Sublime

Advertencia – Yaoi (relación chico –chico), Lemon (situaciones explícitas).

Muchísimas gracias a Zhena Hik, ya que ella fue la maravillosa escritora que se dedicó al lemon... sinceramente lo intenté... pero no pude... GRACIAS ZHENA HIK...

Historia dedicada especialmente a Shaman Karo... ¡Es toda Tuya!

Petición: En caso de que usted, lector, encuentre ofensivo el contenido de esta historia, Hágamelo saber, y cambiaré su Rating; así como tomaré acciones correctivas. Gracias por su comprensión.

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Capítulo 2: Error

– Cierra la boca – siseó Kai, mirándolo con desaprobación.

– lo siento... es que... este lugar es…… increíble – balbuceaba, entrando a un departamento, en el edificio más alto y lujoso de Japón. Las paredes eran de vidrio blindado y polarizado, dejando ver hacía afuera la hermosa ciudad, iluminada por las luces de los faros, casas y algunos otros anuncios gigantes...

– hn, si lo quieres, te lo vendo, yo quiero uno de arriba – comentó secamente el peliazul, no dándole importancia al lugar.

– ¿Hay algo más grande que esto?... – preguntó sorprendido. Todo el piso, era el departamento de Kai, 4 habitaciones, todas de gran tamaño, con baño y vestidor, la recamara principal con un hermoso jacuzzi azul. Una cocina negra increíble, de perfecto tamaño con todo y su desayunador, una sala aun más grande que la de la oficina de Yuriy... aparte de las cuatro habitaciones, tenía un estudio, donde una enorme computadora con pantalla de plasma yacía.

– si, entre más alto, mejor, los últimos pueden ser de dos o tres pisos – lanzó su chamarra, saliendo del ascensor.

Un ascensor que te llevaba al piso del cual pertenecía tu llave... era lo que el chino había soñado cuando decidió irse a vivir a Japón.

– es increíble – corrió a asomarse por una de las grandes ventanas... ¿O paredes?... bueno era lo mismo, se podía ver hacia afuera – ¿Se ve de afuera hacia adentro?... – preguntó curioso.

– je, claro que no, imbécil – respondió molesto Kai... pero aguantaría al chino, con tal de llevárselo a su cama – "Cuanto antes mejor"

– y cuando hay mucho sol... ¿No te molesta?...– cuestionó, imaginándose que los días de calor probablemente eran insoportables en un departamento así.

Escuchó como Kai movía unos botones, se giró, para ver que apretaba unas cosas, y unas increíbles hojas metálicas cubrían las paredes de vidrio, oscureciendo completamente el departamento. Se quedó quieto, no podía ver ni la punta de su nariz... Era así de fácil, te molesta el sol, cubres los cristales y listo – "Este lugar es increíble" – sonreía.

Y no sólo el departamento, sino también el automóvil en el que llegaron, un hermoso coche negro para dos personas extranjero, deportivo y convertible... No podía creer el tipo de vida que esos muchachos llevaban – "Viven como estrellas de películas" – se maravillaba.

Brincó de pronto, sintiendo como un cuerpo se pegaba a él, recordó la razón por la cual estaba ahí. Kai lo rodeaba con sus fuertes brazos, una mano acariciaba su espalda, mientras otra bajaba sin pudor a sus glúteos, una boca comenzaba a besar su cuello, lamiendo algunas veces.

Nunca le habían tocado los glúteos de esa forma, se sentía apenado – no, espera – pidió asustado, intentando alejar esa grosera mano que lo apretujaba.

– shhhh, tranquilo – le dijo Kai al oído, sintiendo más miedo que tranquilidad, pues por más que intentaba alejarlo, más se daba cuenta que no podía, sus palabras en su oído, lo hacían temblar, y sus manos en el cuerpo provocaban que quisiera salir corriendo del lugar.

– no, por favor detente – chilló, colocando sus manos en el musculoso pecho del ojicarmín, empujándolo.

– arg... ¿Qué sucede?... – preguntó molesto por la negación del joven, separándose un poco, para tener su rostro frente el del chino – ¿Así te vas a comportar con tus clientes?... no vas a ganar ni un yen – gruñó.

– lo…lo siento – se disculpó – pero... no estoy... seguro – balbuceó asustado. Su corazón se tranquilizó un poco cuando vio al peliazul alejarse de él.

