Holaaa
Siento haber tardado tanto pero esty de examenes y la uni no perdona..
Weno aki esta el siguiente capitulo jeje
Espero ke os guste
Capitulo 3
Hikary se encerró en su cuarto y se apoyó contra la puerta. Su hermana no había cambiado nada, seguía teniendo tan mas carácter como ocho años atrás. Se paso las manos por la cara con rabia para secarse las lágrimas. Después se acercó a la ventana y descorrió las cortinas permitiendo que el sol entrase en la habitación. Seguramente se hermana volvería a enviarla lejos de allí. No consentiría que se hermanastra tuviera tratos con un vampiro y menos uno que estaba bajo su mando.
"No" se dijo " Mi hermana no volverá a controlar mi destino. Antes de que me eche ella me iré yo".
Abrió la puerta del balcón desfrutando de la suave brisa. A diferencia de los habitantes de Londres ella creía que estaba habituada al clima mucho más cálidos de España.
Señorita – oyó que alguien la llamaba a través de la puerta.
¿ Quién es? – pregunto.
Soy Walter.
Pasa – pidió Hikary.
El mayordomo entró en la estancia sin poder disimular un aire de preocupación.
No te preocupes Walter, estoy bien – dijo ella sonriendo.
Quisiera pedirle que saliese de la habitación durante un rato. Han llegado el resto de sus cosas y me gustaría poder colocarlas ahora.
Pero eso debería hacerlo yo ¿no?. Son mis cosas.
Por favor. Insisto en que salga de la habitación y nos deje hacerlo a nosotros – respondió el mayordomo conduciéndola con suavidad pero con firmeza hasta la puerta.
Al salir al pasillo Hikary se quedó sin habla al ver como una chica rubia de pelo corto cargaba ella sola con un gran armario. Al verla la chica de pelo rubio dejó el armario a un lada para dejarla pasar.
¿ Co... como has...? – preguntó Hikary señalando el armario nerviosamente.
La otra se limito a sonreír enseñando los colmillos.
A, ya entiendo – continuo Hikary.
Mi nombre es Victoria, señorita.
¿También estas al servicio de mi hermana? Entonces supongo que tendrás algo que ver con Alucard.
Él es mi maestro. Si me disculpa señorita debo meter esto en su habitación.
Por supuesto. Luego quizás nos veamos. Procura no ponerte al sol. – bromeó mientras se alejaba.
Descuide – respondió Victoria al tiempo que volvía a cargar con el pesado mueble.
Hikary deambuló por los pasillos del piso superior hasta que llegó a la puerta del despacho de Integral. Allí se detuvo con el ceño fruncido, sin apartar la mirada de la puerta. Si tan solo su hermana pudiese ser mas tolerante y comprensiva. Representaba el estereotipo del típico caballero ingles: rigida y fria.
Descendió por las escaleras y salió al patio. Al salir al sol se protegió los ojos con una mano y miró alrededor buscando algo de sombra donde refugiarse. A lo lejos vio el árbol donde solía columpiarse de niña. Se acercó hasta él buscando la protección que le ofrecían sus hojas. Al llegar allí se alegró al comprobar que su columpio seguía intacto. Pasó las manos por el asiento de madera sintiendo su rugosa superficie. Después las deslizó por las ásperas cuerdas que lo sujetaban al árbol. Sonriendo se sentó en él y se meció suavemente.
Desde la ventana de su despacho Integral miraba a su hermana. La recordaba haciendo eso mismo ocho años atrás. Aunque no le gustase admitirlo le había echado de menos pero había creído necesario alejarla de todo aquello para protegerla. Por eso le había dolido tanto el saber que a pesar de todos sus esfuerzos no había podido evitar que la tocase el mal más primigenio. Pero tampoco le gustaba admitir que también parte de su enfado era por la envidia. Por culpa de su trabajo nunca había podido tener ninguna relación de ningún tipo con un hombre, ni siquiera con su siervo. Y su hermana si podía porque no tenia ninguna responsabilidad aparte de la de vivir su vida.
Tendría que disculparse. No quería estar peleada con su hermana y menos si iban a vivir en la misma casa.
"Pero será mas tarde" pensó "quizás durante la cena"
Acto seguido corrió las cortinas de su ventana por lo que no pudo ver como una sombra iba perfilándose junto al árbol donde se columpiaba Hikary.
Mmm
Mmm
Parece ke el capitulo kedó un poco corto no? Bueno pues pongo otro mas y asi es como mas aparente no?
Venga
Capitulo 4
¿ Te diviertes? – preguntó una voz a espaldas de Hikary.
Ella se volvió para ver a Alucard de pie apoyado contra el tronco del árbol y aun sin camisa.
¿No te molesta el sol?
Apenas – respondió él.
Pero si eres un vampiro...
Pareces olvidar lo poderoso que soy.
Ya, ya – se burló Hikary – menos lobos caperucita.
Hikary se levantó y apoyó la mano en el columpio pero la retiró rápidamente al tiempo que soltaba una exclamación de dolor.
Me he pinchado – dijo mientras se miraba el dedo corazón donde empezaba a formarse una pequeña gota carmesí.
Alucard se estremeció al ver como ella se llevaba el dedo herido a la boca y se lo chupaba en un gesto casi erótico.
¿De veras os llama tanto la atención la sangre? – preguntó ella de forma distraída mientras seguía mirando su dedo donde empezaba a formarse otra gota de sangre. – No sabe mal pero... no se.
Sin saber realmente lo que hacia, Alucard caminó hacia ella y tomando su mano entre las suyas se la llevó a los labios. Hikary no apartaba la mirada de sus ojos del color de la sangre. Él entreabrió los labios y sacó la lengua lamiendo la sangre de su dedo. Ella se estremeció soltando un gemido de sorpresa al sentir la sensación electrizante que recorrió su todo su brazo.
En ese momento Alucard pareció volver a la realidad.
Lo ... lo siento – dijo a modo de disculpa mientras le soltaba la mano – No era mi intención, no se porque lo he hecho.
Él hizo ademán de irse pero ella le agarró del brazo.
Espera – pidió ¿ Vendrás esta noche a mi cuarto?.
El vampiro se quedó mirándola fijamente de una forma extraña y ella enrojeció hasta la raíz del cabello al comprender el significado que parecían tener sus palabras.
Yo... no lo decía en ese sentido. Era para que vinieses a contarme historias como cuando era una niña.
El sonrió de manera enigmática.
No me digas cosas que pueda interpretar de otro modo – respondió él con aire divertido – Ya sabes que hace siglos que no estoy con una mujer.
Dicho esto desapareció en el cálido aire de la tarde.
Hikary se agarro el brazo recordando aquella sensación y se preguntó si sentiría lo mismo al ser mordida por un vampiro. Sin saber exactamente porque deseo que se pusiese el sol cuanto antes.
