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Fic basado en la serie Gundam Wing:

SHINIGAMI, EN MEDIO EL CIELO II

Capítulo 9 La caída de los Ángeles de Fuego

Por DarkCryonic

CHILE 2006

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Lo último que vio, lo dejó confundido. ¿Por qué?... ¿Por qué...? Repitió hasta que ya no pudo escuchó su propia voz y sus ojos ya no le dieron más ayuda para saber dónde estaba. Sólo era conciente del sonido que había quedado en sus oídos partiéndole los tímpanos sin misericordia, mientras podía jurar que una especie de calor asfixiante lo empezaba a rodear.

Las imágenes sucedieron rápidamente por su adolorida cabeza y trató de pensar en cada una de ellas con detención, pero el tiempo iba contra sus deseos. Su cuerpo no estaba allí, o por lo menos no lo sentía.

¿Por qué...? Era tan difícil de comprender todo... las sombras eran parte del origen... ¿por qué había sucedido todo eso...? ¿por qué no había sido lo suficientemente fuerte para impedirlo...?

¿por qué...?

--¡Duo! ¿Dónde estás?...—Fue lo último que escuchó antes de perderse en medio de la oscuridad que invadía sus ojos y ahora, su mente.

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Duo prendió los propulsores de su Gundam y lo hizo alejarse hacia atrás, provocando que la chica del Inferno lo siguiera. Tenía que hacer que toda la base estuviera pendientes de ellos, por unos minutos más. Tenía que darle el tiempo suficiente a Heero para intervenir las comunicaciones.

Aún no podía dejar de pensar el absurdo cuento de la traición. Pero no había podido seguir el primer plan; y sabía muy bien, que Heero sabía de antemano que no podría llegar y hacerse amigos de los de Oz. No era tan cínico como se creía. Pero por lo menos lo había intentado.

Miró a su sombra y se detuvo. Su hoz se encendió mostrando su acostumbrado verdor luminoso, mientras frente a él notó a su sombra sacar su espada. Sería una batalla interesante y podría jurar, que sería la más difícil de su vida. Como buen caballero, y sonrió al pensarlo, esperó a que Mara hiciera el primer movimiento.

La chica, por su parte, pareció entender el gesto, y fue la primera en lanzarse contra el otro.

Duo se hizo a un lado, al notar que el filo de la espada rasgaba el vacío del espacio a su lado. Tan cerca que los radares de seguridad de Deathscythe se prendieron formando un escándalo frente a él, al cual no le presto demasiada atención por tener que enfocarse en el segundo ataque de la chica de cabello negro.

Sí que era rápida. Aunque eso ya lo sabía, ya que también había usado a Inferno en el pasado para salvarse el trasero en la explosión. Era una buena máquina. No podía negarlo, pero no era mejor que su Dios de la Muerte, que ya lo había salvado cientos de veces.

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mientras tanto...

--Se percibe movimiento.—Dijo Wufei, mirando su radar y notando 4 puntitos saliendo de la base espacial en 4 direcciones diferentes.

--Son ellos.—Dijo Quatre con seriedad.

--Vienen hacia nosotros.—Murmuró Trowa mientras observaba las rutas en que se separaban los 4 puntos tintineantes en su pantalla.

--Entré a la base.—Dijo Heero como si no hubiera escuchado lo anterior. --El virus está en su computadora central. – Terminó de decir enfocándose en la lucecita que se dirigía hacia él, en la pantalla.

--Creo que el virus es de lo menos que debemos preocuparnos...—Murmuró Wufei mirando el puntito que rápidamente se acercaba a él.

--La batalla de la cual hablaba Duo se está volviendo realidad...—Dijo Quatre mirando a sus compañeros a través de la pantalla.

Trowa y Heero se mantuvieron callados, pero el rubio notó aquel brillo que brotaba en ellos cada vez que se enfrentaban a una pelea, que habían decidido ganar desde el principio. Wufei por su parte mantenía sus ojos clavados en el Gundam que se acercaba con ansia a su encuentro. Y en un impulso encendió los propulsores, acercándosele también. Era mejor avanzar, que quedarse a esperar por la sombra.

Los demás siguieron su impulso.

