Disclaimer: -Resident Evil es propiedad de Capcom. -Werewolf es propiedad de White Wolf Games. -Ilúvënis es mi personaje original. -Con esta historia no persigo fines de lucro.

Nota.- La letra de la canción 'Destiny' aquí presentada es propiedad de Stratovarius. Sin más,

Que lo disfruten…

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"El Amo y su Sierva"

Por: Galdor Ciryatan

CAPITULO 15.- Destiny

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/.-. Leon's POV .-./

Me desperté alrededor de las 7:40, nunca tuve la costumbre de levantarme tarde. Pero ese día… A pesar de sentir mis párpados ligeros no tenía claras intenciones de levantarme de la cama. No iba a ir a trabajar, me dieron el día y quería estar con Ilúvënis. Y hablando de ella… Al recordarla giré la cabeza para ver a los lados de mi cama. Ahí estaba: sentada en el piso abrazándose las piernas desnudas; llevaba poca ropa a pesar de que las mañanas eran frescas. Su cabello largo y blanco caía en cascada sobre sus hombros. Me embelesé en ella, era hermosa. Mirando su rostro y sus facciones relajadas se consumieron infinitos segundos de mi vida.

Luego de un rato comencé a pensar: "El suelo está helado", "Esa es una posición incomoda", "¿Qué tal si se enferma? Mejor la subo a la cama"…

Excusas… Yo quería a esa albina entre mis brazos, que mis manos recorrieran la suave piel de su cuerpo, que mis ojos se posaran en sus orbes azules como mis labios en los suyos, que mis sentidos se perdieran en ella.

Me senté en el borde de la cama y cuidadosamente levanté a Ilúvënis y la subí a la cama. Parecía dormir profundamente. Me volví a acostar ahora con ella junto a mí. En el acto de acurrucó contra mi pecho.

— No estás dormida— me atreví a asegurar.

Ella negó con la cabeza descaradamente, luego abrió los ojos sólo unos instantes y me besó en la frente. De nuevo se acomodó en mi pecho y fingió dormir. Mis manos se dirigieron a su albo cabello, el cual acaricié por largo rato.

— Eres tramposa… A veces me cambio de ropa aquí cuando creo que duermes. ¿Me has visto?

— Claro. También cuando te duchas— respondió tan natural como siempre.

— ¿Es en serio? — Me sorprendió un poco esa declaración.

— No es mi culpa que dejes la puerta del baño abierta por tus hábitos de soltero. Yo sólo pasaba por ahí— se excusó—. Y de todas formas, no traes mucha ropa ahora, ¿qué es lo que te molesta entonces?

Ella llevó sus manos a mis boxers recordándome cuan verdaderas eran sus palabras. Sin ningún pudor tocó la tela de la única prenda que cubría mi cuerpo. Casi estoy seguro de que me sonrojé, sentí el calor en mis mejillas. Pero ¿qué le íbamos a hacer? Ella era así, pareciera que no conocía lo que era la vergüenza. Ése era uno de tantos aspectos en los que Ilúvënis todavía era una niña, no tenía morbo en su pensamiento… Algo que llamaba mucho mi atención y la hacía más deseable a mis ojos.

"Inocencia" era la palabra que definía esos actos. Pero por más inocentes que hayan sido esas caricias (si así se les puede llamar) sobre mi entrepierna, algo me hicieron sentir. Soy de carne y hueso, siento, y esa albina era cautivadora.

Dejé en santa paz su hermoso cabello para poner mis manos en su espalda. Llevaba una holgada blusa blanca de algodón (además de un short negro exageradamente corto y ceñido). Comencé a acariciar su dorso disimuladamente, atrayendo así nuestros cuerpos. Sus pechos se frotaban contra mí por la presión que ejercían mis manos en su espalda. Cada vez era más notorio, pero con todo y ello, Ilúvënis no se molestaba. Su cuerpo estaba relajado y, podría decirse, que a mi merced.

