Una herida sentimental.
Cuando era joven, se había enamorado inútilmente de un hombre cruel e inmaduro. De cabello negro y actitud rebelde, el primer niño mago que conoció, después de Lily por supuesto. Había sido amable cuando se encontraron en el tren, hasta que él fue seleccionado a slytherin, y todo eso quebrara su posible amistad.
Su amor terminó con él terriblemente, y desde ese día decidió no amar. O habia pensado en eso hasta que nació su ahijado, un lindo niño de cabellos rubios y mejillas rojas y regordetas. Draco. Su dulce niño.
Fue amor a primera vista, juró amar y proteger a ese niño hasta el día de su muerte, pero entonces... ¿qué fue diferente? Draco, su niño que amaba los dulces, las pociones y molestar a los pavos reales del patio de la mansión, que amaba el quidditch y la música, ¿cómo es que sabía ese hechizo?
Si ese día no hubiese decidido visitar Malfoy Manor, Draco ya no estaría con vida, sólo él sabía el contra-hechizo de esa maldición. Y cuando lo vio, con cortes en el pecho no dudo en empujar a Lucius y susurrar el contra-hechizo para que Draco pudiera sobrevivir.
Y cuando su ahijado despertó, su mirada estaba cargaba con tanto pesar y tanto dolor; como si hubiese pasado años desde que descansó, y luego, la baja temperatura de Draco empezó a preocuparle.
Todo fue un viaje a la desesperación y el estres, al miedo y a la inseguridad de volver a perder a Draco.
Pensó que ya había superado el miedo a la muerte, hasta que vio a Draco en su cama en un estado tan extraño, congelandose con una maldición que jamás supo de donde provenía. Y tuvo tanto miedo.
Cada segundo que pasaba, cada día que empezaba y terminaba sin tener algún resultado, cada hora estaba llena de desesperación y pánico, aveces creía que le faltaba el aire con sólo pensar en que tal vez, Draco se iría ese día. Y luego lo recordó. A aquel hombre de gran reputación y con excelentes habilidades en magia oscura.
Fueron tres días y tres noches largas antes de conseguirlo, un anillo que anula cualquier maldición con origen desconocido, y cuando regresaron a la mansión, pudieron ver como el anillo funcionaba, y luego de días y días, Draco al fin despertó.
Y todo estuvo bien, hasta que un día, regresando a la última casa de la calle la hilandera, vio un rostro muy familiar. No quiso detenerse a hablarle, no quiso por que sabía quién era. Como si jamas lo hubiese sacado de su cabeza, como si estuviese pegado en su mente, como si lo hubiese amado...
Sus pasos vacilaron cuando llegó al pórtico.
ᅳSeverus.
Fue casi un susurro, con una voz ronca, casi como si no hubiese hablado en años.
Lo ignoró.
Enserio intentó hacerlo.
Porque ¿qué se suponía que dijera? "Hola, Black. Escuche de tu escape de azkaban". O "hey, Sirius el uniforme de prisionero combina con tu horrible y desordenado cabello". O tal vez...
ᅳvete.
Rechazarlo.
Por que ahora habían pasado ya 12 años desde que él fue condenado, desde que Severus perdió a Lily, desde que todo esos acontecimientos habían acabado. No quiso verlo, no quiso escuchar sus patéticas y vanas excusas.
ᅳyo no los delate ᅳdijo.
Severus lo miró. Fijó sus ojos en aquel hombre marchito, y vio sinceridad y angustia en su mirada. Se reprendió por cinco minutos completos antes de dejar pasar al hombre a lo que solía llamar casa.
ᅳbañate. Pasillo a la derecha. ᅳy eso fue todo lo que dijo.
Lo observó irse, antes de que su atención fuera tomada por el libro de tapa azul en su escritorio. Un libro que encontró en el escritorio de Draco cuando este todavía estaba en coma.
La letra prolija de su ahijado marcaban cada línea en las oraciones escritas. Anotaciones sobre lugares, su fauna y su flora, su ubicación y sus habitantes, el modo rápido, lento o seguro de llegar, los hechizos de transporte que recién debían conocerse durante su sexto año, hechizos y contra-hechizos, maleficios, pociones curativas.
Todo eso y más estaba escrito en el diario. Y al final al de las notas, una carta para él.
No sabía que es lo que pasaba por la mente de Draco, pero parecía que estaba preparándose para algo, todo parecía extraño sin embargo, lo tranquilizó. Podía confiar que su ahijado se podía proteger de todo, creía en él, en ese Draco capaz, inteligente, audaz y sereno.
