Hikari to Kurai
(Luz y Oscuridad)
Mizuho
Capítulo 1
Encuentros
-(Tengo que conocerla!)
Era todo lo que rondaba la mente del apuesto joven de pelo platinado y ojos dorados. El joven magnate no podía sacarse de la mente la hermosura con la que chocó en el ascensor, mientras se acomodaba en su lujosa habitación de hotel.
-(Kami! Qué guapo!)
Pensaba la hermosura mientras le pagaba al botones por sus servicios. Se dejó caer en la cama.
-Rin, comenzaron tus vacaciones!
El joven magnate trató de refrescarse con un baño mientras trataba de eliminar de su mente las imágenes de él haciéndole el amor a la hermosura. Imágenes que se crearon al momento de encontrarse con ella y perderse en sus peligrosas curvas.
-Compórtate, Sesshoumaru! Eres un hombre, no una bestia en celo!
……………………………
Por alguna razón, Sesshoumaru se sintió como en preparatoria, siendo el chico nuevo sin amigos, al examinar el comedor repleto y él parado con una bandeja en las manos. Vio a la hermosura leyendo mientras comía y adivinó que estaría sola.
-Puedo acompañarla?
Le preguntó mientras le señalaba la falta de mesas.
-Claro, adelante…
Ella le sonrió sinceramente mientras cerraba su copia de "Semillas al Viento" de V.C. Andrews.
-Muy bueno, pero un poco pesado para el almuerzo, no cree?
-Me mantiene distraída. No había nada más en el aeropuerto.
-Sabe que esa es una continuación, cierto?
-Encuentro más intrigante que un hombre sepa de novelas.
Ambos rieron.
-Sesshoumaru Kazami.
Se presentó mientras le extendía la mano.
-Megan Porter.
Le respondió mientras le apretaba la mano y confirmaba la fuerza latente de las mismas y a la vez la suavidad.
-(Deben ser excelentes al hacer el amor… pero qué rayos piensas Rin? Deja de coquetearle!)
Como adivinando sus pensamientos, Sesshoumaru le sonrió.
-Sabe? Juraba que usted era oriental.
-Lo era… lo soy…
Rin le sonrió.
-Soy japonesa, pero…
-Francia!
-Sí!
-Su acento me lo dice todo.
-(Y sí que debe saber de acentos!)
-Y está aquí por…
-Vacaciones. Unas merecidas y largas vacaciones…
-Brindo por eso…
Sesshoumaru levantó una copa con agua.
-Y usted?
-Igual. No hay nada mejor como un mes lejos de un fax.
Ambos rieron y quedaron cautivos de la sonrisa del otro.
………………………………
Al finalizar el almuerzo, se despidieron, y cada uno siguió un camino diferente.
Rin se acomodó en una deliciosa sombra debajo de un cocotero y continuó leyendo su libro. Estaba tan sumida en la trama del mismo que no notó al apuesto galán a su lado que admiraba cada una de sus facciones y sus bien contorneadas curvas.
En un momento en que dejó de leer un poco sonrojada luego de una calurosa escena que no dejó de imaginarse con ella y Sesshoumaru como protagonistas.
-(Basta Rin! Pareces como si nunca has estado con un hombre!)
-Siempre me han intrigado los pensamientos de una mujer…
Rin se sobresaltó un poco y vio que Sesshoumaru estaba sentado en el sillón del lado.
-Por Kami! Cuándo se sentó ahí?
-Hm… como 5 minutos antes de usted…
La voz suave, grave y sensual de Sesshoumaru, hacían que Rin temblara en su interior.
-Discúlpeme, no fue descortesía ni nada… simplemente no lo noté…
-Es una de mis cualidades… me hago notar sólo cuando es necesario…
-(Te estas volviendo loca! Míralo! No debería estar en un hotel, debería estar en un museo! Es el espécimen perfecto de Homo Sapiens jamás visto! Esos pectorales jamás pasarán desapercibidos!)
