Capitulo 4
Misión: Amorío
Abominable
Magia
Oscura
Rompe
Increíblemente
Organización
-¿Por qué siempre llevas esta gorra café?- En el parque, una semana después de la fiesta, sentados en los columpios, pero sin columpiarse, estaban Susan y Marco. Susan le quitó la gorra a Marco y se la puso en la cabeza.
Marco sonrió:
-Se te ve bien- le dijo acomodándole unos mechones de cabello- ahora si: perfecto.
Susan sonrío y se empezó a columpiar.
-No te voy la voy a devolver- dijo risueña.
-Bueno- Marco se encogió de hombros- Ya me darás algo a cambio.
-¿Qué?-le preguntó con voz de niña chiquita.
Marco se lo pensó un rato y se empezó a columpiar también.
-Oh, ya veras-dijo con un deje de misterio, al tiempo en que pensaba que hacía mucho tiempo que no se sentía así de contento.
-¡Dime!
-¡No te voy a decir!- exclamo rojo de vergüenza.
-¡Dime!-se columpio más fuerte.
-¡NO!
-¡Dime!
-¡No!
-¡Dime!
-¡No!
-¡Dime!
-¡No!
-¡Dime!
-¡No!
-Ah...-su voz sonó como de niña mimada, pero eso solo le dio más risa.
A lo lejos, entre los arbustos, se escondían Héctor y Amalia. Amalia tenía 14 años. Era una chica bonita, de cabello rubio y ojos azules que también era amiga de Marco, pero era mucho más cercana a Héctor. Ambos se divertían de lo lindo mientras veían a su amigo echar novio.
-¿Y él dice que no le gusta?- le pregunto Amalia a Héctor viendo que Marco se bajaba del columpio para empujar a Susan.
-Dice que no- se encogió e hombros.-¿Le creemos?
-Es obvio que si se gustan... ¡the first love!-exclamo emocionada.
Héctor rolo los ojos.
-Que estupideces dices...
-No son estupideces
-Si lo son...
-No lo
son... ¡ya cállate! ¿Sabes que?- le brillaron los
ojos- Vamos a pasar por ahí gritando "¿Qué? ¿A
Marco Antonio le gusta una chavita de 6º año llamada
Susan" y cuándo lo veamos lo saludamos, ¿va?
-Va-
dijo Héctor divertido con la idea.
Se levantaron, se sacudieron las hojas, la tierra y uno que otro bicho que se les había ido a parar y pasaron frente a los columpios gritando lo que tenían que gritar.
-¡Ah!- fingió sorpresa Amalia cuando vio a su amigo, que se había quedado quieto, rojo y abochornado sujetando las cadenas del columpio de Susan, la cuál tenía cara de "¿hablan de mi?".-Justo estábamos hablando de ti Marco y de Susan, a ver cuando nos la presentas... hola chava como te llames.- le dirigió una sonrisa a Susan.
-Largo- dijo en voz queda Marco con una mirada asesina.- Largo ahora mismo.
Los dos chicos desaparecieron con la idea de que seguramente habían logrado mejorar la vida amorosa de su amigo
Pero más bien habían dejado a su amigo con un hoyo en el estomago y con miedo de voltear a ver a Susan.
-Este...-dijo- me tengo que ir, es que tengo tarea de geografía.
-Pero...- Susan lo vio tomar su mochila de la escuela y caminar lo más rápido posible, sin despedirse siquiera. Tras pensarlo un poco decidió ir con su amigo. Se puso la mochila al hombro y salió corriendo.
-¡marco! –el chico volteó cuando escucho su nombre y se puso colorado. Eso la hizo ponerse colorada también.- No te devolví la gorra.
-Ah,... quédatela- miro su zapato y luego se dio media vuelta, dando por sentado que quería concluir la plática.
-Pero no te vayas- le rogó Susan caminando junto a él- Escucha, no les creí nada, me imagino que habrán querido jugarte una broma, ¿no crees?