Me abrazó tiernamente como solía hacerlo, besó mi pecho de forma cariñosa y, de alguna forma que yo desconozco, su rodilla fue a dar a mi entrepierna. Estuvo jugueteando conmigo un rato, nada del otro mundo. Pero finalmente terminamos haciendo más de lo que ella hubiera imaginado, estoy seguro. La dejé tendida boca arriba y empecé a besarle el cuello. Le hice varias marcas rojizas en su blanca piel. No hubo ninguna queja, ningún pero, nada de eso… era sumisa como yo lo esperaba y deseaba. Sólo un gemido cuando mi boca se aproximaba a su busto. Le levanté la blusa; como era de esperarse, Ilúvënis no objetó. Musitó mi nombre con deseo. Ella misma se quitó la prenda dejando a mi vista sus bien formados pechos.

Me puse encima de ella. Su cadera se contoneaba bajo mi cuerpo y gimió al sentir la firmeza de mi miembro. Tomó mi rostro entre sus manos y lo acercó para besarme en los labios con dulzura.

— Leon…— Sentí su respiración agitada y su aliento al hablarme— Vamos a estar juntos por el resto de nuestras vidas y seremos felices, ¿verdad?

— No hay nada que nos pueda separar. Ya verás que la vida nos dejará ser felices— otro beso selló nuestro pacto de intentar vivir la vida con alegría—. Te prometo, Ilúvënis, que éste es el primero de muchos días así…

Detalles más, detalles menos. Era un excelente comienzo para el día y para nuestras vidas.

.-.-.-.

The Times Are Changing So Fast
I Wonder How Long It Lasts
The Clock Is Ticking Time Is Running Out
The Hatred Fills This Earth
And For What Is Worth
We're In The End Before We Know

.-.-.-.

Pasadas las 10 AM yo me encontraba en el primer piso preparando el almuerzo; ya me había bañado y puesto ropa limpia. Ilúvënis estaba en el piso de arriba tomando una ducha. Yo escuchaba el agua caer de la regadera. Ese sonido cesó y, rato después, vino uno de pies bajando las escaleras apresuradamente.

— Leon… —me llamó Ilúvënis desde la puerta de la cocina, sólo asomaba la cabeza. La noté preocupada, pero en realidad era pena.

— ¿Pasa algo?

Ella entró en la cocina con pasos lentos y la mirada baja. Llevaba una minifalda gris (no me pregunten de dónde la sacó, yo no le compraba cosas así), una blusa negra de cuello ruso y tenis del mismo color. Me fijé en su cabello; no solamente estaba desordenado y empapado… Tenía también orejas. Le sonreí para animarla.

— No te preocupes. Se te van a quitar pronto, ¿no?.

— Sí, pero…

Pobrecilla Ilúvënis. Es que su problema no eran sólo las orejas de Aulladora… También tenía…

— Cola... — murmuró ella.

— ¿Qué?

— También.

— Ilúvënis, no te entiendo.

— ¡También me creció cola!

— Oh… Con que es eso… Déjame ver.

Ella se dio vuelta, pero antes pude ver la pena reflejada en su rostro. Ok, sí conocía la vergüenza, aunque no la mostraba en las mismas situaciones que un humano lo haría. Y efectivamente, de su corta falda salía una cola de color blanco idéntica a la que tenía cuando se transformaba.

— A veces sólo me salen las orejas— comenzó a explicarme—, pero otras también es esto. Es un martirio— suspiró resignada—. Hoy no saldré a la calle.

/.-.-.-./

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Por qué será que en la vida nos topamos con gente terca. Personas empeñadas en destruirnos, en hundirnos; que se quedaron estancados en sus buenos recuerdos del ayer, que están convencidos de poder recuperarlos sin importar sobre quién tengan que pasar; personas que no te desean ver feliz y que se aferran a su propio pasado junto a ti, a costa de no dejarte vivir TU presente.

