Atención: Lean esto con música de antro. Si es regatón mejor.
Capitulo 2.
Operación: PELOTA
Peligrosa
Estafa
Locamente
Organizada
Termina
Amistosamente
¿La misión? Recuperar la pelota de fútbol que los adolescentes habían robado para obtener información ultra secreta acerca de la base de datos de los chicos del barrio.
¿La enviada? En palabras de paco "nuestra mejor amiga, experta en espionaje internacional, la mayor, la más lista y la mejor" susan. En realidad ninguno de los demás estaba dispuesto a entrar a la secundaria, donde sus aspectos de niño los delataria, sin embargo, Susan, por ser un año mayor que todos, podría pasar inadvertida.
"Solo ten cuidado de no encontrarte con tu hermano" le habían advertido y con razon.
Por eso, en esos momentos, Susan se hallaba por entrar por primera vez en la secundaria.
Era un edificio muy grande. De tres pisos y dos edificios a parte donde se encontraban los talleres y la dirección. Estaba pintado de azul cielo y en esos momentos sus puertas se hallaban abiertas de par en par para que los estudiantes entrarán. Ese día no teenían clases, en vez de eso, era el juego de fútbol.
Tome aire y entro, a la que dentro de un año, sería su escuela.
No estaba tan mal, se dijo con la respiración entre cortada. En vez de encontrarse en un edificio aburrido e invadido de alumnos, se había dado cuenta, de que, los adolescentes, se divertían mucho.
En cada salón se encontraban enfrente de la puerta un grupito al parecer, divirtiendose de lo lindo. Se oían muchas risas. En un que otro rincón, había parejitas besandose, acompañadas de algún amigo que les echaba aguas sobre si algún maestro venía cerca.
Las porristas (¡nunca faltan!) practicaban y afinaban los últimos detalles y, por supuesto, los jugadores rezagados que corrían para llegar a tiempo a los vestuarios. Justo en ese momento pasó un chico rubio corriendo junto a ella, al que reconocio como Chad.
"Chad" se dijo entre dientes, al tiempo que lo seguía y recordaba su antigua amistad con el chico. Si, ella y Chad habían sido amigos. Aun recordaba que, el día en que el cumplió sus trece años, ella había ido a felicitarlo… creía que apenas cumpliria 12 años. Y se lo encontró tirando todas sus cosas de niño, su equipo y a su hermano:
-"Ya tiene 13"- le dijo.
Sacudió su cabeza, como si con eso sus recuerdos pudieran salir de su cabeza. Bueno, pensó con tristeza, dentro de unos meses podría reanudar su relación con Chad.
Entro sigilosamente a los vestuarios. Se escondió en un casillero y espero a que los jugadores entraran. Y así pasó:
Uno a uno, seguidos del entrenador fueron entrando. En una pequeña mesa Chad y otro chico posaron el balón de fútbol de manera casi inocente. Casi.
-Chicos- dijo el entrenador- hoy es el gran día. Recuerden; deben ganar este juego, si no, la secundaria Rivendel se quedara con la pelota.
-¡ganaremos!- exclamaron al unísono
-O si no…- la mirada del maestro se torno en oscura y fría- serán castigados.
Un escalofrió recorrió toda la sala… ¿Cuál seria ese castigo tan terrible?
Los adolescentes salieron de los vestuarios con nervios, seguidos de su profesor que se había llevado la pelota
Ella se quedo sola.
¿Qué hacer?
Según sabía, después del juego se haría una especie de baile en la escuela donde se les entregaria el balón al equipo ganador… ¡si¡ahí debía robar el balon!
"Genial, y ahora ¿Qué¿me quedo a ver el estupido juego?"
No tuvo más opción.
Salió molesta, bien, al menos había confirmado sus sospechas. Busco un sitio entre las gradadas, no sin antes buscar a su hermano, para que no la viera: Saúl estaba en uno de los primeros lugares abrazando a Andrea. La pareja estaba rodeada de amigos que gritaban "¡beso, beso beso!" Su hermano y su novia se veían bastante apenados, pero por la presión, Saúl le dio un beso en la mejilla. Enseguida se oyeron murmullos de decepción; "aaaaaaaaaa". Pero alguien grito: "En la boca, en la boca" (N/A: En realidad esto si sucedió, pero con mi amigo oscar y su novia en otro salón) Y los novios no tuvieron más remedio.