-Ay Susan- suspiró- Claro que me quisieron jugar una broma, pero, este, ¿por qué decir mentiras si me pueden humillar con la verdad?- Marco Antonio, esa misma noche, estando ya en la cama se preguntaría de donde había sacado esa frase tan cursi pero que a Héctor le parecía digna de ponerla a prueba con algún filosofo famoso.
-¿En serio?
-Bueno, pues si.
-Ah... eso significa que ¿si?
-Ah, pues...- su primer instinto fue negarlo todo. El segundo aceptarlo todo y ver que pasaba. El tercero fue más lejos de lo que debía haber llegado-Bueno, si... me gustas.
Y se dio media vuelta, preguntándose si sus palabras tendrían el efecto deseado.
¿Y Cuál era el efecto deseado?
Pues era...
-Conseguir información de los chicos del barrio y ascender en la organización de padre- contestó Marco a la pregunta que le había hecho Marco y Amalia.
Los tres adolescentes habían ido a parar a la casa de Amalia, que era su habitual centro de reunión cuando estabán reunidos los tres. Estaban en la sala, decorada con sofás color beige con decorados en rojo y dorado, un ventilador en el techo y una mesita la centro.
-¿Ese es tu propósito?- Le preguntó Amalia visiblemente malhumorada- ¿enamorarla y atontarla para meterse a su cabeza y a su casa? Eso lo podría hacer Saúl.
Marco sintió una leve opresión en el estomago.
- Pero yo quiero ser...
-El favorito de padre, aja, si, ya sabemos marco Antonio alias "niño mimado que solo quiere lo que le beneficia sin pensar en los sentimientos de los demás...
-¡Basta!- exclamo Héctor al ver que su amiga estaba a punto de ser una rabieta- Si Marco quiere hacer eso que lo haga y ya, nosotros no tenemos nada que ver con eso.
Amalia miro a los dos amigos con sumo desagrado.
-Esta bien- dijo sin acabar de enojarse aun- Pero esto no esta nada bien... ¿has oído hablar de la mala vibra?
-No Amalia, ni me interesa- dijo Marco un poco avergonzado.- Después me regañas, tenemos que ir a la reunión.
-Está bien- acepto la chica- Vayamos. Pero tengo que avisarle a mi mamá.
Salió
al jardín trasero, donde su madre pasaba casi todas sus tardes
plantando flores o leyendo algún libro. Marco aprovechó
su salida para desahogarse con su amigo:
-No la voy a enamorar- le
dijo intentando convencerlo- Solo quiero que me ayude un poquito...
que...
-Si Marco, lo que tú digas. Claro...- añadió con una risita- Tú podrías ser el enamorado.
♥
Llegaron al centro de reunión, cuya ubicación era tan secreta que ni yo se donde es.
Ahí solo se dedicaban a hablar de sus respectivos "avances" y de sus respectivos chismes.
Sentados alrededor de una mesita de café varios adolescentes, entre los que se encontraban Andrea, Saúl, Chad y Cree y otros más, pero sin importancia.
Ahora tocaba el turno de hablar a Marco, Héctor y Amalia.
Lamentablemente ni Héctor ni Marco recordaron a tiempo que Saúl era el hermano mayor de Susan.
-Nuestro plan es simple- decía Héctor- Obtener información por medio de la niña y posteriormente, convencerla (u obligarla, esperemos que no) a unírsenos.
-¿Y hasta ahora han descubierto algo importante?- preguntó Cree chocada. Y es que a Cree no le caí muy bien que digamos Amalia. Y el odio era mutuo.
-Bueno si- dijo Marco- Tenemos un espía dentro de la casa que les ha dado información muy importante.
Un brillo de ambición apareció en los ojos de Cree.
-La misión es nuestra Cree- le recordó Amalia al notarlo- No queremos ningún tipo de ayuda, sobre todo tuya.- le advirtió y su mirada, antes amable, se convirtió en amenazante.