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Throughout The Years
I Have Struggled To Find The Answer That
I Never Knew
It Strucked Me Like A Million Lightnings
And Here I Am Telling To You

.-.-.-.

Nos ubicamos en una carretera. Son las 2 PM... A diez minutos de una ciudad donde cierta Aulladora tenía su nueva residencia, un auto color plata avanzaba sobre el asfalto. En su interior había tres personas uniformadas de negro: dos hombres y una mujer. Al frente iba el conductor, solo. En el asiento de trasero se situaba una mujer de exuberante belleza, un hombre con gafas de Sol la acompañaba. — ¿No puedes ir más rápido? — preguntó éste al conductor.

— No se desespere. Ella no irá a ninguna parte.

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Every Second Of Day It Is Coming Your Way
Future Unknown Is Here To Stay
Got To Open Your Mind
Of You Will Be Led To Astray
There's A Time To Live
There's A Time To Die
But No One Can't Escape The Destiny

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/.-. Ilúvënis' POV .-./

El teléfono sonó poco antes de las tres de la tarde. Timbró dos veces y luego Leon contestó. Parecía discutir con alguien.

—… Pero me dieron el día Yo entiendo No puedo, estaré ocupado No es posible Escúcheme Ajá

Leon acabó suspirando y asintiendo de muy mala gana. Fue hacia donde yo estaba y me dijo que tendría que salir un rato pero que regresaría pronto.

— ¿A dónde vas?

— A Delphi. Me dijeron que alguien importante me buscaba. Te prometo que no tardaré.

Pero yo no quería quedarme sola en casa. Deseaba pasar tiempo con ese hombre porque era lo que me gustaba: su agradable compañía. Así que insistí en acompañarlo. Eso a pesar de que mis experiencias en Delphi no eran muy buenas.

— Te conseguiré un abrigo largo para… Ya sabes— me dijo de forma considerada.

.-.-.-.

Nos dirigimos a Delphi en el auto de Leon. Antes de entrar al edificio vi en el estacionamiento un jeep de Acteck. Un escalofrío me recorrió la espalda, pero guardé silencio queriendo opacar algo que ya comenzaba a tomar forma en mi mente como una posibilidad. Quise creer que en la vida las coincidencias existían.

Casi al entrar al elevador nos encontramos a Chris. Se veía preocupado.

— ¿Traes tu arma? — soltó.

— No— respondió Leon.

Chris desenfundó la pistola que traía y se la entregó a Leon: — Va a haber problemas. Es un hecho. Dime que la usarás si la necesitas.

— Chris, ¿de qué hablas?

— Tengan cuidado y no se fíen de ellos. Luego los alcanzo, no tardo.

En mi Aulladora cabecita las dudas no se hicieron esperar. De inmediato, y por un temor oculto, pensé en Alex y en Gabriel. ¿Si habían vuelto a tratar de hacer mi vida miserable? ¿Y si lo lograban? ¿Qué tal si hubieran hecho alguna salvajada? No había muchas respuestas factibles, de ellos dos no se sabía qué esperar. Pero como dicen por ahí: "La curiosidad mató al gato", así que mejor opté por calmarme y ser paciente. Dejé de lado las interrogantes para centrarme en el presente. Si algo iba a pasar, ya lo descubriríamos… desgraciadamente.

Caminábamos por un pasillo de la planta siete cuando reconocí a tres de cuatro personas. Pero sólo una de ellas llamó poderosamente mi atención. Entonces mi fe en la felicidad se quebró y me hice una pregunta más: ¿Por qué y desde cuándo había yo tomado la dedición de afrontar las cosas? Y es que ese tipo de cosas también incluyen personas de tu pasado, gente de la que te quieres olvidar. ¿Por qué debía enfrentarlos? Son parte del ayer y ahí deberían quedarse. No es justo que lo que ya viviste y a lo que sobreviviste venga a atormentarte con su sola presencia… No es justo.

