"Rock you like a hurricanne"

Capítulo 7:

No cambia nada.


Parecía que el mundo se había detenido en el momento en que ambas se fundieron en un abrazo firme que se sentía tan bien, tan necesario, que ninguna de las dos se movió hasta que Sprig, en su inocencia, preguntó.

—¿Están bien? Ya llevan un rato así—Polly le dio un golpe en el hombro, siendo devuelto por un codazo en las costillas de parte del pelirrojo. La chica de ojos magenta estuvo por devolverle el golpe, pero no quiso romper aún más la tierna atmósfera que se había formado derivado del abrazo de sus amigas.

Anne se alejó con timidez de Sasha quien, sin reaccionar del todo, aún mantuvo una mano en la cintura de la chica, como si intentara regresarla a su lado; una vez que pudo enfocar su vista en los demás, se apartó con vergüenza.

—¡Bueno! Grime nos dijo que si lo ayudábamos con algunas cosas —Marcy se levantó rápidamente —. Vayan adelantándose a mi casa, nosotros iremos en una hora más o menos —la pelinegra jaló a los Plantar, mientras que Olivia se encargó de Yunan.

Sasha los miró con pánico, en el público vió a su padre, quien parecía que se iba a acercando al lugar. Con la mirada le preguntó si debía llegar y llevársela, pero el pensamiento de la oportunidad que le había dado Marcy y su promesa a ella, aquella de que "haría las cosas bien" resonaron en su mente, así que, negando, respondió. William levantó los pulgares e hizo una seña de corazón, deletreando con los labios que la amaba, la pequeña de cabello rubio le sonrió, conmovida.

—¿Vamos? —le dijo Anne, poniendo una mano en su hombro.

—Sí, vamos —A pesar del golpeteo incesante de su corazón, Elizabeth apretó la mandíbula y caminó con su amiga a la salida del Grial.

La caminata duró varios minutos en silencio, ninguna de las dos se atrevía a sacar un tema de conversación al azar, pues ambas sabían lo que debía ser hablado, pero tenían miedo de que volviera a explotar como la vez pasada.

—Lo lamento —musitó Sasha después de aplastar sus miedos entre sus dientes.

—No, yo… yo lo siento… Fueron tantas veces… En verdad quise regresar lo más pronto que pudiera, pero… no pude… y no estuve aquí cuando deb-

—Calla, Boonchuy —la chica de ojos almendrados negó, interrumpiéndola —. No tienes que disculparte por nada, yo fui una idiota… Quiero decir, ¿qué clase de amiga da a elegir a su mejor amiga acerca de con quién quedarse? No debí ponerte en esa situación y yo… en verdad lo lamento… Y lamento no haberte respondido nunca, yo simplemente… no podía, no podía hacerlo… Incluso ahora… —la rubia sonrió con nerviosismo —, simplemente quiero salir corriendo, ¿sabes?

—No lo hagas —Por impulso, Anne tomó la mano de la chica con fuerza —. No sabes por cuánto tiempo quise volver a escucharte, volver a verte… Realmente te extrañaba mucho, incluso pensé que me odiabas, pensé que ya no querrías volver a verme… Cuando no te vi en el aeropuerto pensé que se había acabado, simplemente quería llegar a mi casa a llorar y, y… —Las lágrimas se agolparon en el rostro de Anne y, Sasha, a punto de llorar también, apretó su lengua entre sus dientes.

—Ven, espera —Se detuvieron debajo de una farola, a la más alta le pareció estar sufriendo un deja vu, pues ese lugar era el mismo donde, un día, la chica de cabello alborotado le dijo que se mudaría a otro país —. Anne, yo fui injusta contigo, no tienes nada de qué disculparte, de verdad que no, si te sentías culpable es porque yo lo causé… Mis padres estaban separándose, sí, pero no me daba derecho a reaccionar así. Te dejé de hablar sin siquiera avisarte que necesitaba un tiempo, te dejé creer que era tu culpa y… no fui a recibirte… No digas que lo sientes cuando todo esto es mi responsabilidad… Lo lamento, Anne…

Los intensos orbes cafés de la chica de cabello alborotado se elevaron hasta encontrar la mirada de Sasha. La rubia limpió las lágrimas de su amiga con los pulgares y, por primera vez, pensó en los años que habían pasado. Hasta donde recordaba, Anne tenía unos tiernos mofletes que se hinchaban cada que lloraba, sin contar que su nariz parecía un botón en el centro de su rostro; la pubertad estaba haciendo lo suyo, ahora su rostro era menos infantil y comenzaban a refinarse las facciones que auguraban gran belleza. Por su parte, Savisa miró con atención el rostro preocupado de su amiga, tenía una cicatriz en el pómulo derecho, cosa que la preocupó, pues sabía por parte de Marcy que Sasha no lo había pasado exactamente bien, sin detalles, pero se daba una idea, así que la marca que parecía haber sido causada por un objeto punzocortante le hizo angustiarse todavía más; sí, entendía que Sasha no la culpaba de nada, pero aún así, el deseo de querer haber estado ahí para su amiga no desaparecía.