Rin trató de callar su conciencia mientras le sonreía a Sesshoumaru.
-Le haré dos preguntas atrevidas. Puedo?
-Puede, se las contestaré cuando me llame por mi nombre…
Sesshoumaru rió. Rin lo estaba probando.
-Se lo prometo, Megan. La primera es, si es soltera?
Rin sonrió.
-Sí soy soltera.
-En todo el sentido de la palabra?
-En todo y total sentido de la palabra.
-Entonces es posible que si la invito a cenar, no rechace mi invitación.
Rin rió a carcajadas.
-Y qué lo cree en el derecho de invitarme a cenar?
-El simple hecho de que la encuentro fascinante e intrigante y deseo saber porqué una mujer tan hermosa como usted, está soltera.
-Le ahorraré la cena. Por que quiero.
Rin se arrepintió al momento en que habló.
-Disculpe, no quise sonar descortés…
Sesshoumaru sonrió. Nunca había pensado que en aquél lugar conocería a la mujer que moviera sus aguas. Y mucho menos una que lo hiciera sentir como ella.
-Le acepto las disculpas si cena conmigo.
-Usted no se da por vencido.
-No cuando vale el esfuerzo.
Rin trató de no parecer emocionada.
-Bien, acepto su invitación…
Sesshoumaru sonrió.
-Estoy seguro de que será una noche maravillosa.
-Con la condición, de que no sea en el hotel. Yo misma puedo ir a cualquier restaurante de aquí sin invitación suya o de nadie.
Qué me dice de las 7?
-Las 7 qué?
-Nos encontraremos en el lobby a las 7 de la noche. Le sugiero que se vista para la ocasión.
Sesshoumaru se puso de pie y extendiendo su mano, se despidió.
-Nos vemos a las 7, preciosa…
Sesshoumaru apretó la mano extendida y la besó. Rin lo vio alejarse pensado en nunca lavarse la mano otra vez. Se quedó en la piscina un rato más y al llegar a su habitación, descubrió una rosa roja sobre su cama. Tenía una tarjeta con una pulcra caligrafía, casi juraba que era pendolismo.
-No lo olvides, preciosa. A las 7.
Estaba firmado SK. Rin se tragó el suspiro mientras se preguntaba qué podía estar pensando aquel hombre.
…………………………
Luego de un largo y lujoso baño de burbujas, Rin se preparaba para la cena con el hombre de la rosa. Se terminó de maquillar y se puso unas sandalias de tacón negro. Se quitó la bata del hotel y se puso un vestido de chifón negro, con un ajustado escote al frente y unos finos tiritos en los hombros, suelto por demás, pero rozando sus curvas de una manera sensual y excitante con un corte bajo que hacía ver sus piernas un poco más largas de lo que eran. Se soltó su sedosa melena azabache y tomó una diminuta cartera. Antes de llegar a la puerta, se devolvió e introdujo su tarjeta de crédito en la carterita.
Al salir del ascensor sintió las piernas flojas al ver al sensual galán de la rosa, vestido de saco y corbata, tenía una camisa que hasta estar cerca, no notó que era de uno de los más cotizados diseñadores franceses. En ese momento supo que la tarjeta no sería necesaria. El galán se impulsó a ponerse de pie, desde el brazo del mueble en el que se apoyaba. Con una ligera inclinación de la cabeza, la saludó.
-No sólo es hermosa, sino que sus curvas le hacen competencia a sus palabras.
-Lamentablemente usted no tiene curvas, por tanto, le recomiendo que mida las suyas.
Sesshoumaru sonrió y ofreciéndose como escolta, le presentó otra rosa.
-Tal parece que su galantería repone lo que sus palabras descomponen.
Al llegar al restaurante, Rin trató de ocultar su impresión. Aunque quería brincar como nena de 5 años, se controló con todas sus fuerzas, hasta la última fibra de su cuerpo. Sólo sonrió cuando Sesshoumaru le ofreció su mano para ayudarla a bajar del taxi. Sin decir palabra, dejó que Sesshoumaru hablara con el maître, y luego de confirmar la reservación, los guiaron a una parte privada del restaurante.