— ¡¿Wesker?! — vociferó Leon— No puedes estar aquí, no tienes autorización para salir de Planta Once.

Ese hombre rubio, al que conocí en El Fondo y que la primera vez que vi me pareció muy familiar, se quitó sus gafas y se rió de forma estruendosa. Se apartó de las otras tres personas y caminó hacia Leon.

— Te dije que la traería con él— murmuró uno de esos humanos.

Con la sonrisa tatuada en el rostro, Wesker le mostró a Leon su actual uniforme… No era el de Delphi.

— Leon— le llamó Jill, que era una de las ahí presentes—, Wesker fue transferido a Acteck.

Y así parecía, en el uniforme de ese desquiciado se apreciaba el logotipo de aquella compañía. Leon se sorprendió, también era claro en su rostro el enojo contra de Wesker. Igualmente Jill no se veía nada contenta y en su voz hubo un tono de desprecio. Para contrastar, los otros dos en el lugar eran agentes de Acteck que tenían en sus labios un esbozo de sonrisa que irritaba más a Leon y a Jill.

Para hundirme más en la miseria, los malos recuerdos y una pésima suerte, uno de esos dos agentes foráneos era Ada; la que se quedó con su amor frustrado de madre, la que se divorció, la que desperdició la oportunidad de su vida para estar con un hombre tan estupendo como lo es Leon, la que me miraba y parecía burlarse de mí.

"Ningún tercero va a apartarme de Leon" pensé desafiando a Ada con la mirada.

— Ada, ¿por qué están aquí? — preguntó Leon con su tono siempre caballeroso hacia todas las mujeres.

— Wesker puede explicarte.

Y el desquiciado empezó a hablar: — Como saben, yo no trabajé siempre en Delphi— su tono de voz era moderado y tranquilo—. Antes formaba parte de Umbrella, aunque el gobierno fue indulgente conmigo y he llegado hasta aquí. Pero eso no es lo que quiero decirles.

"Mientras trabajé con Umbrella estuve en muchas instalaciones de Europa. Era encargado de varios de los experimentos con el virus, algunos sin importancia, otros…

"Un día tuve que recibir a una invitada. La habían encontrado cerca, vagando. Venía para ser conejillo de indias. Le realizamos algunos experimentos pero nos sorprendió con que su cuerpo rechazaba el virus de una forma envidiable. Era algo sin precedentes. Yo mismo me hacía cargo del proyecto, con la ayuda de unos colegas, claro.

"Le hicimos tantos experimentos a la pobre desdichada… El código que le asignamos fue algo especial, sólo cuatro dígitos: 92KR. No sabíamos su verdadero nombre, no la encontramos en ningún registro, sus huellas digitales no aparecían, no podíamos rastrear familiares ni nadie que la hubiera visto antes. Era un fantasma, no existía. No llevaba consigo más que lo que traía puesto; nada de identificaciones, joyas con grabados, fotografías…

"Lamentablemente yo tuve que partir de ahí, surgió algo importante y me llamaron. No pudieron averiguar nada sobre ella o cómo diablos rechazaba el virus. Poco tiempo después escapó de alguna de las prisiones y nadie volvió a saber de ella… Hasta hace unos meses que te encontraron flotando en el mar, Ilúvënis.

Era como un cubetazo de agua fría por la madrugada recién al abrir los ojos, es más, era como si te golpearan el rostro con un bloque de hielo.

Yo y mi miserable pasado lleno de tantas cosas terribles… ¿Cómo rayos se me fue a olvidar de dónde conocí a Wesker? ¿Por qué lo olvidé? ¿Así de traumática fue mi estadía en las prisiones y laboratorios de Umbrella en Europa?... ¿qué importaba ya? Era ahora mismo cuando Wesker estaba frente a mí.

