva fuerza le incitaba a pelear.
Sakura vio como todos comenzaban a brillar y a flotar a su alrededor, se sintió muy cansada pero pensó en las palabras de Kero, sólo así todo mejoraría.
"¡Luz!"
La carta se incorporó al cuerpo de Sakura y la muchacha sintió que sus energías regresan a su cuerpo y sitió…que todo iba a estar bien.
Poco a poco, todos se fueron incorporando formando un circulo, ya ninguno era visible, sólo se podían ver luces de distintos colores adornando el cielo, todos los guerreros restantes y los elfos que estaban en tierra firme veían el espectáculo anonados.
Pero de repente, Sakura sintió algo extraño, todos habían comenzado a hablar en un idioma que ella no entendía pero, ella se había empezado a sentir mareada.
"¡SAKURA!"
La muchacha parpadeo compulsivamente tratando de regularizar su cuero pero todo parecía dar vueltas a su alrededor.
"¡SAKURA!"
poco a poco, su luz se fue extinguiendo y comenzó a caer en picada, nadie se dio cuenta más los que estaban abajo…un hoyo negro se la iba a tragar…
"¡SAKURA!"
Sakura cayó y cayo por lo que le pareció años y alguien la llamaba pero ella no podía responder, poco a poco se quedo inconsciente...quería dormir.
"¡SAKURA!"
Sakura abrió los ojos de golpe y se sentó, vio a su alrededor y se encontró con su habitación en la academia, todos estaban peleando en contra de Saruman y Tomoyo trataba de despertarla mientras la sacudía.
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Azura: Bueno eso es todo por ahora
Diana: Nos vamos y los vemos en l próximo capitulo
Azura: Disfrútenlo, dejen review y tengan piedad de nosotras
Diana: Recuerden que si nos matan no podemos continuar
Azura: Los vemos luego