--Nos vemos para la cena.—Dijo Quatre sonando con algo de frialdad. Los demás se sorprendieron, pero afirmaron con la cabeza, antes de que la comunicación se terminara. Quatre fijó su vista en el espacio y pensó en Duo. "Sé fuerte"...

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Base espacial...

--¡¡Quiero la imagen de las sombras en las pantallas!! – Gritó el comandante. Todos saltaron en sus puestos. Pero algo los dejó en medio de un silencio llenó de terror. En medio de la gran pantalla apareció una imagen de una calavera en rojo.

Uno de los soldados empezó a digitar con rapidez en su tablero. Los demás le siguieron, mientras el comandante miraba a todos con los ojos como platos de abiertos, esperando que alguno se dignara a informarle qué diablos estaba pasando y qué era eso que había en la pantalla.

--¡¡Es un virus, comandante!!—Gritó uno de los soldados, que se paraba de su puesto y salía corriendo seguido de dos más hacia el centro de control maestro de la base.

--¿A dónde diablos van? – Preguntó el comandante.

--¡¡Van a salvar los paneles de información, antes de que sean destruidos por el virus!!—Grito otro que seguía digitando mientras las listas de códigos pasaban por su pantalla a toda velocidad, desapareciendo en algún lugar que desconocía. Estaban borrando y trasladando archivos a otro lugar. Si eran lentos, no podrían salvar nada de nada...

--¡¡Señor, los procesadores de aire están trabajando al 80 y están bajando!!—Gritó una muchacha desde la derecha. Poco después, alguien de la izquierda, informó que los generadores de energía también estaban disminuyendo.

--¿Qué está pasando?—Gritó el comandante paseándose entre sus subalternos con la cara roja y llena de descontrol.

--Las computadoras están volviéndose locas... y ellas son las que manejan la totalidad de las máquinas y programas de sobrevivencia que están en la base.—Le explicó el primer soldado que se había percatado del intruso.

--Señor!!! Los motores están fallando...!!—Gritó uno, en el mismo momento que un remezón hiciera que todos se aferrasen a lo que tenían cerca para mantenerse en pie.

--Si seguimos así, la base se perderá...!!—Grito otro soldado, que no dejaba de hablar con las diferentes secciones de la base, desde donde otros, respondían tan alarmados como todos en la sala de comando.

--Aconsejo abandonar la base.—Dijo uno de los soldados de mayor rango, parándose frente a su comandante, manteniendo la seriedad de su rango, mientras procesaba las posibilidades de tener que decidir que el comandante estaba fuera de sus cabales y tomar las decisiones por el bien de sus compañeros... sólo esperaba no tener que hacerlo.

--¿ABANDONAR? Eso nunca... esos malditos ya destruyeron una de nuestras mejores bases, no podemos dejar que pase lo mismo con esta!!

--Pero...—Intentó decir el soldado, pero sólo vio la espalda de su jefe alejarse en otra dirección.

--¡¡30 minutos para que nos quedemos con solo la mitad de los motores que nos ayudan a mantenernos gravitando en este lugar...!!

--¿Cuales son las consecuencias de que fallen todos?—Preguntó enfrentándose al soldado que lo miraba con turbación.

-- Señor... seremos atraídos por la orbita del planeta Marte. Y con el peso de la base, terminaremos estrellados en él.

La cara del comandante quedó blanca en menos de un segundo.

Miró a todos los soldados que estaban a su alrededor. Un momento de cordura, que todos creyeron verle perder ya minutos antes, volvió a él. Levantó la vista, como si mirara el cielo, y dijo:

--Recojan todo lo que pueda salvarse y preparen las naves para abandonar la base en menos de 10 minutos.—Todos se quedaron parados.

-- Ya escucharon al comandante, muévanse!!—Gritó el segundo al mando, mirando a sus compañeros con seriedad. Le devolvieron la mirada por un segundo, y se pararon de sus puestos tomando las cosas que podían ser de utilidad para la organización.—Debemos salir de aquí, señor.—Dijo acercándose al hombre que observaba la pantalla con el símbolo rojo que mataba todo lo que el creyó ser base y primer pilar del futuro de su ideal.

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Mientras tanto...