– ven – extendió Kai su mano, queriendo guiarlo a la habitación – sígueme – instruyó cuando Rei tomó su mano. El ojidorado no sabía cómo era que su anfitrión podía guiarse en el departamento a pesar de lo oscuro que éste estaba.

La oscuridad era densa, y sus nervios aún más. No sabía qué hacía ahí, no sabía qué iba a pasar, no sabía cómo iba a pasar, y no sabía ni donde estaba... ¿Si se negaba, Kai lo obligaría?... Se dio cuenta que entraban a una habitación, donde de pronto un par de brazos lo empujaron, causando que su cuerpo cayera en una cómo cama de agua.

– vas muy mmmhh – sus quejas fueron ahogadas cuando otro cuerpo se recostó sobre él, comenzando a besarlo de manera enardecida, manos se metían bajo su playera, comenzando a acariciar su apiñonada piel, exaltándolo más, asustándolo, haciéndolo dudar de todo. – "Debí haberle ducho a Mariah que la amaba" – pensaba triste – "Debí haberla besado primero" – sentía las lágrimas comenzar a brotar de sus ojos, su estómago revolverse... quería correr y olvidar todo... su cuerpo tembló con el primer sollozo.

– tranquilo – murmuró el peliazul cuando sintió a su acompañante sollozar – no pasará nada que no quieras – dijo, colocando su rostro frente al del chino, sintiendo la respiración de éste chocar en su rostro – no te traje aquí para abusar de ti – explicó. Por primera vez mostrándose un poco más humano.

– ya no quiero – respondió asustado – ya no quiero – repitió. Sus ojos aun no podían distinguir nada en la habitación, pero podía sentir a Kai sobre su cuerpo y ese rostro de ojos carmín frente al suyo.

– aplaude – susurró el peliazul, mientras liberaba ese hermoso cabello negro de su amarre, esparciéndolo por toda su cama, deseando verlo...

– ¿Q–Q–Qué?... – preguntó con lágrimas aun en sus ojos, confundido.

–aplaude, una vez, hazlo – ánimo, desplegando una pequeña sonrisa cuando el nervioso ojidorado obedeció. Para sorpresa de Rei, al momento que aplaudió, aun sin entender porque, una luz tenue se encendió en toda la habitación, dándole un aire bastante romántico a toda la escena...

Pero... ¿Qué de romántico podía tener?... Si estaba al lado de una persona a la cual no amaba, y estaba apunto de tener relaciones con ésta... pasó saliva nervioso, sintiéndose ahora más incómodo que antes, sin embargo, bastante sorprendido por lo que había ocurrido con las luces, se intentó incorporar levemente. El cuerpo sobre él no se lo permitió muy bien...

El peliazul sintió cómo el cuerpo del chino hacía su intento de levantarse, aun deseando escapar de él. Se decidió, sería más romántico, haría que el pelinegro le perdiera el miedo, le daría valor para lo que se aproximara. A pesar de ir absolutamente contra su estilo, lo seduciría lentamente – "Será como un reto" – el deseo por el ojidorado aumentó, de sentir su interior, tomarlo por completo. Paciencia ante todo, paciencia e intentar ser... ¿Sensible? – "pero que patético..."

El ojidorado dejó de sollozar, pero de pronto sintió como Kai lo miraba fijamente, pues el se había quedado de pronto viendo un punto en la habitación, pensando en que hacer... sin más, volteo a encarar al chico, sintiendo su intensa mirada posarse sobre su rostro. Sin darse cuenta se perdió en la penetrante mirada de aquel hombre – "la verdad es que tiene unos lindos ojos" – hasta ahora esa mirada era nueva para él, diferente a como lo había contemplado toda la noche...

Se perdían en la mirada del otro, Kai fue acortando la distancia, aun sin perder el contacto visual entre ambos, llegando lentamente hacia su objetivo...los labios del neko... los rozó delicadamente, y habló...

– déjate llevar – dijo en un suspiro, viendo como Rei cerraba los ojos, aun sin corresponder al beso. Kai tomo las riendas del contacto, saboreando los labios del chino, para luego comenzar a morderlos ligeramente, no como para causar dolor, sólo para incitar al chico a que abriera su boca y poder entrar en ella, comenzando a explorarla... El pelinegro accedió y apartó sus labios permitiendo que la lengua del ruso entrara, jugando pronto con la suya, un compás lento, pero rítmico, para después comenzar a llenar el beso de pasión y entrega...

