Tachán! Tachán!
Actualicé! Sí, sí, sí! Después de casi un mes!
Me encanta que les haya gustado, y que me hayan dejado reviews! Y nada menos que 6!
RociRadcliffe - hola, ya estoy de vuelta, y la verdad es que el argumento es muy simple, pero he intentado hacerlo lo más atractivo posible. Ya me contarás si lo he conseguido.
HarukoFLCL- yo tampoco entendía nada cuando terminé de escribir el primer capi! Jaja, no sé en lo que pude estar pensando! Gracias por lo de la redacción, debo tomarlo como un cumplido? Y no, Draco no está utlizando la multijugos... jeje.
Magaso Urashima- interesante... jaja! Eso es lo que intentaba, que fuera interesante, Gracias!
Vampisandi- me alegra que te guste, y como puedes comprobar ya la he seguido.
manini- gracias, jaja, me hizo gracia eso de colección! Claro que los colecciono! Acaso no lo hacemos todos?
asle - gracias por lo del sabor de boca! Será otro piropo? Jaja! Y escribo, tranquila, yo escribo!
Bueno, en general, hansido buenas todas las impresiones que he recibido del fic, cosa que me enorgullece enormemente. Muchas gracias a todos!
Realmente, no llegé nunca a pensar que gustaría, me limité a escribir una sencilla idea que se me vino a la mente. Y como las Navidades estaban cerca... qué mejor que hacer acopio de ellas!
Y éste fue el resultado.
Gracias.
¿No es increible todo lo que puede significar una palabra tan pequeña?
2.- ¿Solo En Hogwarts?
El tren arrancó, y con un último adiós con la mano de sus amigos, el tren cogió velocidad, hasta que no se pudo ver ni el humo.
Era hora de regresar al castillo, solo, completamente solo.
OoooOoooOoooOoooOoooO
Una mirada plateada lo observaba escondida en la lejanía.
Sonrió, era hora de que el chico dorado de Gryffindor, se enterara de lo que valía un peine.
OoooOoooOoooOoooOoooO
Harry en vez de volver directamente a la sala común, que ahora estaría vacía, decidió ir a dar un paseo.
Le gustaban los paseos.
Le gustaba pasear solo.
Por las tardes, en verano, cuando estaba en casa de los Dursley, solía hacerlo. Solía salir a pasear. Quizás era por que quería quitarlos de su vista durante un rato o quizás por que echaba de menos algo de compañía, al igual que ahora.
Pero eso no tenía solución. Sus amigos se habían ido y no quedaba nadie en la sala común de Gryffindor. Harry paseó largo y tendido por los jardines de Hogwarts, pensativo. Esas iban a ser las Navidades más tristes que iba a pasar en sus dieciséis años de vida.
Cuando regresó a su sala común se entristeció más. Cualquiera hubiera dicho que era un muchacho solitario. Y a decir verdad, en cierto sentido así era. Pero no en aquellos momentos, en los que prefería la compañía de Ron y Hermione. Incluso prefería pelearse con Malfoy a estar solo sin tener nada que hacer.
Recordó lo que le había aconsejado Hermione. Sí, aprovecharía el tiempo y se entretendría estudiando y practicando. Con voluntad, cogió el pesado libro de transformaciones y se puso a leer:
"Para transformar cualquier animal en otro animal, es necesario poseer una gran destreza manual y articular. Es necesario, por tanto, que para aquellos principiantes, que quieran llevar a cabo la transformación, realicen los movimientos articulares pertinentes de la muñeca…"
-Así que movimientos "muñecales".-dijo irónicamente Harry.
-Así es Sr. Potter.
Harry dio un respingo, se le calló el libro al suelo, y las gafas se le resbalaron hasta la punta de la nariz.
-Profesora McGonagal…-dijo Harry aún temblando por la impresión y colocándose en su sitio las gafas.
-Sr. Potter, he venido a comunicarle que la comida está lista.-dijo McGonagal, con su natural tono sereno en la voz.