Confiaba en Draco, por que aunque no sabía que era lo que pasaba por su mente, o dónde estaba su cabeza, sabía que había algo en Draco que no era completamente normal.
La presencia del convicto apartó sus ideas. Volteó a ver a sirius Black vestido, y medio decente. Sin embargo, al contrario de lo que había pensado, su corazón se mantuvo con calma.
ᅳno seré tu cómplice, o un medio para que llegues a Harry Potter o Remus Lupin.
ᅳno... yo no quiero eso. ᅳsu voz tembló.
ᅳ¿entonces por que te fugaste? ¿por qué ahora y no antes? ¿y por qué viniste aquí?
ᅳno lo sé... la razón del porque vine aquí... sólo pensé que tu...ni siquiera yo lo sé. Pero te necesito. Tal vez tu confíes en mi, lo cual podría entenderlo. Pero yo confío en ti, más que en nadie, más que en Dumbledore.
Severus lo miró. Intentó ver más allá de esa imagen, por que debía recordarlo, este hombre no era de confianza.
ᅳ mirame a los ojos ᅳdijo, mientras con su varita invocaba una poción ᅳ y prometeme que me dirás la verdad, sin tener que tomarte este verisetarum.
Ojos negros y sinceros se lo quedaron mirando. ᅳ te lo prometo.
Los días pasaron lentamente, donde sus padres (especialmente su madre) pasaban tiempo con él, sus encuentros tan seguidos con la muerte ya estaban preocupando a los señores Malfoy, lo cual era comprensible. Sin embargo, él no tenía el corazón para decirles que ya haia muerto una vez y que estaba preparado para dar su vida a cambio de las suyas.
Esa tarde, el único pensamiento en su cabeza no dejaba de girar en torno a Harry.
Este año, se volvería a encontrar con Sirius Black. No quería que Harry volviera a poner su vida en riesgo intentando hablar con el fugitivo, tampoco quería que ese hombre se acercará a su padrino, pues sabía, esa historia.
¿por qué siguirías amando a una persona que intentó matarte? ¿por qué querrías seguir ámandolo, si lo único que hizo fue destrozar tu corazón en miles de pedazos? ¿por qué llorar por un hombre que traicionó tu confianza?
¿y por que esa historia se parece tanto a la mía?
Él lo sabía. Sabía que sus sentimientos y emociones se habían quedado en 1999. Pensándolo mejor, su amor por Harry se había quedado en cada letra que cantó,en aquella noche antes de Navidad, donde las luciérnagas lo hacían sonreír y él jugaba con las hadas de luz, en aquel vuelo nocturno donde lo vio reírse por un mal intento de coqueteo, su amor por Harry seguía tan fuerte y doloroso como la primera vez que supo que no podía estar juntos.
Por eso había escrito esa canción, por que para él, Harry no tenía colores rojos o verdes, él era amarillo.
Fue dos días después que su madre lo escuchó cantando en su habitación. No tenía planeado cantarla, por que no quería volver a amarlo, por que sabía que está vez era su última oportunidad para salvarlo, de todos ellos.
ᅳ¿por qué la canción se llama "Yellow"? ᅳesto fue lo que preguntó su madre, cuando lo escuchó cantar desde el pasillo. La voz de Draco era agradable de escuchar, no podía recordar la ultima vez que la había escuchado, hasta ese día.
Él volteó mirando a su madre, y sonrió inconsciente.
ᅳes brillante.
Por que si lo era.
ᅳes afortunada. ᅳdijo mientras se sentaba en la cama, mirando como su hijo había crecido sin que ella se diera cuenta.
ᅳno lo es si soy yo quien se lo dice. Creo que estaría mejor si yo no estuviera.
ᅳ¿por qué dirías algo así?
ᅳ por que el amor que tengo por él, le resultará doloroso.
Él.
Narcisa lo entendió.
Y en su mente también lo supo.
Se acercó a su hijo y lo abrazo, como lo había hecho una vez con Severus en su adolescencia. Su hermana mayor una vez lo dijo también: cualquiera que se haya enamorado de verdad sabrá lo doloroso que es un amor el cual no está destinado a suceder.
Ella no podría comprenderlo. Por que desde joven su matrimonio ya había sido decidido. Amar a Lucius sucedió después de conocerse y no tenía quejas, por que ambos habían trabajado para amarse, y los sentimientos surgieron junto a la confianza y el respeto.