.-.-.-.

Look All These Things We've Done
Under The Burning Sun
Is This The Way To Carry On?
So Take A Look At Yourself
And Tell Me What Do You See
A Wolf In Clothes Of The Lamb?

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— ¿Qué pretendes aquí? — habló Leon acusatoriamente.

— Sólo venimos por ella— Ada me señaló—. No es personal, Leon, es en bien de la ciencia. Te la devolveremos en una pieza.

— Tal vez— murmuró Wesker, y ambos rieron.

— Olvídenlo. Ilúvënis se queda conmigo y no lo vamos a discutir.

— Leon, prácticamente ella es propiedad de los Estado Unidos. Si Acteck no te la quita, Delphi lo hará o cualquier otra compañía— el acento en la voz de Ada era fingidamente comprensivo y compasivo.

— Jill— le llamó Leon para corroborar o tal vez porque quería escuchar al menos algo positivo de una amiga.

Pero ella agachó la cabeza y asintió a la declaración de Ada. — Ada tiene razón. Ilúvënis no aparece en ningún registro ni aquí ni en Rusia. Y si no existe…fácilmente pueden hacer con ella lo que quieran. El gobierno puede desaparecerla de las calles y nadie tendría forma de reportarla como extraviada o secuestrada, ni siquiera tú, Leon.

¿Por qué es tan cruel la vida? No nos dejarían en paz nunca. Si no era mi familia, era una avariciosa y egoísta compañía o el buen gobierno de los Estados Unidos de América. ¿Por qué no nos dejaban en paz? ¡Leon y yo queríamos estar juntos y tener un futuro! ¿Es mucho pedir?

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— ¡Esto no es justo y lo saben! — estalló Leon al sentirse impotente de defenderme contra toda una nación— ¡Nadie va a decirme cómo manejar mi vida!... Ada, lo siento mucho, pero no van a llevarse a Ilúvënis de mi lado. En serio, perdona… Vámonos de aquí— me dijo.

Les dimos la espalda y empezamos a caminar… Ojala el alejarse de los problemas fuera tan fácil como dar unos pasos, pero no es así. Leon deseaba alejarme de Wesker por mi bien, mas no le iban a hacer posible la tarea.

Pronto escuché los pasos de Wesker que venía hacia mí. Luego sentí su mano sobre mi hombro lastimándome. Me obligó a girarme, pero después… un estruendo… El sonido de un disparo resonó excesivamente cerca. A lo que siguió no sé si definirlo como bueno o malo a mi punto de vista…

Al dar vuelta completamente aprecié a la perfección cómo Wesker me soltaba…cómo gritaba…cómo caía de rodillas al suelo…y cómo Leon sostenía en su mano derecha la pistola recién disparada.

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Wesker cayó de bruces sosteniéndose el hombro del cual manaba sangre. Ya lo imagino todo: la bala rompiendo su piel, abriéndose paso a través de la carne y chocando luego con el hueso. Ada le llamó por su nombre y se aproximó hasta él. Pero luego miró a Leon, en sus ojos no había resentimiento por el acto acabado de cometer.

— Ve por un doctor— le dijo Jill al otro agente de Acteck. Éste obedeció.

Debido a alguna incomprensible razón, Wesker rió.

Enfadado, Leon le apuntó al rostro con el arma proporcionada por Chris: —Te advierto una cosa: tú no me vas a separar de Ilúvënis— su voz se escuchaba fría como nunca.

Omitiendo el detalle del arma frente a su rostro, Wesker se puso de pie y volvió a soltar una carcajada. Con todo y eso, la mira de la pistola no se apartaba de él.