Kai puso su mano a un costado de Rei, dejándola descender hasta la cadera de éste, donde se mantuvo unos momentos para esperar la reacción del menor, en un intento de esconder la rapidez con la que en realidad sus manos se movían, todo se trataba de estrategia, teniendo contacto visual con él, de una manera que no le diera miedo. Hasta ahora había logrado que correspondiera el beso, sólo había caído ante ese roce. Tenía que esperar un poco más para ver la reacción ante la sus manos...

Kon había comenzado a corresponder al beso de un momento a otro, cosa que le indico al bicolor que podía proceder con sus caricias, y así fue, sin esperar un momento más, el ojicarmín lo recostó sobre la enorme cama, aún sin separarse de él, todavía no era momento. Estando ambos recostados, el peliazul comenzó a mover su mano hacia la entrepierna del adolescente, comenzando con pequeños masajes a esta sensible parte, haciendo suspirar al chino, quien había intentado reprimir el suspiro, pero no lo había logrado. Kai lo notó...

Sin perder contacto, el peliazul comenzó a besar el rostro mojado de Rei, por las lagrimas que antes había derramado, mientras comenzaba a descender con sus besos hasta el cuello de éste, su mano que aun seguía masajeando al chico. Comenzó lentamente a subir su brazo, recibiendo un pequeño gemido, talvez como reclamo por dejar aquella caricia... Su traviesa mano se coló por debajo de las ropas de Rei, comenzando a acariciar su torso, escuchando los suspiros que este daba al sentir el contacto...

Kon se recriminaba por sus acciones, había correspondido al beso del otro hombre, si, lo había hecho, y todo por que había sentido la diferencia con la que este lo besó, y debido a ello no pudo resistirse, y peor aun al sentir las caricias que él comenzó a proporcionarle sobre su entrepierna, eran deliciosas... Su cuerpo se sentía tan bien cuando Kai acariciaba esa parte, que no pudo evitar dejar salir un pequeño gemido de protesta cuando éste abandonó su hasta ahora trabajo, claro que se culpaba por su propia acción, pero lo hecho, hecho estaba. Sintió como una mano del peliazul recorría su pecho debajo de la camisa, llevándosela en el camino de su caricia...

El ojicarmín se había llevado la camisa entre sus caricias, intentando con esto que Rei no se arrepintiera, y volviera con sus dudas... el chino al sentir su camisa estorbar cuando esta llegó al cuello, levantó ambos brazos para dejarla salir, sintiendo como Kai se colocaba sobre él, pasando ambas piernas por sus costados, al terminar de sacar aquella prenda pudo ver como la dejaban caer... ¿Dónde?... No importaba realmente... El experto joven se inclinó para volver a besar a Rei esta vez más cargado de fogosidad, y arrebato, mordiendo un poco más fuerte los labios del neko, aun sin causarle demasiado dolor...

Esos labios abandonaron los del pelinegro para comenzar a descender por el cuello de éste y seguir bajando hasta uno de sus pezones, succionando levemente, arrancando suspiros del chico bajo él. Kai abrió los ojos al escuchar el gemido que su contrario había soltado, y lo miró fijamente, aquel chico le devolvió la mirada, así que aun sin perder el contacto visual, sacó su lengua y soltó el pezón que tenia atrapado en sus labios, para comenzar a lamerlo con la punta de su lengua...

El neko no sabía ni por que sentía toda esa ola de sensaciones recorrerle el cuerpo, era toda una vergüenza que estuviera disfrutando de aquello, si se suponía que a él no le gustaban los hombres y... Sin saber por que bajó su vista hacia la del bicolor, observando como este lo miraba fijamente, para soltar su pezón y lamerlo con la punta de su lengua haciendo que un suspiro saliera de sus labios inconscientemente... intentó no perder el contacto visual, pero aquellas oleadas de sensaciones iban a parar a un mismo punto en su cuerpo, el cual comenzaba a despertar rápidamente sin que pudiera hacer nada...