Todas las sombras estaban frente a los pilotos Gundam, pero no cada uno con su respectiva sombra. Trowa tenía frente a sí a Loki; Quatre a piloto del Calíope; Wufei a la piloto del Furia y Heero a Bóreas; y por último, Duo frente a Inferno.

El piloto del Calíope prendió su pantalla y esperó la comunicación con el piloto del Sandrock. Había escuchado hablar de Quatre y no podía sentirse emocionado al estar frente al más culto, por decirlo de alguna manera, de los 5 pilotos Gundam.

Quatre se sorprendió al ver el botón rojo junto a la pantalla parpadear. Levantó su mano con rapidez y lo encendió. Frente a él apareció el chico de ojos verdes que lo miraba de forma sonriente.

--"El ángel que se guía por su corazón..."—Murmuró Armand al sorprenderse ante la belleza del chico frente a él.

Quatre por su parte estaba confundido. Por un momento creyó estar viendo a alguien más frente a él, pero no... ese no era Trowa... podría tener un parecido, pero no era él. Hasta el Gundam era como el Heavyarms, pero de color gris oscuro...

--"La sombra de Trowa "... –Pensó.

Su sangre se volvió a calmar y se concentró. No estaba allí para hacer amistades, estaba frente a una de las sombras y su misión era deshacerse de ella.

--Ríndete o tendré que destruirte.—Dijo Quatre, mientras un brillo poco común se posesionaba de sus ojos.

--Mmmm... Lo siento, pero el destino me trajo a tu encuentro...—Dijo el chico sonriéndole al rubio, provocando un escalofrío en la espalda del árabe, y una sensación difícil de descifrar en su pecho.

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-- Por fin podré destruir a uno de los pilotos...—Murmuró la chica rubia, piloto del Furia, acercándose a toda velocidad al 05.

Por su parte, el chino se mantenía esperando al Gundam azul que llevaba un tridente en su mano derecha. Por lo que recordaba, era el Gundam que se parecía al suyo. Tenían poca imaginación, ya que copiarle el tridente no tenía nada de gracia.

Aún así tenía una especie de curiosidad por saber quien era el piloto de dicha maquina. Eso de las sombras, era una duda que no le había dejado en paz desde que veía las reacciones de Maxwell desde que se había enterado de ellas. ¿Qué tan malo podía ser encontrarse con alguien que se le parecía?...

No pudo seguir reflexionando, ya que sin percatarse vio pasar por su lado parte del tridente rozando parte de Nataku.

--Diablos...—Dejó escapar, mientras se ponía en guardia, al mismo tiempo que tomaba su propio tridente entre sus manos, para devolver el ataque.

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--Esto será muy interesante.—Dijo el piloto del Loki al darse cuenta de muchas cosas, más cuando empezó a percibir las emociones que venían desde sus compañeros desde las diferentes partes en medio del espacio. La impaciencia de Belona, la emoción de Armand, la fuerza de Mara...

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El piloto del Bóreas se detuvo a unos 50 metros del Wing. Sus ojos grises se posaron en el "ala" y viajaron por el, con tranquilidad. Era primera vez, que lo veía en vivo. Las interminables horas frente a la pantalla donde les mostraban a los Gundam y sus habilidades, le habían predispuesto a muchas ideas, pero más fuerte que todo, eran sus propias ganas de ver al 01 frente a frente y derrotarlo.

Matar al emblemático Heero Yuy... esa era su misión... más que salvar a la tierra de las molestas colonias.

Al no notar movimiento en su adversario, desplegó sus dos espadas láser, con tranquilidad.

Heero, estaba atento a los movimientos del Gundam azul frente a él. Supuestamente era el líder de las sombras y contra él, estaba destinado luchar desde hace mucho.

La pregunta que tanto quiso evitar vino a su cabeza. ¿Soldado perfecto? ¿Tendría que cargar con la misma cruz, que él?... Pero antes si quiera ponerse a pensar en ello, vio aparecer las espadas de energía de su contrincante. Sus ojos se entrecerraron levemente. Cuando notó el primer ataque, sacó su propia espada y respondió el movimiento... Sólo uno de los dos sobreviviría...

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Trowa Barton se quedó quieto al notar el Gundam rojo con negro frente a él, más cuando vio que llevaba un hacha entre las manos. Ese no era el piloto que esperaba encontrarse. Ese Gundam era la sombra del rubio.