Por eso cuando nació Draco, habían decidido que lo dejarían elegir. Si amar o comprometerse.
Esa misma noche, luego de que Narcisa se marchará una carta se asomó por su ventana. No había una lechuza, sólo la carta con forma de una grulla, como las que solía hacer antes cuando estaba estresado o preocupado.
"Callejón diagon, H. P. "
Fue fácil descubrir quien fue el que envió aquel mensaje, más fácil fue suponer que es lo que quería decirle con esa reunion. Sabía de por sí que ese año sería un poco complicado, ¿no siempre lo era? Harry no tenía descanso alguno mientras estaba en sus años de estudio. Entendía mejor que nadie el porque estaba tan enojado cuando terminó la guerra, pero no podría hacer nada, no era responsabilidad o su decisión decidir por Harry.
Nadie entendería este punto de vista, porque uno nunca se pone a pensar en el punto de vista del otro desde su zapato, siempre lo hacen desde la comodidad del suyo. Analizando y suponiendo, haciéndolo ver mucho más fácil cuando no conocen el problema de raíz, sus contradictorias o los golpes en contra.
Draco tenía un punto de vista que nadie podía juzgar, por que a pesar de todo, es su decisión darle o no una solución a un problema. Desde su punto de vista, sólo hay un camino, pero ese camino se divide en tres partes, cada camino tiene un final, y cada final no es del todo agradable, pero él siempre aceptará su final si con eso puede ayudar a que Harry termine vivo y perdiendo mucho menos de lo que le corresponde.
Él en cambio no elige ser un héroe. Jamás elegiría esa opción. Por que un héroe nunca pone en primer lugar a la única persona que importa. Él héroe tiene que salvar y verse bueno, él no es eso. Él jamás será un héroe. Porque él es egoísta.
Por eso eligió su camino. Un camino donde el mismo decidía a quien quería salvar, quienes eran su prioridad.
Sin embargo Harry es lo contrario a él.
Harry ama a sus amigos y a todo el mundo mágico. No le importaría morir si es que puede salvar ese mundo que le dio la bienvenida con los brazos abiertos. Por eso creía que Harry era tonto sentimental.
Y por eso decidió seguir vivo en este pasado.
Para salvar ese mundo que Harry amaba tanto.
Antes de que se diera cuenta la mañana llegó. Eran recién las nueve cuando de la chimenea salieron Greg y Vincent. Ambos cargaban una canasta llena de frutas y chocolates. Cuando su vista lo captaron, dejaron la canasta en manos del elfo y se acercaron a grandes zancadas antes de estrecharlo en un abrazo.
Respondió al abrazo como solía hacerlo y su pecho se lleno de un sentimiento cálido.
ᅳ buenos días a ustedes también.
Era reconfortante saber que sus amigos seguían siendo los mismos de sus recuerdos. Aveces sentía que todo era tan cambiante y la sensación de perderlo todo se quedaba repitiendo en su mente una y otra vez.
ᅳ ¿ibas a salir? ᅳ preguntó Greg, luego de separarse.
ᅳ iba hacia el callejón diagon a comprar algunas cosas.
ᅳ vamos contigo ᅳdijo está vez Vincent ᅳ después de todo íbamos a arrastrarte si no aceptabas venir.
Greg asintió con la cabeza, confirmando las palabras de Vincent. ᅳ íbamos a encontrarnos con Millicient ya que quería llevar a que revisarán a su gata por que estaba bastante más irritable que de costumbre.
ᅳy nosotros íbamos a la tienda de honeydukes.
ᅳ¿entonces irás con ellos? ᅳla voz provino de las escaleras. Allí estaba Lucius bajado elegantemente mientras miraba a los tres adolecentes en la sala.
ᅳsi, iremos juntos.
ᅳesta bien. Procura no tardarte mucho, recuerda que todavía tienes que recuperarte antes de ir a hogwarts. ᅳdijo antes de llegar a su lado y darle una palmada en el hombro.
ᅳ si, padre. ᅳsonrió brillante antes de darle un beso en la mejilla a Lucius, gesto que lo tomó de sorpresa, antes de ir hacia la chimenea junto a los polvos flu y marcharse con un estallido y sólo tomo unos minutos antes de que se encontraron los tres caminando por las calles concurridas de el callejón diagon.
Mientras Greg iba a la derecha, y Vincent a la izquierda ambos lo mantenían en el centro evitando así que los demás lo chocaran. Habían muchos magos haciendo las compras, razón por la que algunas tiendas estaban llenas y las calles tan ruidosas.