Finalmente, sus ojos se encontraron. Elizabeth estaba más preocupada por el hecho de que su amiga no decía una palabra que por cualquier cercanía. Anne, por su lado, al tener frente a ella los orbes color miel de la chica se acordó de aquella noche en que se quedó en su casa, sus respiraciones ligeramente agitadas, tan cercanas, justo como en ese momento. Sintió un cosquilleo en sus mejillas, el tiempo se pausó. Cerró los ojos por instinto, y fue en este momento que la rubia fue consciente de la situación, se dio cuenta tan de repente del ambiente y se alejó con tal rapidez exagerada que cayó de la base de la farola al suelo.

—¡¿Sash?! —Anne se acercó a ayudarla a levantarse —. ¿Estás bien?

—S-Sí, estoy… estoy bien —carraspeó —. Sigamos, los señores Wu deben estar esperando.

Apretó la mandíbula y avanzó en silencio. Dentro de ella, todo tipo de maldiciones surgían en sus pensamientos, preguntándose por qué reaccionó de tal manera hace un momento. Claramente la chica de cabello castaño estaba intentando tranquilizarse, pero ahí estaba ella, haciéndose ideas en la cabeza de nuevo… Lo notaba, no podría estar tranquila con la chica de cabello alborotado rondando a su alrededor… y eso debía cambiar.

Ya lo había decidido, iba a dejar atrás esos sentimientos por Anne, el que hubiera regresado no cambiaba nada, no deseaba envolver a su amiga de nuevo en sus dramas emocionales, no quería que hubiera secretos irreconciliables entre ellas, algo que a la larga hiriera su relación y las alejara de nuevo.

Una búsqueda rápida en Google acerca de "cómo recuperar a un amigo del que solías estar enamorado" esa noche le dio una idea que quizá sería un buen comienzo. Tenía sentido, pero necesitaba una segunda opinión… Necesitaba a Marcy… Necesitaba… necesitaba a sus amigas.

—¿Decirle que estabas enamorada de ella pero que ya no? —Olivia enarcó una ceja mientras intentaba sacar la mano de Yunan de un juguete chino que los señores Wu le habían regalado. Una de las mejores cosas que podías hacer cuando las dudas inundaban tu mente era preguntar a las personas que tuvieran tu confianza, al menos eso decía su padre, pero ni loca le iba a hablar a William acerca de ello, no con lo meloso que era con Grime, así que ahí, en la cafetería escolar, contó su historia con la chica de cabello alborotado a las tres chicas, esperando obtener un consejo de su parte acerca de su proceder.

Lo había entendido esa noche, estaba perdida, durante la pijamada no tenía la menor idea de cómo comportarse delante de la chica, hablaba de temas que no conocía y de personas que no recordaba; era normal, sin embargo, habían estado mucho tiempo separadas y la brecha de lo que sabían la una de la otra se había hecho enorme. Si Sasha quería recuperar a su amiga, debía comenzar desde cero, así como cuando la conoció, sin drama, sin no poder estar cerca de ella dos minutos sin pensar en todo lo que le dijo alguna vez, sin sentimientos románticos de por medio.

—¿Es mala idea?

—Bueno, podría-

—Es pésima, ¿de dónde sacaste que ya la superaste? ¡Es obvio que no, estás perdida, amiga! —interrumpió la chica de cabello rubio rosáceo, ganándose un jalón de parte de su novia.

—En palabras menos toscas —habló la peliazulada —, sí, estoy de acuerdo con Yunan. Dices que ya no sientes nada por Anne, pero estuviste a nada de besarla ayer cuando se encontraron. No creo que eso sea algo que haría una persona que tiene superado su enamoramiento de la infancia.

Sasha gruñó por lo bajo y miró a su lado.

—Mar-mar, ayúdame, eso simplemente fue un desliz.

La chica de ojos cafés oscuro levantó el dedo índice, pidiendo un momento para terminar de darle un sorbo a su café con leche, luego de eso, se limpió con delicadeza los labios y miró a su amiga, recargando su barbilla en su mano.

—Actualmente te conozco más de lo que Anne lo hace, a Yunan y Olivia les gano por antigüedad, pero nada se les escapa, finalizo con que, si me permites… Eh… Les doy toda la razón, no has superado lo de Anne.

—¡Joder, estoy hablando en serio! —alegó la rubia.

—Yo también, Sash, te quiero, sabes que no deseo por nada del mundo que sufras, pero en esta ocasión no puedo ayudarte, no si veo que estás tomando una decisión que puede lastimarte a la larga, tienes que ser honesta contigo misma. Dime, ¿de verdad, absolutamente, ves a Anne solo como una amiga? —sentenció Marcy, mirándola con ahínco.