Susan sonrío… su hermano no era tan aburrido como parecía.
Busco un lugar arriba, hasta lo alto, donde nadie la pudiera ver.
Se sentó y empezpo el partido:
-Cleveland va ganado… Rivendel roba la pelota… un pase al 56…
Bostezo: eso estaba aburrido.
-¿Sueño?- dijo una voz a su lado
-¿Eh?- se sobresalto: a su lado se había sentado un chico de aproximadamente su edad. Tenía el cabello negro y la piel blanca. Usaba una gorra café, unos pantalones del mismo color y una camisa blanca, con detalles en café. Era, pues no una cosa así que digas muy guapa que digamos, pero tampoco era feo. Por alguna razón que no alcanzo a comprender, sus mejillas se llenaron de un incomodo calor que noto inmediatamente.
-Me llamo Marco Antonio- dijo tendiéndole la mano. Ella sin saber que hacer ante el adolescente, y por hacerle creer que era una de las suyas también lo saludo:
-Susan- dijo dándole la mano. Lo malo fue que Marco Antonio la atrajo hacía el y la beso… en la mejilla.
-No eres de aquí… ¿o si?- le preguntó.
-Este… no.- contesto sintiendo como sus mejillas seguían rojas.
-¿De Rivendel?
-No- y enseguida se arrepintió por no haber dicho que si.
-¿Entonces? O ¿no has entrado a la secundaria?
-Si, eso.
-¿Cuántos años tienes?-dijo el chico serio. Ella sintió peligro.
-12… pero me faltan cinco meses para los 13.
-ah… que bien… ¿pero que haces aquí?
-Mi hermano me invito- mintió.
-Me alegra- le sonrió.-
-Este…- dijo nerviosa- a mí también.
El resto del juego se la paso platicando con Marco Antonio. Supo que tenía dos hermanos, uno en la primaria y otro bebé. Que iba en primero. Que los adultos le caían mal y que los niños le daban igual.
-¿Y yo¿Yo te doy igual?- le pregunto con una sonrisa, que más tarde Sophia calificaría de coqueta.
-No: tú me caes bien- afirmó con seguridad. El corazón de Susan dio un vuelco.- ¿Te vas a quedar aquí para el baile?
¡El baile¡La pelota¡La maldita pelota¡Tenía que robar la pelota!
-No, creo que no.
-Vaya, lastima… ¿por qué?
-Tengo que… estudiar para un examen.
-¡Vamos quédate!- le rogó con cara de borrego a medio morir y juntando sus manos en actitud de ruega…
Media hora más tarde, cuando la victoria de Cleveland era festejada por toda la escuela, Susan estaba en su casa para arreglarse para el baile en el que se colaría.
"Estupida" se decía mientras buscaba algo que ponerse "¿cómo se te ocurre decirle que si? En primer lugar, no sabes bailar… ¡no¡Ese no es el primer lugar! Ordena prioridades… ahora si; en primer lugar, tenías que robar la pelota. En segundo lugar, no sabes bailar. En tercer lugar¡ni siquiera vas a esa escuela!"
Arrojo blusas, pantalones, faldas, zapatos y bolsas por todo su cuarto, sin encontrar nada adecuado que ponerse: Que si el pantalón estaba muy entallado, que si la falda muy chica o corta, que si la blusa muy pegada que si muy holgada que… etc.…
Al final se decidió por una falda azul, una blusa del mismo color, pero con estampados en blanco y unos zapatos blancos.
Se miro al espejo: No se veía tan mal. Se puso un poco de brillo en los labios y se ondulo el cabello. Se veía… bonita. Si había que reconocerlo, se veía bonita.
Sonrio para si misma. Tal vez, en unos meses, ella y Marco Antonio podrían ser…amigos o más que eso.
Y dieron las 4 y media. A esa hora se suponía que tenía que pasar Marco Antonio por ella. Sono el timbre, salio corriendo y antes de abrir la puerta respiro profundamente:
- Marco – dijo a modo de saludo: el, en realidad estaba muy guapo: llevaba un pantalón de vestir negro, una camisa blanca y su saco. Y su cabello lucia un tanto despeinado- peinado.
-¿Nos vamos?- le pregunto con una sonrisa.
-Si claro.
