1.-Navidad Sin Ron y Hermione.
Las Navidades se acercaban y Harry, Ron y Hermione, estaban en la sala común de Gryffindor haciendo los últimos preparativos. Cursaban su sexto año, y querían que esa Navidad fuera única. Desgraciadamente Ron vino con malas noticias…
-Chicos, no voy a poder pasar las Navidades con vosotros.
-¿Por qué?-preguntó Harry apenado.
-Mis padres, quieren que pase junto con Ginny, Fred y George unas Navidades en familia.-dijo apesadumbrado Ron.
-Hasta luego, me tengo que ir.-dijo Hermione que había estado escuchando la conversación.
-¿A dónde vas?-preguntó Ron.
-A la biblioteca.-contestó ella.
-Para variar.-murmuró Ron.
Hermione se dirigió al retrato de la Señora Gorda, lo atravesó y desapareció. Ron se dejó caer encima de la mesa. Harry le dio unas palmaditas en el hombro y le dijo;
-Vamos Ron, no es para tanto. El año que viene será.
-Pero es que siempre pasa algo. ¿Y si el año que viene la que se va es Hermione?...
-No Ron, yo me voy este año.-le interrumpió Hermione.
-¿De donde has salido?-preguntó Ron asustado.
-No me he movido de aquí.-contestó ella.
Ron no pudo articular palabra. Harry frunció el entrecejo, últimamente, Hermione estaba rara. Harry lo había notado, y estaba seguro de que Ron también sospechaba algo. No en vano eran sus mejores amigos. Cuando Harry reaccionó, recordó lo que había dicho Hermione sobre que ella también se iba.
-¿Hermione, es cierto que tu también te vas?-preguntó Harry.
-Así es. Mis padres acaban de enviarme una carta, quieren pasar la Navidad conmigo. Dicen que hace cuatro años que no la pasan, y les apetece.
-Parece que se hayan puesto de acuerdo.-comentó Ron.
-Lo siento Harry, estas Navidades te toca estar solo.-dijo Hermione.
-Sí… eso parece.-suspiró resignado Harry.
En realidad a Harry no le parecía tan mal pasar las Navidades solo. Durante los diez primeros años de sus vida, las Navidades las había pasado con los Dursley. Y eso era como pasarlas solo, ya que ni le hacían caso, ni le daban regalos, ni nada. Simplemente hacían como que no existía.
Al menos, estando en Hogwarts, recibiría felicitaciones de sus amigos. Además, en Hogwarts aún le quedaban muchas cosas por descubrir.
Es decir, si los merodeadores, entre los que se encontraba su padre (N/A: ya se que lo sabemos todas, ´ ), no habían descubierto todas las cosas increíbles e inimaginables, que había en el castillo, quizás él con un poco de suerte (y con la ayuda del Mapa Merodeador y su capa invisible) descubriría algo nuevo.
Desde luego esa era su oportunidad. No dudaba que con Ron hubiera sido más divertido, y que Hermione no hubiera dejado de decirles que estaba mal, pero hacerlo él solo le daba más satisfacción. Aunque, claro, eso jamás se lo diría a Ron. Sería un duro golpe para él.
Los días que faltaban para que comenzaran las vacaciones de Navidad, pasaron rápido, y Harry cada vez estaba más triste. Ron intentaba animarle, pero no lo conseguía. Y Hermione no era de gran ayuda, ya le había informado que estaría completamente solo en Gryffindor.
Todos se iban a pasar las Navidades a sus casas. Pero eso no era gratificante, era más bien pésimo. Incluso algunos profesores se iban. Sólo quedarían en Hogwarts, Dumbledore, McGonagal, Trelawney, unos que no conocía, y naturalmente, Snape.
De ese no se podía librar ni en Navidad. Definitivamente, Harry no tenía suerte,… ni una pizquita.
El día en que la gente se iba llegó, y Ron, Harry y Hermione se encontraban en la estación despidiéndose.
-Bueno Harry, que te lo pases bien.-le deseó Ron.
-Sí, sobretodo eso.-dijo irónicamente Harry.
-Bueno, así aprovechas y estudias para los exámenes.-le dijo Hermione.
-Pero Hermione, si para eso faltan milenios.-dijo Ron.
-No es cierto. Faltan apenas unos meses. Hazme caso Harry, repasa los libros.-le volvió a decir Hermione.
Harry asintió no muy convencido, pero a Hermione le pareció suficiente. Harry, ayudó a meter los baúles en el compartimento de Ron y Hermione. Y luego se despidió por última vez de ellos y bajó del tren.
Él se quedó en la estación, mientras veía como todo el mundo subía al tren para marcharse. Harry en cambio, se quedaría allí en Hogwarts. Aunque ni que decir tiene, que prefería estar en Hogwarts más solo que la una, a estar con los Dursley.
El tren arrancó, y con un último adiós con la mano de sus amigos, el tren cogió velocidad, hasta que no se pudo ver ni el humo.
Era hora de regresar al castillo, solo, completamente solo.
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Una mirada plateada lo observaba escondida en la lejanía.
Sonrió, era hora de que el chico dorado de Gryffindor, se enterara de lo que valía un peine.
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Bueno, hasta aquí el primer capi. Espero que les haya gustado. Y que me dejen muuuuchos reviews!
Sí! Sean buenos, que estamos en Navidad!
Best Wishes!
AureaAspen
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