—¿Y eso por qué importaría? Aunque siguiera enamorada de Anne… ella…

—Estás siendo egoísta —Yunan finalmente elevó la vista a la acusada —. Te voy a decir lo que va a ocurrir si sigues en esta necedad. Anne conoce a alguien, se llevan bien, tú estás con tu tontería de que "is qui simis amiguis", entonces vas a tener que apoyar a la chica que te gusta a estar bien con otra persona que no eres tú, y perdóname si me equivoco, que no creo, pero va, no eres el tipo de persona que se conformaría con la felicidad de la persona que quiere, no te bastará, vas a querer más y te va a molestar mirarla a su lado. ¿Crees poder con eso? ¿Crees que no vas a terminar explotando? ¿Te lo puedes imaginar? Anne con otro u otra, en tu cara, tomándose de las manos y besándose, ella le mira con cariño, con amor. Y tú eres la amiga que tiene que acompañarla a elegir el regalo del catorce de febrero. ¿Te gusta esa visión?

Sasha apretó la mandíbula con enojo, cosa que Olivia notó enseguida, pues era un gesto habitual en la chica.

—Lo que Yunan quiere decir es que es muy difícil controlar los sentimientos —expresó con el tono de voz más sereno que poseía, intentando mediar la situación —. Que estés enamorada de Anne no evita que puedas ser su amiga, pero necesitas ser fuerte, necesitas madurez, cosa que aún no posees, y casi nadie lo hace a nuestra edad, así que sí, podrías decirle que la quieres, quizá las cosas sean incómodas en un inicio, pero eventualmente podrás sacar eso de tu pecho. Decirle que en su momento estuviste enamorada de ella pero que ya pasó, te deja igual que como empezaste, sin opciones y sin poder expresarte adecuadamente.

—Si no le dices nada igualmente nos tienes a nosotras para escucharte, la verdad yo no sé acerca de romance, pero sí te quiero mucho, así que estaré ahí para lo que necesites, pero también espero que entiendas que guardarte todo no te va a hacer bien, confía en mí, en nosotras… en Anne —Marcy tomó la mano de Sasha —. Tienes tiempo para poner en orden tus ideas, Anne vendrá a la escuela dentro de un mes para la renovación del semestre.

—Yo solo no quiero que nuestra relación se vuelva a perder…

—No será así, yo sé que ella también te quiere mucho, así que no importa lo que suceda, ella lo va a entender —Marcy abrazó a su amiga con fuerza.

—Bueno, tampoco pongamos a Anne como una santa— Yunan tomó un pedazo de sándwich —. Si haces una tontería, te va a partir la cara.

—Pero al final te va a entender —dijo Marcy entre risas. Las mismas contagiaron a Olivia y Elizabeth.

No sabía si un mes era suficiente para tomar una decisión o para entender sus sentimientos, pero intentaría hacer lo mejor que pudiera. Yunan era una tonta, Olivia se pasaba de honesta y Marcy sabía dónde pincharle para que no pudiera ponerse aquella armadura de indiferencia que siempre cargaba y eso le molestaba de ellas, pero tenían razón. Al menos… era lo suficientemente consciente para aceptar eso.

En el fondo lo sabía, todavía no superaba su enamoramiento por Anne, pero su parte regida por la osadía le hacía pensar que no sería difícil terminar con ello. Al final, quizá la insistencia de ese sentimiento en su pecho se derivaba de su culpa, y ahora que la chica de cabello alborotado la había perdonado, entonces podía dejar ir el pasado.

—Hey, Sash —Una chica la llamó entre la multitud —. ¿Cómo estás?

—Hola… bien, ¿y tú? —recibió un beso en cada mejilla como saludo.

—Perfecta, como siempre —guiñó un ojo —, pero ¿sabes quién lo estuvo aún más? ¡Todas ustedes! La presentación fue genial, quise pasar a felicitarte, pero no te vi en el backstage.

—Oh, sí, perdón, me surgió una emergencia, así que me fui antes.

—No importa, pero me debes una cita—La chica sonrió con un dejo de coquetería mientras apuntaba a la rubia con el dedo índice —. Nos vemos luego —se despidió, dejando otro beso en la mejilla de Sasha.

—Sí, nos vemos…

Ni bien perdió de vista a Leah, cerró su casillero con dramática fuerza y se dirigió a su clase. Había olvidado por completo que unos días antes de que supiera que Anne iba a regresar, le había comenzado a seguir el coqueteo a la pelirroja, así que técnicamente estaban "conociéndose". Llevó una mano a su rostro y la presionó con cansancio, como si quisiera desfigurarse la cara para no tener que lidiar con esa situación, huir del país e iniciar una vida en un nuevo lugar bajo un nuevo nombre. No sonaba mal.

—No cambia nada —susurró.

Anne como amiga, Leah como novia, ese era su plan.

—Que haya regresado no cambia nada —se repitió antes de entrar en el aula.