Una vez cómodos en sus respectivas sillas, Sesshoumaru se quedó viendo a Rin con la boca torcida en una sonrisa, gesto que Rin encontraba por demás arrogante y pretencioso. Miró la carta de vinos que el mozo le ofreció, esperaba que le preguntara su opinión, pero eso nunca pasó. Sesshoumaru cerró la carta y la dejó sobre la mesa. Le habló al mozo en el idioma de la isla, sin saber que Rin también lo hablaba con fluidez.
-No me gusta ninguno.
-Pero señor, son los mejores vinos…
-No me gustan. Y no creo que sean del agrado de mi invitada. Qué otra cosa pueden ofrecer?
-Möet…
-68?
-54.
-Perfecta.
-Señor… la Möet 54 tiene un valor…
-Yo soy Kazami Sesshoumaru…
-Disculpe señor, no lo conocía, e-es mi segundo día…
-No importa. Me traes la champaña? Creo que ambos tenemos sed.
-Sí, señor, en seguida…
Sesshoumaru se disculpó con Rin, en el momento en que estuvieron solos, Rin se inclinó hacia delante, apoyando su rostro sobre sus dedos entrelazados y sus codos apoyados sobre la mesa. Le habló en el idioma de la isla.
-Viajero frecuente?
Sesshoumaru le sonrió ampliamente.
-No hay absolutamente nada que le sorprenda?
-Hm… digamos que mis estándares son bastante altos.
-Ya veo… en ese caso, creo que desistiré… por el momento. Quiero descubrir qué es lo que le sorprendería.
-Perderá su tiempo.
-Será tiempo bien gastado.
-Créame, no le gustará perder su tiempo.
-Con todo respeto, señorita Porter, como yo despilfarre mi tiempo, no es de su incumbencia, al menos que quiera despilfarrar el suyo conmigo.
Rin sonrió y bajó la cabeza.
-Touché.
-Se da por vencida tan rápido?
-No me provoque, señor Kazami.
-Sesshoumaru, por favor.
-Bien…
El mozo les llevó la champaña y les sirvió la primera copa. Sesshoumaru le pidió que los dejara solos y el joven se desapareció.
-Por sus curvas peligrosas y su lengua filosa.
-Porque no se le acaben las líneas y la galantería.
Levantaron las copas y tomaron.
-Deliciosa.
-Sabe de champaña…
-Sé mucho más de lo que se imagina.
-Sobre qué?
-Usted lo menciona y yo le diré.
-A qué se dedica?
-No se vaya por la tangente.
-No me voy. Sólo que yo sólo sé de dos cosas; trabajo, y cómo disfrutar sus frutos.
-Apuesto a que es Rockefeller.
-Podríamos omitir ese comentario. Groucho Marx.
Ambos rieron a carcajadas. Rin suavizó sus expresiones, al darse cuenta que nunca se había divertido tanto en media hora con un hombre. Sesshoumaru sonrió al notar el cambio.
-Me tomaré la libertad de decir que usted es la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida…
-Y sí que ha visto mujeres.
Sesshoumaru iba a decir algo, pero sólo levantó la copa y tomó un sorbo de su champaña.
-Touché.
-Perdone… me propasé…
-No… es cierto. De hecho no creo que exista mujer que no haya leído algo sobre mí en las revistas de chismes o sociales… pero le aclaro, Megan Porter, que eso es parte de mi pasado.
-Un pasado turbulento lleno de amoríos de media hora y que trata de olvidar invitando a cenar a la primera mujer que se le cruza?
Sesshoumaru frunció el ceño.
-Es obvio que está incómoda conmigo. Por qué aceptó la invitación?
-No estoy incómoda. Pero puedo ver a través de usted, sólo un mujeriego invita a una mujer a cenar a los 10 minutos de conocerla.