Caminaron y compraron golosinas mientras charlaban de quidditch. Greg y Vincent ya le habían dicho que este año presentarían una prueba para el puesto de golpeadores. Algo que lo emocionó mucho, pues a pesar de que él decidió ya no jugar, sus amigos tenían un talento inato en quidditch. Blaise le había mandado una carta días antes diciéndole que tal vez ese año tuviera competencia como buscador, pues Astoria que ya estaba en segundo año, decidió hacer las pruebas ese año.
Antes de darse cuenta ya habían llegado a la tienda de mascotas. En la entrada Millicient sostenía a su gata, mientras que Dapnhe y su hermana charlaban, Greg fue el primero en acercarse mientras que Vincent y él se tomaban el tiempo para llegar junto a ellas.
ᅳsupongo que ya saliste de tu agujero, serpiente.
ᅳsiempre tan dulce, mi querida Dapnhe.
Greg y Vincent no quisieron entrar, después de todo no había espacio para muchas personas allí dentro. Razón por la cual sólo entraron Dapnhe, Astoria y Millicient, mientras ellos tres esperaban en la entrada mientras seguían hablando de las pruebas de quidditch, y él le daba sutiles consejos para la prueba.
No pasó mucho tiempo antes de se las hermanas Greengrass salieran, sin ningún animal para variar.
ᅳMillie quería ver si su gata esta embarazada.
ᅳ¿y ustedes como consiguieron venir?
Dapnhe lo miró con ojos confusos para luego voltear su mirada hacía los otros dos que estaban con él, ante el silencio de su grupo, Draco adivino.
ᅳ¿escaparon?
Astoria bajo la mirada apenada.
ᅳ¿escapar, escapar? No, no lo hicimos ᅳmientras Dapnhe decía eso, Astoria interrumpió negando la afirmación de su hermana ᅳsi lo hicimos.
Draco sonrió y acarició la cabeza de la niña.
ᅳ¿Greg? ¿Vincent?
ᅳvinimos por ti.
ᅳ¿Millie?
ᅳyo si vine por mi gata.
Era bastante obvio lo que pasaba aquí. Millie les dijo a las chicas que iría al callejón diagon por su gata entonces las hermanas Greengrass, que no tenían el permiso de sus abuelos para salir, se escabulleron a la casa de Millie para venir, por lo tanto encontrarse con Greg, Vincent y él no estaba e sus planes.
ᅳvuelvan a casa sin que nadie se entere. Vincent, Greg, acompañen a las chicas a su casa, sin que sus padres noten que están Dapnhe y Astoria con ella, Millie, cuida que lleguen bien.
Millicient asintió.
ᅳ¿y tu? ᅳpregunto Dapnhe.
ᅳ yo sigo de compras.
Luego de que Dapnhe lo mirara con reproche, todos se fueron hacia M.W la tienda de apariciones silenciosas. Un lugar que sólo los slytherin capacitadoa y sus asociados podían utilizar, ya que era un punto de viajes rápidos e ilegal que no dejaban rastros.
Ellos sólo se enteraron el año anterior, y fue por parte de los de séptimo año, como recompensa por ganar nuevamente la Copa de casas e instalar las clases de duelos.
De hecho, enterarse de ese lugar le fue como anillo al dedo, pues desde hace seis meses no podía dejar de pensar en rutas de escapes rápidos. Mientras la guerra se aproximaba cada día más rápido, sus planes aumentaban en dificultad.
No quedaba mucho tiempo.
Cada día, era una gran amenaza a la tranquilidad.
Y mientras caminaba ensimismado en sus pensamientos, sus ojos lo enfocaron
Aún en la distancia, su presencia jamás pasaba desapercibida para él. Cabellos salvajes, ojos esmeraldas como hojas en primavera, mejillas rosadas, lentes redondos, postura encorbada, sonrisa cálida. Para él, Harry era único. Una luz brillante que lo atraía como insecto a la luz, su corazón acelerado era una confirmación a sus sentimientos. Su rostro se sentía caliente como si estuviese observando el fuego en la chimenea, las chispas eran confusas a su entorno.
¿seré capaz de superarlo está vez?
Vacilante, se acercó. Con el corazón en la mano, y con pasos dudosos, quería escapar y esconderse, pero también quería acercarse y decirle tantas cosas.
Pero tenía tanto miedo.