— Leon deberías saber que no soy alguien que se rinde así de fácil— aseguró Wesker—. Pasaron muchos años para que volviera a ver a Ilúvënis, pero aún así, mírame, aquí estoy. ¿Qué no entiendes? Umbrella ya no está, pero si en Acteck puedo seguir con algunos de mis viejos experimentos, pues qué mejor para mí. No me daré por vencido, Leon. Si no consigo a Ilúvënis hoy, lo haré mañana u otro día cualquiera. Dispongo de mucho tiempo y paciencia para esperar a que te descuides.

¿Así iban a pasar el resto de mis maravillosos días junto al hombre que yo quería? ¿Entre miedo, inseguridad, dudas e intrigas sería el resto de nuestra vida? Juro por el recuerdo de mi madre que yo sí estaba dispuesta a soportar. ¡Lo juro!... Lo juro… Pero Leon Kennedy no se merecía algo así.

— Yo me marcho— dijo Ada de forma indiferente. Seguro no se quería involucrar más—. Albert, nuestro trato ya está cumplido—. Y se marchó así sin más.

El aire se puso denso. Las miradas de odio entre Leon y Wesker no cesaban. Entonces, el ahora agente de Acteck, hizo su movimiento. Con una agilidad que sobrepasaba a lo humanamente posible, Wesker le arrebató la pistola a Leon; él quedó desarmado frente a una persona con una perseverancia increíble y una resistencia y fuerza física envidiables. Sin embargo, aquel que siempre usaba gafas de Sol no puso el frío cañón del arma en contra de Leon; lanzó la pistola lejos de ahí haciendo gala de sus músculos. Sesenta metros al fondo del pasillo y sin el más miserable o ridículo esfuerzo. Y es que parecía que ni siquiera le hubieran disparado en el hombro a quemarropa. Su expresión era serena y templada.

Él se tronó los dedos y tiró sus gafas al piso. — ¿Quieres arreglar esto ahora? ¿O prefieres vivir cada día con la duda de si Ilúvënis estará en casa para cuando llegues? — le dijo.

Sin embargo, Leon no le dio tiempo para más amenazas indirectas, le golpeó la quijada con el puño bien cerrado y prensado debido a su cólera. Wesker retrocedió sólo un paso, y a esta distancia dobló el cuerpo e hizo equilibrio para patear a Leon en el estómago. Él calló de espalda por la fuerza del impacto. Aunque no parecía aturdido, por más rápido que intentó levantarse ya tenía al otro rubio encima de él (literalmente). Cual sádico y desalmado que era, ese desequilibrado mental que quería de vuelta a su 92KR, es decir, supuestamente a mí, golpeaba con brutal salvajismo el hermoso rostro de Leon.

Un puñetazo con la zurda, uno con la diestra, otra vez la zurda, la diestra, la zurda… La camisa, el cuello y la cara de Leon se salpicaron de su propia sangre. Ante mis ojos, su cabello se hacía bermejo.

Esto era una realidad. Cada día, semana tras semana, año con año…tendría que ver sufrir a Leon sólo para protegerme. ¡No era posible! ¡No era justo! ¿Qué tanto podría resistir un humano? ¿Cuántos meses duraríamos así? ¿Cuántos huesos fracturados? ¿Cuántas leguas de vendajes, hilo y gasas? ¿¡Eh!? ¿¡Cuánto!?... La vida es muy cruel… Una vez yo le había dicho a Leon que cuidaría de él, además, yo era su sierva en ese entonces y era mi deber… Pero ahora… Él me había liberado.

Además, dijo que quería mi felicidad, pero con tanto de su escarlata en mis pupilas…no podía. Verlo sufrir no era mi meta.

Leon se reintegró a la pelea en la que, curiosamente hasta ahora, uno solo era el que golpeaba y otro el que recibía. El codo de mi defensor fue a estrellarse en el pómulo de Wesker. Luego, con el otro brazo, le pegó en el pecho y lo apartó un poco. Pero Leon no estaba conforme con eso. Totalmente enfurecido tomó la cabeza de Wesker entre sus manos y la estampó contra la pared más cercana del pasillo.