-Si puede ver a través de mí, su vidrio está empañado. Creo que mal interpretó todas mis intenciones.
Rin supo que se había propasado y que estaba arruinado la noche.
-Sesshoumaru…
Era la primera vez que lo llamaba por su nombre y aquello era música para sus oídos. En ese tono tan dulce y sensual que le arrebataba más de un tic nervioso. Sus expresiones se suavizaron aunque no quisiera.
-Disculpe, me propasé… tal parece que no siempre mis curvas me salvarán del filo de mi lengua…
Rin se puso de pie, Sesshoumaru también y antes de que diera un paso más, la sujetó por una mano.
-No se valla… por favor…
-No creo que esto era lo que tenía planeado…
-De todas formas… quédate…
Aquella manera de hablarle hizo que a Rin se le erizara la piel. Asintió y se sentó nuevamente. Sesshoumaru sonrió.
-Te encuentro fascinante. Una mujer capaz de responder sin medidas, con un temperamento… Abogada…
Rin rió.
-Tanto se me nota?
-Es una mujer compleja, de exquisito gusto y altos estándares.
-Hábleme de tú.
-Con la condición de que hagas lo mismo.
-Lo haré…
Rin tomó un sorbo de su champaña.
-Dígame, señor Kazami… qué lo trae por éstos lares?
-Aunque estoy de vacaciones, no estoy tan desconectado de mi realidad.
-No?
-No… recientemente adquirimos éstos hoteles y… sí necesitaba unas vacaciones, así que aquí estoy.
-Adquirieron?
-Mi familia… es un negocio familiar.
-Ah…
-Qué me dices de ti, abogada?
Rin sonrió.
-Sí, soy abogada…
-En qué área se especializa?
-Administrativa.
……………………………
El resto de la noche pasó entre conversaciones, sonrisas, un coqueteo descarado por parte de los dos y una cena deliciosa. Sesshoumaru se puso de pie y le ofreció una mano.
-Me complacería mucho el poder bailar contigo…
Rin sonrió y aceptó. Mientras se movían al ritmo lento de la música. Debido a la cercanía que provocaba el posesivo abrazo por los fuertes brazos de Sesshoumaru, Rin cedió un poco, descansando su cabeza en el pecho de Sesshoumaru.
La cita había llegado a su fin. Sesshoumaru la escoltó hasta la puerta de su habitación.
-Dulces sueños, preciosa.
-Lo serán si sueño contigo.
Sesshoumaru sonrió con cierto aire arrogante y se inclinó para besarla, pero Rin desvió la cara y el beso quedó en su mejilla.
-Buenas noches, fortachón.
Rin cerró la puerta y dejó a Sesshoumaru con los labios torcidos, listos para besar el aire. Por no quedarse con el beso, Sesshoumaru lo tiró al aire y sonrió.
-De dónde salió esta mujer?
…………………………………
Sesshoumaru apenas sí durmió pensando en la sexy abogada. Recordando su cuerpo, que logró detallar mientras la vio en traje de baño, aquellas diminutas dos piezas eran sus enemigos.
Rin despertó dándose cuenta que no podía ni siquiera sacar a Sesshoumaru de su mente.
Bajó a desayunar y viendo su reloj, notó que ya habían quitado el desayuno. No encontraba un restaurante aún abierto y un empleado le dijo que servirían el almuerzo en dos horas.
-Puedo invitarte a desayunar?
Rin se dio media vuelta para encontrarse frente a frente con Sesshoumaru.
-Buenos días, fortachón.
-Buenos días, preciosa… Hm, al parecer tendré que extender el horario de desayuno hasta las 11 a.m.… pero, mientras eso se resuelve, permíteme invitarte a desayunar.
Rin torció la boca mientras dudaba, luego sonrió.
-Acepto…
Sesshoumaru sonrió.
-Ahora le sacarás provecho a conocer al dueño del hotel.