La pantalla se prendió frente a él y un chico de ojos castaños y cabellos corto oscuro le salió al encuentro.

--Sí, ya sé... no es a mí, a quien esperabas... no es así.—Dijo Dav, medio sonriendo.

Trowa no contestó, pero se le quedó viendo con fijeza.

Te comunico que tu sombra, por llamarla así, esta con el 04... "divirtiéndose"... – Dijo como si nada. Pero pudo notar la inquietud que venía del chico de ojos verdes. Su mente dio un resplandor y la palabra BINGO viajó por su cerebro. –- Lamento ser yo, quien se enfrente a ti...—Terminó por decir el piloto del Loki sin quitar sus ojos de la cara del otro.—Pero así es la vida... –- Dijo apagando la comunicación antes de darle tiempo a Trowa de decir algo.

"Así que no eres un chico sin sentimientos"...—Pensó el piloto del Loki mientras miraba parte del espacio oscuro que los rodeaba. "Será un largo día..."—Pensó mientras estiraba sus brazos y sonreía con cierta sutil malicia. Sí, ese ya no era Dav, sino Loki...

El de ojos verdes se quedó quieto. No le había agradado que Quatre estuviese enfrentando a su sombra y que el tipo frente a él, hubiese usado la palabra "divirtiéndose", más cuando se refería al rubio. Antes de siquiera pensarlo apunto una de sus armas contra el piloto del Loki, tenía que acabar lo más pronto posible para ir en ayuda de Quatre.

Todo había empezado...

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--Sí que es muy buena...—Murmuró Duo mientras notaba que a nivel de daños, Deathscythe estaba peor que el Inferno.

--Ya deja de alabarme, y pelea!!—Gritó la chica apareciendo en la pantalla. Duo sonrió algo sorprendido.

Antes de poder decir alguna cosa, la chica desapareció de la pantalla... Inferno arremetía con todas sus fuerza contra el Dios de la muerte, para mandarlo al averno de una sola vez por todas...

Duo notó el peligro y se lanzó también, esperando que algún milagro lo mantuviera vivo...

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Después de más de 15 minutos de intercambios tanto de golpes como de palabras, ya se estaban dejando notar las ventajas de unos sobre otros, pero no la perdida de energía de ambos. Estaban allí por algo más que las paz de las colonias o de la tierra, estaban para decidir quienes eran los dueños del cielo que se disputaban... Ángeles de fuego incendiando el cielo...

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-- "Tus leves saetas no cortan mi fuego"—Dijo Armand, estableciendo comunicación con el piloto de Sandrock.

Quatre estaba furioso consigo, ya que no podía concentrarse de lo mejor. No podía quitarse la idea de que estaba peleando contra Trowa.

-- Ya basta!! – Se gritó a sí mismo con fuerza mientras apretaba los controles. – No es él... no lo es...—Se repitió, sin percatarse de que el chico de ojos verdes lo observaba.

-- No lo soy...—Dijo.—Soy mejor.—Quatre levantó la mirada y se quedó petrificado. Se sintió un grandísimo tonto. Claro que ese tipo no era ni parecido a Trowa... nunca lo sería...

-- Mis saetas te mandarán al infierno...—Murmuró Quatre lanzándose contra el Calíope con sus espadas curvadas listas a cortar a su enemigo en dos, mientras veía una extraña sonrisa en el rostro de Armand. (Sabía que la mala influencia del trenzado contagiaría al lindo Quatre xD)

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Trowa se sorprendió al notar que el piloto del Loki se quedó quieto por un momento, pero aún así no dejó de estar en guardia, ya que había comprobado que el hacha era un arma bastante destructora...

--Veo que 04 es muy valiente.—Dijo de pronto Dav.

Trowa escuchó sus palabras con detenimiento. Si aquel chico era la copia de Quatre debía tener el mismo don que el rubio.

Lastima que...—Pero no continuo, dejando a Trowa con la incertidumbre. ¿Sería que Quatre estaba en peligro?...

No pudo seguir pensando ya que el hacha fue blandida por Loki muy cerca de la cabina del Heavyarms, causándole un escalofrío.