Se fueron caminando, al fin y al cabo, la escuela quedaba cerca. (¿Qué esperaban, que el niño de 13 años le llevara limusina?). Iban platicando y jugando. Sin embargo, cuando pasaron junto a la casa del árbol de su sector se puso algo nerviosa. Y se pregunto si Marco Antonio había pertenecido a los Chicos del Barrio y si no… ¿estaría de parte de Padre¿Y si ninguna de las dos cosas?
-Vamos rápido- lo apuro tomándolo del brazo.
-¿apurada?- arqueo una ceja- la escuela no esta tan lejos no te preocupes.
-No, no es eso… es que,… estoy nerviosa-
El le sonrio, pero no dijo nada, solo miro a Susan, quien había tomado del brazo a Marco Antonio y al parecer, no se había dado cuenta de eso.
-Parecemos novios- bromeo. Susan se puso colorada y se aparto del chico.
-Perdón- dijo apenada.
-A mi no me importa- y fue él quien la tomo del brazo.
Y llegaron así a la escuela.
Lo primero que pensó fue que las luces de la disco mareaban. Pero no le importo. En realidad, en ese momento, el asunto de la pelota había quedado en segundo plano.
-Vamos a bailar- le propuso Marco.
-Pero… no se bailar.
-No importa, yo te enseño…- se ofrecio jalándola y llevándola en medio de la pista.
-Mira- le dijo tomándola de la cintura- se baila así… esto solo lo debes bailar al ritmo de la música.
-Aja- contesto, algo incomoda por que Marco aun no la había soltado.
Al poco tiempo se dio cuenta de que bailar no era nada del otro mundo, y que era muy divertido. Le dio mucha risa cuando vio a Saúl intentando robarle un beso a Andrea, que, por jugar, se lo negaba. Y las luces le daban la sensación de que todo era muy rápido, pero muy lento a la vez… es decir, era un mundo donde el tiempo era distinto… que pasaba tal y como tu querías que pasara.
Lo que no le gusto fue cuando pasaron una canción bien cursi y romántica (favor de poner en esta parte la canción, de moda más romántica, si es de RBD, El amor no fallara, mucho mejor)
Marco se le quedo viendo unos instantes, no muy seguro de que hacer. Sin embargo, estrecho a Susan más, provocando que la niña se cohibiera.
Pero algo la salvo de estar más tiempo semi abrazada a Marco:
El director de la escuela subio a la tarima, tomo el micrófono, se interrumpió la canción y empezó a hablar:
-Queridos alumnos: me da gusto que estén aquí, para honrar la victoria de nuestro equipo de futbol. Para empezar debo decir unas palabras de agradecimiento a cada uno de los miembros del equipo. Por favor, cuando escuchen su nombre, suban...
Susan, que estaba entre las ultimas filas, viendo al director, bufo aburrida y se puso a echarle un vistazo a la sala.
Y entonces la vio: la pelota estaba ahí… y todos los presentes le estaban dando la espalda.
-¿Qué te parece si vamos más adelante?- le pregunto a Marco con inocencia.
-Me parece bien…- se aparto para dejarla pasar.
-No, ve tú adelante.
-Bueno- se abrio paso entre la gente, pensando que Susan lo segúia.
-En vez de eso, la morena había ido a parar al otro extremo del salón, donde la pelota descansaba en una mesa, rodeada de refresco y comida para picar.
Camino hacía allá cuidadosamente, intentando pasar desapercibida, cosa no tan difícil, ya que, para su entrenamiento para ser agente de los chicos del barrio, se había especializado en espionaje internacional, y eso abarcaba, el actuar sigilosamente.
Se escondio tras la mesa y se dispuso a revisar la pelota: Tenía una especie de cierre, así que lo abrio. Adentro tenía planos sobre la base lunar, formulas para poder modificar la base de datos… trago saliva. Eso era peligroso. Saco los papeles e introdujo otros, para igualar el peso. Los papeles que había puesto decían la palabra "jaja".
Al parecer todo iba bien.
El director aun no había terminado de hablar, Marco estaba al frente y no la vería salir…
O al menos eso pensaba.
Estaba a dos metros de la puerta cuando una voz, bastante conocida le hablo:
-¿Tu no veniste para bailar, verdad?- Se volteo totalmente helada. Marco estaba enojado: la tomo del brazo y la llevo afuera donde la acorralo junto a la puerta. Susan tenía la frente perlada de sudor, y no sabía si era por que el chico estaba tan cerca de ella (había puesto sus brazos a alrededor de ella) o por que la miraba tan… furiosa… su expresión era temible. O por que estaba segura de que acababa de perder a un posible amigo, o por que él podía gritar de un momento a otro "¡HAY UNA INTRUSA!" y ese sería su fin.