Entonces me puse a pensar… Por más desgraciado y maldito que ese hombre fuese, sólo era alguien que quería un poco de su pasado de vuelta. Así como yo deseaba que mi ayer no me siguiera, con ese tipo era lo contrario. No podía culparlo por pensar de tal o cual forma.

— Leon, ya basta… Por favor— le rogué a punto de llorar, causa de ver tanto odio y violencia en una persona tan agradable—. No quiero que te conviertas en asesino por mí.

Era la verdad… A fin de cuentas, Wesker era una persona. Inocente o no, factor que no debía influir en su estado de ser vivo con derecho a existir.

No sé… Sería ver a Leon actuando de aquella forma o la frustración de saber que era muy probable que no nos dejaran ser felices lo que me hizo pensar así.

No supe qué más pasó. Le pedí disculpas a Leon mientras de mis ojos rodaban lágrimas hacia mi rostro y salí corriendo.

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Let Your Spirit Free
Through Window Of Your Mind
Unchain Your Soul From Hate
All You Need Is Faith

.-.-.-.

Estuve caminado por toda la ciudad hasta bien entrada lo noche. Sólo yo, el abrigo que Leon me había conseguido junto con una pañoleta (por lo de mis orejas), y mis pensamientos.

Era a ese hombre lo que yo quería. El sentimiento era recíproco, pero yo iba en un paquete que incluía muchos problemas. Debía de existir alguna manera para poder ser felices juntos y que él no tuviera que lidiar con tantas cosas terribles por mi culpa… Tenía que haberla.

Posiblemente el destino no nos quería juntos… O tal vez no en ese tiempo. Con un poco de fe de la que no se rompe y que si se fragmenta pero se puede reparar, podríamos tener una vida al lado del otro. Pero, toda mi vida lo que creía bueno o quienes me querían, sufrían. Aunque…probablemente no era tanto el destino de mí junto a alguien o no, tal vez había algo con lo que yo no había cumplido para poder ser feliz. Algo que tenía que hacer primero.

Era lo único que se me ocurría. Yo no había sido tan mala persona como mi padre o mi hermano, mi infelicidad no era un castigo por ser perversa. No era herencia tampoco, no podía ser así.

No estaría junto a Leon hasta no descubrir qué era lo que había hecho mal, qué no había hecho y debía hacer o por qué me pasaban estas desgracias. Alguien o algo tenía que poseer respuestas para mí. No me iban a negar la compañía de Leon sin darme una buena razón.

/.-.-.-.-.-.-.-.-./

Cercanas las dos de la madrugada, los pasos de Ilúvënis la llevaron inexplicablemente a la casa de Kennedy. "Inexplicablemente" porque ella no conocía la ciudad.

De forma curiosa, Leon acababa de llegar a su residencia hacía tan solo media hora. Ahora se encontraba acostado intentando dormir, pero no podía. Había buscado a Ilúvënis por horas enteras y sin descanso para que fuera ella quien lo encontrara a él, y en su propia casa.

Algo inquietó al rubio a esa hora de la madrugada, una presencia entre las sombras. Levantó de la cama medio cuerpo y pudo ver, de pie frente a su ventana, una silueta femenina en la penumbra.

— ¡Ilúvënis! — adivinó el rubio poniéndose de pie en al acto.

La tenue luz que venía de afuera enmarcaba el cuerpo de la albina resaltando su belleza.

— ¿Qué te pasó ahí? — preguntó ella inocentemente ella al voltear a ver a Leon.

— Oh… Wesker me rompió el brazo, pero no es nada serio— respondió él tocando su extremidad enyesada.

En un rato de profundo silencio ambos se miraron a loa ojos a través de la oscuridad.

.-.-.-.

I Control My Life
I Am The One
You Control Your Life
But Don't Forget Your Destiny...

.-.-.-.