Cree iba a responder algo cuando Héctor decidió desviar la atención hacia un chisme que pensó, sería seguro.
-Ah Marco le gusta Susan, la niña esa...
Marco se
quedó con la boca seca de quien a sido puesto en evidencia,
Amalia se quedo helada sin poder advertirle a Héctor
"¡Estupido! ¡Acuerdate de quien es hermana!". A Cree
se le olvido que le quería pegar a Amalia. Andrea tomó
a su novio por la muñeca para evitar que le saltara encima a
Marco. Los demás presentes siguieron a lo suyo,. Sin prestar
mucha atención a los dos equipos y Saúl solo pudo
preguntar una cosa:
-¿Susan Rosellini?
-Si, Susan Rosellini- contestó Héctor sin darse cuenta de que estaba abriendo la boca y metiendo la pata.
-¡Mi hermana!- exclamo Saúl dispuesto a darle un puñetazo a Marco.
Y se lo dio.
-¡Saúl!- alcanzó a gritar Andrea cuando su novio se lanzó sobre Marco.
Marco solo abrió mucho los ojos y soltó un gemido de dolor. El segundo golpe también fue dirigido a la cara, pero está vez Marco ya estaba preparado y rodó por el suelo (por que se había caído) y después se levantó.
-¿Qué te pasa?- le gritó.
-¡Es mi hermana! ¡Y Tu vas a jugar con ella!- golpe al estomago. Marco se doblo por el dolor. Y es que la lucha estaba bastante dispareja: Marco tenía apenas 13 años, casi 12, y Saúl quince, en unos meses cumpliría 16. Y eso sin contar que Marco era de estatura media, tirando a baja, tirando a enano. Todos se reunieron a su alrededor formando un circulo, unos emocionados, otros preocupados y otros indiferentes. Pero los amigos estaban francamente preocupados. Amalia casi se desmaya y tuvo que agarrarse de Andrea, que estaba a punto de llorar y de quedarse afónica por los gritos que daba. Lo mismo Cree.
Héctor decidió ayudar a su amigo, lo mismo Chad e intentaron separarlos. Pero no contaban con que los adorables hijos de padre iban a entrar para arruinar el espectáculo.
-¡Vaya!- exclamaron sorprendidos. Marco y Saúl se distrajeron y sus amigos aprovecharon para separarlos.-No quisiéramos arruinarles la diversión- dijeron con sus voces que se fusionaban para convertirse en una sola- Pero Padre solicita sus informes por escrito.
Raúl, un compañero encargado de pasar todo lo dicho por escrito se adelantó para darles en informe colectivo.
-Gracias Raúl- dijeron- Papá se va a molestar si encuentra mucho desorden aquí- miraron a los contrincantes- Les recomendamos irse.
-Ellos tiene razón Marco- dijo Amalia acercándosele a él y a Héctor, quien lo sostenía por los brazos.- Yo te curare- le aseguro dedicándole una sonrisa maternal.
-Aja- fue lo único que pudo salir de su boca.
♥
-La próxima vez trata de comportarte más como un ser "racional" y menos como un chimpancé... ¿si?- En la casa de Susan, pero en el cuarto de Saúl, Andrea trataba de curar a su novio una pequeña herida que tenía en la frente, a causa de haberse caído, sin tratar de elevar el tono de voz por si Susan llegaba en ese momento, o sus padres. Y sin ponerse a llorar por el susto dado.
-Es mi hermana- contestó Saúl aun molesto- Y el estupido solo la va a utilizar para obtener algo de información... y para colmo le gusta, ¿Qué crees que me hace pensar eso?
-No es un pecado que alguien le guste tu hermana- le recordó Andrea poniéndole un líquido en los moretones de la cara. Saúl hizo un gesto de dolor.- Además, por si no te habías dado cuenta, Marco es solo un niño, no a acabado de cumplir los 13 y tu tienes quince... deberías sentirse avergonzado.