Negó con la cabeza, asustada, en mayor parte, por la cercanía del chico.
-Si, se nota… me agarras de estupido y me dejas en medio de la fiesta sin pareja… ¿te parece muy gracioso?
Volvió a negar con la cabeza, esta vez, sin aliento.
-Y todo por unos estupidos papelitos que venían dentro de una estupida pelotita.- siguió. Ella tragó saliva- ¿Quién diablos te crees?
No supo que responder, en parte, por que no entendía por que Marco se había enfadado tanto. Pero alguna vez, Jim le había dicho que las personas que queremos, se enfadaban con nosotros por cosas incomprensibles.
Y se sentía mal, no tanto por el peligro de toda una escuela llena de adolescentes y adultos, si no por la persona que estaba enfrente de ella.
-Perdón- musito con la cabeza baja: pedir perdón no era algo que solía hacer muy a menudo. Y mucho menos a alguien que acababa de conocer, y que la había acorralado, y que, para acabarla, le gustaba.
-¡me dejaste solo!- le reprocho- ¿crees que a mi me gusto mucho?
-¡ya te pedí perdón!- exclamo Susan, luego murmuro-yo no suelo pedir perdón muy a menudo.
-Oh¿debo sentirme honrado?- replico con sarcasmo el chico.
Ella no quiso responder, o mejor dicho, no le pareció adecuado responder: "Pues si, deberías sentirte honrado"
-¿Qué quieres?- le pregunto con frialdad, otra cosa aprendida de su entrenamiento para ser agente de los KND: mostrarse siempre impasible.
-Saber que es esto- contesto Marco, tomando los papeles que ella tenía en la mano
-¡NO!- grito, al tiempo que le quitaba los papeles de la mano.
Marco la miro confundido:
-¿Qué son?
-Nada
-Si no son nada… ¿Por qué no puedo verlos?
-No son míos
-¿De quien son?
-De un amigo
-¿De un amigo?- arqueo la ceja
-Si
Marco la miraba, con el ceño ligeramente, fruncido, pero sus brazos parecieron relajarse un poco y su respiración se tranquilazo.
-Si me hubieras dicho, te hubiera ayudado- le aseguro, con la voz un poco más calmada.
-Yo…-intento excusarse, pero se detuvo: Marco había empezado a acariciarle el cabello y a acomodárselo detrás de la oreja. Bajo la cabeza, apenada, pero con un intento de sonrisa en el rostro.
-Te acompaño a tu casa.
-No es necesario.
-Esta oscureciendo, ya casi son las siete, te acompaño.
-Puedo cuidarme sola- enseguida se dio cuenta de que había sido grosera y añadió- no te preocupes…
Pero poco valieron sus intentos de hacerlo desitir, Marco la acompaño hasta su casa, y la dejo en la puerta.
-Nos vemos… ¿mañana¿Esta bien? –le pregunto antes de despedirse de ella.
-Si claro¿en la tarde, no?
-OK. Nos vemos mañana- dicho esto, le dio un beso en la mejilla y se dio media vuelta, dejando a Susan ruborizada y pensativa.
"Paco, la operación pelota termino muy, muy bien" pensó.
¡Gracias a quienes me dejaron reviws¡muchas gracias¡Espero muchos más! El argumento tiene un principio y un final, pero el desarrolo apenas esta madurando... así que, ya estan advertidos, si me tardo más de la cuenta, es por que no se me viene nada a la cabeza!
Este capitulo, de cierta forma, tiene mucha importancia. En el primer capitulo mencione que a Susan le gusta alguien... bien, ya saben quien es... el problema es el siguiente; ¿es bueno, malo, o neutro? Nadie es totalmente bueno, ni malo... ¿sera este el caso de Marco Antonio?
Recuerden, cuando yo puse lo del baile, más que nada retrate una tardeada, pero con elementos que hubieramos encontrado en cualquier fiesta hecha en una caricatura americana... ¿eh? Luego no se confundan, uno, como escritor, debe meter elementos de su propia cultura en el escrito.
Y sin más que decir, por que ya me estan corriendo de la compu...
se despide...
SakuraPotterRowling