Luego de seguir su recorrido hacia el otro pezón del chino, el bicolor volvió a repetir el acto, succionando, mordiendo, lamiendo aquella parte...nuevamente escuchando como de su acompañante salían gemidos y suspiros que éste intentaba ahogar pero eran inútiles sus esfuerzos, ya que fácilmente los podía escuchar. El experto joven se detuvo por unos segundos al sentir algo chocar contra su trasero, el miembro del ojidorado comenzaba a despertar y él se encontraba sentado un poco por debajo de éste... subió una vez más para atrapar de nuevo los labios del chico, mientras iniciaba a moverse, su cadera había comenzado movimientos de forma circular sobre la parte pélvica del pelinegro, haciéndolo suspirar. Sintió como su miembro comenzaba a despertar con aquel movimiento, y sin poder evitarlo abandonó los labios de su amante y se sentó totalmente sobre él, tomando ambos costados del chico mientras se movía rítmicamente, estimulando ambos cuerpos...

Sin poder creerlo el peliazul sintió como Rei había colocado ambas manos a sus costados, subiendo rápidamente, llevándose entre ellas su camisa para sacarla por su cabeza y dejándola caer por ahí, vaya, ya era un gran logro, el muchacho había hecho algo... sin esperarse más dio una profunda caricia al pecho del ojidorado, para bajar hasta el cierre de sus pantalones, comenzando a desabotonar estos, bajándolos junto a su ropa interior, que al igual que ambas camisas, fueron a parar lejos de ahí...

El chino se sorprendió un poco al sentir el sorpresivo movimiento de Kai, pero aunque este estuviera yendo un poco rápido, podía sentir la diferencia de sus caricias, podía sentir como sus besos habían cambiado, ahora estaban mas llenos de ternura además de pasión, no sólo eran arrebatadores dejándote sin aliento, ahora eran tiernos y hasta podía decir que dulces. Sin pensar un momento más hizo lo mismo que Kai había hecho, y retiro los pantalones de este, dejándolos caer muy lejos de la cama...

El mayor se inclinó hacia él y comenzó de nuevo a asaltar sus labios, esta vez Rei lo rodeó por el cuello, pasando una mano por la nuca, profundizando mucho más el beso que éste le otorgaba, llenando sus sentidos con su calidez y forma de besarlo, no podía evitar sentir lo delicioso que Kai mimaba y peor aun corresponder a sus roces, ni él mismo se explicó lo que hizo pero comenzó a descender sus labios hasta llegar al cuello del bicolor, donde comenzó a morderlo levemente, no entendía que le pasaba, mas su cuerpo se lo pedía, es más, se lo exigía, le exigía corresponder, su miembro despierto así lo quería...

Con increíble agilidad y sin perder más tiempo, llevó una de sus manos arriba de la cabeza de su visita, metiéndola bajo la almohada. Rodeó con sus dedos un tubo frío que ahí yacía, listo para cualquier emergencia. Suspiró satisfecho, sacando el objeto de ahí y comenzando a abrirlo con la misma mano. Bañó sus manos y dedos en la sustancia que salía del tubo, causando una sensación de calor inmediatamente. Sonrió, le encantaba el lubricante que causaba esa deliciosa sensación de fuego en la piel. El chino no podría resistirlo dentro de su cuerpo...

Entre besos y caricias Kai bajó su mano hasta la entrada de Rei, donde introdujo un dedo en este, sintiendo como Rei se asustaba de pronto y se tensaba levemente, así que rápido comenzó a besarlo, tiernamente, para que este se tranquilizara...

– todo estará bien... relájate...– intentó tranquilizar, al tiempo en que sentía como Rei relajaba su cuerpo y cerraba sus ojos, aprovechó e introdujo un segundo dedo, aun sin dejar los labios de Rei, sintiendo como este lo mordía haciendo sangrar levemente el labio inferior, nada importante, sólo más excitante...

Sin esperar mas comenzó a mover sus dedos dentro del chino, arrancándole fuertes gemidos, que rápido fueron callados con pequeños besos en sus labios, los cuales poco a poco se fueron profundizando...luego de un rato de preparación para el chico, sacó ambos dedos sabiendo que era suficiente, entonces se atrevió hablar sabiendo que el chico estaba igual que él de extasiado y no se negaría...

– Voltéate... – susurró Kai al oído del chico, sintiendo el enorme escalofrió que recorrió la piel de éste, para después sentir como el joven lo besaba intensamente en los labios – "¿Quiere qué me espere?" – extrañado, simplemente respondió al beso, mientras al terminar el chico comenzó a besar su cuello, definitivamente estaba retardando todo...