-- Si no me derrotas, no podrás hacer nada por tu amiguito.—Dijo Loki. Trowa abrió sus ojos con fuerza. ¿Acaso sabía? Sólo recibió una sonrisa como respuesta del chico del Loki.

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Heero miró a su alrededor. El piloto del Bóreas era rápido y escurridizo como ninguno. Pero no podía dejar de pensar en los demás. El asunto de la base era cosas de minutos; pero si a él le estaba siendo difícil deshacerse de su sombra, qué estaría pasando con el resto de sus compañeros. Sí, leíste bien... compañeros... el tiempo le había hecho comprender que el estar juntos era algo más que por salvar las colonias. Era una manera de mantener el centro de sus vidas y no perder la realidad fuera de las peleas.

Un golpe seco en las espaldas de Wing lo sacaron de sus pensamientos, y lo volvieron a su peligrosa realidad circundante. Las espadas de láser hacían cortado parte del fuselaje de uno de sus brazos. Ya no podía perder más tiempo...

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Belona clavó con todas sus fuerzas el tridente en uno de los costados del Gundam de Wufei.

--No puede ser.—Murmuró el chino mientras apretaba los dientes con fuerza. – Debe ser una mala broma...—Agregó mientras conseguía empujar al Furia con todas sus fuerza, provocando que quitara el tridente del costado de Nataku.

-- No es una broma...—Escuchó que le contestaba una voz femenina y firme.

Wufei abrió los ojos con sorpresa, ya que no se esperaba encontrarse con una en una circunstancia así. Más después de haber demostrado que el piloto del Furia, sí sabía usar un Gundam.

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--Aun crees que eso me hará algún efecto...—Dijo Loki mientras esquivaba las balas que lanzaba Trowa. Quien sólo pensaba en deshacerse luego del loco del hacha... piloto del hacha (gomen)...

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--¿Porque no te unes a nosotros?—Preguntó Armand mientras sujetaba del cuello a Sandrock, ocasionándole más de un problema a Quatre.

--Nunca...—Gritó Quatre usando todas sus energías para dirigir a su Gundam y liberarse de su enemigo. Lográndolo de un movimiento, lanzando al Calíope por sobre de la cabeza de Sandrock.—No debo perder tiempo, tengo un mal presentimiento...—Murmuró Quatre mientras trataba de centrarse en su enemigo, y no en el creciente dolor en su pecho, que le quitaba parte de su concentración. Las imágenes de sus compañeros no se quitaban de su mente. Aun más de dos de ellos, Duo y Trowa.

Así que aprovechando sus fuerzas y las ganas de contradecir al destino que se burlaba frente a él, mostrándole las imágenes como diciéndole en la cara que no tenía fuerza para impedirlas, y aprovechando el leve descuido del piloto del Calíope arremetió contra éste, enterrándole las agudos filos a los costados de la cabeza de la máquina, provocando la parálisis del Gundam.

--Te repito la opción... – Grito Quatre.—Ríndete o tendré que destruirte!!...

Armand miró con una sonrisa el monitor frente a él, viendo la viveza en los ojos del rubio.

--Tendrás que destruirme...—Contestó con un tono relajado que sorprendió a Quatre, dejándole ver que frente a sí, tenía a alguien que no temía a la muerte.

Así que sin saber cómo o porqué, sus manos en los controles se tensaron provocando que las espadas del Sandrock atravesaran la coraza del Calíope y literalmente decapitó al Gundam. Sus ojos se abrieron grandemente al notar las pequeñas explosiones que venían desde el enemigo, y con rapidez quito sus espadas curvadas de él. Miró por un segundo la sombra y como si un rayo de lucidez le llegara del cielo, se apuró a ir en ayuda de quien más parecía necesitarlo.

"Las llamas de los Ángeles, se extinguen en medio de la nostalgia"...—Dijo Armand mientras soltaba los controles y apoyaba su cabeza en el respaldo, mientras cerraba los ojos y la imagen de su pasado viajaba por su mente, recordándole quien había sido alguna vez...

Mientras Quatre recorría la distancia que lo separaba de su destino ... una explosión a sus espaldas iluminó el frío espacio.

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Continuará.

DarkCryonic

Chile 2006.