¿al rechazo? No. Era imposible. Se acostumbro a ello, por eso había aceptado que jamás habría un "algo" entre ambos. Pero había duda. Habían sentimientos confusos que no podían nombrar. Y estaba tan mareado, por que sus pensamientos giraban una y otra vez, mientras sus recuerdos se disparaban en torno a cualquier pensamientos. Había tanto ruido.
ᅳ¡hey, Draco!
Y todo se calló.
Vio como el moreno se acercaba hacia su dirección, no vio al resto del trío, asumió que estarían cerca.
ᅳPotter.
ᅳ es increíble no haber recibido ni siquiera una carta de ti durante todo este tiempo. ᅳse burló él, ocultando el hecho de que es obvio que él tampoco había escrito.
ᅳbueno, no eras una prioridad necesaria.
ᅳoh ᅳdijo, haciendo énfasis. Sonando afligido ᅳ¿entonces a quien le regalaré todos esos snitch de chocolates que compré? ᅳaunque preguntó eso con un tono totalmente falso de tristeza, la palabra chocolate captó la atención del slytherin.
Ya sus amigos le habían dicho que tenía una obsesión con el chocolate. Algo le dijo que no debía caer en ese truco, pero incluso sus padres y padrino le habían prohibido que comprará más chocolate.
ᅳno sabes cuanto te extrañe ᅳexclamó.
Harry se rió colocando sus brazos alrededor de su hombros, y lo guió. Nadie le prestaba atención mientras caminaban por las calles concurridas, lo cual lo alegraba mucho pues odiaba la multitud impaciente, Harry veía todo con entusiasmo mientras él descubría que Harry estaba un poco más rellenito que la ultima vez que lo vio.
Mientras caminaban, Harry le platicas de su verano, contándole lo sucedido con sus parientes muggles, sobre lo maravilloso y útil que le había servido el reloj y la varita que le obsequio.
ᅳ¿pero cómo lo conseguiste?
ᅳ seremos cercanos, pero no tanto como para hablarte de mis tratos comerciales.
ᅳestá bien, está bien ᅳ dijo en un tono divertido, sin ofenderse ante la respuesta.
ᅳ por cierto, Hermione se consiguió un gato, y ahora ella y Ronald no dejarán de pelear por que ese gato quiere comer a la rata de Ronald, y estoy seguro de no querer ver cuando eso ocurre ᅳle susurro.
ᅳ¿por qué no?
ᅳadoro a mis amigos, pero siempre han sido así. No podría soportar esto una vez más.
ᅳ te entiendo ᅳse rió, recordando las constantes peleas de Pansy y Blaise, o Blaise y Theo, o Blaise y Greg, o Vincent y Greg, o todos ellos juntos. ᅳ pero es divertido.
ᅳsi... lo es.
ᅳ¿no es ese Draco Mlafoy?
Antes de darse cuenta, Harry fue apartado y un par de brazos lo atraparon en un abrazo.
ᅳ¿estas más alto?
ᅳ por supuesto que sí ᅳla sonrisa de Ronald se hizo más grande mientras se apartaba, pero aún manteniendo sus brazos alrededor de sus hombros como antes lo había hecho Harry ᅳ tu tambirn te has vuelto alto, y tu cabello ya puede alzarse en una coleta.
ᅳ¿qué te digo? La belleza es hereditaria ᅳsonrió.
ᅳ¡RONALD, HARRY!
A la distancia, se acercaba Hermione, de cabellos desordenado y esponjoso mientras corría hacia la dirección donde estaban. Se detuvo a sólo dos pasos de distancia tomando aire.
ᅳRonald, te dije que no corrieras ᅳdijo, entre jadeos antes fe levantar la mirada y encontrarse con los ojos grises de Draco.
ᅳoh, Malfoy.
ᅳhey, Granger.
Las mejillas de la castaña se sonrojaron un poco, sin embargo antes de que alguien dijera algo, Draco volteó su mirada hacia atrás antes de voltar de nuevo y sonreirle a los tres gryffindors.
ᅳ ya es tarde, creo que tendremos que despedirnos por hoy.
Los tres miraron confundidos al slytherin ante el abrupto cambio de actitud pero aún así se despidieron con la promesa de verse en Hogwarts. Y mientras Draco se perdía entre la multitud, los gemelos Weasley aparecieron buscándolos.
Draco a la distancia, sonrió.
ᅳno se supone que este tan cómodo junto a ustedes ᅳpensó para si mismo antes de volver hacia la zona de aparición.