Sesshoumaru detuvo a un mozo y le pidió que ordenara preparar el desayuno para él y su compañera. Rin se mantuvo escéptica por un buen tiempo. Hasta que antes de que sirvieran en desayuno, Sesshoumaru tomó una mano suya.
-Quisiera disculparme por lo de anoche…
Rin sólo sonrió mientras el mozo colocaba los platos entre ellos. Al terminar el desayuno, Sesshoumaru le preguntó a Rin qué haría.
-Pues tal vez…
-Te gusta bucear?
-Bucear?
-Las costas son hermosas, pero más debajo del agua…
-Pero no sé bucear…
-Puedo enseñarte…
Rin sonrió.
-No bromeas?
-Preciosa…
-Sí.
Caminaron un buen rato a lo largo de la costa y ninguno supo cuando ni porqué, pero estaban tomados de la mano. Habían llegado al muelle, Sesshoumaru esperaba por el yate que se acercaba, recostado de uno de los soportes, se tomó la libertad de acariciar el rostro de Rin, acomodando su pelo tras la oreja.
-Nunca había visto unos ojos tan hermosos como los tuyos.
Rin sonrió.
-Gracias…
-A pesar de mi pasado, del que pareces estar enterada… nunca me ha intrigado una mujer como lo haces tú…
Sesshoumaru podía apreciar el tono de rojo que encandecía las mejillas de Rin.
-Megan…
-Sí?
Sin decir más, Sesshoumaru se inclinó y la besó, saboreando sus labios y por la noche anterior, esperaba la más fuerte de las bofetadas, pero contrario a ello, recibió el más apasionado de los besos, aferrándose a su cintura, la sentía rodearlo por el cuello mientras se perdía en el mar de dulces sabores que habitaba en la boca de la hermosura.
Al separarse, Rin no podía creer que había besado a un hombre que apenas conocía. Pero simplemente le sonrió.
-(A quién le tengo que rendir cuentas?)
Sin mencionar que se estaba volviendo loca por hacerlo desde que lo vio en el ascensor con aquellos pantalones blancos y camisa de lino.
Sesshoumaru sonrió y le acarició las mejillas.
-He muerto y subido al cielo…
Rin sonrió mientras Sesshoumaru tomaba su mano y entrelazaba sus dedos.
-Llegó nuestra carroza…
…………………………………
Estuvieron un buen tiempo en la costa practicando el sumergimiento y la respiración.
-Señor, disculpe, pero hay que llenar los tanques.
-Está bien. Preciosa, eso se toma más de una hora. Vamos a buscarte un traje de buceo.
Tomados de la mano, volvieron al área del hotel y hasta la tienda de artículos de playa. Sesshoumaru eligió un traje.
-Ese te debe quedar perfecto.
Rin se lo midió y confirmó la precisión de la mirada ambarina. Sin embargo no lo complació cuando le pidió que lo dejara verla. Al acercarse a caja, Sesshoumaru la tomó de la mano.
-Eso no es tu problema…
De la misma manera volvieron al muelle. Rin nunca pensó que iba a alucinar con la figura de Sesshoumaru dentro de un traje de buzo. Con el látex adherido a cada contorno de su cuerpo, parecía como si fuera una segunda piel. No se creyó que aquél abultamiento debajo de la cintura fuera sólo él.
Sesshoumaru, por otra parte, no dejaba de lanzarle miradas a la sensual figura contorneada por el traje. Sintiendo cada vez más ganas de hacerla suya.
-(Tranquilo… Megan no es como las demás, vale la pena…)
-"Claro que vale la pena! Por ella me mudo a donde sea!"
Sesshoumaru sonrió prometiéndose darle a la ajetreada abogada las mejores vacaciones de su vida.
-(Bien agarradito que te lo tenías en la playa!)
-"Ah! Me haces daño! Será mejor que te calles!"
-(Yo no he dicho nada! A poco no crees que yo quisiera quedarme sola con el en este botecito y hacerle lo que no le han hecho?)