Tragando saliva y su propia alma y corazón, Ilúvënis confesó algo: — Leon…he decidido algo… Tengo que irme de aquí… Tengo que irme lejos de ti… Lejos de esta ciudad…

— ¿Qué? ¿De qué hablas? Tu hogar está aquí.

Ella le dio la espalda y volvió a mirar hacia fuera. Contempló el cielo sobre la casa de Leon por última vez.

.-.-.-.

It's Time To Say Goodbye
I Know It Will Make You Cry…
.-.-.

— Me he dado cuenta de que…no te hace bien estar conmigo. Mira lo que pasó hoy. No vamos a poder cargar con esto cada día de nuestras vidas. Menos aún si yo salgo corriendo… Y es que yo creo que es mejor que busque respuestas. Hay algo que le debo a Gaia o a la raza de mi madre… No sé. Pero tal vez es la causa de que todo lo que toco se haga añicos. No quiero que te pase eso a ti. Pero si se puede evitar, juro encontrar la manera.

.-.-.-.

You Make Your Destiny
I Know You'll Find The Way…
.-.-.-.

Ella permaneció sin mirarlo a los ojos, incapaz de asimilar todo lo que estaba a punto de abandonar, pero convencida de ello.

Y él sabía que la albina podía llegar a ser muy terca, por eso no iba a tratar de detenerla, pero sí a pedirle que volviera y desearle suerte.

— Leon, me voy…a encontrar mi propósito o mis causas, razones o deberes. Algo que desmienta que no estoy hecha para ser feliz.

— Lo vas a encontrar, te lo aseguro. Pero dime que cuando lo hagas vas a volver conmigo.

— Te prometo que algún día, Leon, que no seamos tan viejos como para habernos olvidado, pero que no halla pasado tan poco tiempo como para no haber dejado de pensar en algunas cosas, estaré de nuevo aquí contigo. Es una promesa en la que mi esperanza siempre perdurará.

Las lágrimas no se hicieron esperar en ambos.

.-.-.-.

And Outside Sun Is Bright
The Things Will Be Allright…

.-.-.-.

De improvisto, los dos se miraron y sonrieron tristemente en medio del llanto para luego fundirse en el más simple abrazo, pero el más verdadero.

— Prometo estar aquí cuando vuelvas. ¡Te lo juro! Nada me hará cambiar de opinión— le decía Leon con su voz entrecortada por los sollozos—. Voy a estar aquí para ti siempre que tú quieras, siempre, siempre… Te lo juro…

Aquellas palabras llenas de cariño y afecto elevaban el ánimo de la albina y acrecentaban sus ganas de irse pronto para regresar aún más rápido. Quería encontrar las respuestas al por qué de sus amarguras y así descifrar cómo tener un buen futuro.

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I Will Be Back One Day To You
So Please Wait For Me.

.-.-.-.

Ilúvënis tuvo que soltarse de Leon y de nuevo salir corriendo sin mirar atrás como toda una cobarde, pero se convenció de que era la última vez que lo hacía. De todas formas, si en esa ocasión huía era para alejar a Leon de sus problemas.

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Ahora todo se encontraba en su lugar. La vagabunda errando, y Leon como al principio…Solo.

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¿Les parece cruel la vida? ¿Les parece confusa?...

Aún les falta leer el epílogo…

.-.-.-.

FIN.

.-.-.-.

Nota final.- Podría poner aquí una lista de las personas a las que deseo agradecer, pero no lo haré. Ustedes ya saben sus nombres y sus apellidos, saben quiénes son, dónde viven y cómo son porque conviven con ustedes 24/7. Sí… Gracias a los que leen mis notas, gracias a los que me dejan reviews con frecuencia, gracias a los que me apoyan y me alientan. Gracias a ustedes, los que están ahí frente a la pantalla de su computadora dedicando tiempo a este escrito.

Sin más, los dejo con el epílogo, que lo disfruten.

Se despide:

Galdor C.