Pensó en no apresurarlo y seguir preparándolo un poco más, pero no podía esperar demasiado tiempo, sin embargo sabía que debía darle la seguridad a Rei de que no lo obligaría, y como el había dicho – "no haré nada que él no quiera" – pensaba el bicolor cuando de pronto sintió como el pelinegro se separaba de él y comenzaba a girarse sobre la cama, apoyándose sobre las rodillas y los codos, dejando al aire su entrada. Volteo hacia Kai y le preguntó...

– ¿Así...está...bien? – preguntaba entrecortadamente el neko pues estaba bastante excitado y su respiración era muy agitada, sentía calor en su interior que lo enloquecía, haciéndolo desear sentir a Kai adentro... ¡Dios!... no sabía que era lo que el peliazul había esparcido en su cuerpo, pero era embriagante... era insoportable estar más sin ser poseído por ese hombre...

– perfecto...– dijo Kai mientras acariciaba uno de los glúteos de su acompañante y lo miraba satisfecho... después se hincó tras él, observando como este apretaba los ojos y recargaba su rostro en la cama – todo estará bien – dijo Kai mientras colocaba ambas manos en la cadera de Rei para acomodarse bien, después con una de sus manos guiaba su excitado miembro hacia la pequeña entrada, donde introdujo la puntita al principio escuchando el primero de muchos gemidos que tendría esa noche...

– ahhh... ahhh...– gemía Rei al sentir como Kai iba adentrándose poco a poco, de pronto sintió como el bicolor entro de lleno, haciéndole sentir dolor pero demasiado placer mezclados...era una extraña pero excitante sensación...

Escuchaba los gemidos de su amante y el pequeño grito que este dejó salir al entrar de lleno... así que se esperó un poco para poder continuar mientras dirigía una de sus manos hacia le entrepierna de Rei, después de llenarla nuevamente con el lubricante especial que estaba usando, con la otra aun mantenía tomada la cadera del chico... Comenzó a masturbar al chino mientras el comenzaba a envestirlo lentamente, al compás de sus movimientos, Kon no dejaba de gritar y gemir, suspirar, realmente hacia mucho ruido el chico...

Kai comenzó a moverse un poco mas rápido, entrando en el ojidorado y saliendo de forma apresurada, haciéndolo gritar una y otra vez debido al inmenso placer.

Por un lado el ojicarmín entrando fuertemente en él y por el otro sentía esa experta mano masturbarlo deliciosamente, acompañada de una sensación de calor que envolvía su muy erecto miembro, tantas sensaciones juntar eran abrumadoras, era totalmente delicioso, sentía como el peliazul con cada envestida llegaba a un punto dentro de él, donde podía sentir el oleadas recorrer de lleno su cuerpo, llegando a un mismo punto... su miembro...

– vamos...más...fuerte – pidió el chino, cuando sintió como Kai hacia caso a su petición y envestía con mas fuerza, haciéndolo gritar de placer...– aaaahhhhh... –gemía Rei mientras colocaba su mano sobre la del ojicarmín y comenzaba a moverla más rápido, indicándolo el ritmo que deseaba sobre su miembro, no era que éste no lo hiciera bien, pero el estaba desesperado, extasiado, totalmente perdido y deseoso de sentir más rápida aquella caricia...

– grita...mi...nombre... – ordenó Kai al chico bajo el... necesitaba escucharlo gritar de placer, gemir extasiado... disfrutando... queriendo más...

– ¡K...Ka...Kai...KAIIIII...!– gritó Kon sintiendo como el ruso tocaba ese punto dentro de él, que lo hacia sentir demasiado. Sintió como se venía en la mano del peliazul y este dio una última envestida para después dejar toda su esencia dentro de aquel chico...

–Fue...muy...bueno...– dijo Kai, mientras salía de él, para tirares a su lado, viendo como el otro mantenía su rostro oculto en la sábana de la cama para después bajar su cadera, quedando completamente recostado...

Kai permanecía recostado sobre su espalda, admirando el techo, la sensación de satisfacción recorriéndolo. Sonrió disfrutando cada momento. – ahh si – murmuró muy bajo, solamente para él. Cerrando los ojos, y relajando su cuerpo. – "No ha sido lo mejor, pero al menos el muchacho no tiene con que compararlo" – pensaba para sus adentros, mordió su labio inferior – "Su primera vez es mía" – amplió su sonrisa.

Lentamente el cansancio comenzó a hacerse presente, bajando el ritmo de su respiración, sintiendo como lentamente su cuerpo de hundía más en su cómodo colchón... como adoraba esas noches en su departamento... y luego al despertar, le esperaba el más delicioso baño con burbujas que podía existir.