-Pues es un pecado que alguien utilice a mi hermana.
-¡Utilizar! ¡Saúl! ¡Lo que Héctor dijo es que se querían hacerla su amiga! ¡Dijo que le gusta a Marco y ya! ¡No dijo "Me gusta, la voy a hacer mi novia para que me cuente todo sobre el KND y después la voy a botar sin el menor miramiento"! ¿Por qué siempre piensas lo peor de la gente?
-¿Por qué siempre piensas lo mejor de la gente? Vas por la vida pensando que todo el mundo es bueno, incapaz de hacerle daño a alguien.
-Pues yo creía que tenías más cabeza y no eras un estupido que se anda a garrando a golpes con alguien por que celas a tu hermanita- le espeto Andrea intentando controlarse y no enfadarse, pero de buena gana le hubiera dado una cachetada con tal de hacerlo reaccionar.
-Pensé que me apoyarías.
-Eso es chantaje- respondió Andrea bajando la mirada- Si quieres me voy.
No hubo respuesta.
Suspirando se aseguro que su novio no tuviera alguna herida más en la cara.
Después tomo su bolsa, se despidió y volvió a su casa, donde nadie se dio cuenta de que traía en el estomago una mezcla de susto, preocupación, tristeza y coraje nada agradable.
♥
-¡Son los dos unos estupidos! ¡Idiotas, imbeciles, malditos...!- chillaba Amalia en su cuarto lo más bajito posible para que nadie abajo la oyera.- ¡Tú por salir y decirle el dichoso nombre a Saúl! Y tú...- señalo a Marco que estaba acostado en la cama muy ocupada mirando los muñequitos de la colcha- ¿Cómo demonios se te ocurre regresarle el golpe? ¡Es lo que te mereces por jugar con los sentimientos de esa niña!
Y así siguió durante un rato, sin que Marco la escuchara del todo, pues estaba muy aturdido, cansado y adolorido. Pensaba en vengarse de Saúl. Pensaba en el espía y en toda la información increíble y maravillosa que podía conseguir. Y pensaba en Susan. La bonita Susan. Y ella era, desgraciadamente, el ingrediente principal.
-No voy a jugar con sus sentimientos Amalia
-¿No?
-No, pero no te voy a negar que me gusta.
-¡Oh, decídete!- exclamo Héctor, sentado junto a la cama- Primero que no, luego que si. Mañana que tal vez y pasado mañana se casan.
Amalia le dedico una mirada fría, pero decidió que tenía razón.
-Mira- le dijo calmadamente, sentándose junto a él en la cama- Soy tu amiga y como tal debo cuidarte, y es lo que estoy haciendo al traerte a mi casa. Y si debo cuidarte también debo vigilar que hagas lo correcto. Y lo correcto es no pasar tu tiempo con una niña solo por que tal vez te pueda ayudar a conseguir un mejor rango a los ojos de Padre.
-Ya te dije Amalia, Susan si me gusta, pero no se los quería decir para evitar incidentes como el de hoy... el del parque.
Amalia y Héctor sonrieron.
-Entonces
Amalia, amiga del alma- se sentó con algo de esfuerzo y le
tomo las manos- ¿Me dejaras seguir a mi pobre corazón?
Amalia
levantó una ceja:
-Te dejare seguir a tu estupido e idiota
corazón con tal de que no haya más peleas.
-Hecho- y le estrecho las manos como si acabaran de terminar un trato- Trato hecho.
♥
Dejando a un lado a los ninjas adolescentes y los hermanos adolescentes, volvamos a la casa del árbol del sector I.
Paco y Jim eran amigos desde que se habían conocido, cuando eran apenas unos cadetes que anhelaban entrar a los chicos del barrio. Después conocerían a Ricardo y serían el trío prodigio, que nunca se separaría.