-Gracias, profesora, pero no hacía falta que viniese.
-Ciertamente es así Sr. Potter, pero Dumbledore lo creyó apropiado.-concluyó McGonagal, y se dio la vuelta.
Había llegado al retrato cuando Harry se dispuso a recoger el libro. McGonagal se dio la vuelta y dijo, sobresaltando de nuevo a Harry;
-Sr. Potter, debería cuidar mejor sus libros. Sobretodo siendo por el que yo imparto clase.-y añadió.- Y por cierto, dese prisa. Le están esperando.
Harry levantó la cabeza del suelo, donde se encontraba, al haber ido a recoger el libro del piso, y miró extrañado a su jefa de casa. ¿Qué le estaban esperando?
¿Quién le esperaba?
OoooOoooOoooOoooOoooO
-¿Profesor Snape¿Está seguro de que todo esto funcionará?-preguntó un muchacho de ojos plateados.
-Draco, confía en mí. Dime¿alguna vez me he equivocado?-le preguntó Snape, terminando de mover algo en un caldero.
-No, pero…-comenzó Draco a decir, pero el profesor, que ya había metido el líquido del caldero en un vaso, se lo mostraba con impaciencia.
Draco suspiró. Cogió el vaso y sonriendo de lado a su padrino, tragó saliva y se lo bebió todo de un trago.
"¡Está horrible!", pensó Draco, haciendo una mueca.
OoooOoooOoooOoooOoooO
Harry siguió a la profesora, quien, en vez de dirigirle al Gran Comedor, le dirigió al despacho de Dumbledore.
-Profesora-le llamó Harry.
McGonagal contestó un débil "mmm…", que a Harry le bastó, para preguntar:
-¿No deberíamos ir a comer al Gran Comedor?
-Albus ha decidido que, como somos tan pocos, podíamos comer todos en su despacho-explicó la jefa de la casa Gryffindor.
Harry asintió con la cabeza.
Al llegar a la gárgola, vio con curiosidad que alguien más se había quedado esas Navidades.
Una chica.
Y bastante atractiva. Era alta, casi tanto como él. De un cabello rubio platino, que le recordó a Fleur Delancour y unos ojos tan plateados, que la imagen de Draco Malfoy le resonó en todos y cada uno de sus sentidos. Harry negó con la cabeza, apartando la horrible visión del rubio de su mente.
Sus ojos observaron detenidamente a la muchacha, que no se había dado cuenta de su presencia ni la de McGonagal, ya que se encontraba inmersa en la que parecía una amena conversación con el endemoniado profesor de pociones, Severus Snape.
Harry permaneció con la atención puesta sobre la indudablemente hermosa joven. Los ojos verdes del moreno la recorrieron de arriba abajo, haciendo un verdadero examen a ojo. Harry estaba confusamente intrigado. ¿Quién sería aquella chica¿Cómo había llegado¿Estudiaría en la escuela¿Sería de su curso? Por que si lo era, no la recordaba de ninguna de sus clases. Y si no estudiaba en Hogwarts¿qué diantres hacía allí?
Una llamada por parte de su jefa de casa le robó la atención que tenía puesta en la muchacha.
Snape y la chica se voltearon sorprendidos, dándose cuenta por primera vez de que había alguien allí.
Los ojos de la bonita joven, se posaron sobre Harry. Haciendo que éste se encontrase incómodo. La chica le analizó con la mirada, decidiendo si él merecía su atención.
Sus ojos plateados se posaron sobre la cicatriz que el Gryffindor lucía en la frente, y que intentaba tapar aplastando su revuelto pelo sin conseguirlo. La rubia le observó con curiosidad, en sus ojos claramente se podía leer la pregunta: ¿eres realmente tú o son imaginaciones mías?
Harry elevó su rostro unos instantes, para cerciorarse de que ella todavía le observaba. La mirada de ambos se encontró.
La de ella sonreía con calidez; la de él, con cierta timidez…
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