Se dejó arrastrar al mundo de los sueños, olvidando por completo todo, y al pequeño y joven chino, que aún no podía creer y comprender las cosas.

Un cuerpo le daba la espalda al peliazul, yacía de costado sobre el colchón, sábanas cubrían su desnudes, orbes doradas miraban la oscuridad de la habitación, su vista no se centraba en nada, enormes lágrimas cristalinas salían de sus ojos, pensando en que ahora le pertenecía a ese hombre... y no lo amaba. Siempre pensó que tenías relaciones con alguien por amor... por eso le llaman 'hacer el amor'... que dependía de confianza mutua, y entrega por parte de las dos personas involucradas.

No, no era nada de eso, tener relaciones era cuestión de yacer en la cama y permitir que otra persona disfrute de tu cuerpo. Otra lágrima caía. De dejar que manos ajenas te exploren y conozcan cada parte de tu ser... parte que ni tu mismo te haz dedicado a explorar.

Dios nunca pensó que se podría llegar a sentirse tan mal, tan vacío... de todas las estupideces que había hecho, estaba seguro que esa era la peor... Probablemente al día siguiente ese hombre, Kai, no volvería a mirarlo o a dirigirle la palabra... solamente iba a ser uno de tantos cuerpos que llegaron a su cama.

Pero que estupideces pensaba, claro que era un cuerpo más, a eso se dedicaba el peliazul, para eso rogó a esos sujetos, para convertirse en un cuerpo sin alma o vida... para pertenecerle a todo aquél que pudiera pagar por la noche...

Y lo peor... lo había disfrutado, justo como el ojicarmín se lo dijo, lo disfrutó. Era una deshonra, estaba sucio, y su cuerpo no podía esperar el volverlo a repetir. Un sollozo escapó de sus labios... ¿Qué diría su padre si se enterara?... ¿Qué diría si supiera que disfrutó tener a otro hombre dentro de su cuerpo?...

Su cuerpo se tensó cuando sintió un brazo rodear su cintura por arriba de la sábana, un cuerpo desnudo pegarse a su espalda, permaneció en silencio, tragándose sus lágrimas y sollozos.

– shhhh, calma... ¿estás bien?... – le preguntaron en un susurro en su oído.

Los sollozos volvían a abandonar sus labios... ¿Bien?... claro que no, estaba peor que nunca... esto era peor que no tener trabajo...

– Calma... – le dijo Kai, sobando su costado, esa caricia diferente a las anteriores, tenía un poco de más... ¿Cariño?...

– ... – no podía responder, su garganta aun no podía articular nada que no fuera el sonido de su sufrimiento.

– ¿Te lastimé?... ¿Estás herido?... – le preguntaba Kai... ¿Estaba soñando, verdad?... ese joven no podía estar preocupado por él.

Negó con la cabeza, sintiéndose aún peor, consigo mismo, con Kai por verse tan cobarde, con la vida, por ser cada día peor con él... con todo…

– Date vuelta – pidió Kai, alejándose un poco de él, para darle espacio a obedecer.

– ¿P…Para que?... – gimió entre sollozos. Manos poderosas se posaron en sus hombros, haciéndolo girar aunque él no lo deseara. Encontrándose con ese increíble y musculoso pecho desnudo. Brazos lo rodearon, y lo acercaron a ese pecho, donde hundió su rostro y dejó salir su dolor, en forma de saladas lágrimas.

Abrazó al peliazul por la cintura, llorando en él, sintiéndose tan perdido y solo... tan asustado y abandonado.

– Error – lloraba, temblando con cada bocanada de aire – todo – decía – un error – aceptaba.

– no – replicó el ojicarmín, moviéndose un poco hacia atrás y hacía adelante, meciendo consigo el pequeño cuerpo del chino – "No nací para esto" – pensaba estresado – no es un error – comentaba mientras comenzaba a recorrer con sus dedos los negros y brillantes cabellos del ojidorado. –

– quiero... irme a casa – lloró, desahogándose. Kai suspiró.

– mañana te llevo – murmuró, intentando tranquilizar al pequeño que sollozaba en su pecho.

– NOO – gimió – ...mi... casa... – murmuró entre enormes lágrimas. – quiero... irme... a... China – balbuceó.

Э Sublime Э Sublime Э Continuará... Э Sublime Э Sublime Э

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