El antiguo sector I estaba casi desintegrado, y digo casi por que la ultima en quedar había sido Susan cuando sus demás compañeros cumplieron los 13 años. Entonces el trío prodigio y Sophia entraron al equipo. Y aun que en un principio se pensó que Susan sería la líder de su cuadra, al poco tiempo se hizo evidente que el mejor para el cargo era Paco. Y era exactamente de Susan de lo que hablaban Sophia y Paco en ese momento.
-Obvio que no sabe que te gusta.
-¿Ni
una pequeñísima sospecha?
-Ash…. O sea, si Jim no
es chismoso obvio que no va a correr a decirle. Y Ricardo ya ni sabe
como hablarle por que esta demasiado traumado con eso de que se esta
convirtiendo en una adolescente y nos va a dejar y nos va a
traicionar"- imito el tono histérico que de vez en cuando
Ricardo usaba para hablar-Y yo pues no he tenido tiempo de hablar
con ella, así que nadie más que tu solo le puede decir.
-¿Y no podrías preguntarle si yo... pues si yo…tu sabes, si le gusto?- se puso colorado y bajo la vista.
Sophi se rió.
-Capaz que si le gustas y no me quiere decir- aun que la verdad lo dudaba mucho- Y se lo vas a decir esta misma tarde.
-¿Hoy?- preguntó asustado Paco.
-¡Si!- exclamo con uno de voz Sophia algo infantil, pero muy feliz.
-¡No!- Ahora Paco estaba más asustado y nervioso que nunca.
-¡Te la va a ganar Marco Antonio!- le dijo Sophia en el mismo tono, pero entornando un poquito los ojos para que su amigo notara que eso era en serio.
-No me hace gracia- respondió él notando un revoltijo en el estomago nada agradable.- A él le gusta.
-¿Me lo juras?- dijo Sophia con un leve sarcasmo en la voz que Paco no noto.
-Si, él mismo me lo dijo, el día de tu fiesta.
-Y eso que apenas lleva una semana de conocerla.
-¿Te imaginas dentro de un mes?
´-Ya serán novios.
-¿Un
año?
-Ya estarán casados
-¿Un año y medio?
-Los hijos…
-No me gusta nada- le aseguro Paco enojándose un poco.- ¡Y en cuanto cruce por esa puerta me le declarare!- añadió con gran decisión y seguridad.
-¿En serio?- ojala que apareciera pronto.
-¡En serio! ¡En cuanto cruce por esa puerta me le declarare!
Seguramente Paco estaba demasiado excitado en ese momento que no se dio cuenta de que esa era la hora en que Susan solía llegar. Ni tampoco que acaba de prometer algo delante de Sophia, quien se encargaría de que se hiciera realidad.
Entonces se abrió la puerta para que Susan pasara.
Y todo el ánimo se cayó por los suelos.
Trató de darse media vuelta para huir y olvidar aquella ridícula promesa que había hecho, pero Sophia fue más rápida que él; Lo jalo para evitar que escapara, lo sentó en un sillón y llamó a Susan.
-¡Sus! ¡Paco te quiere decir algo!
-¿Si? ¿Qué es?- dejó su mochila cerca de la puerta y se acercó a ellos para sentarse.
-Pues yo no se, los dejare solos- y se levantó con una pequeña risita.
Una vez que Sophia se había ido y entrado a la recamara de Ricardo (seguramente para informarle del supuesto romance) Paco se decidió a hablar:
-Bueno, tú sabes que te conozco desde que éramos unos niños…-Demonios, eso era más difícil que la tarea de matemáticas- Y bueno, hemos crecido. Y este, hay cosas que cambian, pero lo que no cambia es el cariño que te tengo…- esperó haber si daba resultado y captaba.
-Gracias paco, yo también te quiero.
Seguramente ese te quiero no era lo que él quería que fuera.