Rin no pudo evitar reír en voz alta ante el comentario de su conciencia y se prometió hacerlo mientras Sesshoumaru se acercaba a ella.
-Estás lista, preciosa?
-Sí.
Cuando Rin se puso de pie, Sesshoumaru la ayudó a mantener el equilibrio. Con sus manos en cada codo, y las de ella apoyadas en sus amplios pectorales, la acercó un poco más y la besó, ésta vez permitiendo su lengua dentro de su boca y encontrándose con la suya.
…………………………
Mientras estaban debajo del agua, Rin sólo pensaba en lo maravilloso que era éste hombre, pero por otra parte también pensaba que se estaba volviendo loca.
Rin no podía creer las bellezas que estaba viendo y hasta tocando debajo del agua, con los mismos colores vivos y brillantes, como los que veía en televisión. Finalmente, Sesshoumaru le hizo señas de que era hora de subir, Rin salió disparada como un cohete hacia la superficie, pero Sesshoumaru la haló hacia abajo. Rin se asustó y comenzó a forcejear. Cuando finalmente volvieron al yate, Rin estaba bastante incómoda.
-Preciosa…
-Quisiera volver a mi habitación, señor Kazami.
-Megan, estás así porque te halé?
-Qué era lo que pretendías?
-Evitar que te ahogaras. Estábamos en el fondo. No se puede subir como un torpedo. Si lo hubieras hecho, tus pulmones colapsarían por la presión y te asfixiarías.
Sesshoumaru le ofreció una manta al verla temblar del frío.
-No quiero que nada malo te pase… bien…
Sesshoumaru les dijo a los dos tripulantes que volverían al muelle.
-No era una broma pesada?
-Jamás!
-Estás seguro?
Sesshoumaru le sonrió.
-Te quieres quitar la sal?
-Ah?
-En mi habitación hay un baño, te puedes quitar la sal.
A Sesshoumaru se le olvidó mencionarle que tenía 3 habitaciones, una sala con una televisión, y cocina. Cuando Rin salió del baño encontró sobre la cama un vestido de algodón, con flores estampadas. Dejándose el traje de baño debajo, volvió a la borda, donde Sesshoumaru sonrió mientras le ofrecía una bebida. Sesshoumaru vestía nuevamente un conjunto de pantalones blancos y camisa de lino. Rin probó la bebida y notó que no contenía alcohol, vio a Sesshoumaru.
-Decepcionada? No suelo tomar alcohol en alta mar. Prefiero estar al máximo de mis habilidades. Pero si deseas…
-No, está perfecto, gracias.
……………………………………
El ocaso empezaba y ellos iban rumbo al muelle. Sesshoumaru la tomó de la mano y le llevó a la proa, estaban en el extremo anterior del yate.
-Alguna vez te quisiste sentir como de películas?
Sesshoumaru la hizo extender los brazos y dejar que la brisa acariciara su cuerpo, sus manos, que originalmente la sostenían por los hombros, bajaron a su cintura y la envolvieron en un posesivo abrazo, Rin volteó a verlo, pero sólo pudo besarlo. Se besaron sin saber cuánto tiempo había pasado. Sin prisa, descubriendo cosas del otro que no se imaginaron. Cuando finalmente se separaron, Sesshoumaru descansó su cabeza en su cuello.
-Tal vez creas que estoy loco.
-Creo que estás loco.
Sesshoumaru sonrió.
-Quiero que me acompañes a cenar.
-Estás seguro?
-No quiero dejarte ni un segundo.
Rin sonrió.
……………………………
N/A: Hola! Espero que les guste este nuevo proyecto donde mi mente se desboca en ideas descabelladas. Jeje
Tanuki, este fic va dedicado a ti. Porque así como este empieza, espero que tú empieces con buen pie en la aventura que estás por embarcar.
También quiero desearles un muy próspero año nuevo a todas/os. Y que alcancen todas sus metas.
Besitos
Mizuho