-Si, este, te quiero….- se puso rojo. Susan empezó a captar y también se puso roja- Y yo te quería decir, bueno, preguntar, si tú…- se puso más rojo que nunca en su vida, le sudaron las manos y casi se le cerró la garganta- si te gustaría… ¿segminoviiiia?
-¿Perdón?- preguntó Susan sin (obviamente) entender lo que había dicho.
A Paco le dio por pensar que su tarea de matemáticas al lado de eso era como contar dos más dos.
Y que era el momento más humillante de su vida.
-Que si… quieres ser mi novia…
-Aaaaaah- dijo Susan entendiendo y sintiendo como su corazón saltaba a la garganta por el asombro. Y estaba igual de roja que él Sintió que el corazón se hundía en el estomago dando una espectacular zambullida.- Yo, Paco, no lo se. Es que tu eres más mi hermano y eso, y no se si pudiera funcionar…-Todo eso lo dijo muy rápido, como si quisiera acabar con ese momento en un instante.
-Ah, bueno…
-Lo pensare- Aun que para Susan no había nada que pensar, pero no le quería romper el corazón.
-Si, no te preocupes- De repente le pareció que cargaba algo demasiado grande en su estomago y que su corazón se encontraba en la garganta.
- Si es que… yo, lo pensare, ¿si?
Del otro lado de la puerta de la habitación, Ricardo, Jim y Sophia tenían las orejas pegadas (en sentido figurado) a la puerta sin poder creer que su amigo se hubiera atrevido y que su amiga se hubiera negado. Y los tres sabían por que (quien) se había negado.
-Una pregunta Susan.
-¿Si?
-¿Tiene
que ver con Marco Antonio?
-Ay, no se.- por que no que no quería
decir que si en realidad si tenía que ver con Marco Antonio.
-Tiene que ver con Marco Antonio- afirmo Paco sintiendo por primera vez como se sentía alguien a quien le acabaran de romper el corazón y para colmo, lo habían rechazado por otra persona.- ¡Y es un adolescente!- exclamo enojado- ¡Te puede traicionar, apuñalar por la espalda y tu estas detrás de él como estupida!
-¡No ando detrás de él como estupida!
-¡Pero andas detrás de él! ¡Y no te conviene!
-¿Y tu si me convienes?- lo cual era casi una provocación.
-¡Claro que si!- lo que era un tanto humillante.
-¡Pues yo elijo a quien me conviene y a quien no!
-¡Como quieras!- Se dirigió a la habitación contigua, abrió la puerta y le gritó a sus compañeros que se quedaron avergonzados agachados ante él- ¡Y ustedes elijan con quien trabajar! ¡Desde ahora no volveré a trabajar con esta traidora!
-¡No me puedes llamar traidora solo por que te rechacé!
-¡Te llamo traidora por que prefieres a un adolescente antes que a…- se quedó callado.
-¿A ti?- arqueo una ceja y le dijo fríamente- No lo prefiero, creo que…lo quiero.
-¿Si?- Paco no resistió más y se le salieron unas lagrimas. Pero era demasiado tarde. El daño estaba hecho y hasta Susan estaba llorando, pero de puro coraje e indignación- Bien- su voz sonó calmada, pero por dentro estaba hecho un mar de lagrimas- Elijan, ella o yo.
-No nos puedes dar a elegir, somos un equipo- dijo Jim.
-Son mis amigos- bajo la mirada para ver a Jim y Ricardo, quienes le devolvieron una mirada de compasión.
-Somos tus amigos- respondió Ricardo levantándose junto a él.
-Sophia…- Susan miro anhelante y temerosamente a Sophia- Tú…
-Soy tu amiga- suspiro.
-Somos un equipo- repitió James parándose también- Y un equipo siempre esta unido.
-Yo no hago equipo con ella James- se dio media vuelta, abrió la puerta de entrada y salió dando un portazo.
-Sus- dijo Sophia en voz bajita.
-Idiota- murmuro Susan llorando y abrazando a Sophia.- Tremendamente idiota.
